La colección “Memorias de
Violencia Institucional desde el regreso de la democracia en Argentina”, un
proyecto de Archivo Oral del
Archivo
Nacional de la Memoria[1]
The collection “Memories of Institutional Violence
since the return of democracy in Argentina”, a project of the Oral Archive of
National Archive of Memory
Silvana Manguía
(Universidad
de Buenos Aires/ Archivo Nacional de la Memoria), Argentinasilvinamanguia@gmail.com
Resumen
Desde su
creación, el Archivo Nacional de la Memoria tiene entre sus funciones la de
recuperar para su conservación toda aquella documentación vinculada con el
quebrantamiento de los derechos humanos y las libertades fundamentales en que
esté comprometida la responsabilidad del Estado. Por ello se propuso sumar a
sus colecciones de Archivo Oral los testimonios de familiares de víctimas de la
violencia institucional desde la recuperación de la democracia en el año 1983,
cumpliendo de esta forma también con la misión de transmitir estas memorias a
las generaciones futuras.
Guiados por este
recorrido, el presente trabajo da cuenta de la metodología con que se lleva
adelante la producción de los registros audiovisuales, el abordaje teórico de
las entrevistas a quienes fueron también víctimas de violencia institucional y
que, a través de su narrativa, reconstruyen no sólo lo sucedido, los pedidos de
Justicia y los actos conmemorativos para la preservación de las memorias de sus
muertos como también sus propias biografías.
Palabras Claves:
Memorias – Testimonios - Violencia Institucional – Archivo Oral – Estado
Abstract
Since its creation,
the National Archive of Memory has among its functions the recovery for its
conservation of all documentation related to the violation of human rights and
fundamental freedoms in which the responsibility of the State is compromised.
For this reason it was proposed to add to its
collections of the Oral Archive, the testimonies of relatives of victims of
institutional violence since the recovery of democracy in 1983, fulfilling in
this way also the mission of transmitting these memories to future generations.
Guided by this
duty, the present work reveals the methodology with which the production of
audiovisual records takes place, the theoretical approach to the interviews to
those who were also victims of institutional violence and, through their
narrative, they reconstruct noy only what happened,
the calls of Justice and the commemorative acts for the preservation of their
dead’s memories, but also their own biographies.
Keywords: Memories – Testimonies - Institutional Violence –
Oral Archive – State
Introducción
El estado de
consternación primero, dolor después y cambio en las vidas cotidianas de
quienes atraviesan la muerte violenta de un familiar, inaugura una dimensión de
lo traumático que no cesa. Cómo recordar aquello previo al acontecimiento
límite es una manera de traer la memoria de ese ausente, corporizado en el
relato de quienes lo evocan y que por ello a su vez alivia, develando una
incesante búsqueda de Justicia.
El presente artículo
busca mostrar cómo esa evocación puede ser soportada en un material audiovisual
y alimentar un archivo para contribuir como fuente oral que no sólo brinde
información de cada uno de los casos, sino que también otorgue conocimiento a
las generaciones futuras acerca de los actos de distintas formas de violencia a
mano del Estado.
Desde su creación,
el Archivo Nacional de la Memoria (ANM)[2] tiene
entre sus funciones recuperar para su conservación toda aquella documentación
vinculada con el quebrantamiento de los derechos humanos y las libertades
fundamentales donde esté comprometida la responsabilidad del Estado Argentino,
y sobre la respuesta social e institucional ante esas violaciones; “construir
un legado del nunca más,
un discurso narrativo no cristalizado ni estático, del que puedan reapropiarse
las nuevas generaciones desde la propia mirada del presente que les toque
vivir, garantizándoles así el derecho a conocer su propia historia y de
receptar la memoria colectiva”[3].
De allí que en el año 2017, cuando se cumplieron
treinta años de la “Masacre de Budge”[4],
el ANM sumó a sus
colecciones de Archivo Oral los testimonios de familiares de víctimas de la
violencia institucional desde la recuperación de la democracia en el año 1983,
donde ellos no sólo reconstruyen lo sucedido, los pedidos de Justicia y los
actos conmemorativos que preservan sus memorias, sino también narran sus
propias biografías.
