Disestrés en adultos mayores diabéticos: un aporte para su comprensión y
enfoque
Angústia
em idosos com Diabetes Mellitus, uma contribuição para sua compreensão e
enfoque
Distress in the elderly with Diabetes Mellitus, a contribution to its
understanding and approach
Victoria Wilson1, Cintia Campanella2, Carina Parisi3, Gustavo Tomás Díaz-Gerevini4, Santiago Priotto5, Gastón Repossi 6.
Resumen:
El
“disestrés” inducido por la diabetes mellitus es la experiencia emocional o
afectiva negativa que resulta del desafío de vivir con las exigencias de este
problema de salud. Se encuentra generalizado entre las personas que presentan
esta enfermedad y es una dificultad para el bienestar emocional, el autocuidado
y el manejo de la diabetes. En los adultos mayores esta condición se agrava y
es más riesgosa, por el envejecimiento y comorbilidades que, en este grupo
etario pueden contribuir a una pérdida de independencia funcional y aislamiento
social. Estas circunstancias a su vez, generará progresivamente más estrés y
menos bienestar. Las intervenciones integrales, basadas en el apoyo psicosocial
que incluyan la educación para mejorar la autocomprensión de su problemática,
la participación activa en trabajos psicoemocionales, la potenciación del
autocuidado y la formación de redes de ayuda, demostraron la potencialidad de
disminuir el disestrés por diabetes en adultos mayores mejorando su calidad de
vida y por ende, el adecuado control de su condición.
Palabras
Claves: disestrés; diabetes mellitus; PINE/PNEI;
adultos mayores; estrés crónico.
Resumo:
O “angústia” induzida pelo diabetes mellitus é a
experiência emocional ou afetiva negativa que resulta do desafio de conviver
com as demandas desse problema de saúde. É comum entre as pessoas que têm esta
doença e é uma dificuldade para o bem-estar emocional, o autocuidado e o
controle do diabetes. Nos idosos, esta condição agrava-se e é mais arriscada
devido ao envelhecimento e às comorbilidades que, nesta faixa etária, podem
contribuir para a perda de independência funcional e isolamento social. Estas
circunstâncias, por sua vez, irão gerar progressivamente mais stress e menos
bem-estar. Intervenções abrangentes, baseadas no apoio psicossocial que incluem
a educação para melhorar a autocompreensão dos seus problemas, a participação
ativa no trabalho psicoemocional, o fortalecimento do autocuidado e a formação
de redes de ajuda, demonstraram o potencial para reduzir o estresse devido ao
diabetes em idosos, melhorando a sua qualidade de vida e, portanto, o controle
adequado de sua condição.
Palabras
chave: angústia;
diabetes mellitus; PINE/PNEI; idoso; estresse crônico.
Abstract:
Diabetes mellitus-induced “distress” is the negative emotional or
affective experience resulting from the challenge of living with the demands of
this chronic health problem. Distress is widespread among people who have this
disease and is a difficulty for their emotional well-being, self-care, and
diabetes management. In older adults, this condition worsens and is more risky
due to aging and comorbidities that, in this age group, can contribute to
losses of functional independence and social isolation. These circumstances, in
turn, will progressively generate more stress and less well-being.
Comprehensive interventions, based on psychosocial support that include
education to improve self-understanding of their problems, active participation
in psychoemotional work, strengthening self-care and the formation of help
networks, demonstrated the potential to reduce stress due to diabetes in older
adults improving their quality of life and therefore, the adequate control of
their chronic condition.
Keywords: distress; long standing diabetes
mellitus; PINE/PNEI; older diabetic patirnts; chronic.
1.
Lic. en Psicología. Fundación Amigos de los Diabéticos, Villa Carlos Paz,
Córdoba; Argentina.
2.
Lic. en Psicología. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias
Médicas. Instituto de Biología Celular; Argentina. Correo de contacto: cintiacampanella@gmail.com.
3.
Especialista Endocrinología. Sociedad Argentina de Diabetes, Buenos Aires;
Argentina.
4.
Doctor en Medicina. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias
Médicas. Instituto de Biología Celular; Argentina. Correo de contacto: gustavotomasdiaz@fcm.unc.edu.ar.
5.
Doctor en Ciencias Biológicas. Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias
Médicas. Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud, Córdoba; Argentina. Correo de contacto: santiagopriotto@yahoo.com.ar.
6.
Doctor en Ciencias Biológicas. Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias
Médicas. Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud, Córdoba; Argentina. Correo de contacto: grepossi@fcm.unc.edu.ar.
