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El tiempo está fuera de lugar: sobre el mural chimbero censurado[1]

 

The time is out of joint: about a censored mural from Chimbas[2]

 

Mariana Olivares

Universidad Nacional de San Juan

San Juan, Argentina

marianaolivarespedrozo@gmail.com

 

 

Recibido: 02/03/2019 - Recibido con correcciones: 04/07/2019 - Aceptado: 10/07/2019.

 

Resumen

El presente ensayo nos propone reflexionar sobre las corporalidades no binarias en relación con los conceptos tiempo/espacio, a partir de la censura de un mural ocurrido durante el mes de noviembre de 2018, en el departamento de Chimbas de la provincia de San Juan. El hecho, que funciona como un disparador, nos permite, a través de nociones de la temporalidad y la geografía queer, dislocar la línea temporal y espacial de lo acontecido y vincularlo con otros hechos de marginalización. El texto nos conduce a un modo posible de comprender el acontecimiento de censura, como parte del dispositivo de control del sistema dicotómico sexo-género que moldea tanto cuerpos, performances, como espacios-tiempos.

Palabras clave: identidades de género; mural; censura; tiempo-espacio; binarismo.

 

Abstract

This essay proposes to reflect on non-binary corporealities in relation to the concepts of time / space, based on the censorship of a mural that occurred in November of 2018, in the locality of Chimbas, San Juan - Argentina. This censorship allows us, through notions of temporality and queer geography, to dislocate the temporal and spatial line of what happened and to link it to other marginalization facts. The text leads us to a possible way of understanding the erasure of the mural as part of the control device of the sex-gender dichotomy system that shapes bodies, performances, as well as spaces-times.

Key words: gender identities; mural; censorship; time-space; binarism.

 


El enunciado que da origen al título de este ensayo podría llegar a ser la peor traducción de la conocida frase de Hamlet “the time is out of joint”,[3] que también podría traducirse como “el tiempo está dislocado o desarticulado”. Frase que, como refiere Freeman,[4] implica que el tiempo posea, o mejor dicho sea, un cuerpo. ¿Cuál sería, entonces, el resultado de esa desunión? ¿Cómo sería el cuerpo desarticulado del tiempo? Seguro un poco torcido, disforme, desviado, anómalo. Si occidentalmente el cuerpo-espacio del tiempo ha sido definido por su linealidad, homogeneidad y continuidad, pues el tiempo desarticulado podría estar compuesto de saltos, de ires y venires, de retombèes,[5] de ruinas y espectros que vuelven a traer el pasado al presente o, como escribe Freeman, encuentran el pasado (o futuro) ya inscripto en el presente (o todos esos términos entrecruzados).

Pienso que yo iba hablar sobre un mural y comencé con toda esta perorata del tiempo y del espacio, y de un hombre abrumado por el espíritu de su padre que le recordaba que el mundo es un lugar confuso, cuyo reordenamiento implicaba incluso la detención del tiempo.

Si vuelvo sobre el mural, entonces debo hablar sobre ese tiempo-espacio desarticulado y anómalo. Por tanto, empezaré 129 años antes, por una obra de los comienzos del arte argentino pintada por Schiaffino y titulada Reposo.[6] Este óleo sobre lienzo ganó una medalla de bronce en la Exposición Universal de París en 1889, y un año más tarde se exhibió en Buenos Aires, donde recibió severas críticas por parte del periodismo nacional. El diario La Argentina escribió: “En esa mujer provocativamente echada, hay algo, sino mucho, de deforme”,[7] y otras tantas críticas llovieron desde el diario La Nación. ¿Qué es lo deforme de la representación? ¿Qué es lo que desarticula Reposo en la mirada del público?

En el lienzo, aparece un cuerpo anguloso recostado sobre paños azules, cuya pose, como bien menciona Malosetti Costa, recuerda la escultura helenística del Hermafrodito.[8] Tanto el cuerpo como la atmósfera del cuadro de Schiaffino revelan su adhesión al simbolismo. Las partes que componen el cuerpo, iluminadas arbitrariamente, parecieran vistas desde diferentes ángulos, en tanto la atmósfera fría que lo envuelve y la indistinción del género aumentan la sensación de extrañeza que provoca la representación. Por lo cual, se podría afirmar que el desnudo de Schiaffino no procura ser una descripción objetiva, sino por el contrario revelarse como lo que es, una ficción. Lo dicho desafía tanto los cánones académicos como los morales, ya que es un desnudo que se muestra en su construcción,[9] un desnudo no validado por la mitología o la historia del arte; y, sobre todo, es una entidad andrógina. Ante ello, la mirada heteronormativa y binaria no puede interpretarlo más que en términos de desorden, deformidad y desproporción. Reposo así pasa a ser un cuerpo que está fuera de lugar, está desbordado, es prácticamente obsceno.

