CAMPOS GEOCULTURALES Y PAUTAS DE INTERCOMPRENSIÓN Y TRADUCCIÓN TRANSLECTAL

Manuel Ramiro Valderrama [*]

RESUMEN

Las lenguas de los pueblos mantienen estrecha relación con su cultura. Esta relación no es necesariamente biunívoca (a una lengua, una cultura, y viceversa), sino multívoca (a una lengua, varias culturas, y viceversa). Las lenguas transnacionales y transcontinentales, como el español, son manifiestamente multiculturales en su origen y geografía, aunque terminan confluyendo interculturalmente.

En este artículo panorámico, se plantean sumariamente los campos geoculturales que actúan como factores diferenciales en el seno de las variedades geolectales del español que dificultan, en mayor o menor grado, la intercomprensión translectal. Esta dificultad se refleja en dos planos complementarios bien diferenciados semióticamente, el denotativo y el connotativo. Cada uno de ellos tiene sus propias exigencias. La connotación es muy decisiva para la comunicación en profundidad. La idea rectora de nuestra búsqueda se puede formular así: “Solo se alcanza el nivel óptimo de comunicación translectal y transidiomática si se garantiza la transferencia pragmática del sentido connotativo de los textos lectalmente marcados”.

Los mecanismos de comprensión inmediata (sin intermediarios) de textos lectalmente marcados se diferencian de los que afectan a los mediadores interculturales o traductores, que exigen comprensión directa, pero expresión mediata y vicaria. Para mejor conseguirlo, se abordan las pautas de traducción pragmáticamente equivalente en mayor o menor grado (traducción interlectal 2 y supralectal, respectivamente).

Palabras claves: Multiculturalidad, traducción translectal, connotación, variantes, supravariantes, archivariantes.

ABSTRACT

The languages of the peoples maintain a close relationship with their culture. This relationship is not necessarily biunivocal (one language, one culture, and vice versa) but multivocal (one language, different cultures, and vice versa). Transnational and transcontinental languages, such as Spanish, are manifestly multicultural in origin and geography, though they finally converge interculturally.

This panoramic article summarizes the geo-cultural fields which act as differentiating factors within the geolectal varieties of Spanish that hinder, to a greater or lesser extent, translectal intelligibility. This difficulty is reflected in two semiotically different complementary levels, the denotative and the connotative. Each of them has its own requirements. Connotation is very important for communication in depth. The guiding principle of our research can be thus formulated: "The optimal level of translectal and transidiomatic communication is only achieved if the pragmatic transfer of connotative meaning of lectally marked texts is guaranteed."

The mechanisms of immediate understanding (without intermediaries) of lectally marked texts differ from those of intercultural mediators such as translators that require direct understanding, but indirect and vicarious expression.

Finally, translation guidelines pragmatically equivalent to a greater or lesser extent are discussed (interlectal and supralectal translation, respectively).

Keywords: Multiculturalism, translectal translation, connotation, varieties, supravarieties, archivarieties.

1. Introducción

En RAMIRO VALDERRAMA (2007), quedaron establecidas las bases teóricas y terminológicas de traducción interlectal o translectal, una dimensión de traducción intraidiomática [1] , no muy conocida, pero no, por ello, menos importante. En ese artículo, se adjunta un glosario que convendría tener presente, pero aquí vamos a ofrecer otro más breve que haga la lectura más autónoma.

En RAMIRO VALDERRAMA (2012), añado un pequeño desarrollo terminológico de la modalidad diatópica. Era necesario para el mejor análisis del factor geolectal de la variación: Disponíamos del término supralectal para cubrir la supravariedad neutra estándar2, pero nos faltaba denominar el fenómeno de intersección entre variedades diatópicas. Al anteponer a geolectal el prefijo archi-, formamos el término archigeolectal, que parece el más idóneo para recoger la idea de “factor común entre variantes geolectales”. Es hiperónimo de geolectal y se diferencia de supralectal en su comprensión semántica: [2] Supralectal es un término genérico que “está sobre” cualquier tipo de variantes, lo que quiere decir que su contenido ha de ser necesariamente “no marcado”, neutro, pues está despojado de notas diatópicas, diastráticas o diafásicas. El contenido de archigeolectal, en cambio, como el propio nombre indica, está diatópicamente marcado.

Este artículo se puede considerar complementario a RAMIRO VALDERRAMA, (2007). En ese trabajo de referencia, tracé las líneas básicas de mi teoría sobre la traducción entre variantes de la misma lengua, a la que inicialmente denominé traducción interlectal (entrelectos o variantes) para oponerla a la traducción interidiomática (entre idiomas). En este sentido, la denominación inicial sigue estando justificada porque cumple función. Ad extra, podemos seguir hablando de comunicación interlectal o de traducción translectal. Para deshacer la polisemia, le adjuntaremos el subíndice1, que recoge la idea de “primera acepción”, con valor genérico, frente a la segunda acepción (interlectal2), de valor específico, como hipónimo de translectal, opuesto a supralectal. Lo sintetizo en esta breve taxonomía:

- Traducción translectal (traducción interlectal1): Traducción entre variantes marcadas. (frente a transidiomática).

- Traducción interlectal2: Traducción equivalente entre una variante

original y la variante meta correspondiente. (traducción denotativa y connotativa): pasta à plata, lana

- Traducción supralectal: Traducción neutra desde una variante original marcada a la supravariante correspondiente no marcada (traducción denotativa): pasta, plata, lana ,à dinero

En este artículo, ofrezco la visión panorámica de los campos geoculturales [3] implicados en la comunicación translectal en el mundo hispánico y presento las estrategias generales de traducción intraidiomática. El trabajo es, pues, necesariamente generalizador.

2. Presupuestos teóricos

Para analizar diferencias geoculturales, es preciso situarse en las coordenadas lengua y cultura y abordar, siquiera sea sumariamente, el trasfondo conceptual de esta relación. Por una parte, nos interesa la implicación de los hablantes con su lengua y con su propio geolecto. El geolecto es la lengua funcional de los hablantes de una comunidad de habla, esto es, la lengua histórica patrimonial aquí y ahora, la lengua de la comunicación inmediata: Por ejemplo, el castellano estándar de Argentina es la lengua funcional de esta comunidad de habla en cada una de sus etapas sincrónicas. Por otra parte, interesa sobremanera acercarse a las actitudes de los hablantes translectales [4] hacia las diferencias culturales y lingüísticas de otras comunidades de habla que comparten comunidad de lengua: Actitud de los españoles ante el habla de los argentinos y viceversa.

2.1. Lengua y cultura

Lengua y cultura forman un conjunto semiótico cuyos elementos están “estrechamente” imbricados: Por un lado, la lengua asume elementos de la cultura1 entendida como manera de ver el mundo, que queda reflejada en la sustancia organizada de su plano del contenido. Por otro, la cultura2, como producto humano, se va incorporando a la lengua y, desde dentro de ella, se manifiesta y se expande en matrices sintagmáticas que algunos estudiosos llaman culturemas [5] : Lengua y cultura2 se retroalimentan mutuamente en la comunicación.

Visto así el tema, la cultura1 ahorma la lengua como fenómeno humano, la constituye en sí misma. En efecto, las lenguas no se comportan como seres vivos, aunque pueda parecerlo pues “nacen, crecen, se reproducen y mueren”, si bien estos procesos aplicados a las lenguas, son meras metáforas. Tampoco se comportan como objetos matemáticos, en los cuales, la sustancia concreta brilla por su ausencia engullida por la forma abstracta: El lingüista danés L. Hjelmslev planteó el acceso a las lenguas desde esta perspectiva formalista [6] .