Introducción
Los
recursos personales para afrontar las dificultades de la vida incluyen las
propias capacidades, la salud, apoyo social, medios financieros, fortalezas
físicas, cognitivas y emocionales, que cambian a lo largo de la vida por
factores como el envejecimiento, las experiencias de vida y diversas
condiciones ambientales. En la teoría del ciclo vital y esperanza de vida,
algunos recursos personales disminuyen a medida que las personas envejecen, lo
que pone a los adultos mayores (AM) en riesgo de deterioro del bienestar general
(Baltes et al., 1999). Las respuestas al estrés son reacciones normales a perturbaciones
ambientales o internas adaptativas. En términos fisiológicos, es una activación
global del sistema psico, neuro, inmuno, endocrinológico (PINE/PNEI)[1],
ante amenazas que liberan hormonas del estrés, como adrenalina y cortisol,
entre otras, neurotransmisores, etc., preparando al cuerpo para enfrentar
situaciones peligrosas. Este mecanismo de supervivencia es útil cuando se
enfrentan amenazas vitales de corto plazo (Cólica, 2021). Sin embargo, hay
situaciones como pérdidas, muertes, enfermedades y duelos no tan severas en el
corto plazo, pero emocionalmente persistentes. Así, situaciones crónicas como
la diabetes mellitus (DM) genera preocupación constante sobre el manejo de la
enfermedad, el apoyo necesario, la carga emocional y el imprescindible acceso a
la atención. Todo ello puede desencadenar una respuesta desequilibrada de
estrés, o “disestrés”. Marcada por acumulación de circunstancias desagradables
diarias que disminuyen la sensación de bienestar, éstas provocan en el
individuo progresivamente un estado de ánimo decaído, sensación de sentirse
nervioso todo el tiempo y fatiga. Genera angustia y un aumento de liberación de
cortisol, agravada por ansiedad anticipatoria, que es elsentimientos de temor
ante un evento potencialmente dañino en el futuro. Estas respuestas
caracterizadas por incomodidad y tensión, duran y perduran más que la respuesta
inicial al estrés, transformando así una respuesta saludable en patológica. Se
instala el estado de estrés crónico, tanto en diabéticos jóvenes como mayores (Eynard, 2014;
Chew et al., 2017).
El disestrés por diabetes mellitus (DM), es identificado y caracterizado
como una condición de identidad propia por primera vez en el estudio
internacional “Diabetes Attitudes Wishes
and Needs (DAWN)”, y se refiere a: la experiencia emocional o afectiva
negativa que resulta del desafío de vivir con las exigencias de la condición diabética
(Rubin et al., 2006). Existe cada vez más evidencias que el DDM se encuentra
muy generalizado entre los pacientes y constituye una dificultad para el
bienestar emocional, el autocuidado y el manejo de la diabetes. Así, el
seguimiento del paciente con DDM forma parte de muchas guías nacionales de
atención clínica de la diabetes (Skinner et al., 2020). Incluso se han
desarrollado herramientas específicas como la Escala de Disestrés por Diabetes
(Diabetes Distress Scale, DDS) para
poder evaluarlo (Polonsky et al., 2005). Dennick y colaboradores, con el fin de
mejorar los criterios de evaluación y diagnóstico de DDM, intentan clarificar y
unificar su concepto en base a los trabajos disponibles en la literatura.
Logran asi identificar aspectos que se configuran como los principales
generadores de angustia en los pacientes que presentan disestrés por DM, estos
son: el esquema o protocolo de tratamiento, la
alimentación, el futuro/complicaciones, accidentes hipoglucémicos, las
relaciones sociales/interpersonales y con los profesionales de la salud (Dennick et al., 2017).
El disestrés asociado a DM (DDM)afecta, a nivel mundial, a casi la mitad
de las personas que padecen esta enfermedad. Tiende a ser prevalente en
mujeres, más en diabéticos tipo1 que en Tipo 2 y en aquellos que utilizan
insulina para su control glucémico (Eynard, 2014; Beléndez Vázquez et al.,
2015; Azadbakht et al., 2020). También se observó mayor prevalencia en
afroamericanos, asociado a la percepción de discriminación y menor confianza en
los médicos (Williams et al., 2020). Un estudio realizado en España mostró que
el disestrés por diabetes afecta también a un 45,5% de los parientes cercanos
de los pacientes, siendo la principal fuente de angustia para aquellos, que
este familiar pueda sufrir una hipoglucemia severa (Beléndez Vázquez et al.,
2015).
