Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
https://doi.org/10.53971/2718.658x.v15.n24.43445
La artificialidad temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the
Rings
Rocío Alfageme Triviño
Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina
rocioalfagemet@gmail.com
ORCID: 0009-0002-2715-0220
Recibido: 20/03/2023. Aceptado: 18/07/2023
Resumen
En el presente artículo, se buscará ahondar en la problemática temporal presente en los reinos
élficos (particularmente, en Lothlórien) de la Tierra Media creada por el escritor J. R. R.
Tolkien. El análisis será realizado desde una perspectiva metafísica y religiosa, por lo que
utilizaremos conceptos e ideas de las Confesiones de San Agustín. Para comprender la
percepción temporal dentro de The Lord of the Rings, será necesario retomar el tema de la
mortalidad y la inmortalidad, ya que estos son centrales en el desarrollo de la historia. El
propósito será comprender Lothlórien como una creación élfica que funciona como un escape
temporal dentro de la novela, teniendo en cuenta las consecuencias metafísicas que este
presenta. A su vez, buscaremos demostrar que el tiempo resulta ser un eje central en la obra de
Tolkien.
Palabras clave: tiempo, magia, inmortalidad, Tolkien, San Agustín
Temporal artificiality or magic in the Elven realms in The Lord of the Rings
Abstract
In this article we will seek to delve into the temporal problems present in the elven kingdoms
(particularly in Lothlórien) of Middle-earth created by the writer J. R. R. Tolkien. The analysis
will be carried out from a metaphysical and religious perspective, so we will use concepts and
ideas from the Confessions of Saint Augustine. To understand the temporal perception within
The Lord of the Rings, it will be necessary to revisit the theme of mortality and immortality,
since these are central to the development of the story. The purpose will be to comprehend
Lothlórien as an elven creation that functions as a temporal escape within the novel,
considering the metaphysical consequences that this presents. Furthermore, we will seek to
demonstrate that time turns out to be a central axis in Tolkien's work.
Keywords: time, magic, immortality, Tolkien, Saint Augustine
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
A la hora de hablar de J. R. R. Tolkien y su obra más conocida, The Lord of the Rings, nos
hallamos ante una gran duda que ha inquietado a muchos lectores: ¿de qué trata The Lord of
the Rings? Los diversos artículos y libros que ahondan en la obra del autor británico suelen
responder algo similar: The Lord of the Rings refiere a muchos tópicos. En efecto, en las
páginas de su novela más famosa, encontramos temas como la lucha entre el bien y el mal, el
poder, la humildad, la muerte y la inmortalidad. Sin embargo, toda la historia tiene como fondo
una problemática central que funciona como eje que afecta al resto de temas menores que
atraviesan la obra, siendo este núcleo el tema del tiempo. Diversos trabajos, como el de Sally
Bartlett, titulado Invasion from Eternity: Time and Myth in Middle-earth”, o “A Question of
Time, de Verlyn Flieger, mencionan la relevancia del tiempo dentro de la novela. A su vez,
en un trabajo anterior
1
hemos mencionado la presencia del tiempo como elemento troncal en
la historia. Por otro lado, el propio Tolkien (1981), en la carta 186 a Joanna de Bortadano
2
,
menciona que el tema central de la novela es la relación entre muerte e inmortalidad. Sin
embargo, ¿estos temas no forman parte de la reflexión derivada de la imposibilidad de controlar
el tiempo? Como bien menciona Flieger: Those opposites Death and Deathlessness are
concomitants of those other opposites Time and Timelessness. The first two are inevitable
results of the last two (1989, p. 8). Creemos que la lucha por el control del tiempo, de la vida
y del cambio que genera el devenir temporal son disparadores de diferentes conflictos que
afectan toda la historia de Arda y los hechos de la novela The Lord of the Rings.
Como mencionamos, Tolkien ha declarado que el tema central de su historia es la relación
entre muerte e inmortalidad. Estos temas están presentes desde los primeros versos del “Poema
del Anillo, que inauguran la novela: Three Rings for the Elven-kings under the sky, / Seven
for the Dwarf-lords in their halls of stone, / Nine for Mortal Men, doomed to die” (2007a, p.
v). Desde el principio se nos presentan las razas más importantes de la Tierra Media, las cuales
se verán tentadas por los poderes de los diferentes anillos. Mientras que los anillos aportaron
riquezas a los enanos, los hombres fueron tentados con la gloria y una vida que parecía
extenderse sin que tuviera término (Tolkien, 2021, p. 343). De la misma forma en que los
enanos y hombres recibieron los anillos de poder, los tres anillos élficos también fueron
aceptados y creados a partir de los consejos de Sauron. La razón de este error por parte de los
elfos está íntimamente relacionada con su naturaleza longeva (no inmortal), el paso irrefrenable
del tiempo y la pena de abandonar las cosas amadas. Es por esto que entendemos que el corazón
de la novela es una lucha contra los efectos del tiempo.
Tanto en los estudios de Thomas Shippey como en los de Joseph Pearce y en una gran
cantidad de artículos de otros críticos, se ahonda en la relación vida/muerte entre los elfos y los
hombres. Por esta razón, el presente artículo centrará el análisis en el reino élfico de Lothlórien,
proponiendo como hipótesis que este espacio está construido como un paraíso intemporal que
funciona a modo de escape
3
. Tal idea se comprende, ya que el reino se presenta como un lugar
de descanso para los personajes, en tanto su constante belleza y esplendor artificiales dejan de
lado los males y dolores que ocurren en el mundo exterior, espacio dominado por efectos del
tiempo donde la muerte y la destrucción de las cosas amadas están constantemente presentes.
Este análisis se verá mediado por reflexiones metafísicas íntimamente relacionadas con el
pensamiento cristiano, ya que, como el propio Tolkien afirmó: The Lord of the Rings is of
course a fundamentally religious and Catholic work; unconsciously so at first, but consciously
in the revision (1981, Letter 142).
Para ahondar en la reflexión sobre la intención de imitar lo intemporal en el reino élfico de
Lothlórien, recuperaremos ciertas nociones teológicas sobre el tiempo propuestas por San
Agustín en su libro Confesiones (2006). Estas nos permitirán repensar la categoría temporal
desde una perspectiva cristiana.
