Número 9

Año 2021


El problema racial y los discursos de odio en los Estados Unidos

Reseña del film Ku Klux Klan: Une histoire américaine (David Korn-Brzoza, Francia, 2020)

The racial problem and hate speeches in the United States

Movie review of Ku Klux Klan: Une histoire américaine (David Korn-Brzoza, Francia, 2020)

José Antonio Abreu Colombri

Universidad Complutense de Madrid 

Madrid, España

abreucolombri@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8698-6493 

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ARK: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s22504524/sjvae36at 

Ku Klux Klan: Une histoire américaine (Francia, 2020)

Dirección: David Korn-Brzoza

Producción: Dominique Tibi

Música: Georges Lafitte.

Fotografía: Charles Sautreuil

Guion y traducción al francés: Hèléne Inayetian

Intérpretes: Lucien Jean-Baptiste, Philippe Catoire, Georges Caudron y Arnaud Arbessier.

Edición: Jean-Paul Le Grouyer

Productor ejecutivo: Sabine Nacceche

Sonido: Serge Kochyne

Documentación: Marie Corberand

Género: documental

Productoras: Roche Productions y Arte Éditions

Distribución de la versión anglófona: ZED


TOMA UNO, Nº 9, 2021 - https://revistas.unc.edu.ar/index.php/toma1/ 
ISSN 2313-9692 (impreso) | e-ISSN 2250-4524 (electrónico)

Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-Sin Derivadas2.5 Argentina.


El proyecto audiovisual se filmó en la primera mitad del 2020, mientras se producía una crisis social gravísima, desconocida en los Estados Unidos desde la década de 1960. Aquí se aborda de forma seria y rigurosa, sin excesos, uno de los temas más corrosivos para las instituciones democráticas contemporáneas: la trayectoria histórica del Ku Klux Klan. Un caso de estudio muy poroso que tiene múltiples vínculos temáticos con el presente.

En la primera parte se hace una descripción bastante pormenorizada de los acontecimientos principales acaecidos en torno al “Klan” entre 1865 y 1925. En la segunda, se abordan aspectos muy concretos de la deriva de la organización entre 1925 y 2020. Desde mediados de la década de 1920, sin uniformidad lineal, se toman como casos de estudio sucesos relevantes de su historia, pero que dejan al margen el hostigamiento violento hacia artistas, periodistas y líderes políticos como Malcolm X, Luther King y Robert Kennedy.

El más famoso colectivo supremacista surgió como una sociedad secreta e iniciática en 1865 en Tennessee (Pulaski), con la intención de honrar la memoria de los soldados confederados muertos durante la Guerra de Secesión y poner en valor los principios fundamentales de la Confederación. Por cuestiones propias de su ritualidad nocturna, también parecía tener elementos de culto mistérico.

Después del final de la Guerra de Secesión, más de cuatro millones de esclavos consiguieron la libertad (de iure), lo que despertó el miedo irracional de la mayoría WASP (White Anglo-Saxon Protestant) residente en las ciudades y en las grandes explotaciones agrícolas de los estados sureños. A pesar de que las familias afroamericanas pasaron muchas décadas desempeñando el mismo rol socio-laboral, la violencia racial se extendió tan rápido como la estructura organizativa del “Klan”. El general Nathan Bedford Forrest, un auténtico criminal de guerra, se hizo cargo de la organización del movimiento a escala nacional.

Los años electorales fueron realmente conflictivos y violentos. Los miembros del “Klan” desempeñaban su labor “activista” por el día (coacción a funcionarios e intimidación en centros de votación) y cometían actos criminales de noche (linchamientos, crucifixiones, ahorcamientos, mutilaciones, secuestros y ejecuciones). En la década de 1870, la presión judicial de Washington consiguió desmantelar la estructura de la organización, pero el sistema de creencias había calado profundamente en la sociedad estadounidense, especialmente en la región conocida como Bible Belt o Deep South.

Anónimamente, el lema white power continuó resonando a lo largo del tiempo hasta que, a principios del siglo XX, el movimiento supremacista resurgió con mucha fuerza. Esta fase fue dada a conocer por algunos historiadores como el Segundo Ku Klux Klan. Periodística y popularmente, el “Klan” pasó a ser conocido como el Imperio Invisible. La famosa película de David Wark Griffith (1915), The Birth of a Nation, es un compendio de elaboradas mentiras y apologías fanáticas sobre la causa perdida de la Confederación.

En la década de 1920, el Ku Klux Klan se erigió como uno de los pilares fundamentales de la “América” conservadora, gozando de buena reputación entre amplios sectores sociales y recibiendo acaudaladas aportaciones de colaboración. Alcanzó los cuatro millones de miembros con un discurso radical: antiliberal, antisemita, antiurbanita, antimodernista, anticatólico, antiinmigración y antisufragista. La marcha sobre Washington a cara descubierta, el 8 de agosto de 1925, fue el mayor despliegue de fuerza del “Klan” que diseñó una agenda de presión legislativa muy ambiciosa, en la que convergieron aspectos del puritanismo, doctrinas del fundamentalismo, premisas del iusnaturalismo, alegatos del tradicionalismo y principios del mesianismo.