El DDM refleja la respuesta emocional de la
persona y su entorno familiar a la carga de vivir con una enfermedad crónica en
gran medida autogestionada y con sus complicaciones agravantes. Los síntomas
clínicos del DDM y la depresión se superponen en parte, pues ambos están
vinculados a una mala adherencia y deficiente control glucémicos, pero las
circunstancias subyacentes pueden
diferir y no son conceptos intercambiables. Sin embargo, se estima que debido a
estas similitudes clínicas actualmente puede haber una subestimación de la
prevalencia del disetrés por diabetes, y éste parece mediar en la asociación
entre la depresión y el control de la glucemia (Díaz-Gerevini et al., 2014;
Snoek et al., 2015).
Los Adultos Mayores (AM) desarrollan disestrés principalmente por
convivir con situaciones problemáticas, biológicas, sociales y de salud crónicos
(Díaz et al., 2024). En
ellos el DDM se agrava (y es más riesgoso) por el deterioro relacionado con el
envejecimiento y el desarrollo de enfermedades crónicas coexistentes, que
contribuyen al aislamiento social y a la pérdida de independencia funcional, lo
cual, a su vez retroalimenta el estrés crónico y dificulta el bienestar (Roquet
et al., 2024). En este grupo etario los
síntomas más frecuentes del DDM son fatiga, hipoglucemias recurrentes, diarrea, dolor, pérdida del
equilibrio y caídas (Hernandez et
al., 2019). Por otra parte, las experiencias negativas vividas, relacionadas con
la diabetes más frecuentes entre el grupo etario de AM fueron: relaciones
tensas con el personal de salud (incluso en el período prediabético),
sentimiento de culpa asociada con la ingesta de alimentos y estilo de vida,
miedo asociado con experiencias previas de tener parientes con diabetes, una
sensación generalizada de pérdida y soledad y un deterioro general de la
memoria (Díaz-Gerevini et al., 2014; Hernandez et al., 2020). Otros factores de
riesgo para DDM en los AM son: estilo de
vida sedentario, aislamiento social, sobrepeso u obesidad, desarrollo de las
complicaciones asociadas a diabetes, control global deficiente, otras
patologías asociadas, bajos ingreso, bajo nivel educativo y menos de 10 años de
padecerla (Azadbakht et al., 2020). El modo poco
empático con el que los profesionales de la salud se comunican con las personas
con diabetes, exacerbaría el
desarrollo del disestrés asociado a la condición, agravado
en muchos casos por el frecuente desarrollo del síndrome del “burn out” en el personal sanitario que
trabajo con patologías crónicas (Skinner et al., 2020; Lang, 2022).
El DDM no controlado y su consecuente cronicidad deriva en prácticas de
autocuidado subóptimas y efectos adversos en el manejo de la enfermedad (Thanakwang
et al., 2014). En los AM lleva a control
inadecuado de la glucemia y lípidemia, hipertensión arterial y las complicaciones crónicas, que pueden
derivar en disminución de la
independencia funcional por complicaciones cardiovasculares, deterioro
cognitivo, infecciones concomitantes, , ceguera, insuficiencia renal,
osteosarcopenia y aun cáncer (Luciani et al., 2021;
Bottaccioli y Bottaccioli, 2024).Se aceleran así complicaciones crónicas,
parcialmente prevenibles y tratables (An et al., 2021) en tanto los AM practicasen
un correcto autocuidado (Zareban
et al., 2014) ,que abarcase aspectos como hábitos
alimentarios saludables, actividad física regulada y constante, adherencia a la
medicación, bienestar emocional, sueño reparador, sociabilización y atención
médica de calidad (Eva et al., 2018).
Cigolle y colaboradores hallaron que los AM con DM2 con mayores
conocimientos y comprensión integral de su condición y con manejo adecuado del
disestrés mejoraron su autocuidado, lo que resultó en un buen control glucémico
y modificaciones favorables en su salud (McPherson et al., 2008), disminuyendo su morbimortalidad (Cigolle et al., 2012).
Helgeson y su grupo investigaron
una cohorte de AM estadounidenses observando que el disestrés por DM se
relaciona con el deterioro del control metabólico y las complicaciones
resultantes con el transcurso del tiempo (Helgeson et al., 2020). Sun y
colaboradores, estudiaron en China una cohorte de AM con DM2 y su asociación
con complicaciones crónicas y observaron que el apoyo sociológico ejerció un
impacto directo positivo en la conducta de autogestión e indirecto a través de
la percepción del malestar relacionado con la DM2 (Sun et al., 2024).
