Conmemoraciones,
reuniones secretas y militancia.
Memorias
de la resistencia peronista en
Comodoro
Rivadavia
Commemorations, secret meetings and militancy.
Memories of the Peronist resistance in
Commodore Rivadavia
María Noel Bais Rigo
(Universidad
Nacional de la Patagonia San Juan Bosco), Argentina
Gabriel Carrizzo
(Universidad
Nacional de la Patagonia San Juan Bosco- Universidad Rio Gallegos-
Consejo Nacional de Investigaciones científicas y técnicas), Argentina
Resumen
En este artículo
presentamos un análisis de entrevistas referidas a la denominada resistencia
peronista en la ciudad de Comodoro Rivadavia, buscando entrecruzar las fuentes
orales con la prensa de la época. Nos interesa cubrir un vacío historiográfico
en torno a esta temática, a partir de una serie de testimonios obtenidos de los
hijos de quienes tuvieron una activa militancia en este período en el cual el
peronismo estuvo proscripto. No solamente nos detendremos en aquellas acciones
de resistencia desplegadas por militantes peronistas que buscaban desafiar al
gobierno militar, sino que además abordaremos los sentidos que le atribuyeron a
las mismas nuestros entrevistados.
Palabras clave: memorias, militancia, peronismo,
fuentes orales
Abstract
In this article
let's sense beforehand an analysis of interviews referred to the resistance
called Peronist in the Comodoro Rivadavia city, seeking to interlace the oral
sources with the press of the epoch. We are interested in covering an emptiness
historiográfico concerning this subject matter, from a series of testimonies
obtained of the children of those who had an active militancy in this period in
which the Peronism was outlawed. Not only we will detain in those actions of
resistance opened by politicallly active Peronists who were seeking to defy the
military government, but in addition we will approach the senses that him our
interviewed ones attributed to the same ones.
Keywords: memories, militancy, Peronism, oral sources
Introducción
¿Cómo recuerdan los
peronistas la resistencia en Comodoro Rivadavia durante la Revolución
Libertadora? A partir de este interrogante este trabajo busca hacer un primer
acercamiento al análisis de las memorias de los peronistas que vieron sus
expresiones político –ideológicas y culturales proscriptas luego del golpe de
1955, orientando nuestro estudio hacia una conmemoración en particular como la
denominada “Marcha del silencio” y a distintos actos de resistencia.
Al igual que en el
resto del país, el gobierno militar buscó erradicar al peronismo de la vida
política de la novel provincia chubutense mediante la desperonización de la
sociedad. En este sentido nos interesa analizar las modalidades de acciones de
resistencia frente a la proscripción impuesta por el gobierno de facto.
Entendemos que el estudio de las memorias nos posibilita recuperar el modo en
el que se interpreta la participación en la resistencia peronista en un entorno
local, y de este modo aportar a la comprensión de un proceso que dista de ser
lineal y homogéneo.
De allí que en este
trabajo nos valdremos de la noción de memoria, es decir la selección y las
formas que toman los recuerdos y el olvido en función de intereses sociales,
políticos y culturales que contribuyen a su conformación. En este sentido
partimos de la idea de que la memoria es siempre una construcción retroactiva y
debemos destacar que si de saber histórico se trata,
es imperativo buscar sus principios en la inteligibilidad más allá de la
conciencia de los actores. Desde esta noción, entendemos que ni la historia se
diluye en la memoria, ni la memoria debe ser descartada como dato por su
volatilidad o su presunta falta de objetividad. En la tensión entre una y otra
es donde se plantean las preguntas más sugerentes, creativas y productivas para
la indagación y la reflexión[1]. De esta
manera, abordar la memoria desde la Historia Oral implica referirse a recuerdos
y olvidos, narrativas y actos, silencios y gestos. Es por tal, que las fuentes
orales analizadas aquí nos proporcionarán la “subjetividad del hablante”,
necesaria para dar voz a aquellos sujetos invisibilizados en la historia
construida por las clases hegemónicas. De allí la importancia de la historia
oral dado que nos revela “las emociones de los narradores, su participación en
la historia y el modo en que la historia los afectó”[2] y los
afecta.
En cuanto a la
organización de nuestro artículo, en la primera sección nos detendremos a
analizar el golpe de 1955 en Comodoro Rivadavia, tratando de cubrir un vacío
historiográfico local. Allí nos enfocaremos en las características de lo que
constituyó la irrupción del antiperonismo en la ciudad y sus manifestaciones en
el espacio público, y en algunas acciones que apuntaban a la desperonización.
En la segunda parte, analizaremos las entrevistas recogidas tratando de dar
cuenta acerca de cómo relatan en sus recuerdos aquellos que siendo niños
vivieron diversos actos de resistencia en el ámbito familiar, y los comienzos
de la militancia cuando el peronismo pudo volver a realizar manifestaciones
públicas. Para el final hemos dejado algunas conclusiones parciales de una
investigación que se encuentra en curso.
El golpe del ’55 en Comodoro Rivadavia
Si bien el proceso
abierto luego del 16 de septiembre de 1955 ha ameritado diversos estudios, en
los últimos años se han abordado algunos temas sobre los cuales había un
“silencio académico”. La historiografía patagónica no ha escapado a este nuevo
interés por “el ‘55”, contribuyendo al conocimiento no sólo de las políticas de
represión que apuntaban a la desperonización, sino también de aquellas acciones
de resistencia en el marco de una batalla política y cultural que va a dominar
aquel período[3].
El golpe que derrocó al peronismo y el período que abarcó la denominada
“Revolución Libertadora” no ha sido estudiado en el ámbito de Comodoro
Rivadavia. Hasta el momento contamos con trabajos que han avanzado en el
análisis de los inicios del proceso de provincialización y sus efectos en la
redefinición territorial y política que el mismo acarreó[4].
También encontramos importantes avances sobre la historización del periodo a
nivel local en trabajos que abordan las disputas entre la Iglesia católica y el
gobierno peronista en torno a cuestiones vinculadas a la familia y la
educación. Estos trabajos destacan la relevancia de la Iglesia como actor
social local, pero además nos invitan a reflexionar acerca de la influencia
política de dicha institución junto con las autoridades de YPF y el Ejército[5].
Es importante
señalar que el período que se abre luego del golpe también significó el inicio
de una etapa de transformaciones en la historia política – institucional de la
Patagonia. Si bien la ley de provincialización del Chubut data
de junio de 1955, el origen del sistema político se enmarca dentro del período
de la Revolución Libertadora, que condicionó posteriormente su funcionamiento y
que se caracterizó por la búsqueda de dos objetivos yuxtapuestos: el desmantelamiento
administrativo y territorial de la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia[6], y
por los intentos de “desperonización” de la política. Sin lugar a dudas el rasgo principal de
este periodo a nivel nacional fue la fuerte inestabilidad política que produjo
significativas tensiones y fuertes contradicciones en las nuevas provincias de
la Patagonia. En efecto, al mismo tiempo que los habitantes de esta región
accedían al ejercicio pleno de la autonomía y los derechos políticos, eligiendo
por primera vez sus autoridades provinciales y locales, esos mismos gobiernos
se vieron condicionados tanto por el contexto nacional de discontinuidad
política como por la proscripción del peronismo[7].
