Pulgarcito, aportes para nuevas lecturas

Melisa Maina*

Resumen:

En este artículo se revisará críticamente el libro Diario Secreto de Pulgarcito escrito por F. Lechermeier e ilustrado por R. Dautremer, comparándolo con el texto original de Perrault. Se intentará dar respuesta la pregunta ¿cómo se modifican los textos clásicos?, por medio de la noción de traducción como proceso de operación cultural a través de las líneas teóricas propuestas por Walter Benjamin. A partir, del análisis del caso particular del texto seleccionado, se pensará cómo se han modificado ciertos temas en la narración y qué aportes se realizan en la interpretación de una nueva lectura. De esta manera, concebimos los cuentos clásicos como documentos históricos, para así articularlos con los conceptos de hegemonía y disidencia.

Palabras claves: traducción- hegemonía-disidencia-cuentos clásicos- Pulgarcito

The Secret Diary of Tom Thumb witten by R. Lechemeier and illustrated by R. Dautremer, will be analyzed by comparing it with the original story collected by Perrault. We will try to answer to the question ¿how the classic tales change with time?, through the notion of translation as a process of cultural operation following the theoric proposal of Walter Benjamin. Based on the analysis of the selected case, we will think how certain themes has been modified in the narration and which contributions has been done in the interpretation of a new reading. We conceive the classic tales as history documents, to articulate them with the notions of hegemony and dissidence.

Words Keys : translation- hegemony- dissidence- classic tales- Tom Thumb

* Licenciada y Profesora en Letras Modernas. Docente de Nivel Superior. Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Letras Modernas. UNC. Mail: melisa.maina@gmail.com

Recibido 19/12 /15. Evaluado 16/03/16

N os proponemos pensar cómo opera la traducción cultural en la relectura de un cuento clásico a partir de l análisis del libro Diario secreto de Pulgarcito , ilustrado por Rebecca Dautremer , escrito por Philippe Lechermeier y editado por Edelvives en 2010. Nos interesa pensar cómo ciertos temas de la literatura infantil pueden ser revisados para entender lecturas diferentes. Para esto comprendemos la traducción como operación cultural, mecanismo que permite comprender una forma de acceder a una revisión de los textos para interpretar las relaciones y rupturas con el original. Por lo tanto el problema queda definido de la siguiente forma: ¿de qué modo y porque varían los cuentos clásicos infantiles en el tiempo? Para tratar de dar respuesta a esto tomamos como caso de aplicación, el cuento clásico de Pulgarcito. El concepto de traducción cultural es una herramienta teórica que permita dar una respuesta a la pregunta formulada.

La historia de Pulgarcito, integra los denominados cuentos clásicos para niños. Tanto Susana Navone como Robert Darton revisan estos textos como documentos históricos, ya que han evolucionado y han adoptado diferentes formas en relación a diferentes contextos históricos y sociales. Para esto nos guiamos teóricamente con el artículo de Walter Benjamin La tarea del traductor para de esta forma entender que se asume una traducción desde el original hacia el texto traducido pero como lo hace extensivo a la obra de arte, no sólo hablamos del lenguaje sino también de procesos más complejos en el entramado cultural. En consecuencia, se activa una mediación entre aquel que ofrece el servicio de mediar entre los dos textos y de esta forma alcanzar una posibilidad de acercamiento a la verdad del conocimiento. El autor sostiene: “Porque en su supervivencia —que no debería llamarse así de no significar la evolución y la renovación por que pasan todas las cosas vivas— el original se modifica”. (1923: 133). Lo que lleva a deducir que escapa a una teoría de la copia y que permite pensar cómo accedemos a la realidad inmediata. En este sentido, sostenemos que las operaciones de traducción cultural son complejas y no sólo hablamos de un original y una copia sino de procesos más complejos que escapan a esta dicotomía. Para sostener esto, primero debemos revisar los orígenes del texto.

Según Robert Darton se registraron más de ochenta versiones de Le Petit Poucet entre 1870 y 1914. Precisamente esta época es caracterizada como la edad de oro de la investigación de los cuentos populares en Francia. Navone realiza un recorrido por la obra del autor e interpreta los diferentes momentos de su vida en relación a la corte de Versalles, una característica notoria es que introduce la moraleja al final de los relatos y por lo tanto filia la literatura para niños a una línea moralista. Nos interesa recuperar esta forma de análisis para comprender los elementos que son modificados en el cuento tradicional.

Marcela Carranza define a los cuentos clásicos de la siguiente manera: “(…) aquellos textos de los que todo el mundo tiene noticias, pero que casi nadie ha leído.” (Imaginaria 2012). Por lo tanto, hablamos de textos que perviven en la memoria de una comunidad a lo largo de la historia y que se hacen tangibles en nuevas apropiaciones y transformaciones.

