“A lomo de peón”. Historia social de los trabajadores de la siderometalúrgica La Consolidada, México (1934-1964)

 

"On the back of a peón". Social history of the workers of the siderometallurgical La Consolidada, Mexico (1934-1964)

 

Anagricel Camacho Bueno*

 

 

 

Resumen

 

La Consolidated Rolling Mills and Foundries Company mejor conocida como La Consolidada S. A. fue una compañía siderometalúrgica fundada por Harry Wright en la ciudad de México. Su vida industrial comenzó con dos hornos eléctricos con los que fundió chatarra de acero con tan sólo 400 trabajadores a partir de 1907. Durante el cardenismo (1934-1940) nació el Sindicato Industrial de Trabajadores, Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SITMMSRM), uno de los sindicatos industriales más combativos de México. Los trabajadores de La Consolidada S.A., que formaron la sección 97 SITMMSRM, fueron protagonistas en muchos movimientos de protesta o en apoyo a las secciones hermanas del sindicato con el fin de obtener no sólo mejores salarios, sino condiciones laborales justas. Sus acciones fueron consideradas como radicales y el Estado mexicano intentó someter al sindicato a través de la sección 97. Sin embargo, antes de la embestida del Estado, lograron las mejores prestaciones sociales durante el cardenismo, época que quedó en la memoria de sus trabajadores y en los recuerdos iconográficos legados a sus familias.

 

Palabras claves: Acción obrera, Patrimonio industrial, Historia oral, Cultura obrera.

 

Abstract

 

The Consolidated Rolling Mills and Foundries Company, better known as La Consolidada S. A., was an iron and steel company founded by Harry Wright in México City. Its industrial life began with two electric furnaces with which it melted steel scrap and with only 400 workers from 1907. During the cardenismo (1934-1940) the Industrial Union of Workers, Miners, Metallurgists and Similars of the Mexican Republic was born. (SITMMSRM), one of the most combative industrial unions. The workers of La Consolidada S.A., who formed section 97 SITMMSRM, were protagonists in many protest movements or in support of the sister sections of the union to obtain better salaries and better working conditions. Their actions were considered radical, and the Mexican State tried to subjugate the union through section 97. However, before the attack of the State, they achieved the best social benefits of the period, a time that remained in the memory of their workers and in the iconographic memories bequeathed to their families.

Keywords: Worker action, Industrial heritage, Oral history, Worker culture.

 

 

Introducción

 

A partir de los años setenta del siglo pasado comenzaron a producirse múltiples e interesantes trabajos sobre las luchas obreras (Gil, 1959).[1] La segunda parte de esta producción bibliográfica, fue escrita por profesionales en las ciencias sociales que trabajaron con las fuentes existentes. Dichos trabajos sobre el movimiento obrero se caracterizaron por destacar la organización obrera, su enfrentamiento con el Estado y los conflictos en etapas históricas y coyunturales (Camarena y Necochea, 1984).[2] 

No obstante, aún son pocos los trabajos desarrollados en torno a temas como la salud obrera, la especificidad regional de los laborantes, el proceso de trabajo, la vida cotidiana o los sindicatos católicos. Por lo tanto, el presente estudio pretende reflexionar no sólo desde la historia clásica del trabajo en México, sino también tomar en cuenta tres actores sociales: los trabajadores, la compañía y el Estado. Esto con el objetivo de reconstruir las condiciones de trabajo, de vida y la cultura obrera.

La historia de los trabajadores de La Consolidada S. A. (LAC) y su relación con la compañía, así como la intervención del Estado, hasta el momento, es un tema en la historia del trabajo o en la de las empresas en México que no ha sido destacado por los historiadores. Generalmente en la historiografía de las empresas siderometalúrgicas se han desarrollado trabajos sobre la compañía de Fundidora de Fierro y Acero Monterrey (FUMOSA). Ambas siderometalúrgicas - LAC y la FUMOSA[3] -, fueron compañías integradas[4] que durante el periodo posrevolucionario compartieron el mercado del acero en México, la primera desde la capital y la segunda desde el norte del país.

Esta investigación pretende ser la respuesta a la afirmación de Daniel Toledo Beltrán y Francisco Zapata, quienes mencionaron que en 1962 La Consolidada S. A. desapareció del mapa siderúrgico y con ella, más de 60 años de interesante historia (Toledo y Beltrán, 1999:145). Por lo tanto, la historia de esos “desaparecidos”[5] quedó en las memorias de quienes trabajaron ahí, en sus hijos y nietos. Mi abuelo, Benjamín Camacho Becerril[6], fue trabajador de La Consolidada S.A. durante el periodo de 1928 a 1949. Se retiró del servicio a causa de padecer siderosis[7] y durante su periodo de retiro, en 1955, nació mi padre Raúl Benjamín Camacho Castillo[8] y a él, su único hijo, contó su historia y legó sus recuerdos orales e iconográficos.[9]

 

El “Napoleón del acero” y el “pequeño Rockefeller”. Breve historia de La Consolidada S. A.  y Harry Wright

 

“Harry Wright es más que un hombre; es una institución, Harry Wright es el símbolo mexicano de Deterding y Rockefeller. Harry Wright es acero, cobre, tungsteno, cromo. Harry Wright es La Consolidada…”[10], de esa manera, en noviembre de 1940 César Ortiz[11] describió en la Revista Futuro al entonces dueño de la compañía metalúrgica LAC. Dicha empresa se encontraba ubicada en calzada de La Ronda número 88 en la colonia Ex-hipódromo de Peralvillo en la Ciudad de México. Ortiz nombró a Harry Wright “pequeño Rockefeller”[12] a manera de sátira porque, para el autor, el empresario Wright parecía haber obtenido su éxito empresarial gracias a la suerte y la aventura como todos los capitalistas procedentes de Estados Unidos de América que vinieron a hacer negocios a México.[13]

Harry Wright llegó a la Ciudad México en el año de 1900 en medio de una lluvia violenta donde encontró las calles llenas de lodo y en los cruces principales de las aceras “los peones trabajaban arduamente llevando a los peatones a través de la calle sobre sus hombros, el propio Wright cruzó las calles por medio de un peón”.[14] Wright vio en la chatarra de fierro el negocio idóneo para hacerse rico fácilmente.

La historia de las empresas describe a la FUMOSA como la primera siderúrgica instalada en México, y se le reconoce como símbolo de modernidad y progreso[15] (Díaz y Castillo, 2008:1-5). El 5 de mayo de 1900, con un capital de cinco millones y dirigida por Vicente Ferrara se fundó en el Estado de Monterrey FUMOSA (Toledo, 1999:136-137). No obstante, siete años después, nació en la capital de México otra siderometalúrgica La Consolidated Rolling Mills and Foundries Company mejor conocida como La Consolidada (LAC) con un capital de tres millones de pesos, una superficie de 1, 903 m2 y una superficie gráfica de 1, 971. 87.[16] Durante los primeros años de trabajo, se encargó de la fundición de chatarra de fierro y acero, gracias a sus dos grandes hornos eléctricos y posteriormente se concentró en el proceso de laminación. Para llevar a cabo la idea de instalar una fundición y así aprovechar la chatarra de los ferrocarriles y de las minas, Wright se asoció con Charles Seifert quien era dueño de Manufacturas de Hierro Valley Metal; la intención primaria de dichos empresarios fue producir chumaceras para ferrocarril y repuestos de distintos tipos para la industria minera (Toledo, 1999:129).