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
El tiempo en The Lord of the Rings
San Agustín es uno de los teólogos más importantes cuyo estudio se ha mantenido relevante
a lo largo de los siglos. El profundo y detallado análisis de Agustín sirve para ahondar en las
relaciones entre diversos temas, como la eternidad, el tiempo y la providencia, siendo este uno
de los más importantes, ya que refiere a la función del hombre dentro del plan divino. Tal
estudio es realizado particularmente en el capítulo XI de las Confesiones. En este, Agustín
(2006) señala que, cuando hablamos de tiempo, debemos pensarlo como una criatura, una obra
más dentro de toda la creación. Esto implica: por un lado, la ausencia del tiempo antes de la
creación, ya que este es parte de ella y no hay un “antes”; por otro lado, que el tiempo se
mantenga bajo el yugo de Dios, ya que todo cuanto sucede está siendo nombrado por él en la
eternidad: “Nada en tu Verbo, pues, cede ni sucede, puesto que es verdaderamente inmortal y
eterno. Por ende, por tu Verbo coeterno contigo dices todas las cosas que dices a la vez” (San
Agustín, Confesiones, XI. 7. 9).
La eternidad solo es conmensurable en relación con la temporalidad de los hombres, aunque
de forma parcial e idealizada. De esta manera, tenemos una división entre Dios y su creación
(dentro la que se encuentra el hombre), que se diferencia por la temporalidad. Ahora bien, el
tiempo como tal surge de una percepción, ya que, si el pasado ya no existe y el futuro tampoco,
el presente resulta la única porción real y observable. Sin embargo, aunque el pasado y el futuro
no sean observables, se encuentran en algún lado para que podamos crear una línea temporal
en nuestra mente. Agustín soluciona este inconveniente señalando que estos tiempos existen
en la mente y son los que le permiten al hombre percibirlo de tres formas: pasado (pensado
desde el presente), presente real y futuro (pensado desde el presente). De esta forma, los
procesos que conllevan los tiempos son la memoria, relacionada con el pasado, la atención,
centrada en el presente, y la expectación, que apunta al futuro. Estas tres percepciones
construyen lo que San Agustín llama la distentio, la cual puede traducirse, en términos
generales, de dos maneras: según el carácter positivo (distensión) o según el negativo
(dispersión). Esta doble significación es señalada por Silvia Magnavacca (2002), y refiere a
que, si bien el hombre, al ser temporal, precisa de una mirada distendida, ya que la mirada de
la eternidad donde todo ocurre al unísono le es imposible, esta percepción también presenta un
aspecto negativo que dispersa el alma del hombre en diferentes tiempos y lo hace olvidarse de
que su propósito es la unión con Dios en el no-tiempo de la eternidad. Es justamente por esto
que al hombre se lo considera un ser dividido, heterogéneo (Conf., XI. 29. 39). Es con la
intentio que nace de la atención del alma para conectar con la esencia de las criaturas de Dios
que es posible encontrar la unidad que aleja la multiplicidad temporal (Magnavacca, 2002, pp.
276-277). La intentio permite que el alma no se extienda entre el pasado, el presente y el futuro,
sino que se ubique por encima de tal extensión, abocándose hacia un futuro fuera del tiempo
donde se encuentra el Absoluto, es decir, Dios. De esta manera, podemos resumir brevemente
la diferencia entre lo homogéneo y eterno de Dios, y lo múltiple, sucesivo y cambiante del
mundo terrenal. Esta perspectiva y términos nos ayudarán a ahondar en las implicancias
temporales de The Lord of the Rings. La relación entre las nociones agustinianas sobre el
tiempo y la novela de Tolkien están delineadas en el trabajo de Flieger, donde advierte sobre
los aspectos mortales (como el decaimiento y el abandono del mundo) que diferencian al
hombre de Dios (1990, p. 5).
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
El poder que otorgan los anillos pretende dominar a los hombres y manipular las leyes físicas
del mundo, por lo cual la travesía de la novela se justifica como una lucha contra el control
antinatural del tiempo y el cambio en la Tierra Media. El tiempo es pensado por los personajes
como un enemigo, como una fuerza imparable que muchas veces juega en contra de los
objetivos de ellos, ya sean hombres o elfos. Se trata de una preocupación central
4
. No por nada
el tiempo es descripto de la siguiente manera por boca de Gollum en El Hobbit durante el
enfrentamiento de acertijos: This thing all things devours, / Birds, beasts, trees, and flowers.
/ Gnaws iron bites steel, / Grinds hard stones to meal, / Slays king, ruins town, / And beats high
mountain down (Tolkien, 1973, p. 84).
Mirar al tiempo como una amenaza genera que el hombre quiera escaparse de él, y esta es
una de las promesas que ofrecen los anillos de poder. Es así que advertimos una primera
manipulación temporal visible en aquellos mortales que hayan sido portadores de un anillo.
Tanto Gollum como Bilbo ven su vida extendiéndose de una forma antinatural, algo que genera
un efecto nocivo en ellos, ya que aquella vida que se extiende no está adaptada a su naturaleza
física. Tolkien explica esto mediante una metáfora según la cual la vida es como la mantequilla
que se extiende sobre el pan, pero, mientras más se extienda, la capa de mantequilla será cada
vez más fina: Each Kind’ has a natural span, integral to its biological and spiritual nature.
This cannot really be increased qualitatively or quantitatively” (1981, Letter 131). El tiempo
biológico de un mortal que posee un anillo de poder dura más de lo que su propio cuerpo puede
soportar. La misma metáfora aparecerá en boca de Bilbo en The Fellowship of the Ring: Why,
I feel all thin, sort of stretched, if you know what I mean: like butter that has been scraped over
too much bread. That can’t be right(Tolkien, 2007a, p. 32). De esta forma, un mortal que
tenga uno de los anillos de poder does not die, but he does not grow or obtain more life, he
merely continues, until at last every minute is a weariness (Tolkien, 2007a, p. 47)
5
.
Ahora bien, cabe mencionar que la lucha contra el tiempo y los deseos de poder enfrentar a
Eru Ilúvatar (equivalente al Dios cristiano) no tienen que ver únicamente con las fuerzas
malignas de la historia. En efecto, como intentaremos demostrar en este artículo, la
manipulación temporal puede ser un artificio utilizado por los propios elfos con fines no
malévolos, pero que sí se rebelan contra la voluntad original de Eru.
