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Entrevistas
A 40 años de la recuperación democrática en Argentina. El camino de la
Didáctica de las Ciencias Naturales. Entrevista a la Dra. Graciela Merino
Por María J. Rassetto
Desde la Revista de Educación en Biología tenemos la intención de rescatar su
trayectoria académica y sus aportes a la conformación de la Didáctica de las Ciencias
Naturales en nuestro país. Graciela Merino es Profesora de Ciencias Biológicas de la
Universidad Nacional de la Plata, Licenciada en Ciencias de la Educación y Dra. en Ciencias
de la Educación. Lleva más de cuarenta años haciendo docencia, investigación y extensión
en el área. Actualmente ocupa el cargo de Secretaria de Ciencia y Técnica de la en la
Universidad Nacional de La Plata y es directora de la Maestría en Didáctica de las Ciencias
Naturales que se dicta en esa institución.
¿Cómo fue conformándose el campo de la Didáctica de las Ciencias Natu-
rales (DCN) en nuestro país?
Es una cuestión de origen diverso y un desafío complejo. Las trayectorias académicas
de los pioneros de este campo disciplinar, tuvo matrices diferentes. Algunos nos iniciamos
en la DCN desde las universidades nacionales, en Departamentos académicos o Institutos
de formación de profesores de Ciencias Naturales y Exactas. Al mismo tiempo, otros
comenzaron su labor en Instituto de Formación Docentes dependientes de las jurisdicciones
provinciales; también se emprendió la tarea desde la escuela secundaria. Nos preocupaba la
necesidad de optimizar los aprendizajes de nuestras disciplinas especícas, las dicultades
para que nuestros estudiantes las comprendan y valoren, las escasas vocaciones cientícas
en estas carreras, y la insuciente información de calidad que recibía la ciudadanía en
temas de ciencia y tecnología. Estas cuestiones nos motivaron a reexionar, aproximar
primeras teorizaciones y la búsqueda de experiencias de intervención didáctica en las
aulas. También nos convocó las reuniones entre pares locales y de otras instituciones
nacionales y regionales para debatir, argumentar y construir nuevas agendas de la DCN.
La democracia- desde nes 1983- nos dio un impulso importante. La educación
pública entró en debate, se exibilizaron las dinámicas institucionales y la búsqueda de
consensos. Allí nuestra incipiente comunidad se fortaleció y fue convocada a participar
elaborando diseños curriculares actualizados de educación en Ciencias Naturales desde el
nivel inicial a la educación superior. Se habilitó la circulación de revistas, libros argentinos y
de otras editoriales iberoamericanas, que permitió visibilizar y difundir el estado de situación
de la DCN: la superación de la mera imagen práctica y utilitaria, nuevas estrategias para
Para citar este artículo:
Rassetto, M.J. (2023). A 40 años de la recuperación democrática en Argentina. El camino de la
Didáctica de las Ciencias Naturales. Entrevista a la Dra. Graciela Merino. Revista de Educación en
Biología, 26 (2), 132-135.
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a menos que se indique lo contrario
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su enseñanza, temáticas de evaluación, perspectivas teóricas del aprendizaje, entre otros
tantos temas de mucho interés. Las reuniones iniciales locales se convirtieron en jornadas
nacionales, e internacionales que colaboran a consolidar al colectivo de DCN.
No puedo dejar de destacar el aporte que brindaron instituciones como UNESCO a
través de la Ocina Regional de Ciencia y Tecnología - sede Montevideo, Uruguay- y de la
Ocina Regional de Educación para América Latina y el Caribe sede Santiago, Chile- y
sus reuniones regionales. También varios y destacados colegas españoles de universidades
reconocidas mundialmente, como también de Francia, Inglaterra y EEUU. Haciendo foco en
mi propia experiencia profesional, debo expresar que tuve las mejores opciones y puede
desarrollar mis tareas docentes en instituciones de educación pública desde nivel primario
al superior universitario.
Estas aulas fueron un ámbito de aprendizaje y profesionalización muy valorada.
Fue matrizante en mi formación y en el acercamiento a la preocupación teórica en la DCN.