Durante los primeros años de trabajo LAC compró lingotes de hierro a FUMOSA, produjo aleaciones y vaciados de acero muy particulares que FUMOSA no estaba en condiciones de elaborar. Al principio no fue una industria integrada y tampoco compitió en las mismas líneas de producción que FUMOSA. Sin embargo, poco a poco LAC comenzó a generar el 5% del acero y FUMOSA se encargó de abastecer el porcentaje restante (Haber, 1992:61-65). Es decir, Fundidora Monterrey acaparaba el mercado de perfiles estructurales, rieles de acero y lingotes de acero entre otros productos (Toledo, 1999:147-170). Posteriormente LAC no sólo se quedó con la fundición de chatarra, sino continuó con la laminación, luego se amplió con la instalación de una fábrica de tuercas y tornillos e introdujo otra de alambre de acero y alambrón.[17] 

A partir de 1922 se fundó la segunda planta de La Consolidada S. A. en Coahuila, en el municipio de Piedras Negras. Ésta comenzó a funcionar a partir de 1922 con un horno Von Baur de 3.5 toneladas y un horno de aceración de hogar abierto instalado posteriormente en 1947 (Toledo y Zapata, 1999:132). La ampliación de la compañía se debió a que la planta de la ciudad de México no pudo responder sola a las demandas del mercado y su ubicación en el norte favoreció la obtención de chatarra procedente de Texas, además del aprovechamiento del gas natural como aseguró César Ortíz: “se acaba de establecer una fundición de la Consolidada en Coahuila para fundir fierro viejo procedente de Texas, las miras capitalistas de Wright consisten en acaparar el mercado de Texas”.[18]

Los lingotes de acero, ahora producidos por LAC en su planta de Piedras Negras, fueron laminados por su otra planta de la ciudad de México; además instaló un laminador de alambrón y barras de trefilería[19] desde 1928. Para el año de 1936, su producción también abarcó el alambre de cobre. Cabe señalar que, para asegurar su producción, LAC aseguró la obtención de materia prima gracias a la compra en 1946 de las minas de hierro La Perla y La Negra en Coahuila. Su producción fue en aumento, por lo que en 1947 se fundó la tercera planta, esta última, se ubicó en Lechería Estado de México. Gracias a la demanda de acero que provocó la conflagración mundial de 1939 a 1945 se benefició sustancialmente la producción del acero en México y Wright se sintió muy beneficiado pues se decía: “esta muy contento de que haya guerra en Europa y que México ya no reciba importaciones metálicas”.[20] 

Por otro lado, la ubicación de LAC en la ciudad de México tuvo un carácter estratégico para el desarrollo de la compañía, ya que se encontraba en un espacio cercano a la estación de ferrocarriles de Buenavista y contó con sus propias vías férreas: tanto para la entrada, como para la salida del mineral y los productos finales. En la imagen 1, en el área central derecha de la fotografía, se aprecia una pila de chatarra de fierro en su patio, lista para ser procesada en sus hornos eléctricos; por lo tanto, dichos productos eran transportados tanto por su peso como por su volumen a través de los ferrocarriles.

 

 

 

Imagen 1

Fondo Documental ICA. Fotografía aérea de La Consolidada S. A. de Calzada de La Ronda número 88, ciudad de México, 1940.

 

Sí comparamos la imagen 1 con la imagen 2 que contiene una litografía de LAC, de la planta de la ciudad de México, podemos identificar claramente las entradas y salidas del ferrocarril de la compañía, así como la puerta principal por donde entraban los trabajadores, es decir, una puerta pequeña. Justo al costado de esa puerta, otra más grande, donde se observa la salida de un camión, lo que nos indica la existencia de una salida especial para el transporte terrestre que satisfacía la demanda local o cercana al centro de trabajo.

Imagen 2

AGN (México), Departamento Autónomo del Trabajo, expediente: 17, caja 294. Carta membretada con litografía de la planta La Consolidada S. A. de la ciudad de México y en la parte superior de la mísma la planta de Piedras Negras en Cohauila. 16 octubre de 1939.

 

LAC fue llamada por sus contemporáneos el “Napoleón del Acero” en honor a ese personaje histórico de tamaño pequeño pero fuerte y protagonista de grandes hazañas.[21] Para 1940 la compañía había vendido 13 millones de productos manufacturados y la familia Wright poseía el 75% de las acciones. La siderometalúrgica produjo desde una locomotora hasta una tachuela. Wright se enorgulleció de haber fundido una campana en sus talleres, por petición especial, y se jactaba de que así como podían producir muelles de ferrocarril o tuercas podían realizar trabajos de bronce o de cobre: “no me sorprendería que alguien me ordenara fabricar un chango de cobre…”[22] aseguró Wright.

El Napoleón del Acero, fabricaba varios centenares de productos más de 37,000 piezas de diferentes formas, tamaños y clases. La siderometalúrgica estaba dispuesta a realizar cualquier tipo de objeto “desde niquelar un radiador hasta fundir una campana”.[23] Sin embargo, tal versatilidad en la producción había sido gracias a la fuerza laboral y a la presión hacia los laborantes para que se especializaran. Por ejemplo: durante el primer decenio de vida productiva de LAC, México no contaba con trabajadores especializados en la rama siderometalúrgica.[24] Por lo tanto, el salario era bajo según Wright, porque era más fácil comprar trabajo que maquinaria. No obstante, el “pequeño Rockefeller”[25] aseguró que la demanda de productos metálicos estaba en aumento pero que era difícil acelerar la producción porque los trabajadores mexicanos se negaban a trabajar horas extra.[26] Para el dueño, los obreros de LAC no estaban adaptados a la labor con las máquinas y aseguraba que a causa de eso último, ocurrían muchos accidentes de trabajo. Para 1939 se registraron más de 950 accidentes laborales ante el Departamento del Trabajo.[27]

La fuerza laboral en LAC fue clave para desempeñar con eficacia su producción. Desde 1907 se contó con 400 trabajadores en la planta de La Ronda en la ciudad de México y logró tener entre sus principales clientes a las compañías de ferrocarriles y la industria eléctrica: la Compañía de Luz y Fuerza y La Comisión Federal de Electricidad y posteriormente a Petróleos Mexicanos, la Fábrica de Materiales de Guerra y otras fábricas más pequeñas de metales (Toledo, 1999:141). El Pequeño Rockefeller, pudo ver realizado su sueño empresarial puesto que la pequeña LAC se convirtió en una de las compañías siderometalúrgicas más poderosas y productivas del país.[28]

El éxito industrial de la compañía despegó a partir de 1930 cuando su fuerza laboral comenzó a aumentar, primero con 1000 obreros que, para 1949, ascendieron a 2500. De estos, 2000 eran de planta y 500 fueron eventuales, únicamente para la planta de la Ciudad de México. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1945, el Napoleón del Acero llegó a tener hasta 5000 laborantes entre sus tres plantas: La Ronda, Lechería y Piedras Negras. Para 1958 ese número ascendió a 6000 (Toledo, 1999:140).

La planta de La Ronda en la ciudad de México contó con 5 departamentos: el departamento de acero, bronce, laminación, alambre de acero, de cobre y el de niquelado.[29] En los talleres de producción de alambres de acero se realizaron: tuercas, tornillos, alambre galvanizado y malla de alambre que era soldada en otros talleres de la compañía (Rueda, 1994:67). También se produjeron piezas para ferrocarril como muelles, planchuelas, clavos y resortes para carros:[30]

 

Mi papá me contó que la compañía estimuló la producción estableciendo periodos de jornada a destajo, en el departamento de acero, mi papá moldaba y daba brío a muelles de ferrocarril, pues se pedía una forma muy especial de pieza y sólo los más calificados lo podían hacer. En la producción individual, mi papá llegó a hacer 15 toneladas diarias para satisfacer la demanda de los ferrocarriles. Eran muchas horas de trabajo golpeando la muelle con un mazo de 7 libras contra un yunque especial que apodaban “la cochinilla”. El esfuerzo era tal que sufrían una fuerte deshidratación, por la que les suministraban tabletas de sal, para que pudieran retener el agua de su cuerpo.[31]

 

El éxito de compañía era tal que se dedicó a cubrir el comercio nacional y tuvo oficinas de representación y ventas en las ciudades más importantes de México; cubrió el 80% del mercado nacional de tuercas y tornillos; el 100% de piezas de fundición para refacciones de la industria minera y también produjo el 100% de las chumaceras para ferrocarriles nacionales, por lo menos hasta 1946, cubrió el 80% del mercado de alambre de acero (Toledo, 1999:140).