Del consenso que ha construido la
historiografía en torno al tramo final del peronismo se desprende que se estaba
ante un gobierno lleno de vacilaciones, cuyos intentos de frenar el golpe
fueron en vano, dejando a los peronistas en un escenario de desconcierto,
orfandad y desmoralización. Si bien hubo algunos intentos de organizar
manifestaciones callejeras que resistieran el final, lo cierto es que sólo
existieron algunas manifestaciones inorgánicas expresadas por grupos aislados[8].
El golpe puso violentamente en escena a aquel
antiperonismo que se había gestado ya desde 1946, en el marco del conglomerado
de fuerzas partidarias denominado “Unión Democrática”[9], el cual nunca dejó de
concebir al peronismo como la versión local de un régimen nazi fascista, que
destruía las bases políticas y culturales de la tradición liberal democrática
que había modelado la nación[10]. Para estos sectores que
experimentaron el trauma del
peronismo, el golpe finalmente terminaba con un régimen calificado de inmoral,
corrupto y ajeno a la tradición política nacional. A partir de allí se implementaron
una serie de políticas de carácter pedagógico y represivo destinadas a
desmitificar el peronismo, con el objetivo de re educar a las masas
consideradas ignorantes y víctimas del engaño, que las habría llevado a apoyar
al líder depuesto. Este proyecto pedagógico de desperonización se avalaba a partir de “la creencia de que el
peronismo había conseguido la adhesión de los sectores populares (…), merced a
dádivas, a un aparato de propaganda y al control para sus propios fines de los
recursos del Estado”[11].
Esto legitimó la prohibición de todo tipo de propaganda, y el castigo para todo
aquel que hiciera uso de imágenes, símbolos y signos peronistas, medida
consagrada en el decreto n° 4161 del 5 de marzo de 1956. Esto además habilitó
la confiscación de bienes propiedad del partido peronista y la destrucción de
toda referencia material al “régimen depuesto”[12].
Al igual que
en otros puntos del país[13],
la prensa comodorense se alineó rápidamente con las proclamas antiperonistas de
la “Revolución Libertadora”. El diario El
Rivadavia cubrió los festejos del antiperonismo local, los cuales se
desarrollaron en la plaza San Martín, destacándose la masiva concurrencia
detrás de lo que se consideraba un festejo patriótico. Un grupo de señoritas y
niñas distribuyeron entre los asistentes a la concentración escarapelas con los
colores de la enseña patria. Otro grupo se dirigió a la sede central del
partido peronista para desmantelarlo, procediendo a apropiarse de la bandera
argentina, que posteriormente sería donada a la Casa del Niño. En el marco de
una ciudad con sus edificios embanderados, se entonaron las estrofas del himno
nacional, y de las marchas de San Lorenzo y de La Bandera. En todo momento la
prensa destacaba la unanimidad que conseguían los festejos:
“Grupos nutridos de jóvenes se destacaron previo
y posteriormente al acto, portando al frente banderas de Argentina y Uruguay,
así como estandartes de las mismas naciones y banderines de la Armada Nacional.
Con ellos expresaron su júbilo al que, sin distinción, se asociaron todos.
Hombres, mujeres y niños. Mientras tanto varios oradores ocupaban el micrófono
dando suelta a sus reprimidos impulsos. Así, sin hacer prevalecer ideologías
políticas de ninguna naturaleza, desfilaron por la tribuna ante el aplauso de
la concurrencia, profesionales, estudiantes, docentes, militares,
representantes del clero, del comercio y simples ciudadanos”[14].
Luego en calle
San Martín la numerosa concurrencia escuchó por altoparlantes la ceremonia de
asunción del mando del General Eduardo Lonardi. Posteriormente, un grupo de
vecinos, profesionales y comerciantes se reunieron en un almuerzo en un hotel
céntrico, celebrando el denominado “Día de la Libertad”.
En el caso del
diario El Chubut, hizo alusión a una
“jornada de intenso fervor cívico”, en donde ocuparon las calles los
antiperonistas comodorenses. Allí se relataba:
“DESMANTELAN LETREROS
Y SIGNOS PERONISTAS. Como demostración práctica de las intenciones nuevas, de
que el régimen juzgado y condenado por la opinión pública, debe ser definitivamente
desplazado, el público procedió a desmantelar imágenes, letreros y leyendas que
el partido peronista emplazara con exagerada profusión. Así fue que una columna
se llegó hasta el palacio gubernativo y procedió a bajar del pedestal el busto
de Eva Duarte de Perón, colocando en su lugar una bandera argentina. La columna
recorrió los distintos barrios de la ciudad y zonas petrolíferas vecinas
procediendo a arriar carteles y retratos en las numerosas ‘unidades básicas’
del régimen depuesto”[15].
Luego del fracaso del proyecto de Lonardi y con la llegada de Pedro Eugenio
Aramburu a la presidencia en noviembre de 1955, se abandonó toda ambigüedad con
respecto al peronismo, implementándose diversas prácticas represivas que
promovían su eliminación como identidad política. En nombre de la imperiosa
necesidad del restablecimiento de la legalidad y la moralidad ante un gobierno
que se consideraba había llegado a niveles extremos de corrupción que
degradaban seriamente la institucionalidad democrática, se implementaron
comisiones de investigación para ser utilizadas como herramientas
justificadoras de la persecución y de la proscripción. Dichas comisiones,
creadas en el marco de un “espíritu revanchista” como han señalado algunos
autores[16], estaban destinadas a investigar
fundamentalmente la malversación de fondos bajo el argumento de que recursos
estatales habían sido utilizados para actividades partidarias. Al igual que en
todo el país, en abril de 1956 comenzó a funcionar en Comodoro Rivadavia la
denominada Comisión Investigadora Zona Sud[17], compuesta por Diego
Zamit (presidente) y Héctor Pereira y Luis Clavijo (vocales). Uno de los
resultados de dicha comisión fue la acusación formulada al Director
de escuela Temístocles Gatica, por extralimitarse en sus funciones: “en la
escuela se hacía todo lo necesario para destacarse entre los demás por su fe
peronista”. Gatica fue separado del cargo preventivamente y se solicitó al
Ministerio de Educación su traslado a otro establecimiento de menor jerarquía
fuera de la jurisdicción. Ante estos sucesos, desde la prensa se hacía un
llamado al restablecimiento de la armonía y la concordia en todas las escuelas,
para superar “enemistades, recelos y antagonismos”. También se proponía “una
oportuna rotación del personal docente, trasladando a aquellos maestros cuya
permanencia en el mismo puesto o escuela pueda perturbar la indispensable
tranquilidad del medio”[18].