Estas fuentes orales
que documentan sucesos contienen aquellos registros que, como afirma Alessandro
Portelli, “nos dicen no sólo lo que la gente hizo, sino lo que deseaban hacer,
lo que creían estar haciendo y lo que ahora piensan que hicieron”[5]. Forman
parte de un conjunto producido bajo criterios técnicos para facilitar su
conservación, clasificación y accesibilidad; y esas representaciones de la
memoria social que las componen se integran al acervo documental del ANM.
Algunas
consideraciones previas
El ANM viene produciendo
desde su creación en 2003 entrevistas audiovisuales a distintos protagonistas de hechos históricos relevantes del pasado. Entre ellos se
destacan referentes de la cultura, integrantes de organismos de derechos humanos, investigadores de las
ciencias sociales, militantes políticos, dirigentes sindicales, cineastas,
sobrevivientes de centros clandestinos de detención y presos políticos. Los
testimonios problematizan cuestiones relacionadas con el accionar represivo del
Estado y con la movilización social y política, junto con la incesante lucha
por la ampliación de derechos.
Las entrevistas están organizadas en colecciones y han sido producidas
por el ANM o en colaboración con otros organismos públicos a partir de diversos
proyectos de trabajo. Algunas estuvieron vinculados a la realización de videos
institucionales sobre temáticas relacionadas a los derechos humanos, otros se
diseñaron con el fin de acompañar muestras fotográficas itinerantes o a partir
de la necesidad de rescatar voces de referentes sociales que por su edad
avanzada se encontraban en riesgo de perderse. También en algunos casos, se
plasmaron como parte de proyectos de investigación específicos generados desde
el propio ANM como fue el libro sobre el bombardeo de 1955 sobre la Plaza de
Mayo en la Ciudad de Buenos Aires, que luego devino en la colección “Voces
Olvidadas”.
Como continuidad del trabajo realizado durante estos años, en el 2015 se
comenzó a sistematizar la producción del Archivo Oral, abocándose a la
construcción de colecciones específicas integradas por entrevistas realizadas a
los referentes de los fondos que guarda y conserva el ANM, tanto fotográficos,
audiovisuales como en soporte papel. Las mismas tuvieron como objetivo central
trazar una semblanza de distintos aspectos biográficos, históricos y autorales
que permitieran profundizar la reflexión acerca de la
imagen fotográfica, audiovisual o documental en el marco del contexto de su
producción.
En el año
2016, el Fondo del Archivo Oral del ANM continuó creciendo a partir del
abordaje e incorporación de colecciones específicas como aquella que releva las
memorias en torno al histórico Juicio a las Juntas y a las políticas de
derechos humanos implementadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín en el marco
de la recuperación de la democracia, u otra, referida a la temática de
diversidad sexual que recupera las luchas colectivas como las individuales y
cotidianas en el camino de la obtención de derechos. El Archivo Oral también
cuenta con una colección llamada “Sitios de Memoria” con el fin de profundizar
el relevamiento de las memorias de sobrevivientes de ex Centros Clandestinos de
Detención, Tortura y Exterminio (CCDyT) que
funcionaron durante la última dictadura cívico-militar a lo largo y ancho de
nuestro país.
Es por ello
que el Archivo Oral es un archivo abierto y en constante construcción, un
espacio que alberga asimismo, para su difusión y
guarda, colecciones donadas por cineastas y documentalistas que han producido
entrevistas para la realización de sus películas sobre temas específicos de interés
para el ANM.
La diversidad
de colecciones y miradas sobre el pasado reciente que va conformando y haciendo
crecer el acervo testimonial del ANM refleja de algún modo el concepto mismo de
memoria con el que se encara la tarea de construir este archivo oral. Los
distintos relatos emergen en un contexto histórico específico y en un espacio
determinado porque hay alguien que escucha y alguien que tiene necesidad de
contar. Se conforman como resultado de un vínculo y de una decisión
institucional que tiene por finalidad resguardar esa memoria. La cámara como
objeto mediador de la escena también impone su sentido, allí donde esos relatos
son dichos para traspasar la escena de intimidad, completar, sumar sentidos al
acervo documental y hacerse públicos[6].
