Revista de Educación en Biología, Vol. 25, Nº 2, Julio 2022 | Página 73
Entrevistas
En 1948, la OMS asume que la salud es el estado de completo bienestar
biopsicosocial; algo que es imposible. Esta idea es originada desde un pensamiento de
izquierda, progresista. Viene de Henry Sigerist, iniciador de las corrientes de la medicina
social en Estados Unidos. Sigerist hace un gran trabajo en relación con la promoción y
la prevención de la salud, promoviendo la necesidad de la intervención del Estado en los
programas de asistencia médica.
En relación con el presupuesto invertido en el campo de la salud
¿por qué hablas de gasto y no de inversión?
Argentina gasta el 10% del PBI en salud; EEUU gasta el 17%.
El sector privado es viable porque recibe fuertes subsidios indirectos y directos desde
el Estado, y la seguridad social. Hay una solidaridad invertida, donde el pobre nancia al
rico. En muchas prestaciones, psiquiatría, diálisis, discapacidad, geriatría, trasplantes, se
ve ese sistema de solidaridad invertida. El PAMI, por ejemplo, es el gran nanciador. Si
dejara de contratar al sector privado, se caería el sistema privado.
Tenemos un gran gasto con baja efectividad, tenemos fuertes desigualdades
sociales que producen disparidades Tenemos mil muertos de tuberculosis por año pero
también tenemos mil personas por año que se mueren por efectos producidos por la
atención médica. De ello se habla poco. Ivan Illich, en 1976 en su libro: Némesis médica:
La expropiación de la salud y otros escritos, tiene muy documentada, en base a revistas
cientícas médicas, esa situación.
El nanciamiento de la salud es un problema a nivel mundial. Si se analizan los países
que suelen mencionarse como ejemplo de buena atención, como son los países nórdicos,
Inglaterra y otros de Europa, se ve que tienen sistemas públicos de salud. Además, están
haciendo un cambio institucional, ya que están migrando desde la gura del hospital como
elemento central de los sistemas de salud hacia un modelo en el que este espacio sirve
de respaldo a una atención personalizada centrada en el médico de familia, capaz de
mirar la integralidad de esas relaciones desde un centro de salud de baja complejidad
cercano al lugar de residencia de esas personas que lo consultan y que él conoce, no solo
individualmente, sino familiar y socialmente.
Como médico, si atiendo a una persona a la que conozco en ese momento, que
reere un padecimiento y desconozco su familia, su vida afectiva, dónde vive, cómo es la
casa, de qué trabaja, es una osadía calicar ese acto como cientíco. Uno entendería a
alguien si lo ve en su medio, conoce su familia, el trabajo, la contaminación que lo rodea.
Hoy llegamos al absurdo de que las consultas se hacen por Wathsapp sin conocer nada de
la persona, ni poder verle ni siquiera la cara.
La medicina social nace en Europa, en la era de las revoluciones, en 1848. Se trata
de una forma de intervención política sobre la salud individual.
Estados Unidos adopta un modelo sanitario basado en el hospital, con un fuerte
componente tecnológico, y se da cuenta rápidamente de que no se puede hablar de inversión