Las lenguas nacen como producto cultural más o menos concertado, se desarrollan sujetas a intereses e influencias de todo tipo (usos y costumbres que se reflejan en normas, estilos, modas, consignas, creencias, literatura y folclore, usos y costumbres, prejuicios, clichés, tabúes, etc.). Se desgastan con el uso por desinterés o cansancio y mueren cuando se quedan sin usuarios naturales, aunque perviven en sus textos o se convierten en meramente virtuales. Todos estos procesos idiomáticos no son fenómenos naturales. Son hechos culturales que tienen que ver con procesos cognitivos y, en definitiva, comunicativos que solo tienen de fisiológico lo que se refiere a la fonación, articulación y audición, es decir, al significante o plano de la expresión. Me parecen muy interesantes las reflexiones antipositivistas de COSERIU (1973: 68-73) sobre los objetos naturales en comparación con los culturales y sobre las diferencias entre ciencias de la cultura y ciencias naturales. He aquí las diferencias entre los primeros:

Los objetos naturales pertenecen al mundo de la “necesidad” gobernado por causas que producen determinados “efectos”, y donde, por tanto, la comprobación de lo que ocurre constantemente, en determinadas condiciones, representa una “ley natural” o ley de la necesidad empírica. Los objetos culturales, en cambio, pertenecen al mundo propiamente humano de la libertad –de las actividades y creaciones del hombre, donde los “hechos” creados no están determinados por causas sino que se producen con vistas a una finalidad y, como realizaciones logradas –si no se trata de “instrumentos” que tienen también una finalidad exterior-, coinciden con su finalidad; así, la finalidad de la Ilíada es la Ilíada misma. (COSERIU, 1973:69)

No cabe analizar aquí las diferencias entre las ciencias de la cultura y las ciencias de la naturaleza, pero si al lector le interesa, puede leerlo en las páginas 69-73 de esta misma obra. Los distingos de Coseriu suelen ser muy eficaces, y en este caso, sin duda, lo son.

Es bien sabido que para la escuela de Tel Aviv y para muchos especialistas en traducción que se adhieren a ella, la relación entre lengua y cultura no solo forma un conjunto semiótico, sino que constituye un sistema de sistemas, que llama polisistema , con un término que es muy sugerente y explicativo, pero cuyo carácter sistemático es discutible, a mi modo de ver hjelmsleviano, pues resulta incompatible con la heterogeneidad intrínseca de planos entre “lengua” y “cultura2 [7] . Para Hjelmslev, el plano de expresión no forma sistema con el de contenido porque son heterogéneos. Es posible el sistema, en cambio, en cada uno de los planos por separado porque son homogéneos. La relación entre la forma del contenido y la forma de la expresión es una función, la función signo, en el sentido cuasi matemático del término (Hjelmslev, 1943: 22-23 y 30-34) Pero esto es harina de otro costal, pues merecería un desarrollo que me aleja del objetivo de este trabajo.

Lo cierto es que la teoría del polisistema literario de Even-Zohar ha resultado muy productiva en los estudios de traducción. Es posible que resulte aprovechable también en traducción translectal. Es una tarea pendiente.

2.2. Identidad idiomática e identificación cultural

Cuando las fronteras geográficas de las lenguas coinciden con las idiomáticas, las comunidades humanas tienden a identificarse con la lengua como trasunto de su sentimiento nacional y la incorporan a su tradición cultural. El romanticismo cultivó especialmente este sentimiento nacional en relación con la historia y la lengua.

Así debía de entenderlo Unamuno cuando escribió el soneto “La sangre de mi espíritu es mi lengua” [8] :

La sangre de mi espíritu es mi lengua
y mi patria es allí donde resuene
soberano su verbo, que no amengua
su voz, por mucho que ambos mundos llene.

Ya Séneca la preludió aun no nacida
y en su austero latín ella se encierra.
Alfonso, en Europa, dio con ella vida.
Colón, con ella, redobló la tierra.

Y esta, mi lengua, flota como el arca
de cien pueblos contrarios y distantes;
que las flores, en ella, hallaron brote

de Juárez y Rival, pues ella abarca
legión de razas: lengua en que a Cervantes
Dios le dio el Evangelio del Quijote.

(Salamanca, 10.10.1910)

Por encima de otras consideraciones y metáforas, este soneto insiste en que la lengua española subtiende pueblos muy diversos, a los que aúna y ahorma. Frente a las fronteras territoriales, la patria espiritual del poeta limita con otras lenguas, no con otros países. Su identificación con ella se convierte en “sangre de su espíritu”, en su propia identidad. ¡Bien romántico nuestro Unamuno!

La identificación con la lengua, por otro lado, no deja de ser un peligro. A poco que observemos el panorama del mundo, comprobaremos que, aquí, allá y acullá, tristemente, se libran distintas guerras de lenguas y de banderas. A propósito, suscribo la cautela de Claudio Guillén (2004) frente a las simplificaciones en torno a los conceptos de identidad” y decultura” en el III Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Rosario (Argentina):

Yo quisiera acentuar hoy la necesidad de no caer en la trampa de los simplificadores, manteniendo un nivel razonable de claridad conceptual cuando manejamos estos términos rebosantes de ambigüedades y malentendidos. Ahora mismo me explicaré, señalando dos conceptos que han sido y son objetos de constantes abusos y malos tratos: el de identidad y el de cultura. […]

Con las identidades ocurre lo mismo que con las verdades, que dependen no de unas cosas que están ahí, más allá de nosotros, sino de las palabras que pronunciamos acerca de esas cosas. Las verdades no andan por el mundo, dispersas e independientes, como tampoco las mentiras, ya que en primera instancia son el contenido de unos enunciados verbales. El hablante es quien produce palabras verdaderas o falsas. La urgencia de definir o caracterizar identidades responde asimismo o bien a una necesidad o una inclinación de nuestro pensamiento, o bien, creo que en muchos casos, a una exigencia de los demás, que desde fuera nos imponen tan delicada tarea. (GUILLÉN, 2004)

2.3. Identidad geolectal y cultura autóctona

Los geolectos de una lengua, que es capaz de aunar pueblos y culturas distantes, favorecen la cohesión cultural, al menos, tanto como las lenguas que coinciden con límites territoriales. En efecto, es indudable que, ad intra, un geolecto es la lengua funcional de la comunidad de habla de un país cuyas fronteras de lengua transcienden las de su propia geografía. Este país –pongamos Argentina o España– participa ad extra de una comunidad histórica mucho más amplia y, por tanto, menos próxima cultural y afectivamente. Los sentimientos de adhesión a su lengua vernácula, el geolecto, son normalmente más intensos que los que le unen a su lengua histórica, que se suele llamar por antonomasia “la lengua de Cervantes”.

Así lo siente y expresa Ángela Di Tullio en una ponencia muy ilustrativa en el mismo congreso de Rosario sobre el tema del “idioma de los argentinos” a través de la mirada de Sarmiento y de Borges. Inicia su disertación con el primero de estos dos párrafos y la cierra con el segundo:

El nombre identidad está convirtiéndose en un pluralia tantum; alude a identidades múltiples, superpuestas, en conflicto, etc. En las identidades, varias y no necesariamente armónicas, hay un innegable ingrediente estipulativo: la construcción de la identidad implica selección entre opciones y una nueva combinación, es decir, identificaciones y rechazos. Una modalidad dialectal, por ejemplo, puede ser definida solo como una «realidad lingüística» objetiva por sus rasgos diferenciales, pero también como una «representación intelectual» cuando se convierte en un objeto discursivo que se piensa, se valora, se proyecta; (DI TULLIO, 2004: 1)

[…] Identidades lingüísticas, o el idioma de los argentinos o las maneras argentinas de hablar y pensar el español, configuran un aspecto fundamental de nuestra tradición cultural; de la que también forma parte la gramática, si se construye con respeto y devoción para conocer mejor y ayudar a que la comunidad reconozca también su voz (Di Tullio, 2004: 6).

Esto no quiere decir que los lazos intergeolectales no sean también muy fuertes: Saberse miembro de una comunidad de lengua tan amplia y cualificada como la hispánica imprime carácter, pues el hispanohablante se siente en posesión de un rico patrimonio intercultural sincrónico y diacrónico. Leer las ponencias de los Congresos Internacionales de la Lengua Española confirma este sentimiento de pertenencia a una inmensa comunidad en la que la diversidad no empece la unidad. Consultar los corpus académicos CREA y CORDE nos permite sentir documentalmente en qué cosiste ese espectacular acervo espiritual compartido.