El
valor del testimonio frente a la violencia institucional
Las
colecciones del Archivo Oral recuperan voces de temas que preocuparon y siguen
preocupando a la sociedad por estar relacionados a algún derecho
violentado. En este sentido, la
colección “Violencia Institucional” exhibe casos donde el Estado ejerció, a
través de sus instituciones, un tipo de violencia física y/o simbólica sobre la
población que debía proteger. Es una
colección que reúne y difunde casos de asesinatos de ciudadanos por parte de
las autoridades policiales y proyecta sumar casos de violencia por parte de
agencias del sistema penitenciario, de organismos de salud y de educación,
entre otros, con el objetivo de, por un lado, servir de fuente para la
elaboración teórica de estudios específicos sobre memorias sociales, sobre los
discursos de los medios de comunicación, sobre la policía y sobre la justicia;
y, por otro lado, permitir seguir pensando y diseñando políticas públicas
orientadas a la reducción de los índices de denuncias sobre el tema[7]. Se
pretende que esas narrativas, recogidas atendiendo a las pautas de registro de
la Historia Oral, sean fuente aportante a lograr una forma más acabada de
comprensión del acontecimiento que las convoca[8].
En este sentido,
esta colección recoge experiencias particulares de las personas entrevistadas,
otorgando así la posibilidad de recuperar los sentidos, vinculados con lo
vivido, pero también permitir vislumbrar un mundo de significaciones, en
ocasiones en torno de la intimidad, como afirma Ana Lía Kornblit:
“Plantean también el
desafío de volver a insertar los sentidos individuales atribuidos a la
experiencia en el contexto social en el que ellos surgen, única vía para
trascender lo particular y construir un saber más denso dentro de lo social”[9].
La presencia pública
de la voz de los familiares o víctimas de violencia institucional involucra la
utilización de códigos culturales compartidos. Partimos de reconocer las
condiciones de producción, circulación y recepción en que se producen los actos
comunicacionales[10]
y, si bien las memorias personales son únicas e irrepetibles, uno nunca
recuerda solo, siempre está inmerso en un orden colectivo que lo contiene.
Maurice Halbwachs dice que las memorias están
enmarcadas socialmente y que estos marcos o cuadros sociales –tales como la
familia, la religión, la clase social–, portadores de la representación general
de la sociedad, de sus necesidades y valores, incluyen una visión del mundo
que, al ser de naturaleza histórica, cambia[11]. Por
eso la memoria es una reconstrucción desde el presente, cultural y
colectivamente enmarcada, y lo que no encuentra sentido o no se menciona en ese
marco, se olvida.
La complejidad del
tema, sus aristas traumáticas y las secuelas dolorosas impregnadas en cada uno
de ellos por la muerte violenta de un familiar o por la vulneración simbólica a
sus derechos (como pueden ser actos de violencia obstétrica o abusos de
autoridad policial), requieren que el testimonio se pronuncie dentro de un
marco que habilite a ello. Ese contexto en el que se convoca a la memoria, al
recuerdo, se da frente a otros, en una circunstancia específica. La capacidad y
posibilidad de hablar, de ejercer la palabra, tiene su anclaje en el espacio de
interacción social y política. Elizabeth Jelin dirá
que “se conjugan aquí la subjetividad de las personas que quieren o pueden
hablar para transmitir algo de su experiencia y, del otro lado, los entornos
que favorecen u obstaculizan esa palabra”[12]. En el
caso de los hechos de violencia institucional, los familiares narran lo
sucedido ante los medios de comunicación y ante las autoridades judiciales o
viceversa.
Cuando se trata de
esos acontecimientos traumáticos, con frecuencia en el registro se producen
rupturas en la capacidad narrativa y aparecen el olvido o los silencios
ocupando un lugar central: ya sea aquel olvido “necesario” para la
supervivencia y el funcionamiento del sujeto individual y/o de los grupos o el
olvido “definitivo”, que busca borrar los hechos y procesos del pasado. Esos
olvidos o silencios son parte del testimonio. Proponen al analista la lectura
indiciaria que permite conjeturar acerca de los ánimos que lo rodean: ¿cómo era
esa vida de familia?, ¿recuerda alguna
anécdota con sus hermanos?, ¿qué hacía por esos días?, ¿dónde estaba cuando
supo la triste noticia?, ¿cuáles fueron sus primeras acciones frente a esto? o
¿cómo fueron los días del juicio?, ¿cómo se fue construyendo su vida alrededor
de lo que les tocó vivir? y ¿qué significa que su testimonio se incorpore al
ANM?, entre otras.
Las entrevistas son
relatos y como tales constituyen historia contada, recuerdos declarativos y
relatos de denuncia de estos acontecimientos, pero también, una relación con
quien escucha y que, a través del diálogo, ayuda a construir una narrativa
social con sentido, incorporando así “lo vivido” a la vida presente[13].
