RESEÑAS
Carla
Peñaloza y Jimena Alonso (Eds.). Exilios
del cono sur: género, generaciones y militancias. Editorial Cuarto Propio.
Santiago de Chile, 2020, 586 págs.
Exilios
del cono sur: género, generaciones y militancias,
editado por Carla Peñaloza y Jimena Alonso, es el producto de la mirada
interdisciplinaria, interseccional y renovada de un
colectivo de autoras que interpelan con herramientas hodiernas -como el género
y la generación- a la segunda mitad de la vigésima centuria, comportando el
tema del exilio el eje transversal de sus escritos.
Las
hacedoras de esta obra se han propuesto dar cuenta de la masividad, pluralidad
y heterogeneidad del fenómeno exiliar impelido por las dictaduras
latinoamericanas de los decenios de 1960,1970 y 1980, reflexionando sobre
cuestiones a las claras sensibles como la solidaridad entre pares y en los
países de acogida; la autocrítica individual y colectiva advenida en el
destierro; la elección del no retorno o la imposibilidad del regreso y los
sentires, deseos y memorias de las segundas generaciones, entre otras.
La
ampliación del marco temporal -desde los primeros años de la década de 1960
hasta bastante más allá del fin de los regímenes dictatoriales-, la
incorporación de actores hasta el momento escasamente escuchados -como los
hijos e hijas de exiliados/as-, el recurso metodológico a un abanico
disciplinar -que abarca la historia, la sociología, la antropología, la
psicología, la literatura y el arte- y el enfoque interseccional-
que introduce perspectivas de género, clase, etnia y generación- imprimen un
carácter único y novedoso al libro, enriqueciendo significativamente cada trama
y alentando la problematización y la proposición de nuevas hipótesis. Se trata,
en definitiva, de una mirada actualizada, global e inquisitiva sobre los
exilios que desangraron nuestra patria grande en el ocaso del siglo XX.
Exilios del cono sur: género,
generaciones y militancias se estructura en tres grandes
apartados: Género, Generación y Recorridos militantes. En “Exilio y género. Experiencias
de mujeres exiliadas durante la última dictadura militar argentina
(1976-1983)”, Victoria Álvarez da cuenta de los efectos disruptivos del exilio,
en lo que refiere a relaciones de género, sobre mujeres exiliadas que
oportunamente prestaron testimonio, habilitando cuestionamientos de
experiencias previas al mismo, tanto personales como políticas, y favoreciendo
acercamientos a lecturas y prácticas feministas impensados con antelación al
destierro. Las cuestiones vinculadas a su condición de género marcaron, pues,
sus experiencias exiliares.
Ana
Buriano, en “Monolitismo y pluralismo del exilio
uruguayo en la URSS: género y memoria”, emprende la búsqueda de una memoria “desinstitucionalizada”, encarnada en los recuerdos de
aquellas uruguayas exiliadas -entre las que se cuenta ella misma- en la URSS
tras el golpe de estado de junio de 1973 en su país, recuerdos que han
resultado ser sustantivamente menos ideológicos que los de sus compañeros.
Estas mujeres exiliadas y asentadas fuera de Moscú con sus familias, en calidad
de acompañantes de sus esposos, opusieron a la homogeneidad originaria
implicada en la pertenencia común a un PC monolítico gran pluralidad de
experiencias y subjetividades exiliares, esgrimiendo independencia memorialística y reflexiva frente a las directivas
partidarias.
En
“Del ejercicio de aplicabilidad de categorías a la reflexión propuesta por la
novela testimonial de Adriana Bórquez Adriazola” Mónica Gatica interpreta y contextualiza la
narración autobiográfica de Bórquez Adriazola con el fin de complejizar las memorias de los
exilios y los propios exilios, haciendo hincapié en el carácter crítico de su
relato -atravesado por cuestiones de género- y en su intencionalidad de
denuncia y de alejamiento de la versión canónica de los extrañamientos.
Carmen
Norambuena e Irene Magaña Frade, por su parte, han
escogido el enfoque psicohistórico como otra forma de
hacer historia y de reconstruir la vida y el discurso de Marie Langer quien, en Europa como en Latinoamérica y en una
extensa cadena de exilios, optó por erigirse en una eterna transterrada.