El cuento de Pulgarcito recopilado por Perrault [1] nos permite pensar en un proceso de traducción cultural para comprender cómo se pueden pensar las transformaciones sufridas por el cuento, a partir de las adaptaciones que se hicieron en sociedades, culturas y tiempos diferentes, entonces uno puede pasar a preguntarse en qué términos se producen semejantes traducciones, qué conllevan, en qué manera afecta a los textos.

Entendemos, entonces, que existe un proceso de reapropiación de la historia original. En esa apropiación pervive el esquema narrativo. Es decir, se repiten personajes conflictos y desenlace pero aparecen ciertas modificaciones que lo convierten en un nuevo texto, por ende admite otras lecturas. En este caso particular se suman las imágenes que reconvierten las formas de leer y entender ese texto. Cabe destacar que los autores Perrault y Dautremer y Lechermeier son franceses, por lo tanto no estamos ante nociones simples de traducciones ante el lenguaje sino de modificaciones en la construcción cultural propia de la narración.

Esto nos lleva a pensar en qué términos se producen semejantes tranformaciones, qué conllevan, en qué manera afecta a los textos. Así analizaremos los cambios y alteraciones con respecto al texto más antiguo y de esa forma buscamos comprender qué modificaciones culturales subyacen al cambio operado en el texto. Para hacer más simple el análisis situamos tres esferas diferenciadas: la primera, considerar que en el cuento para niños se han operado mutaciones a lo largo de la historia, la segunda esfera recupera el concepto o categoría analítico “traducción cultural” para tomarlo como una herramienta que se utilizará para analizar estos modos de transformación y mutación de los cuentos de hadas y clásicos, y por último, el caso de aplicación del trabajo: Pulgarcito.

A partir de la primera esfera de trabajo, el cuento de hadas o los clásicos se ubican dentro del campo de la literatura infantil. Esas versiones modificadas del texto original llevan a plantearse las dudas sobre los procesos de adaptación. Proceso mediados por los mecanismos propios de la oralidad y la escritura, ya que los cuentos que hoy conocemos, circulaban ampliamente en la Edad Media y luego fueron “fijados” en la escritura.

Jack Zipes sostiene con respecto a los cuentos de hadas: “La evolución cultural del cuento de hadas tiene un estrecho vínculo histórico con todos los tipos de narración y los diferentes procesos civilizadores que han afianzado la formación de los Estados nación” (2014:14). Es interesante pensar en esta construcción de la historia cultural de los cuentos de hadas que realiza el autor para entender cómo influyen en la construcción cultural de las sociedades modernas, sin perder de vista su nacimiento dentro en los discursos orales de los pueblos. Si tenemos en cuenta esta primera traducción, hay un primer mecanismo asociado a los procesos de oralidad, por lo tanto, son múltiples las versiones de una misma historia. Una vez que el texto se “fija” en la escritura, por procesos históricos, puede modificarse nuevamente en nuevas versiones. Así se relaciona con la segunda esfera, la traducción cultural para buscar las modificaciones en las representaciones asociadas al texto clásico. Al respecto, Walter Benjamin sostiene:

Toda traducción sería imposible si es que su esencia última consistiera en buscar una mera semejanza con respecto al original . Pues éste cambia en su supervivencia –que no podría recibir su nombre si no fuera mudanza y renovación de algo vivo –. Las palabras escritas nunca terminan su maduración. La tarea del traductor. Obras IV, 1, p. 12-13.

Por lo tanto, hay una doble operación, en primer lugar, una traducción cultural desde el texto original de Perrault al texto ilustrado de Rebecca Dautremer y por otro, una resignificación de la historia en otros ámbitos de la cultura. Con esto queremos decir nuevas formas de leer e interpretar la historia que no significan cambios en el lenguaje pero si en los modos de representación de esa historia.

Estos procesos que no son independientes, sino que son paralelos en el tiempo, y que se plasman en la nueva producción de textos para niños. Ciertos tópicos o elementos siguen presentes pero modificados o alterados, de este modo, los procesos de lectura son otros. En consecuencia, se plantea el siguiente interrogante: cómo las diferentes narraciones influyen en la conformación de una nueva forma de pensar la sociedad que los rodea. Tatiana Antonia Selva Pereira siguiendo a Benjamin sostiene:

Actualmente, la traducción se concibe como una actividad que trasciende los conceptos formales de equivalencia, de literalidad y de fidelidad para establecer relaciones dialécticas entre el espacio y el tiempo, entre nosotros y los otros en el ámbito de la cultura. (2010: 2)

A partir de la conceptualización teórica de traducción cultural es interesante pensar de qué manera las modificaciones en el texto actualizan un espacio-tiempo diferente en que el texto es producido y leído. Es decir, las modificaciones se relacionan con una forma particular de concebir el mundo.