En la siguiente sección analizaremos a través de las entrevistas
realizadas, las distintas memorias en torno a los sucesos posteriores al golpe
de 1955 en Comodoro Rivadavia, enfatizando en aquellas acciones de resistencia
que gestaron una nueva generación de militantes décadas después. En este
apartado abordaremos también algunos rasgos de la ciudadanía antiperonista desde
la prensa local. Por último, indagaremos una conmemoración como la denominada
“Marcha del Silencio”, que significó para aquellos militantes peronistas la
primera manifestación pública luego de un obligado silencio.
Memorias de la
resistencia peronista en Comodoro Rivadavia
Nos interesa
analizar las memorias de los peronistas en el marco de la proscripción,
paradojalmente en la transición a la apertura de derechos políticos en la
región a partir del proceso de provincialización iniciado en 1955[19].
Partimos de la base de que la memoria es útil
para reconstruir el pasado, lo cual implica para el historiador que sea
imprescindible recurrir a una serie de resguardos metodológicos. Esto significa
asumir que los individuos no son repositorios pasivos
sino que en el proceso del recuerdo, se cuelan subjetividades, olvidos y
ambigüedades. De allí que la importancia del testimonio oral no reside tanto en
la posibilidad de reconstruir hechos del pasado, sino que más bien el interés
radica en acceder a las subjetividades como objeto de estudio[20].
De allí que somos
conscientes de la existencia de una relación entre memorias, silencios y
“olvidos” en esos relatos, en la transmisión de la “experiencia vivida”[21]. Y en
este sentido, es importante destacar que el contexto con el cual se vincula esa
memoria es lo relevante. Ese relato viene de un “testigo” y en tanto tal, nos
transfiere sensaciones, emociones, ruidos, voces, olores que devienen de sus
recuerdos. No obstante, si bien el historiador no puede ignorar esa memoria, tampoco
puede someterse a ella, y menos aún tiene el derecho de transformar su
singularidad inevitable en una regla general desde donde escribir la historia.
Más bien la tarea del historiador consiste en tomar esa singularidad de la
experiencia vivida en un contexto global[22].
Entendemos las
dificultades de trabajar con la Historia Oral en tanto y en cuanto el
historiador comparte un mismo presente, pues es contemporáneo del entrevistado[23]. No
desconocemos la tensión que implica la relación entre el testimonio, el
historiador y la narración de esos relatos. Nos referimos a que el testimonio
oral es producto del entrevistador y que el mismo está atravesado por el tipo
de preguntas que hace a sus entrevistados. Es decir que los recuerdos emergen a
partir de los interrogantes que el historiador produce y que orienta en su
necesidad de indagar en el pasado de una persona. En consecuencia el
historiador siempre será un protagonista engorroso, pues la narración oral es
solo fuente potencial que surge en el momento en que el investigador provoca su
existencia, dando inicio a una entrevista y en el pasaje a la construcción en
una narración histórica. Aquí el historiador permanece presente como
interlocutor, y en la mayoría de los casos como “director” de selección y organización.
El hecho de que el historiador construya su discurso con palabras ajenas no
impide que el mismo siga siendo suyo: en vez de anularse las fuentes, el
historiador se inscribe en ella, y su subjetividad queda al desnudo. Así, lejos
de ser una historia neutral relatada desde abajo, el historiador aumenta su
esfera de responsabilidad. Entendemos que en esa búsqueda de unidad entre el
entrevistado, el entrevistador y la narración, el discurso emerge como producto
del trabajo riguroso del historiador, lo que constituye a la historia oral como
campo de investigación inagotable[24].
Abordar las memorias
de los peronistas es complejo dado que muchos de los militantes de esa
coyuntura ya no se encuentran. Por lo tanto gran parte
de los relatos aquí analizados se han recabado de la segunda generación de
familias con reconocida militancia peronista en la ciudad[25],
atendiendo a cómo es resignificada en los relatos la resistencia de aquellos
militantes en el período de la Revolución Libertadora.
Como ya hemos
adelantado, con el golpe de septiembre de 1955 irrumpió el antiperonismo en la
ciudad. En las memorias de nuestros entrevistados se repite con el mismo tono de
virulencia lo que ellos como niños observaban por entonces:
RL_ claro….él (en referencia a su padre) cuándo se produce el
golpe, y la revolución del ´55 triunfa, esteeee….salimos y bueno estaban
arrastrando el busto de Eva Perón, asaltando la sede del partido, las unidades
básicas. Y el viejo se indigna, se calzó el revolver en la cintura, vamos hasta
SUPE. En el SUPE le dicen que no, que estaban bien, entonces se va hasta
Petroquímica[26]
que era muy importante en ese momento el sindicato, y ahí bueno, se queda papá
para defender al gremio[27].”
MCB_ (…) Ese día del
´55 cuando se produce la Revolución Libertadora, voltean el busto (de Eva
Perón), lo atan a una soga y lo iban arrastrando por las calles de Comodoro (…)
En mi casa, se enterraron libros y documentos de mi padre que era Fiscal[28].”
Acontecido el golpe
del 16 de septiembre, el padre de MCB presenta su renuncia como Fiscal Federal
de la ciudad, siendo ignorada por las autoridades[29]. Según
el relato de MCB pasan semanas hasta que se la aceptan. En ese lapso de tiempo
ocurre un episodio con el hermano. Es así que en otra sesión nos relata la
situación que atravesó su familia, a partir de la cual lo llevaron detenido a
su hermano por escribir con carbón en una de las paredes externas de su casa
“Perón volverá para gobernar el país de los gorilas”:
MCB_ (…) ¿Qué
pasaba? Un día vengo caminando de la escuela, subiendo la calle Rawson que hay
subida, y había un teléfono, fíjate vos, un teléfono público en la esquina de
Belgrano y Rawson del lado izquierdo. Yo muchas veces como
pibe llamaba por teléfono a mi casa diciendo voy llegando para allá, para que
me preparen el café, para jorobar! y la empleada me dijo “dijo tu mamá
que no vengas”, porque estaban llegando las Comisiones Investigadoras con la
policía a mi casa por el tema de mi hermano. Que a mi hermano se lo llevaron
hasta la policía, yo después fui pero me llevaron, mi
madre me llevo. En ese momento es cuando mi madre a los pocos días de eso, que
le hicieron un sumario a mi hermano que tenía 13 años, menos 11 años… (saca
cuentas con los dedos) saca una solicitada en los diarios. [30]
A partir de allí, en
Comodoro Rivadavia (como en otras ciudades de nuestro país) la resistencia
comenzó a gestarse en reuniones organizadas sigilosamente en casas de familias,
tal como se desprende de los testimonios de los hijos de los militantes. Ante
la pregunta de cómo se realizaban las mismas, existen diversos recuerdos en las
memorias de los entrevistados. Nicolás Bernal[31],
antiguo militante de la época afirma que “a las reuniones íbamos de a uno, se
corrían las cortinas, porque estábamos vigilados”. Por su parte, y en relación a las reuniones, MCB recuerda:
MCB_ Si yo te cuento
que viví yo hasta llegar a la universidad, en el peronismo, por ejemplo te prohibían hacer los actos del 17 de octubre, se
hacían en mi casa, [también] donde tenían el estudio jurídico mi padre y mi hermano;
con la policía afuera (…). Yo otra cosa que nunca olvido como pibe joven, en la
oficina de mi padre que tenía una pequeñita salita de espera, la mitad de
espera y la otra para el secretario y yo estaba ahí para el tipo que hacia los mates a la tarde, mi padre en la otra oficina
(…) eran, las ¿cómo se llamaba cuando se reunían French y Berutti? Las
jabonerías, los lugares de la resistencia. La casa de Campelo, la casa de
Jerez, la casas de Lorenzo, mi casa, el estudio
jurídico de mi padre, era reunión permanente de los peronistas, me acuerdo de
la revista “Que”, yo no se si el director era el viejo Frigerio abuelo de este
(…). Te cuento, en esas casas yo como pibe me acuerdo, que llegaban las
grabaciones de Perón desde España. Entonces ahí, con oyeloso que eran unos
aparatos con cinta….la marca Geloso[32] era muy
notable utilizado como grabador eléctrico por supuesto, que se pasaban las
cintas que venían en rollo de cintas y ahí se hacían las discusiones políticas,
se trabajaba. Más de una vez la policía golpeó la puerta, pero eran tipos de la
ciudadanía…del “Comodoro”. Jerez también fue un tipo que fue echado de YPF
también.
Es decir, que a
pesar de estar proscripto el peronismo, las reuniones se concretaban en ámbitos
privados, en los lugares de trabajo, pero sobre todo en las casas de familias.
Al respecto R.L. también nos da cuenta de la clandestinidad de las reuniones a
partir de que su padre recorría la ciudad de noche y sin su propio vehículo:
RL_ (…) Había que
tratar de que no fueran muy numerosas [las reuniones]. Mi padre a veces tenía
una misma reunión en Comodoro, en Diadema y en Astra…iba sin coche ¿Cómo hacía
para llegar? No sé. Si sé que había compañeros que pasaban a cierta hora con
vehículo ya sea de YPF o de alguna empresa, no todas las empresas que están
ahora, en ese momento tenías la SHELL ahí Diadema, tenías a Astra en Astra,
entonces él tenía una reunión en Comodoro y se iba a dedo…en Diadema tenía que
terminar la reunión a tal hora porque pasaba el compañero fulano de tal que lo
acercaba que se yo, hasta el aeropuerto. Y en el aeropuerto pasaba otro
compañero que lo llevaba hasta Astra. Y ahí lo estaban esperando a veces hasta
las dos de la mañana. Los compañeros con los que tenía la reunión lo esperaban
porque seguía la directiva de Perón, que había que hacer, como…y llegaba a
casa, lejos a las 8 de la mañana. Pero si iba con el coche de él lo seguían
fácilmente. De esta manera no.[33]
Estas expresiones
respecto de las reuniones que se llevaban adelante en las diferentes casas de
familias y de manera clandestina, si bien parecen similares notamos cierta
arista en los relatos, pues mientras que para MCB realizar la
reuniones no implicaba más que algún reclamo por parte de la policía
(que “venían a golpearle la puerta de la casa”), para RL significaba estar
permanentemente vigilados:
RL_ (…) es que teníamos un jeep en la puerta. Íbamos
al cine y había un señor, de saco, de sobretodo que nos acompañaba hasta el
cine. Yo creo que lo sentíamos como de la familia (lo dice con tono sarcástico
y riéndose). Obviamente era de la policía. Aparte a papá, lo venían a buscar
del Comando y lo llevaban. (…) Lo que querían era que papá termine con las
reuniones.
Estos encuentros no
fueron ignorados por aquel sector de la ciudadanía que había festejado el golpe
del 16 de septiembre. De allí que desplegaron todo tipo de denuncias que
expresaban cierta indignación ante lo que consideraban un “tibio” accionar de
las autoridades frente a las sospechas de manifestaciones peronistas
clandestinas. Es importante resaltar que estas expresiones de los vecinos eran
avaladas frecuentemente por los medios de prensa a partir de darles entidad,
como por ejemplo lo hacía el diario El Chubut a través de su columna denominada
“Actualidad política”. Allí se aludía a los
“variados rumores” que señalaban las actividades de varios “correligionarios”
del pasado, que estarían organizando “Reuniones doctrinarias” tal como lo
hacían las disueltas “unidades”[34].
Esas reuniones, que
daban cuenta de cierto reagrupamiento de militantes peronistas, adquirieron un
cariz más inquietante con el levantamiento del general Juan José Valle el 9 de
junio de 1956. Al igual que en otras regiones del país, los grupos de vecinos
no se limitaron solamente a denunciar sino que
colaboraron activamente en la faz represiva mediante la creación de comandos
civiles revolucionarios[35]. Es en
esta coyuntura que el antiperonismo local creó el denominado “Comando Civil de
lucha contra la Reacción de Comodoro Rivadavia” el 12 de Junio
de 1956, con el propósito de promover una “actuación firme, para el momento en
que los acontecimientos nos lo exijan (…) y manifestaban estar a favor de súper
organizarnos y luchar en función de la Revolución y de la Libertad” [36].
El surgimiento de
este “Comando” nos permite dimensionar la magnitud de la persecución en esos
momentos, ya sea por la policía, y hasta por los propios ciudadanos comunes que
denunciaban cualquier atisbo de adhesión al “tirano depuesto”, tal como se
afirma en la siguiente cita:
“¡ciudadano libre! ¡Alerta al
tirano y sus secuaces que trabajan para reconquistar posiciones (...) puede ser
peligroso para usted y los suyos!”[37].
Por lo menos una
decena de vecinos se atribuyeron la organización de este “Comando”, los cuales
entendían que siempre había que estar alerta y no ser indiferente ante
cualquier expresión del peronismo. Días después en la prensa encontramos otra
solicitada del “Comando”:
“tan real fue la intranquilidad
que así tuvo su origen la formación del ‘Comando Civil de lucha contra la
Reacción de Comodoro Rivadavia’ y cuyos integrantes al contemplar la
indiferencia reinante actuaron de
inmediato informando a las autoridades de su constitución. (...) que no eran
sino la de defender la Revolución Libertadora. (…) ¿Por qué esa determinación,
que motivos justificaron esa conducta; no existía o existe suficiente garantía
de seguridad en la población? (…) nosotros solo preguntamos.[38]”
Como
podemos advertir en la prensa, en primer lugar se hace
alusión a “cierta intranquilidad” ante la “indiferencia reinante” con respecto
a las reuniones de quienes seguían adhiriendo al peronismo, lo que fundamentó
la creación del Comando; en segundo término, que se interpela en la nota con
preguntas (vislumbramos cierto tono de ironía) a las autoridades de la ciudad
respecto de la seguridad de la población. Queda develado que
si existiera la vigilancia necesaria, ante esos “rumores”, el “Comando” no
hubiera tenido razón de existir, pues estaría garantizada la seguridad en
defensa de la “libertad”. La nota sigue de la siguiente manera:
“Consignemos mientras tanto que
los rumores y el variado comentario ha sido superabundante, llegándose a
expresiones que no nos atrevemos a señalarlas por lo que representan. Eso sí,
tratamos en nuestra función profesional, indagar lo cierto que de todo ese
decir en la calle existía, pues entendíamos que así se podría colocar la verdad
en su justo punto.”
La autoridad moral
que se atribuye el antiperonismo queda evidenciado en la búsqueda de “la
verdad” entendida como una responsabilidad, pero vigilar parece ser el
objetivo. Pero eso no es todo, posteriormente la crónica se torna más
interesante,
“en la fuente autorizada y
afectada a donde recurrimos no se nos brindó la información solicitada,
debiendo retirarnos como habíamos ido, con la duda que el decir de la calle
podía tener su fundamento. Esa inconsulta conducta nos trajo a la memoria la
diferencia de procedimientos existentes, pues mientras el presidente
provisional estaba facilitando a los colegas nacionales y extranjeros, en un
Salón de la Casa de Gobierno, toda clase de elementos informativos, acá en
Comodoro Rivadavia, encontraba las puertas cerradas al intentar colaborar y
cumplir con su misión ¡cuán distintos procedimientos empleados en la Capital
Federal con los de nuestras ciudad!”.[39]
Podríamos señalar,
más allá de la dificultad en la redacción de la noticia, (estimamos que
evitaban ser explícitos al afirmar que habían
reuniones), que existía cierta preocupación de los representantes del “Comando”
con la pasividad de las autoridades locales frente a lo que era un secreto a
voces: que los peronistas seguían manteniendo reuniones en forma clandestina. A
la vez resaltaban las diferencias en el accionar de las autoridades locales con
respecto a las del centro del país, pues se utilizaban otros procedimientos
frente a determinados eventos, que podemos decir eran considerados
“sospechosos” para este “Comando” en su objetivo de luchar por la “libertad”.
Al respecto, podemos relacionar este reclamo público del “Comando” con lo que
nos dice MCB respecto del Conductor de la Comisión Investigadora de la ciudad,
Diego Zamit:
MCB_ (…) la Comisión Investigadora cuyo conductor acá
era el Dr. Diego Zamit, fue un tipo con…digamos…la gente nunca lo señaló como
una comisión injusta, cruel, esteee….denunciadora o
hacedora de malos tratos.
Las solicitadas en
el diario por parte del “Comando”, los relatos de MCB y RL respecto de las
reuniones, las vigilancias permanentes que sentían en sus domicilios y la
representación de Diego Zamit, nos dejan pensar que la Comisión Investigadora
no fue tan virulenta como en otras ciudades de la región[40].
Por otro lado, en
los recuerdos de nuestros entrevistados, y en el otorgamiento de sentido a
aquel período de sus vidas en la que sus padres eran referentes del peronismo
proscripto, podemos develar cierta gestación de sus propias militancias
posteriores, recuerdos que quedaron alojados en sus memorias desde su infancia.
En el caso de MCB nos cuenta que luego del 1955 lo cambian de escuela
MCB_ (…) Porque
Daniel (mi hermano mayor y yo) íbamos al colegio Deán Funes, y en el colegio
Deán Funes a nosotros nos empezaron a discriminar, porque éramos los hijos de…
(…) los sábados a la tarde, se jugaba, se participaba mucho, a algunos los
distinguían para los juegos o para estar en tal lugar, o para hacer algunas
cosas…y a mí me dejaban de lado.
También es
destacable su recuerdo en el acompañamiento cotidiano a su padre en su estudio
jurídico:
MCB_ Entonces cada
vez que yo estaba con mi padre y me iba al baño a fumar secretamente con papel
secante, e iba a lavar las tazas de café, porque le lave las tazas a todos
estos que venían…todas las tardes, tres veces por semana…entonces, veía eso…y
ahí es donde creo que se fue metiéndose dentro de uno, el dolor de saber que se
exponían mis viejos y todos al guardar esas cosas que hablaban de los fusilados
sin juicio de la Revolución Libertadora.
Por su parte RL en
sus relatos destaca:
RL_ (…) yo siempre
digo que mi primer acto de militancia fue en esas reuniones, porque me
prometían que al día siguiente me dejaban ir al cine, pero que si alguien se
paraba en la puerta o en la ventana de casa yo tenía que ir corriendo y avisar.
Obviamente había reuniones que eran tarde y que bueno, me mandaban a dormir y
no hacía de vigía. Pero no. No porque existía toda una persecución terrible. Yo
siempre digo un poco como anécdota graciosa que a mí me parecía que mi papá
hablaba raro por teléfono ¿viste? yo veía que los padres de mis amigos hablaban
de una manera por teléfono que no era la manera que hablaba mi papá. Claro,
papá según con quien hablaba…con algún amigo en común…que hablaba de cosas más
intranscendentes hablaba como cualquiera, pero había conversaciones que era
como que él era monosílabo “si, tal vez, no, como quedamos”…claro, lo que
ocurre que había una señora (…) Y esa señora le informaba a mi papa cuando el
teléfono estaba intervenido, cosa que estaba intervenido trece meses al año más
o menos (se ríe mientras lo dice) para que te des una idea…
A partir de las
entrevistas resulta evidente que tanto RL como MCB reconocían que, como
resultado de la activa militancia política de sus padres, sus infancias eran
diferentes a la de otros niños. También es posible advertir el asombro, el
orgullo y la pasión con que recuerdan esos momentos que conforman ese pasado
militante de sus padres, en el cual ellos participaron involuntariamente. Y que
ese “formar parte” motivó en ellos el interés por la participación política,
develando en sus relatos la gestación de sus propias militancias, que derivó en
un activo protagonismo en la organización de la Juventud Peronista de la ciudad
en la década del ‘70.
Por otro lado, si
bien los padres de nuestros entrevistados son reconocidos como referentes
peronistas durante la proscripción, a partir de las memorias de sus hijos se
denotan algunos rasgos que las hacen diferentes. Si bien ambos padres fueron
perseguidos, de sus relatos se desprenden acciones de resistencias que notamos
diferentes entre los recuerdos que comparten.
