Entrevista a Amelia Rivaud Morayta (Qk)

 

 

Mariela: Bueno, decime cómo te llamás, de dónde venís.

 

QK: Soy Amelia Rivaud Morayta. Trabajo en la Universidad Autónoma Metropolitana, en México y mis temas de investigación en Historia Oral son las prácticas de lectura porque los datos cuantitativos que hay no reflejan… En todos los países nos quejamos pero hay que ver qué concepción tenemos de la lectura y ver cómo y dónde se forman los lectores, no? Buenos, pues eso es en lo que me he especializado.

 

Mariela: ¿Y cómo lo relacionás con la historia oral?

 

Qk: Porque justo quién más que los propios lectores nos pueden hablar de su experiencia como lectores, ¿no? Entonces la historia oral es un instrumento idóneo para ello

 

Mariela: ¿Y en algún tipo de literatura en especial te enfocás o en cualquier lectura, cualquier edad?

 

Qk: En el estudio que estoy todavía haciendo me enfoqué en la gente nacida entre 1930 y 1959 porque era un grupo de edad que todavía tenía la memoria fresca y no le había tocado la entrada masiva de la televisión en México ni había visto el libro de texto único en México. Entonces… y porque la gente mayor todavía, este… no tenía yo conocidos más viejos, entonces comencé con ese grupo de edad.

 

Mariela: ¿Y qué conclusiones sacaste con tu trabajo?

 

Qk: Mira, lo que estoy concluyendo es que los lectores se forman en el hogar. O sea, y se forman por cuestiones emocionales ¿sí? Cuando la gente te cuenta “Ah, mi primer libro…Mi abuelo” “Sí, me acuerdo de mi abuelito que llegaba con el periódico y me sentaba en su regazo y me enseñaba cuál era la R y la O” O sea, ahí se crea un vínculo emocional muy fuerte y es una burbuja que se hace entre un adulto y el niño, que puede leer lo que quiera, lo que sea porque Marta estaba con el abuelo leyendo un periódico, no necesariamente literatura infantil. Y luego las prácticas que se dan en la casa ¿no? O sea, de que se habla de libros, de que se habla del periódico, de que se regalan libros ¿no? De que forman parte de las prácticas de la familia.

 

Mariela: ¿Esto es en el ámbito urbano?

 

Qk: Sí. Sí.

 

Mariela: ¿Y en otros ámbitos no tenés noticias todavía?

 

Qk: Próximamente (Risas) Sí es más en el ámbito urbano porque como dice una autora francesa, Michéle Petit, en el ámbito rural la lectura está mal vista porque es una cuestión solitaria y no está considerada un trabajo, siempre hay algo que hacer: hay que echarle grano a las gallinas, hay que ir a ordeñar las vacas, etc, etc. Entonces no está considerada una actividad útil.

Mariela: ¿Y en épocas posteriores a tu investigación, tenés intención de seguir investigando cómo influye la escuela? ¿La escuela ha cambiado eso?

 

Qk: Mira, en México no se sabe cuántos libros se leen al año porque no hay una tradición, como en Francia, de hacer encuestas cada cierto tiempo sobre el tema. Y está la queja eterna de que “no se lee, no se lee, no se lee”. Pero, antes se sacaba por el número de libros vendidos, pero que compres un libro no quiere decir que lo leas. No quiere decir tampoco que lo lea una sola persona, entonces… Y ha habido distintos programas de lectura en la escuela, desde “Rincones de lectura” por los ’80, que no sabemos si formó realmente lectores y luego ha habido otros, porque no hay continuidad, hay un sexenio y luego echan a la porra lo anterior pero no hay una evaluación de si se formaron o no lectores.  Y en el campo, formas un lector y luego llegas a tu casa y no hay un solo libro ¿cómo le haces? Entonces es un problema que es complejo y multifactorial. Ahora con la presidencia de López Obrador nombró como director de Fondo de Cultura a Paco Ignacio Taibo II y este cuate dijo que iba a bajar el precio de los libros, entonces se horrorizaron los editores (risas) y él tiene mucha experiencia haciendo ferias del libro y promoviendo la lectura pero yendo a los lugares, entonces la “Brigada para leer en libertad” está en muchos lugares del país y se mueven y como ahora se hacen grandes tirajes, pues pueden dar libros de buena calidad a menos de medio dólar.

 

Mariela: Claro, es mucho. ¿Y tus informantes cómo los conseguís?

