Derechos humanos y extensión. A 40 años de democracia
Resumen
Este dossier tiene como principal objetivo entramar distintas experiencias de extensión universitaria desde perspectivas de derechos humanos y poner énfasis en la conmemoración del 40.° aniversario de la recuperación de la democracia en Argentina. Son 40 años ininterrumpidos de democracia luego de sucesivos golpes de Estado y autoritarismos que delimitaron identidades políticas en la historia reciente de nuestro país.
Cuando se abrió esta convocatoria para el primer número 2023 no imaginábamos que la cuestión democrática iba a centralizar el debate en el marco de la coyuntura electoral. Al editar esta segunda convocatoria, los significantes de la democracia y lo democrático se vieron completamente afectados. Como nunca antes, arrecian los discursos negacionistas y reivindicadores del terror de Estado; el debate público se contamina de discursos de odio y las propuestas de regresividad social y económica amenazan una y otra vez las costosas construcciones de cuatro décadas democráticas. Bastiones de la vida democrática ―las políticas de “Memoria, verdad y justicia”, la centralidad del pacto intergeneracional con lxs adultxs mayores, el cuidado del ambiente o los derechos de las comunidades indígenas, la importancia de la gratuidad de la enseñanza y la salud pública y, en particular, la continuidad de la universidad pública como la conocemos― resultan cuestionados, vilipendiados y se pone en duda una larga historia colectiva de construcción de derechos. Escribimos esta presentación sabiendo los resultados del balotaje de una de las elecciones presidenciales más importantes en la historia nacional. El candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, será el presidente de la Argentina a partir del 10 de diciembre y, por primera vez en la historia, una fuerza política de ultraderecha gobernará por mandato popular en Argentina. Son momentos cruciales para el presente y el futuro, estamos asistiendo a un cambio de época, estamos siendo protagonistas de un fenómeno que exige formación, claridad y construcción de estrategias comunes para afrontar la realidad más desoladora de las últimas décadas.
Esta actualidad política requiere de nuevas programáticas, de la consolidación de alianzas y acciones para garantizar derechos humanos fundamentales, como el derecho a la educación, la salud, la vivienda, el derecho a la protesta, el derecho a la verdad. En medio del caos y derrumbe de las estructuras conocidas, tenemos la responsabilidad social de reinventarnos sin olvidar nuestra historia. Este 20 de noviembre se cumplió un año del fallecimiento de Hebe de Bonafini, en redes sociales circuló un video que la recuerda en una concentración. Ella decía: “aunque nos tapen, estamos. Por más que se pongan mil milicos adelante, estamos. Por más que no les guste, estamos. Por más que nos quieran tapar, estamos. Y si nos matan, seguiremos estando”. Las palabras públicas de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, una de las máximas referentes del Movimiento de Derechos Humanos, sus denuncias y vehemencia marcaron el rumbo en las protestas contra las políticas de impunidad y las privatizaciones y en las marchas contra el hambre y la desocupación durante la década de los años 90. Ella nos legó la dignidad de la resistencia ante las injusticias y la humanidad frente a la crueldad y contra el silencio de amplios sectores de la sociedad en medio de políticas neoliberales. Una de las mayores enseñanzas de las Madres, Abuelas, sobrevivientes, Familiares e Hijxs es activar acciones y brindar apoyo a las causas justas, aunque el horror pretenda lo contrario. Estar en las calles, seguir disputando sentidos, hablar frente a los silenciadores de las luchas populares, construir lazos y redes de solidaridad son los únicos modos de resistencia frente al poder estatal saqueador y mercantilista. Ahora bien, del mismo modo que asumimos que las conquistas de derechos son consecuencia de consensos sociales, es momento de afrontar la voluntad popular respecto al nuevo representante nacional y el nuevo modelo elegido. ¿Cuáles fueron las situaciones de desigualdad que condujeron a este resultado? ¿Qué significó para algunos sectores la falta de posibilidades para una movilidad social ascendente? ¿Por qué determinadas propuestas de la política lograron canalizar el descontento social y no otras?
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