Importante es tener en cuenta que la respuesta ante situaciones problemáticas
crónicas guarda ciertas similitudes en ámbitos socioculturales diferentes. El
apoyo primario a la salud, entendida con el concepto de salud desarrollado en
la Declaración de Alma Ata (Organización Panamericana de la Salud, 1978), como
un completo estado de bienestar psicosocial, aún constituye un objetivo social,
lejano, a conseguir en el ámbito de la condición diabética.
Discusión
Las
experiencias observadas en el trabajo profesional de los autores y registradas
en la bibliografía, muestran las dificultades de los pacientes AM con DM de
sostener un cuidado permanente por tiempo prolongado. Es frecuente que los
objetivos y metas no se cumplan adecuadamente. Las causas detrás de ello son
por demás complejas y deben entenderse desde un punto de vista holístico
transdisciplinario, como es el enfoque PINE/PNEI. Algunas de las dificultades
para sostener un autocuidado permanente abarcan factores culturales,
económicos, características biológicas personales y comunes a todos los seres
humanos. En la mayoría de los pacientes AM con DM2, se observó un nivel moderado,
o bajo de adherencia a las recomendaciones terapéuticas. Por lo tanto, en aquellas personas que tienen
dificultades con la implementación completa del plan de tratamiento deben
identificarse éstas lo antes posible y buscarse sus causas, para poder
solucionarlas y disminuirlas cuanto antes.
Bonikowska y col. identificaron que en grupos de AM con DM2 había un
nivel moderado, o bajo de adherencia a las recomendaciones terapéuticas, el
nivel de aceptación de la enfermedad fue medio y resultó ser un predictor
independiente de la adherencia. Por lo tanto, está justificado (y recomendado)
utilizar intervenciones psicológicas y conductuales que tengan como objetivo
aumentar el nivel de aceptación de su enfermedad. Se debe tener presente que
las emociones desempeñan papeles causales indirectos en el control de la
diabetes e interactúen con otros factores, o sean resultados de la enfermedad
avanzada y/o del autocontrol problemático de la diabetes, en lugar de una causa
única (Gonzalez et al., 2016, Cólica, 2021; Lang, 2022). A lo cual se debe
agregar la afectación del equipo de cuidado al trabajar con problemas que en
muchos casos en vez de solucionarse se agravan por efecto del envejecimiento y
factores propios de la DM, que aún no se conocen del todo o no se logrado
hallar una solución adecuada.
Dado que las aptitudes psicofísicas disminuyen con la edad, es
importante implementar un enfoque holístico PINE/PNEI junto con el paciente y
proponer acciones integrales, teniendo en cuenta los déficits de éste en toda
la esfera biopsicosocial para mejorar la efectividad de las acciones emprendidas
(García-Fernández, 2022). El sedentarismo y el sobrepeso u obesidad se
reconocen como algunos de los factores de riesgo más importantes relacionados
con el desarrollo de DDM. Dado que adelgazar peso requiere mudar
definitivamente a hábitos alimentarios saludables, actividad física, higiene
responsable y comportamiento preventivo, tales indicaciones pueden provocar
mayor angustia en los AM con DM (Azadbakht et al., 2020). De las actividades de
autocuidado que se investigaron, las personas con diabetes tuvieron las mayores
dificultades con el control de la glucemia. Situación que, al perpetuarse en el
tiempo, afecta los mecanismos naturales de defensa frente al estrés, tornándolo
crónico. Sin embargo, algunos autores no encontraron diferencias significativas
en el control glucémico entre personas diabéticas con y sin disestrés, pero sí
observaron que ciertas complicaciones macro y microvasculares eran más
prevalentes en el grupo con disestrés (Boehmer et al., 2023). Por otro lado, el
logro positivo fue que la autosuficiencia de los pacientes en estas áreas de
control mejoró a medida que aumentó su nivel de aceptación de la enfermedad.
Así, el resultado obtenido confirmó la legitimidad de las intervenciones
dirigidas a aumentar el nivel de aceptación y autoconocimiento de la enfermedad
en este grupo de personas (Bonikowska et al., 2021).