Por último, se toma como caso particular de análisis a Pulgarcito, porque es uno de los textos clásicos que ha sobrevivido en el tiempo porque ha permanecido en el canon literario de la literatura infantil. Si bien tanto Perrault como Grimm y Andersen escribieron múltiples cuentos, sólo algunos llegan hasta nuestros días. Esta supervivencia se debe en gran parte a las continuas modificaciones y adaptaciones que ha sufrido a lo largo y además se ha vuelto una metáfora política, El Salvador es denominado el pulgarcito de América


[2] , podemos citar a la obra de Manuel Montobio denominada La metamorfosis de Pulgarcito. Transición política y proceso de paz en el Salvador y la obra de Roque Dalton llamada Las historias prohibidas de pulgarcito.

En consecuencia, se evidencia un núcleo problemático dentro de las continuas “traducciones” culturales relacionadas con una particular mirada de mundo. Es decir, de qué forma el texto modifica y actualiza determinados núcleos problemáticos y así pervive el cuento en la historia. Para esto nos remitimos a un análisis estructural para ver rupturas y continuidades, después nos detenemos en la configuración de los personajes y por último establecemos relaciones con los conceptos de hegemonía y disidencia de Marc Angenot.

Reiteraciones

Podríamos pensar que los diarios de bitácoras o el recorrido por un diario personal que cuenta las aventuras de algún personaje, pertenece a un a un subgénero de la literatura infantil que se ha vuelto moneda corriente en los últimos años [3] . La proliferación de los libros álbumes repercute en una nueva mirada de los textos y sus considerables modificaciones en la tarea del lector. Entonces a partir de esta definición comprendemos que estamos ante la historia de Pulgarcito “traducida” no sólo en el lenguaje sino también en el formato, porque es un libro que necesita de otra mirada, de otra traducción alerta a los giros y modificaciones del texto.

Para la caracterización de este género seguimos el estudio realizado por María Cecilia Silva-Díaz Ortega Libros que enseñan a leer: álbumes meta-ficcionales y conocimiento literario (2005) que se ha consolidado como insoslayable en este tipo de estudio. El componente predominante en el caso del libro álbum es la imagen. El arte visual puede se pensado en tres planos: en primer lugar, la imagen que se observa en la tapa y la contratapa conformando un cuadro estético donde se establece una relación directa con la historia contenida en el interior. Este tipo de libro prefigura, prevé, proyecta un lector capacitado en la experiencia cotidiana de la plástica, el cine, la publicidad y la literatura que puede observar y disfrutar de las diferentes formas de construcción de la ficción. Tomamos aquí la diferenciación entre libro álbum y libro ilustrado propuesta por María Teresa Orozco Oropel [4] , es posible diferenciar entre el libro de imágenes; libros conformados solo por imágenes y libros ilustrados, donde es posible observar el peso de la función narrativa acompañada por el texto. En el caso del libro álbum hay una interacción entre ambos símbolos (texto e imagen)”.

Particularmente en este libro, en ciertas páginas se asemeja a una enciclopedia de clasificaciones o un manual con los elementos más extraños. Hay borrones, reescrituras, manchas y los temas varían desde el relato de las acciones cotidianas hasta sus sueños con Marimota Matarile, su vecina y amor imposible. Pulgarcito además de escribir, dibuja lo que entiende y lo que no para ejemplificar aquellas cosas a las que el lector no puede acceder porque desconoce su lugar de origen. La contratapa del libro dice: “Mi nombre es Pulgarcito. Me gusta escribir y dibujar sobre las cosas que me pasan. Esta es mi historia. No la olvidaréis nunca” (2010). Con este inicio, hace extensivo el programa actancial a todas las historias posibles de personajes de niños pequeños que pueden modificar su situación.

En este punto, se evidencia que a diferencia del cuento tradicional, en este caso es Pulgarcito el que narra. La estrategia de un narrador protagonista, permite conocer al personaje de un modo particular. Al cambiar el foco de la narración, desde el texto original descubrimos un niño que sufre problemas familiares pero que además se preocupa por las condiciones sociales de su entorno. Pulgarcito es pequeño, débil pero astuto y eficaz en las decisiones que toma. Navone establece una comparación con el cuento “El gato con botas” también de Perrault, los personajes familiares más inesperados terminan salvando a la familia del hambre y la desesperación.

