Diagnóstico radiológico de la endometriosis uterina

Autores/as

  • Humberto Dionisi UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA- FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

DOI:

https://doi.org/10.31053/1853.0605.v1.n2.43319

Palabras clave:

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Resumen

En el año 1939 hemos comunicado a la “Sociedad de Cirugía de Buenos Aires” y a la “Sociedad de Obstetricia y-Ginecología. de Córdoba” (3) un caso de diagnóstico radiológico de una endometriosis uterina. Insistimos hoy sobre la importancia de ese elemento diagnóstico, agregando dos observaciones, euyas características reafirman las conclusiones a que llegáramos a propósito de la primera.
Como queremos concretarnos al estudio del signo radiológico que hemos descripto, nos abstendremos de hacer consideraciones sobre la patología y clínica de la endometriosis, pero conviene tener en cuenta la importancia del diagnóstico correcto de la enfer-
medad para una buena indicación terapéutica. Muchas veces la endometriosis es un hallazgo operatorio y frecuentemente, aun cuando se la sospecha o diagnostica clínicamente, se ignora su verdadera localización.
Nosotros, como lo hemos expresado en la publicación anterior y de acuerdo con la mayoría de los autores modernos, no empleamos el término Adenomiosis, hablamos siempre de Endo^metriosis con el agregado del órgano donde el proceso asienta.

Nos referimos en este trabajo solamente a la endometriosis uterina: endometriosis interna o primitiva. En ésta el diagnóstico previo puede pennitirnos elegir entre el tratamiento fisioterápico 3 y el quirúrgico. Si además de hacer el diagnóstico, podemo precisar antes de intervenir, la topografía y extensión del el útero, ha de ser posible efectuar operaciones conservadoras. Sin entrar a estudiar las distintas teorías que pretenden explicar la patogenia de la endometriosis, podemos dar por aceptada la importancia que tiene la acción del principio estrógeno como factor etiológico fundamental.
La endometriosis, enfermedad que se manifiesta sólo durante el período de actividad genital femenina, reconoce en su origen acciones de desequilibrio endocrino. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son, en su gran mayoría, el resultado de la res-
puesta de los elementos histológicos endometriales que la constituyen, a las acciones hormonales ováricas. Con la cesación del estímulo hormonal, sea esta fisiológica en. la menopausia o accidental en la castración radioterápica o quirúrgica, no se puede afirmar que las lesiones de endometriosis desaparezcan, pero el endometrio en .eetopía que las constituye no tiene más transformaciones cíclicas, deja de menstruar y con ello la enfermedad se silencia, al tiempo que, por otra parte, los elementos endometriósicos sin estímulo estrogénico no proliferan.
Aún sin llegar a la castración radioterápica, se han de poder encontrar medios médicos que disminuyendo o anulando la acción, hormonal hagan desaparecer los signos patológicos.

Leo A\ilson (10) ha podido en un caso de endometriosis rectovaginal comprobada con biopsia, hacer desaparecer todos los sín- tomas manteniendo la enferma amenorreica mediante la administración de 300 a 600 miligramos de Propionato de Testosterona por mes. Al llegar a la dosis de 4800 miligramos tuvo que suspender el tratamiento por la aparición de signos alarmantes de virilización y un mes y medio después volvían las reglas y con ellas los dolores y el crecimiento del endometrioma. En nuestra experiencia clínica tenemos algunos casos de endometriosis mejorados con la terapéutica • hormonal andrógena, sin emplear dosis que provoquen la amenorrea y la virilización. Pero de todas maneras, aun disponiendo de un tratamiento médico de la endometriosis, para que pueda aplicarse es necesario tener el diagnóstico exacto y en la mayoría de sus localizaciones de hacer biopsia como en la obsei^vación de Leo Wilson. no se pue-
Casi todos los autores aceptan que el tratamiento de las recidivas de la endometriosis, después del fracaso de una operación conservadora, debe ser la castración radioterápica. En la misma forma se puede tratar la endometriosis en las mujeres que se
aproximan a la menopausia, mediante la radioterapia, pero para éllo es necesario tener la certidumbre diagnóstica. Este tipo de tratamiento estaría justificado ya que la degeneración cancerosa de la endometriosis paraee ser rara como lo han sostenido Castaño (1), entre nosotros y Grayzel (4), en Norte América.
En las mujeres jóvenes el tratamiento ha de ser, dentro de lo posible, conservador y para éllo lo mejor es la cirugía orientada en el respeto de la correlación entre ovario y endometrio. Este principio sólo se puede llenar, en el caso de la endometriosis uterina, mediante la resección de la parte enferma del útero vando ovario y algo de endometrio. Un medio de conser- examen que per-
mita precisar cual es la parte del útero invadida por la endometriosis ha de facilitar grandemente esa operación.

Además suelen encontrarse casos como el de nuestra observación número 3, en los que coexisten en el mismo útero nódulos mio-
mato. os y zonas de endometriosis. Si en una de esas enfermas el cirujano se limita a efectuar una miomectomía dejando la endometriosis, la enfermedad no se cura, lo que demuestra una vez más la importancia del conocimiento correcto de la misma y de su topografía. El diagnóstico de la endometriosis se funda en la mayoría de los casos en los signos clínicos pero, si bien la edad de la enferma, la esterilidad frecuente, las menorragias, los dolores pelvianos, la dispareunia y sobre todo la dismenorrea intensa y secundaria, son signos importantes, no en todos los casos se los encuentra siempre se puede, sólo con éllos, afirmar con certeza la existencia de la enfennedad.

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Publicado

2023-12-01

Cómo citar

1.
Dionisi H. Diagnóstico radiológico de la endometriosis uterina . Rev Fac Cien Med Univ Nac Cordoba [Internet]. 1 de diciembre de 2023 [citado 12 de mayo de 2024];1(2):3-21. Disponible en: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/med/article/view/43319

Número

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Artículos Originales