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Recial Vol. XIV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Roque Farrán, Crítica y cuidado: la figura del
parresiasta como lector y escritor de nudos, pp. 189-202.
condiciones reales de existencia, lo simbólico redoblado, el sinthoma, y no sé qué más. Pero he
comenzado a notar que además de escribir necesito decir, practicar un decir veraz, directo y
simple, nada elocuente ni erudito, sino que vaya al hueso, a lo real, que trabaje el concepto en
actualidad. Entonces hablo: doy entrevistas, realizo intervenciones radiales, conferencias,
charlas, etc. Igualmente, no dejo de hacerlo orientado por la escritura.
Pese a que me he resignado a no escribir sobre Freud, pues me siento un poco alejado en este
momento de esas lecturas, hace poco desperté pensando en su teoría. Viniendo de un sueño
denso, se arremolinaban algunas palabras: psyché extensa, escritura, tópica, etc. Y pensaba que
había algo de lo real en esas escrituras metapsicológicas, algo real que se había constituido en
Freud más allá del “amor al padre” o el “complejo de Edipo” o la “realidad psíquica” (todos
términos señalados por Lacan como límites freudianos); y que, en definitiva, cada quien escribe
con el material que puede. Luego leí una cita de Lacan donde habla justamente de la materialidad
del decir y la escritura matemática; entonces pensé que el psicoanálisis podría concebirse como
una teoría materialista del sujeto, en dos vertientes precipitadas por la escritura: materialismo de
la psyché tópica extensa (Freud), materialismo del decir topológico intenso (Lacan). Topología
en extensión e intensión, podría decir, siguiendo la doble vertiente indicada. Así, esto de habitar
en distintos planos, temporalidades desfasadas, espacios superpuestos, etcétera, quizá haga de
mis intentos de comunicación, actos fallidos por naturaleza; pero creo que hay quienes captan la
idea material que voy tramando topológicamente en el decir y escribir, entre equívocos y fallos, e
incluso a veces me lo hacen saber y eso me alegra. La topología no sustituye a la historia in toto,
por supuesto, solo acelera las conexiones y las historicidades en curso.
El fin del mundo llegó hace rato, el descerebre y el estado zombie es lo normal, el asunto es
siempre: cómo vivir después de todo. Y no es necesario agregarle el “juntos”, como hace Barthes
(2005). Somos seres en relación, ineluctablemente, lo asumamos o no. Todo lo real es relacional
porque no hay relación-proporción esencial o única entre las cosas, las palabras, los seres, los
saberes y los sexos. Por eso hay que inventar o fabricar o modular o desarrollar cada vez, caso
por caso, singularmente: las relaciones, conexiones, operaciones, nominaciones. Lo que hay y lo
que no hay no son opuestos, son demarcaciones que se habilitan mutuamente. O mejor dicho: lo
real es racional, y lo racional es relacional, y lo relacional emerge verdaderamente cuando se
constata que en el fondo no hay relación-proporción entre las cosas, ni entre las palabras, ni entre
nada, y elegimos salir del fondo y la angustia que eso genera. Aunque podríamos no hacerlo. Y a
partir de allí hablamos, callamos, hacemos política, arte, amor o ciencia. Es la potencia infinita e
inmanente que nos constituye. Quienes no han accedido a estas simples verdades, viven como
zombies en esos mundos imaginarios que llaman “realidad” (“psíquica” o “mediática”, no
importa), donde es posible decir tanto una cosa como la otra porque lo simbólico es moneda falsa
(“posverdad”, le llaman); donde cunde el horror a lo real y lo único que se valora es lo que dicta
el mercado (económico, social, cultural o subjetivo, tampoco importa).
El modo de ser zombie, por otra parte, tiene su correlato comunicativo en el troll. A veces leo
reacciones intempestivas muy agresivas en redes sociales, incluso entre quienes comparten
espacios. Y me preocupa. Porque pienso que la potencia en la cual podemos encontrarnos y
desarrollarnos, neutralizando los dispositivos que nos debilitan y dándoles otro uso, implica
captar la singularidad de cada medio, de cada práctica, de cada espacio. Escribir donde se pueda,
practicar el psicoanálisis, practicar la filosofía, la política, el arte, el derecho, etc., no todo es lo