Fue central incorporarme tempranamente (1975) a la cátedra Didáctica de la Ciencias
Biológicas de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
Nacional de La Plata (UNLP), y desde allí, realizar un auténtico laboratorio de experiencias
didácticas, investigaciones iniciales y publicaciones. El estrecho vínculo de esta cátedra con
otras cercanas, tales como: Didáctica y Práctica en química, en Física y en Matemática,
dio frutos signicativos e inició un camino de fortalecimiento como campo disciplinar en la
propia facultad y en la UNLP, y desde allí, las conexiones con otras universidades nacionales
como: Córdoba, Buenos Aires, del Centro de la Provincia de Buenos Aires, o el Instituto
de Formación Docente Joaquín V. Gonzáles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y
posteriormente, con una gran red de universidades públicas y grupos de investigación en
DCN radicados en ellas.
Esta disciplina fue creciendo y consolidándose, ampliando sus aportaciones teóricas/
praxis de su comunidad, las signicativas investigaciones especícas, las asociaciones de
profesores y sus publicaciones: las revistas, hoy muy reconocidas y una nueva agenda en
debate con amplia participación y de reconocimiento nacional e internacional.
¿Cómo y quiénes la formaron en DCN?
Algo comente en la anterior cuestión, pero sin dudas hubo profesionales que han
sido relevantes en mi formación en el campo de las Ciencias Naturales. Una vez graduada
de la FAHCE/UNLP, obtuve una Beca de investigación que me movilizó en el estudio de la
DCN y su reexión teórica/praxis. Algunos docentes de Ciencias de la Educación, marcaron
mis intereses y me dieron posibilidades, entre ellos el Dr. Lunazzi, el Dr. Parodi, el Prof.
Nasif, el Dr. Ricardo Gómez entre otros; muchos de ellos proscriptos y censurados en la
etapa negra del proceso militar entre 1976 - 1983.
La gestión como Directora de Educación superior en la Provincia de Buenos Aires –
gestión1984-1987- fue una plataforma de trabajo cooperativo y arduo; elaboramos diseños
curriculares para la enseñanza obligatoria de las disciplinas cientícas y también para la
formación docente.
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La formalización de nuestro Centro de investigación y enseñanza de las Ciencias
“Mundo Nuevo” de la UNLP, creado en 1988, se convirtió en el motor principal de la
profundización de la investigación en DCN y en territorio de formación de jóvenes
investigadores, hoy ya, destacados profesionales. Allí exploramos la línea de popularización
de la Ciencia y Tecnología, y los programas de alfabetización cientíca en conjunto
con UNESCO/ ORCYT/OREALC. En 1992/1996 tuve el honor -así lo siento, de dirigir al
histórico COLEGIO NACIONAL de la UNLP -, ampliando las experiencias de intervención e
investigaciones en la educación de las ciencias naturales: en el sentido más amplio. Esta
tarea se aanzó cuando fui designada Prosecretaria académica de la UNLP a cargo del
sistema preuniversitario, constituido por cinco colegios (4 de nivel secundario, 1 del nivel
inicial y primario). Aquí me desempeñé hasta el 2014. Y en la actualidad, continúo como
Profesora titular de DCN y Práctica de la Enseñanza en Biología en FAHCE/UNLP y como
Directora de la Especialización y Maestría en Educación en Ciencias, en la cual mi tarea de
hoy es la formación de investigadores y tesistas en este campo disciplinar que convoca a
una numerosa comunidad de docentes e investigadores que enriquecen teóricamente al
campo disciplinar de la DCN.
Después de algunas décadas de las publicaciones de sus libros de DCN,
¿cómo evalúa su impacto?
¡Qué decir de mis libros! Ambos fueron un hito en mi vida, el primero de ellos, Didáctica
de las Ciencias Naturales de la editorial Ateneo, de 1984, lo escribí siendo joven. Traté de
volcar en él estudios teóricos y prácticos, experiencias de aulas de educación secundaria,
terciaria y universitaria. Conté con la colaboración de dos colegas muy calicadas: Stella
Ramírez, una reconocida especialista en DCN y Liliana Furman, docente de Ciencias de la
Educación muy valorada en los institutos de formación docente de la provincia de Buenos
Aires. Fue una hermosa experiencia, ardua y trabajosa, de manuscritos muy discutidos,
borradores corregidos y vueltos a examinar. El libro nació de las necesidades propias de
docentes como nosotras de contar con bibliografía de uso en las aulas de la facultad e
institutos de formación docente y también en los circuitos de capacitación de profesores y
maestros. Tuvo gran aceptación, se reedito varios años y fue muy leído y utilizado en las
clases de DCN. Me alegra verlo en bibliotecas de otros países y conocer que aún algunos
capítulos se siguen leyendo en las aulas de instituciones de formación docente.