Estas fuentes orales
son discursos cuyos casos tuvieron visibilidad mediática, pero su cobertura no
necesariamente contiene detalles vinculados a los lazos familiares, recuerdos,
anécdotas de su familiar ausente. Muchas veces, las construcciones mediáticas
de ellos se basan en la recurrencia al acontecimiento en sí mismo
(desaparición, asesinato y procesos judiciales) con modelos simbólicos previos
que, fundamentalmente, siguiendo las afirmaciones de María Eugenia Contursi y Fabiola Ferro, aseguran el control social al
reforzar la naturalización y el poder explicativo, “comprensivo” de esos mismo modelos[14].
El
testimonio: la metodología de su registro
La metodología
aplicada es un abordaje cualitativo de distintos soportes discursivos. Primero
se determina el caso de violencia institucional a documentar y previo a
establecer un contacto con el familiar a testimoniar, se realiza un
relevamiento y selección de documentos jurídicos y materiales periodísticos
para hacer un primer análisis de los hechos. Asimismo
se indaga en otros archivos de múltiples soportes que pudieran contener
información sobre registros anteriores del entrevistado. Posteriormente se
establece una primera comunicación con él y se acuerda una pre-entrevista a fin
de poder presentarle la colección, contarle rasgos generales acerca de las
personas que estarán en el momento del registro y su modalidad desde lo
técnico, explicarle lo metodológico (entrevista con preguntas abiertas, una
cámara, el escenario que rodeará la situación), buscando entablar así una
relación de confianza con él y dialogar sobre los usos sociales del Archivo
Oral. En esa circunstancia, surgen nuevos datos acerca de su biografía (algo
que provoca que el entrevistador vuelva sobre su borrador y modifique la guía
inicial) y el
entrevistado puede decir dónde quiere realizar el registro y si hay algo que no
quiere que se pregunte.
El registro de los testimonios, por
tratarse de una diversidad de sentidos atribuidos por las personas a los
acontecimientos vitales que han atravesado y ubicados –como diría Ana Lía Kornblit– “en un contexto social en el que prima la
diversidad de adscripciones y referencias, muchas veces contradictorias entre
sí”[15], nos
obliga a plantear una propuesta teórica transdisciplinaria, valiéndonos de
diferentes disciplinas dentro de las ciencias sociales para armar la guía de
preguntas.
La guía está basada en tres ejes que
permiten por un lado, visibilizar el contexto cultural y social de origen de
las víctimas de la violencia institucional y sus familias; por otro lado,
describir los hechos de violencia que precipitaron la muerte y luego las
instancias policiales y/o judiciales por las que atravesaron las familias, para
finalmente, referir a las estrategias de organización que ellos se dieron para
hacer frente a la impunidad y avanzar judicialmente para obtener sanciones a
los culpables. Se intenta también sumar una evaluación de la cobertura
mediática del caso y una reflexión sobre su propio presente y la ausencia que
nunca se va.
Además, se caracteriza por ser una
entrevista abierta que permite registrar las historias habiendo suspendido por
un momento el aparato metódico[16]; de
allí que la guía puede ser alterada en el transcurso del registro, teniendo en cuenta
el contexto de producción del habla y reconociendo que esa “enunciación
comprende el conjunto de circunstancias, únicas e irrepetibles en las que se
produce un enunciado”[17].
Por tratarse de entrevistas que se
encuentran enmarcadas en contextos grupales y sociales específicos, los
entrevistados –en tanto sujetos colectivos– tienen familia, pertenencias de
clase y géneros, identidades políticas o generacionales[18] que
pueden reconocerse en sus testimonios, así como también las emociones que
atraviesan el relato. Entonces sus aristas traumáticas y sus secuelas dolorosas
quedan documentadas en frases que se entrecortan por la emoción, en silencios
prolongados o en la ingesta de un sorbo de agua para luego poder seguir.