2.4. Identidad de lengua y pluralidad de culturas

Las peculiaridades culturales de las lenguas las acompañan en su creación y marcan su desarrollo, de tal modo que lo multicultural tiende a identificarse con interidiomátco: Como la lengua troquela la cultura subyacente, el mayor distanciamiento cultural se produce entre comunidades que hablan lenguas tipológicamente dispares.

“Lengua” y “cultura” no mantienen relaciones biunívocas (a una lengua, una cultura, y viceversa), sino multívocas (a una lengua, varias culturas, y viceversa). Las lenguas transnacionales y transcontinentales como el español no pueden ser monoculturales. Entre la cultura de la comunidad de habla andaluza y la castellana, hay claras diferencias, pero entre cualquiera de las dos y la argentina o la colombiana, las diferencias son más evidentes. Bastaría con comparar entre sí las cartas gastronómicas de las diferentes regiones de España y, sobre todo, estas con las de cualquiera de los países hispánicos para darse cuenta de las notables diferencias léxicas entre unas y otras denominaciones.

Como muestra elocuente de culturemas gastronómicos diferenciales, véase esta pizarra de un restaurante de Guadalajara (México): Aunque ya nos vamos acostumbrando a algunas de las comidas mexicanas, el conjunto produce cierta incomprensión porque hay nombres que no nos dicen nada sobre su designación, (panela, rajas, enchiladas pozole, champurado, jericalla, ate), mientras que otros nos dicen cosas distintas de las que en realidad significan, pues sonfalsos amigos translectales (tacos, chicharrón, punta, tortillas) [9] : Ver fig.1

Fig. 1

No se me ocurre otra forma de salvar estas diferencias geoculturales intraducibles que no sea conservar el nombre original y explicarlo en nota, tanto para la traducción translectal como para la transidiomática. Así lo hace, por ejemplo, F. Maspero con nombres específicos de losrealia mexicanos en la traducción al francés de La reina del sur, de Pérez-Reverte (RAMIRO VALDERRAMA, 2011: 414-415)

3. Ámbitos de comunicación y traducción translectal

La globalización de los intereses en el planeta, tanto económicos como culturales, es un fenómeno que no necesita demostración. Estamos incursos, sin elegirlo, en ese proceso planetario envolvente que configura no solo nuestro modus vivendi, sino también nuestro modus inteligendi. Evidentemente, en un mundo tan internacionalizado, la diversidad idiomática conlleva la correspondiente multiculturalidad, que hace imprescindible la mediación translativa.

El mundo hispánico, con relativa homogeneidad cultural de base y con lengua compartida, funciona, con mayor razón que el planeta, como la aldea global que preconizó Mc Luhan. Ello no obsta para reconocer que la comunidad de lengua hispana está formada por una natural diversidad de comunidades de habla, casi tantas como naciones hablan español [10] . ¿En qué campos se puede materializar esa diversidad? A título de inventario no exhaustivo, se pueden enumerar los ámbitos que suelen generar intercambios culturales, que hacen necesaria la traducción translectal inmediata o de primer grado.

3.1. Los viajes de placer y de trabajo nunca han estado tan en boga como en este momento. El turismo transoceánico, en uno y otro sentido, es un fenómeno imparable de los cincuenta últimos años, por fijar unos límites de máximo flujo viajero. Por más que el interés mayor no esté en la comunicación con las gentes del lugar de destino, la necesidad de traducción intraidiomática es cognitivamente evidente. Es verdad que este tipo de traducción no es obvio, como lo sería entre hablantes que no comparten lengua, pero solo se podría negar si se fuera poco exigente en las condiciones de comunicación entre hablantes de la misma comunidad de lengua que no pertenecen a la misma comunidad de habla. La incomunicación que se produce si los hablantes no comparten lengua es mucho mayor que cuando, compartiendo, no dominan la variante translectal. Este fenómeno no es evidente para todos, pero sí para los viajeros, que sienten en los primeros contactos una mayor o menor extrañeza connotativa ante lo diferencial, cuando no, perplejidad comunicativa pasajera. Es lo que Rosenblat llama la visión del turista, necesariamente apresurada, para oponerla a la del lingüista, más informada y con menos carga de prejuicios [11] . Naturalmente, esta es mi visión militante.

3.2. Las migraciones de españoles de principios del siglo XX hacia América y las vicisitudes de su aclimatación a los lugares de destino suponen un ejercicio de traducción translectal que no sé si se ha valorado suficientemente [12] . En los últimos tiempos, con el acceso de España al primer mundo, las migraciones habían cambiado de signo. España, en particular, y Europa, en general, habían recibido un creciente flujo migratorio desde América –ahora frenado con la crisis- que no se limitaba al escaso reflujo de los emigrantes europeos de tercera o cuarta generación, sino que incluía predominantemente, según los países, masas originarias que buscaban salir de condiciones de vida marcadas por el subdesarrollo y la extrema pobreza de sus países. Evidentemente, no puedo detenerme a hacer un análisis sociológico, que iluminaría muchos problemas de base en la intercomprensión cultural y translectal con los españoles. Es fácil imaginar que se reproducen fenómenos de retraimiento ante una comunicación imperfecta que, si no llega a ser limitante, sí genera inseguridad y, en el peor de los casos, cierta incomprensión parecida a la que sufrieron en su día al llegar a América los emigrantes españoles. Sin duda, aquí han ocurrido procesos singularmente duros con los contingentes que no conocían bien las claves de acceso a este primer mundo aparentemente feliz. A partir de estas consideraciones, es fácil inferir los esfuerzos suplementarios de comunicación translectal en situación de asimetría cultural. Porque los emigrantes hablan la misma lengua, pero desde situaciones de interculturalidad muy peculiares. Las dificultades, en estos casos, se multiplican y agudizan porque añaden las diferencias sociolectales a las propiamente geolectales. Huelga toda insistencia en la necesidad de traducción translectal que generan estos flujos migratorios.

Los exilios que se han producido en el mundo hispanohablante «han servido para fomentar un trasvase de experiencias cívicas, sociales y culturales, a veces ignoradas y que, sin embargo, han tenido una gran transcendencia», se añade en la nota de la RAE y del Instituto Cervantes, organizadores del V Congreso Internacional de la Lengua Española, junto con la Asociación de Academias de la Lengua Española.

3.3. Otro campo de comunicación translectal inmediata es el de los intercambios “culturales” -científicos, políticos, comerciales, etc.- entre los países y los individuos del ámbito hispánico. En este mundo global aludido más arriba, intercomunicado por las famosas autopistas de la información, la comunidad hispánica no está al margen, a pesar del poco peso que todavía tiene nuestro idioma en la creación y administración de estas autopistas.

En este tipo de intercambios, interviene, además de la lengua general, la variante sectorial que llamamos lengua de especialidad, que tiende al español neutro, pero que no está exenta de marcas geolectales [13] .

Precisamente, Marga Calvo Armijo, que realizó su trabajo de investigación tute lado sobre el español de Houston bajo mi dirección, está en este momento con su tesis doctoral muy avanzada sobre el español estadounidense de divulgación médica. Se lo dirigimos la Dra. Esther Fraile Vicente y yo. Esta tesis promete interesantes y novedosas conclusiones contrastivas con el español de España que le servirá de referencia.

3.4 La comunicación audiovisual (Internet, TV y cine) es, sin duda, el ámbito individual más generalizado de la comunicación interlectal. No creo que esta aseveración necesite mucha justificación, pero sí exigirá, en cambio, atención al fenómeno y estudio más concienzudo. La red permite a los usuarios de lugares muy distantes una comunicación instantánea y privilegiada. Los circuitos de información probablemente resultarán cultural y lingüísticamente niveladores, a la larga, pero ello no obsta para que, de momento, se observen diferencias que empiezan por la propia nomenclatura informática que implica el uso del medio y terminan con la presencia de los rasgos lectales de cada país o región [14] . De hecho, las ofertas de trabajo de traducción seleccionan frecuentemente la variedad de español que se prefiere o se exige. Parece que en América se pide, sobre todo, el español neutro*. No es raro que se privilegie esta supravariedad en las comunicaciones que tienen vocación de mercado, frente a las que se dirigen a la clientela doméstica, sea dicho esto sin la más mínima intención peyorativa. Acaso sea la literatura la que conculque con más facilidad esta máxima de mercado: “Usa la forma de lengua que más venda” [15] . Se me ocurre que el lenguaje político, promueve esta misma máxima, pero con una aplicación de ámbito local: “Habla y escribe del modo que puedas llegar mejor a mayor número de electores.” En aplicación de esa máxima, la variante de elección será seguramente el vernáculo coloquial culto “fuerte”, porque es el que llega más y mejor a las masas. Ello no obsta para que una pequeña dosis del vernáculo más pedestre surta también los efectos deseados en audiencias populares cuyo voto es, en principio, más fácilmente manipulable.

