y eventos musicales de López se pueden entender como un regalo musical, la escopetarra en sí
puede ser un regalo musical también dentro de este contexto de cuidado. Dada esta liminalidad
de la escopetarra —entre ser un instrumento y un arma, un regalo musical en sí mismo, pero a
la vez un aparato para el cuidado—, se explora, a continuación, la multiplicidad ontológica de
esta.
La escopetarra: el aparato de López para el cuidado y su multiplicidad ontológica
La escopetarra, el aparato para el cuidado creado por López en 2003 (Restrepo, s. f.), es una
realización interesante de multiplicidad ontológica. En este ensayo se trata la ontología, no de
una manera esencialista (ver nota al final número 7), sino desde un enfoque que considera
múltiples formas de existencia. En otras palabras, no “cómo son las cosas” o “cómo deberían
ser las cosas” sino “cómo podrían ser las cosas” (Viveiros de Castro, Holbraad & Pedersen,
2014). En consecuencia, la ontología de la escopetarra de López es una de las múltiples formas
de ser. Como López comenta, el arma de la escopetarra, una AK-47 construida en Rusia, fue
enviada a la selva tropical colombiana para la guerrilla de las FARC, después, fue
intercambiada con los paramilitares de las AUC. Tras la desmovilización de las AUC, el fusil
fue entregado a la ONU (a través del Alto Comisionado para la Paz y el Ministerio de Defensa).
Fue la ONU quien apoyó la intención de López de hacer un instrumento musical con un
instrumento de guerra. Tras varias transformaciones (llevadas a cabo por el lutier Luis Alberto
Paredes), el fusil se convirtió en guitarra; no obstante, no dejó de ser una escopeta. “A primera
vista, los niños quieren sostener y apretar el gatillo de la ‘ametralladora’” dice López, pero
después de un rato, “se dan cuenta que pueden tocar las cuerdas”.
Mientras que la escopetarra no es el único instrumento (o proyecto) de este tipo en el mundo,
sí tiene ciertas particularidades que la caracterizan como un aparato para el cuidado de
multiplicidad ontológica y, a su vez, de gran potencial metafórico. En el caso de las artes
plásticas sobresalen obras transformadoras de la materia prima como la Gun Sculpture de
Sandra Bromley y Wallis Kendal o la obra Fragmentos (2019) de Doris Salcedo. En esta
última, un anti-monumento, Salcedo utiliza metal fundido proveniente de fusiles de las FARC
y los convierte en láminas metálicas para cubrir el piso de un espacio usado como galería. Así,
“en vez de monumentalizar la historia del conflicto, Salcedo buscaba crear un espacio no-
jerárquico en donde la presencia del conflicto fuera sentida, literalmente, bajo los pies” de las
personas que visitaban el espacio (DiSarno, 2020, p. 250).
Ahora bien, ejemplos musicales de este tipo también existen diversos. El proyecto de 2008
del artista mexicano Pedro Reyes, llamado Palas por pistolas, transforma también
instrumentos de guerra en herramientas productivas no-bélicas (Ward, 2017). Con el patrocinio
del Jardín Botánico de Culiacán (México), Reyes recolectó 1527 armas y en un evento público
fueron destruidas, más tarde fundidas y convertidas en palas (Cueva Navarro, 2012, p. 36). En
este caso se conserva el material del viejo artefacto para la construcción de uno nuevo, sin
embargo, la sustancia visual del arma de guerra desaparece por completo haciendo que su
pasado visible no se perciba (que es lo que activa la reflexión metafórica, como se verá más