El
registro, una práctica responsable
El acto de
testimoniar puede ser pensado como ese
evento a través del cual alguien actualiza el pasado de un acontecimiento. Así,
es en la narración donde cobra sentido su experiencia. Joan Scott afirma que
“el testimonio posee una marcada cualidad polifónica, expresa performativamente la experiencia singular (subjetiva) pero
también su raíz colectiva”[19],
inaugurando un dispositivo de escucha más que de preguntas, donde en esa
interrelación entre el entrevistado y el entrevistador, un documento es
construido[20]:
“La construcción de
una fuente oral, y en este caso de una entrevista, choca contra distintos
obstáculos que deben ser superados por entrevistador y entrevistado. Los
contrastes de clase, las particularidades de género, los significados y
significantes todos deben ser considerados y tamizados a través de la ‘cultura
ordinaria’ de la zona de dónde provienen los sujetos de la entrevista”[21].
De allí
que se puede encontrar en ellos la experiencia social que los atraviesa, como
por ejemplo, la vida de los tareferos en Misiones, las circunstancias por las
que deben migrar desde un pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires a
la ciudad de La Plata o los hechos ocurridos el 19 y 20 de diciembre de 2001 en
la Plaza de Mayo.
Desde el inicio de
los registros en el mes de octubre de 2017[22], se
puede observar que, además de estas experiencias puestas en relación con la
desaparición y el asesinato de su familiar, narran el proceso de búsqueda de
justicia y reflexionan sobre ella, incorporando una comprensión ética y
política de lo ocurrido. Estas narrativas expresan lo constitutivo del acto de
testimoniar, su reposicionamiento sobre esos aconteceres.
También allí se
puede reconocer la dimensión temporal del registro: hablan acerca de hechos y
personas esparcidas en el tiempo. El presente se compone de esos
acontecimientos del pasado y a veces, van hacia atrás cronológicamente para
volver luego con nuevos matices acerca de lo que venían narrando, como por
ejemplo, cuando caracterizan la relación con uno de sus padres y, de repente,
recuerdan y mencionan una anécdota que pasó años atrás al tiempo en que estaba
situado en relato.
Por otro lado, ellos también describen
detenidamente el momento en que se anoticiaron de la muerte o desaparición de
su familiar, como es el caso de Miguel Bru, quien está desaparecido desde el 17
de agosto de 1993.
Sus historias también contienen los
procesos judiciales que siguieron hasta llegar a un juicio donde se
identificaron a los responsables de esos asesinatos. Reconstruyen diálogos con
los operadores judiciales, son críticos de los fallos y reconocen que aún con
condena, no es suficiente para reparar la muerte de sus seres queridos. Ellos
saben que sus identidades cambiaron: “soy el padre de...”; “la madre de…”; se
presentan así ante los medios. Sus figuras están ancladas en una fotografía que
acompaña sus pechos.
A partir de lo ocurrido, cuentan cómo
rápidamente aprendieron a organizarse, a sumarse a familias con otras
experiencias traumáticas. Ellos habían visto, y algunos acompañaron, el
movimiento de derechos humanos; sabían que el reclamo de justicia vendría
acompañado de algunos de sus protagonistas. Esta “nueva” generación de víctimas
encontraba en espejo sus demandas y sus luchas, de allí las estrategias de
organización que se dieron los familiares para hacer frente a la impunidad y
avanzar judicialmente para obtener sanciones para los culpables. Las marchas y
acompañamiento de otros colectivos sociales también son parte de sus
narrativas.
Para algunos de ellos, el hecho de que el
registro de su testimonio se produzca en el Archivo Nacional de la Memoria
–edificio adonde funcionó la Escuela de Guerra Naval mientras otro sector del
predio era usado como centro clandestino de detención durante la última
dictadura cívico-militar argentina– tiene un valor simbólico muy importante y
así lo expresan hacia el final del testimonio.
Suelen llegar al encuentro con el
entrevistador y con el equipo técnico junto a fotografías o material gráfico de
su familiar asesinado y autorizan a incorporar esas imágenes como donación a
los fines de integrar el acervo documental del ANM, el cual procede a la
custodia del material, su preservación histórica, digitalización y puesta a la
consulta pública, conforme la normativa del organismo y la voluntad del
donante.
Alicia Gartner afirma que no existen dos
entrevistas iguales y que muchos factores intervienen para que ello sea así,
desde la relación entre entrevistado y entrevistador (por edad, por empatía),
pero también porque la entrevista a veces funciona en forma terapéutica[23],
llegando algunos de ellos a contar episodios muy íntimos o situaciones
novedosas que nunca antes habían compartido. Como señala Eugenia Meyer, “cada
entrevista es una nueva historia que obliga a pensar infinidad de cuestiones”[24], las
emociones presentes, los silencios o pausas en el relato, sus modales y
apariencias que le dan forma y sentido a sus identidades, constituyendo así una
nueva fuente oral a ser analizada.
La accesibilidad al Archivo Oral
El Archivo Oral, como otros archivos
orales existentes, surgió con la necesidad de salvaguardar las fuentes orales y
abogar por su consulta pública[25]. De
allí que el ANM estableció un proceso de incorporación de estos registros
audiovisuales, a saber: la entrevista es bajada a un formato digital, se le
entrega una copia al entrevistado y se le solicita que firme una cesión de
derechos de imagen con el objeto de autorizar al organismo a que su testimonio
sea incorporado a su acervo audiovisual, no sólo para su conservación, guarda y
puesta a la consulta pública conforme los objetivos que lo guían, sino también
con posibilidad de su edición total o parcial para difundirlo y darlo a conocer
con fines institucionales, siempre en forma gratuita y sin fines de lucro.
Por otro lado, dado
que estas producciones se ofrecen como fuentes para la investigación social, se
elabora una base de datos que contiene información del entrevistado, del
entrevistador, sus condiciones de producción (locación, tiempo de duración),
una síntesis del testimonio y palabras claves que puedan orientar la búsqueda
temática a partir de la cual los investigadores seleccionarán aquellos que
quieren consultar, previa firma de un formulario a través del cual se compromen a cumplir con lo establecido por el Protocolo
para la Consulta Pública de los Fondos Documentales del ANM y a citar
debidamente la fuente.
Como se mencionó anteriormente,
las políticas estatales de memoria que lleva adelante el ANM implementaron,
entre otras acciones, una forma de registrar acontecimientos referidos a las
violaciones a los derechos humanos sin desconocer que esto implica una postura
ideológica y con determinados intereses que, como señala Alicia Gartner,
“entran en tensión y se disputan espacios del pasado resignificados en el
presente”[26].
Sin condicionamientos previos, el entrevistado puede pronunciarse libremente,
de allí que es de advertir en estas producciones que el tratamiento para
elaborar un criterio de “veracidad” de lo narrado, es similar al de las fuentes
escritas y que queda en la responsabilidad del investigador constatar lo
enunciado[27].
Reflexiones
finales
Como venimos
desarrollando, el registro del testimonio se produce en un acto de interacción
que abre a diferentes interpretaciones y es en sí mismo un generador de nuevos
sentidos, de allí que a sus realizadores y analistas nos obliga a estar en una
permanente vigilancia epistemológica para captar esas marcas enunciativas y
reorientar el relato mientras se desarrolla la exposición, pero también para
saber cuándo él trae nuevos recuerdos, toma la palabra y sale de ese olvido.
En este sentido, nos
parece de gran relevancia que el Estado asuma la responsabilidad de guarda de
estas memorias sociales, para contribuir a su construcción y que también puedan
servir para repensar las políticas públicas con el fin de evitar que estos
hechos de violencia institucional sigan repitiéndose.
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FECHA DE RECEPCIÓN: 30/03/2019
FECHA DE ACEPTACIÓN: 26/05/2019
[1] Este artículo da cuenta de un
trabajo en equipo entre la Dirección de Gestión de Fondos Audiovisuales y la
Coordinación de Investigaciones Históricas del Archivo Nacional de la Memoria
que incluye a cineastas, fotógrafos, comunicadores sociales, historiadores,
psicólogos y técnicos de video y sonido. Asimismo, se realiza conjuntamente con
la Dirección Nacional de Políticas contra la Violencia Institucional de la
Subsecretaría de Protección de Derechos Humanos, perteneciente a la Secretaría
de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nación Argentina.
[2] En adelante designado con el
acrónimo ANM.
[3] Palabras del entonces
Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, en la
apertura del Primer Seminario Internacional Políticas de la Memoria del Centro
Cultural de la Memoria “Haroldo Conti”, Buenos Aires, 13, 14 y 15 de octubre de
2008.
[4] El 8 de mayo de 1987, tres
jóvenes fueron asesinados por suboficiales de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires, en el barrio Ingeniero Budge, partido
de Lomas de Zamora. Este hecho, conocido como Masacre de Budge,
provocó el primer acto de movilización barrial pidiendo justicia por lo sucedido
y, en mayo de 2013, la Ley 26.811 estableció, en memoria de ello, el 8 de mayo
como el Día Nacional de Lucha Contra la Violencia Institucional.
[5] PORTELLI, Alessandro (1998),
Ponencia en la X Conferencia Internacional de Historia Oral, Río de Janeiro.
Brasil: citado en BARELA, L., MIGUEZ M., GARCÍA CONDE L. (2009), Algunos apuntes sobre Historia Oral y cómo
abordarla, Buenos Aires, Dirección General Patrimonio e Instituto
Histórico, p. 52.
[7] Véase: DAROQUI, Alcira (2009), Muertes silenciadas: la eliminación de los
delincuentes. Una mirada sobre las prácticas y los discursos de los medios de
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[8] MAZZEI, D. y POZZI, P (2017) Un
cuarto de Siglo de Historia Oral, Revista
Historia, Voces y Memoria, 11,
p. 5-7. Recuperado en
http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/HVM/article/view/4902/4387
[9] KORNBLIT, Ana Lía (2007)
“Historias y relatos de vida: una herramienta clave en metodologías
cualitativas” en Kornblit, A (coord.) Metodologías cualitativas en ciencias
sociales. Modelos y procedimientos de análisis, Buenos Aires, Editorial
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[10] Véase: FORD, Aníbal (1994), Navegaciones. Comunicación, cultura y
crisis. Buenos Aires, Amorrortu Ediciones; VERON, Eliseo (2004) La semiosis social: fragmentos de una teoría de la
discursividad. Buenos Aires, Gedisa Editores.
[11] HALBWACHS, Maurice (2004), Los
Marcos sociales de la Memoria, Barcelona. Anthropos.
[12] JELIN,
Elizabeth (2017), “Introducción”, en La
lucha por el Pasado. Cómo construimos la memoria social, Buenos Aires.
Siglo XXI editores, p.19.
[13] BARELA, L., MIGUEZ M., GARCÍA
CONDE L. (2009), Algunos apuntes…,
cit.
[14] CONTURSI Maria
E. y FERRO, F. (2000) La Narración. Usos
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Comunicación. Grupo Editorial Norma.
[15] KORNBLIT, Ana Lía (2007)
“Historias y relatos de vida…, cit.
[16] ARFUCH, Leonor (1995) La entrevista, una invención dialógica,
Editorial Paidós, Barcelona
[17] OXMAN, Claudia (1998), La entrevista de investigación en Ciencias
Sociales. Buenos Aires. Eudeba, p. 25.
[18] GARTNER, Alicia (2015), Historia oral, memoria y patrimonio. Aportes
para un abordaje pedagógico. Buenos Aires, Imago Mundi.
[19] SCOTT, Joan (2001).
“Experiencia”, Revista La Ventana, 13, pp.42-73. Recuperado en: http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/laventan/Ventana13/ventana13-2.pdf,
p.64.
[20] INSTITUTO ESPACIO PARA LA
MEMORIA (2008), Archivo Documental:
Recuperación, organización y conservación de documentos para la Memoria,
Colección Cuadernos de la Memoria 2, Buenos Aires. Instituto Espacio para la
Memoria.
[21] POZZI, P. (2016) “Hacer
memoria”. Clase, género y tradiciones locales en la construcción de una fuente
oral, Revista Historia, Voces y
Memoria, 9, p. 52. Recuperado en
http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/HVM/article/view/2826.
[22] Al cierre de este artículo la
colección se compone de siete producciones cuyas sinopsis pueden ser
consultadas en la página web del ANM.
[23] GARTNER, Alicia (2015), Historia oral, memoria y patrimonio. Aportes
para un abordaje pedagógico. Buenos Aires, Imago Mundi
[24] MEYER, Eugenia (2009), citado
en GARTNER, Alicia (2015), Historia oral, memoria y patrimonio. Aportes para un
abordaje pedagógico. Buenos Aires, Imago Mundi, p.67
[25] GARTNER, Alicia (2015), Historia oral, memoria…, cit.
[26] GARTNER, Alicia (2015), Historia oral, memoria y patrimonio. Aportes
para un abordaje pedagógico. Buenos Aires, Imago Mundi,
p. 43.
[27] POZZI, P.
(2017) La ética, la historia oral y sus consecuencias. Revista Historia, Voces y Memoria, 11, p.81-91. Recuperado
de: http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/HVM/article/view/4908.