Vol. 3 (2019): Lo sexual es político
En la primera década del siglo XXI, los marcos epistemológicos y las prácticas que vinculan lo sexual con lo político han tenido un desarrollo inédito. Por un lado, han aumentado y se han diversificado las acciones de los activismos relativas a las problemáticas de los cuerpos, las sexualidades, las eroticidades diversas y disidentes; por otro lado, han proliferado las producciones estéticas y artísticas al respecto. Incluso ha habido una importantísima actividad legal e institucional en torno a estos temas: pensemos, por ejemplo, en las leyes nacionales argentinas de salud sexual y reproductiva, de educación sexual, de matrimonio igualitario, de identidad de género, leyes que han sido no sólo logros fundamentales para los feminismos sino también generadores de cambios en la vida sexual en nuestras sociedades. Por eso nos resulta pertinente leer lo que está ocurriendo desde el inicio del nuevo milenio a través del lente que proporciona el lema “lo sexual es político”, el cual claramente retoma aquel otro lema formulado en la década del ‘70, “lo personal es político”, cuando los feminismos entraban con fuerza a disputar la política en el terrero de la intimidad, de lo privado, de los vínculos afectivos y eróticos y de los cuerpos.