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Recial Vol. XIII. N° 22 (Julio-Diciembre 2022) ISSN 2718-658X. Facundo Ruiz, Casi escritos,
pensamiento contiguo. Mapas, napas e inventarios en la obra de Sigüenza y Góngora., pp. 91-100.
violencia y más aún, el de la relación entre soberanía y violencia a fines del siglo XVII,
momento crítico de la monarquía Habsburgo. Así, en su lectura, More propone que frente
a la decadencia del universalismo del imperio en crisis, la reacción local de letrados y
discursos oficiales fue la de representar esa violencia, pero como un “exceso”, que debe
y puede ser absorbido por una soberanía regional, recuperando el relato de una violencia
de origen que, de todos modos, habría dado lugar a una soberanía razonable que, siendo
así, pronto evidenciaría como innecesaria la dominación imperial, entendiendo y
vislumbrando por esta vía la patria como reino “de la razón histórica” (2011, p. 253).
Ciertamente la inquietud por esa violencia original, y su efecto sobre la actual soberanía,
es todavía (hoy) un problema político cuya “representación” a fines del siglo XVII ponía
rápidamente en escena su carácter a un tiempo simbólico e institutivo (Palti, 2018),
evidente en su “representación” inter o multidisciplinaria que involucraba tanto la
confección de loas y el diseño de arcos, como el relato y comentario de historias y la
factura de almanaques. Es cierto también que, casi siempre, eran las mismas personas las
que hacían las loas y contratos, los sonetos, mapas e inventarios, y que podría hablarse,
como ha hecho célebremente Ángel Rama (1998), de un problema no de carácter inter o
multidisciplinario, sino, llanamente, de un problema letrado, de los letrados: el problema
de la ciudad letrada. O para ser precisos, incluso en términos de Rama, el problema de
ciertos letrados, de cierta urbanidad “aristocratizante” de las letras (1980, pp. 19-21). En
ambos casos, sea un asunto más o menos letrado sea una cuestión más o menos barroca,
esta inquietud por la violencia original, o por su pregnancia, representación y remanencia,
especialmente en la obra de Sigüenza, lejos está de ser un tema uniforme y, por ejemplo
en lo que hace “los indios” —cuya unidad de sentido es también muy inestable
(Gruzinski, 1986)—, no se reduce ni a una mera exaltación del indio muerto, como
plantea Lafaye (2015), ni a la simple exclusión del indio vivo, como sugiere Brading
(2003). Y no pocas veces esta inquietud ha sido señalada e interpretada —caso de
Padgen— como la necesidad de la historiografía criolla de tener “un pasado continuo,
instructivo y políticamente legitimador” (citado en More, 2011, p. 236), perspectiva,
pasado e historiografía que –sin salir de México– dará también consistencia a la “tradición
de la ruptura” (Paz 1990).
Sin embargo, cuando Sigüenza dice que los arcos en América no deberían llamarse
“de triunfo”, sino “puertas donde la ciudad se franquea”, cuando monta en el diseño del
arco que recibe a los nuevos virreyes españoles las máximas virtudes políticas
simbolizadas por los viejos gobernantes mexicas o cuando, pasaje también muy
recordado, relata en Alboroto y motín de los indios de México (1692) que trabajando en
la construcción de una nueva acequia para la ciudad halló, nada menos que bajo el puente
de Alvarado (famoso por la, según los españoles, “noche triste”), “infinidad de cosillas
supersticiosas” que interpreta como —ya no solo para los españoles— pésimos augurios
pues no son, sino “prueba real de lo que en extremo nos aborrecen los indios” (2018, p.
159), la operación busca resaltar un problema distinto al de la continuidad o ruptura con
un pasado del que abjurar o no para conjurar, en presente, un futuro distinto. La operación
establece —como usualmente ocurre con Sigüenza— en primer lugar, una distinción en
la unidad: pre/conquista y colonia, aún unidos, son distintos. Y señala, entonces, ahí el
problema: no la continuidad, sino la contigüidad. El fin de un tiempo militar (y de
triunfos) señalaba el comienzo de un tiempo civil (y de franqueos), pero no por eso
garantizaba, explicaba o resolvía, la convivencia. El tiempo civil novohispano —lejos de