 

El Napoleón del Acero y Los consolidados. El nacimiento de la Sección 97 del STIMMSRM

 

Antes de la implementación de la Ley Federal del Trabajo (LFT) en 1931, no se tenían días de descanso, jornadas de ocho horas, ni mucho menos se obligaba a las compañías a cumplir con las prestaciones de seguridad en el trabajo o la atención médica, así como las indemnizaciones por riesgos profesionales.[32] Por lo tanto, los trabajadores tuvieron que afiliarse en un primer momento a uniones que servían de apoyo pecuniario en caso de accidentes o enfermedades, emulando las acciones de las mutualidades de finales del siglo XIX. Los trabajadores que se consideraban especializados se afiliaron a uniones de oficios, tal es el caso de los obreros de LAC quienes estaban incorporados en la Unión de Trabajadores del Hierro cuya oficina se ubicó muy cerca de la compañía.[33] 

Entre 1934 y 1935 los trabajadores van a recuperar su capacidad de organización colectiva, configurando organizaciones sindicales que posteriormente dieron origen, con su fusión, a la formación de grandes sindicatos de industria. Con el nacimiento de estos organismos se intentó fortalecer la unidad obrera, que tenía como principales objetivos incrementar el salario y las prestaciones a través de su derecho de huelga. Estas huelgas tuvieron el apoyo del entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río. Por ejemplo, en 1935 se presentaron 642 huelgas a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA). Fue entonces un periodo vital para la organización sindical, actividad política con la que se construye la solidaridad gremial. Además, se formaría la identidad laboral y la legitimidad de las acciones de lucha política que formaría a su vez una nueva cultura laboral (Pozas, 2020:54-55).

A causa de la intensa campaña nacional por la reorganización del movimiento obrero ante la pérdida de adeptos a la CROM[34] (Giménez, 1987:10), varias agrupaciones obreras existentes en el país se suscribieron al pacto de honor en la ciudad de México. Los mineros-metalúrgicos, tenían una cercanía de índole histórica con los trabajadores ferrocarrileros, es decir, el recién constituido Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM). Estos sugirieron a los trabajadores de los yacimientos que también convocaran a las diversas uniones mineras y agrupaciones metalúrgicas de todas las regiones del país[35] para que conformaran un sindicato industrial (Giménez, 1987:12).

En abril de 1934 se da por concluida la asamblea, con la celebración en la ciudad de Pachuca de la Primera Convención Minero y Metalúrgica que reunió a todos los trabajadores de esa rama industrial, dichas alianzas tenían una tradición histórica de lucha y eran nominalmente las más notables del país. La lista de organizaciones era muestra de la división clásica por gremios[36] donde se encontraban agrupaciones de mecánicos, electricistas, fundidores que se mezclaron con la de barreteros y mineros (Sariego, 1988:208).

En total se reunieron 27 gremios entre los que destacaron las agrupaciones mineras[37] de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, y Durango (Besserer, 1980:1325-1327). En la Convención Nacional Constitutiva del SITMMSRM que tuvo lugar del 24 al 1 de mayo de 1934 los asistentes representaron a más de 12,256 trabajadores de minas y metalúrgicas del país que estaban a favor de la formación de un sindicato nacional (Giménez, 1987:18).

Los trabajadores del Napoleón del Acero no perdieron oportunidad de afiliarse al gran sindicato industrial de mineros y metalúrgicos, por lo que se conformó la sección 97 del SITMMSRM cuyo registro fue fechado en mayo de 1937. Posteriormente a la creación de la sección, se programaron juntas con la compañía para acordar la firma del contrato colectivo de trabajo. La acción de afiliación y solicitud de la firma de un contrato, no fue recibida positivamente por parte de la gerencia de LAC, el Sr. José Barragán. El 19 de mayo de 1937 despidió a 3 miembros del Comité Ejecutivo de la Sección 97. La respuesta de los obreros, no se hizo esperar, comenzó entonces un paro de labores y solicitaron la intervención del presidente Lázaro Cárdenas del Río a través del Departamento del Trabajo para que se reinstalara a los despedidos, condición obligatoria para que se pudieran reanudar los trabajos.

 

La protesta comenzó a las 11 horas 15 minutos […] José Barragán despidió a los operarios: José Jauregui, Juan Chávez García y Luis Quiroz, todos ellos del Comité Ejecutivo de la Sección 97 del SITMMSRM, aunque la gerencia hizo llamar a la policía ésta no intervino pues concluyeron que era una cuestión de trabajo y capital, que les tocaba a los representantes del ramo avocarse a su estudio y resolución.[38] 

 

Arturo Lara, secretario del Comité Ejecutivo del SITMMSRM de la Sección 97, afirmó que la gerencia de La Consolidada se había negado a entrar en trabajos para la firma del contrato colectivo y el reconocimiento de la sección con los obreros. Declaró que sí el conflicto no se resolvía para el primero de presente mes entonces se declararía una huelga, ya que consideraban que la compañía no tenía una razón justa para negarse a la firma del contrato y ningún motivo para despedir a los trabajadores.[39] 

Por otro lado, Agustín Guzmán, secretario general del SITMMSRM, envió un telegrama a la presidencia exigiendo se resolviera el problema de los trabajadores de la sección 9; el 19 de mayo de 1937, se sumaron a esta protesta los trabajadores de las demás secciones del sindicato minero-metalúrgico.[40] Gracias a la presión de todo el sector minero-metalúrgico, el gran Napoleón del Acero accedió a situarse al nuevo marco legal[41], Camilo Chávez[42] lo narró así:

 

Viendo que nuestros problemas no eran atendidos sino sólo aprovechados por los líderes para enriquecerse, decidimos formar la Sección 97, se nos negó el registro alegando que La Consolidada no fundía minerales extraídos del subsuelo sino chatarra, nos vimos obligados a hacer un paro de brazos caídos durante tres días, hasta que finalmente con la intervención directa del Presidente Cárdenas y puesto que demostramos que sí cumplía con la condición legal, ya que se usaban en la fundición aleaciones que eran minerales extraídos del subsuelo, entonces se rectificó el criterio y fuimos registrados legalmente.[43]

 

La compañía accedió a la firma del contrato y al reconocimiento de la Sección 97 el 22 de junio de 1937, más de 1000 trabajadores de las Sección 97 regresaron a sus labores a las 7 de la mañana.[44] “Los consolidados”[45] se sintieron orgullosos del gran logro y compartieron al periódico El Nacional los beneficios obtenidos: 1) la reinstalación de todos los trabajadores que fueron separados de manera injustificada; 2) el pago de los salarios caídos durante el periodo que duró el movimiento; 3) la compañía retiraría las demandas impuestas ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje; 4) LAC se comprometió a iniciar la discusión del nuevo contrato colectivo con fecha para el 1 de junio de 1937.