“Marie Langer: itinerario de una transterrada”
informa sobre la praxis escrituraria y militante de esta mujer que agenció
desde “la delgada línea roja entre psicoanálisis, feminismo y marxismo” y que
acabó convertida en una ciudadana latinoamericana.
En
lo que respecta al artículo titulado “Trayectorias políticas y exilio. La
experiencia de las doctoras internacionalistas, cubasantiago
(1972 - 1990)”, de Javiera Robles Recabarren, este
visibiliza los tránsitos militantes de dos chilenas becadas para estudiar
medicina en Cuba, narrando sus experiencias de retorno a un Chile aún
dictatorial como sus encarcelamientos y exilios y echando luz sobre el
espejismo de la igualdad genérica en los espacios de militancia.
En “Tiempo de los hijos. Narrativas
contemporáneas de exiliadxs hijxs
argentinos” Eva Alberione pone al centro de la escena
las memorias, experiencias y narrativas de los Hijos e hijas del exilio,
colectivo conformado por las segundas generaciones de exiliados/as políticos/as
que a través de la realización de prácticas artístico-políticas aportan una
nueva mirada sobre el exilio argentino de la década de 1970, denuncian al mismo
como violación de los derechos humanos, se reconocen a sí mismos/as como
víctimas de la represión y el terrorismo de Estado y pugnan por el rompimiento
de silencios y de desarraigos. Abren, en definitiva, nuevas brechas y
posibilidades de significación del tema que atraviesa la obra.
Florencia
Basso reflexiona, en “Arte y exilio en la segunda generación: los objetos en
tránsito y el cuaderno de viaje”, sobre las múltiples memorias del exilio
político en México plasmadas en algunas propuestas artísticas de la segunda
generación, cuyos/as creadores/as se asumen portadores/as de identidades
quebradas, o en pugna o en constante transformación y actualización.
“A
propósito de los curiosos derroteros de las memorias de los exilios en
Argentina: la literatura y los ‘trabajos de las memorias’”, de Patricia Flier, propone diálogos fecundos entre literatura e
historia, entre literatura y trabajos de memoria, entre memorias familiares y
colectivas, entre las memorias recientes y la memoria larga de los exilios y
entre identidad y migraciones. Sometiendo a análisis tres textos que podríamos
denominar de “autoficción” redactados por
escritora/es expatriada/os subraya la existencia de memorias familiares largas,
intergeneracionales, reconociendo en ellas matices de multiculturalismo y de
polifónicas identidades nacionales.
Mariana
Norandi examina, desde una perspectiva sociológica,
la problemática del no retorno de los/as hijos e hijas de exiliados/as
uruguayos/as asentados/as en España. En “Habitando ausencias, construyendo
identidades: el no retorno de la segunda generación del exilio uruguayo en
España” proclama al no retorno como espacio subjetivo de construcción identitaria en el que la segunda generación configura
formas desterritorializadas de pertenencia y reclama
un lugar en la memoria que subvierta la invisibilización
de que ha sido objeto.
“La
patria es la infancia: el retorno a Chile de los niños del exilio”, de Carla
Peñaloza, aborda el retorno de jóvenes chilenos/as a su patria tras el exilio y
en plena dictadura, problematizando temáticas como las motivaciones del
regreso, los prejuicios contra los/as retornados/as, su doble condición de
desarraigo y adaptación y la vuelta al país de exilio.
En
“Pequeños compañeritos: los hijos del Mir y Montoneros en los Hogares
Colectivos de Cuba” Tamara Vidaurrazaga Aránguiz da cuenta de la existencia de espacios de cuidado
colectivo en suelo cubano para los hijos e hijas de militantes del MIR y
Montoneros que elegían continuar combatiendo a sus respectivas dictaduras,
posponiendo la crianza de esos/as niños/as y poniéndolos al servicio de la
futura revolución -augurada siempre triunfante- Vidaurrazaga
complejiza las experiencias de estos/as hijos/as en Cuba como en sus países de
origen, desde su construcción y valoración como pequeños compañeritos formados
en valores revolucionarios y anticapitalistas hasta el desencanto y el silencio
a que los condenaron sus familias y comunidades en sus propias patrias.