Con el estilo de los diarios de viaje, el texto de Pulgarcito nos presenta los borrones de un niño, los sueños y las necesidades en un ambiente hostil. Las hojas se caracterizan por raspones, enmiendas, cantos y rimas, hasta un santoral:

LUNES. San Hugonote. San Hugonote tiene pelo en el bigote. Santa Ingrata tiene pelos en las patas.

MARTES. San Gerardo. En San Gerardo, las vacas bailan y comen cardos.

MIÉRCOLES. San Pinrel. Si tienes hambre cómete el pie y guarda el otro para después. (2010:29)

El humor es un mecanismo para olvidar las penurias de la vida diaria y de esta forma configurar un personaje niño que no dispone de bienes materiales, pero que sí puede ingeniárselas para divertirse y crear historias disparatadas, rimas y chistes. Las imágenes de Dautremer muestran una sociedad industrial llena de basura, chatarra y edificios superpuestos. Si bien la historia es similar al cuento de Perrault, adquiere ciertos nudos problemáticos, se trasplanta en otro momento histórico. Dautremer, ubica esta historia particular es una ciudad moderna para actualizar la historia y hacerla extensiva a nuestros días. La pregunta es: ¿Sigue vigente la historia de un niño pobre en busca de la salvación de su familia y su comunidad? En este caso sí, porque hay una actualización permanente de los espacios. La aldea de Perrault está distanciada pero la ciudad industrial nos remite al paso inmediato. Pensar en la destinación de estos libros, en el público infatil que probablemente conozca la historia

En este sentido entendemos que hay una reinterpretación del texto clásico que puede ser concebida como una nueva forma de pensar la sociedad contemporánea. Por ejemplo, Pulgarcito hace un decálogo de sopas, en el listado se encuentra la sopa de piedrecitas blancas que hace referencia al texto de Perrault, ya que el protagonista puede regresar a casa en el primer intento de sus padres gracias al camino que marca con este objeto. De este modo, se evidencia que las piedras están presentes a lo largo de todo el texto para dar cuenta de una pobreza extrema, pero además para inferir el texto original.

En esta parte de la historia, además, se observa el odio de Pulgarcito hacia la madrastra, personaje que no existe en el cuento original porque son los padres los que deciden abandonarlos en el bosque. Particularmente en el texto de Dautremer, la inclusión de este personaje resuelve el problema del abandono en las comunidades campesinas.

Situación no poco común en las antiguas poblaciones francesas, Robert Darton interpreta que era una situación cotidiana en ciertos puntos de la población, porque la comida escaseaba por lo tanto era necesario disminuir el número de integrantes de la familia [5] . La figura de alguien que no tiene vínculo de sangre con los niños, admite la resolución de un abandono muy ligado a la muerte, ya que los niños perdidos en el bosque son un blanco fácil para los animales salvajes. Aparece aquí un rasgo no aceptado por el contexto histórico y social, ya que es una premisa muy poco aceptada de que alguien muy próximo al círculo familiar piense o realice acciones destinadas al daño de los niños.

Entonces, la pregunta es cómo Dautremer y Lechermeier reescriben esa primer revisión histórica de los niños perdidos en el bosque porque los padres no pueden hacerse cargo. Surgen las preguntas e relación a cómo interpretamos el abandono de los niños en una época de hambruna y escasez continua.

Otro punto a tener en cuenta es la madrastra que esconde el dinero, podemos entender que hay un orden opresivo que no permite compartir las riquezas materiales con los demás. Una diferencia marcada con el cuento de Perrault donde los padres no tienen ningún medio económico para poder hacerse cargo de la alimentación de sus hijos.

Los tópicos son los mismos: la pobreza, el hambre, la falta del amor de la madre, una familia muy numerosa, el abandono, un bosque y un ogro, y por supuesto, la audacia del más pequeño provisto de la inteligencia. De este modo, recurriremos al análisis de algunos de ellos para comprender de qué forma ocurre la traducción del texto.

A manera de un eje que sostiene el relato, la pobreza, entendida como el hambre extrema, se hace presente en cada hoja, en cada sentimiento y en el desenlace de las acciones. Estos temas no sólo se evidencian en el texto escrito sino también en las hojas llenas de color que demuestran a los niños perdidos o abandonados en un lugar lleno de monstruos. La panza vacía, el sueño constante con la comida marca significativamente todo el texto, porque a cada página se hace una referencia sobre la desesperación de los niños que va in crescendo. Darton dice: “Comer o no comer, era la cuestión que enfrentaban los campesinos en su folclor y también en su vida diaria” (1986: 39). El profesor quiere comerse a Besarión, ya que repite: “Besarión, cara de salchichón. Besarión, cara de salchichón” (2012:36). Ese hecho puntual del profesor que quiere comerse a Besarión puede verse como otra reinterpretación de los textos clásicos donde abunda el canibalismo y del deseo extremo de que todo se vuelva comida, como cuando Pulgarcito ve una liebre y se la imagina convertida en paté con finas hierbas.

