u otra forma, y finalmente plasmó el resultados de estas negociaciones bajo la forma de textos
alternativos en su escritura.
Después de comentar ejemplos de brechas textuales de la Nueva corónica, retomo el
discurso crítico de Porras sobre los escritos indígenas y lo deconstruyo según principios del
pensamiento decolonial. El estudio de Ellen Cushman sobre historias y wampums (cinturones
o bandas de tela con diseños geométricos) Cherokee, así como la necesidad de descolonizar los
archivos digitales y discutir los principios del pensamiento colonial guían la reflexión en este
punto. Esta discusión nos lleva a la necesidad de incorporar lecturas decoloniales de la obra de
Guamán Poma para acompañar su despliegue de literalidades pluriversales predominantes en
el mundo andino colonial.
“Caos mental”: brechas, omisiones y silencios
Como he indicado anteriormente, la información omitida y las historias con elementos
inesperados y confusos para los historiadores modernos del Perú del siglo XX se interpretaron
como evidencia del “caos mental” de Guamán Poma. Las brechas en Nueva corónica se pueden
organizar en dos áreas significativas: omisiones, que incluyen silencios, el uso de brevitas y
términos o frases sin traducir, y versiones alternativas de eventos históricos. En lingüística, las
brechas y los silencios no son simples ausencias sino contribuyen al significado de un mensaje.
Debemos considerar lo que no se dice, así como la brecha entre el significado y el enunciado.
En su discusión sobre la pragmática del silencio y la semántica, Kent Bach (2004) estudia la
brecha entre enunciar una oración y el significado que se pretende transmitir cuando se dice
dicha oración. Esta brecha revela un “espacio en blanco” entre la información semántica
compartida en un texto (oral u escrito) y la función pragmática de dicho texto, que el hablante
o escritor utiliza para transmitir su mensaje. En esta línea de reflexión, considero los aparentes
vacíos de Guamán Poma (silencios, omisiones y lo que historiadores como Porras llamaron
“errores”) como ejemplos de estrategias retóricas que sirven a propósitos a determinar por sus
lectores en 1615. Sin embargo, todavía muchas lecturas de Nueva corónica tienden a interpretar
esos vacíos como lugares opacos en la oración o la historia, pasajes oscuros sin contenido y
valor que pueden ser, o no, cuestionados por el lector moderno.
Muchas omisiones pueden entenderse como silencios intencionales del autor ya que este
utilizó frases específicas que revelan su decisión de mantener silencio durante su proceso de
enunciación. Sin embargo, en otras partes de su obra, el cronista guardó silencio sin dar pistas
textuales a su lector. Esto sucede, por ejemplo, con el uso de términos o frases quechuas que
el autor insertó en su escritura mas no tradujo al español. Tampoco proporcionó ningún
comentario o explicación sobre su significado. Así, la enunciación de silencios intencionales
del autor indio en Nueva corónica, se revela en el uso frecuente de frases como “no lo escribo
por evitar la prolijidad” o “escribirlo es nunca acabar”. La decisión de no seguir escribiendo
sobre un tema determinado muestra el uso guamanpumiano de brevitas (concision), un estilo
retórico frecuente en el discurso histórico europeo con el que se buscaba expresar una idea con
un número mínimo de palabras. Hay tanto que contar, decía el escritor, que es imposible
escribirlo todo porque no hay suficiente papel, suficiente tinta o suficiente tiempo. El autor
andino afirmó muchas veces a lo largo de su obra que omitía muchos detalles que podrían haber
sido innecesarios para el lector. Por lo tanto, en su papel de historiador, el uso que Guamán