“De
revolucionarios y revoluciones: asilados cubanos en la embajada uruguaya.
1958-1964”, de Jimena Alonso, constituye un llamado de atención a la
historiografía latinoamericana, desde la que se ha prestado escasa atención al
rol desempeñado por la embajada uruguaya en Cuba desde los últimos años de la
dictadura batistiana hasta 1964, año de rompimiento de relaciones diplomáticas
entre los dos países. “De revolucionarios y revoluciones” ilustra el carácter
contrapuesto de los/as exiliados/as cubanos de las etapas dictatorial y
castrista al tiempo que echa luz sobre violencias puertas adentro de la
embajada y sospechas de connivencia de la diplomacia uruguaya con los
opositores a la revolución.
Natalia
Casola historiza, en “En la
“Ciudad de la Furia”. Refugiados chilenos en Buenos Aires entre 1973 y 1983”,
las experiencias de familias chilenas refugiadas en la región metropolitana de
Buenos Aires durante el tercer gobierno peronista y la dictadura militar
mediante el recurso a las categorías de clase, género y pertenencia
generacional, situando al centro de su relato la construcción de un andamiaje
estatal represivo que hostilizó sus permanencias y tránsitos y que degradó sus
condiciones de vida hasta niveles rayanos con la pobreza.
En
“‘Los obreros que debimos ser’. Derrota y proletarización en el exilio
Tupamaro” Carla Larrobla reflexiona sobre la derrota
de 1972 y el trauma que esta generó en militantes y dirigentes tupamaros
exiliados primero en Chile y luego en Argentina, quienes emprendieron la autotransformación del movimiento en un partido
marxista-leninista y dieron inicio a un proceso de proletarización o peludización de sus cuadros, ocasionando desengaños y
heridas en aquellos/as militantes que no pudieron convertirse en “los obreros
que debían ser”.
Cristina
Mansilla Decesari narra los cambios en la
configuración de las corrientes exiliares uruguayas, especialmente los
acontecidos a partir de 1968. En “Uruguay: del exilio de unos pocos al exilio
de los miles. Transformación de las corrientes exiliares” se interroga por
transformaciones referidas al asilo y a la expulsión en tierra uruguaya entre
1968 y 1985, momento histórico que clausuró la tradición asilar del país vecino
y que presenció el advenimiento de la dramática persecución que condujo a miles
a la muerte, el destierro o la prisión prolongada.
Finalmente
Loreto Rebolledo G. indaga, en “Exilio y no retorno de chilenos en Francia”,
los testimonios de hombres y mujeres reunidos/as en la Asociación de Ex Presos
Políticos Chilenos en Francia, cuyo propósito es contribuir a la reescritura de
la historia de Chile -es decir, a una contra historia narrada por ellos/as
mismos/as- y cuyo deseo implícito es no quedar fuera de la historia del Chile posdictatorial. Destaca en su texto la prevalencia de
relaciones contradictorias de estos/as exiliados/as no retornados/as con Chile
y con los chilenos, resultando la militancia política y el género los factores
causales de tales contradicciones.
Exilios del cono sur: género,
generaciones y militancias reconstruye desde la diversidad
escrituraria, disciplinaria y metodológica polifónicas voces de exiliados/as,
de no retornados/as y de quienes conforman la segunda generación. Una polifonía
tal da cuenta de la multiplicidad de memorias, experiencias e identidades
forjadas en el exilio y a causa de él. Insistimos, pues, en la masividad,
pluralidad y heterogeneidad del fenómeno exiliar.
El
presente nos brinda la oportunidad de revisitar el pasado munidos/as con nuevos
interrogantes y herramientas, y eso es lo que han hecho, exitosamente, las
autoras de este libro.
Paula
Gimena Brain
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina
Burton,
Julia. Desbordar el silencio, tejer
complicidades: acciones y voces del feminismo neuquino por el derecho al
aborto. Editorial Tren en Movimiento, Buenos Aires, 2020, 220 páginas.
