ESCRITURAS, TERRITORIOS Y EL REVÉS DE LOS TEXTOS
REVERS(ION)ADO. Ensayos sobre narrativas bolivianas . Magdalena González Almada (Comp.). Córdoba. Portaculturas. 2015. 180 páginas.
María Constanza Clerico *
REVERS(ION)ADO. Ensayos sobre narrativas bolivianas reúne una serie de trabajos elaborados por los integrantes del Grupo de Estudios sobre Narrativas Bolivianas [1] que es coordinado por la Dra. Magdalena González Almada, investigadora de la Universdad Nacional de Córdoba.
El libro invita, desde su título, a pensar lo reverso, el revés de los textos. Pensar las literaturas del sur, y también, pensarlas desde un sur simbólico. Es decir, desde matrices que señalan las contradicciones, los conflictos, las tensiones. De allí que, en la mayoría de los ensayos, pueden percibirse una serie de lecturas comunes. Zavaleta Mercado, Silvia Rivera Cusicanqui, Agamben, Nancy, Foucault, Benjamin, Warburg, Didi-Huberman son quienes aportan las categorías, no siempre específicamente literarias, para el análisis de textos no siempre literarios. También, antes de cada ensayo, hay una reflexión que anticipa su tema y que ha sido elaborada por alguno de los demás integrantes del Grupo. Esto evidencia un modo de funcionamiento que tiene que ver con el principio de reciprocidad andino y que es destacado en el “Prólogo” por Manuel Fontenla quien recupera el valor de esta experiencia colectiva.
El Grupo de Estudios sobre Narrativas Bolivianas se inició en Córdoba en el año 2012 a raíz de la publicación de un primer libro de ensayos, Sujetos y voces en tensión [2] . Entre una publicación y otra, si bien los objetos han ido variando, permanece como una constante el interés por entramar la crítica con los procesos económico-políticos bolivianos, pero también, los globales. En esta oportunidad los temas convocantes fueron la escritura y el territorio.
En el primer ensayo, “Comiendo con Pamela Romano. Notas sobre el escribir-comer en Lengua geográfica”, Mariana Inés Lardone se refiere a la relación que la poeta paceña entabla entre el comer y el hablar, entre alimentación y escritura. A partir del concepto de “glositis migratoria”, tomado del propio poemario, la investigadora plantea cómo aquello que enferma es, a su vez, el lugar de la cura, pues el vínculo roto entre las palabras y las cosas es una distancia que puede territorializarse, no en la dimensión abstracta de la Lengua, sino en la de la lengua como órgano que capta la materialidad del mundo y que, en ese movimiento, se hace tacto.
En el siguiente ensayo, “Recorriendo senderos imaginales: hacia una epistemología de la imagen para la descolonización”, Catalina Sánchez y Belisario Salazar recuperan una serie de categorías propuestas por la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui y el Colectivx Ch'ixi y que consideran potentes para intervenir en la descolonización de los cuerpos y las disciplinas. Salazar y Sánchez reastrean también en otras tradiciones (Benjamin, Warburg y Didi-Huberman) concepciones sobre el tiempo y la memoria que interrumpen las de la lógica colonial. Describen una epistemología que se aleja de lo escriturario como fuente legítima del saber y que ancla en las imágenes-síntoma, así llamadas porque condensan una memoria involuntaria que es memoria de lo abigarrado (ch'ixi) y cuyo origen es el tinku (des-encuentro/combate) colonial. Señalan que disímiles memorias y tiempos circulan en las imágenes encarnadas por objetos, gestos, bailes y fiestas andinas, y que por ello muestran las contradicciones culturales que les son constitutivas.
Lara Sofía Benmergui en “El júbilo de la comunidad: imágenes soberanas, destrucción del lenguaje y experiencia del errante en “Era ya oscurecido” de Jaime Sáenz” explora la peculiar prosa poética del autor, también a partir de pensar el vínculo entre imagen y escritura. Didi-Huberman, Blanchot, Deleuze, Foucault, Nancy son el marco desde el que lee la apuesta poético-política de Sáenz: Se trata, según Benmergui, de la creación de una comunidad de errantes a través de un lenguaje que deviene musicalidad, ritmo, y que en ello se abre a ser imagen soberana (Nancy).
“Los rincones urbandinos de William Camacho. Imágenes, sensibilidades y escritura como modelo epistemológico” es el ensayo en el que Florencia Rossi inserta los cuentos de El misterio del estido (2009) de Camacho en una genealogía, junto a Viscarra y Cárdenas, de contraliteraturas que ficcionalizan la experiencia en la ciudad de La Paz. Lo “urbandino”, noción del autor, es reapropiado por Rossi para dar cuenta de cómo esa experiencia no puede ser leída en términos dicotómicos. Lo andino y lo urbano emergen en una tensión irresuelta. En el habla migrante, el término “estido” condensa lo señalado: es lo roto, lo que es y lo que ha sido, es un término ch'ixi, nuevamente, y que sirve para deconstruir los estereotipos sobre esa experiencia paceña, de allí su potencia epistemológica.