Si de Internet pasamos a la TV y al cine, reducimos probablemente el ámbito de influencia, pero intensificamos la riqueza lectal y la pluralidad. Las series de TV, de diversa procedencia, culebrones incluidos, ponen a los espectadores ante la tesitura de cambiar de canal o hacer el esfuerzo de traducir a su vernáculo o al estándar neutro (estándar 1) lo que está escuchando. Cada vez más ocurre lo segundo, sin que ello impida o aminore el éxito de audiencia. Este hecho es la mejor prueba de que la comprensión está garantizada, pues nadie seguiría una serie cuya lengua no entendiera. En este caso, la comprensión es el resultado de una traducción interlectal inmediata (de primer grado), implícita o explícita: es implícita, cuando se hace sobre la marcha sin necesidad de consulta. Es explícita, cuado se recurre al diccionario adecuado para resolver las dudas que el texto provoca.

Lo dicho para la televisión puede aplicarse, mutatis mutandis, al cine, en tanto que ambos comparten canal audiovisual, pero sin obviar el hecho de que el cine de las salas llega a un número de espectadores mucho menor y en general mejor formados. Ello influye en la mayor o menor facilidad de traducción translectal inmediata. Los trabajos de investigación tutelados de nuestros doctorandos MARTÍNEZ ROMERA (2006), y CARRERA FERNÁNDEZ (2008), versan respectivamente sobre la recepción y la traducción translectal de la película Martín H, de Campanella y La vendedora de rosas, de Gaviria. Las conclusiones están en la línea de respeto a la traducción interlectal siempre que sea posible.

3.5. El lenguaje de los comics infantiles y de adultos suele ser muy lectalmente marcado. PASCUAL CABRERIZO (2007) aborda la traducción translectal en el cómic adulto El tratamiento de la connotación en la traducción del cómic ‘Ultimate X-Men. RAMIRO VALDERRAMA, M. (2009) analiza en un artículo corto la traducción translectal de Mafalda y llega a la conclusión de que no es difícil traducirla porque no está tan marcada como parece.

3.6. Los textos escritos y orales. Se sabe que se lee mucho menos de lo que se ve la tele o se escucha la radio y que esta es una forma especial de comunicación que cuenta con el prestigio de muchos años de cultivo e investigación. Creo que leemos, sobre todo, textos intralectales que no nos exigen esfuerzo y hablan de temas más cercanos. Pero no es raro que tengamos que leer por obligación o por gusto a los grandes autores de la literatura española e hispánica. Y en este supuesto, nadie se libra de hacer traducción translectal de primer grado. Y, por supuesto, los profesionales de la traducción, de manera más o menos intensiva, tienen que leer y traducir textos de todos los géneros, entre ellos, muy frecuentemente, los que exigen traducción de “localización”. Este tipo de traducción, sobre todo cuando el español es lengua de llegada, exige traducción translectal mediata o de segundo grado para adecuarla a la variante del TO y a la cultura receptora. No basta con la adecuación “aséptica” entre lengua de partida y lengua de llegada. En mis trabajos de investigación sobre “variedades y traducción”, he estudiado textos literarios muy marcados, como el Libro de Manuel, de Cortázar (RAMIRO VALDERRAMA, 1992, 1994, 1995ª y 2001) y el de Pérez-Reverte, La reina del sur, mucho más marcado (RAMIRO VALDERRAMA, 2011). El trabajo de investigación de MUÑOZ PIMPINELA (2005), tutelado por mí, analiza su propia traducción transidiomática de Hell, una obra muy marcada de la jovencísima escritora francesa Lolita Pille. Su concienzuda y, mi juicio, muy lograda traducción es escrupulosamente respetuosa de las marcas diastráticas y diafásicas del TO.

3.7. En este momento, los textos escritos en Internet son otro ámbito privilegiado de comunicación translectal, además de transidiomática. Los textos de las consultas a Google y los de la Wikipedia están escritos en un español no marcado, lo contrario de lo que ocurre en las redes sociales y en el correo electrónico. Estos ponen en contacto a hablantes intralectales, pero también translectales, de modo que contribuyen en una medida difícilmente cuantificable a la nivelación del español pasivo y, en menor escala, al activo.

4. Campos geoculturales y lingüísticos implicados en el léxico translectal

4.1. No es posible desarrollar aquí y ahora cada uno de los aspectos temáticos del panorama cultural implícitos en este tipo de traducción. La mera enumeración de estos campos afectados, a título de inventario, es suficiente para hacerse una idea de los horizontes culturales de la traducción translectal. No por obvios, es menos necesario explicitarlos.

4.1.1. Vida cultural implícita:

- El medio natural y las labores con él relacionadas.

- Usos y costumbres sociales:

+ Relaciones de familia, de amistad, de amor, de religión, de trabajo.

+ Celebraciones de nacimiento, de noviazgo, de matrimonio, de culto.

+ Otras costumbres sociales.

- Folclore asociado a esos usos y costumbres.

-.Hábitos de alimentación, de cuidado de la salud física y mental.

- Hábitos de trabajo y ocio (horarios, estilo, etc.).

- Diversiones y deportes “nacionales”.

- Sentido del humor.

4.1.2. Vida cultural explícita:

- Conocimiento del medio natural.

- Sistema educativo.

-.Incidencia de la literatura, el arte, la música, el periodismo, el folclore y las fiestas populares en la vida social.

Como puede verse, la relación de campos geoculturales que cubre la traducción translectal es amplia y abierta. El reto inmediato es recorrerlo sectorialmente. Un comentario sobre cada uno de estos campos podría resultar jugoso, pero confío en la perspicacia del lector para suplirlo.

4.2. Como es lógico, han de ser tenidos en cuenta todos los aspectos de la lengua en que puede manifestarse, en mayor o menor medida, la variación idiomática, es decir, en los aspectos fónico, léxico-semántico, sintáctico y pragmático. La traducción translectal ha de prestar atención a las variantes de todo tipo que aparecen en el TO, pero el desarrollo de la variación idiomática propiamente dicha queda afuera del propósito de este artículo. Habrá que abordarlo específicamente en otra ocasión. Los trabajos del programa de doctorado “Traducción y comunicación intercultural” han abordado preferentemente el aspecto léxico y fraseológico que son, junto al léxico, los más marcados.

5. Incidencia de las marcas lectales en la comunicación translectal

A título de inventario, recuerdo la clasificación desarrollada en otros trabajos (RAMIRO VALDERRAMA, 2003, 2007, 2011 y 2012, CARRERA-RAMIRO, en prensa): Las marcas lectales tienen que ver con los factores externos de variación idiomática: Factores de tiempo, de espacio, de contexto sociocultural y de circunstancia comunicativa:

Marcas de tiempo o diacrónicas: Cronolecto.

Marcas de espacio o diatópicas: Geolectos o dialectos.

Marcas de contexto sociocultural o diastráticas: Sociolectos.

Marcas de situación comunicativa o diafásicas: Estilectos o registros.

Estas marcas actúan en los textos modificando formal y sustancialmente el mensaje:

5.1. Modificación formal del mensaje: Entiendo por diferencias formales las peculiaridades fónicas, morfológicas y sintácticas entre variantes de una misma lengua. Producen extrañeza porque se reconocen como inhabituales en su comunidad de habla, pero no suelen afectar al sentido. El receptor translectal registra mentalmente las diferencias y las acepta de mejor o peor grado: Seseo, yeísmo, voseo, dequeísmo, acento regional o local, giros o expresiones inhabituales, pero entendibles.