Los elfos y la magia
Entre las diversas razas que habitan la Tierra Media, se destacan dos grandes grupos: los
hombres mortales y los elfos inmortales. Ambas razas comparten el mundo de la Tierra Media,
pero su paso por esta es radicalmente distinto. Esto se debe a que cada raza tiene su
especificidad biológica, sus características frente al deterioro físico y la muerte. Ambas razas
tienen un destino específico, siendo el de los elfos estar atados a los límites físicos del mundo,
y el de los hombres, perecer. Esto genera que las líneas temporales de cada raza sean también
diferentes, ya que los hombres presentan una vida más corta en relación con la longevidad de
los elfos. Cabe aclarar que, cuando Tolkien habla de la inmortalidad élfica, se refiere a una vida
que se mantiene y extiende hasta el fin del tiempo y de la tierra. Aunque este final sea tan lejano
que hace ver a los elfos como inmortales, estos seres no dejan de ser criaturas finitas en
comparación con los Valar o el dios creador Eru Ilúvatar. Este aspecto es importante, ya que la
tierra y el tiempo conocerán su fin en algún momento y no se sabe qué sucederá con los elfos
luego de esto (Tolkien, 1981, Letter 153).
Es por esto que en la novela de Tolkien es visible el contraste entre la mirada hacia el tiempo
que tienen los enanos, los elfos y los hombres, lo que nos permite advertir cierta percepción
subjetiva del tiempo: si es el mismo para todos, no es percibido de igual manera por cada raza.
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
La experiencia temporal de los elfos difiere de la humana o mortal, en tanto miran con algo de
desinterés ciertos sucesos, como el nacimiento de reyes, la caída de ciudades y las guerras de
los hombres. Son hechos cuyo cambio veloz escapa del interés de los elfos, pues son
conscientes de que toda obra de los hombres tiene un principio y un final fugaces. Esto se debe
a que la experiencia de los elfos en Arda se caracteriza por una vida de permanencia, a
diferencia de la de los hombres, que se desvanecen.
En efecto, los elfos han vivido durante siglos en la Tierra Media y han visto aquellos lugares
amados llegar a la cumbre de belleza y esplendor que luego, naturalmente, se fueron
deteriorando. Pensemos, por ejemplo, en Galadriel, que ha visto el mundo envejecer desde que
los árboles Telperion y Laurelin cayeron por culpa de Morgoth, así como la caída de Númenor
y la primera derrota a Sauron. Ha aprendido a amar a la Tierra Media y estableció su hogar en
Lothlórien. Cuando la Comunidad abandona el reino élfico, Galadriel se despide con una
canción que habla sobre el paso del tiempo: Ah! Like gold fall the leaves in the wind, long
years numberless as the wings of the trees!” (Tolkien, 2007a, p. 378). Como dice Legolas en
el capítulo The Great River”, el tiempo para los elfos pasa muy rápido y muy lento al mismo
tiempo (Tolkien, 2007a, p. 388), ya que podríamos ver, por un lado, una mirada global
(enfocada en eventos como la creación de un continente), donde el cambio es lento para los
elfos, mientras que, por otro, el fluir temporal no se advierte del mismo modo para los eventos
de los hombres, cuya mirada podríamos catalogar como histórica y veloz. Es en comparación
con los grandes movimientos de la tierra donde puede advertirse esta mirada astronómica,
como vemos en el capítulo The White Rider”. En este, Legolas señala sobre el bosque de
Fangorn: “‘It is old, very old,’ said the Elf. ‘So old that almost I feel young again, as I have no
felt since I journeyed with you children. Its old and full of memories” (Tolkien, 2007a, p. 491).
De esta manera, advertimos que el problema para quienes tienen una mirada que abarca
milenios se basa en ver cómo el mundo cambia de forma constante y no siempre para mejor.
Esta relación con el mundo conlleva dos cargas para los elfos: soportar el desgaste del mundo
amado, por un lado, y desconocer el futuro que les espera luego del fin de Arda, por el otro. La
incapacidad de aceptar el cambio genera en el pueblo elfo cierto rechazo a la historia, como
dice Odero: La utopía de parar el tiempo y crear un paraíso terrenal ‘estático’, un arte
meramente ‘embalsamador’ y ‘arqueológico’” (1987, p. 66). Es por esto que suelen interesarse
poco por las obras y deseos de los hombres, las cuales conocen un fin demasiado rápido para
la mirada élfica. Bárbol (Treebeard) menciona a Merry y Pippin la tendencia élfica a que las
cosas no cambien:
For Ents are more like Elves; less interested in themselves than Men are, and
better at getting inside other things. And yet again Ents are more like Men, more
changeable than Elves are, and quicker at taking the colour of the outside, you
might say. (Tolkien, 2007a, p. 468).
Es interesante mencionar que ents y elfos comparten una vida que se extiende durante
grandes porciones de tiempo, pero el estatismo se presenta solo como una característica de la
raza élfica. De esta manera, es posible observar en los elfos una tendencia a la quietud y de
mantener intacto aquello que los rodea. Tal intención es visible tanto en aquellas obras élficas
que parecen constantes, como los reinos elfos (Rivendell o Lothlórien), como en la propia raza.
Es así que la vida élfica se mide en relación con el dolor de observar una historia que no son
capaces de poseer.
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
Es en este punto donde entra en juego la magia élfica y cómo embellece los objetos y obras
que crean. Sin embargo, al ser el de los elfos un pueblo que se ha dedicado durante milenios a
la creación de objetos bellos y hermosos, podríamos dudar acerca de si es correcto el término
magia. En efecto, en el capítulo The mirror of Galadriel, cuando la dama de Lórien le ofrece
a Frodo y a Sam mirar en el espejo, menciona lo siguiente:
‘And you?’ she said, turning to Sam. For this is what your folk would call
magic. I believe; though I do not understand clearly what they mean; and they
seem also to use the same word of the deceits of the Enemy. (Tolkien, 2007a,
p. 362).
Más adelante, cuando Pippin recibe las capas élficas, pregunta si estas son mágicas, a lo que
se le responde:
I do not know what you mean by that, answered the leader of the Elves. They
are fair garments, and the web is good, for it was made in this land. They are
Elvish robes certainly, if that is what you mean. (Tolkien, 2007a, p. 370).
La palabra magia parece ser usada de forma errónea por parte de los hobbits, ya que aquello
fabricado por los elfos tiene un trabajo técnico más relacionado con el arte que con un efecto
de magos o hechiceros. El hecho de que como menciona Galadriel los mortales confundan
el arte élfico con las armas del enemigo está relacionado con la incomprensión sobre qué es
aquello que impregna de belleza y virtud a las creaciones élficas. En el ensayo “Sobre los
cuentos de Hadas”, se menciona esto como encantamiento, es decir, como aquello que “genera
un Mundo Secundario accesible tanto al creador como al espectador, para mayor gozo de sus
sentidos mientras se hallan inmersos en él; y en estado puro es artístico tanto en deseos como
en designios” (Tolkien, 2007b, p. 67).
