HISTORIA, PRODUCCIÓN Y CONTINUIDAD DE LA SOCIEDAD DE

FOLKLORE CHILENO (1909-2008)

Christian Spencer Espinosa*

Antonieta Contreras**

Gabriel Rammsy ***

Resumen: El presente artículo describe la historia, producción y continuidad intelectual de la Sociedad de Folklore Chileno, organismo académico fundado en 1909, pionero en el estudio del folclore material e inmaterial en Chile. El argumento principal dice que la producción de esta Sociedad tuvo continuidad por medio de diversas revistas, legando un concepto de folclore que mezcla la tradición inglesa (material) y alemana (inmaterial) sobre el “saber popular”. El texto ofrece primero una descripción de la conformación de la Sociedad para luego reseñar el concepto de folclore desprendido de sus primeros años fundacionales. Posteriormente se analiza la continuidad de sus publicaciones considerando la productividad de sus miembros en el tiempo y, finalmente, se delinean algunas conclusiones iniciales acerca de su aporte a la investigación sobre folclore chileno así como a la visibilización de una red etnográfica de colaboradores en el campo de la música tradicional.

Palabras clave: Chile, Folclore, Rodolfo Lenz, Saber Popular, Sociedad Folklore chileno

HISTORY, PRODUCTION AND CONTINUITY OF THE CHILEAN FOLKLORE

SOCIETY (1909-2008)

Abstract: The current paper describes the history, production and intellectual continuity of the Chilean Folklore Society (Sociedad de Folklore Chileno), an academic organization founded in 1909, pioneer of the studies of tangible and intangible folklore in Chile. Our main argument argues that the production of this Society had continuity through various magazines, bequeathing a concept of folklore that mixes English and German tradition about the “popular knowledge” (tangible and intangible, respectively). First, our paper offers a description of the conformation of the Society, and then reviews the concept of folklore that emerges from its first founding years. Subsequently, the continuity of its publications is analyzed, considering the productivity of its members over time. At last, in a final section, some conclusions about its contribution to research

*Profesor Asociado, Director del Centro de Investigación en Artes y Humanidades (CIAH), Facultad de Artes, Universidad Mayor, Chile. christian.spencer@umayor.cl

**Socióloga, Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Artes, Pensamiento y Cultura Latinoamericanas, Instituto de Estudios Avanzados, Universidad de Santiago de Chile, Proyecto Fondecyt Nº11180946.

***Licenciado en Música mención Musicología, Magíster en Artes mención Música (Musicología), Pontificia Universidad Católica de Chile, Proyecto Fondecyt Nº11180946.

Recibido 12/04/2019 Aceptado 10/08/2019

on Chilean folklore are outlined, as well as the visibility of an ethnographic network of collaborators.

Key words: Chile, folklore, Rodolfo Lenz, popular knowledge, Chilean Folklore Society

Introducción

La Sociedad de Folklore Chileno (SFCh) fue fundada en 1909 en Santiago de Chile y sesionó hasta el año 1922. Señalada por algunos como la primera Sociedad de Folklore de América Latina (Lenz en Dannemann, 1960: 206), formaron parte de ella destacados/as estudiosos de las costumbres nacionales empeñados en dar a conocer estudios de caso sobre el llamado “folclore”1, concepto y disciplina consolidada en Europa que en América Latina recién comenzaba a afianzarse científicamente.

Los logros y efectos de la SFCh fueron múltiples. Por un lado, permitió el encuentro entre reconocidos intelectuales de la época y la divulgación de los primeros trabajos de investigación sobre el folclore material e inmaterial. Por otro, editó la llamada Revista de Folklore Chileno que alcanzó a imprimirse entre 1910 y 1923 e inspiró posteriormente la publicación de los Archivos del Folklore Chileno (1950-1957, 1971-1976, 2002-2008). Este último aspecto le dio continuidad a un tipo de pensamiento folclórico de cuño funcionalista, propio de los interesados en las costumbres nacionales, que permanecerá por largo tiempo entre los folcloristas nacionales. Pero el legado más importante fue su “Programa” de estudios, publicado el 7 de julio de 1905, donde se traza un plan de trabajo científico y pluralista de largo aliento sobre la cultura chilena. Este programa, jamás cumplido, planteó por primera vez un itinerario racial y geográfico (urbano y rural) de corte inclusivo para el folclore chileno, señalando la necesidad de utilizar la etnología para conocer el acervo oral del país “desde abajo”, esto es, a partir de su propia gente. El trabajo de la SFCh, en este sentido, fue el inicio formal de los Estudios Folclóricos Chilenos, entendiendo por ello un espacio para el desenvolvimiento de investigaciones sobre la oralidad y la tradición (llevadas a cabo con un método específico y en plazos acotados) por parte un grupo de intelectuales varones, en un contexto político y social común2. Como afirma Emily Pinkerton (2007: 52), este programa permeará todo el discurso sobre música a lo largo del siglo XX en Chile, con consecuencias que aún no han sido estudiadas en detalle.

En los últimos años ha aumentado el número de textos que describen y analizan el rol de esta sociedad en la cultura chilena, a los cuales se suma la producción realizada por los propios protagonistas de la SFCh y sus continuadores/as3. Donoso (2006) ha elogiado la propuesta racial de la SFCh, señalando que la inclusión de la cultura indígena (especialmente mapuche) fue un reconocimiento al carácter mestizo del país y al sustrato popular como fuente de identidad. Donoso y Tapia (2017: 136) han apuntado también al valor anticolonial de la SFCh en el sentido de ser el primer organismo en estudiar sistemáticamente a las clases subalternas, mientras que Parra (2017: 158) ha señalado que ella contribuyó sustancialmente al desarrollo de la ciencia en el país. En una mirada más general, Palominos (2016: 33) ha dicho que esta sociedad fue la primera en ofrecer una “problemati ación sistemática de la cultura popular en los tiempos modernos” y Ramos (2012: 93) que su obra tuvo continuidad en la política cultural del país a través de la creación del Instituto de Extensión Musical (1940) y el

Instituto de Investigaciones Musicales de la Universidad de Chile (1947). Fuera del ámbito de la música, investigadores/as han destacado el aporte que ella hizo al conocimiento del lenguaje vulgar (Contreras 1989, Salinas 2011) y la habilidad que desarrollaron sus miembros para recopilar material folclórico-literario, creando una verdadera “red etnográfica” de colaboradores que después se hará práctica habitual entre los folcloristas y estudiosos de la música tradicional sudamericana (Ledezma y Cornejo 2019: 185).

El presente artículo se inscribe en esta misma línea de trabajo. El objetivo primordial es describir el trabajo emprendido por la SFCh en dos niveles: primero, señalando su conformación histórica como Sociedad, así como sus estrategias de publicación por medio de revistas; segundo, analizando de manera sucinta el concepto de folclore difundido por ella. El argumento de fondo es que la SFCh consolidó los Estudios Folclóricos Chilenos y aportó una noción de folclore integrado que mezclaba la idea abstracta o procesual de “saber del pueblo” o folk-lore (típicamente alemana), con la noción de “antigüedades populares”, más material u objetual (típicamente inglesa). Dentro de esta integración ofreció un plan de trabajo general sobre el estudio de la oralidad, implementando una estrategia de difusión que le aseguró no sólo continuidad sino también la visibilización de una red de llamados “informantes”, como señalamos.

Con este texto no deseamos establecer un debate conceptual sobre el folclore, sino más bien aportar a la realización de un catastro ordenado de las publicaciones de la Sociedad para mostrar la importancia que tuvo su continuidad en la investigación musical chilena. Aunque debatimos algunos asuntos relativos al concepto de folclore, excluimos la problematización de nociones como folclore público, política cultural y método inductivo de recolección, así como el análisis de aspectos referidos al género, el eurocentrismo y el juicio de valor hacia al folclore (basado en la música de concierto o culta como vara de medida), por superar con creces el sencillo objetivo de esta propuesta. El trabajo que aquí ofrecemos, en este sentido, es parte de un proyecto mayor sobre el folclore chileno sobre el cual esperamos publicar otros textos donde se aborden estos asuntos.

El texto posee cuatro partes. En la primera describimos la historia de la SFCh haciendo hincapié en lo que sus propios estatutos y actas señalan sobre su conformación inicial. En la segunda ofrecemos una noción general de la idea de folclore emanada de su Programa de trabajo y, en la tercera, explicamos su producción intelectual por medio de revistas que, aunque distintas, sirvieron para expandir las publicaciones de sus miembros y discípulos y dar continuidad a una idea de folclore nacional. En las conclusiones delineamos algunas ideas acerca del aporte de la SFCh a la investigación así como a la visibilización de la red de colaboradores. Sobre el tercer punto, producción y continuidad, advertimos que hemos incluido tablas con títulos de artículos con el objeto de dimensionar la totalidad de la obra de la Sociedad. A riesgo de ser excesivamente empiristas, juzgamos pertinente incluir estos datos dada la escasez de catastros sobre la obra de la SFCh y la necesidad de valorar su trabajo más allá del campo del folclore y la música.