El segundo de mis libros, del año 1998 Enseñar Ciencias Naturales en el Tercer
ciclo de la EGB, responde a motivaciones y preocupaciones curriculares, y de desarrollo
de las disciplinas cientícas en las aulas del nivel secundario y, a su vez, como se formaban
los docentes para ese desafío. Esta circunstancia fue decisiva en la centralidad de la obra: el
aula y sus prácticas de enseñar y aprender. Colaboraron en su escritura colegas apreciados
y calicados tales como Stella Ramirez y Juan Rodriguez. El libro tuvo gran aceptación en la
comunidad docente y en los ámbitos de formación docente inicial y continua. En esta obra,
caracterizada por la praxis, obtuvimos un signicativo premio a la mejor obra práctica de
educación de Feria del libro en 1998; un gran reconocimiento, en especial porque el citado
premio se le otorga a una obra del campo de la DCN, la cual acrecentó nuestra alegría
como autora y colaboradores.
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¿Puede señalar otros hitos signicativos en el desarrollo de la DCN?
Hoy, próxima a la jubilación y después de más de 40 años dedicada a la docencia e
investigación en DCN y Biología, encuentro hitos signicativos para destacar, tales como:
el crecimiento en calidad y cantidad de publicaciones cientícas en el tema, que no sólo
aportan conocimientos teóricos y de praxis en nuestro país, sino que se ha internalizado,
convirtiendo a miembros de este colectivo en referentes académicos valorados. Nuestra
comunidad académica en los últimos tiempos fortaleció su formación de posgrado,
nalizando maestrías, especialidades y doctorados. También quiero destacar el surgimiento
de numerosos grupos de investigación en DCN; la mayoría formalizado en centros y
laboratorios universitarios y otros organismos de investigación. El crecimiento sostenido de
nuevas líneas de indagación con la incorporación de jóvenes investigadores Y seguramente
mediados por la virtualidad y la disponibilidad de plataformas digitales, logró una
comunicación uida en la comunidad de investigadores de la DCN, y una vehiculización de
eventos, libros, revistas, constituyendo una comunidad de dialogo y saberes compartidos.
Sin embargo, y a pesar de todos los logros reconocidos, aún es necesario optimizar la
articulación y vínculos entre los docentes de aula y la comunidad de investigación de la
DCN para continuar con el fortalecimiento de la Educación en Ciencias, en especial en los
tramos obligatorios de la educación y en la formación inicial y continua del profesorado.
Finalmente, agradecer a la Revista de Educación en Biología la posibilidad de
reencuentro con profesores, investigadores y maestros, y por darme el espacio para
reseñar mi vida profesional; seguramente han quedado muchas cosas por contar, pero lo
más signicativo esta expresado. Hoy nuestro campo de estudio amplió sus perspectivas,
comparte liaciones con disciplinas diversas como: Filosofía, Antropología, Lingüística,
Comunicación, Tecnología, sin dejar de nombrar a las Ciencias de la Educación, nuestra
matriz fundante y tantas otras. También, claro está, los contenidos disciplinares, a veces tan
ultraespecializados, y las temáticas de índole social que no podemos soslayar: formación
de ciudadanía en ciencias, temas ambientales, las ineludibles problemáticas culturales,
equidad, inclusión, género, entre otros. Estas cuestiones nos atraviesan e interpelan, y la
DCN -como disciplina educativa - está comprometida a trabajar en ellos.
La nueva agenda de la DCN, se abre a nuevos
desafíos teóricos y de praxis, confío que nuestra
sólida y formada comunidad profesional, más los
tantos jóvenes que se incorporan, los aborden con
seriedad y pasión. Es lo que nos movilizó siempre
y generó producciones y acciones socialmente
signicativas.
Dra. Graciela Merino