Desbordar el silencio, tejer
complicidades: acciones y voces del feminismo neuquino por el derecho al aborto
es un libro en el cual Julia Burton comparte los resultados
de su tesis de Doctorado en Sociología de la Universidad Nacional de San
Martín. Su investigación inició en el 2013 y concluyó con la presentación del
trabajo final en el 2018 acompañada por el calor del debate promovido por la
lucha feminista. La obra fue publicada por la editorial Tren en Movimiento meses previos a la sanción de la Ley de
Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) Nº 27.610 por el Congreso Nacional,
el 30 de diciembre de 2020.
En
este trabajo la socióloga indaga sobre las transformaciones sociales y
culturales generadas desde el activismo feminista por el derecho al aborto en
la ciudad de Neuquén. En especial, aborda las acciones colectivas que cambiaron
el modo hegemónico de referirse y sentirse con respecto a abortar. ¿Cómo pasó
el aborto de ser una acción individual criminalizada a ser un problema social?
¿Cómo consiguió ser una decisión legítima de las personas con capacidad de
gestar? Estas son algunas de las preguntas que la autora responde a través del
estudio de militancias de mujeres y disidencias sexuales pertenecientes a dos
organizaciones: Sin cautivas y La Revuelta en los años previos al “Ni
una Menos” y a la “Marea Verde”. Asimismo, el libro propone ser una
contribución tanto al feminismo como al campo académico ya que aporta nuevas
discusiones y debates para la lucha por el derecho al aborto y genera
conocimiento científico sobre la militancia feminista en Argentina.
En
sus primeras páginas Julia Burton explica que su tarea de investigadora fue
marcada por ser neuquina, luego colaboradora y después participante de una de
las colectivas analizadas. Este proceso personal le permitió conocer mejor a
las militantes, sus formas de relacionarse y al territorio donde se
circunscribe su estudio. A partir de esa cercanía, sostiene como hipótesis que
el activismo neuquino feminista tiene modos particulares de hacer política que
lo diferencia de otras experiencias “porteño-céntricas”. Estas maneras se
destacan por la presencia de aspectos afectivos, pedagógicos, de construcción
de alianzas y la generación de espacios de escucha. También propone que este
proceso singular a escala local impulsó fenómenos sociales de repercusión
nacional.
En
el capítulo 1: “La idea de eco y el debate por lo no metropolitano” la autora
relata sobre varios desafíos que afrontó en los comienzos de su labor. Uno de
ellos fue el fuerte cuestionamiento sobre la importancia de abordar las
militancias feministas. Otro fue sobre la localización geográfica en la que
llevó a cabo su trabajo de campo. En base a estas críticas la investigadora
demuestra que al interior de la academia hay temas legitimados para estudiar y
al mismo tiempo, se ha construido un “metropatrón”,
un relato que pone como referente a la experiencia del Área Metropolitana de
Buenos Aires en desmedro a procesos de otras regiones; a los cuales se los
entiende como simples repeticiones o copias.
Por
otra parte, Burton señala las particularidades de Neuquén. Debido a su cantidad
de población y por su tradición de conflictividad social destaca que existen
formas particulares de relacionarse. Para ello hace un recorrido histórico de
la ciudad desde su fundación en 1957 y describe distintos hechos que marcaron
la identidad social. Además, explica la configuración del poder político
estatal y cómo la oposición, conformada por la sociedad civil, está organizada.
Es decir, la mayoría de las y los habitantes neuquinos son parte de un
sindicato, o de un partido, o de un colectivo, entre otros tipos de
organizaciones. Además, la autora hace hincapié en distintos actores que
tuvieron relevancia en la historia combativa del lugar. Por ejemplo: el partido
Movimiento al Socialismo, la Asociación de Trabajadores de la Educación
Neuquina, la Universidad Nacional del Comahue, la
diócesis neuquina, el pueblo Mapuche y el movimiento piquetero. En sus
palabras, la militancia es parte de la cotidianeidad local y las personas que
ella entrevista están entramadas con esa tradición de resistencia.
