Entrevistas

Filosofía de la Biología, Feminismo y Androcentrismo

Entrevista al Grupo Anfibio - Grupo Analítico de Filosofía de la Biología Por Elsa Meinardi

¿En qué institución y lugar “geográfico” trabaja el grupo?

El grupo se reúne periódicamente en la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico (SADAF)1, ubicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, trabajamos en el marco de proyectos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y del posgrado en Epistemología e Historia de la Ciencia de UNTREF - Universidad Nacional de Tres de Febrero, como parte del CEFHIC - Centro de Estudios de Filosofía e Historia de la Ciencia, UNQ - Universidad Nacional de Quilmes.

¿Cuáles son las principales líneas de investigación que desarrollan?

Nos orientamos a trabajos relacionados con la Filosofía e historia de la ciencia, la Filosofía e historia de la Biología, la estructura social de la ciencia y la Filosofía feminista de la Biología.

En este sentido, el tema principal que nos reúne como grupo es la filosofía de la ciencia (que aquí en Argentina suele llamarse “epistemología”), específicamente, en el área de la Biología. Si bien no es sencillo explicar brevemente en qué consisten las tareas del filósofo de la ciencia, podemos decir que se dedica a reflexionar respecto de la naturaleza del conocimiento científico. Esto implica dejar de hacer ciencia para remontarse a hablar acerca de la ciencia como objeto. En particular, realizamos análisis de conceptos científicos y reconstrucción lógica e histórica de teorías científicas, así como análisis de la dimensión pragmática de la aplicación de esas teorías. Pero, además, estamos preocupados por cómo estos trabajos de naturaleza conceptual tienen repercusiones relevantes para los científicos mismos y la sociedad. Nos interesa cómo el trabajo filosófico analítico repercute sobre la enseñanza y la comunicación de la ciencia, y sobre diferentes cuestiones de relevancia social como las que existen sobre el género o la problemática ambiental, entre otras.

Según sus perspectivas ¿cuál son los principales aportes de estas líneas de investigación?

Los científicos dan el salto que va de la ciencia a la metaciencia constantemente, cada vez que proponen un lenguaje para hablar de aquello que hacen. Así, pasan del lenguaje de la ciencia (átomos, células, especies, clases sociales, estratos geológicos,

1 www.sadaf.org.ar Domicilio: Bulnes 642. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

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por poner algunos ejemplos) al metalenguaje (experimento, modelo, tipo ideal, estudios cuantitativos y cualitativos, etcétera).

Actualmente, la educación científica, especialmente en Ciencias Naturales, no incluye contenidos de filosofía de la ciencia, con lo cual, el salto, se da de manera algo ingenua. Esto implica, por una parte, que no existen marcos comunes para hablar acerca de toda la ciencia, exagerándose las diferencias entre disciplinas, y colaborando con el aislamiento actual que existe entre las diferentes áreas disciplinares. Además, lleva a que el lenguaje que tienen los científicos para hablar de la ciencia sea algo ingenuo e ideológicamente cargado. Por ejemplo, suele utilizarse como una distinción metateórica que permite distinguir entre áreas disciplinares, los apelativos de “duro” y “blando”. La distinción no tiene un sustento metateórico adecuado, y es obviamente valorativa. Curiosamente, es utilizada por científicos que “caerían” bajo las ciencias blandas, en contra de sus propios intereses. Conocer la historia de la propia disciplina y tener espacios de reflexión respecto del área, no puede sino mejorar el desempeño del científico y eliminar la falsa consciencia que puede llegar a volverse en su contra.

Del mismo modo en que los y las científicas se acercan a su objeto desde ciertos marcos conceptuales, métodos, habilidades y saberes, así el filósofo de la ciencia pone en juego un instrumental propiamente filosófico y habilidades específicas fruto de su entrenamiento profesional. No es posible tener una actitud meramente descriptiva en metaciencia, como tampoco es posible tenerla en ciencia. En este sentido, la aplicación de diversas metodologías (filosóficas, históricas, computacionales) para el análisis de la estructura social de la ciencia permite no solo obtener información relevante para la tarea elucidatoria, sino también para explicitar los valores involucrados en los diversos contextos de la tarea científica.

Especialmente en el caso de la Biología, existen muchas áreas extremadamente nuevas, que todavía no han logrado pensarse a sí mismas de manera adecuada, lo que en muchos casos tiene implicancias sociales ineludibles. Esto lleva a que sea un terreno en el que cada vez existe un mayor interés en la filosofía. La Filosofía de la Biología poco a poco se ha vuelto cada vez más importante en la filosofía de la ciencia; han surgido publicaciones especializadas y congresos que solo tienen como tema principal la Biología.

¿Qué implicancias podría tener el trabajo del Grupo ANFIBIO para la

educación en la escuela y la universidad?

Si bien el origen de la filosofía de la ciencia se remonta a los orígenes de la ciencia misma, y podemos considerar que algunos de los textos de Aristóteles podrían caer bajo el área, como actividad profesionalizada y separada de otras áreas surge a comienzos del siglo XX con los trabajos de los empiristas lógicos, en cuyo centro se encontraban los filósofos del Círculo de Viena (Otto Neurath, Rudolph Carnap, Moritz Schlick, por ejemplo), y filósofos afines (Karl Popper). Tal como era concebida por los empiristas lógicos, la reflexión respecto de la filosofía de la ciencia tenía como objetivo principal el favorecimiento de la comunicación y la enseñanza de la ciencia a la sociedad. Con el tiempo, el enfoque

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específico de los empiristas lógicos resultó superado por enfoques más adecuados, pero, lamentablemente, la filosofía de la ciencia perdió los objetivos sociales que la definían. Si bien se volvió una empresa profesional, con publicaciones y congresos propios, perdió conexión e influencia sobre la práctica científica, y como ocurrió con todas las áreas científicas durante el período de la Guerra fría2, perdió contacto con la sociedad. Al mismo tiempo, no cabe duda que la educación científica de los científicos en tanto profesionales, como de la sociedad en general, tiene una relevancia sociopolítica considerable. Disponer de una perspectiva metateórica adecuada y fértil ayuda a la causa de la pluralidad en la ciencia promoviendo una comprensión más adecuada de las relaciones no tan visibles que existen entre las distintas especializaciones científicas y facilita el acercamiento a estas por parte de no especialistas.