Mientras la magia como efecto que engaña quiere obtener poder en el Mundo Primario, el
encantamiento se concibe como el esplendor del arte tanto humano como élfico. Sin embargo,
el arte élfico se diferencia del humano en que es más elevado y está más perfeccionado. En una
carta a Milton Waldman, Tolkien señala lo siguiente respecto al arte de los elfos: Their
‘magic’ is Art, delivered from many of its human limitations: more effortless, more quick, more
complete (product, and vision in unflawed correspondence). And its object is Art not Power,
subcreation not domination and tyrannous re-forming of Creation” (1981, Letter 131). Tolkien
menciona la obra del artista como una subcreación que da cuenta de una Creación original,
donde un Creador otorga a sus criaturas el don de subcrear, ya que estas han sido hechas a su
“imagen y semejanza” (2007b, p. 70). Nuevamente, advertimos la presencia de un eco del
pensamiento cristiano en esta idea, la cual termina de afirmarse en la función de consuelo y en
la de eucatástrofe
6
, en donde Tolkien observa “un lejano destello, un eco del evangelium en
el mundo real” (2007b, p. 86).
No por nada es el encantamiento del lenguaje lo que le permite el acto de subcreación al
creador del Mundo Primario, así como que él y el espectador ingresen. Esta misma lógica forma
parte del mundo ficticio de la Tierra Media: los Valar subcrean un mundo gracias a la visión
otorgada por Eru, y dentro de este mundo ya creado tanto hombres como elfos pueden
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
desarrollar su arte y realizar sus obras. De esta forma, podemos entender al encantamiento
élfico como un arte, un acto de subcreación cuyo objetivo es mejorar y embellecer la Tierra
Media.
Los reinos élficos
La creación de seres atados al mundo (Arda) que puedan escapar de la muerte representa
uno de los puntos que un fairy-story debe tener: la “evasión” o escape(Tolkien, 2007b, p.
83). Escribir sobre la evasión de la muerte le permite al lector (mortal) fantasear sobre la
posibilidad de vivir por siempre e indagar acerca del peso que conlleva tal existencia. Tanto el
final feliz como este tipo de escapismo están constantemente mediados por la tristeza y el
fatalismo de que todo lo que existe sobre la tierra, tarde o temprano, desaparecerá. Es en este
punto donde cobran relevancia los anillos de poder, ya que es gracias a ellos que los elfos
pretendieron mantener todas las cosas sin mancha, es decir, preservarlas de aquello que les
quita su esplendor, como el envejecimiento y la degradación. Debido al uso de los anillos, los
hogares de los elfos se vuelven lugares de escape dentro de la misma Tierra Media.
Los reinos de los elfos son introducidos en la novela por boca de personajes mortales: ya
sean hombres, hobbits o enanos, es gracias a ellos que conocemos la descripción de esos
espacios, y es desde su perspectiva que podemos reconocerlos como lugares maravillosos. Por
estos personajes conocemos algo del encantamiento de los reinos élficos, lo que genera un
efecto de asombro que caracteriza a la fantasía: cautivar o “domeñar lo inusitado” (arresting
strangeness) (Tolkien, 2007b, p. 61). Esto sucede porque, en efecto, tanto los hobbits como los
lectores están entrando en un nuevo rincón de la Tierra Media, un espacio que se diferencia de
todos los lugares que antes han conocido. A su vez, la importancia de la percepción
humana/mortal radica en la mirada que esta tiene ante objetos, seres o espacios aparentemente
intemporales, es decir, cómo la distentio los lleva a percibir los reinos élficos. Es en aquellos
pasajes donde está la participación del contraste mortal/inmortal en los que más se advierten
las diferentes perspectivas del tiempo, como ocurre en el contacto de los hombres con seres
como elfos o ents. Un ejemplo es el encuentro entre Aragorn y los hobbits con Bárbol. En ese
momento, Bárbol da cuenta del servicio prestado por los ents en la Guerra del Anillo, a lo que
el rey afirma:
‘We know it well,’ said Aragorn, and never shall it be forgotten in Minas Tirith
or in Edoras’.
‘Never is too long a word even for me,’ said Treebeard. ‘Not while your
kingdoms last, you mean; but they will have to last long indeed to seem long to
Ents’. (2007a, p. 979).
De esta manera, entonces, a lo largo de la novela el rasgo temporal se ve contrastado con
aquello que aparenta ser inmortal, pero también aquello que parece ser intemporal. Observamos
esto por primera vez en Rivendell, ya que se advierte un espacio que no se rige por las leyes
físicas del mundo externo: The air was warm. The sound of running and falling water was
loud, and the evening was filled with a faint scent of trees and flowers, as if summer still
lingered in Elrond’s gardens” (Tolkien, 2007a, p. 226). El hecho de que las estaciones parezcan
retrasarse en favor de la belleza del lugar tiene que ver con el arte élfico beneficiado por Vilya,
unos de los tres anillos de poder. Rivendell se presenta asombroso especialmente para los
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
hobbits, quienes intentan expresar de diversas formas la magia y belleza de ese lugar. De hecho,
los hobbits mencionan las tradiciones, la música y la propia casa de Elrond, pero también el
paso el tiempo como diferente al resto de lugares que ellos conocen. Rivendell se muestra como
el primer espacio élfico donde ocurre una transformación temporal que Bilbo expresa de la
siguiente manera: “Time doesn’t seem to pass here: it just is. A remarkable place altogether
(Tolkien, 2007a, p. 231).
En Rivendell se conforma la Comunidad del Anillo y se determina la peligrosa misión que
llevarán a cabo los personajes. Muchos son los temores e incertidumbres, en especial para los
hobbits, que no pensaron que su aventura los llevaría tan lejos. Pero, a pesar de estar rodeados
tanto por el recuerdo de la Comarca y el deseo de volver como por el miedo al futuro, el
encantamiento de Rivendell logra calmar sus pensamientos:
For a while the hobbits continued to talk and think of the past journey and of
the perils that lay ahead; but such was the virtue of the land of Rivendell that
soon all fear and anxiety was lifted from their minds. The future, good or ill,
was not forgotten, but ceased to have any power over the present. (Tolkien,
2007a, p. 274).
El virtuosismo de Rivendell parece lograr que la distentio no torture más a los hobbits, es
decir, que no divida su pensamiento entre la memoria y la expectación más de lo que su propia
naturaleza los inclina a percibir. Logra que se preocupen un poco menos por las cosas que ya
no existen y las que no han venido aún.