Similar al texto de Perrault, los niños pueden regresar después de que su padre y su madrastra los abandonan en el bosque, pero justo cuando regresan, el señor del condado ha repartido algo de comida entre sus congéneres. Por lo tanto, los padres les dejan quedarse para que coman y porque tienen algo de dinero, pero como se acaba pronto deciden abandonarlos nuevamente.

La guerra también aparece, ya que Pulgarcito infiere de los horrores de la misma, a partir de su vecino que va perdiendo partes cada vez que va a una batalla. De esta forma, se configura una atmósfera de opresión hacia los más desprotegidos, no tienen para comer, deben ir a la guerra, sufren vejaciones y no acceden a ciertos bienes materiales. También se observan clases sociales diferenciadas presentes en el texto de Perrault. El hambre atraviesa todo el texto y conduce en una apertura, una justificación ante la necesidad de cambio o revolución. Además el lector se hace eco de su sufrimiento, ya que el protagonista dice: “el secreto para olvidarme de que tengo hambre (consiste en dormir, simplemente, pero funciona estupendamente)” (2010:40).

Dormir se vuelve una premisa indispensable para olvidar que están vivos y que necesitan comer para poder seguir con su vida, por lo tanto, la supervivencia se vuelve necesaria en todas sus extensiones. “Hemos encontrado algunas raíces para roer, y como “el que duerme, el hambre olvida”, hemos pensado que irnos a dormir sería como cenar un menú completo, con primero, segundo y postre” (2010:56). Además a nivel semiótico la categoría de “dormir” está muy cerca de la no-vida, que es muy cercana a la muerte. Relacionada además con grandes metáforas literarias que vinculan muerte y sueño: “¡Morir, dormir! ¡Dormir! ¡Quizás soñar!” dice Hamlet en el monólogo del “ser o no ser”.

La reescritura del texto tiene muy en cuenta esta necesidad porque reelabora sobre la base del texto original, la persistencia de los niños liderados por Pulgarcito de esquivar la muerte constantemente.

1. Monstruos y Pulgarcitos.

El Ogro Barbak aparece en esta historia en un lugar particular, ya que reconfigura la mirada hacia la monstruosidad, entendida como la ruptura de los órdenes lógicos de la naturaleza. La madrastra, Popeta, también está representada como un ser gigante y horrible a la manera del ogro. Pulgarcito realiza una excursión por su corsé para conseguir revelar el secreto que oculta debajo de sus vestidos. Ese episodio marca la diferencia de tamaño y por lo tanto intensifica la hazaña de Pulgarcito en razón de la diferencia de escalas.

Los ogros aparecen en varios cuentos clásicos, entre ellos, El sastrecillo valiente que con mucho ingenio logra vencer y alcanzar un ascenso social. En ambos cuentos están representados como unos seres horribles y caníbales que aprovechan su enorme presencia para ejercer poder sobre los demás.

Se deriva de los antes señalado, la categorización del monstruo y su inclusión en esta historia. Para explicar el paso del monstruo al anormal en la genealogía de la configuración de la normalidad, Foucault retoma el cuento de Pulgarcito de Los Cuentos de Mamá Oca para señalar que los pequeños anormales (Pulgarcitos) se comieron al monstruo (ogro) (2011:107). Para eso propone tres conceptos:

1-El monstruo

2-Los anormales, dentro de los cuales distingue:

a-Los incorregibles

b-Los onanistas

Para Foucault el monstruo es “mixtura de dos especies”, “transgresión del mundo natural” (2011: 68), según la evolución de las representaciones y sus correspondientes términos: la monstruosidad da paso a un nuevo término, la anormalidad. Siguiendo esa línea de análisis comprendemos en el primer punto a los monstruos: el ogro y la madrastra. Y como anormal: Pulgarcito. Nos interesa este concepto de Foucault para poder explicar las representaciones de una serie de personajes que siguen el eje del cuento de Pulgarcito. Foucault sostiene:

La gran dinastía de los Pulgarcitos anormales se remonta precisamente a la gran figura del ogro. Ellos son sus descendentes, lo cual está en la lógica de la historia, con la única paradoja de que fueron los pequeños anormales, los Pulgarcitos quienes terminaron por devorar a los grandes monstruos que les servían de padres. (2011:107)