1. La Sociedad de Folklore Chileno

La SFCh fue fundada el 18 de Julio de 1909 por un grupo de intelectuales dedicados al estudio de la tradición y el folclore liderados por Rodolfo Lenz4. Se

mantuvo activa bajo este nombre hasta finales del mes de Junio y comienzos de Julio de 1913.5 El proceso de su formación se llevó a cabo en una sala del Instituto Pedagógico (hoy Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, UMCE), facilitada por su director Domingo Amunátegui Solar6, donde se reunieron “…los señores Ramon A. Laval, Agustin Cannobio, Eliodoro Flores, Ricardo E. Latcham, Enrique Blanchard Chessi, Antonio Orrego Barros, Maximiano Flores i Francisco Zapata Lillo; adhirió el señor Julio Vicuña Cifuentes, que estaba por enfermedad impedido de concurrir.”7 Estas diez personas firmaron el acta de fundación para luego preparar los Estatutos de la Sociedad, que fueron discutidos en la sesión del 1 de Agosto de 1909, siendo aprobados en la del día 15 del mismo mes. El directorio elegido en la primera sesión estuvo compuesto por:

Presidente: Doctor Rodolfo Lenz

Directores: don Ramon A. Laval y Julio Vicuña Cifuentes

Tesorero: Agustin Cannobbio

Secretario: Eliodoro Flores8

Rodolfo Lenz había obtenido su doctorado en filosofía (con especialidad en filología) en 1886 en la Universidad de Bonn, Alemania. En 1890 arriba a Chile contratado por el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile con el objetivo de dar clases en esa institución (Dannemann, 2010: 60). A pocos años de su llegada, publica varios textos sobre la cultura chilena que hoy son considerados fundacionales, como sus “Ensayos filolójicos americanos” [sic] (1894) en los Anales de la Universidad de Chile, los “Estudios Araucanos. Materiales para el estudio de la lengua, la literatura i las costumbres de los indios mapuche o araucanos. Diálogos en cuatro dialectos. Cuentos populares, narraciones históricas i descriptivas i cantos de los indios de Chile en lengua mapuche, con traduccion [sic] literal castellana” (1895-1897) y Über die gedruckte Volkspoesie von Santiago de Chile (1894), luego publicado en castellano como Sobre la poesía popular impresa en Santiago de Chile. Contribución al Folklore Chileno (1919) en la Revista de Folklore Chileno. Este último trabajo sienta las bases de los estudios de música tradicional en el país al incluir no sólo una descripción de diversos géneros musicales considerados folclóricos (cueca, tonada), sino también una descripción y análisis de los instrumentos, textos y funciones de la poesía popular chilena, incluyendo pasajes históricos y entrevistas con cultores (como Aniceto Pozo e Hipólito Cordero). Durante la segunda mitad del siglo XX, una profusa gama de estudiosos y estudiosas comienza a analizar la obra de Lenz desde la literatura, los estudios culturales y la historia, siendo gradualmente considerada como un sistema de pensamiento científico moderno, orientado a “‘chileni ar’ la educación al incorporar en ella la cotidianeidad y la tradición en un contexto incipiente de nacionalismo en el entrecruce de los siglos XIX y XX” (Parra 2017: 4)9.

El teórico del folclore Manuel Dannemann (1960) describe con mirada retrospectiva los aportes de la SFCh citando el trabajo de otro importante investigador local, don Yolando Pino Saavedra, de la siguiente manera:

Las publicaciones de la Sociedad, contenidas en la Revista de Folklore Chileno, en los Anales de la Universidad de Chile, en la Revista Chilena de Historia y Geografía, aparte de otras realizadas por diferentes editoriales y por cuenta de la institución o de sus respectivos autores, se caracteriza por

su gran abundancia; por su naturaleza marcadamente expositiva y comparativa -salvo honrosas excepciones- y reducidísima en lo interpretativo; por la omisión del deslinde entre lo folklórico y lo etnográfico, gracias a lo cual han llegado hasta nosotros calificados trabajos sobre la cultura araucana; por la preponderancia otorgada a la literatura popular, en conformidad con la abierta inclinación de los folcloristas de comienzos de siglo por esta rama. Ellas se mantienen como la síntesis y proyección de los múltiples frutos producidos por este movimiento renovador, y han de servirnos, a través de una simple enumeración de las más salientes, como irrefutable testimonio de “la más intensa investigación folklórica que ha conocido Chile”, a juicio de don Yolando Pino Saavedra. (Dannemann, 1960: 208-209) 10

En la cuarta y última comunicación a los miembros de la Sociedad podemos encontrar algunos cambios sustanciales en la “40.ª Sesión ordinaria y sesión general, celebrada el 14 de Abril de 1912.”11, como la elección de un nuevo Directorio, que mantenía antiguos integrantes y que estuvo comprendido por:

Presidente: don Rodolfo Lenz

Directores: Ramón A. Laval y Desiderio Lizana

Tesorero: Tomás Thayer O.

Secretario: Maximiano Flores12

El año 1912 fue productivo para la Sociedad. En sus actas se celebra la constancia de sus reuniones, así como su generosa asistencia:

Las sesiones se han celebrado casi todas a las 5 1/2 P. M. en la sala de la Biblioteca Nacional. Los socios asistentes fluctuaban generalmente alrededor de una docena, y el número de huéspedes a menudo ha sido considerable, de modo que podemos decir que el trabajo científico realizado por la Sociedad de Folklore durante el año de 1912 ha sido enteramente satisfactorio.13

La SFCh funcionó como organismo independiente hasta 1913 (Donoso y Tapia, 2017: 134). Ese año se fusiona con la Sociedad Chilena de Historia y Geografía (SCHG), fundada en 1911 por Enrique Matta Vial (Dannemann, 1989-1990: 82; Dannemann, 2010: 58). Una vez hecho esto, pasa a ser la Sección de Folklore de dicho organismo. En la 52ª Sesión ordinaria del 24 de Junio Rodolfo Lenz comunica la unión de estas dos entidades:

Con fecha 12 de Mayo el Directorio de la Sociedad de Folklore Chileno ha ofrecido la fusión a la Sociedad Chilena de Historia y Geografía. El 17 de Mayo se recibió una contestación de esa sociedad que acepto la idea en general y nombró a los señores MIGUEL A. VARAS y RAMÓN A. LAVAL para tratar de los detalles. Esto se hizo en una reunión del 13 de Junio, siendo la Sociedad de Folklore Chileno representada por los señores LENZ y TOMÁS THAYER OJEDA. Los acuerdos a que se arribó en esta reunión fueron ratificados por la Junta de

Administración según el oficio siguiente: SOCIEDAD CHILENA DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA. 14

Para la fusión entre la SFCh y la SCHG se establecieron las siguientes condiciones, conversadas “En la última sesión de la Junta de Administración de la SCHG, celebrada el 17 del presente mes [Junio]”15:

Las Sociedades Chilena de Historia y Geografía y de Folklore convienen fusionarse en las siguientes condiciones:

a)La Sociedad de Folklore pasa a ser la Sección de Folklore de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía. Esa sección se constituirá y tendrá las mismas prerrogativas de las demás secciones de la Sociedad.

b)Los miembros de la Sociedad de Folklore quedan de hecho incorporados en calidad de socios a la Sociedad Chilena de Historia y Geografía. No están obligados a pagar cuota de incorporación; pero deben pagar sus erogaciones anuales a contar desde el 1º de Enero del año en curso.

c)Se hará una tirada aparte de cien ejemplares de los trabajos relativos al Folklore que se publiquen en la Revista. Esa tirada se destinará a mantener los canjes que la Sociedad de Folklore mantenía con publicaciones extranjeras.

d)Los fondos existentes en tesorería, la biblioteca, el archivo y demás objetos de la Sociedad de Folklore pasarán a ser propiedad de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.

Lo que tengo el agrado de decir al señor Presidente para su conocimiento y fines consiguientes.