Ahora bien, tal encantamiento temporal es más notorio en el reino de Lothlórien. Este
espacio es el más hermoso de los reinos élficos, el cual se opone al reino de Mordor. Pensemos
que, mientras on the land of Lórien no shadow lay (Tolkien, 2007a, p. 349), el territorio de
Sauron es descrito de la siguiente manera: The land of Mordor, where the Shadows lies(p.
50). En ambos territorios se utiliza un poder que los hombres no pueden usar, un arte y una
técnica superiores. La diferencia entre ambos es el motivo que los moviliza: la sanación y la
belleza, por un lado, y el dominio mediante el miedo, por el otro. Ambos espacios se diferencian
del resto de los lugares de la Tierra Media y están en un constante conflicto, como dice Haldir
en “Lothlórien” (Tolkien, 2007a, p. 352). Lothlórien es un enclave de belleza y paz,
caracterizado por estar separado de la historia de la Tierra Media. Desde la perspectiva de
Frodo, este espacio es descripto de la siguiente manera: In Rivendell there was memory of
ancient things; in Lórien the ancient things still lived on the waking world (Tolkien, 2007a, p.
349).
Los integrantes de la Comunidad ingresan a Lothlórien mediante un portal representado por
los ríos Nimrodel y Naith. Como menciona Shippey (1999, p. 254), estos ríos dividen un
espacio que recuerda a un paraíso terrenal del mundo cotidiano de donde vienen los personajes.
Y, en efecto, cuando la Comunidad atraviesa los ríos, el mundo de su alrededor cambia, pero,
en vez de hacerlo física o espacialmente, la transformación es temporal: desde la perspectiva
de Frodo, se señala: It seemed to him that he had stepped over a bridge of time into a corner
of the Elder Days, and was now walking in a world that was no more” (Tolkien, 2007a, p. 349).
Aquello que ha dejado de existir parece permanecer en Lothlórien, un reino que parece estar
fuera de la nea temporal de la Tierra Media. Esta impresión también se advierte cuando Frodo
observa a Aragorn. Este parece presentarse con vestimentas diferentes de las que estaba usando
y su rostro se rejuvenece: He was wrapped in some fair memory: and as Frodo looked at him
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
he knew that he beheld things as they once had been in this same place” (Tolkien, 2007a, p.
352). En el “Appendix A”, nos daremos cuenta de que el momento revivido se trata del
encuentro de Aragorn y Arwen. Una situación similar sucede con Frodo, quien guarda el
recuerdo intacto de su estadía en Lothlórien gracias al encantamiento del reino: When he had
gone and passed again into the outer world, still Frodo the wanderer from the Shire would walk
there, upon the grass among elanor and niphredil in fair Lothlórien (Tolkien, 2007a, p. 351).
De esta forma, el arte élfico de Lothlórien es tal que les permite a los personajes revivir
momentos que han pasado allí. Como menciona Flieger (1990, p. 8), la presencia de la raza
élfica en la obra sirve para ahondar en lo intemporal y demostrar que su intento de preservar el
presente termina ocasionando que estos vivan en el pasado. Es de esta manera que se hace más
evidente el encantamiento temporal, ya que el arte élfico parece reactualizar el momento
vivido, la porción de tiempo que ya no existe. Este reino es una puerta al pasado, el cual se ha
mantenido en su esplendor al ser un recuerdo que no sufre las consecuencias del tiempo.
Por otro lado, Frodo advertirá que el espacio que lo rodea está en su máximo punto de
esplendor. Las cosas que observa son conocidas, pero el encantamiento provoca que todo le
resulte nuevo y asombroso
7
:
All that he saw was shapely, but the shapes seemed at once clear cut, as if they
had been first conceived and drawn at the uncovering of his eyes, and ancient
as if they had endured for ever. He saw no colour but those he knew, gold and
white and blue and green, but they were fresh and poignant, as if he had at that
moment first perceived them and made for them names new and wonderful.
(Tolkien, 2007a, p. 350).
Inmediatamente después, se agrega: No blemish or sickness or deformity could be seen in
anything that grew upon the earth. On the land of Lórien there was no stain (Tolkien, 2007a,
pp. 350-351). En esta cita, la cual presenta el reino desde la perspectiva de Frodo, se advierte
que este esplendor y belleza artificial muestran elementos naturales del mundo mortal como
negativos. La enfermedad, el envejecimiento y de manera implícita la muerte son
presentados como “manchas”, deformidades dentro de la creación perfecta que se presenta en
Lothlórien.
Este esplendor que presentan tanto Rivendell como Lothlórien es consecuencia de la
voluntad y deseo de los elfos; es el resultado de tener ocultos en sus tierras dos de los anillos:
Nenya, en el caso de Lothlórien, y Vilya, en el de Rivendell. Ambos anillos son los
responsables de que el cambio del devenir temporal no afecte, o afecte en menor medida, a los
reinos. Cabe recordar que es la tristeza ante este cambio lo que lleva a los elfos a forjar los tres
anillos, como menciona Elrond: Those who made them did not desire strength or domination
or hoarder wealth, but understanding, making and healing to preserve all things unstained
(Tolkien, 2007a, p. 268). Advirtamos cómo se utiliza la palabra unstained para hablar del poder
del anillo, mientras que Lórien es caracterizada como una tierra donde was no stain. Esta
repetición nos hace entender que es Nenya la razón del encantamiento. Lothlórien es un espacio
donde se conserva un constante esplendor que equilibra lo nuevo y lo viejo. Jorge Ferro, en su
libro Leyendo a Tolkien, realiza un análisis desde “una lectura culturalmente cristiana” (1996,
p. 19) y señala la importancia de los reinos élficos en la historia. Según este autor:
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
En contacto con los elfos, la nostalgia de absoluto se despierta de modo más
acuciante. La casa de Elrond es un enclave «celeste» en medio de la profanidad,
es un espacio sacro donde se vive un reflejo particularmente vivo de la
eternidad. (Ferro, 1996, p. 191).
Por su pantalla de intemporalidad, los reinos élficos se aproximan a la eternidad ante los
ojos mortales. Lothlórien se presenta como una especie de paraíso terrenal donde se pueden
ver las cosas es su estado más próximo al original. A su vez, este espacio sirve a los integrantes
de la Comunidad para dejar de lado, aunque de forma escueta, el dolor y la pérdida que han
sufrido en el mundo exterior, aquel que está fuera de los márgenes de Lothlórien. Sin embargo,
su estatismo, producido por la detención del cambio, no implica la detención del paso del
tiempo mismo (Conf., XI. 23. 30), ya que el tiempo sigue pasando y los hobbits se darán cuenta
de esto cuando abandonen Lothlórien finalmente. De esta forma, si bien no hay un paralelo con
la eternidad en la Tierra Media, existe un encantamiento que procura imitarla de forma
intencional. De boca de Sam escuchamos esta intención de forma clara: It 's wonderfully quiet
here. Nothing seems to be going on, and nobody seems to want it to (Tolkien, 2007a, p. 361).
