Número 7 · Año 2021
Retorno, reconstrucción y reconocimiento del paisaje a través del proyecto fotográfico
Return, reconstruction and recognition of the landscape through the photographic project
Alicia Palacios-Ferri
Universitat Politècnica de València
Sevilla, España
Recibido: 01/03/2021 - Aceptado: 08/06/2021
ARK: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s2408462x/zpmraopt9
Resumen
Mi mirada ha sido educada a través de un paisaje plano, cambiante e infinito. Sin embargo, no fui capaz de ver el valor histórico y cultural que poseía hasta que me alejé de él. Vivir lejos de mi pueblo natal me aportó la posibilidad de mirarlo desde una perspectiva externa. En este texto narro el nacimiento y el proceso de un proyecto fotográfico intimista y documental; que me permitió reconstruir mi mirada hacia el territorio que había habitado siempre. Como acompañamiento del relato muestro varias fotografías del proyecto titulado TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir.
Palabras clave: Paisaje, Territorio, Fotografía, Documental, Intimista.
Abstract
My gaze has been educated through a flat, changing and infinite landscape. However, I was not able to see the historical and cultural value of the landscape until I left there. Living far away from my hometown gave me the possibility to look at it from an external perspective. In the present document I talk about the birth and the process of an intimate and documentary photographic project; which allowed me to rebuild my gaze towards the territory that I had always inhabited. In addition, several photographs that conform the project, entitled LAND. Valencian landscape in the Guadalquivir, are showed.
Key words: Landscape, Territory, Photography, Documental, Intimism.
Número 7, 2021 / Sección Indeterminación / ISSN 2408-462X (electrónico)
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ART
Centro de Producción e Investigación en Artes,
Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.
Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
Retorno
¿Cómo vemos el lugar en el que crecimos? Lo vemos a través de una mirada cotidiana. Cada desperfecto del paisaje, cada grieta, cada escombro… nos parece tan familiar como el sofá del salón de nuestra casa. Pero, ¿qué ocurre si nos distanciamos de ese paisaje? Podría contestar que tiene el efecto inverso al de un niño que vuelve a un lugar cuando ya ha crecido, y lo ve más pequeño y menos asombroso. Con nuestro cuerpo ya crecido y nuestra mirada ya formada, la distancia provoca el efecto inverso. En cuanto a la escala del lugar no encontramos diferencia alguna, sin embargo, el asombro aumenta. Nuestra mirada cotidiana se extranjeriza y acaba percibiendo de forma externa un paisaje. Como si nosotros no fuésemos nosotros; como si viniéramos de fuera y conociéramos por primera vez el lugar de donde venimos.
Este extraño fenómeno fue el que me concedió la distancia. El poder desconocer y deconstruir mi pueblo, su cultura y su entorno; para, posteriormente, reconocerlo y reconstruirlo desde el conocimiento y la responsabilidad.
Nací en Sevilla, pero me crié en un pequeño pueblo de las Marismas del Guadalquivir. Un pueblo que tiene muchos nombres: primero se llamó El Puntal, luego le impusieron Villafranco del Guadalquivir y finalmente pasó a llamarse Isla Mayor; pero cada uno le llama como quiere. A pesar de haber tenido tantos nombres, se trata de un pueblo que nació a mediados del siglo XX. Las marismas fueron lugar de escondite, propiedad olvidada de tantos y riqueza agrícola en potencia para muchos.
Imagen 1: Palacios-Ferri, A. (2019). Agosto. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
Numerosos cultivos fueron probados en estas tierras que parecían resistirse. Finalmente, tras conversaciones entre Rafael Beca Mateos (terrateniente de la zona) y Queipo de Llano, se decidió traer a valencianos para que enseñaran a los pobladores de las marismas el cultivo del arroz. Así fue como cientos de familias valencianas se trasladaron a un lugar empantanado de Andalucía en aras de cultivar, enseñar y —para muchos— quedarse. Pero esta tarea no fue solo cosa de valencianos, llegaron jornaleros de numerosas regiones españolas, entre ellas Murcia, Extremadura, Canarias y, sobre todo, Andalucía. La unión del conocimiento y del trabajo dio frutos: Isla Mayor es actualmente la primera potencia europea de producción arrocera. Soy la cuarta generación de un pueblo que fue levantado con las manos de mis antepasados tocando la tierra húmeda. No podría pensar en otro nacimiento repleto de más belleza que ese.
¿Y qué hace un pueblo que tiene tantas madres? ¿De dónde saca su identidad? Si pudiera definir la identidad de mi pueblo mostraría un grano de arroz —pelado o sin pelar— en la palma de mi mano. Ahí está el centro de todo, las seis mil personas que habitan el pueblo viven, directa o indirectamente, del arroz. La siega, la escarda, el cultivo, la fumigación, la pesca, las redes, la reparación de máquinas agrícolas… Todos están unidos por una misma actividad, que fue la madre de un pueblo que no existía y que sigue sobreviviendo gracias a ella.