Dios guarde a usted.- [Firmado] E. Matta Vial.-Al señor Presidente de la Sociedad de Folklore Chileno.16

La primera sesión de la Sección de Folklore tuvo orden del día el 8 de Julio de

1913 en la Sala de la Biblioteca Nacional, mismo día de su constitución, donde pasó de ser la Sociedad de Folklore Chileno a ser la nueva Sección de Folklore de la SCHG. En esta reunión Rodolfo Lenz señaló la necesidad de elegir presidente y secretario, siendo él mismo electo como presidente y Roberto Rengifo como secretario (Laval, 1914: 458- 461). Este cambio de nombre será importante en la reconstitución de la historia de la Sociedad y, en lo sucesivo, introducirá confusiones y problemas terminológicos para la reconstrucción de la historia del folclore chileno.

En la 4ª Sesión del 11 de Noviembre de 1913, por exigencia del señor Barahona Vega, se hacen nuevas elecciones en la Sección de Folklore al consultar lo siguiente:

(…) si un miembro de la Sociedad de Historia y Geografía tiene derecho a tomar parte en las votaciones especiales de la Sección y por otra parte cómo pueden votar los socios de provincias. Cree que la Sección no tiene la facultad para determinar esto y pide quede constancia que su opinión es la de esclarecer estos puntos antes de proceder a la elección de presidente y secretario que debe efectuarse.

Los resultados arrojan nuevamente como presidente a Rodolfo Lenz con seis votos versus Vicuña y Lizana, cada uno con un voto a favor. Para secretario es reelecto

Rengifo, también con seis votos contra Vicuña y Barahona, no electos con un voto cada uno.

La Sección de Folklore funciona activamente hasta el año de 192117, cuando se inicia un largo receso que se mantiene hasta el año 1982:

(…) cuando el entonces presidente de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, Sergio Martínez, influye decisivamente para su reanudación de actividades empezando así la que podría llamarse la nueva etapa de la benemérita Sociedad de Folklore Chileno, que hoy se encuentra en plena actividad, con publicación de artículos en la Revista Chilena de Historia y Geografía y con el desarrollo de la edición del Atlas del Folklore de Chile (Dannemann, Quevedo); preparándose para conmemorar con dignidad y gratitud, en 1989, el octogésimo aniversario de su nacimiento. (Dannemann. 1989-1990: 82-83)

El valor de la obra de la SFCh (o Sección de Folklore) fue tempranamente realzado por los académicos de la época. Manuel Dannemann relata en 1960 lo siguiente respecto a la importancia de la Sociedad:

El aporte de la Sociedad se manifiesta de manera tan amplia y decisiva, que su existencia marca una nueva etapa en el desarrollo de los estudios del folklore en Chile, etapa de transición entre la primera, correspondiente al siglo XIX, especialmente con respecto de los llamados precursores, y las jornadas siguientes, resultantes de un paulatino progresar. Y nos permitimos catalogarla de transición porque durante su desenvolvimiento se orientan y conjugan dos tendencias: una, de divulgación, ya activada notablemente, como queda dicho, en el primer período del interés por nuestro folklore; otra, de investigación sólidamente establecida sobre la base de principios metodológicos, representada principalmente por el Dr. Lenz, en una posición individual de franca superioridad; por Julio Vicuña Cifuentes y por Ramón A. Laval, nuestra gran trilogía de folkloristas pertenecientes a esta segunda época y modelos de las posteriores (Dannemann, 1960: 209-210).

Hasta la fundación de la Sociedad del Folklore Chileno, existió una serie de trabajos que buscaban describir la cultura y las costumbres del pueblo chileno. Manuel Dannemann (1960: 203) define este amplio período anterior al siglo XX como “acientífico” y categori a a sus escritores en dos grupos, como:

(...) simples usufructuarios de elementos criollos pintorescos, muchas veces truncos y deformados en su presentación, aptos para la complementación descriptiva de obras de diversa índole y de objetivo no folklórico; y el de los precursores, que demuestra poseer una visión de los bienes comunes y tradicionales como integrantes de una materia independiente, susceptible de una consideración particular, propia, fundamentada más bien en procedimientos de estudio que en los de pura aplicación.

En este último grupo ocuparía un rol primordial Eduardo de la Barra, quien antes de la fundación de la SFCh esboza la necesidad de crear un proyecto fundacional en torno al folclore. En una misiva dirigida en 1894 a Lenz, enfatiza en la necesidad de

conformar una sociedad de estudios del folclore, tendencia que ya se estaba dando en países europeos (Dannemann, 1960: 205). De la Barra le propone a Lenz entonces crear centros etnológicos, concretamente cuatro distribuidos de norte a sur para promover su estudio. Esta información ha sido considerada por los estudios folclóricos como la primera señal para la configuración de una línea nacional de investigación sobre las tradiciones y costumbres locales.

Las actas de la SCHG muestran sesiones de la Sección de Folklore hasta el año 1921. En el último periodo se observan las problemáticas que fueron poco a poco debilitando a la SFCh sobre todo por la pérdida de constancia en las reuniones celebradas por la Sección de Folklore, fuera por la falta de participación de Lenz (Dannemann 1989-1990: 82) o por las enfermedades que aquejaron a Ramón Laval y Julio Vicuña Cifuentes18. Posteriormente, el año 1927 presenta su renuncia a la SCHG Ramón Laval, gestor clave de la SFCh, animador de su anexión como Sección de Folklore y recopilador de una importante cantidad de artículos propios y de otros investigadores del folclore (Sociedad Chilena de Historia y Geografía, 1927: 446).

A pesar de esto, después de 1922 la Revista Chilena de Historia y Geografía seguirá publicando textos sobre folclore (impresos, en algunos casos, como Revista del Folklore Chileno, como el tomo IX a cargo de Ramón Laval, de 1922). Pero no será hasta la década del 40 que se reintente la conformación de nuevas instituciones de estudio académico del folclore y la publicación de trabajos que divulguen este conocimiento. En 1943 surgirá el Instituto de Investigaciones Folklóricas, también conocido como Instituto de Investigaciones del Folklore Musical, órgano dedicado exclusivamente a la investigación de las expresiones musicales del folclore chileno. Lo que inicialmente fuera una comisión particular terminó siendo reconocido como un departamento de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile en 1944 en un proceso liderado por el historiador Eugenio Pereira Salas19.

2. Hacia un concepto integrado de folclore

Lenz publicó dos documentos donde se delinea su concepto de folclore y, por extensión, el de la mayor parte de los miembros de la SFCh. El primero fue leído por él mismo en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile en 1905 y contiene una carta al Decano justificando la relevancia del tema que lo convoca. Esta publicación adelanta la mayor parte del segundo texto titulado “Programa de la Sociedad de Folklore Chileno” publicado en 1909 con su rúbrica. Este último contiene los estatutos de la SFCh, un ensayo de Len titulado “Etnolojía y Folklore” (basado en otro texto de R. F. Kaindl “Die Volkskunde, ihre Bedeutung, ihre Ziele und ihre Methode”, de 1903) y el mismo “Ensayo de programa” publicado en 1905 con algunos cambios y una sección metodológica denominada “Reglas para la transcripción de documentos en dialecto chileno”.

En los estatutos señalados (Artículo 2) se indica que “El Objeto de esta sociedad será fomentar el estudio del folklore chileno (F.Ch) i facilitar la publicación de toda especie de trabajos referentes a esta ciencia”. El documento además explicita el campo de acción de los estudios del folclore, proponiéndolo como una disciplina propia, diferenciada de la etnología. “El Folklore es una rama de la etnolojía”, dice Len traduciendo las palabras de Kaindl, y aclara inmediatamente que “La etnolojía investiga las leyes de la formación de la humanidad con el objeto de presentar un cuadro de su vida síquica. No se ocupa en lo que piensa el individuo, sino en lo que piensan los

pueblos como colectividad” (1909: 5). Sobre el estudio del folclore, dice que “Al principio se denominaba con este nombre a los materiales mismos i no a la ciencia que recoje, ordena i estudia estos materiales; era ‘el saber del pueblo’ i no ‘la ciencia que versa sobre el pueblo’, sin embargo, pronto pasó a significar también la ciencia misma” (1909: 9). Además agrega:

El Folklore es aquella rama de la “ciencia del hombre” que busca la mayor parte de los materiales que se necesitan para la aplicación del método inductivo i comparado en la etnolojía. Recoje los mitos i todas las manifestaciones de las creencias populares, las leyendas, las consejas, los cuentos, cantos i proverbios, las supersticiones i costumbres. Miéntras la etnolojía jeneral debe siempre tomar en cuenta a todas las naciones del mundo, cualquiera que sea su grado de civilización i parentesco, el folklore se limita a una sola nación o a un grupo de naciones que tienen una historia común, pero puede también limitarse hasta a una sola provincia i aun a una sola clase de individuos: podria por ejemplo hablarse de un folklore de pezcadores chilotes, del minero, del marinero o del bandido chileno. (Lenz, 1909: 8)

Raimund Friedrich Kaindl fue un historiador austríaco de la cultura. Católico y especialista en la vida de los alemanes de los Cárpatos, su trabajo etnológico fue menos constante que su vida como historiador. A pesar de ello, escribió el manual de 1903 donde resumía la importancia, fin y método de la etnología. En este trabajo, acorde con la época en que vivía, Kaindl valora positivamente el conocimiento etnográfico al ver en él un acervo ético por medio del cual se puede acrecentar la estima y amor de las personas con que vivimos, así como el valor de lo nacional y la amistad entre países. Como señala Tschofen (1999: 236-237), la apreciación del folklore de Kaindl provenía de una vertiente psicoanalítica del folclore según la cual la recuperación de sus valores era el camino para el conocimiento de uno mismo. Esta postura tenía perfecta consonancia con la “demanda de cultura popular” de la época que, según Tschofen, se trasladó a muchos lugares del mundo sin necesariamente traducirse en un patriotismo vacío.