En este caso, el receptor translectal recoloca fácilmente la variación translectal en su propio lecto. Lógicamente, al hacer la equivalencia, lo que hace es traducir. y se siente satisfecho porque se ha llevado el agua a su molino al superar el pequeño desajuste o incomodidad que el mensaje inicial le ha causado. Dependerá de cada caso el que se pierda o no la connotación original. Aunque no necesite traducción translectal explícita, el oyente tiende a contrastar el mensaje con sus hábitos lingüísticos.

5.2. Modificación sustancial del mensaje: Esto ocurre, cuando las marcas lectales dificultan o ponen en peligro la comprensión, bien porque el receptor no sepa descodificar parte del mensaje o porque lo descodifica mal. Ambas posibilidades se dan normalmente en el léxico -el dominio lingüístico que se hace cargo del estado de cosas del mundo y de la cultura correspondiente- bien porque este resulte desconocido, bien porque se caiga en la trampa de los falsos amigos translectales: Currar es un verbo que en España no contiene ningún sema negativo, pero en Argentina sí. De modo que, usarlo como sinónimo, sería error manifiesto. Su traducción interlectal en rioplatense es laburar, porque este es el equivalente pragmático exacto del peninsular currar. La equivalencia se da en todo el desarrollo léxico:curro/laburo, currante/laburante, currárselo/ laburárselo, etc.

En el epígrafe 7, se van a ejemplificar ambos tipos de modificación en una selección de términos más o menos sinonímicos, a partir de unos cuadros de equivalencias léxicas interlectales surgidos de la encuesta informal realizada a participantes transgeolectales en el II Congreso de Interpretación y Traducción en La Antigua de AGIT y I Encuentro Internacional del Centro Regional América Latina de la FIT (La Antigua, Guatemala, 2006) para enriquecer la comparación, ofrecida en mi ponencia, entre una selección léxica y fraseológica hispanoargentina tomada de mi propia experiencia bigeolectal. (Tablas 1-4)

6. Dificultades de traducción translectal

Las dificultades de transferencia de los textos lectalmente marcados no reside exclusivamente en encontrar las equivalencias funcionales básicas de designación, imprescindibles para recoger los realia del TO de la mejor manera posible. Para acertar en ello, tampoco basta con la imprescindible competencia enciclopédica y cultural, de la que ya hemos hablado [16] .

Si intentáramos establecer una jerarquía entre las dificultades de traducción interlectal, podríamos llegar a esta escala:

a) Es relativamente fácil descubrir por aproximación las variedades diatópicas, si no se precisan dentro de ellas las diferencias de nivel sociocultural y de registro diafásico.

b) Es difícil, en cambio, discriminar, sin previo estudio, dentro de cada geolecto, el sociolecto o nivel y el estilecto o registro [17] .

c) Pero lo que, a mi entender, representa el verdadero compromiso para el traductor de este tipo de textos es preservar el sentido, que transciende la designación referencial, y trasladárselo al receptor meta de manera comprensible y aceptable en su cultura receptora. Sentido que casi siempre tiene que ver con la connotación [18] de las variantes presentes e, incluso, de las ausentes. Tanto la presencia como la ausencia es significativa, pues representa una decisión consciente del autor: Recuerdo que Cortázar, en Rayuela, usa la palabra española esparadrapo en vez de la lexía argentina tela adhesiva o metro, en vez de subte ¿Por qué lo hace? Habría que habérselo preguntado a él, pero estoy convencido de que no lo hizo inconscientemente.

Además de estas dificultades generales, hay escollos traductológicos que es preciso esquivar:

1) Los falsos amigos translectales, frecuentemente ligados a la cultura de origen. Son palabras con significados dispares, pero con significante compartido por dos o más variedades. Más abajo veremos ejemplos de nombres de comidas mexicanas. Son, pues, palabras con polisemia translectal.

2) Los sinónimos translectales: Son palabras o expresiones con el mismo o parecido significado en dos o más variedades:piscina/pileta/alberca, desarrollo sostenible/ sustentable.

No puedo entretenerme a desarrollar estas ideas, que forman parte sustancial de mi investigación intraidiomática, como puede verse con una simple ojeada a la bibliografía que aquí recojo, pero singularmente en RAMIRO VALDERRAMA (1994, 1995, 2001, 2003, 2007 y 2012).

He recogido en la bibliografía cinco trabajos de investigación, tutelados por mí, sobre algún aspecto de la traducción translectal, que pueden leerse en la biblioteca universitaria del campus de Soria y que quizá algún día suban a la “nube” para que puedan ser leídos en Internet. Fueron escritos por doctorandos de la Facultad de Traducción e Interpretación de Soria (Universidad de Valladolid), dentro del programa de doctorado “Traducción y comunicación intercultural” de la Facultad de Traducción e Interpretación de Soria. Son MUÑOZ PIMPINELA (2005), MARTÍNEZ ROMERA (2006), PASCUAL CABRERIZO (2007), CARRERA FERNÁNDEZ (2008) y CHES (2012).

En estos trabajos, se concluye que neutralizar el léxico y la fraseología diferenciales favorece la comprensión básica, pero perjudica la comprensión cabal, pues anula, no siempre con razón, la connotación peculiar de las variantes analizadas. “¡Como queríamos demostrar!”, que se decía al finalizar un teorema.

La tesis doctoral de la flamante Dra. Carrera Fernández, Aproximación a la traducción translectal en un contexto audiovisual con un corpus de películas hispanoamericanas, hace un análisis minucioso y contrastivo de tres películas [19] , de las que extrae el léxico diferencial y lo contrasta, en una formidable base de datos, que contiene unas detalladas fichas del léxico diferencial de las tres películas. Sugiere una posible traducción interlectal o supralectal al español de España de cada unidad léxica marcada. Pronto se podrá leer en el repositorio de la Universidad de Valladolid. Sus conclusiones al respecto se apoyan en una base estadística: Ha podido traducir interlectalmente, a pesar de usar un filtro exigente [20] , el 53% -sin contar repeticiones- del conjunto de las unidades seleccionadas.

El magnífico artículo de las profesoras de la Universidad Nacional de Córdoba M. T Toniolo y M.E. Zurita, basado en un buen trabajo de investigación que yo les había dirigido en su momento, neutraliza sistemáticamente una serie de tangos. Solo con leerlos descafeinados, la conclusión se impone: “Estos no son mis tangos, que me los han cambiado”. Seguro que así serían más fáciles de traducir a otra lengua, pero con resultado descorazonador (TONIOLO –ZURITA: 2009).

7. Situaciones de equivalencia que pueden presentarse entre textos translectales

Creo que, generalizando, hay cuatro situaciones posibles: Equivalencia fácil [21] , equivalencia difícil, equivalencia imposible y falsa equivalencia. Con falsa equivalencia me refiero a los falsos amigos translectales, que comparten significante pero no significado. Se trata de una polisemia translectal equívoca: Un camión en España y otras naciones hispánicas no es un “autobús”, como en México. Guagua es un autobús en Canarias y en Cuba, mientras que en Chile es un bebé. Y tantas polisemias translectales como surgen en los textos diferencialmente marcados.

Los cuadros comparativos del primer tipo de equivalencia los elaboré en su día tras una encuesta informal realizada entre los asistentes al congreso de La Antigua (Guatemala, 2006) a partir del contraste bigeolectal que allí presenté entre las variantes española y argentina [22] . Luego las he contrastado en el magnífico Diccionario de uso del español de América y de España, de la editorial Vox. Sin duda, estos cuadros se pueden perfeccionar. Y algunas voces, las he confirmado en el corpus académico CREA. (RAE, 2008).

