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Recial Vol. XIII. N° 21 (Enero-Julio 2022) ISSN 2718-658X. María Soledad Funes - Muriel Troncoso,
Nos matan a las pibas en la cara de la gente: el dativo de afectación como símbolo de lucha, pp. 88-106.
presentan un agente (animado) y un paciente (animado), pero en el caso de la canción, como
hemos mencionado, se presenta un tercer participante a través del pronombre dativo nos. Este
pronombre designa en el contexto de la canción a todas las personas presentes en las marchas,
que se construyen como muestra de la sociedad entera. El participante designado con el dativo
se presenta en competencia por la afectación con el paciente (“las pibas”), construyéndose
también como víctima de esa violencia. De este modo, entendemos que nos es un DA, porque
no es el objeto indirecto de matar (ya que es un verbo que por su contenido semántico no co-
ocurre con un actante receptor, sino que aparece con un agente que mata y un paciente que es
la víctima), sino que se remite a un conjunto de personas que se ven afectadas en sentido general
por la violencia de género que se desprende de los femicidios (matan a las pibas). El locativo
“en la cara de la gente” muestra una proximidad física del receptor con el evento, lo cual, según
Maldonado, es una condición indispensable de esta construcción para mostrar la afectación: las
mujeres son asesinadas en los espacios de circulación comunes, aquellos que comparten con
toda la sociedad. Por lo tanto, el objetivo de la canción es demostrar que la violencia de género
no solo afecta a las mujeres víctimas de violencia, sino que afecta a la sociedad en su conjunto.
El análisis del canto, en comparación con el análisis de las consignas, muestra cómo un
mismo signo (nos) cambia su significado según el contexto discursivo, ya que en todos los
casos el pronombre que aparece es nos, pero hemos visto que su forma de significar varía de
acuerdo a los distintos contextos. Recuperando los aportes de Borzi (2019), podemos afirmar
que, en el canto, la función discursiva del paciente, las pibas, es reconceptualizar especialmente
al designado del pronombre en caso dativo nos. Si bien el análisis propuesto por Borzi se
concentra en otro tipo de cláusulas (las ditransitivas de verbo dar) y en textos de mayor
extensión, es factible reconocer que, en este canto, el contacto con el paciente reconceptualiza
al receptor, del cual se busca destacar su afectación ante este evento. Es decir, aunque no se
trate de un objeto directo, el dativo de afectación también funciona como un punto de quiebre
en el discurso, dado que lleva al interlocutor a reflexionar sobre el designado de nos y lo
reconceptualiza. Si bien el pronombre nos no remite a las pibas, al remitir a la sociedad entera
nos pone en su lugar: no somos, pero podríamos serlo.
En el canto, a través del uso del pronombre personal en caso dativo nos, se replica la
consigna “lo personal es político”. Esta consigna apareció por primera vez en 1969 como título
de un artículo escrito por Carol Hanisch, en el cual la autora expone una teoría surgida desde
el Movimiento de Liberación de la Mujer y de un grupo específico dentro de ese movimiento,
Mujeres Radicales de Nueva York, también denominado “la línea a favor de la mujer”. El
artículo fue escrito en respuesta a una nota de Dottie Zellner, en la que se postulaba que la toma
de conciencia de estas mujeres era, en verdad, solo terapia. Hanisch considera el término
“terapia” como inapropiado, porque supone que alguien está enfermo y que, por lo tanto,
requiere una solución personal para su cura, mientras lo que les sucede a las mujeres no es que
estén enfermas, sino que tienen problemas cuyas soluciones no son personales, es decir, no
dependen de ellas como individuos, sino que son problemas políticos que requieren una
solución colectiva. El hecho de compartir diversas experiencias les permitió a estas mujeres
pertenecientes a la “línea a favor de la mujer” reconocer el control que las instituciones
patriarcales tenían en sus vidas, en especial, en aquellas esferas que socialmente se han llamado
“privadas”. Esta misma expresión, “lo personal es político”, es retomada en el manifiesto