Aquí menciona la existencia de una intención detrás de ese tiempo maravilloso y, nuevamente,
se pone en duda si hay alguna “magia” actuando detrás de todo eso.
La pantalla generada por los elfos no es más que eso, una ilusión, un encantamiento que
solo busca la belleza. El reino entero ha sido cuidado y mejorado, lo que lo ha hecho formar
parte de su arte: es una subcreación. Los elfos han llegado a amar tanto la obra que crearon que
esta parece volverse central en sus existencias. Quizás algo de esto esté en el comentario de
Sam: Whether they've made the land, or the lands made them, its hard to say, if you take my
meaning (Tolkien, 2007a, p. 360). Tal vez el pueblo y la tierra se han influido recíprocamente,
haciendo que el artista modifique y mejore la obra de arte, mientras que la obra de arte los
termina enamorando. Como ha mencionado Tolkien, los hombres suelen enamorarse de sus
creaciones: It may become possessive, clinging to the things made as ‘its own’, the sub-creator
wishes to be the Lord and God of his private creation. He will rebel against the laws of the
Creator especially against mortality” (1981, Letter 131). Si bien esta cita refiere a la actitud
de los hombres, también puede relacionarse con el apego que los elfos tienen con sus obras, ya
que estas son creadas para combatir el cambio. El amor que ata a los elfos a sus creaciones
impide que estos puedan soportar el desvanecimiento y envejecimiento natural. Un árbol que
llega a su esplendor luego se seca; el verano es seguido por el otoño y el invierno; las ciudades,
personas y creaciones surgen, crecen y llegan a su máximo punto de belleza, pero finalmente
desaparecen. Como dice Legolas: Yet beneath the Sun all things must wear to an end at last
(Tolkien, 2007a, p. 388). Evitar que los efectos del paso del tiempo sean visibles, ¿no es
rechazar un aspecto central de la mortalidad? La muerte, entendida como la desaparición de
seres vivos, lugares u objetos, solo es una cara más del proceso del cambio temporal, aunque
es la última y más dolorosa.
Los cambios dan cuenta de que nada es estático, por lo que es posible advertir en los elfos
una oposición a las leyes naturales del mundo en el que viven. Tal aspecto es mencionado por
Tolkien en la carta 181: “But the Elvish weakness is in these terms naturally to regret the past,
and to become unwilling to face change (1981, Letter 181). Aunque en menor medida, este
aprecio por la obra de arte nos recuerda a Fëanor, quien se apegó en demasía a los Silmarilli.
En Lothlórien, el tiempo no parece correr, y en esto hay una leve rebeldía para con el deseo de
Eru, cuya voluntad es que las cosas del mundo mengüen. Lo único que es inmortal en la historia
es aquello que, a diferencia de los elfos, no está atado a Arda y al tiempo: el alma inmortal de
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
los hombres
8
. En efecto, como dice Aldrich: “Pero después de todo, no hay escape posible de
la muerte excepto a través de la muerte” (Pearce, 2001, p. 119).
De esta manera, podemos comprender que Eru, equiparable al Dios cristiano, es el señor de
los tiempos y el creador, el artista original. La libertad otorgada a los elfos para traer más
belleza al mundo es la que corresponde al subcreador. Sin embargo, en el momento en que
quieren detener el paso natural del tiempo intentan dejar de lado la voluntad del primer creador,
como si ellos mismos fueran los dueños absolutos de su arte. Vale recordar que esta
manipulación realizada gracias a la magia élfica no se considera maligna ni oculta detrás de sí
oscuros designios: como menciona Tolkien en la carta 155 a Naomi Mitchison, tanto los
habitantes virtuosos como los del bando enemigo utilizan magia. El valor de esta radica en su
uso, y la magia solo será maléfica cuando tenga como objetivo someter a otros seres. Sin
embargo, no por esto debe dejarse de lado el siguiente hecho:
In the first we see a sort of second fall or at least ‘error’ of the Elves. There was
nothing wrong essentially in their lingering against counsel, still sadly with the
mortal lands of their old heroic deeds. But they wanted to have their cake
without eating it. They wanted the peace and bliss and perfect memory of ‘The
West’, and yet to remain on the ordinary earth where their prestige as the highest
people, above wild Elves, dwarves, and Men, was greater than at the bottom of
the hierarchy of Valinor. They thus became obsessed with ‘fading’, the mode in
which the changes of time (the law of the world under the sun) was perceived
by them. They became sad, and their art (shall we say) antiquarian, and their
efforts all really a kind of embalming. (Tolkien, 1981, Letter 131).
Quizás es en esta cita donde más claramente se pueda ver el efecto ilusorio o de
embalsamiento (embalming), el cual explica por qué Lothlórien se mantiene en una especie de
eterna primavera. Si bien los elfos no cometen un acto que sea portador del mal, hay un deseo
de poder dominar el tiempo para detenerlo. Mientras los Nazgûl presentan un deseo de vivir
por más tiempo, es decir, ser dueños de la temporalidad individual, el pueblo élfico lamenta
que las cosas no puedan quedarse jóvenes y bellas por siempre. Es por esto que el poder del
anillo de Galadriel permitirá mantener el espacio físico en un constante esplendor, de tal forma
que incluso el avance de las estaciones sea apenas perceptible, tal como menciona Legolas:
There are no trees like the trees of that land. For in the autumn their leaves fall
not, but turn to gold. Not till the spring comes and the new green opens do they
fall, and then the boughs are laden with yellow flowers. (Tolkien, 2007a, p.
335).
La Comunidad llega a Lothlórien durante el invierno; sin embargo, esta estación no ha
llegado a afectar al reino. Del mismo modo que el verano parece quedarse más de lo ordinario
en Rivendell, en Lothlórien parece que todavía es primavera: In winter here no heart could
mourn for summer or for spring(Tolkien, 2007a, p. 350). De todas formas, el país de los elfos
no se encuentra fuera del tiempo en sí, ya que, en efecto, hay movimiento y hay un proceso de
distentio dentro de los personajes: avanzan, duermen y hablan, haciendo que sus acciones
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
sucedan una tras otra. En sí, viven temporalmente dentro de un espacio ilusoriamente
intemporal. Es más probable que este país se encuentre fuera del tiempo histórico y sucesivo,
cuya línea temporal acompañe y conviva en sincronía con la línea temporal a la que pertenecen
los protagonistas.