Ahora sí, volviendo sobre el mural, podríamos plantear que el espectro de Reposo resuena en aquel cuerpo, un poco geometrizado y pachamámico, de Feli Lloveras. O, tal vez, es el eco de Lloveras que resuena allá, o ambos se tocan en algún espacio-tiempo ¿Qué movilizó el cuerpo pintado en aquella pared de Chimbas? ¿Qué puso fuera de lugar?

En la nota presentada a la intendencia para pedir que sea borrado, dice lo siguiente: “Además de no ser lindo a la vista de todos nosotros, no fue terminado, se ve desprolijo y no es lo que queremos para nuestro lugar…” (sic).[10] No hablaré de que, tanto el adjetivo como el pronombre (como el resto de las palabras y quienes firman), están generizados masculinamente, sino que revisaré las calificaciones que hacen del mural. Lo describen simultáneamente como una representación no linda, no acabada y desprolija. En consecuencia, es imposible no preguntarse: ¿qué es un cuerpo lindo, acabado y prolijo? ¿Cuáles son las reglas a las que un cuerpo debe ajustarse para serlo? Como plantea García Cortés, las sociedades utilizan el binomio orden (acabado, prolijo, lindo, armónico) y caos (inacabado, desprolijo, feo, inarmónico) para establecer los parámetros de lo normal/anormal y lo moral/amoral, lo cual no es otra cosa que una estructura de control para mantener el statu quo. Por tanto, que el cuerpo de Lloveras “no esté acabado, sea desprolijo y feo” tiene otras implicancias dadas por la lectura que se hizo de esa corporalidad. Los diferentes titulares de los medios de comunicación de la provincia lo anunciaron de las siguientes maneras:

- Borraron un mural en Chimbas: ‘Era una mujer con cara de hombre’.[11] 

- Papelón en Chimbas: En la semana del orgullo gay borraron un mural ‘trans’. [12] 

- Chimbas: censura, borraron un mural porque pensaban que se trataba de una mujer trans.[13] 

- Polémica: Borraron un mural por hacer referencia al trabajo sexual.[14]

- Chimbas: El dolor del muralista censurado en casa evangelista.[15] 

 

Si bien sabemos que no fue la intención del muralista representar una chica trans,[16] hay algo en la mirada colectiva que lee ese cuerpo en dichos términos y ante lo cual reacciona censurándolo. En una conversación telefónica con uno de los firmantes (vecino de la zona), ratifica la molestia barrial por la figura que él describe como mitad hombre y mitad mujer, dice: “tenía una pierna de mujer y otra de hombre, una más fina y otra como musculosa… y el rostro también era mitad de hombre y mitad de mujer”.[17] De ello no sólo se puede destacar la dicotomía que divide lo masculino como fuerte y lo femenino como débil, sino el horror ante la convivencia de ambas impresiones en un mismo cuerpo. Siguiendo con García Cortés, escribe el autor en Orden y Caos:

 

El ser humano se construye un mundo estable en el que los objetos y las personas tienen formas reconocibles y permanentes. Todo aquello que no se ajusta a estos modelos tendemos a ignorarlo, marginarlo o esconderlo para que no turbe estos supuestos. Todo lo que aparece como indefinible, que no es ni una ni otra cosa, es entendido como un peligro para la sociedad (…) Los conceptos peligro, contaminación y/o pureza son definidos con el fin de proteger lo que se entiende como bien común. Una idea que pugna por consolidar y perpetuar la anulación de la diferencia y la homogenización de lo jerárquicamente diverso…[18]

 

Por tanto, volviendo al eco y al tiempo que se disloca y disloca, lo que queda al desnudo en ambas representaciones, la de Schiaffino y la de Lloveras, no son los cuerpos, sino lo que los desborda, la incapacidad del ojo de encerrarlos bajo una identidad unívoca. El cerco del principio de identidad lógico queda roto,[19] y nos cuela en la mirada otras posibilidades de ser/habitar los cuerpos.

