Otro Kant después de Fanon y Deleuze

Resumo

¿Podía Kant asumir el racismo de su moral universalista? ¿Podía medir la implicancia histórica de la exclusión de los “rudos hombres de Tierra del fuego o de Nueva Holanda” de toda esfera moral, histórica y política? ¿Podía enfrentarse a los dictámenes de la ciencia empírica y así evitar el carácter racista de su concepción antropológica y de su geografía física? Motivadas por estas preguntas, nos sumamos aquí a los trabajos de investigación sobre filósofos europeos (y resaltamos el masculino) que adjudican a sus discursos una configuración lógica racista. No nos centraremos en la antropología kantiana, como es recurrente en la ensayística actual. Proponemos describir la consistencia lógica de la denominada “supremacía epistemológica blanca”, entendida como el protocolo de operaciones del sistema político racista moderno. Las resonancias entre la “zona de no ser” de Fanon y el “plano de inmanencia” de Deleuze y Guattari, constituyen para nosotras el motivo a partir del cual evidenciar el racismo en Kant. Nos proponemos abordar cómo ambas escrituras se potencian cuando coinciden en ver en Kant y su filosofía trascendental, la instauración de un régimen de negación onto-antropológica basado en imperativos lógico-formales y aplicado cínica y violentamente, ya que no contempla desvíos respecto del sistema facultativo que sustenta la subjetividad blanca y deja innombradas las consecuencias a nivel de la materialidad de los cuerpos. En este sentido, consideramos que la condición trascendental, es el aspa de la marioneta eurocentrista y va más allá de las condiciones racistas naturales, para declarar la rectitud moral como propiedad exclusiva del blanco y, desde luego, horizonte referencial histórico cultural de una y sólo una historia (la Historia con mayúsculas).