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Recial Vol. XIV. N° 24 (Julio - Diciembre 2023) ISSN 2718-658X. Ignacio Muñiz, La selva de lo in-real. La
ficción teórica en Juan José Saer, pp. 95-110.
de la realidad: ni real ni irreal, sino inreal. Nodari toma el concepto de inrealidad de Clarice
Lispector: lo que no existe, la inexistencia ficcional de la literatura, también es una in-
existencia, es decir, forma parte de lo real y lo constituye (Nodari, 2015a, p. 82). En este
sentido, igualar real a existente implica sostener una visión empobrecida de lo real.
Es justamente a partir de la noción de “inrealidad” que Nodari desarma, al igual que Saer,
la oposición entre ficción y realidad afirmando que lo existente, no ficcional, es solo uno de los
innumerables modos imaginarios y experimentales de ser. La literatura, entonces, afirma una
ontología que no privilegia lo actual y en la que conviven “lo posible y lo efectivo, lo existente
y lo inexistente”, se trata de “la zona de la ‘seudoexistencia’, del ‘cuasi ser’, el ‘extra ser’ o
‘ser-fuera’, donde todo tiene ser, incluso cuando no tenga ser en sí, y que abarca desde los seres
de ficción hasta los objetos imposibles” (Nodari, 2015a, p. 82).
En “En línea”, el modo de ser es un cuasi-ser, ya que es a la vez un no ser, y eso no supone
una contradicción. Allí aparece planteado un conflicto entre verdad y simulacro y la posibilidad
de que exista un método infalible para separar una de otro. En un texto hallado en una
biblioteca, se cuenta que dos soldados apostados frente a la muralla de Troya, que se encuentra
asediada por el ejército griego, se preguntan de qué manera pueden saber si la Helena que ha
raptado Paris es la verdadera Helena o es un espejismo, un doble fantasmático, fraguado por
hechiceros egipcios. El método que buscan no tarda en serles proporcionado: deben observar
qué sucede con el cuerpo de la reina cuando reciba sobre sí los primeros rayos del amanecer.
Así, si se detienen y el cuerpo proyecta sombra, Helena será real; de lo contrario, si este se
torna traslúcido, estarán ante un simulacro ajeno a la realidad. Que ante la pregunta existan
solo estas dos posibilidades es un engaño, puesto que los soldados no tardan en comprobar que,
cuando finalmente amanece, no es solamente Helena la que se ha vuelto transparente, sino ellos
mismos también. Ante la exaltación que le provoca “la confidencia tardía que le están haciendo
los dioses sobre el valor real de este mundo” (Saer, 2022b, p. 41), uno de los soldados imagina
que es un sueño y que, por más satisfactorio que haya sido, “ya es tiempo para él de volver a
la realidad” (p. 41). Este retorno a lo real-material, luego de haber experimentado la sensación
de no ser o de ser de otro modo, se ve absolutamente frustrado, ya que, por más que lo intente,
no consigue despertarse. El relato concluye con el personaje en ese territorio intermedio entre
lo real y lo simulado, entre lo material y la alucinación, entre sueño y vigilia, y no existe un
cierre que afirme alguno de los opuestos.
Esta indeterminación del mundo narrado, que ni afirma ni niega la igualdad entre realidad y
verdad, entre materia y existencia, supone a su vez un comentario sobre el relato que enmarca
al de los dos soldados. Dos amigos conversan acerca de la naturaleza del fragmento encontrado,
ya que desconocen si es un fragmento extraviado de una novela, si es un relato relativamente
autónomo que deba insertarse en un fondo épico o si es un mero ejercicio de escritura. Sobre
este asunto tampoco existe en el cuento una respuesta que pueda funcionar como fundamento
de tal o cual modo en que el fragmento hallado deba ser leído: es un relato indeterminado sobre
la indeterminación.
Ficción e imaginación
Otros críticos contemporáneos también recorren el camino antropológico y sitúan a la
ficción como una potencia propiamente humana para desarreglar la configuración actual de la
triangulación entre capitalismo, imaginación y subjetividad. Para Fisher (2018), el capitalismo
ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable, ya que ha colonizado la vida onírica y la
imaginación mediante el modelado preventivo de deseos, aspiraciones y esperanzas: la cultura