La eliminación del cuadro Reposo de la galería Bossi, que festejaba el diario El nacional el 29 de octubre de 1889,[20] resuena en el blanqueamiento del mural de Lloveras.[21] El pasado emerge en el presente o el presente emerge en el pasado (esperemos que no en el futuro). La vuelta al orden implica la marginalización (y anulación) de los cuerpos que no cumplen con las normas sociales de representación tanto como de presentación. Es importante señalar esto último, porque ello no sólo acontece entre los marcos del campo gráfico, sino que también lo hace al interior de los marcos de legibilidad y legitimidad de la realidad social. Es así que la historia de una trans asesinada y arrojada en el mismo lugar puede que sea algo que el barrio sumó al conflicto,[22] pero ese espectro no deja de ser y estar, no deja de acecharnos, porque efectivamente esta sociedad patriarcal y binaria cercena lo que la desborda.[23]

Cuando digo, mal citando a Hamlet, que el tiempo desborda el espacio y por tanto está fuera de lugar, me estoy refiriendo al cuerpo del tiempo y a la construcción social del espacio que no le reconoce su derecho de ser-ahí. El sistema dicotómico sexo-género es un dispositivo que estructura y controla tanto cuerpos, performances como espacios-tiempos. Y si pensamos dichas nociones en relación a lo acontecido, podemos volver sobre la nota referida líneas más arriba, y observar cómo la misma menciona el espacio como una razón crucial para la eliminación del mural:

 

Coincidimos que la pintura plasmada en la pared de Benavidez y Mendoza no va de la mano con (…) los portales de ingreso que desde la gestión se están realizando; y menos aún en las calles antes mencionadas, que significan EL PORTAL PRINCIPAL DE CHIMBAS.[24] 

 

Esta evidente jerarquización del espacio y la preocupación por la ocupación del mismo,[25] también fue parte de la justificación dada por teléfono, en la cual se planteaba que un mural de tales características no podía ocupar el espacio de entrada a Chimbas. El portal, la entrada al departamento, es un hito espacial de gran importancia, ya que es “la frontera, que distingue y opone dos mundos y el lugar paradójico donde dichos mundos se comunican…”.[26] En este caso, el umbral señala el paso a otra identidad, la identidad chimbera: “no caía bien para representar Chimbas”, dice con respecto al mural la persona con quien hablé por teléfono.[27] Este portal no puede tener como guardián un cuerpo que se desvíe de los parámetros heteronormados y binarios;[28] ello sería como recordar todos los días que el orden es una ficción, que nuestros cuerpos e identidades no están sujetas a leyes, que las cosas no se resuelven en un dos más dos es cuatro. ¿Cómo se pasa cotidianamente por un umbral que, sin quererlo, nos cuestiona nuestras definiciones de identidad y de género?

Pues pareciera que la única opción es volver a poner todo en orden y suprimir aquello que no colabora con el “bien común”. Marginar, suprimir y esconder el cuerpo. El delito ya ha sido cometido desde antes de que naciéramos, pero hay que reinstaurarlo, enseñarles a otras corporalidades que eso no puede pasar, que no se puede reclamar un espacio-tiempo. Que debemos poner lo que desborda y disloca, como mucho, en la última pared, aquella en donde no haya luz ni mirada que lo vea. Sin embargo, y mal que les pese, por más que borraron aquel cuerpo, el espectro seguirá allí, seguirá emergiendo para señalar que lo que está fuera de lugar, lo que es torcido, es un sistema que se basa en la exclusión, homogenización y desaparición de lo que desborda las categorías. Un sistema que provoca que la expectativa de vida en Latinoamérica de personas trans sea de 35 a 41 años,[29] y que en lo que va del año 2019 en Argentina hayan muerto, por asesinato o abandono, 15 personas de la comunidad trans.[30] Por tanto, en este mundo diverso, por más que se tape de blanco una pared, los espectros seguirán susurrándonos que el mundo es un lugar confuso en el cual nosotrxs somos la ficción.

 

 

Bibliografía:

AAVV, Queer Geographies (Denmark: Museet for Samtidskunst, 2014).