La Gran Depresión sacudió las convenciones de la nación y transformó la percepción de la realidad social. Los miembros del “Klan” no podían pagar sus cuotas y el discurso radical se diluyó entre los embates de la crisis económica; la incorporación masiva de la población negra al Ejército y las fábricas de los estados septentrionales modificó en gran parte la opinión pública respecto a la convivencia racial. Después de la Segunda Guerra Mundial, los negros regresaron a sus comunidades como héroes, muchos de ellos se beneficiaron de planes federales para la formación de los veteranos. Todos estos factores hicieron saltar la chispa que inició la revolución contra el segregacionismo y por la igualdad de derechos para todos los ciudadanos.

El 17 de mayo de 1954, después de amplias deliberaciones, el Tribunal Supremo consideró que la segregación en los centros educativos no estaba justificada jurídicamente. La sentencia inquietó mucho a las autoridades locales sureñas y enervó en gran medida a los grupos supremacistas; como se puede intuir, el Ku Klux Klan tomó un nuevo impulso que le llevaría a desplegar acciones de extrema violencia en muchas regiones del país, de forma aleatoria y sin justificación. Para 1963, el “Klan” se dividía entre partidarios del lema “segregación siempre” y “yo creo en la esclavitud”; pese al anacronismo de estos discursos, motivaron crímenes y contaron con una cómoda impunidad hasta bien entrada la década de 1970. Pero la inacción del FBI respecto a la violencia racial escandalizó a gran parte de la opinión pública en las grandes ciudades. Los activistas blancos que colaboraban con el movimiento por los derechos civiles se convirtieron en objetivos de la violencia del “Klan”, lo que contribuyó a la victoria mediática, judicial y legislativa de la causa afroamericana.

En la década de 1970, los miembros del “Klan” fueron conocidos popularmente como los “apóstoles del odio”: eran marginados blancos en la mayoría de los casos y apenas superaban los cinco mil miembros en todo el país. Esta situación obligó al nuevo joven líder, David Ernest Duke, a proyectar una imagen de poder blando, dando multitud de ruedas de prensa con estética empresarial, revisando el pasado desde una posición de victimización y tratando de alcanzar las instituciones democráticamente. Los emolumentos judiciales por los casos reabiertos y las indemnizaciones a los familiares de víctimas hicieron que la organización se agotase económicamente. El “Klan” pasó a la clandestinidad y a una especie de ritualidad folklórica en reuniones privadas.

Desde comienzos de la década de 1990, el Ku Klux Klan se diluyó entre los grupos neonazis estética e ideológicamente. La llegada del presidente Barak Obama a la Casa Blanca supuso un gran impacto psicológico para las esferas racistas estadounidenses, así como también para los grupos ultraderechistas de países occidentales que consideraban la presencia de un negro en la jefatura del Estado como una humillación para la mayoría blanca y un claro síntoma de la decadencia de “América”.

Las últimas secuencias del documental reflexionan sobre el auge de los discursos de odio, la pervivencia de la discriminación racial, la violencia política en las manifestaciones y la propagación generalizada de noticias falsas en la actualidad. Los casos de estudio son cronológicos y el desarrollo analítico no articula marcos comparativos, por lo que la descripción de los acontecimientos suele ser bastante sucinta y circunspecta; se evita caer en cuestiones polémicas. La clasificación de las fuentes y el criterio sintético de los contenidos son bastante equilibrados; los agujeros de guion son muy escasos (aparecen en los momentos de baja actividad de los miembros del “Klan”). Técnicamente, la secuencia narrativa imbrica figuras retóricas y elementos visuales bastante originales: el documental no es un pastiche de citas puntuales y extractos bibliográficos. Los historiadores que participan en este interesante proyecto de divulgación presentan las temáticas dentro de los más estrictos límites del consenso académico.

Referencias

Filmografía

Griffith D. W. (1915). The Birth of a Nation [largometraje]. Estados Unidos: David W. Griffith Corp.

Korn-Brzoza, D. (2020). Ku Klux Klan: Une histoire américaine [documental]. Francia: Roche Productions y Arte Éditions.

Cómo citar este artículo:

Abreu Colombri, J. (2021). El problema racial y los discursos de odio en los Estados Unidos. Reseña del film Ku Klux Klan: Une histoire américaine (David Korn-Brzoza, Francia, 2020). TOMA UNO, 9(9). Recuperado de https://revistas.unc.edu.ar/index.php/toma1/article/view/35801.


Biografía

José Antonio Abreu Colombri

Realizó la Licenciatura de Historia (Universidad Complutense de Madrid). Posteriormente, completó la formación de doctorado en el programa de Estudios Norteamericanos. Ciencias Sociales y Jurídicas (Universidad de Alcalá). El título de su investigación doctoral es El último Gran Despertar estadounidense. Conservadurismo político y fundamentalismo religioso (1945-2015). Recientemente, realizó una estancia de investigación en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Contacto: abreucolombri@gmail.com