Con el contrato de junio los beneficios obtenidos fueron significativos: la jornada de trabajo quedó en 40 horas semanarias, es decir 8 horas diarias. Para los laborantes de la planta de acero sección modelo, los que trabajaban en parrilla, elevadores y molinos la jornada se dividió en tres turnos A de 40, B de 36 y C de 35. Se estipularon los días de descanso obligatorios y la jornada de trabajo para el día sábado quedó en 5 horas para todos. Los salarios eran superiores y oscilaban entre los 2 pesos a 9 pesos al día; quienes tenían los salarios más bajos eran los peones y los más altos generalmente eran para los obreros que se dedicaban a actividades técnicas o especializadas. Los pagos eran por mes o por semana. Generalmente a los empleados de confianza se les pagaba por mes y a los obreros por semana. No obstante, en el caso de los trabajadores que laboraban por destajo, el salario se calculaba según el salario base a destajo que quedó formalmente establecido en el tabulador de salarios y por lo tanto en el contrato.[46] 

El convenio reconoció los derechos laborales establecidos en la LFT tales como la atención médica y medicina gratuita (Camacho, 2022:19-56). Además, estableció las indemnizaciones por accidente de trabajo o enfermedades profesionales y en el caso de la perdida de algún miembro, se estableció un tabulador de pago por el miembro perdido o por incapacidad:[47]

 

Mi papá perdió un dedo, a causa de un mal manejo de su ayudante que con el martillo le cercenó la primera falange del dedo índice de la mano izquierda. Accidente por el cual fue indemnizado, con una cantidad que mi papá consideró muy buena, con ese dinero se compró una casita (en los precios de ese entonces) y se dio un paseo con mi mamá por Veracruz.[48]

 

Por lo tanto, las prestaciones que concedió LAC a sus obreros fueron superiores a las establecidas en la LFT, ya que, además, la compañía se comprometió a seguir empleando al trabajador enfermo o incapacitado; este podía seguir realizando labores en otro departamento. Otro ejemplo de esas prestaciones fue el compromiso de la compañía a fomentar los deportes incluso a financiar los objetos necesarios para su práctica, así como los viáticos del obrero que debía ir a jugar en representación de la compañía, en caso de algún torneo, tanto para la zona metropolitana como para otras partes de la república mexicana:[49]

 

El hermano de mi papá, David Camacho Becerril, que también trabajó en La Consolidada S. A., fue apodado por los trabajadores como “el mascota” por ser el de menor edad. Formó parte del equipo de Básquet y tuvo privilegios; con el tiempo fue convertido en entrenador del equipo de la compañía, cubriendo su horario de trabajo en la fábrica y recibió su salario íntegro, sin laborar de nuevo en su oficio. Los trabajadores decían que el equipo de básquet era el preferido del gerente de la compañía porque les surtían sus uniformes con más facilidad.[50]

 

En la imagen 3 puede apreciarse que LAC contó con varios equipos deportivos como: un equipo de béisbol, un equipo de básquetbol y un equipo de boxeo[51], dichos equipos únicamente podían tener a los mejores jugadores y eran seleccionados entre 10 o 15 obreros:

Imagen 3

Colección familia Camacho Castillo. Fotografía de los equipos deportivos de La Consolidada S. A., ciudad de México (1930).

 

Como lo muestra la imagen, se puede observar a los obreros de los equipos deportivos de la compañía posando para el fondo con los uniformes que distinguen a los equipos. En la primera fila tenemos al equipo de básquetbol, en la segunda fila tenemos al de béisbol, en la tercera fila está el equipo de boxeo con camisa blanca y el logo de la compañía en el pecho:

 

En el equipo de box estaba mi papá, competía en la categoría de peso gallo, como campeón de La Consolidada, contra otras empresas. También mi papá formó parte del equipo de alpinismo y me contaba que la montaña que les gustaba escalar mucho era la del Popocatépetl.[52]

 

Como se puede ver en la imagen 4 la compañía tenía un equipo de alpinismo al que se le puede ver posando arriba de un camión de carga con las herramientas que se utilizaban para practicar ese tipo de deporte, por ejemplo: se proporcionaron 10 piolets, una banderola, 10 pares de skies, 10 mochilas, 10 cantimploras.

 

 

Imagen 4

Colección familia Camacho Castillo, La Consolidada S. A. planta La Ronda, ciudad de México (1930).

 

Para el caso del equipo de boxeo, la compañía una vez al año les facilitaba 4 cámaras para las peras de boxeo, 2 pares de guantes de pelea para cada jugador, 2 pares de guantes para entrenamiento, 10 pares de guanteletas, calzones deportivos con el logo de la compañía para cada boxeador y zapatos especiales. En la imagen 5 mi abuelo es el joven hincado del lado izquierdo:[53]

Imagen 5

Colección familia Camacho Castillo, La Consolidada S. A. planta La Ronda, ciudad de México (1930).

 

La compañía apoyaba la práctica de los deportes y estimuló el espíritu de competencia deportiva entre los trabajadores. “Los consolidados” competían contra otras fábricas de la ciudad y también con las instaladas en otras partes de la República, como se observa en la imagen 6. En este panfleto de difusión deportiva se pueden ver los nombres de los obreros de La Consolidada, entre ellos, mi abuelo Benjamín Camacho contra Agustín Zárate de la penitenciaría:

 

Imagen 6

Fotografía de panfleto de difusión de la competencia de box, Colección familia Camacho Castillo (México), 22 de julio de 1932.

 

Otro ejemplo de sana competencia deportiva se ilustra cuando se llegaban a enfrentar con la FUMOSA. Ambas compañías siderometalúrgicas, “El Elefante de Acero” y el “Napoleón del Acero”, eran muy competitivas entre sí. Pero ambas empresas coincidían con la idea de que “era preferible ver a los obreros asistir a actividades deportivas o culturales que verlos participar en actividades sindicales” (Toledo, 1999:261).

Como puede verse en la imagen 7, la compañía también destacó la actividad deportiva del equipo de atletismo. Un ejemplo es la competencia entre FUMOSA y LAC que se celebraba anualmente para conmemorar el 5 de febrero. Por su parte, los trabajadores de la Sección 97 LAC y la Sección 67 de FUMOSA tenían tratos cordiales: “expresamos agradecimiento sincero por las múltiples atenciones que nos brindaron nuestros compañeros de la Sección 67 ya que sus demostraciones de fraternidad junto con su alto concepto que tienen de la hospitalidad los acredita como magníficos anfitriones”.[54] 

Imagen 7

Fotografía del artículo “Ecos deportivos La clásica carrera de los 5000 metros planos” en 17 de diciembre, Órgano Oficial de la Sección 97, febrero de 1960, p. 6.