Mary Douglas, Pureza y Peligro. Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú (Madrid: Siglo XXI, 1973).

Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano (Guadarrama: Punto Omega, 1981).

Elizabeth Freeman, Time Binds: Queer Temporalities, Queer Histories (California: Duke University Press, 2010).

José Miguel García Cortés, Orden y Caos. Un estudio cultural sobre lo monstruoso en las artes (Barcelona: Anagrama, 1997).

Laura Malosetti Costa, "Escándalos (como en París). Desnudo y modernidad en Buenos Aires en las últimas décadas del siglo XIX", Los estudios de artes desde América Latina (s/d).  Instituto de Teoría e Historia del Arte Julio E. Payró, Universidad de Buenos Aires. Consultado el 21 de enero de 2019, disponible en http://www.esteticas.unam.mx/edartedal/PDF/Queretaro/complets/maloseti_queretaro.pdf

Laura Malosetti Costa, “Eduardo Schiaffino: la modernidad como proyecto”, Los estudios de artes desde América Latina (s/d). Consultado el 21 de enero de 2019, disponible en http://www.esteticas.unam.mx/edartedal/PDF/Buenosaires/complets/malosetti_buenosaires.pdf

Lynda Nead, El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad (Madrid: Técnos, 2013).

Lucía Sánchez, “Ser trans en Argentina”, La tinta. Periodismo hasta mancharse (9 de marzo de 2018). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://latinta.com.ar/2018/03/ser-trans-argentina/

Severo Sarduy, “Entrevista a Severo Sarduy por Blas Matamoro”, Cuadernos Hispánicos, 563 (mayo de 1997): 13-18.

William Shakespeare, Hamlet, Prince of Denmark (United Kingdom: Cambridge University Press, 2003).

Beatriz Evelyn Silva, “Las muertes trans, por asesinatos o exclusión”, Diario digital femenino (9 de febrero de 2019). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://diariofemenino.com.ar/las-muertes-trans/

 

 

Biografía

Mariana Olivares

Autora

Licenciada en Artes Visuales por la Universidad Nacional de San Juan (Argentina, 2013). Fue becada para realizar sus estudios de Maestría por LSU, donde se maestró en Estudios Hispánicos con concentración en Estudios Culturales (2015). Es docente en la UNSJ y JTP en la ENERC Sede Cuyo. Ha mostrado sus proyectos artísticos y artículos en diferentes lugares, entre ellos Argentina, España y Estados Unidos.

Contacto: marianaolivarespedrozo@gmail.com

 

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Cómo citar este artículo:

Mariana Olivares, “El tiempo está fuera de lugar: sobre el mural chimbero censurado”, Artilugio [en línea], 5 (septiembre de 2019): 54-62.

 

 

Artilugio

Número 5, 2019 / ISSN 2408-462X (electrónico)

https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ART

 

Centro de Producción e Investigación en Artes,

Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.

 

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[1] Mural realizado dentro del Maaanso Encuentro Internacional de Muralistas y Graffiteros en el departamento de Chimbas, San Juan, durante el mes de noviembre de 2018.

[2] Mural made within the "Maaanso International Meeting of Muralists and Graffiti" in the locatily of Chimbas, San Juan, in November 2018.

[3] Shakespeare, Hamlet, 126.

[4] Freeman, Time Binds, 14.

[5] El término retombée fue acuñado del francés por Sarduy, quien lo utiliza en relación al barroco. En una entrevista lo define como una resonancia a consecuencia de algo que puede aún no haber acontecido, concepto que rompe con la temporalidad occidental. Dice el autor en dicha entrevista: “ese efecto posterior a una explosión. En Barroco, repito, el efecto puede precederla”. Sarduy, Entrevista con Severo Sarduy,14.

[6] La modelo del cuadro fue la aún adolescente Jeanne Copin, quien luego sería la esposa del pintor.

[7] Como se cita en Malosetti Costa, “Eduardo Schiaffino: la modernidad como proyecto”, 18.

[8] Ibid.

[9] Pintar un cuerpo que se revela como construcción es afirmar por otros medios las proposiciones de Lynda Nead: “No puede haber un cuerpo sin ropa que sea ‘otro’ del desnudo, porque el cuerpo siempre está en representación”. Nead, El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad, 34.