En
el capítulo 2: “Feministas neuquinas en los noventa” a través de testimonios,
reconstruye una serie de eventos que influyeron en esa década y fueron los
antecedentes a las militancias de las organizaciones estudiadas. Entre ellos
podemos nombrar al surgimiento de la ONG Mujeres
por el Derecho a decidir, los talleres de sexualidad en diferentes barrios,
la promoción y la sanción de Ley provincial Nº 2222 de salud sexual y
reproductiva. Varias acciones colectivas en las cuales se pueden identificar la
construcción de primeros espacios de escucha y encuentro para mujeres,
estrategias colectivas para acceder a métodos anticonceptivos y alianzas que
establecen las feministas para sostener esos espacios y logros.
Otros
eventos a destacar fueron los Encuentros Nacionales de Mujeres que las
entrevistadas reivindican como instancias de debates, disputas de sentidos y la
posibilidad de socializar con otras sujetas políticas. En otras palabras, se resalta
su relevancia ya que permitió conformar espacios federales en la lucha al
aborto seguro, legal y gratuito.
En
el capítulo 3: “Acompañamientos, pedagogía, afectos y alianzas” Burton
profundiza sobre las formas en las cuales las integrantes de La Revuelta construyeron su activismo y
sus dinámicas de trabajo desde sus orígenes. En este apartado a través de las
palabras de sus protagonistas se describen las acciones colectivas que llevaron
a cabo y configuraron un modo de hacer política caracterizada por lo afectivo,
lo pedagógico y sus relaciones con otros colectivos.
En
el capítulo 4: “Registro de testimonios. Un archivo de historia oral sobre la
experiencia de abortar” la autora del libro cuenta sobre la trayectoria y
funcionamiento de la agrupación Sin
cautivas-Feministas por la Resistencia. Asimismo, desarrolla una de sus
acciones colectivas más relevantes: la conformación del archivo oral llamado
“Yo aborto, tú abortas, todas hablamos”. Este repositorio reúne treinta
testimonios de personas que interrumpieron sus embarazos. En ellos, a través
del formato de historia de vida, se puede observar la diferente composición de
sus entrevistadas, las problemáticas que estaban atravesando y las heterogéneas
experiencias de abortar. También son interesantes las estrategias que este
colectivo utilizó para proteger las identidades de las personas que brindaron
sus historias ya que existía una reprobación moral y la posibilidad que las
reconozcan por las proximidades vividas en Neuquén. A pesar de las dificultades
afrontadas, las militantes feministas consideran que las entrevistas realizadas
tienen potencialidad porque permiten una transformación subjetiva. Esto sucede
tanto por parte de las entrevistadas, porque revalorizan sus experiencias, como
de las entrevistadoras porque brindan el espacio de escucha. Para ellas “tomar
la palabra” permite quebrar el silencio y desafiar las formas hegemónicas de
tratar y sentir el aborto.
En
el capítulo 5: “Transcender la legalización. Sentidos políticos sobre el aborto
en la militancia feminista neuquina” la socióloga hace un repaso sobre los
sentidos dominantes en torno a la interrupción del embarazo, sus orígenes y
dispositivos que reforzaron esas ideas asociadas a la cultura de la muerte.
Esto con el fin de compararlos con los sentidos políticos que fueron
construyendo las militantes feministas a través de sus acciones políticas de
acompañamiento y espacios para tomar la palabra. También, recupera de los
testimonios los sentimientos y sensaciones que las “acompañadas” y las integrantes
de La Revuelta y Sin cautivas fueron viviendo. Podemos mencionar algunos como
alegría, empoderamiento, libertad, autonomía, seguridad, los cuales junto a
otros factores lograron que el aborto sea reconocido como una posibilidad de
rebelarse a los mandatos establecidos y un derecho que debía ser (y es
actualmente) reconocido por el Estado.
En
resumen considero al libro de Julia Burton como un valioso trabajo para conocer
las militancias, los debates y las acciones colectivas de los noventa y dos mil
que fueron base de las conquistas actuales. Estas historias cuestionan las
explicaciones centradas en Buenos Aires y permiten pensar desde otros
horizontes más federales. También, desde la sociología y la historia oral, la
autora reconstruye las maneras singulares en las cuales muchas mujeres
neuquinas desbordaron imposiciones, silencios y tejieron alianzas por la
autonomía de nuestros cuerpos y deseos.
Julieta Sansón
Centro de Investigaciones “María Saleme
de Burnichon”,
Facultad de Filosofía
y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina