Revista de Educación en Biología, Vol. 27, Nº 1, Enero 2024 | Página 3
Entrevistas
Pozo, Teresita Salinas, Margarita García Astete, Esperanza Despierto, Ximena Gómez Erice,
Irene de Bustamente, y nuestra querida y ya ausente Ana Oñorbe. Formamos un grupo de
colegas de Iberoamérica, con los cuales mantuvimos proyectos, contactos, publicaciones,
lo que nos permitió forjar lazos de profundo cariño y amistad.
¿Puede señalar otros hitos signicativos en el desarrollo de la DCN?
Es difícil señalar un hito signicativo en el desarrollo de la DCN, ya que fueron
muchos, un proceso en el que se sucedieron algunos hechos planicados y otros azarosos
que inuyeron para generar el status actual de la DCN. A pesar de ello identico algunas
acciones de mayor importancia.
Con el advenimiento de la democracia creamos la Asociación de Ciencias Biológicas
de la Argentina (ADBiA), impulsada con la fuerza, el entusiasmo y la vehemencia de
Gertrudis Campaner y un grupo de profesores de distintas regiones del país que tenían
similares motivaciones. Recordamos a Margarita Marrupe, Rodolfo Ramos, Graciela Merino,
Marga Bonetto, Alcira Rivarosa, Lili Oviedo. Estas profesoras y profesores distribuidos en
lugares distantes de Argentina movilizaron sus comunidades locales que conjuntamente
con la creación de otras asociaciones como la de física, química, matemática y la Asociación
Brasilera de Enseñanza de la Biología, fueron decisivas para consolidar nuestro campo.
Una primera meta que nos propusimos desde la ADBiA fue la creación de esta revista,
¡la muy querida REB! Enfatizamos la importancia de contar un espacio local para poder
publicar las diferentes investigaciones e innovaciones llevadas a cabo. Fue crucial nuestro
trabajo voluntario como editores, con logros como han sido su indexación, cumplir más de 20
años ininterrumpidos de publicación y el reconocimiento entre las revistas hispanoparlantes.
Otro aspecto que me parece importante para analizar el aanzamiento de DCN son las
convocatorias de profesores e investigadores para el desarrollo de encuentros, congresos y
reuniones cientícas. Haciendo memoria, en noviembre de 1993 tuvieron lugar en Córdoba
las históricas Jornadas de Enseñanza de la Biología. Fue la primera vez que se reunía un
pequeño grupo de docentes preocupados por mejorar la enseñanza de la biología. Estas
iniciativas cobraron fuerza y se multiplicaron en estos 30 años. Han quedado establecidas
en las agendas académicas nacionales e internacionales como persistentes y enriquecedores
encuentros.
Por otra parte, en La Serena, Chile, se gestó el Congreso Iberoamericano de Educación
en Ciencias Experimentales en 1998. Como continuación de este evento, en septiembre
del 2000 se desarrolló el segundo congreso (ya denominado CIEDUC) en Villa Giardino,
Córdoba, con una intervención masiva de más de 1000 participantes. Así se constituyó y
fortaleció este espacio, que está vigente hasta nuestros días con la versión número 23 de
este congreso, realizado en Guatemala en 2022. Nuestro congreso del 2000 fue el inicio de
una colaboración formal entre la UNC y otras universidades Iberoamericanas conformado
redes académicas. El crecimiento de estos encuentros es un buen indicador de la aceptación
de esta área por parte de otros colegas y nos permitió generar espacios de cooperación
conducentes a mejorar la formación de los recursos humanos.