The Christchurch Call o el día después de la soberanía estatal
Contenido principal del artículo
Resumen
El 15 de marzo de 2019, en la ciudad neozelandesa de Christchurch, Brenton Tarrant disparó contra decenas de personas mientras transmitía el atentado a todo el mundo gracias al servicio de streaming de Facebook. Horas después la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, convocó públicamente a los líderes políticos de todo el mundo y a los directivos de las empresas tecnológicas a una cumbre con el fin de sentar las bases para reducir la circulación de contenido vinculado al terrorismo en Internet. Sin embargo, ni Mark Zuckerberg ni ningún directivo de Facebook asistió al Christchurch Call celebrado el 15 de mayo de 2019 en París. Lejos de ser considerado como un capricho o un simple desaire, el gesto debería haber sido advertido como una reacción profundamente política cuya razón descansa en la constitución de un nuevo tipo de poder capaz de desafiar a los Estados más poderosos del planeta. El hecho de que recientemente Facebook protagonizara una guerra con Australia o que Elon Musk advirtiera que las actividades que realizará en Marte no están atadas a las leyes de ningún gobierno terrestre revela que somos testigos de un nuevo tipo de disputa en torno a la figura del Estado.
El presente artículo se propone indagar las tensiones que, en términos jurídicos, políticos y simbólicos, mantienen entre sí los Estados Nación y los gigantes tecnológicos en pos de dirimir las formas que cobran en la actualidad las disputas en torno al ejercicio efectivo del poder soberano.
Detalles del artículo
Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0.
AVISO DE DERECHOS DE AUTORES
Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.