Cuando la Comunidad abandona Lothlórien, el velo de la intemporalidad termina por
desaparecer y los personajes comienzan a discutir entre ellos cuánto tiempo pasaron realmente
en aquel lugar. En este momento, Sam dirá: Well, I can remember three nights there for
certain, and I seem to remember several more, but I would take my oath it was never a whole
month. Anyone would think that time did not count in there!'” (Tolkien, 2007a, p. 388). La
conclusión final vendrá de Aragorn, quien afirma: “But so it is, Sam: in that land you lost your
count. There time flowed swiftly by us as for the Elves (Tolkien, 2007a, p. 388). Este tópico
de un mortal que pasa una temporada en el País de las Hadas o en Fantasía para luego perder
la noción del tiempo es un motivo común en la literatura, presente en mitos clásicos, gestas e
historias tradicionales de diferentes culturas.
Como menciona John Rosegrant en su artículo “Tolkien's Dialogue Between Enchantment
and Loss (2015), los trabajos de Tolkien presentan tanto la belleza como el sentimiento de
pérdida, construyendo un mundo maravilloso que está en un constante riesgo de desaparecer.
Tal amenaza está presente en toda la novela, y son varios los personajes conscientes de la
pérdida que conlleva ganar la guerra contra Sauron. Quizás a esto se refiera Galadriel cuando
dice: Together through ages of the world we have fought the long defeat (Tolkien, 2007a, p.
357). El constante enfrentamiento del cual los elfos no verán una victoria totalmente feliz
parece ser la lucha sin sentido contra la muerte en todas sus manifestaciones: la muerte física,
la desaparición de los lugares amados, el envejecimiento de la tierra.
Con la destrucción del Anillo Único, los anillos de los elfos terminan por perder su poder,
lo que genera que Lothlórien finalmente ingrese en el devenir temporal natural de la Tierra
Media y continúe su ciclo de transformación. Ha dejado de ser un reino estático y en constante
esplendor. Tal hecho se comprueba en The Tale of Aragorn and Arwen, en el momento en
que Arwen vuelve a Lórien años después, luego de la muerte de Aragorn. El País de Oro ha
dejado de ser lo que Arwen llegó a conocer en el pasado. El encantamiento se ha roto y
Lothlórien ha vuelto a existir bajo el velo temporal, como se lee en el Appendix A: “… and
she went out from the city of Minas Tirith and passed away to the land of Lórien, and dwelt
there alone under the fading trees until the Winter came (Tolkien, 2007a, p. 1063). Los efectos
del tiempo terminan quitando a Lothlórien de su ilusión de eterna primavera, hacen que los
árboles pierdan sus hojas y que el invierno finalmente llegue. De esta forma, se cumplen las
palabras que Galadriel dice a Frodo respecto al futuro de su reino: si el Anillo Único es
destruido, el poder de detener el cambio que otorga Nenya se perderá: Yet if you succeed then
our power is diminished, and Lothlórien will fade, and the tides of Time will sweep it away
(Tolkien, 2007a, p. 365).
Este tipo de aclaraciones nos muestran la existencia no solo de dos percepciones del tiempo
(la de los mortales y la élfica), sino de dos corrientes temporales relacionadas íntimamente con
dos espacios físicos diferenciados: la Tierra Media y Valinor (parte de Aman, las Tierras
Impolutas). Los elfos pueden vivir armónicamente en Aman porque el envejecimiento de su
raza coincide con la forma en que los objetos y espacio menguan. Christina Scull y Wayne
Hammond recuperan este aspecto para pensar las diferentes miradas hacia el paso del tiempo
en la Tierra Media y en Valinor:
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
For in Aman the world appeared to them as it does to Men on Earth, but without
the shadow of death soon to come. Whereas on Earth to them all things in
comparison with themselves were fleeting, swift to change and die or pass away,
in Aman they endured and did not so soon cheat love with their mortality.
(Tolkien, en Hammond y Scull, 2006, p. 41).
El cambio físico genera un sentimiento de pérdida ante la mirada élfica, y es gracias a este
dolor que Sauron logró engañarlos dándoles los tres anillos de poder. El enemigo logra seducir
a los elfos ofreciéndoles algo que es un imposible dentro de las leyes de la Tierra Media: que
las cosas no cambien. El poder de los tres anillos élficos permite crear enchanted enclaves of
peace where Time seems to stand still and decay is restrained, a semblance of the bliss of the
True West (Tolkien, 1981, Letter 123).
Es posible advertir que el encuentro de mortales y los elfos funciona en la novela como una
representación de lo eterno y constante, o al menos aquello que más se parece a tales nociones.
De esta manera, se genera un contraste entre los conceptos de inmortalidad/mortalidad y
temporalidad/intemporalidad. Los hechos narrados en The Lord of the Rings se ubican entre
los períodos de la Tercera y la Cuarta Edad. Mientras que en The Silmarillion los protagonistas
predominantemente son los elfos, estos comienzan a verse como una raza menguante en las
novelas siguientes (según la cronología de la historia de la Tierra Media). Es por esta razón que
la novela The Lord of the Rings termina con la partida de Frodo junto con los señores de
Rivendell y Lothlórien. Tal como menciona Tolkien en una de sus cartas: Thus, as you will
see, when the One goes, the last defenders of High-elven lore and beauty are shorn of power to
hold back time, and depart (1981, Letter 144). Volviendo al artículo de Rosegrant: Tolkien
gave us enchanting works about disenchantment (2015, p. 127). Incluso en un final feliz que
se adapta a la función consoladora mencionada en el ensayo “Sobre los cuentos de hadas”
(Tolkien, 2007b, p. 83), el desenlace está saturado de tristeza por la pérdida de los elfos, los
seres que agregaban fantasía y servían como escape dentro de la Tierra Media.