Por otro lado, relevante desde los orígenes de la disciplina, la filosofía de la ciencia hace aportes notables para entender mejor las relaciones entre la actividad científica y el contexto sociohistórico en el que dicha actividad se lleva adelante. En nuestro caso, el análisis de la naturaleza y estructura de las teorías científicas nos permite clarificar el impacto que aspectos de naturaleza valorativa y pragmática tienen sobre la ciencia. En este sentido, la filosofía feminista de la ciencia ha permitido mostrar la persistencia de sesgos androcéntricos en las prácticas biomédicas o en los manuales y demás materiales pedagógicos.

¿Cuáles son las mayores fortalezas y dificultades de su trabajo?

Una de las principales fortalezas de compartir un marco metateórico es que el trabajo resulta colaborativo especialmente porque facilita la comunicación entre los miembros del grupo que se especializan en diferentes parcelas de la ciencia. Existen dos clases de dificultades: unas internas al ámbito de la filosofía y otras en torno a la interacción de la filosofía de la ciencia con el resto de las disciplinas académicas. Como ya se mencionó, la filosofía de la ciencia adquirió un nivel de profesionalización similar al resto de las disciplinas académicas bien establecidas. Esto supone un grado de especialización considerable que puede dificultar la comprensión entre diferentes especialistas, ya sean filósofos de la ciencia o no. La ausencia de espacios curriculares establecidos en las carreras de grado de Ciencias Naturales también dificulta que los científicos mismos tengan una formación adecuada sobre las reflexiones metateóricas de su propia actividad.

Por otra parte, el nivel de precisión del marco metateórico con el que trabajamos (que hace uso de las herramientas de la lógica matemática) tiene como ventaja la posibilidad de comprender de manera detallada la estructura de las teorías, así como posibilitar el desarrollo de herramientas para la enseñanza del marco metateórico mismo y la formación de nuevas filósofas y filósofos de la ciencia. En este sentido, integrantes del grupo han desarrollado herramientas computacionales, útiles tanto para la enseñanza de la lógica matemática en general (https://www.taut-logic.com/) como para la enseñanza y

2 Entre 1947 – 1991 aproximadamente.

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contrastación del estucturalismo sneedeano como metateoría, en particular (https://www. tandfonline.com/doi/full/10.1080/11663081.2019.1703467).

En contrapartida, si bien contar con un marco matemáticamente preciso para hablar acerca de las teorías permite comprender su estructura de modo muy fino, esta misma característica dificulta la comunicación de los resultados a auditorios no especializados, que no poseen los conocimientos matemáticos y/o filosóficos presupuestos por la metateoría.

Nota de la entrevistadora:

En relación con una de las líneas de investigación del Grupo, referido a la filosofía feminista de la ciencia, es interesante señalar un trabajo publicado recientemente, denominado Androcentrismo, ciencia y filosofía de la ciencia (Bernabé, 2019)3, en el cual se menciona:

(...) No es difícil ver que neurosexismo es polisémico en tanto se predica de distintas

cosas:

A)En primer lugar, nombra una categoría literaria de divulgación científica en la cual se utiliza como insumo ciertos desarrollos neurocientíficos y su lenguaje para sostener que la desigualdad entre hombres y mujeres es resultado de sus diferencias biológicas.

B)En segundo lugar, nombra la posición ideológica que sostiene que la desigualdad entre hombres y mujeres es resultado de sus diferencias biológicas, particularmente las diferencias neuroendocrinas.

C)Por último, nombra la propia neuroendocrinología en tanto sirve como dudoso sustento científico de A y B.

“Lo que Fine4 sostiene, a final de cuentas, es que la neuroendocrinología del comportamiento es un capítulo más de lo que podemos llamar la larga marcha de la opresión científicamente justificada. (...) mantenernos en una posición feminista de repudio al neurosexismo sin rechazar por ello el estudio de las diferencias y la diferenciación sexual.

Esta revisión nos permite, además, navegar la tensión entre los dos sentidos de androcentrismo que presentamos al principio. Al no rechazar de plano los estudios de las diferencias sexuales, sino más bien, su utilización como excusa para defender el patriarcado, estamos en mejores condiciones para defender el desarrollo de la medicina que no ponga al hombre en el centro y que reconozca las especificidades de las mujeres y las disidencias. No sólo las socioambientales, sino también las referidas a la constitución biológica.”

3 Disponible en https://revistas.uv.cl/index.php/RHV/article/view/2001/2031

4 Fine, C. (2010). Delusions of Gender: How Our Minds, Society, and Neurosexism Create

Difference. New York: W. W. Norton.

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Parte del Grupo ANFIBIO. De izquierda a derecha: Carlos Limarino, Federico Bernabé, Santiago Ginnobili,

Ezequiel Acevedo, Andrea Olmos y Ariel Roffé.

Contacto: http://www.anfibio.com.ar/

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