 

Qk: A los que entrevisté fue por su fama pública: “Fulanito es un buen lector” (Risas) No sabemos definir lo que es un “buen lector”, que hay muchas definiciones. Pero efectivamente, es gente que ha leído constantemente sobre distintos temas. Leemos para ya sea informarnos o lo que dicen “por placer” ¿no? Pues, no sé, hay gente que le da placer leer unas temáticas y aprender y eso le da mucho placer.

 

Mariela: Claro.

 

Qk: Y hay otros que el placer es leer pornografía. No sé, es un aspecto muy vago. Yo creo que es una lectura voluntaria, que nadie te tenga que decir qué es lo que hay que leer. Porque además hay un canon socialmente establecido y rígido de cuáles son las lecturas que deben hacerse. Y hay lecturas prohibidas ¿no? Hace un rato me estaba comentando un compañero que aquí en Colombia estaba prohibido leer a Vargas Vila ¿por qué? Porque hablaba de novelas de amor y en esa época estaba muy mal visto que se hablara del amor. Más todo el índex que hizo el Vaticano de libros prohibidos…Bueno hace poquito acaban de quemar en Polonia libros de Harry Potter porque…o sea le dan un sentido mágico a la lectura: si lees cosas católicas vas a ser un buen católico, si lees cosas de marxismo te vas a convertir en comunista ¿no? Y las cosas no son automáticas, o sea son muchos factores los que inciden.

A  partir de lo que yo llamo “biografías lectoras”, así, los primeros recuerdos, jugaban y se regalaban, cómo empiezan a ser autónomos, esto que se sienten distintos. La gente que lee se siente distinta, en el sentido de Bourdieu, a los que no leen ¿no? Se sienten un poco por arriba, entonces… Y ¿a quiénes les preocupa que lean? A los que leemos, a los que no leen no les preocupa, no les preocupa.

 

Mariela: Pero es porque creemos que la lectura pueda hacer mejor o más satisfactoria la vida de uno. No sé si eso se refleja…

 

Qk: Hay gente que le da distintos usos a la lectura. O sea… desde una cuata que dice “tengo un problema, leo un rato y ya”

 

Mariela: Una terapia

Qk: Me salgo ¿no? Hay gente que lee para informarse sobre cosas. Hay gente que agarra un autor y lo empieza de “pe a pa” hasta que se acaba todo lo que leyó sobre él. Y hay gente que la lectura le da para hacer cosas; por ejemplo Lourdes leyó “Como agua para chocolate” y de ahí se decidió a hacer ella el mole que hacía su mamá a ver si se podía replicar; o correr la maratón después de leer el libro de un…de alguien que va a Alaska…

 

Mariela: La lectura como una inspiración.

 

Qk: Sí, sí como una inspiración. La lectura para viajar, o sea…

Mariela: Qué vas a conocer…

 

Qk: Qué vas a conocer porque si no pueden llevarte a cualquier sitio y crees que estás en ese lugar ¿no? Entonces conocer un poquito de historia de esos lugares ¿no?

Mariela: ¿Tu trabajo lo tenés publicado?

 

Qk: Hay algunas publicaciones porque he hecho… o sea se le pueden sacar muchas puntas ¿no? Entonces… hay uno que hicimos sobre Expectativas y Experiencia con las categorías históricas de Koselleck entonces ahí agarré la entrevista de una señora que, bueno, ya sus abuelos eran lectores y cómo ella… y entonces “Si yo fuera Secretaria de educación, yo pondría todo el mundo a leer”. Hay otro comparando lecturas de distintas personas de izquierda y cómo las interpretan ¿sí? Si les da para hacer una cosa o para dar otra. Una contaba, por ejemplo, cómo les enseñaron a leer el periódico en una célula de izquierda allí en México y luego cómo les enseñaron a leer “El Capital” que había que empezar por el capítulo 24 que es “la acumulación originaria” sino no entiendes nada. Entonces sacas… qué lecturas te han hecho reír, cuáles te han hecho llorar… O sea hay mucho para analizar. Y hay gente que se acuerda muy muy bien de toda la trama de los libros y hay otra que no, pero se acuerdan del lugar…También esa es la otra: dónde leían, con quiénes conversaban. Había gente que se juntaba en vacaciones con sus primos para jugar a las aventuras de Salgari. Entonces sí da para muchísimo.

 

Mariela: Bueno, Qk, muchas gracias.

 

Qk: De nada, muchas gracias

 

 

Realizada por Mariela Canali

Bogotá, 5 de abril de 2019 en el marco del VIII Encuentro Internacional de Historia Oral y memorias.