Exactitud de las causas de muerte en Argentina. Análisis de las estrategias utilizadas para su fortalecimiento

Resumen

La exactitud de los datos sobre las causas de muerte obtenida en los sistemas de información sobre estadísticas vitales, se evalúa a través del porcentaje de causas de defunción “poco útiles". En Argentina, los niveles de este indicador fueron desfavorables en la primera década del siglo XXI, pero registran mejorías recientes. El objetivo de este trabajo fue describir el alcance y la evolución temporal de las causas de muerte poco útiles en Argentina, y las estrategias implementadas en el país para mejorar las situaciones desfavorables, entre los años 2009 y 2018.

Se condujo una investigación observacional, retrospectiva y transversal basada en una fuente secundaria (estadísticas vitales producidas por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud -DEIS-, del Ministerio de Salud de la Nación). Se analizó la clasificación y evolución de los porcentajes de las causas poco útiles (defunciones codificadas con CIE-10 y clasificadas de acuerdo a Naghavi et al., 2010 adaptado por la OPS/OMS, 2019), total y por divisiones administrativas mayores (23 provincias y CABA), en los años mencionados. Las provincias que presentan niveles aceptables y mejoras temporales, son seleccionadas para el análisis de las estrategias utilizadas (Tierra del Fuego, Neuquén, Misiones, San Juan, Salta y Mendoza) mediante una revisión de normativas a nivel nacional y provincial y entrevistas a informantes clave.

Las provincias seleccionadas presentan en cada caso, entre 5 y 7 estrategias para enfrentar el problema de exactitud en la causa de muerte. En su gran mayoría, son estrategias de bajo costo, que cuentan con amplia recomendación, tanto a nivel nacional como internacional. Se observa en la provincia argentina con mayor exactitud, que la medida utilizada fue respaldada legalmente (es decir, es obligatoria).

En conclusión, el estudio de las causas poco útiles resulta adecuado para reconocer diferencias provinciales y a partir de ello, identificar las buenas prácticas implementadas, que podrían usarse en otros contextos para el fortalecimiento de la exactitud de los datos sobre defunciones.