Al igual que Kaindl, Lenz propició el estudio del folclore como un valor positivo para la nación, la identidad (nacional) y la ciencia. En su carta dirigida al Decano expresa que el “alma del pueblo” posee antecedentes etnológicos atractivos por lo que su recuperación es sin duda una tarea “patriótica”. Esto último, además de contradecir a Tschofen en su cita de Kaindl, demuestra que Lenz entendía su trabajo y el de la SFCh como una tarea orientada hacia la sociedad, no hacia la elite ni la academia. Sin perjuicio de ello, Lenz entiende que la promoción del folclore sirve para profesionalizar la actividad científica en el sentido de promover su regularidad (entregando, por ejemplo, incentivos a los profesores), honradez literaria, método respetuoso con el material popular y, por supuesto, “utilidad científica” o verdades probadas (Lenz 1905: 3).

En lo relativo al Programa, el texto que propone la SFCh es claro en especificar que existe un conjunto de conocimientos ordinarios del pueblo que son posibles de agrupar en cuatro grandes áreas: a) literatura (poesía y prosa), b) música, coreografía y artes plásticas y ornamentales, c) costumbres y creencias (fiestas y diversiones; costumbres de la vida del individuo y vida material del mismo, ocupaciones sociales y

artesanía), y d) lenguaje vulgar o habla (teoría y material del idioma). De acuerdo a Lenz, estos ámbitos representan el alma del pueblo y pueden ser estudiados por medio de la acción “nacional y patriótica” ya referida, para la cual “el terreno ya está preparado” en Chile, dice (1905: 5). Los ámbitos de acción pertenecerían a lo que el mismo Lenz denomina “Estudios Folclóricos” y se llevarían a cabo por medio de la creación de una revista que bautiza como “Revista de Folklore Chileno” y un Museo Nacional, jamás concretado.

La idea de que el conocimiento podía dividirse en compartimentos que se alimentan de una estructura social general, es propia del funcionalismo de la primera mitad del siglo XX. Recordemos que esta filosofía del conocimiento ejerció una notable influencia en el pensamiento social desde fines del siglo XIX hasta entrados los años 50. Su propuesta era entender la sociedad como un todo dividido por partes separadas entre sí que podían analizarse por segmentos, como las instituciones, las costumbres, las normas y también las tradiciones. La división que ofrece el programa de la SFCh, en este sentido, es hija de esta macro división social compartimentalizada, que supone una estabilidad inherente y una baja incidencia en las tradiciones populares del conflicto, las contradicciones e injusticias de género y clase. Esta percepción rígida es la que llevará a los cambios teóricos en el estudio de la cultura popular de los años 60, aspecto que en Chile se hará notorio en la obra de Manuel Dannemann y María Ester Grebe.

Volviendo al Programa, la noción de folclore que usa Len se refiere al “saber del pueblo” de modo casi literal (folk-lore). Como explica Oring, lo que los europeos entendían en el siglo XIX por ese folclore era en realidad una forma de acción positiva por la gente del lugar y sus conocimientos, tal como señalaba Tschofen:

“[El folklore era] Primero, los campesinos analfabetos, no corrompidos por la civilización, eran los depositarios y herederos espirituales de una nación pagana original. Segundo, sus cuentos, canciones, frases hechas y costumbres [que] reflejaban el pasado de un pueblo antiguo. Tercero, se podría reconstruir la vida material y espiritual de estos pueblos antiguos por medio de un elaborado proceso de análisis y comparación de los cuentos y de las costumbres contemporáneas” (en Prat Ferrer, 2008:107)

Esta perspectiva es la misma que tenían Lenz y la SFCh. Según aquél, cabe dentro de este conocimiento toda acción u objeto que explique qué tipo de tradición se practica y cómo se lleva a cabo al interior de la cultura popular chilena. Para Lenz lo popular son aquellos documentos “que viven en la memoria de la jente que no sabe leer i escribir, o al menos, no maneja libros” (1905: 7). Como todos en su época, su idea de tradición estaba definida por la dualidad oralidad-escritura entendida como un reflejo de la educación. Sin embargo, la de Lenz es una visión un poco más amplia y tolerante ya que incluye no sólo el criterio de escritura, sino también el de lectura. De este modo, el qué sería cualquier clase de cultura expresiva producto de una acción repetitiva, relacionada con un pasado antiguo o considerada popular. El cómo sería el “modo de hacer” o reproducir esas acciones antiguas por parte de los individuos/cultores/artistas que practican la cultura, esto es, su biografía, sus estrategias de producción (apuntes u otros), la trayectoria de sus ideas (sean imaginarias o no) y particularmente su lenguaje (vocabulario, etnicidad y valoración del habla, material y juego del idioma).

Siguiendo esta línea, es posible afirmar que la noción de folclore de Lenz me claba la idea abstracta o procesual de “saber del pueblo” (folk-lore), típicamente

alemana, con la noción inglesa de “antigüedades populares”, más material u objetual20. Al respecto de ello, el investigador Carlos Vega (1960: 74) señala que el programa que la SFCh fue “uno de los primeros que añaden al lore las cosas materiales”, es decir, donde se buscaba realizar una recolección integral del conocimiento popular. Esta idea permanecerá durante todo el siglo XX en los estudios folclóricos chilenos, reflejándose en las guías de investigación y recolección, así como en algunas obras teóricas que aquí no podemos abordar por motivos de espacio. Por ejemplo, en 1964 Manuel Dannemann y Raquel Barros, escribirán un texto denominado “Guía metodológica de la investigación folklórica” donde señalan que la “observación y la recolección de la materia informada” son actividades simultáneas que deben realizarse para conocer las obras del pueblo de manera conjunta y así evitar adoptar un “falso sentido estético” que separe la materialidad del espíritu (p. 174).

Un aspecto fundamental del programa de la SFCh, ya trabajado por Lenz con anterioridad, fue la inclusión de la variable racial, en particular la integración de la cultura araucana dentro de la idea de tradición (posteriormente llamada “mapuche”). En efecto, Len enfati a este aspecto señalando que “todas estas materias i otras parecidas deben estudiarse no solo en la parte española de los chilenos sino también con respecto a los indios” (Lenz 1905: 11). Este punto ha sido resaltado por autoras como Donoso (2006), y Donoso y Tapia, señalando que con ello se incluye a “las clases subalternas y los pueblos indígenas desde la perspectiva de la etnología” (2017: 136). Lejos del ámbito del folclore, Sánchez (2013) ha destacado que este filólogo alemán fue el primero en estudiar la lengua araucana de manera sistemática, incidiendo en el desarrollo de la SFCh para comprender lo mapuche como objeto arqueológico dinámico, no estático. Parra Muñoz sintetiza muy bien esta idea:

Siempre desde su consideración de lo subalterno como archivo “cultural”, tanto de la nación como de la humanidad, Len concibe al mapuche como un objeto arqueológico donde se manifiesta la filogénesis de la nación (y la cultura), ya no sólo desde una perspectiva ideali ada de pasado, sino que desde el mapuche “actual”, aquel que el discurso hegemónico de identidad a proscrito, introduciendo, a la par, una noción que resultaba conocida y grata para los representantes de este discurso: la homogeneidad, instalándose Len , nuevamente, en un lugar conciliatorio o intermedio entre el discurso de la tradición intelectual chilena y su propia mirada de lingüista científico y moderno (2017: 199).

Interesante es también observar que Lenz no hace distinción entre folclore y música popular. Es más, considera al guitarrón, el rabel y el arpa como instrumentos populares (1905: 9) con lo cual abre el campo disciplinar del folclore como categoría de síntesis de todas las prácticas conocidas hasta ese momento pre-industrial.