De esta manera, podemos concluir con que los reinos élficos pueden pensarse como espacios
de escape, un lugar otro que se diferencia del mundo cotidiano de los protagonistas. Sin
embargo, el encantamiento o arte élfico que crea estos espacios afecta más al ámbito temporal
que al espacial. Es decir, estos lugares son maravillosos no solo porque el espacio es diferente,
sino porque el tiempo lo es. El encantamiento ha creado un reino intemporal maravilloso, una
fantasía élfica dentro de la propia novela que termina por romperse. Luego de la destrucción
del Único, lo que les queda a los elfos es el exilio de la Tierra Media:
Grey ship, grey ship, do you hear them calling, / The voices of my people that
have gone before me? / I will leave, I will leave the woods that bore me; / For
our days are ending and our years failing / I will pass the wide waters lonely
sailing In Eressëa, in Elvenhome that no man can discover, / Where the
leaves fall not: land of my people for ever! (Tolkien, 2007a, p. 956).
Estos versos son cantados por Legolas luego de la derrota de Sauron en el capítulo The
field of cormallen (Tolkien, 2007a). Como se advierte en las últimas palabras, el corazón de
los elfos encontrará su reposo en las tierras impolutas de Valinor, donde el tiempo no logrará
cambiar ni envejecer las cosas amadas.
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
Referencias bibliográficas
Agustín, S. (2006). Confesiones (Trad. de Gustavo A. Piemonte). Buenos Aires: Colihue.
Alfageme Triviño, R. (2022). Tolkien y Borges: Una aproximación desde la concepción
cristiana del tiempo (Tesis de licenciatura). Universidad Nacional de Córdoba,
Córdoba. Recuperado de https://rdu.unc.edu.ar/handle/11086/24050
Bartlett, S. (1984). Invasion from Eternity: Time and Myth in Middle-earth. Mythlore, 10(3),
18-22. Recuperado de https://dc.swosu.edu/mythlore/vol10/iss3/5
Ferro, J. N. (1996). Leyendo a Tolkien. Buenos Aires: Gladius y Vórtice.
Flieger, V. (1990). A Question of Time. Mythlore, 16(3), 5-8. Recuperado de
https://dc.swosu.edu/mythlore/vol16/iss3/1
Magnavacca, S. (2002). El pasaje de XI, 29, 39 en la estructura de las Confesiones. Teología y
Vida, XLIII(3), 269-289. Recuperado de
https://www.redalyc.org/pdf/322/32243310.pdf
Odero, J. M. (1987). J. R. R. Tolkien. Cuentos de Hadas. Pamplona: Ediciones Universidad de
Navarra (EUNSA).
Pearce, J. (2001). J. R. R. Tolkien. Señor de la Tierra Media (Trad. de Ana Quijada). Barcelona:
Minotauro.
Rosegrant, J. (2015). Tolkiens Dialogue Between Enchantment and Loss. Mythlore, 33(2),
127-138. Recuperado de https://dc.swosu.edu/mythlore/vol33/iss2/11
Scull, C. y Hammond, W. G. (2006). The J.R.R. Tolkien Companion and Guide - Reader’s
Guide. Boston: Houghton Mifflin.
Shippey, T. (1999). El camino a la Tierra Media. Traducción de Eduardo Segura. Barcelona:
Minotauro.
Tolkien, J. R. R. (1973). The hobbit. Ballantine Books: New York.
Tolkien, J. R. R. (1981). The Letters of J. R. R. Tolkien. Edited by Humphrey Carpenter with
the assistance of Christopher Tolkien. London: Allen & Unwin.
Tolkien, J. R. R. (2007a). The Lord of the Rings. London: HarperCollins Publishers.
Tolkien, J. R. R. (2007b). Árbol y hoja y El poema Mitopoeia (Trad. de Julia César Santoyo y
José María Santamaría). Buenos Aires: Minotauro.
Tolkien, J. R. R. (2021). El Silmarillion (Trad. de Rubén Masera y Luis Doménech). Buenos
Aires: Minotauro.
Notas
1
Nos referimos al trabajo de licenciatura Tolkien y Borges: Una aproximación desde la concepción cristiana del
tiempo (Alfageme Triviño, 2022).
2
Ver Letters (Tolkien, 1981): 157, a Katherine Farrer; 186, a Joanna de Bortadano; 203, a Herbert Schiro; 208, a
C. Ouboter; y 211, a Rhona Beare.
3
En “Sobre los cuentos de hadas”, Tolkien (2007b) menciona las funciones que diferencian al género. Entre estas,
se encuentra la evasión, que consiste en un deseo del hombre al que no puede acceder en la cotidianeidad (Mundo
Primario), como poder hablar con animales o volver a un tiempo donde la tecnología no manejaba el mundo. De
esta forma, en la ficción de los cuentos de hadas (Mundo Secundario), el autor puede acercar al lector diferentes
anhelos, como hablar con animales, volar o escapar de la muerte.
4
Para ahondar más en este tema, se recomienda el artículo de Kevin Aldrich “La percepción del tiempo en El
Señor de los Anillos”, presente en J. R. R. Tolkien. Señor de la Tierra Media (Pearce, 2001).
5
Esta extensión extrema de la vida que lleva a los seres mortales a convertirse en entes entre la vida y la muerte
puede relacionarse con el efecto negativo de la distentio de San Agustín, ya que el alma del hombre se vuelve más
Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
Recial Vol. XV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Rocío Alfageme Triviño, La artificialidad
temporal o magia en los reinos élficos en The Lord of the Rings, pp. 280-294.
múltiple y se aferra a aquello temporal en vez de inclinarse a la unión con Dios en la intentio. Ver más en “La
inmortalidad, deseo de los hombres” (Alfageme Triviño, 2022, pp. 85-89).
6
El termino eucatástrofe es propuesto por el propio Tolkien en “Sobre los cuentos de hadas” (2007b, p. 83). El
término refiere a un giro narrativo inesperado que ayuda al personaje en momentos donde parece no haber
escapatoria. Este elemento, que forma parte de la poética del fairy-story, da cuenta de intervenciones externas
favorables para los personajes.
7
Este momento de la novela recuerda a la función renovación mencionada por Tolkien en su ensayo “Sobre los
cuentos de hadas” (2007b). Se trata de un proceso mediante el cual el lector se enfrenta a ciertos elementos de
fantasía que le permiten ver otras maravillas que están presentes en el Mundo Primario: “Deberíamos salir al
encuentro de centauros y dragones, y quizás así, de pronto, fijaríamos nuestra atención, como los pastores de
antaño, en las ovejas, los perros, los caballos… y los lobos” (Tolkien, 2007b, p. 72). Esta renovación quita de las
cosas cotidianas aquella familiaridad que nos lleva a olvidarnos de su valor.
8
Como menciona Tolkien en una carta borrador: “Longevity or counterfeit ‘immortality’ (true immortality is
beyond Eä) is the chief bait of Sauron it leads the small to a Gollum, and the great to a Ringwraith” (1981, Letter
211).