Imagen 2: Palacios-Ferri, A. (2019). Terrateniente. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
La cultura valenciana sigue caminando por las calles, puedes ver el fuego de las fallas el Día del patrón del pueblo, o las monas el lunes de Pascua (el resto de Andalucía no celebra esta festividad), pastelería tradicional valenciana, restaurantes especializados en todo tipo de paellas y arroces; y la lengua. La lengua valenciana que sigue sonando por las calles, los bares y las casas. La misma lengua que me transmitieron mis abuelos, la misma que intenta resistirse al olvido, al abandono, pero que se acaba; sus portadores se acaban.
Imagen 3: Palacios-Ferri, A. (2019). Pepe y Maruja. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla
Mayor, España.
Reconstrucción
A mediados de 2019 tomé la decisión de sumergirme en un proyecto que cambiaría por completo mi forma de ver el paisaje y de reconocer el territorio al que pertenezco. La fugacidad del tiempo y la distancia detonaron mi proyecto: Terra. Un paisaje valenciano en el Guadalquivir. En él se habla sobre la híbrida identidad isleña, destacando los rasgos de la cultura valenciana que aún prevalecen y se reivindica la producción arrocera sevillana. Terra posee un carácter documental e intimista a partes iguales. Nace por la necesidad de contar la historia de mi pueblo, de mi familia; homenajear a todos aquellos que dejaron su casa para adentrarse en un mar de barro. Dar a conocer lo que realmente sucedió en las marismas. Contar la historia que hay detrás del paisaje.
Tres de mis abuelos han fallecido durante el desarrollo de este proyecto. Sin embargo, su elaboración me ha permitido rescatar la memoria de todos ellos (y de otros tantos), cartografiar el territorio a través de sus historias. La producción ha sido realizada en un entorno familiar. De repente, cada anécdota que alguien cercano contaba sobre aquellos años, provocaba en mí la necesidad de poner la grabadora en marcha. La generación que vivió el nacimiento de mi pueblo se esfuma como la pólvora.
El territorio isleño se convirtió en mi inmenso plató de fotografía. El haberlo habitado me aportó el conocimiento espacial y lumínico. Sabía cuándo y dónde debía ir para conseguir la fotografía que deseaba. Aunque también es cierto que el descomunal tamaño de los campos de arroz hace que sea casi imposible aprendérselos de memoria. Atín Aya recorrió estos mismos caminos durante los años noventa para fotografiar los poblados que formaban parte de las Marismas del Guadalquivir y que estaban a punto de desaparecer. Tenía un mapa donde señalaba los lugares que había visitado, dónde había fotografiado y dónde quería hacerlo. Yo prescindí de mapas. En cambio, pude contar con miembros de mi familia, agricultores, que recorren los mismos caminos temblorosos a diario.
Reconocimiento
La serie fotográfica está compuesta por imágenes dispares. En ellas capté a personas totalmente desconocidas, personas no tan desconocidas y familiares, que posaron ante mí con generosidad. También paisajes desnudos, vestidos, revestidos, deshaciéndose. Sin embargo, de las imágenes que me gustaría hablar son aquellas que parecen no tener, y no decir, nada. Son justamente esas, las que muestran un ápice del paisaje, aparentemente irrelevante, las que definen el cambio que se ha producido en mí hacia él.
Es curioso cómo cualquier objeto, rotura o planta puede contar una historia. Muchas de las fotografías que conforman mi proyecto parecen no contar nada; pero cuentan mucho. En la imagen 3, por ejemplo, se puede observar un campo de arroz. Sin embargo, el encuadre puede resultar extraño, pues la tierra tiene más protagonismo que el cielo y la palmera que aparece al margen derecho, está incompleta. Quien la viera, sin conocer su historia, podría pensar que fue un encuadre antojadizo, un lugar escogido al azar, una imagen sin importancia. Muy lejos de la realidad muchos sentimientos se remueven en mi estómago al contemplarla. El hermano de mi abuelo, Javier Ferri García, escribió, desde la distancia y la nostalgia más profunda, un poema que decía así:
No te alarmes, amor, no te alertes / por verme enterrado en el barro. / El mío es un atasco voluntario. / Así quiero estar perenne / pudriéndome poco a poco / hasta unirme a su estructura / quedarme en su territorio / amando lo que más amo: ¡arrozales de Sevilla!