3. La difusión del folclore por medio de las revistas

Como se ha señalado, la SFCh se propuso divulgar el folclore dentro y fuera de su órbita de funcionamiento. Esto se tradujo en que los miembros de la Sociedad pudieran llevar sus trabajos y leerlos ante el grupo para analizarlos en conjunto. Además, se esforzó para que los artículos y libros de sus afiliados fueran impresos y repartidos entre los socios. Para llevar a cabo esa tarea se asoció con dos de los más importantes medios

de divulgación científica del momento: los Anales de la Universidad de Chile y la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, lo que permitió la creación de la Revista de Folklore Chileno. Esta última revista publicó entre 1910 y 1920 nueve tomos con más de 30 artículos relativos a la cultura expresiva de individuos o comunidades del territorio chileno. Destacan entre ellos estudios de la lengua, la cultura mapuche, las narrativas orales en forma de cuentos y la poesía popular de diversas zonas del país.

Los textos que conforman los tres primeros tomos de la Revista de Folklore Chileno fueron impresos por los Anales de Universidad en Chile. Esta revista, fundada en 1843 y aún vigente, dispuso de 300 ejemplares aparte para cada texto bajo del título “Revista de la Sociedad de Folklore Chileno”, lo que multiplicó la presencia de la SFCh en la producción intelectual de esta época e insertó el folclore dentro del debate académico21. Los textos que conforman los tres primeros tomos de la Revista de Folklore Chileno fueron los que se describen en la Tabla 1.

Según consta en las actas de la sociedad, en 1912 hubo dificultades y restricciones en el trabajo con los Anales de la Universidad de Chile, lo que se expresó en el decaimiento de las publicaciones. Se observa aquí un dilema que abrazará a los estudios folclóricos durante las primeras décadas del siglo XX relacionado con la falta de espacio para publicar sobre temas que conciernen al folclore:

(...) hemos tenido graves dificultades con nuestras publicaciones. La publicación de los Anales de la Universidad ha sufrido serios tropiezos y atrasos, que han obligado a la Administración Universitaria a entregar la impresión a otra imprenta. Además, por una disposición del señor Rector, que desea dar mayor variedad al contenido de los Anales, la imprenta admitía en cada número sólo pocas páginas de folklore.22

Tabla 1. Artículos publicados en Tomos I a III de la Revista de Folklore Chileno (1910-1914).

Título

Autor

Año

Número de entrega

 

 

 

 

Del latin en el folk-lore chileno

Ramón Laval

1910

Tomo I. Entrega 1

 

 

 

 

Cuentos chilenos de nunca acabar

Ramón Laval

1910

Tomo I. Entrega 2

 

 

 

 

Oraciones, ensalmos i conjuros del

Ramón Laval

1910

Tomo I. Entrega 3 y 4

pueblo chileno. Comparados con los

 

 

 

que se dicen en España

 

 

 

 

 

 

 

La Fiesta de Andacollo i sus danzas

Ricardo E. Latcham

1910

Tomo I. Entrega 5

 

 

 

 

Costumbres i creencias araucanas:

Eulojio Robles Rodríguez

1911

Tomo I. Entrega 6

Guillatunes

 

 

 

 

 

 

 

Las drogas antiguas en la medicina

León Tournier

1911

Tomo I. Entrega 7 y 8

popular de Chile

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios del pueblo araucano (la

Manuel Manquilef

1911

Tomo II. Entrega 1

faz social)

 

 

 

 

 

 

 

Juegos de bolitas

Maximiano Flores

1911

Tomo II

 

 

 

 

Costumbres i creencias araucanas:

Eulojio Robles Rodríguez

1911

Tomo II

Ñeicurehuen. Baile de machis

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de adivinanzas corrientes en

Recojidos por los señores Jorge O.

1912

Tomo II. Entrega 8

Chile

Atria, Eliodoro Flores, Ramon A.

 

 

 

Laval i

 

 

 

Roberto Renjifo de la Sociedad de

 

 

 

Folklore Chileno. Con una

 

 

 

introduccion i notas comparativas

 

 

 

por Rodolfo Lenz

 

 

 

 

 

 

Un grupo de Consejas Chilenas.

Rodolfo Lenz

1912

Tomo III. Entregas 1

Estudio de novelística comparada

 

 

a 3

precedida de una introduccion

 

 

 

referente al orijen i la propagacion de

 

 

 

los cuentos populares

 

 

 

 

 

 

 

Costumbres i Creencias Araucanas.

Eulojio Robles Rodríguez

1912

Tomo III. Entrega 4

Machiluhun, Iniciacion de Machis.

 

 

 

Travun, una reunion pública

 

 

 

 

 

 

 

Comentario a Tarifa de Boticas.

León Tournier

1913

Tomo III. Entregas 5

Impresa en Santiago de Chile en el

 

 

y 6

año de 1813

 

 

 

 

 

 

 

Costumbres i creencias araucanas. El

Eulojio Robles Rodríguez

1914

Tomo III. Entrega 7

juego de la chueca (Palin)

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos de adivinanzas corrientes en

Recojidos por los señores Jorge O.

1914

Tomo III. Entrega 8

Chile

Atria, Eliodoro Flores, Ramon A.

 

 

 

Laval i Roberto Renjifo de la

 

 

 

Sociedad Folklore Chileno. Notas

 

 

 

comparativas por Rodolfo Lenz

 

 

 

 

 

 

Esta situación llevará a que la SFCh formalice paralelamente una colaboración con la Revista Chilena de Historia y Geografía, órgano principal de difusión de la SCHG, revista que se comienza a imprimir en 1911 y que ya había publicado algunos artículos de miembros de la SFCh. La SCHG fue fundada en 1839 y reorganizada el año 1911 luego de un período de decaimiento. En dicho proceso tuvo un rol preponderante Ramón Laval, también miembro fundador de la SFCh, quien la revitaliza junto a la guía de Enrique Matta Vial (Feliú, 1969: 18-19). Luego de un par de colaboraciones, a partir de 1913, ambas sociedades se fusionan y la SFCh pasa a ser la Sección de Folklore de la SCHG. De este modo, la Revista de Folklore Chileno queda a cargo de la Revista Chilena de Historia y Geografía, cuestión que ha generado no pocas confusiones en la historiografía del folclore y la cultura chilenas.23 Desde 1912 en adelante, en suma, es posible reconstruir la Revista de Folklore Chileno en base a ambos medios, tal y como se puede observar en la Tabla 2.

Tabla 2. Artículos publicados en Tomos IV a IX de la Revista de Folklore Chileno (1912-1923), en Revista Chilena de Historia y Geografía (1912-1923) y Anales de la Universidad de Chile (1914-1919)

Título

Autor/a

Año

Número de

Publicado también en:

 

 

 

entrega

 

 

 

 

 

 

Cómo se canta la poesía popular

Desiderio

1912

Tomo IV.

Revista Chilena de

 

Lizana

 

Entregas 1

Historia y Geografía.

 

 

 

a 2

Tomo III, número 7.

 

 

 

 

 

Comentarios del Pueblo Araucano II.

Manuel

1914

Tomo IV.

Anales de la Universidad

La Jimnasia Nacional. (Juegos,

Manquilef

 

Entregas 3

de Chile. Tomo

Ejercicios y Bailes)

 

 

a 5

CXXXIV.

 

 

 

 

 

Chiloé y los Chilotes

Francisco

1912-1914

Tomo V

Revista Chilena de

 

Cavada

 

 

Historia y Geografía.

 

 

 

 

Tomos III al IX, números

 

 

 

 

7 al 13.

 

 

 

 

 

Sobre la poesía popular impresa de

Rodolfo Lenz

1919

Tomo VI

Anales de Universidad de

Santiago de Chile. Contribución al

 

 

 

Chile. Tomo CXXXXIV.

Folklore Chileno

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuentos populares Araucanos y

Sperata de

1916-1918

Tomo VII

Revista Chilena de

Chilenos recogidos de la tradición

Saunière

 

 

Historia y Geografía.

oral

 

 

 

Tomos XVII - XXVII,

 

 

 

 

números 22 al 32.

 

 

 

 

 

Leyendas y cuentos populares

Ramón Laval

1920-1921

Tomo VIII

Revista Chilena de

recogidos en Carahue (Chile) de la

 

 

 

Historia y Geografía.

tradición oral

 

 

 

Tomos XXXV -

 

 

 

 

XXXVIII, números 38 al

 

 

 

 

42.

 

 

 

 

 

Cuentos populares en Chile,

Ramón Laval

1922-1923

Tomo IX

Revista Chilena de

recogidos de la tradición oral

 

 

 

Historia y Geografía.

 

 

 

 

Año XII y XIII, Tomos

 

 

 

 

XLIV, XLV, XLVI y

 

 

 

 

XLVIII, números 48, 49,

 

 

 

 

50 y 52.