7.1. Equivalencia fácil entre variantes diatópicas homólogas

Equivalencia fácil entre variedades diatópicas homólogas (tabla1)

España

Argentina

Chile

C. Rica

Ecuador

Salvador

Guatemala

México

Perú

desarrollo sostenible

desarrollo sustentable

desarrollo sostenible

desarrollo sostenible

desarrollo sostenible

desarrollo sostenible

desarrollo sostenible

desarrollo sustentable

desarrollo sostenible

disco duro

disco rígido

disco duro

disco duro

disco duro

disco duro

disco duro

disco duro

disco duro

piscina

pileta

piscina

piscina

piscina

piscina

piscina

alberca

piscina

Bañador/ traje de baño

malla

trajede baño

traje de baño

bañador

traje de baño

calzoneta

traje de baño

ropa de baño

billete

boleto

boleto

boleto

billete

boleto

boleto

boleto

boleto

En esta tabla, la sinonimia archigeolectal presenta pocas variantes: desarrollo sostenible frente a sustentable, disco duro frente a rígido, piscina frente a pileta y alberca, bañador, frente atraje de baño, ropa de baño y calzoneta, billete frente a boleto. Observamos la homogeneidad diatópica de las palabras de la muestra, con la excepción clara de billete. En consecuencia, la variación es mínima, de modo que, si partiéramos de textos peninsulares, apenas necesitaríamos traducción interlectal Estas variantes son prácticamente compartidas por todas las clases sociales de cada uno de los geolectos aquí representados.

7.2. Equivalencia fácil entre variedades diastráticas homólogas

Entre variantes diastráticas cultas (tabla2)

España

Argentina

Chile

Costa Rica

Ecuador

Salvador

Guatemala

México

Perú

introducir [23]

ingresar [24]

introducir

meter/ introducir

ingresar

introducir

meter

ingresar

introducir

transigir

transar [25]

transar

transar

transar

transar

transar

transar

transar

La lectura de esta tabla arroja la sinonimia archigeolectal deintroducir, ingresar y meter con predominio de introducir seguido por ingresar Se supone que guardamos la correspondencia al traducir interlectalmente. Por ejemplo, meter figura en Costa Rica como alternativa a introducir, mientras que en Guatemala se presenta como forma única. No estoy seguro de la interpretación de los informantes, pero si es como aquí aparece, significa que meter funciona como geolecto del mismo nivel formal que introducir e ingresar. En Argentina y España no ocurre así y sospecho que en los otros geolectos americanos, tampoco [26] .

Entre variantes diastráticas de nivel medio (tabla3)

España

Argentina

Chile

C. Rica

Ecuador

Guatemala

México

Perú

coche

auto

auto

carro/auto

carro

carro

carro/ coche

carro

llamada

llamado

llamado

llamada

llamada

llamada

llamada

llamada

Esta tabla no ofrece mucha novedad. Llaman la atención la práctica unanimidad de llamada frente a llamado y que, en la sinonimia archigeolectal entre tres variantes carro, auto y coche, predomina la primera de ellas, de posible influencia anglófona. El DRAE no lo señala. Solo lo marca como americanismo en la novena acepción.

7.3. Equivalencia fácil entre variedades diafásicas homólogas

Entre variantes diafásicas coloquiales (tabla4)

España

Argentina

Chile

C. Rica

Ecuador

Guatemala

México

Perú

pasta

plata

plata

plata

plata

plata

lana/ lanón

plata

papear/jamar

morfar

zampar

*comer [27]

tramar

taquear

tapear./tragar, jamear,

chaval

pibe

cabro

chiquito/niño

¿guagua?

niño/patojo

plebe

/huerquillo

chibolo/cabro/chiquillo

estoy molido/ reventado

estoy roto

estoy molido

estoy molido

estoy molido

estoy dolido/ trancaceado

estoy traqueteado

estoy

molido

me da rabia/ me cabrea

me da bronca

me da rabia

me da cólera/ me da rabia

estoy con iras

me da rabia/ me da cólera

me da coraje/ me encabrona

me da rabia/ me da bronca

¿eres gilipollas, tío?

¿sos boludo, che?

¿eres güevón?

¿eres güevón?

¿eres huevón?

¿eres medio mudo?

¿estás pendejo?

¿estás tú cojudo?

Observamos la corta sinonimia archigeolectal de pasta, plata y lana con el predominio de plata, en contraste las demás filas. Recuerdo que para acertar en la equivalencia pragmática entre variantes de estilo o registro, perdón por la insistencia, no basta con salvaguardar la designación, como ocurre con el sinónimo comer, que aparece en la casilla de Ecuador. La sinonimia interlectal es real cuando se preserva la homogeneidad de registro, pues solo así se garantiza la equivalencia de uso [28] . Si en un TO, oral o escrito, aparece ¿eres gilipollas, tío?, el traductor puede hacer la vista gorda y traducir ¿eres tonto, eh?, pero si lo hace así, para no molestar a su hipotético receptor, ha de asumir la pérdida de la connotación. No le voy a discutir esa opción -tan aceptada, por otra aparte, por casi todas las modernas teorías de la traducción- pero manifiesto el desajuste que se produce y defiendo la lógica de la correspondencia diafásica en LM siempre que ello sea posible y la recepción no lo desaconseje claramente. Un simple vistazo a la sinonimia archigeolectal de la última fila de la tabla pone de manifiesto la unidad connotativa de la rica variedad de expresiones [29] . Nótese que el voseo de esta muestra se reduce al Río de la Plata y a Chile.

7.4. Equivalencia translectal difícil: De variedades diafásicas, a otras variedades de efecto equivalente.

Por unas u otras razones, ya sean lingüísticas o extralingüísticas, la equivalencia entre las variedades del TO no encuentran fácil correspondencia translectal. Voy a dar unos ejemplos:

El adjetivo trucho, de frecuente uso en los intercambios informales en Argentina, significa, en primera acepción, según el académico Diccionario del habla de los argentinos “falso, fraudulento” y en segunda, “de poca calidad”. Pues bien, no encuentro una traducción translectal peninsular que respete la connotación familiar. Todos los sinónimos que se me ocurren son supralectales, como inauténtico, ilegítimo, bastardo o sucedáneo.

Algo parecido ocurre con putear y puteadas, que tiene que ver en Argentina con la conducta verbal y no con la sexual. Significa “cualquier forma de incontinencia verbal, como decir palabrotas, palabras ofensivas, etc.” En España, ponemos el acento en el comportamiento ( hacer putadas a alguien es comportarse mal con él), mientas que, en el Río de la Plata, decir puteadas equivale adecir palabrotas. La expresiónsacar a alguien a las puteadas es hacerlo con cajas destempladas Esta traducción supralectal no recoge la malsonancia de puteadas, mientras que si tradujéramos por cagando leches, podríamos cargar excesivamente las tintas, porque añadiríamos a lo sexual lo escatológico. Un buen ejemplo de equivalencia difícil en traducción translectal es el de los nombres de las comidas mexicanas, que hemos visto en la fig. 1.

8. Pautas de traducción translectal

Para no extenderme demasiado, voy a formular algunas estrategias traductoras como respuestas breves a preguntas pertinentes.

8.1 . ¿Cómo entendemos o traducimos los hablantes translectales los textos lectalmente marcados, orales, escritos y audiovisuales?

Si somos simplemente receptores translectales de textos lectalmente marcados, usamos un mecanismo de comprensión y traducción inmediata (sin intermediarios): Así ocurre en conversaciones, lecturas, audiciones radiofónicas y televisivas, canciones, películas, transacciones económicas, congresos internacionales, viajes, etc. El uso de los recursos lexicográficos dependerá del tipo de texto: En una sala de cine, difícilmente podremos consultar un diccionario, a no ser que molestemos al vecino acudiendo al móvil.

Si somos mediadores interculturales, especialmente traductores, usaremos la estrategia de comprensión directa del TO, y de expresión vicaria en el TM. Solo así se garantiza una traducción cabal del sentido. En esta circunstancia, el empleo de los recursos lexicográficos es fundamental. Su consulta será concienzuda en la medida de sus posibilidades. Su experiencia le permitirá elegir los mejores recursos impresos y telemáticos disponibles.

Si somos investigadores, la consulta no solo será concienzuda, sino que tenderá a la exhaustividad. En la tesis de Judit Carrera (2014), la exhaustividad del contraste lexicográfico es su santo y seña.

8.2. ¿A qué variante de lengua traducir?