En “Pepe y Maruja” (imagen 3) podemos observar cómo esas palabras se hicieron realidad con uno de mis familiares. Sus cenizas están enterradas bajo la tierra, al mismo nivel que las semillas de arroz que año tras año crecen en un presumible cerco de tierra que llevaba su nombre. En esta imagen no busco belleza, ni rareza, ni un encuadre fantasioso. Hablo de la realidad que siento al observar esa diminuta fracción de tierra que yace junto a la palmera. Es una tarea imposible para mí mirar ese paisaje y sentirme ajena a lo que hay en él. En mi pueblo, cuando la gente muere, va a la tierra y no al cielo.
En muchas imágenes del proyecto se pueden observar edificios que se erigen, con más o menos elegancia y resistencia, como patrimonio arquitectónico de la historia de Isla Mayor. Algunos eran molinos de arroz, otros economatos, colegios y viviendas. Estas últimas, sobre todo, han sido víctimas del olvido. Puesto que, los dueños de las tierras, decidieron derrumbarlas para tener más terreno que cultivar. Eso mismo hizo mi abuelo con la primera casa donde vivieron. “Mamá” (imagen 4) fue fruto de una serie de preguntas que le hice en uno de nuestros paseos: ¿mi madre nació en la casa que teníais en el campo?, ¿derrumbasteis la casa?, ¿la casa estaba aquí?, a lo que mi abuelo contestó con tres síes. Mi última pregunta fue la decisiva: Abuelo, ¿dónde nació mi madre?. Mi abuelo señaló un trozo de tierra, un trozo de tierra que él visualizaba como la habitación de la casa donde nació mi madre. Y así, sin esperarlo, un fragmento del territorio que estábamos ocupando se volvió sagrado. Mi abuelo señaló un almorrón, un lomo de tierra que separa campos de arroz contiguos. Mi madre nació en una casa que ahora es un lugar de frontera. Fotografiar esa parte del territorio era tan solo una forma de consumar todos los sentimientos que me inspiraba ese pequeño paisaje, que antes de mis preguntas, era prácticamente invisible a mis sentidos.
Imagen 4: Palacios-Ferri, A. (2019). Mamá. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
Estos son tan solo un par de ejemplos de cómo el paisaje que yo observaba cambió ante mí. La distancia, en lugar de distanciarme, me acercó. Me aportó el don de la mirada externa —que no extranjera—, me concedió la posibilidad de ver la rareza en lo que para mí había sido siempre una preciosa normalidad. Esa misma distancia me invitó al acercamiento, a la búsqueda del conocimiento, a la búsqueda de la historia que cada brizna del paisaje desprende. La cotidianidad se desprendió de mi mirada. Ahora, al habitar el territorio que sintió mis primeros pasos, al contemplar el paisaje que me vio crecer, lo miro de otra manera. Miro con admiración, con una pizca de sabiduría, con amor.
Podría haber vuelto, haber preguntado, entrevistado, investigado, leído y paseado y no haber hecho nada al respecto. Podría haberme quedado con toda esa información dentro de mí, pero necesitaba, de alguna forma, consumar el cambio que se había producido en mi interior y que había reconstruido mi mirada por completo. La fotografía ha sido para mí la forma de mediar, de avanzar entre ese paisaje anterior, vacío y superficial, y ese paisaje lleno de valor cultural, histórico y sentimental.
Terra es un proyecto que rescata del olvido historias, rincones, lugares y personas a punto de desvanecerse. Cuenta la historia a través del paisaje; o mejor dicho, cuenta el paisaje. Ya que el paisaje es historia en sí mismo, solo que antes lo miraba y no sabía leer lo que decía.
Imagen 5: Palacios-Ferri, A. (2019). Amor (autorretrato). TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir.
Isla Mayor, España.
Imagen 6: Palacios-Ferri, A. (2019). Villa Araceli. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
Imagen 7: Palacios-Ferri, A. (2019). Cangrejada. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor,
España.
Imagen 8: Palacios-Ferri, A. (2019). Ferrer. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
Imagen 9: Palacios-Ferri, A. (2019). Atarraya. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
Imagen 10: Palacios-Ferri, A. (2019). Orilla. TERRA. Paisaje valenciano en el Guadalquivir. Isla Mayor, España.
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Biografía
Alicia Palacios-Ferri
Sevilla, 1995. Estudia Bellas Artes en la Universidad de Sevilla, se traslada a Valencia para estudiar el Máster en Fotografía, Arte y Técnica y el Máster de Producción Artística de la UPV, donde continúa vinculada realizando una tesis doctoral. Sus intereses giran en torno al paisaje, la naturaleza, el género y el cine; se plasman en su producción artística y en sus trabajos de investigación.
Contacto: aliciapalaciosferri@gmail.com - www.alissieta.com
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Cómo citar este trabajo:
Palacios-Ferri, A. (2021). Retorno, reconstrucción y reconocimiento del paisaje a través del proyecto fotográfico. Artilugio Revista, (7). Recuperado de: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ART/article/view/34566