 

 

 

 

 

Uno de los aspectos que hace difícil el catastro de las publicaciones de esta Sociedad y sus miembros, es el hecho de que adicionalmente a los textos que componen la Revista de Folklore Chileno, hubo una serie de artículos que fueron publicados por ambos medios académicos. Pero aún obviando esta duplicación, la obra de la SFCh y sus miembros conforma un corpus de más de 60 artículos que representa un verdadero legado intelectual para el país. Profundiza esto el hecho de que las publicaciones de los miembros de la SFCh se extendieron más allá del folclore, abordando otros campos como geografía, leyes, historia, filología, arqueología, etnología, e, indirectamente, musicología. Aunque ubicados fuera del espectro de la música, algunos de estos textos permitieron el diálogo con otras disciplinas y, más importante aún, la inserción del folclore como elemento académico en las humanidades hasta al menos 1973.

Una lista pormenorizada de estos textos es la que presentamos en las Tablas 3 y 4, distribuida en los Anales y en la Revista Chilena de Historia y Geografía, respectivamente.

Tabla 3. Artículos de los miembros de la Sociedad de Folklore Chileno, acerca de temas diversos, publicados en los Anales de la Universidad de Chile (1894-1920)

Título del artículo

Autor

Año

Número

 

 

 

 

Ensayos filolójicos americanos: observaciones

Rodolfo Lenz

1894

Tomo 87

jenerales sobre el estudio de los dialectos i

 

 

 

 

 

 

 

literaturas populares

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estudios araucanos.

Rodolfo Lenz

1895-1897

Tomos 90, 91, 93, 94,

Materiales para el estudio de la lengua, la

 

 

97 y 98

literatura i las costumbres de los indios

 

 

 

mapuches o araucanos. Diálogos en cuatro

 

 

 

dialectos. Cuentos populares, narraciones

 

 

 

históricas i descriptivas i cantos de los indios de

 

 

 

Chile en lengua mapuche, con

 

 

 

traducción literal castellana

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Historia de la civilizacion de Araucanía

Tomás Guevara

1898-1903

Tomos 101, 103, 104,

 

 

 

 

 

106, 107, 108, 109, 110,

 

 

 

 

 

111, 112 y 113

 

 

 

 

 

 

Refranes Chilenos

Agustín Cannobbio

1901

Anexo

 

 

 

 

 

 

Costumbres judiciales i enseñanza de los

Tomás Guevara

1904

Tomo 114

Araucanos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Costumbres i creencias araucanas

Eulojio Robles

1906, 1908,

Tomos 119, 123 y 126

 

 

 

Rodríguez

1910 y

 

 

 

 

 

1914

 

 

 

 

 

 

 

¿Quiénes eran los Changos?

Ricardo E. Latcham

1910

Tomo 126

 

 

 

 

 

 

Folklore araucano: refranes, cuentos,

Tomás Guevara

1910

Tomo 127

cantos, procedimientos industriales, costumbres

 

 

 

prehispanas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Version al araucano del poema “El último

Manuel Manquilef

1911

Tomo 128

cacique” de Samuel Lillo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Adivinanzas corrientes en Chile (Recojidas por

Eliodoro Flores

1911

Tomo 128

Eliodoro Flores)

 

 

 

 

 

 

 

Tradiciones e ideas de los Araucanos acerca de

Rodolfo Lenz

1912

Tomo 130

los

 

Terremotos

 

 

 

 

 

 

 

Las últimas familias i costumbres araucanas

Tomás Guevara

1912

Tomos 130 y 131

 

 

 

 

Juegos de los niños chilenos

Daniel Aeta Astorga

1912

Tomos 130 y 131

 

 

 

 

Organizacion de un orfeon chileno

Ismael Parraguez

1915

Tomo 137

 

 

 

 

Costumbres mortuorias de los indios de Chile i

Ricardo E. Latcham

1915-1916

Tomos 136 a 138

otras partes de América

 

 

 

 

 

 

 

La mentalidad araucana

Tomás Guevara

1916-1917

Tomos 139 a 141

 

 

 

 

La etnolojía araucana en el Poema de Ercilla

Tomás Guevara

1918-1920

Tomos 142 a 14

 

 

 

 

Historia de la justicia araucana

Tomás Guevara

1920

Tomo 147

 

 

 

 

 

 

Tabla 4. Artículos de los miembros de la Sociedad de Folklore Chileno publicados en la Revista Chilena de Historia y Geografía, sobre temas diversos (1911-1923).

Título del artículo

Autor

Año

Volumen

 

 

 

 

Estudios de Folklore chileno. El pájaro azul

Julio Vicuña

1911

Año I, n° 1

 

Cifuentes

 

 

 

 

 

 

Sobre el cuento chileno “El Pájaro A ul”

Ramón A. Laval

1911

Año I, n° 2

 

 

 

 

Tiahuanacu

Ramón Laval

1911

Año I, n° 3

 

 

 

 

Qué es el Folk-lore y para qué sirve

Julio Vicuña

1911

Año I, n° 3

 

Cifuentes

 

 

 

 

 

 

Formas especiales de los utensilios caseros de los

Francisco Fonck

1912

Año II, n° 5

Aborígenes

 

 

 

 

 

 

 

Tres notas sobre la Isla de Pascua

Walter Knoche

1912

Año II, n° 6

 

 

 

 

Los cráneos de paredes gruesas según L Vergara

Francisco Fonck

1912

Año II, n° 7

Flores, con un dato más

 

 

 

 

 

 

 

Los cráneos de paredes gruesas

Ricardo Latcham

1912

Año II, n° 7

 

 

 

 

Vida y costumbres de los indios araucanos

Leotardo Matus

1912

Año II, tomo IV, n° 8

 

Zapata

 

 

 

 

 

 

Los Elementos Indígenas de la Raza Chilena

Ricardo E. Latcham

1912

Año II, tomo IV, nº8

 

 

 

 

Mitos y supersticiones recogidos de la tradición

Julio Vicuña

1914

Años IV y V, nº 13 al

oral chilena

Cifuentes

 

19

 

 

 

 

Una Metrópoli Prehistórica en la América del Sur

Ricardo E. Latcham

1914

Año IV, tomo XII, nº

 

 

 

16

 

 

 

 

Cráneos marcados de la isla de Pascua

Walter Knoche

1914

Año IV, tomo XII, nº

 

 

 

16

 

 

 

 

Uso y preparación de pieles entre los indios de

Ricardo E. Latcham

1915

Año V, tomo XIII, nº

Chile y otros países de Sud-América

 

 

17

 

 

 

 

La capacidad guerrera de los araucanos: sus

Ricardo E. Latcham

1915

Año V, tomo XV, nº

armas y métodos militares

 

 

19

 

 

 

 

Los héroes indígenas de la “Araucana”

Ricardo E. Latcham

1915

Año V, tomo XV, nº

 

 

 

19

 

 

 

 

Los de Vicuña

Tomás Thayer Ojeda

1915

Año V, tomo XVI, nº

 

 

 

20

 

 

 

 

Nanas o canciones de cuna corrientes en Chile

Eliodoro Flores

1915

Año V, tomo XVI, nº

 

 

 

20

 

 

 

 

Tradiciones, leyendas y cuentos populares

Ramón A. Laval

1920-1921

Año X y XI, tomos

recogidos en Carahue

 

 

XXXIV al XXXVIII,

 

 

 

nº 38 al 42

 

 

 

 

Creencias religiosas de los Araucanos

Ricardo E. Latcham

1923

Año XIII, tomo XLVI,

 

 

 

nº 50

 

 

 

 

La Revista de Folklore Chileno tuvo continuidad en los Archivos del Folklore Chileno (1950-1957, 1971-1976 y 2002-2008). Si bien esta última revista no declara en sus editoriales ser continuadora de la SFCh, su temática, metodología inductivista y estilo de escritura fueron similares a los de la SFCh. Esta continuidad fue también posible debido a la formación germana compartida por Lenz, Pino (fundador de la revista) y Dannemann (director), aspecto que incidió en una mirada filosófica y etnológica espiritual acerca del Volksgeist o alma popular ya señaladas. En cualquier caso, lo relevante es que los Archivos del Folklore Chileno dieron continuidad a la labor de la SFCh durante la segunda mitad del siglo XX y, en cierto modo, completaron el “Programa” propuesto por Len .