Magdalena González Almada en “Aproximaciones en torno a los lugares del cuerpo en Las camaleonas de Giovanna Rivero” se ocupa de la constitución de las subjetividades femeninas en la novela de la escritora cruceña y las vincula con los procesos del Capitalismo Mundial Integrado descritos por Guattari y Rolnik (2013). Analiza el impacto que sobre el cuerpo tienen los mandatos económico-culturales y registra las dinámicas de resistencia y negociaciones que alrededor de este muestran los personajes femeninos. Camaleónicamente, los cuerpos son materialidades móviles que ajustan o resquebrajan los modelos del consumo. Desde lo público a lo más íntimo, González Almada focaliza en una protagonista en crisis frente a las políticas capitalísticas que la atraviesan y constituyen su corporalidad.
En el ensayo “Género Telepático: el juego como posibilidad literaria” Sofía Pellicci aborda la novela Illimani púrpura (2011) de Juan Pablo Piñeiro desde la perspectiva de los géneros literarios. El “género telepático”, inventado por el propio Piñeiro para referirse a su novela, irrumpe corroyendo al fantástico. Tiene, como particularidad, un carácter metacrítico. Vinculado al humor, desanda la experiencia literaria, escenifica sus supuestos, juega con la tradición (la vacilación todoroviana, la función-autor). Así, se produce un ida y vuelta entre crítica y ficción que desarticula la posición del lector. Lo involucra en una telepatía que lo comunicaría supuestamente con un autor que finalmente deviene paxp'aku, pura ilusión. La experiencia de esa ruptura es, según la investigadora, la clave del género.
En “Los extremos de la locura. Norte de Edmundo Paz Soldán”, María José Daona analiza el tratamiento del espacio en la novela del cochabambino desde la noción de heterotopía de Foucault. Heterotópicos son los espacios que cumplen una función, como pueden ser la cárcel, los psiquiátricos, las fronteras. La frontera norte, entre Latinoamérica y Estados Unidos, limita y permea el paso de sujetos que, en ese tránsito, son atravesados irremediablemente por ella. Un personaje que cruza y termina siendo pintor en los psiquiátricos sin poder volver, otro que va y vuelve permanentemente porque asesina mujeres. Ambos borders, fronterizos, señalan las huellas que ese espacio liminal traza en las subjetividades de un mundo globalizado. La utopía de pertenencia, el terror de la ajenidad, la violencia, la fuga, hacen de estos personajes en tránsito un signo de la época.
Hina Ponce en “A dos latitudes: aproximaciones hacia la marginalidad” relee los vínculos literarios entre Argentina y Bolivia. Aunque de diferentes épocas, ve en la figura del aparapita recreado por Jaime Sáenz y en la del gaucho matrero por José Hernández una marginalidad que resiste a las lógicas “civilizatorias”. El primero es un personaje que habita en la periferia paceña, come sobras, junta basura, trabaja cuando quiere y decide su propia muerte por borrachera. El segundo, negándose a ser absorvido por la matriz estatal, elige ser libre, aunque perseguido. Ninguno tiene carta de ciudadanía plena. Ambos desafían la estructura del capital, aunque Martin Fierro luego fuera reivindicada como épica nacional por la misma clase que persiguió al gaucherío. Sobreviven, argumenta Ponce, como figuras esenciales de un imaginario libertario.
“La lingüística matemática y lo aymara: algunos comentarios y cuestiones en torno a la lógica trivalente andina” es el último ensayo el libro y en el que Fátima Alonso revisa la propuesta de boliviano Guzmán de Rojas (1985) en torno a un tema poco explorado, la relación entre lógica, lenguaje y pensamiento en la lengua aymara. Si bien señala insuficiencias y contradicciones en la propuesta de Rojas, destaca la importancia de habilitar un espacio para este tipo de estudios en el ámbito académico.
A modo de cierre, el libro incluye una conferencia dada por el escritor Juan Pablo Piñeiro en el Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba en agosto de 2013. En “El país del silencio”, Piñeiro rinde homenaje al escritor chaqueño Jesus Urzagasti y repasa amorosamente su trayectoria biográfica y literaria. Anuda así con el hacer del Grupo de Estudios que propone lecturas cruzadas, intencionales, a contrapelo, tejiendo redes, hoy más que nunca, necesarias.
* Profesora en Letras Modernas. Facultad de Filosofía y Humanidades – Universidad Nacional de Córdoba. [ cotisclerico@hotmail.com ]
[1] El GNB entabla diálogos con investigadores, escritores y lectores de variadas regiones y países. Ha organizado Simposios y dictado diferentes Cursos con el fin de contribuir a la difusión de la literatura boliviana en Córdoba.
[2] Sujetos y voces en tensión. Perspectivas para pensar la narrativa boliviana del siglo XX y XXI . Córdoba, ImprentICA. 2012.