Editorial

Abstract

Hace un año, nuestra Universidad celebró los cien años de la gesta Reformista que cambio la educación superior en gran
parte de América Latina y que trascendiera mas allá de nuestro continente.
Los cambios, a pesar de la natural resistencia a los mismos, característica universitaria global, mencionada ya en estas
páginas, forman parte de nuestra historia y marcan los hitos que perduran a través de los tiempos.
Dentro de un mes y medio, la Universidad Nacional de Córdoba, elegirá por primera vez a su Rector y su Vicerrector, a
través de un sistema de elección directa. No es casual que esta Universidad, conocida extensamente por su marcada vocación
democrática, altamente participativa en lo referente a sus órganos de gobierno, haya optado mayoritariamente por este
sistema, que supera fuertemente la legitimidad del anterior sistema de elección de autoridades unipersonales.
Como todo cambio en un espacio de gran participación, fue complejo y altamente conflictivo, no exento de presiones de todo
tipo, en las que la cuestión política ocupó un lugar preponderante.
Una peculiaridad, es que entre los diferentes matices, que impactan en el proceso electoral en curso, la cuestión de género
está en el primer puesto de la agenda de los postulantes a la máxima jerarquía, lo cual pone de manifiesto, la importancia que
esta problemática tiene para el singular universo de la Educación Superior.
El empoderamiento de la mujer en los diferentes espacios de participación, no debe verse sólo como una actitud justa que
compense el relegamiento histórico, sino por el contrario, y fundamentalmente, para sacar provecho de las capacidades de la
mujer en pro de un salto de calidad en los diferentes aspectos del sistema universitario, en particular, y en todos los ámbitos
que conforman el colectivo social, en general.
Hay muchas cuestiones más en la mesa de las discusiones de los diferentes espacios políticos universitarios, de tanta
importancia como lo son los aspectos presupuestarios, en el marco de la crisis económica por la que transitamos, que tanto
afecta nuestras vidas, las diferentes manifestaciones sociales derivadas de este problema y el rol que la Universidad tiene en
este contexto, pero por sobre todas las cosas, cuando los universitarios vayamos a las urnas a elegir a nuestros próximos
Rector y Vicerrector, vamos a estar construyendo un nuevo jalón en el devenir de nuestra Casa, vamos a estar haciendo
historia. Debemos ser reflexivos. No debemos solamente pararnos en nuestra pertenencia a un espacio político, sin considerar
el propio acto y su significación histórica.
Debemos estar a la altura de nuestros más de 400 años de vida como Institución del saber.