Hay evidencia creciente de que los programas psicoeducativos centrados
en la persona con DM, sobre todo aquellos desarrollados en forma grupal e
incluso los que aprovechan las herramientas tecnológicas digitales para
realizar estos encuentros serían eficientes en reducir el disestrés asociado a
la DM (Skinner et al., 2020; Peimani et al., 2022). El estudio EMBARK probó
tres programas de intervención para reducir el disestrés en un grupo de adultos
con diabetes tipo 1, aplicando un formato virtual grupal durante un período de
tres a cuatro meses, incluidos talleres iniciales, llamadas telefónicas
individuales y reuniones de seguimiento. Al cabo de los meses establecidos, el
74% de los participantes de todos los programas informaron reducción y el 35 %
comunicó ya no percibir, niveles elevados de DD. La intervención que integró la
educación y los enfoques emocionales centrados a disminuir la angustia
relacionada a la diabetes, fue el enfoque con el que se obtuvo la mayor
reducción del DD (Hessler et al., 2024).
Otro aspecto a considerar es ampliar el conocimiento sobre los síntomas
y las experiencias de los AM con DM2 relacionados al diagnóstico de DDM entre
los profesionales de la salud y familiares de los pacientes. En efecto, estos
actores se ven implicados en estas situaciones vitales de los pacientes y
actitudes o respuestas inadecuadas pueden incluso contribuir al incremento del DDM
(Skinner et al., 2020; Hernandez
et al., 2020). Para los AM convivir con DM es una situación
compleja y requieren un apoyo específico para el manejo de su enfermedad. Las asociaciones
positivas, comprometidas, terapéuticas y el apoyo del personal de salud mejoran
esta experiencia. La atención particular
a las limitaciones de comunicación y la comprensión de los desafíos que
impactan la vida diaria de estos AM adultos mayores pueden mejorar los
resultados relacionados con la condición, el bienestar psicológico y disminuir
el DDM (Hernandez et al.,
2020). Una
mayor información ayudaría a los proveedores de atención
médica a optimizar su atención y colaborar con mejorar los resultados para los
AM que padecen este trastorno.
En base a la evidencia presentada, se propone un enfoque de trabajo
holístico basado en el apoyo psicosocial para acompañar al paciente en esta
patología crónica. Es conveniente potenciar el autocuidado mediante la
formación de redes de ayuda, autocomprensión de la problemática mediante la
educación para la salud, la participación activa en trabajos psicoemocionales,
hábitos alimentarios saludables (y no la lacónica indicación: “dieta”)
actividad física adecuada, medidas médicas y actividades sociales, en síntesis
un encuadre PINE/PNEI.
En este marco, desde hace quince años se lleva adelante un modelo de
apoyo al autocuidado denominado “Programa Aprendiendo a Vivir” desarrollado
desde el Instituto de Biología Celular, la Cátedra de Biología Celular
Histología y Embriología y la Secretaría
de Extensión de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de
Córdoba, Argentina, el Comité de Gerontología de la Sociedad Argentina de
Diabetes y la Fundación Grupo de Amigos de los Diabéticos en Villa Carlos Paz,
provincia de Córdoba. Este programa está basado en la participación individual
y grupal en actividades de estimulación cognitiva y adaptación a los cambios,
educación para la salud, actividad física adaptada para favorecer la memoria de
procedimientos, la coordinación física y la prevención de caídas. También en el
marco de este programa se realizan encuentros y actividades sociales, a fin de
potenciar el desarrollo personal y la contención generando redes de
interconexión social (Díaz et al., 2024).
Conclusiones
Los adultos mayores con DM y su entorno pueden
desarrollar disestrés y entorno, que si no se “maneja” de forma adecuada
interfiere con el autocuidado deseable, causando
complicaciones severas que afectan la independencia funcional y la calidad de
vida de la persona y su entorno. Agravando así los problemas de salud,
favoreciendo otras y aumentando la morbimortalidad del paciente y el
sufrimiento de sus familiares.
Por ello, la recomendación es una propuesta de abordaje
transdisciplinario e integral de esta situación que favorezca una mayor
aceptación de la enfermedad en los pacientes y su entorno y potencie el
autocuidado. En la experiencia de los autores, una intervención efectiva y
afectiva, además de medidas médicas, incluye educación para la salud, en
particular hábitos alimentarios saludables, participación activa en tareas
psicoemocionales, actividad física adecuada y sociales que permitan la
formación y acrecentamiento de redes de contención emocional y ayuda.
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[1] A los fines de este artículo, PINE y PNEI son sinónimos,
según como se consigne éste acrónimo en distintos países
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Este artículo es original y no ha sido enviado
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Conflicto de interés:
Ninguno
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Cesión de derechos:
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Contribución de los autores:
Las autoras y autores han
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Fecha de Recepción: 2024-09-23 Aceptado: 2024-12-17
ARK: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s27968677/y7c4n9vl5
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