Los ogros son figuras terribles que suelen estar en los cuentos para niños. Gigantes con mal humor y generalmente caníbales, Pulgarcito debe ingeniárselas para enfrentar al temible monstruo, y por lo tanto, el orden le mundo sigue siendo el mismo dentro de la casa, en el espacio privado con la madrastra y fuera, en el espacio público con el El canibalismo es una de las características de los cuentos tradicionales y tiene fuerte presencia en los dibujos de Dautremer. Los dientes gigantes, amontonados y amarillos, la dentadura postiza de su madrastra que muestra una serie de torniquetes anudados a un aparato monstruoso. Así se construye una línea temática: pobreza-hambre-canibalismo y un lugar donde es imposible habitar por los niños por el temor de convertirse en comida para los mayores. Además posee un fuerte vínculo con los términos de hambre y muerte, alimentación como lo que entra por la boca, y muerte como la carencia de lo que entra por la boca.

Un lugar caótico, despreciable que muestra en el original, un lugar de miseria en los antiguos campesinados franceses pero anclada en la actualidad, se resignifica el sentido de esa historia para comprender que en la infancia, muchas veces es un momento de incomprensión.

Pero ¿cómo interpretar los dichos de Foucault? Comprendemos que Pulgarcito se identifica con la figura de un niño pero precisamente de uno muy diferente, pequeño y burlado por sus hermanos y compañeros. “Comerse al ogro” o devorarlo tiene que ver con una modificación en el orden social, y se invierte el rol del monstruo. Aquel que puede ser devorado termina destruyendo al ogro y también rompe con el sufrimiento de la pobreza.

En interacción con el de texto Jeffrey Weinstock en el artículo “Freaks en el espacio” podemos pensar la categorización entre monstruo, fenómeno y humano que resulta pertinente para el análisis:

(…) en el continuo que lleva lo humano a la no humano, de la concepción mítica de un yo unificado y cerrado a la igualmente mítica visión de otro absoluto, el fenómeno ocupa una posición contigua a la de lo humano, mientras que el monstruo existe en una distancia mayor, en un lugar próximo a lo incognoscible. (1998:71)

Implica un desdoblamiento del yo, el fenómeno cerca de lo humano condensa la posibilidad del rasgo que lo hace antropomórfico, mientras que el monstruo pierde necesariamente las dimensiones que lo hacen reconocible en este mundo. La desmesura se ubica del polo contrario, ya no es una persona. El yo unificado puede comprenderse como el enquistamiento de los rasgos que lo hacen “normal”, porque necesariamente aquí el fenómeno, el “freak” es alguien “a-normal”, no sigue la norma y se desdobla en un nuevo ser.

Pulgarcito es ese diferente, el anormal que no se adapta a las reglas impuestas y por lo tanto rompe y clausura con el orden establecido. A la manera de Gavroche en Los Miserables, encarna la valentía de los indefensos y de los hambrientos. Nos interesa esta nueva versión del cuento clásico porque retoma las características del niño pequeño que busca salvar a sus hermanos. En este caso, el personaje es un disidente, tanto en su aspecto físico como en su manera particular de relatar la historia. Su diario no sólo nos revela las pequeñas cuestiones de vida diaria sino también la penosa sensación de hambre y pobreza que es constante, aquí la primera cuestión, no es sólo un problema de una familia como el clásico de Perrault sino que todo el pueblo sufre. A tal punto que el maestro come los cuadernos de sus alumnos.

Cuando los padres los abandonan en el bosque por segunda vez, deciden acampar en el bosque y en la imagen se ve la perspectiva de un pequeño lugar, el nido que significa hogar y resguarda a los niños del monstruo titánico, es comandado por la pequeña figura de Pulgarcito. El niño chiquito no tiene ni el tamaño ni la fuerza de sus hermanos.

3. Hegemonía y Disidencia

Si bien hay múltiples autores y perspectivas, en este trabajo seguimos la línea teórica de la sociocrítica introducidas por Marc Angenot, muy ligada a Bajtin (que sostiene que se puede identificar el estado del discurso social al observar textos para llegar a ver cómo un tema circunscripto se reitera discursivamente), de quienes tomaremos algunos conceptos.