 

Por otro lado, desde 1940 la compañía estaba obligada a pagar salario garantía a todos los deportistas por el tiempo que padecieran alguna enfermedad o lesión, debido a accidentes que hubieran tenido en sus prácticas deportivas. Para 1943, La Consolidada S. A. ya patrocinaba: 3 equipos de béisbol, 3 equipos de básquetbol, 3 equipos de fútbol, 1 equipo de box, 1 equipo de lucha libre, 1 equipo de natación, 1 equipo de atletismo, 1 equipo de ciclismo y un equipo de golf para 10 trabajadores[55], “También había equipo de ciclismo. Mi tío por parte de mi mamá, Domingo Castillo, fue ciclista por la compañía; decía mi papá que los del equipo de ciclismo salían a ruta a Pachuca, porque era muy plana la carretera, pero también fueron a Toluca y ocasionalmente a Cuernavaca”.[56]

Cuando la Sección 97 pidió aumentar el número de obreros en los equipos de béisbol y básquetbol, la compañía se negó rotundamente porque ya no era costeable, argumentando: “tenemos un jugador, Luis Trujillo que lleva 290 días de no trabajar por un accidente que sufrió en una práctica y la compañía le ha cubierto su salario durante todo ese tiempo”.[57] Entre otros beneficios sociales que se asentaron en el contrato colectivo: la construcción de salones culturales para realizar actos sociales con capacidad de 1300 personas y se propuso que se ampliara el recinto de la Sección 97 para ese fin. Además, se disminuyó la jornada laboral de los trabajadores que desarrollaran sus labores en lugares insalubres.[58]

La edad promedio en la que comenzaban a trabajar en la compañía a partir del contrato de 1937, fue de 16 años como aprendices[59] o a los 19 años si no eran hijos de algún trabajador. Se les practicaba un examen médico para poder ingresar a la fábrica, una vez comprobado su estado de salud y que gozaban de una buena condición física, podían integrarse a la nómina. Con base en el contrato colectivo de 1940, la propuesta de los aspirantes debía ser enviada únicamente por la Sección 97 al gerente de la compañía, es decir, la sección 97 se aseguró el derecho de decidir quiénes podían postularse para laborar en el Napoleón del Acero, por lo tanto, debían primero afiliarse al sindicato.[60].

 

“Los consolidados” frente a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

 

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) marcó para México un importante cambio en su historia económica, en la política y en la vida exterior. En cuanto al desarrollo económico hubo un crecimiento acelerado, la guerra estrechó la relación entre México y EUA a consecuencia de la creciente colaboración militar y económica. Con la guerra, el gobierno de Ávila Camacho puso en marcha la política de la “Unidad Nacional” (Torres, 2005:9). Ante la eminencia de una conflagración mundial, que posiblemente iba a requerir su intervención, Estados Unidos necesitaba un aliado, uno que tuviera recursos al alcance y explotables. México, cumplía con esa categoría; además de contar con petróleo, tenía importantes minerales que serían estratégicos para el triunfo de las democracias y, lo más importante, EUA ya contaba con compañías norteamericanas instaladas en México en esas ramas industriales y en capacidad de producción.

A principios de los años cuarenta los trabajadores de LAC debían revisar su contrato colectivo. La conflagración mundial había traído consigo la “crisis del acero” y el aumento en los precios de los productos de primera necesidad, por lo tanto, el costo de la vida de las familias obreras se hacía notar. Los trabajadores mexicanos exigían un aumento en sus salarios y en sus prestaciones. La escasez del hierro provocada por la Segunda Guerra Mundial orilló tanto a obreros como a la compañía a unirse para solicitar al gobierno que apoyara a la industria, facilitando la obtención del mineral y de la chatarra de acero que se tenía de los petroleos mexicanos. Consideraban que sin el preciado mineral no había productos, por lo tanto, tampoco trabajo.

Obtener chatarra ya no fue costeable, la compañía ya no podía importarla y el precio del mineral en el mercado mundial también había aumentado. LAC se negó a proporcionar un aumento salarial y a reconocer más prestaciones a los trabajadores, con el argumento de que la situación del Napoleón del Acero era grave, debido a los costos de importación de los materiales vitales para la producción: cobre electrolítico, pedacería de fierro, ladrillos refractarios, electrodos, ligas de magnesio, entre otros.

El 14 de julio de 1941 la Federal Loan Agency por intermedio de la Metals Reserve Company y la Defense Supply Corporation, establecieron acuerdos para destinar a Estados Unidos de América y a otros países del hemisferio occidental, los excedentes exportables de los materiales estratégicos para la guerra que México tenía, es decir: antimonio, cobre , granito, henequén, plomo, tungsteno, estaño y zinc.

Ese acuerdo trajo consigo la escasez de minerales, por lo tanto, algunas empresas mexicanas, tuvieron dificultades para continuar con su producción. Para LAC, su principal materia era la chatarra de acero y se utilizaban más de 2500 toneladas mensuales para la producción, de las cuales, por lo menos 2000 eran importadas, así que la compañía tuvo que pedir ayuda al gobierno ante el peligro de la paralización de la fábrica.[61]

El 20 de febrero de 1940, el Estado apoyó a LAC y le aseguró le facilitarían los materiales que se necesitaban, para que no detuviera su producción y, en consecuencia, no se vieran afectados los obreros de la compañía.[62] Sin embargo, la crisis del acero estaba en su apogeo. Por ejemplo, el Sr. Bustamante de la FUMOSA protestó por la venta de pedacería de fierro a Canadá por parte del señor Efraín Buenrostro gerente de Petróleos Mexicanos, ya que una cantidad considerable de toneladas se enviaría a ese país.[63]

Por otro lado, la Sección 97 también envió un oficio la Secretaría del Trabajo en la que explicaba que no prentendían ser ajenos a los problemas de la compañía y aseguraban que no desconocían su situación en cuanto a la crisis del acero, pero que los trabajadores estaban padeciendo el golpe económico por la carestía de la vida y que su economía llegaba a puntos críticos. “Una reflexión se impone por primaria, por simple y por sencilla, se ha olvidado. El obrero, no sólo es factor esencial de la producción, no es sólo máquina que produce, sino hombre, ser viviente, que come”.[64]

La carestía de la vida comenzaba a sentirse en los bolsillos de las familias obreras y la Sección 97 no perdió oportunidad de externarlo a la Secretaría del Trabajo e insistió en que equilibrar la frágil economía del trabajador era imposible con los bajos sueldos. Además, aseguraban que “si éste no se mejora, si la compañía o el patrón no alivia con nuevas, pequeñas prestaciones esa economía”[65] el obrero no podría soportarlo más. El 30 de agosto de 1943 no sólo los trabajadores de LAC, sino también 80 mil personas formaron un contingente: familias obreras, sindicatos obreros, centrales obreras y otras agrupaciones de trabajadores marcharon en protesta por el alza de los precios en los productos de primera necesidad y exigían un aumento en sus salarios.[66]

El 22 de enero de 1943 el SITMMSRM se entrevistó con el presidente Manuel Ávila Camacho y los representantes de las compañías minero-metalúrgicas, el tema a discutir fue el aumento salarial a los obreros de la rama. La Secretaría del Trabajo representada por el Lic. Ignacio Garcia Tellez les pidió tomaran un acuerdo patriótico en vista de las circunstancias mundiales y consideraran el aumento de por lo menos el 10% y otorgaran porcentajes eventuales como beneficio de emergencia sobre sus utilidades y se aplazara la revisión del contrato colectivo de trabajo por lo menos a dos años (Basurto, 2004:232).

El 24 de diciembre de 1943 se expidió en el Diario Oficial de la Nación la Ley de Compensaciones al Salario Insuficiente (Basurto, 2004:48-49). Sin embargo, el 12 de enero de 1944 la Sección 97 demandó a LAC por no cumplir con lo dispuesto en la Ley de Compensaciones; la compañía argumentaba que ya se les había concedido un aumento en sus salarios desde el 12 de enero de 1943 y un aumento de 40 días adicionales con título de retroactividad, es decir, un aumento del 65%, lo que los trabajadores señalaron como falso.[67] No obstante, “mi papá me contó que durante el periodo de la guerra a los trabajadores de muelles y resortes se les pidió mucho unas piezas las de muelles de ferrocarril y un muelle de Ford modelo T de los treinta[68], lo que significó que el periodo bélico mundial intensificó los trabajos en LAC y explica la petición de los laborantes sobre los aumentos.