La respuesta a esta pregunta depende de las dos variables fundamentales conocidas: De las variantes de lengua del TO (polo de la adecuación) y de las posibilidades de equivalencia que ofrecen la lengua y la cultura meta (polo de aceptabilidad). Es imprescindible estudiar detenidamente el TO para reconocer las variantes y determinar su aportación intencional a la construcción del sentido. A partir de ahí, pasamos a examinar y valorar las posibilidades de la lengua y de la cultura receptoras para reproducir en el TM las denotaciones y connotaciones del TO o, al menos, para aproximarse a ellas. Si la búsqueda de equivalencia pragmática entre dos lenguas, de por sí asimétricas [30] , no es tarea fácil, la complicación añadida de la presencia significativa de variantes en los textos no solo supone un grado mayor de discernimiento traductor, sino una verdadera competencia interlectal previa, que no se puede improvisar.

En el fenómeno de la intercomprensión translectal, subyacen, dos planos complementarios, bien diferenciados semióticamente, el denotativo y el connotativo, vistos a la manera de HJELMSLEV (1943). Estos dos planos no siempre son accesibles en un análisis somero. No por más sutil, la incidencia de la connotación es menos decisiva para la comunicación en profundidad. Está ligada al sentido último de los textos. He oído decir muchas veces que en el subtitulado se traduce “solo lo más importante” y me he preguntado otras tantas veces ¿qué es lo más importante? Solo se alcanza el nivel óptimo de comunicación si se garantiza la transferencia cabal del sentido connotativo de textos de salida lectalmente marcados a textos de llegada correlativamente equivalentes.

A modo de ejemplo, ofrezco un chiste gráfico del humorista argentino Sendra, que da juego sobre la búsqueda de lo importante en traducción translectal y transidiomática. Justamente lo leí en Córdoba, la docta. Es un caso de polisemia translectal -estrictamente, de bisemia- que necesita traducción interlectal para ser entendido en toda su dimensión. No exige conocimiento del medio, ni de la cultura argentina, pero es imprescindible entender la bisemia de la palabra pieza, que el DRAE recoge sin marcación lectal alguna:

Fig.2

Es muy importante compartir comunidad de habla para entender el sentido en toda su profundidad. Por ejemplo, un español que no estuviera habituado al geolecto rioplatense, se perdería el juego polisémico intrageolectal entre pieza1 “trozo de tela” y pieza2 “habitación” [31] , que es la que tiene balcón real. Es sabido que los juegos de palabras o de acepciones, como en este caso, no son fáciles de traducir, ni transidiomática, ni translectalmente [32] .

Dos alumnas de primer curso de Traducción e Interpretación de la facultad homónima de la Universidad de Valladolid en Soria [33] tuvieron la iniciativa de buscar en español de España una traducción translectal que respetara el juego bisémico pieza1/ pieza2 y vaya si lo lograron: Se les ocurrió sustituir su bisemia por la de delantera1 “posición de ataque de los futbolistas en el campo” y delantera2, metafóricamente “busto femenino”. Cambiando el signo connotativo, mantuvieron el mismo efecto polisémico del TO. El acierto es muy notable dada la escasa experiencia translémica de sus autoras, que estaban en el curso inicial de la carrera. Lo recojo aquí como testimonio de su perspicacia y creatividad traductora. (Ver fig.3)

La historia de la traducción del chiste no termina aquí, pues una pareja de estudiantes italianos del mismo curso -Emma Becciu y Giacomo Littera- intentó conseguir en su lengua un efecto expresivo equivalente al del chiste argentino. Para ello, hubieron de cambiar también el significante connotativo. Y a la vista está que lo lograron muy eficazmente. (Ver fig.4)

Fig.3

Fig. 4

8.3. ¿Qué hacer cuando no existe en la lengua de llegada equivalencia funcional con las variantes geolectales de la lengua de partida?

Entre las variantes diatópicas de dos lenguas, puede ser que haya correspondencia diastrática y diafásica, pero no diatópica, como es natural. La estrategia de elegir un geolecto de lengua meta (LM) para traducir determinado geolecto de lengua original (LO) siempre será artificialmente forzada. En estos y en otros casos, habría que optar por la equivalencia pragmática que mejor garantice el sentido. Mantener a lo largo del texto la estrategia elegida al respecto parece lo más deseable. Esto no siempre ocurre, quizá por falta de tiempo o de hábito de planificar la traducción. La solución es mantener, siempre que sea posible, las marcas diastráticas y diafásicas.

8.4. ¿Y si tampoco existiera equivalencia pragmática interidiomática entre la LO y la LM?

En esta tesitura, no cabe otra solución que homogeneizar previamente el TO o, lo que es lo mismo, traducirlo a la supravariante estándar2 o neutra. Ya me he referido al ejercicio de homogeneización con el nombre de traducción supralectal. Esta estrategia favorece la traducción a LM, pero tiene el alto coste de la pérdida de connotaciones de las variantes neutralizadas. Por eso se ofrece como la última de las soluciones de traducción [34] .

9. A modo de conclusión

Llegados a este punto, no me queda más que cerrar este extenso artículo con el agradecimiento a la revista ReCIAL por haberme dado la ocasión de publicar estas reflexiones que vienen a redondear la teoría de la traducción translectal que tuvo su planteamiento de conjunto en otra revista de la UNC, Escribas,4 (2007), que recogía un artículo de la Memoria del II Congreso de Interpretación y Traducción de AGIT y I Encuentro Internacional del Centro Regional América Latina de la FIT , en La Antigua. Ciudad de Guatemala, (2007): 147-177.

Se hace camino al andar , no solo es un verso de Machado. El tiempo y la reflexión van ayudando a decantar la teoría y la metodología investigadora, que va tomando cuerpo, no sin algunos titubeos naturales. Esta nueva aportación se suma a las de mis estudiantes de doctorado, a los de la Dra. Carrera y a las mías: ¡Se hace camino al andar…!

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NOTAS



[*] Doctor en Filología Hispánica. Profesor Titular de Traducción e Interpretación de la Universidad de Valladolid. Correo electrónico: ramirov@lesp.uva.es

Recibido 07/07/2014. Aceptado 20/08/2014



[1] Está publicado en la revista Escribas de esta misma universidad. Para no incurrir en innecesarias repeticiones, he de suponer que el lector conoce las líneas básicas de mi teoría. Si no fuera así, le recomendaría acudir al artículo de Escribas (RAMIRO VALDERRAMA, 2007).

[2] La mayúscula después de los dos puntos no es una errata. Es una forma de culto a la lógica prosódica de la puntuación. La practico siempre y la he defendido en RAMIRO VALDERRAMA, (2006 y 2013).

[3] Geocultural es un adjetivo transparente en este contexto: No quiere decir “cultura geográfica”, sino “cultura asociada a la pertenencia a un ámbito geopolítico”.

[4] Los que comparten lengua, pero no variedad, pues pertenecen a distinta comunidad de habla.

[5] Los culturemas son unidades textuales establecidas en determinada comunidad cultural, en la que tienen cierto carácter de cliché. La comunidad que entiende y usa los culturemas puede ser de habla, de lengua e, incluso, de grupo de lenguas. El artículo de LUQUE NADAL (2009) abunda en ejemplos muy ilustrativos de culturemas propios de cada uno de los tres tipos de comunidades.

[6] Se sabe que la glosemática de sus Prolegómenos (1943) es como un álgebra del lenguaje que lleva hasta sus últimas consecuencias la afirmación del Curso de lingüística general de Saussure de que “la lengua es una forma, no una sustancia”. Ya Coseriu desmontó esa afirmación y la sustituyó por otra más matizada: “... la sustancia no se conoce, sino como sustancia formada” (COSERIU 1973: 171). La lengua no es, pues, una forma pura, sino una “sustancia formada”. En diferentes lugares de su obra, sostiene que la lengua es un conjunto semiótico de naturaleza cultural. Para él, las lenguas no son fenómenos naturales, como los seres vivos, ni fenómenos puramente formales, como los objetos matemáticos, sino que son fenómenos culturales. (COSERIU, 68-73)

[7] La lengua tiene sus reglas y la cultura las suyas, lo que no implica que no interactúen. Seguramente el concepto estático de “sistema”, inducido por Hjelmslev, interfiere en mi prevención conceptual contra posibles sistemas dinámicos.