Son pertinentes los conceptos de Hegemonía y disidencia de Angenot: “…es más bien el conjunto de los repertorios y reglas y la topología de los estatus que confieren a estas identidades discursivas posiciones de influencia y prestigio, y les procuran estilos, formas, microrelatos y argumentos que contribuyen a su aceptabilidad” (2012:30) Angenot expone las contradicciones y las ficciones de lo social. Para esto, describe la hegemonía, como un conjunto complejo de reglas prescriptivas de diversificación de lo decible y de cohesión, de coalescencia, de integración. A partir del primer esbozo de lo que significa Hegemonía, nos interesa desarrollar el concepto de doxa y la circulación del discurso social en los textos literarios. Para ello nos basamos en el artículo La inscripción del discurso social en el texto literario de Régine Robin y Marc Angenot. El discurso social es un "sistema", como dice Régine Robin: "[...] constituido de fragmentos no aleatorios", entendiendo al sistema como una constitución del investigador (1991:52).

La doxa ya mencionada en la primera parte del trabajo es el común denominador social y el repertorio tópico de una sociedad. A su vez “toda doxa señala y rechaza como extraños, anormales e inferiores a ciertos seres y grupos”. (2012:42). Son el sostén que da la doxa, desde categorías incuestionables sobre el mundo sin la cual no habría inteligibilidad del discurso

El texto de Philippe Lechermer trabaja en esta dualidad de la hegemonía y la disidencia, el hambre constante y la gran pobreza de todo el pueblo se relaciona con la oportunidad de contar la historia de un pueblo que sufre la opresión de los poderosos. Pulgarcito apunta: “Dicen que la situación es la misma en todo el reino, pero cuando veo a nuestro rey tan gordo no me lo creo…” (2011:16). La tiranía y la opresión se observa en dos momentos del cuento: por un lado, en el hogar cuando la madrastra obliga a los niños a pasar hambre y cuando intenta abandonarlos a toda costa: “Certificado Oficial de ABANDONO eterno de niños, pequeños y grandes, buenos y malos” (2010: 99) y por otro, el rey que influye en la pobreza de sus súbditos. En el texto nunca se dice explícitamente de qué manera la situación económica lleva al hambre extremo, pero constantes las referencias sobre el tema del hambre. Navone sostiene:

Obviamente los más desfavorecidos eran los niños campesinos. En “Pulgarcito” la familia sufre grandes privaciones porque hay siete niños demasiado pequeños para trabajar. En épocas de hambruna, la única solución posible era deshacerse de esas pequeñas personas improductivas. Pulgarcito y sus hermanos no son abandonados en el bosque a causa del odio de una madrastra, sino que son sus verdaderos padres quienes deciden hacerlo. Durante los siglos XVII y XVIII, muchos niños eran “expuestos”, es decir, abandonados, porque sus padres no podían criarlos. (Imaginaria 2012)

Los dibujos de Rebecca Dautremer construyen una ciudad con algunos giros modernos lo que indica que no estamos ante un pueblo medieval pero sí en alguna aldea que sufre opresión, faltan partes de los techos, la ciudad es gris, oscura y llena de vehículos viejos. Entonces, compartimos la base estructural del relato pero los dibujos confieren un nuevo aire de modernidad. Se trasplanta el eje espacio-tiempo para revisar críticamente el presente La conocida historia de Pulgarcito escrita por Perrault termina con la liberación de su oscura vida y de sus opresores. El Ogro Barbak es engañado por el personaje y sus hermanos que siguen al más pequeño reconociéndolo como líder. En este punto, toman las riquezas del ogro y luego las botas de siete leguas, con ellas realiza encargos por parte del rey para ascender socialmente a una nueva clase social.

Susana Navone dice: “En “Pulgarcito”, además del engaño y el robo, aparece otra forma de enriquecerse muy común en esa época: la compra de cargos oficiales; al final, cuando el héroe obtiene las riquezas del ogro, compra cargos para su padre y sus hermanos” (Imaginaria 2012). En relación a esto comprendemos que la moraleja del cuento de Perrault sostiene que aquellos que suelen tener las menores condiciones pueden salvarlos de nuestros problemas cotidianos:

Moraleja

Nadie se lamenta de una larga descendencia
cuando todos los hijos tienen buena presencia,
son hermosos y bien desarrollados;
mas si alguno resulta enclenque o silencioso
de él se burlan, lo engañan y se ve despreciado.
A veces, sin embargo, será este mocoso
el que a la familia ha de colmar de agrados. (Perrault, 2014)

Nos permite pensar que la configuración del antihéroe en este cuento reconstruye la historia de un chico que es diferente a los demás pero que puede sortear los problemas de la familia. Ahora bien, según Graciela Montes Perrault propone un final alternativo, donde Pulgarcito no recibe el oro del ogro sino que obtiene las botas de siete leguas y las utiliza para fines benéficos. En este sentido, la modificación del final en ambos textos permite visualizar un cambio de paradigma en la historia. Pulgarcito heredero del oro o el personaje con la posibilidad de hacer feliz a los otros de su comunidad.