En el caso de MCB,
enfatiza una cantidad de reuniones que se concretaban no solo en su casa sino
también en el estudio de su padre en el centro de la ciudad, y en las casas de
otras familias peronistas de Comodoro. Dichas reuniones tenían la intención de
discusiones políticas, sin polarizar aún más las posiciones hacia el interior
del peronismo. Esto lo sintetizamos del relato del hijo que sostiene que su
padre era:
MCB_ (…) un tipo que ya estaba ejerciendo la abogacía
en privado. Bien, y hacia política de resistencia, con muchos amigos de todos
los colores, mi viejo un tipo muy amplio. Estábamos tan lejos de otros lados,
que la pelea no era a muerte, era una pelea de ideas, en todo lo posible.”
Por su parte, lo que
nos ayuda a comprender más estas aristas es la cautela en los relatos que
brinda RL, el hecho de ser enfático a la hora de describir como era perseguido
su padre e incluso hablar de sabotajes, cuando aduce “(…) que yo no sé si
contarte o no…”. Se observa así un
accionar fuerte de una militancia por parte de su padre, con un grado de
radicalidad más intensa a partir de sus propias acciones de la resistencia:
RL_ Sabían que
pasaba gente para Chile, gente perseguida, pero nunca lo pudieron pescar.
Entonces ¿viste?, nosotros salíamos para el campo y siempre nos seguía un Jeep,
¿entendés? (…). Todo lo que hacía papa estaba prohibido. Por eso te decía que
lo venían a buscar del Comando, lo llevaban…hablando mal y pronto, lo cagaban a
pedo y papá seguía haciendo lo que se le daba la gana. Porque ya te digo había
inclusive por el campo de mi familia, o sea por el hito 50, entraban por
ejemplo mensajes de Perón, propaganda que venia del exterior, escritos, libros.
Dentro de esta
radicalidad que destacamos
y que RL “no sabe si contarme” nos relata que dejaba sin luz los
yacimientos petroleros:
RL_ por ejemplo, mi
viejo era muy bueno para manejar las boleadoras, entonces una de las cosas que
hacía era cortar las líneas de alta tensión…las boleaba viste? Y dejaba a todo
el yacimiento sin luz (se ríe).
Para él, muchas
acciones no fueron casuales y se inscriben en las diversas formas creativas de
resistencia y hostigamiento al gobierno militar[41]. Una de
ellas tuvo lugar durante la visita de Aramburu a la ciudad en febrero de 1957[42]:
RL_ Anda a la
Hemeroteca, y vas a ver que el día que vino Aramburu, quería decir un discurso
allá en el balcón de la Municipalidad. Bueno, y resulta que, las cloacas
“reventaron”, y había un río de cloaca pasando frente a Aramburu, y “ete aquí”
que casualmente, donde está el edificio de Fox, Moreno y San Martin, diagonal
con el correo, ese edificio se quemó, entonces, Aramburu quería decir el
discurso y le venía el humo y la cloaca que le pasaba por enfrente ¿viste? Fue
famosa la frase de Aramburu que dijo “Nerón se me adelanto”…nooo…se
me pone la piel de gallina (mientras se ríe). No fue casualidad. Pasa que vos
lo contás ahora, en otro contexto y vos decís, ¿pero está loco, como quemar la
propiedad privada? Propiedad que había cagado a muchos ganaderos comprando la
lana y no pagándole. Estaba Aramburu que había fusilado gente. Había que
hacerle sentir que el peronismo en Comodoro estaba presente, Perón estaba
presente.
El “Perón está
presente” de RL está enmarcado en su recuerdo con las acciones de resistencia
de su padre que implicaba acciones en las cuales hacer visible la presencia del
peronismo en Comodoro Rivadavia, y lo entiende a partir de estos hechos que nos
relata.
Otro momento que
trazan las memorias de los relatos es la participación en lo que se conoció
como “La marcha del silencio”, la cual es recordada por los entrevistados como
un momento excepcional:
RL_ (...) una de las
primeras marchas que se hizo en el país, fue en Comodoro. Una marcha del
silencio. Resulta que después de los fusilamientos, del ´56, se hizo una marcha
en homenaje a los caídos en ese fusilamiento, que partió de la Catedral, y
vinimos todos caminando, Many no fue me parece, vinimos caminando por la calle
Rivadavia…y en la calle Rivadavia estaban estacionados todos los gorilas, como
le decíamos a los antiperonistas, para insultarnos. Pero resulta, que claro,
ellos se esperaban 50 tipos, y había como 3mil…te digo, del año 56, mucha
gente. Entonces, estaban todos estacionados acá, para tocarnos bocinas e
insultar, y no se atrevieron a nada, a nada, que en ese discurso habló el papa
de Many y mi madre. Ya te digo, fue una manifestación enorrrme, teniendo en
cuanta la cantidad de gente y…3 mil personas en Buenos Aires no era nada, pero
acá en Comodoro…búscalo en la hemeroteca.
MCB_ bueno acá hubo
una marcha, hay fotos, yo no me quede con ninguna, se hizo una marcha por las
calles conmemorando la matanza de León Suarez…con unos carteles blancos me
acuerdo, con letras bien escrita, de los que hacían dibujo gráfico, llevaba
escrito los nombres de cada uno de los fusilados en la masacre…(…) y me acuerdo de
la marcha de todo el peronismo por las calles, yo no porte uno de esos…pero
acompañe a mi padre y me acuerdo que todos esos carteles se guardaron en ese
lugar [el estudio de su padre].
A través de la
consulta de la prensa sabemos que la marcha se concretó el 8 de junio de 1958 a
las 17 hs. previo oficio de misa en la Catedral de la ciudad, y culminó cerca
de las 18hs en la Plaza San Martin. Lejos de ser improvisada, esta
manifestación había sido organizada en una reunión el 1 de junio en donde 100
ciudadanos simpatizantes del movimiento pusieron en marcha su planificación
para honrar la memoria de los caídos. La prensa relató de la siguiente manera
el hecho:
“SE HONRARA EN
NUESTRA CIUDAD A LOS CAIDOS EN JUNIO DE 1956. Tuvo lugar ayer por la tarde una
reunión de más de 100 ciudadanos de ambos sexos, simpatizantes con el
movimiento peronista, que respondiendo a una invitación de sub-comando táctico
de dicha agrupación en nuestra ciudad se congregó a los efectos de organizar un
acto de homenaje a los caídos en las sangrientas y luctuosas jornadas de junio
de 1956 y muy especialmente a los que cayeron víctimas de los fusilamientos (…)
La reunión se desenvolvió en un marco de crecido fervor, acordándose por
unanimidad hacer oficiar el domingo 8 del corriente a las 17 hs en la
Catedral San Juan Bosco una misa en
sufragio de la memoria de todos los caídos.
“[43]
Este hecho resulta significativo dado que por primera
vez aquellos militantes peronistas abandonaron el ámbito privado para
expresarse en el espacio público. En el recuerdo de nuestros entrevistados este
hecho es considerado trascendental, no sólo porque es visto como una
reafirmación de su propia militancia, sino porque además marcó sus vidas constituyendo
un hito de aquel periodo. El relato de lo cronológico en parte se confunde, se
advierten olvidos de fechas, confusiones, pero existe la necesidad de volcar
ese sentimiento de reconocimiento como momento importante de la resistencia.