[8] Mientras la lengua sea solo sangre del espíritu, la cosa va bien. Lo malo es cuando de la metáfora de amor, se pasa a la intolerancia, cruenta o incruenta.

Este poema de Unamuno provoca muchos y jugosos comentarios en Google: https://www.google.es/?gfe_rd=cr&ei=BNV6VKqsI4_BcNzYgZAN&gws_rd=ssl#q=que+significa+la+sangre+de+mi+espiritu+es+mi+lengua

[9] Los falsos amigos translectales, frecuentemente ligados a la cultura de origen, son palabras o construcciones engañosas porque, a pesar de compartir significante, tienen significados muy dispares.

[10] Digo casi, pasando por alto las diferencias entre, por ejemplo, un argentino y un uruguayo cuando hablamos del geolecto rioplatense. Los uruguayos tienden a reivindicar las diferencias cuando los confundes con los argentinos.

[11] Recomiendo la lectura del primer capítulo de ROSENBLAT (1971), que desarrolla la regocijante visión del turista español que visita distintos lugares de Hispanoamérica y se fija solo en lo diferente, deliciosamente buscado por Rosenblat para producir esa falsa sensación de incomunicación o de extrañeza. La tercera postura en cuestión, tan desacertada como la del turista, pero fundamentada en viejos prejuicios normativos excluyentes, es la visión del purista, que se siente guardián de las esencias de la lengua académica que, como cree todo español que no se ha asomado al mundo hispano, es la de España. Craso error.

[12] No deja de sorprender, ni hacer reflexionar la interesante información que ofrecen MINGUZZI– ILLESCAS, (2000). En Argentina, se llegaron a publicar diccionarios para emigrantes por iniciativa oficial.

[13] Por ejemplo, el desarrollo sostenible es en algunos países de América desarrollo sustentable, sinonimia interlectal que solo produce extrañeza de uso, no de comprensión.

[14] Unos países traducimos más que otros (mouse/ratón, computer/ computadora/ordenador), por dar algún ejemplo. Probablemente, dentro del mundo hispánico, sea España el país donde más se usan los términos informáticos traducidos, en estrecho paralelismo con la vecina Francia, que no con Italia.

[15] No creo que esté formulada tal cual, pero bien podría estarlo. En todo caso, como luego apostillo, la máxima se puede administrar, de modo que se consigan los efectos buscados. Un buen ejemplo de lo que vengo diciendo fue la penetración en la Península de la mejor literatura hispanoamericana del boom.

[16] Quiero creer que nadie pondrá en tela de juicio esta condición, al menos como desiderátum.

[17] El prólogo del Diccionario del habla de los argentinos alerta del fácil recurso al lunfardo como asilo de argentinismos de muy variado origen. Atendiendo a su origen y extensión, no todos los argentinismos son lunfardismos, ni todos los lunfardismos son argentinismos.

[17] Mi visión de la connotación como “sistema segundo de significación” la desarrollé en RAMIRO VALDERRAMA (1992 y 1995).

[19] El hijo de la novia , de Juan José Campanella, de Argentina,La vendedora de rosas, de Víctor Gaviria, de Colombia y Amores perros, de Alejandro González Iñárritu, de México.

[20] Solo ha considerado traducción interlectal la que mantenía las marcas diastráticas y diafásicas conjuntamente.

[21] Equivalencia fácil no significa “automática”, sino que puede conseguir sin dificultad que disponga de herramientas contrastivas.

[22] Estos cuadros ponen de manifiesto que la variante argentina es la más apartadiza. Seguramente se debe al intenso contacto de lenguas en su territorio. El caso más llamativo es el del italiano, cuya influencia es notabilísima a través del lunfardo.

[23] Me refiero a “introducir un código telefónico o informático”. La orden de hacerlo se expresa, salvo error u omisión, como aquí se recoge.

[24] Entre las acepciones de ingresar que registra el DRAE, no está “introducir datos”. Creo que no se identifica con ninguna de las tres de verbo transitivo que registra:

ingresar (De ingreso). 1. tr. Meter algunas cosas, como el dinero, en un lugar para su custodia. Hoy he ingresado en el banco trescientas mil pesetas.

2. tr. Meter a un enfermo en un establecimiento sanitario para su tratamiento.

3. tr. Ganar cierta cantidad de dinero regularmente por algún concepto.

4. intr. Entrar en un lugar.

5. intr. Entrar a formar parte de una corporación.

6. intr. Entrar en un establecimiento sanitario para recibir tratamiento.

En todo caso, sintácticamente hablando, introducir datos sería preferible a *entrar datos y a * ingresar datos. En cambio, es mejor meter dinero e ingresar dinero (en una cuenta) que *introducir dinero, pero sí se pueden introducir monedas.

[24] (DRAE) 1. intr. Am. Transigir, ceder, llegar a una transacción o acuerdo. U. t. c. prnl

.

[26] Aunque el DRAE no registra directamente entre sus 28 acepciones de meter la connotación sexual, creo que esa es la causa de que se evite el verbo en situaciones formales.

[27] Comer es la supravariante y, por tanto, solo vale si es la única forma de decirlo en determinado lugar. Yo lo doy provisionalmente por bueno, pero sospecho que ha de haber una forma correspondiente más coloquial.

[28] Las variantes diafásicas o de estilo son variedades de uso , frente a todas las demás, que lo son de usuario (es decir, en las primeras, no se cambia de usuario de la variante, sino de uso, mientras que, en las segundas, se mantiene el uso y cambia el usuario)

[29] En el Diccionario hispano, que figura en MORALA, 2000-, se ofrece en una sabrosa tabla lo que el autor llama “vocablos del argot nocturno en capitales de Latinoamérica”, entre las que incluye Madrid. La fila correspondiente a la última deesta tabla confirma los resultados de nuestra encuesta. Incluyegilipollas (Madrid), güevón/cabezón (Bogotá),boludo (Buenos Aires), pendejo/gafo (Caracas), pendejo (México, DF) y güevón/gil (Santiago). Lo firma jean@macromedia.com

[30] Se comprueba a diario que, como dijo Saussure, las lenguas se diferencian por la forma, no por la sustancia. Su anisomorfismo es uno de los retos de la traducción. Los falsos amigos nos inducen a traducir la forma o significado de lengua en vez de hacer una transferencia a la forma del TM de la sustancia o de la designación y del sentido de las unidades del TO. Para que no parezca un jeroglífico, lo diré de forma más simple: Lo que se traduce es la designación y el sentido del TO, no su estructura formal o significado de lengua.

Para consultar una síntesis sobre designación, significado y sentido, ver COSERIU, 1981:281-286. para aplicar estos distinciones a la traducción, COSERIU, 1973:208-209.

[31] Si sabe francés, dispone de una buena pista por la fácil correspondencia entre el argentinismo pieza y el francés pièce.

[32] Estoy de acuerdo con Coseriu en esta afirmación:

Un chiste, por ejemplo, además de tener un “significado” –o sea, además del hecho de que cada palabra y cada oración de que se compone tiene un significado- tiene también un sentido particular, cuya comprensión es necesaria para entender el chiste como tal; y “chiste” (el hecho de que un discurso sea justamente un chiste) es, a sus vez, un “sentido”. (COSERIU, 1973:284)

[33] Intenté recuperar los nombres de estas estudiantes cuando habían pasado unos años para rendirles tributo a su buena traducción interlectal, pero no tuve éxito. Lo lamento.

[34] Por ejemplo, RN Exterior de España, tiene por norma la sustitución obligada por sinónimos neutros de palabras malsonantes en algún lugar del ámbito hispánico: Para hipotéticos oyentes rioplatenses y de otras zonas del mundo hispánico que comparten la misma connotación sexual, se evita en contextos formales el verbo c oger y el sustantivo concha. Para oyentes chilenos, se prescinden de pico y cresta que ellos evitan en sus interacciones formales. Los verbos españoles joder y follar, y el sustantivo polla tampoco son de recibo. Aunque, en estos casos, parece necesario homogeneizar en aras de la mejor aceptación general, no cabe duda de que se pierde color (y no me refiero al “verde”).