En relación con su producción, los Archivos de Folklore Chileno fueron editados por Yolando Pino y se componían de 13 fascículos: los 8 primeros conforman la primera etapa de la revista (1950-1957), los siguientes 9 y 10 corresponden a la segunda (1971-1976) y los últimos tres, del 11 al 13, a la tercera (2002-2008)24. En las tres etapas de esta revista se observa unidad de criterio en los títulos y contenido, aspecto atribuible a la presencia Manuel Dannemann, director inicial, recopilador y teórico del folclore latinoamericano. La obra académica y recopilatoria de éste exige un estudio aparte que aquí no podemos ofrecer dada su enorme extensión y profundidad literaria, pero baste decir por ahora que su labor es inseparable de la actividad de esta revista. Los títulos que reúne este archivo se encuentran resumidos en la Tabla 5.

Tabla 5. Artículos publicados en la revista Archivos del Folklore Chileno (1950-2004)

Título del artículo

Autor

Año

Número

 

 

 

 

Folklore de Valdivia

Abdón Andrade Coloma

1950

Fascículo Nº 1

 

 

 

 

El folklore como ciencia

Richard Weiss

1950

Fascículo Nº 2

 

 

 

 

La investigación de la adivinanza

R. S. Bogss

1950

Fascículo Nº 2

 

 

 

 

Mitología chilota

Evaristo Molina Herrera

1950

Fascículo Nº 2

 

 

 

 

Notas bibliográficas para el estudio de la

Raúl Silva Castro

1950

Fascículo Nº 2

“Poesía vulgar” de Chile

 

 

 

 

 

 

 

Apuntes folklóricos de Malleco

Elisa Figueroa

1950

Fascículo Nº 2

 

 

 

 

El cuento folklórico

C. W. v. Sydow

1951

Fascículo Nº 3

desde el punto de vista étnico

 

 

 

 

 

 

 

La cueca de los campos de

Yolando Pino Saavedra

1951

Fascículo Nº 3

Llanquihue

 

 

 

 

 

 

 

El caballo entre los indios chilenos

Tomás Lagos

1951

Fascículo Nº 3

 

 

 

 

Medicina y curación en Monte Patria

Marino Pizarro

1951

Fascículo Nº 3

 

 

 

 

Cuatro cuentos

Albertano González

1951

Fascículo Nº 3

populares de Nirivilo

 

 

 

 

 

 

 

Guía bibliográfica para el estudio del

Eugenio Pereira Salas

1952

Fascículo Nº 4

folklore chileno

 

 

 

 

 

 

 

Repertorio Folklórico de Chiloé

Galvarino Ampuero

1952

Fascículo Nº 5

 

 

 

 

Rodolfo Lenz como folklorista

Yolando Pino Saavedra

1954

Fascículos Nº 6 y 7

 

 

 

 

Notas folklóricas

Fernando de Castro

1954

Fascículos Nº 6 y 7

 

Pires de Lima

 

 

 

 

 

 

Algunas leyendas de Valdivia

Abdón Andrade Coloma

1954

Fascículos Nº 6 y 7

 

 

 

 

La cerámica folklórica de Pomaire

Bernardo Valenzuela Rojas

1954

Fascículos Nº 6 y

 

 

 

 

Los brujos de Chiloé

Agustín Alvarez Sotomayor

1954

Fascículos Nº 6 y 7

 

 

 

 

444 adivinanzas de la tradición oral

José Santos González Vera

1954

Fascículos Nº 6 y 7

chilena

 

 

 

 

 

 

 

En torno a los cuentos folklóricos

Yolando Pino Saavedra

1957

Fascículo Nº 8

 

 

 

 

El niño Dios de Sotaquí

Marino Pizarro

1957

Fascículo Nº 8

 

 

 

 

La cerámica folklórica de Quinchamalí

Bernardo Valenzuela Rojas

1957

Fascículo Nº 8

 

 

 

 

Apuntes breves de comidas y bebidas de

Bernardo Valenzuela Rojas

1957

Fascículo Nº 8

la región de Carahue

 

 

 

 

 

 

 

Anotaciones folklóricas de Constitución

Elena Wegener

1957

Fascículo Nº 8

 

 

 

 

Las narraciones

Yolando Pino Saavedra

1971

Fascículo Nº 9

araucanas

 

 

 

 

 

 

 

La forma de las adivinanzas chilenas

Olga Pino Sepulveda

1971

Fascículo Nº 9

 

 

 

 

La cocina campesina

Bernardo Valenzuela Rojas

1971

Fascículo Nº 9

 

 

 

 

El folklore de Monte Patria

Marino Pizarro Pizarro

1971

Fascículo Nº 9

 

 

 

 

La disciplina del folklore en Chile

Manuel Dannemann R

1976

Fascículo Nº 10

 

 

 

 

Estudio etnográfico del carbono artesanal

Bernardo Valenzuela Rojas

1976

Fascículo Nº 10

y del horno, en Chile

 

 

 

 

 

 

 

Los estudios de la cultura folclórica

Manuel Dannemann

2002

Fascículo Nº 11

en Chile en el cruce de los siglos XX y

 

 

 

XXI

 

 

 

 

 

 

 

“Juan del Pavo”: el

María Inés Palleiro

2002

Fascículo Nº 11

repertorio de un narrador y la génesis de

 

 

 

un archivo

 

 

 

 

 

 

 

Algunas características fonéticas de los

Hiram Vivanco

2002

Fascículo Nº 11

refranes

 

 

 

 

 

 

 

Herencia misionera en la práctica

María Isabel Quevedo

2002

Fascículo Nº 11

devocional de Puchaurán

 

 

 

 

 

 

 

Reminiscencias familiares: lo popular y lo

Sonia Pinto

2002

Fascículo Nº 11

folclórico

 

 

 

 

 

 

 

Cultura tradicional de la pampa salitrera I

Óscar Ramírez

2002

Fascículo Nº 11

región, de Tarapacá, Chile

 

 

 

 

 

 

 

Reminiscencias del mito de Cahuillaca en

Roberto Lehnert

2003-2004

Fascículo Nº 12

los relatos orales atacameños

 

 

 

 

 

 

 

Ven, alma perdida: del indígena sin

Víctor Rondón

2003-2004

Fascículo Nº 12

pecado al pecador arrepentido. Discurso y

 

 

 

música para la misión entre fieles e

 

 

 

infieles en el área surandina durante la

 

 

 

colonia

 

 

 

 

 

 

 

Fantasía y humor en décimas en Chile, la

Constantino Contreras

2003-2004

Fascículo Nº 12

transformación imaginaria de lo cotidiano

 

 

 

 

 

 

 

Supersticiones de los indios de Chiloé

Manuel Téllez Oyarzún

2003-2004

Fascículo Nº 12.

 

 

 

 

La auténtica poesía folklórica. La

Rodolfo Lenz

2003-2004

Fascículo Nº 12

expresión poética y musical de las

 

 

 

mujeres

 

 

 

 

 

 

 

La Maja

José Muñoz

2003-2004

Fascículo Nº 12

 

 

 

 

En el año 1957 los Archivos de Folklore Chileno detienen su producción para retomarla en 1971. La siguiente cita tomada de la Advertencia del fascículo Nº 9, de 1971, explica el porqué de esta interrupción:

Esta revista apareció hasta 1957. La falta de medios económicos impidió que siguiera publicándose regularmente. Con este número iniciamos una segunda etapa con la esperanza de dar a conocer los estudios y materiales chilenos que permanecen inéditos. Así responderemos al interés creciente que despierta el folklore en el público nacional y a las solicitudes de intercambio y subscripciones que llegan del extranjero25.

En la última época de la revista, Dannemann suple la labor de director tras la muerte de Yolando Pino, en 1992, consolidando aún más su carácter continuista de la herencia teórica y académica de la SFCh.

4. Conclusiones

La Sociedad de Folklore Chileno fue la primera sociedad académica dedicada al estudio y divulgación del folclore chileno. Nacida al calor de los ideales del centenario de la República, su programa y plan de publicaciones respondió a la creencia de que existía un saber popular que alimentaba la identidad y exigía un estudio científico y profesional hecho con disciplina y método propios. Las publicaciones de la Sociedad

tuvieron amplia difusión durante el siglo XX gracias a su impresión en diversas revistas, algunas de ellas ubicadas fuera del ámbito del folclore o la música. El contenido étnica y geográficamente pluralista de su Programa, se erigió como un acta fundacional de los Estudios Folclóricos Chilenos, impulsados fuertemente por la figura del filólogo alemán Rodolfo Lenz, creador de sendos textos que hoy vuelven a ser leídos.