Ambos participaron de esa marcha, y en sus memorias se funden sentimientos y
recuerdos de ese hecho, pues es visto como la forma de participación visible y
tangible que atravesaron tanto sus padres como ellos siendo jóvenes. Además esa significatividad está dada por la participación
pública de sus padres, teniendo en cuenta que tanto la madre de RL como el
padre de MCB oficiaron de oradores. Al respecto la prensa de la ciudad hizo
alusión a esa marcha bajo el titulo “MARCHA DEL SILENCIO EN MEMORIA DE LOS QUE
FUERON FUSILADOS”:
“(…) iniciado el acto la Sra. (…) ocupó la
tribuna para referir al mismo haciéndolo con evidente emoción. Comenzó
diciendo: ‘que después de casi tres años de proscripción y de silencio, volvía
a una tribuna pública la voz del movimiento peronista y lo hacía por medio de
una mujer.’(…) cerrando el acto ocupó la tribuna el
Dr. (…), quien en una extensa exposición señaló el reencuentro del movimiento
peronista con la tribuna para rendir homenaje a los caídos en el intento
recuperador de junio de 1956”. [44]
En la crónica se
relata la asistencia de 2500 personas en esta marcha, cantidad significativa de participantes para una ciudad que contaba en ese
momento con alrededor de cincuenta mil habitantes. De allí que no es menor que
la memoria refleje este recuerdo para estos hijos de renombrados militantes de
la ciudad, pues sus padres fueron participantes activos de la misma. Tampoco es
menor que una de las oradoras haya sido una mujer, destacando la importancia de
la militancia femenina en el período de la resistencia peronista en la ciudad,
cuestión que ha comenzado a advertir la historiografía[45].
Esta marcha
significó la primera manifestación pública del movimiento peronista luego de la
proscripción en Comodoro Rivadavia. La Ley de Amnistía 14.436, del 22 de Mayo de 1958, legalizó el uso de los símbolos peronistas y
la propaganda, y habilitó a sus dirigentes políticos y gremiales a ocupar
cargos[46]. Es de
relevancia destacar la rapidez del accionar peronista por volver a la escena
pública, dado que solo pocos días suceden desde la Ley de Amnistía hasta la
convocatoria de la primer reunión publicada en la
prensa para organizar la movilización del día 8 de junio. Esta manifestación se
da ante la necesidad de visibilizar una demanda directa frente al gobierno, y
quienes lo relatan lo enuncian como un paso importante para dejar el ostracismo
al que habían arrojado el movimiento durante tres años.
Conclusiones
A lo largo de este
trabajo no solamente hemos dado cuenta de las modalidades de acciones de
resistencia que se implementaron durante el período en que el peronismo estuvo
proscripto, sino que además hemos analizado los sentidos que le atribuyeron a
las mismas los hijos. Asimismo hemos abordado las representaciones a partir de
las memorias de dos hechos que hasta ahora habían quedado en lo que se reconoce
como “memorias subterráneas”: por un lado el inicio del interés por la
participación política de aquellos hijos de quienes atravesaron el período de
la resistencia acompañando a sus padres; y por otro la denominada “Marcha del
silencio”, en donde dicha conmemoración se constituyó en una de las formas que
adquirió el movimiento peronista en su retorno a la escena pública. A partir de nuestro abordaje
sostenemos que este tipo de memorias analizadas forman parte de aquellas
culturas minoritarias, que ponen en evidencia y también cuestionan la
conformación de una memoria que se considera hegemónica[47].
Estos primeros
testimonios del periodo que han sido analizados aquí, se enmarcan en una serie
de estudios que están revisitando el estudio de las memorias y de la historia
oral del periodo[48].
Hemos obtenido un conjunto de memorias, sujetos y lugares, que nos han llevado
a la reconstrucción de acontecimientos que habían sido invisibilizados para la
historiografía local. A partir de allí, y exclusivamente desde la historia
oral, logramos dar luz a relatos y acontecimientos que marcaron la vida en
particular de los sujetos que atravesaron prácticas que involucraron emociones,
pero también olvidos, es decir, la denominada “subjetividad del hablante”, la
cual para Alessandro Portelli “es el elemento singular y precioso que las
fuentes orales imponen al historiador”[49].
Es la compleja tarea
de la historia oral, dado que parte de memorias individuales, pone en evidencia
los límites del encuadramiento de la historia nacional, los interpela,
de-construye memorias colectivas ya instauradas y al mismo tiempo revela
heridas, tensiones entre la imagen oficial y los recuerdos personales de
aquellos que relatan desde su subjetividad, desde su experiencia, desde lo
vivido y recordado[50]. En
este primer avance confirmamos esa idea y persistimos en que la historia oral
hace visible, palpable la historia, pero narrada “desde abajo hacia arriba”.
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Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina. Entrevistador: Maria Noel Bais Rigo
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Entrevistador: Maria Noel Bais Rigo
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[2] PORTELLI, Alessandro “Lo que
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[3] MASÉS, Enrique “Desperonización
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[4] RAFFAELE, Anaclara “Tensiones
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112; RAFFAELE, Anaclara La constitución de políticas durante el proceso de
provincialización del territorio Nacional de Chubut: 1954 – 1955, Tesis de Licenciatura
en Sociología, Universidad Nacional de la Plata, 2012.
[5] VICENTE, Mariana y CARRIZO,
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del primer peronismo y el inicio de la Revolución Libertadora”; Historia
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[6] CARRIZO, Gabriel Petróleo,
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Patagonia, 1944-1955, Prometeo, Buenos Aires, 2016.
[7] RUFFINI, Marta y Luis BLACHA
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Temas y Debates, Universidad Nacional de Rosario, Año 17, enero – junio, 2013.
[8] MELÓN PIRRO, Julio César El
peronismo después del peronismo. Resistencia, sindicalismo y política luego del
55, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 2009.
[9] Alianza conformada por los
partidos Demócrata Progresista, Unión Cívica Radical, Partido Socialista y
Partido Comunista para las elecciones presidenciales del 24 de febrero de 1946.
[10] SPINELLI, María Estela Los
vencedores vencidos. El antiperonismo y la “revolución libertadora”, Editorial
Biblos, Buenos Aires, 2005.
[11] SPINELLI, María Estela Los
vencedores vencidos…, Cit, p. 77.
[12] ALVAREZ, Yamile “La resistencia
peronista en Mendoza (1955 – 1960). Una aproximación a su estudio a través del
relato de sus protagonistas”, Revista de Historia Americana y Argentina, Vol.
49, n° 2, Universidad Nacional de Cuyo, 2014.
[13] ORBE, Patricia Alejandra “‘Ilustrando
al pueblo…’: La prensa de Bahía Blanca ante el golpe de Estado de 1955”,
Cuaderno de H-ideas, Vol. 8, n° 8, 2014.