Ante la negativa de la compañía a ceder en cuanto aplicar la Ley de Compensaciones, la Sección 97 organizó un paro de labores en el departamento de laminación el 29 de mayo de 1944. Los paros se llevaron a cabo durante dos días seguidos por lo que la compañía, por medio de su representante el Sr. Albarrán Pliego, pidió al presidente de la república su intervención. El Comité Ejecutivo General del SITMMSRM se comprometió con la Secretaría del Trabajo en que intentaría mediar con la Sección 97 a fin de llegar a un acuerdo entre las partes afectadas.[69]

El 8 de julio de 1944, estalló finalmente la huelga, Camilo Chávez estaba a cargo de la comisión de vigilancia, por acuerdo de los obreros se hacían guardias en la puerta principal y en las de los talleres, que se dividían en tres turnos de 8 horas. En dicha huelga “los consolidados” solicitaron un aumento del 50% en sus salarios. La Sección 97 estaba preparada para soportar el tiempo que fuera necesario, estaban tranquilos, como narra un investigador del Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales: “los obreros que se encuentran haciendo guardia en la puerta principal, durante el día se dividen en grupos pequeños y se dedican a jugar baraja de interés”.[70] 

Otra de las secciones más aguerridas que protestaron por el reajuste, fue la de muelles y resortes que pertenecía al departamento de acero[71] que la compañía estaba intentando liquidar a una parte de su personal, bajo la excusa de que se excedía la cantidad de obreros y no había trabajos. Y también por la falta de acero para poder continuar con la producción:[72]

 

Mi papá fue uno de los trabajadores más respetados tanto en el departamento de muelles y resortes, donde él trabajaba, como en otros departamentos. Le tenían respeto, no sólo porque era un buen boxeador, le apodaban “el tigre”, sino por el oficio que desempeñaba, que los trabajadores consideraban uno de los más pesados, en donde se necesitaba de una fuerza y una destreza de admirar.[73]

 

Además, la compañía retiró los trabajos a destajo a los obreros destajistas permanentes y los había puesto a trabajar con un salario base lo que provocó, por consecuencia, que bajara la producción:[74]

Imagen 8

Colección familia Camacho Castillo. Trabajadores del departamento de muelles y resortes, posando para la foto, 1940.

 

Los paros se extendieron a otros departamentos: al de hornos eléctricos y en los mecánicos y, por lo tanto, la producción bajó a la mitad.[75] Este problema se agravó en septiembre de 1944 cuando regresaron de trabajar de los Estados Unidos de América 27 trabajadores de LAC, que habían sido enviados a laborar en las siderúrgicas americanas como apoyo para la guerra. La compañía no reconoció el convenio pactado con los laborantes que se había firmado en enero de 1943. La compañía se negó a recibirlos en sus antiguos departamentos, por lo que la Sección 97 protestó:

 

Con esta actitud asumida por la empresa  sólo está demostrando el poco respeto para los compromisos contraídos, el poco espíritu de colaboración que para con nuestro gobierno, al principio de la contienda hizo tanto alarde, la carencia de responsabilidad de los representantes de la negociación, quienes a pesar de haber dado tantas facilidades para que nuestros compañeros pudieran tramitar su traslado a territorio Norteamericano ahora les niegan el derecho de volver a ocupar sus puestos, que confiados en la buena fe de la empresa y con el citado permiso concedido dejaron temporalmente.[76]

 

La Sección 97, se negó a aceptar que a los trabajadores braceros se les colocara en otros departamentos o fueran liquidados, algunos de estos trabajadores pertenecían al departamento de cobre. Finalmente se integró a los trabajadores a sus departamentos, o bien, fueron asignados a otro lo que fue un logro más para la sección sindical:

 

Sobre las reuniones sindicales, decía mi papá que él era el encargado de evitar las trifulcas, vigilaba que no hubiera disturbios entre los trabajadores y los calmaba. Pero no faltó al que se le tuviera que calmar a golpes. Por ejemplo, me comentó que un día después de la reunión obrero patronal en la salida de la fábrica un compañero que era muy alto y corpulento insultó a uno de sus amigos y a él, al ver que se hicieron de palabras sus compañeros le recomendaron a mi papá que no se metiera con él porque estaba muy grandote y mi papá les dijo “mientras más grandes son, más fuerte caen” y le dio un golpe en la mandíbula al grandote que lo tiró al piso de inmediato.[77]

 

“La realidad nos aplasta”. El ocaso de los Consolidados (1964)

 

Durante el periodo de 1949 a 1952 los mineros-metalúrgicos defendieron al máximo la autonomía de las secciones sindicales del SITMMSRM, lo cual no se logró. Pero para mantener a los trabajadores alineados la nueva dirigencia, buscó negociar dádivas en las prestaciones que los trabajadores tuvieron que aceptar. Había terminado un periodo “Bonito” como lo llamaba Camilo Chavez: se terminaron los años de cuando los trabajadores iban puntuales a las reuniones sindicales por voluntad y acudían a cursos de sindicalismo.[78] En enero de 1960, AHMSA[79] compró el 52% de las acciones de La Consolidada S.A. Con 54 años de historia y fundada por el americano Harry Wright, pasó a manos mexicanas.[80]

En 1961 la planta de la Ciudad de México vió expandirse las obras urbanas justo al frente de ellos, fue entonces cuando comenzaron los trabajos de construcción de las grandes unidades habitacionales: Unidad Habitacional Tlatelolco. Los obreros de LAC temieron la expansión de dichas construcciones que consideraron de otra categoria social, pensaron que el gobierno de la Ciudad de México no tardaría en mudar la planta o, peor aún, cerrarla definitivamente, pues consideraban que:

 

…el avance de la violenta planificación derriba kilómetros y kilómetros de casas de trabajadores, de comercios de pequeñas fábricas para amplias calles y avenidas, sin tomarse el gobierno la molestia de investigar los desastrosos resultados […] el aspecto social de la escasez de viviendas y eliminación de fuentes de trabajo […] nuestro contrato no nos ampara contra el desempleo o el achicamiento de la fábrica […] nuestra fuente de trabajo ha quedado dentro de la demarcación urbana y sobre ese pretexto cualquier día reduce o desaparece totalmente.[81] 

 

Comenzó entonces una jornada intensa para generar conciencia de la posible desaparición de la planta. Por medio de su diario oficial 17 de diciembre aseguraban que, si no eran previsores, los sorprenderían con la desaparición de la planta e indemnizaciones irrisorias.[82] Finalmente, en diciembre de 1964 en un artículo titulado “La realidad nos aplasta”, se describió la pena con la que los obreros afrontaban el cierre de su fuente de trabajo; una sólida factoría que tenía 60 años. Desapareció así la veterana Consolidada de La Ronda, parte esencial en el desarrollo de la industria siderometalúrgica y quien vió llegar e irse a nada menos que a tres generaciones de trabajadores.[83]

Hoy en día en lo que fuera La Consolidada se erigió la Comercial Mexicana Tlatelolco, y poco a poco pequeñas unidades habitacionales ocuparon sus patios y sus bodegas. No hace más de 10 años, todavía se podía ver el viejo edificio de oficinas del extinto Napoleón del Acero, que se encontraban cubiertas de lonas y de tablas de madera, donde algunos indigentes aprovecharon el abandono e hicieron de ese pequeño vestigio industrial su hogar, hasta que las poderosas constructoras llegaron y desalojaron, limpiaron y demolieron 60 años de historia industrial de la ciudad de México.

 

Bibliografía

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Hemerografía

El Popular (1943)

17 de diciembre (1960-1964)

El Nacional (1937)

Revista Futuro (1940)

 

Acervos Documentales

Archivo General de la Nación (México)

Archivo de la Ciudad de México (México)

Fondo Documental ICA (Fundación ICA, México)

 

FECHA DE RECEPCIÓN: 30/7/2023

FECHA DE ACEPTACIÓN: 23/10/2023

 



[1] La primera parte de esas producciones bibliográficas se distinguieron por ser escritas generalmente por militantes al calor de los movimientos obreros en los que participaron, fueron de carácter testimonial.

[2] Puede decirse que los trabajos desarrollados en esa etapa mejoraron la producción bibliográfica, ya que fue elaborada por sociólogos, politólogos o economistas. Algunos de los trabajos eran: 1) de carácter global, 2) explicaban el origen de los conflictos, 3) la composición y su desarrollo de manera homogénea, 4) intentaron enfatizar la unidad de la clase obrera. También destacan los 17 tomos de la colección de Pablo González Casanova, La clase obrera en la historia de México.

[3] Abreviaré a partir de esta página con sus siglas.

[4] Industrias integradas es un concepto que utiliza Daniel Toledo Beltrán y Francisco Zapata al referirse a que se desarrollan varias actividades industriales y es un proceso continuo, es decir, extraían el mineral de sus propias minas, las transformaban, las fundían y realizaban productos finales.

[5] Las comillas son de la autora.

[6] El papá de mi abuelo fue minero, trabajó en Agangeo en Michoacán (México) y luego en la mina del Oro del Estado de Toluca, cuando era niño (mi abuelo) bajó a las minas como repartidor de lonches de los mineros. Cuando cerró la mina, la familia emigró a la gran Ciudad de México, donde el padre de mi abuelo le consiguió un trabajo como peón en la próspera Consolidada S. A., y comenzó a laborar desde los 16 años. Con el tiempo se especializó y se estableció en el departamento de muelles y resortes.

[7] Enfermedad profesional para los siderúrgicos que consiste en que los pulmones se llenan de polvo de fierro, lo que les dificulta desarrollar trabajos que requieran el mínimo esfuerzo. Fue indemnizado por enfermedad profesional y dado de baja del servicio en 1949.

[8] Raúl Benjamin Camacho Castillo tiene 68 años de edad, estudió la licenciatura en Contaduría en la Universidad Nacional Autónoma de México, porque mi abuelo insistió en que tenía que ser un profesional, ya que consideraba que la vida de un obrero era muy difícil. Por casualidad ingresó a trabajar a Grupo México (compañía del sector minero-metalúrgico), donde laboró entre los años de 1982 a 2008, como subgerente y posteriormente gerente de auditoría interna, realizó auditorías internas en todas las minas y complejos metalúrgicos de la compañía.

[9] El presente artículo es una síntesis actualizada de parte del trabajo de investigación que realicé en mi tesis de Licenciatura en Historia defendida en el 2013. Además, anexé a este artículo nuevas fuentes documentales para completar el trabajo realizado.

[10] César Ortiz, “El Napoleón del Acero”, Revista Futuro (México), noviembre de 1940, p. 28.

[11] César Ortiz fue un articulista en la Revista Futuro, revista editada por Vicente Lombardo Toledano entre 1937 a 1940, aproximadamente. Vicente Lombardo Toledado fue un intelectual de Izquierda que ayudó al Estado cardenista a unificar a los sindicatos de obreros en la Central de Trabajadores de México (CTM) y consolidar las bases de la fuerza política del gobierno.

[12] El autor hace una comparación entre los grandes empresarios norteamericanos como Rockefeller, donde a manera de burla menciona que México también contaba con sus pequeños Rockefellers, mencionaba que era dueño del Country Club de México y que vivía lujosamente en una mansión de la calle de Londres 97. A partir de esta página dejaré de colocar comillas. Ibidem.

[13] Ibidem

[14] Ibidem

[15] Comenzaron sus trabajos con 1500 trabajadores fue una de las empresas más vanguardistas ya que utilizó la tecnología siderúrgica que se estaba aplicando hasta ese momento en Estados Unidos de América. Tanto FUMOSA como LAC utilizaron maquinaría que ya había sido usada en el país del norte.

[16] “Levantamiento de terreno fracción C, de la Consolidada S. A.”. Archivo de la ciudad de México (México). Planoteca Módulo 2, planeo 1, fajilla 145, clasificación: 414 (073) 69, 1933.

[17] Documento que muestra la intención de ampliación de La Consolidada, Wright compra los terrenos aledaños a la fábrica de calzada de La Ronda número 88 a la viuda de Braniff el 15 de mayo de 1926. Archivo General de la Nación (México), Tribunal Superior de Justicia, Expediente: 392, caja: 2,153.

[18] César Ortiz, “El Napoleón del Acero”, Revista Futuro (México), noviembre de 1940, p.29.

[19] Trefilar: Reducir un metal a alambre o hilo pasándolo por una hilera

[20] César Ortiz, “El Napoleón del Acero” … op. cit. p. 29.

[21] El apodo lo otorga César Ortiz al señalarlo en comparación de otra gran siderometalúrgica la FUMOSA. Por ejemplo, en Monterrey a la Compañía se le apodó el “Elefante de Acero” y de hecho el logo de FUMOSA ilustra un gran elefante como sello representativo. Como su estructura y maquinaria eran superiores a las de LAC, el término “Napoleón de Acero” hacía hincapié en que LAC parecía pequeña, pero era una de las siderometalúrgicas integradas del país más fuertes. Por lo menos hasta que llegaron las primeras paraestatales siderúrgicas.

[22] César Ortiz, “El Napoleón del Acero”, Revista Futuro (México), noviembre de 1940, p. 29.

[23] Ibidem

[24] Se refería al periodo en el que tuvo sus inicios la compañía, posteriormente el tipo de trabajo y la especialización en algunos departamentos dependió de la experiencia que adquirieron los trabajadores y el reconocimiento de los escalafones por parte de la compañía.

[25] Así lo apodó César Ortiz.

[26] Durante ese periodo el SITMMSRM tenía una posición de resistencia frente a lo que consideraba injusto o mal pagado eso explica porque la molestia de Wright.

[27] César Ortiz, “El Napoleón del Acero”, Revista Futuro (México), noviembre de 1940, p. 29.

[28] Como mencioné en párrafos anteriores, empresarios nacionales y americanos lo llamaron así. No obstante, los trabajadores no la llamaban de esa manera, para ellos siempre fue LAC o La Consolidada y en su honor, los obreros, se hicieron llamar así mismos “Los Consolidados”. Raúl Benjamin Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[29] Contrato Colectivo de Trabajo que firma la Sección 97 del SITMMSRM con La Consolidada S. A. en 1943.

[30] También funcionó un horno que vaciaba alambrón de aluminio de manera continua, producto que se utilizaba para el uso en la conducción de energía eléctrica, también se trabajaba el cobre con el mismo fin.

[31] Raúl Benjamin Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[32] Se laboraron tres turnos, la producción no podía detenerse, ya que los dos hornos de arco lo exigían así, por ejemplo, para el caso del departamento de alambre, departamento de acero, departamento de laminación y departamento de cobre sus jornadas laborales se dividían en dos: los trabajos continuos y los trabajos ordinarios. Para los trabajos llamados ordinarios, se podía interrumpir la labor y descansar, no obstante, en el caso de las labores continuas era indispensable un relevo.

[33] En granados 61 en la colonia Exhipodromo de Peralvillo en la ciudad de México.

[34] Confederación Regional Obrera de México desde 1918.

[35] El contacto estrecho entre trabajadores de las mineros y ferrocarrileros estaba relacionado por su experiencia en las minas determinado por las necesidades de la producción, es decir: el transporte del mineral siempre se hacía por medio de los carros de ferrocarril.

[36] La Unión de Mexicana de Mecánicos y Similares fue la unión de trabajadores que contó con mayor número de filiales, se respetó la numeración de la unión para la formación de la sección 4 del SITMMSRM.