En la obra de la SFCh y sus continuadores se aprecia un concepto de folclore inclinado hacia la noción alemana de alma popular. Se trata de un saber colectivo transmitible y expresable en términos abstractos y conductuales que, sin embargo, no niega la existencia de objetos o materiales producidos por ese saber, llamados en el mundo anglófono “antigüedades populares”. No obstante, sí implica una orientación hacia la literatura oral antes que hacia a la música o el sonido, algo que a ratos puede ser confuso (Pereira Salas 1952: 14). Con todo, la consolidación del estudio del folclore significó también la conformación de una red etnográfica de personas a lo largo del valle central con el afán de recopilar información relevante. La red de colaboración iniciada por Lenz y Laval se fue extendiendo a medida que hicieron trabajo de campo (a veces de manera formal, a veces de modo informal) y las publicaciones se fueron concretando. Esta red será la base sobre la cual se forje una notable red de informantes con los cuales se validarán las teorías románticas sobre el alma popular y la “resignificación de lo chileno” (Parra Muñoz, 2017: 209). Y también será el modo en que se asiente una red internacional de intercambio con Europa (Ledezma y Cornejo, 2019: 185) y un sentido de autocrítica del método etnográfico, aspecto propio de la antropología que hoy está prácticamente ausente de los estudios musicales chilenos.

Finalmente, es fundamental destacar que la estrategia de difusión de publicaciones que siguió la SFCh, extendió su trabajo por un período de casi un siglo (1911-2008). Esto se logró a través de la distribución de sus textos en la Revista de Folklore Chileno, los Archivos del Folklore Chileno, los Anales de la Universidad de Chile y la Revista de la Sociedad de Historia y Geografía, inaugurando tempranamente la interdisciplina y comprensión integrada del folclore.

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Sitios Web

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Memoria Chilena. www.memoriachilena.gob.cl

Notas

1 Utili amos aquí la castellani ación de la palabra “folklore” como “folclore” propuesta por la Real Academia Española en 1984 en su Diccionario.

2Comprendemos la SFCh y su entorno como un campo cultural en el sentido bourdesiano, es decir, como un espacio en el cual se producen relaciones sociales objetivas de poder y capital cultural que definen estructuras de funcionamiento del conocimiento. No obstante, no consideramos que de este campo surjan reglas operativas y estructurales que definan la posición social de los académicos interesados en el folclore, como pensaría Bourdieu, sino más bien que el desarrollo de la SFCh produjo un enfoque y un método particulares (el modo positivista de construcción del conocimiento y su manera de hacer recolección) así como un conjunto de influencias dentro del ámbito universitario.

3Para una interpretación de la historia de la SFCh desde el punto de vista de sus seguidores, véase, además de la obra de Lenz (1905, 1909), los trabajos de Eugenio Pereira Salas (1945 y 1959) y Manuel Dannemann (1960 y 2002), entre otros.

4Sociedad de Folklore Chileno. 1910. s.f.

5Sociedad de Folklore Chileno de Santiago de Chile (Actas). 1913: VIII-IX.

6Ibid. s.f. 1910.

7Ibid.

8Ibid.

9Para más información sobre la vida de Lenz véase Escudero (1963), Dannemann (1989-1990) y Parra Muñoz (2017: 157-250).

10Obsérvese que hubo también muchos trabajos presentados en las sesiones generales de la Sociedad que no fueron publicados por ninguna de estas revistas.

11Sociedad de Folklore Chileno de Santiago de Chile (Actas). 1913: III.

12Ibíd.

13Sociedad de Folklore Chileno de Santiago de Chile (Actas). 1913. V.

14Sociedad de Folklore Chileno de Santiago de Chile (Actas). 1913: VIII.

15Ibíd.

16Sociedad de Folklore Chileno de Santiago de Chile (Actas). 1913: VIII-IX.

17Ante la duda del año de receso de la Sección de Folklore (antes llamada Sociedad de Folklore Chileno), 1921 o 1922, tomamos la siguiente cita como esclarecedora: “Esta institución pasó a ser el año 1913 la

Sección de Folklore de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, que había fundado en 1911 Enrique Matta Vial, manteniéndose activa hasta 1921, si se toma como referencia para esta observación su última acta publicada, que apareciera en la Revista Chilena de Historia y Geografía, N° 45, del primer trimestre de 1922, sobreviniendo entonces un receso de ella que llegara a la larga duración de sesenta y un años, hasta que volviese a funcionar en 1982, ininterrumpidamente hasta ahora (…)” (Dannemann. 2010: 58- 59).

18En la Sesión 70 del 17 de Mayo de 1920 se lee: “El señor Laval comenzó por dar a conocer las causas que habían ocasionado la escasez de sesiones en el año pasado, las cuales se debían especialmente a la prolongada enfermedad de que había sufrido y que lo obligó por un lapso de cerca de seis meses a recogerse temprano. El señor Presidente, don Julio Vicuña Cifuentes, se encontró en un caso más o menos igual, pues tampoco pudo salir de su casa durante largo tiempo por motivos de salud. La enfermedad del Presidente y del Secretario de la sección, particularmente la de este último, impidió que se hicieran las citaciones a sesión y, por consiguiente, que éstas se efectuaran… En seguida se pidió a los señores socios se pusieran de acuerdo para elegir mesa, advirtiendo que el señor Vicuña Cifuentes solicitaba que no se reeligiese. El señor Thayer dice que siente el retiro del señor Vicuña, cuya salud no le permite asistir con

la asiduidad que deseara, pero, en vista de que la excusa es por demás justificada, propone para Presidente al señor Dr. don Rodolfo Lenz, cuyo entusiasmo por los estudios de folklore es conocido por todos. Se

aceptó, la designación por todos los concurrentes. El señor Laval ruega que no se le reelija para el puesto de Secretario, que ha desempeñado durante tantos años seguidos, y propone se elija a don Jorge O. Atria, indicación que se acepta por unanimidad”. (Sociedad Chilena de Historia y Geografía, 1921: 494).

Posteriormente, en la sesión 78 del 26 de Abril de 1921, se apunta que “Don Ramón A. Laval da cuenta de que el señor Lenz ha partido para Europa en comisión del Gobierno y que posiblemente permanecerá fuera de Chile por todo el resto del año, y que, en consecuencia, corresponde elegir nuevo presidente de la sección. Agrega que a varios folcloristas, miembros de la Institución, a quienes se había dirigido, pidiéndoles que desempeñaran ese cargo, se habían excusado alegando diversos pretextos; cree, dice, que dado el poco tiempo que falta, tal vez sería preferible no elegir presidente, sino, en cada sesión, indicar,

de entre los asistentes, la persona que deba presidirla. Así se acordó, y se propuso al señor Laval para que dirija la presente”. (Sociedad Chilena de Historia y Geografía, 1922: 500).

19Instituto de Investigaciones Musicales, 1950: 5.

20Para una historia del modo de entender el concepto de tradición en estos dos países, véase Gelbart (2007). Para una visión general del concepto de folclore en Europa, véase Prat Ferrer (2008).

21Todo el material publicado por Anales está disponible en versión digital, lo que hace posible reconstruir el trabajo de la SFCH en esta primera etapa. Las publicaciones están disponibles en el sitio web oficial de Anales de la Universidad de Chile: https://anales.uchile.cl/, con acceso y descarga liberada. Es importante mencionar que no todos los trabajos impresos por la revista se encuentran completos en un solo tomo debido a su extensión, que obligó a dividirlos en varias secciones e incluso a publicarlos en volúmenes posteriores.

22Sociedad de Folklore Chileno (Actas). 1913: V.

23Actualmente es posible acceder a varios de los artículos publicados por la Revista de Folklore Chileno a través del sitio memoriachilena.cl. Los archivos se encuentran digitalizados en formato PDF, son descargables y de uso liberado. La mayoría tiene en su primera página información de la revista a la que pertenecen, el lugar donde fueron impresos, el año, la entrega y el tomo al que corresponden. Si se observan las actas de la SFCh, es posible comprender la ausencia de algunas entregas, diferencias de estilo, o hasta errores en la impresión, todo ello aparentemente determinado por la complejidad de la relación entre el Directorio de la SFCh y sus afiliados, y entre la SFCh y los organismos académicos encargados de imprimir sus trabajos. Es así que los tomos no se correlacionan exactamente con el año de impresión, lo cual ha llevado a múltiples confusiones y hace difícil tanto su historización, como su catastro correlativo. La última entrega del Tomo III, por ejemplo, data de 1914, mientras que las primeras entregas del Tomo IV, de 1912.

24Los números físicos de la revista se encuentran en Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares (ALOTP) de la Biblioteca Nacional de Chile, desde el Nº 5 al 8, y en la Sala Pablo Neruda (Hemeroteca)

del mismo recinto, º 2 y 4. El º 1 fue encontrado en digital pesquisando en la web y el º3, “La Cueca en los Campos de Llanquihue”, en Biblioteca de América, Madrid, España.

25 Fascículo º 9. “Advertencia” en Archivos de Folclore Chileno. 1971: 7.