[14] El Rivadavia, 24 de septiembre de 1955, p. 2.
[15] El Chubut,
25 de septiembre de 1955, p. 2.
[16] RUFFINI, Marta “La ‘Revolución
Libertadora’ en el sur argentino…
[17] Para un estudio reciente de las
Comisiones Investigadoras, véase: FERREYRA, Silvana El peronismo denunciado.
Antiperonismo, corrupción y comisiones investigadoras durante el golpe de 1955,
Eudem y Grupo Editor Universitario, Mar del Plata, 2018.
[18] El Rivadavia, 12 de mayo de 1956, p. 3.
[19] En junio de 1955 y con la
sanción de la Ley 14.408 comienza un camino hacia la provincialización que será
interrumpido a partir de septiembre de 1955.
[20] TRAVERSO, Enzo “Historia y
Memoria”, en FRANCO, Marina y Florencia LEVÍN El pasado cercano en clave
historiográfica en Historia Reciente: perspectivas y desafíos para un campo en
construcción, Paidós, Buenos Aires, 2007.
[21] TRAVERSO, Enzo, “Historia y
Memoria….” retoma a Benjamín para dar luz respecto de que cuando nos referimos
a estos tipos de transmisiones, las mismas son producto de la modernidad, como
vivencia individual, frágil, volátil, efímera, producto de la vida urbana, de
su ritmo y sus metamorfosis. En tanto experiencia vivida como transmisor del
pasado Benjamín presenta un pasaje de la experiencia trasmitida a la
experiencia vivida como una marca antropológica del liberalismo moderno pos
primera guerra mundial.
[22] FRANCO, Marina y Florencia
LEVIN “El pasado cercano en clave historiográfica”, en FRANCO, Marina y
Florencia LEVÍN El pasado cercano…, cit.
[23] PORTELLI, Alessandro “Un
trabajo de relación. Observaciones sobre la historia oral”, Testimonios, Año 7,
n° 7, invierno, 2018.
[24] PORTELLI, Alessandro Historias
orales, Narración, imaginación y dialogo, Prohistoria Ediciones, La Plata,
2016, pp. 31 y 32
[25] Las dos entrevistas que
analizamos para este artículo corresponden a hijos de militantes peronistas.
Por un lado José Manuel Corchuelo Blasco era hijo de quien ocupó el cargo de
Fiscal Federal durante la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia
(abreviaremos sus relatos con las iniciales MCB). Por otro lado, Ramón “Chino”
Lorenzo, hijo de quien “se hizo peronista después del golpe”, era un estanciero
que poseía hacienda en campos limítrofes con Chile, en el Sudoeste de la actual
provincia del Chubut (abreviaremos sus iniciales con RL). Ambos entrevistados
eran niños y tenían entre 10 y 11 años respectivamente
[26] Petroquímica Comodoro Rivadavia
inició sus actividades en 1919 bajo el nombre de Compañía Ferrocarrilera de
Petróleo, como empresa subsidiaria de los Ferrocarriles Sud y Oeste (Roca y
Sarmiento, en la actualidad) para el abastecimiento de combustible de las
locomotoras ferrocarril de Comodoro Rivadavia y el Ferrocarril Patagónico. Capital
inglés Sud, Pacífico y Oeste participaron en la Compañía Ferrocarrilera de
Petróleo, que se instala a 8 km al norte de Comodoro Rivadavia, en la zona
asignada a la Compañía Argentina de Comodoro Rivadavia, de la cual obtiene la
concesión. También allí se instaló una refinería. No obstante la actividad
oficial empezó en 1921.
[27] RL, Entrevista realizada el día
07 de Febrero de 2018, Comodoro Rivadavia, Chubut.
[28] MCB, Entrevista realizada el 02
de Octubre de 2013, Comodoro Rivadavia, Chubut.
[29]
El Rivadavia, 18 de Octubre de
1955, p. 2
[30] MCB, Entrevista realizada el 19
de Diciembre de 2016, Comodoro Rivadavia, Chubut.
[31] Entrevista realizada a Nicolás
Bernal. Febrero de 2017
[32] El Geloso, fue un grabador de
cinta abierta aparecido en Buenos Aires en la década del cincuenta. Era
pequeño, sencillo y limitado en sus posibilidades. Tenía dos velocidades: 4.5
cm y 9.0 cm por segundo, con carretes pequeños, lo que aseguraba emisiones de
corta duración.
[33] Las distancias entre los viejos
campamentos petroleros siguen siendo en la actualidad de relevancia. Desde
Comodoro Rivadavia a Diadema hay 24 km; desde Diadema a Astra otros 22 km y de
Astra a Comodoro Rivadavia unos 17 km más.
[34] El Chubut, 3 de junio de 1956, p. 1.
[35] RUFFINI, Marta “La ‘Revolución
Libertadora’ en el sur argentino…
[36] El Chubut, 12 de junio de 1956, p. 2.
[37] El Chubut, 12 de junio de 1956, p. 2.
[38] El Chubut, 14 de junio de 1956, p. 1.
[39] El Chubut, 14 de junio de 1956, p. 1
[40] MASÉS, Enrique “Desperonización
y Reperonización….cit….pp. 188 y 189.
[41] SCOUFALOS, Catalina 1955.
Memoria y resistencia, Editorial Biblos, Buenos Aires, 2007.
[42] El 21 de febrero de 1957 llegó
a la ciudad en presidente Aramburu. Ver El
Chubut, 21 y 22 de febrero de 1957.
[43] El Rivadavia, 1 de junio de 1958, p. 2
[44] El Rivadavia, 9 de junio de 1958, p. 2.
[45] Recientes estudios nos muestran
de qué manera algunas mujeres desplegaron una actividad destacada como
directoras de periódicos durante la resistencia peronista, como forma de
desafío al gobierno y a los sectores opositores al peronismo. Al respecto,
véase: GORZA, Anabella “La militancia femenina en la resistencia peronista a
través de la prensa opositora (1955-1958). Nora Lagos y los periódicos La
Argentina y Soberanía”, Revista de Historia Americana y Argentina, Vol. 51, n° 1,
2016.
[46] GORZA, Anabella “Los homenajes
a Eva Perón…, cit, p. 8.
[47] POLLAK, Michael “Memoria,
olvido, silencio”, en Memoria, olvido, silencio. La producción social de
identidades frente a situaciones límite, Ediciones Al Margen, La Plata, 2006,
p. 19.
[48] BESSE, Juan y María Graciela
RODRÍGUEZ (comps.) 16 de junio de 1955, bombardeos y masacre: imágenes,
memorias, silencios, Biblos, Buenos Aires, 2016. Esta obra nos invita a pensar
sobre la revitalidad del estudio del periodo.
[49] PORTELLI, Alessandro “Lo que hace
diferente…, p. 42.
[50] POLLAK, Michael “Memoria,
olvido…” pp. 29 y 30.