[10] La nota fue presentada en la Municipalidad de Chimbas, dirigida al Intendente Fabián Gramajo, con fecha de octubre de 2018 y firmada por el presidente de la unión vecinal y dos vecinos de la zona.

[11] “Borraron un mural en Chimbas: "Era una mujer con cara de hombre", Canal 13 (11 de noviembre de 2018). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://www.canal13sanjuan.com/san-juan/2018/11/11/borraron-un-mural-en-chimbas-era-una-mujer-con-cara-de-hombre-89244.html

[12] “Papelón en Chimbas: En la semana del orgullo gay borraron un mural «trans»”, Diario móvil (11 de noviembre de 2018). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://www.diariomovil.info/2018/11/11/papelon-en-chimbas-en-la-semana-del-orgullo-gay-borraron-un-mural-trans/

[13]  “Chimbas: censura, borraron un mural porque pensaban que se trataba de una mujer trans”, El cimbrazo. El epicentro de la noticia en San Juan (11 de noviembre de 2018). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://elcimbronazo.com/2018/11/11/chimbas-censura-borraron-un-mural-porque-pensaban-que-se-trataba-de-una-mujer-trans/

[14] “Polémica: Borraron un mural por hacer referencia al trabajo sexual”, Canal 13 (10 de noviembre de 2018). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://www.canal13sanjuan.com/san-juan/2018/11/10/polemica-borraron-un-mural-por-hacer-referencia-al-trabajo-sexual-89207.html. Cabe señalar en este titular la asociación directa que se realiza entre transexualidad y trabajo sexual.

[15]  “Chimbas: El dolor del muralista censurado en casa evangelista”, Diario móvil (13 de noviembre de 2018). Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://www.diariomovil.info/2018/11/13/chimbas-el-dolor-del-muralista-censurado-en-casa-evangelista/

[16] Lloveras, Entrevista personal, 28 de enero de 2018.

[17] Comunicación personal, 9 de febrero de 2018.

[18] García Cortés, Orden y Caos, 18.

[19] El principio de identidad es un principio de la lógica y la filosofía, según el que toda entidad es idéntica a sí misma.

[20] “Felizmente desaparecieron de aquella casa [Bossi] que generalmente se distingue por el buen gusto de sus exposiciones, los desgraciados cuadros de Schiaffino [...] que honran muy poco al pensionado en París", como se cita en Malosetti Costa, “Escándalos (como en París). Desnudo y modernidad en Buenos Aires en las últimas décadas del siglo XIX”, 16.

[21] Blanqueamiento de la pared que había sido levantada por el municipio a fines de la realización del mural. Censura que ningún grupo o persona se atribuyó.

[22] Algunxs vecinxs aseguraban que sobre las calles donde se ubicaba el mural habían asesinado y arrojado el cuerpo de una chica trans; otrxs, como el mismo vecino que firma la nota, lo desmienten. No obstante, en los medios de comunicación provinciales relevados no se halló información sobre el caso.

[23] Como escribe Douglas, el orden se crea sólo mediante el forzamiento de la realidad: “… sostengo que las ideas acerca de la separación, la purificación, la demarcación y el castigo de las transgresiones tienen por principal función la de imponer un sistema a la experiencia, que de por sí es poco ordenada. Sólo exagerando la diferencia entre adentro y afuera, encima y debajo, macho y hembra, a favor y en contra se crea la apariencia de un orden” (Pureza y peligro, 17).

[24] Las mayúsculas son del original.

[25] Para más información sobre el vínculo entre género y espacio, consultar AAVV, Queer Geographies, 2014.

[26] Eliade, Lo sagrado y lo profano, 17.

[27] Comunicación personal, 9 de febrero de 2018.

[28] “El umbral tiene sus «guardianes»: dioses y espíritus que defienden la entrada, tanto de la malevolencia de los hombres, cuanto de las potencias demoníacas y pestilenciales”. Eliade, op. cit., 17.

[29] Cfr. Sánchez, “Ser trans en Argentina.” Consultado el 2 de marzo de 2019, disponible en https://latinta.com.ar/2018/03/ser-trans-argentina/

[30] A 39 días de comienzos del año 2019, el Diario digital femenino anuncia que en Argentina han sucedido 15 casos de muerte, por asesinato u abandono estatal, de personas trans. Silva, “Las muertes trans, por asesinatos o exclusión”.