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Recial Vol. XIII. N° 22 (Julio-Diciembre, 2022) ISSN 2718-658X. Malen Biedma Amado, Procesos testimoniales
y memoriales: contradicciones y reconstrucciones del testigo en la novela gráfica Los surcos del azar de Paco
Roca, pp. 323-337.
no solo al acontecimiento rememorado, sino también al día, e incluso al momento del día, en
que se atestigua (por ejemplo, “Viernes tarde / El ejército de la Francia Libre”). A nuestro
parecer, esta combinación de tiempos, anunciada en el nombre del capítulo y luego desplegada
en el cómic, genera un tiempo abarcador que da cuenta del largo silencio. Es decir, este tipo de
temporalidad abarca más de un tiempo a la vez: da cuenta en el presente del relato del pasado
rememorado, logrando una conjunción entre estos momentos y creando un tiempo más amplio
e incluyente. Asimismo, y en relación con lo anteriormente dicho, ese contraste temporal
también exhibe una actualización del pasado. Esta superposición de tiempos que el medio de
la historieta habilita a través de su estructura en viñetas aparece, como dijimos, en la
nominación de los capítulos y en algunos casos incluso en sus portadas, que llevan en sí indicios
del tiempo abarcador mencionado, pues en ellas encontramos siempre un elemento que remite
al momento de la entrevista y que, muchas veces, hace alusión a lo rememorado:
Figura 1.
Fuente: Roca, 2020, p. 181.
En esta imagen aparece en primer plano el queso camembert que luego, en el desarrollo del
capítulo, Miguel compartirá con Paco. Es decir, se produce una focalización en un objeto que
forma parte del momento de la entrevista, de la atestiguación. Pero ese elemento también lleva
en sí las marcas de lo testimoniado: el queso es originario de Normandía, el mismo lugar donde
comienza la acción anunciada por el título (“La invasión francesa”) y a partir del cual se
desplegará la invasión que testimonia Miguel. Así, a través de un solo dibujo, es decir, del uso
metonímico de la imagen, se produce una doble significación que logra entrelazar los diferentes
tiempos. Esta combinación temporal, además de visibilizar la prolongación del silencio y de
traer al presente el pasado, consideramos que tiene, en ciertas partes, un significado más. Por
ejemplo, en el capítulo IV aparece la jaula y el pajarito que tiene Miguel en su casa. Resulta
interesante que esta portada se encuentre a continuación del capítulo “La cárcel de arena”,
donde la relación metafórica sería más directa o evidente. Sin embargo, aparece luego, en el
testimonio sobre la liberación de los campos de Orán. En este sentido, la jaula/cárcel parece
extenderse más allá del desierto; con mayor precisión, hacia la condición de exiliado
determinada por la continua toma de decisiones sobre el propio destino, el desconocimiento y,