[37] Cabe señalar que gran parte de los primeros trabajadores mineros de nuestro país eran del Norte y Bajío: Guanajuato, Chihuahua, Sinaloa y Sonora con experiencia en minería y las fundiciones desde las primeras décadas del siglo XX, también tenían a trabajadores con alguna experiencia en talleres de fundición. Esos trabajadores fueron los que formaron las primeras filas de las uniones obreras en el norte. Al ubicarse en las zonas fronterizas gran parte de las compañías instaladas era norteamericana, tenían gran experiencia en luchar por reivindicaciones por salarios iguales y trato digno.

[38] “Protesta de obreros en La Consolidada S. A.” El Nacional (México), 20 de mayo de 1937, p. 5.

[39] Ibidem

[40] Telegrama dirigido al presidente de la República Mexicana de la Sección 31 del SITMMSRM, 20 de julio de 1937. Archivo General de la Nación (México), Lázaro Cárdenas del Río , Expediente: 523.6/13.

[41] “Termina la Huelga de sentados”, El Nacional (México), 22 de mayo de 1937, p. 3.

[42] Camilo Chavez Melgoza, nació el 13 de agosto de 1913, cuando era adolescente viajó a Estados Unidos de América aprendió inglés y más tarde fue obrero de línea  en la metalúrgica Colombia Steel Company en California, se integró a la Unión Mundial de Trabajadores de la Industria siderúrgica. Participó en movimientos obreros de protesta en EUA, por lo que fue colocado en la lista negra. Regresó a México en 1934 y trabajó en una fábrica de clavos donde se afilió al SITMMSRM, posteriormente ingresó a La Consolidada S. A. de la ciudad de México y a la Sección 97.

[43] Transcripción de la conferencia que Camilo Chavez otorgó en la Facultad de Economía  de la UNAM el 14 de febrero de 1979 y la entrevista realizada por María Mercedes Gaítan Riveros al dirigente algunas semanas después de la conferencia en: Navarro Jaimes Perla, “El sindicalismo minero en México desde la perpectiva de sus proptagonistas: la huelga de Coahuila (1950-1951) en el testimonio de Camilio Chavez”. En:http://pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/1612-el-sindicalismo-minero-mexicano-desde-la-perspectiva-de-sus-protagonistas-la-huelga-de-coahuila-1950-1951-en-el-testimonio-de-camilo-chavez. Disponible en enero de 2022.

[44] “Terminó la Huelga en La Consolidada”, El Nacional (México), 22 de mayo de 1937, p. 3.

[45] Así se hacían llamar los propios trabajadores, por lo que dentro de este trabajo también llamaré a la Sección 97 como “Los consolidados”.

[46] Archivo General de la Nación (México), Departamento Autónomo del Trabajo, Expediente: 17, caja: 294.

[47] Durante el Cardenismo hubo una marcada atención por parte de las autoridades del trabajo, la Secretaría de Salubridad Pública y los Médicos del Trabajo para mejorar las condiciones laborales y proteger la salud del trabajador, más sobre ese tema véase.

[48] Raúl Benjamin Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[49] Art. 239 al 247, Contrato Colectivo de Trabajo, Capítulo XXVI, De la cultura física y artística, 26 de enero de 1943, pp. 45- 46.

[50] Entrevista al hijo de extrabajador de LAC , Raúl Benjamin Camacho Castillo (México), julio de 2023.

[51] Por ejemplo, para que se entrenaran los obreros del equipo de box la compañía contrató a boxeadores profesionales para que les enseñaran las técnicas.

[52] Raúl Benjamin Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[53] Por su buen desempeño en el boxeo le apodaban “El Tigre” según lo recuerda mi padre, no sólo por ser un gran boxeador, sino gracias también a la fuerza que se requería para trabajar en el departamento de muelles y resortes. Ibidem

[54] “Ecos deportivos La clásica carrera de los 5000 metros planos”, 17 de diciembre (México), Órgano Oficial de la Sección 97, febrero de 1960, p. 6.

[55] Archivo General de la Nación (México), Departamento Autónomo del Trabajo, Expediente: 102/313.

[56] Raúl Benjamin Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[57] Archivo General de la Nación, (México), Departamento Autónomo del Trabajo, Expediente: 17, Caja: 29.

[58] Carta de LAC a la Secretaría mayor presidencial, 25 de febrero de 1942. AGN (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente: 705.2/28.

[59] Si eran hijos de trabajadores de LAC afiliados a la Sección 97.

[60] Art. 113, Aprendices, Contrato Colectivo de Trabajo, de la Sección 97 y 123 firmado con La Consolidada S. A. p. 23.

[61] Memorandum a presidencia. Archivo General de la Nación (México), Lázaro Cárdenas del Río, Expediente 523.6/13.

[62] Carta del presidente Lázaro Cárdenas del Río al señor Albarrán Pliego, 20 de enero de 1940.

[63] Lo que se consideró perjudicial para todos los que se dedicaban a la industria siderometalúrgica. Carta a presidencia, 28 de junio de 1941. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente 705.2/28.

[64] “Oficio de la sección 97”, Archivo General de la Nación (México). Expediente:17, Caja: 294; AGN. LCR, Expediente 523.6/13.

[65] Ibidem

[66] El Popular (México), 30 de agosto de 1943.

[67] “Oficio de la Sección 97 a la Secretaría del Trabajo”. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente: 432/51.

[68] Raúl Benjamín Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[69] “Correograma, 15 de julio de 1944”. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho (MAC), Expediente: 705.2/28; “Telegrama enviado a presidencia 13 de julio de 1944”. AGN (México), MAC, 432.2/51.

[70] Archivo General de la Nación (México), Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales, Expediente: 52, Caja 752.

[71] Los trabajadores se negaron a aceptar el reajuste aseguraban que era una estrategia de la compañía que había girado órdenes para que se suspendieran los envíos de acero para efectuar el vaciado en el departamento de muelles y resortes

[72] Carta de la sección 97, dirigida al representante legal de LAC, J. R. Albarrán Pliego, 28 de septiembre de 1944. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente:432.2/51.

[73] Raúl Benjamín Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[74] “Carta de la sección 97 dirigida al representante legal Albarrán Pliego”, 7 de diciembre de 1944. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente: 432.2/51.

[75] “Telegrama de Albarrán Pliego, el 9 de agosto de 1944”. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente:  432.2/51.

[76] Oficio de la Sección 97. Archivo General de la Nación (México), Manuel Ávila Camacho, Expediente: 432.2/51.

[77] Raúl Benjamin Camacho Castillo. 8 julio de 2023. Ciudad de México. Anagricel Camacho Bueno.

[78] Navarro Jaimes Perla, “El sindicalismo minero en México desde la perpectiva de sus proptagonistas: la huelga de Coahuila (1950-1951) en el testimonio de Camilio Chavez”. En: http://pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/1612-el-sindicalismo-minero-mexicano-desde-la-perspectiva-de-sus-protagonistas-la-huelga-de-coahuila-1950-1951-en-el-testimonio-de-camilo-chavez. Disponible, enero de 2022.

[79] Una paraestatal del acero.

[80] “AHMSA, Adquirió  el control de La Conosolidada”, 17 de diciembre (México), Diario Oficial de la Sección 97. Enero de 1960, p. 1.

[81] “Hoy más que nunca: Alertas. Los trabajadores de la Consolidada debemos permanecer unidos, está en juego nuestra propia seguridad económica”, 17 de diciembre (México), mayo de 1961. p.2

[82] “¿Seremos víctimas de la imprevisión?”, 17 de diciembre (México), marzo de 1962. p. 2.

[83] “La realidad nos aplasta”, 17 de diciembre (México), marzo de 1964, p. 2