En este punto es crucial que como contexto histórico La Gran Escasez, por lo tanto se infiere como doxa un presente histórico que todos sufren, la comida ha desaparecido y nadie sabe muy bien porqué o dónde está. La narración plantea un momento anterior a la situación que se está viviendo, un pasado donde todos podían llenarse a sus anchas. Pulgarcito dice:

“(…) he pensado en quienes aseguran que la Gran Escasez no terminará jamás que siempre ha sido así, que no tiene principio ni fin y que el hombre ha nacido para oír cómo le suenan las tripas hasta que se acabe el mundo e incluso más allá” (2012: 66)

Se llega a dudar si realmente ese tiempo se va a prolongar indefinidamente o llegará un momento de cambio. Además, se postula esta visión de la desigualdad en la distribución de la riqueza y la conformación de las clases sociales Susana Navone sostiene: “El ogro de “Pulgarcito” también es un rico burgués que compra objetos de oro para sus hijas y ofrece banquetes a sus amigos.”

Esa organización social que representa la tiranía en el pueblo por parte del ogro establece una relación, una organización del mundo que en Perrault tiene que ver con un reflejo de la sociedad de su momento según interpreta Susana Navone. En relación a esto podemos pensar, siguiendo a Angenot, que los discursos son hechos históricos, es decir, no se puede decir, creer o pensar cualquier creencia u opinión en cualquier momento y cultura. Afirma: “Una idea siempre es histórica: no se puede tener en cualquier idea, creencia u opinión, mantener cualquier programa de verdad, en cualquier época y en cualquier cultura” (2012: 16). Porque la posibilidad de hablar está en relación con las condiciones de producción discursiva de ese momento determinado. Es necesario abandonar la idea de un objeto o texto puro de análisis, para comprender la complejidad sociodiscursiva de los textos en una realidad histórica determinada. Siguiendo a Angenot al analizar los discursos sociales: es un trabajo siempre cuyas estrategias son múltiples, apremiantes, y divergentes en una misma sociedad por sus medios y sus funciones” (2012: 152) Sostiene que hay ideas inexplicables puestas en discurso. Estas ideas informan las convicciones, decisiones, prácticas e instituciones a las que se subordinan los intereses concretos de los actores. Su circulación se debe a la aceptabilidad porque tienen eficacia social y públicos cautivos, es decir, se hacen posible según las condiciones sociales y políticas del momento. Para comprender mejor la circularidad de los discursos en los textos esboza el concepto de Hegemonía. Entiende por discurso social “todo lo que se dice y se escribe en un estado de la sociedad, todo lo que se imprime, todo lo que se habla públicamente o se representa hoy en los medios electrónicos” (2012: 22)

Comprende la hegemonía en un grado de abstracción mayor que a la descripción de los géneros discursivos, no sólo es la descripción de los discursos que circulan sino que se trata de un conjunto de mecanismo que unifican y regulan los discursos así como también existe un grado de homegeneización de retóricas y doxas transdiscursivas. Saber que existe y analizar cómo se establece la hegemonía en un lugar y tiempo determinado permite comprender quienes o que son disidentes de ese entramado que es muy complejo. Es una red de poder que condiciona las posibilidades de lo que se puede decir y escribir.

Por mecanismo se comprende el conjunto de reglas y de incitaciones, el canon de legitimidades e instrumento de control. En una sociedad determinada esto está dado de antemano por las condiciones particulares de su producción.

La hegemonía se La hegemonía impone dogmas, fetiches y tabúes, hasta en una sociedad “liberal” que se considera a sí misma enmancipada de tales imposiciones arbitrarias (a tal punto que uno de los “dogmas” de las sociedades modernas es la pretensión de la falta de tabúes, la valorización del juicio crítico y la libre expresión de las “individualidades” que lo componen). (2012: 32)

Se compone de los siguientes elementos: una lengua legítima, concebida como un sistema ideológicamente saturado que determina un enunciador aceptable e “imprimible”. Una tópica, considerada como el conjunto de los lugares (topoi) o presupuestos del colectivo social. La tópica produce lo que puede ser opinable y plausible, que esta presupuesta en toda secuencia narrativa, constituye el orden de veridicción consensual y sostiene la dinámica de encadenamiento de los enunciados de todo tipo. Engloba implícitos y presupuestos de una determinada época y sociedad. El tercer componente son los fetiches y tabúes, los elementos y grupos intocables. Es decir, no se puede decir o pensar ciertas cosas porque implica un delito que atenta contra lo que es posible decir y comprender:

Siempre hay un enunciador legítimo, esa legitimidad funciona implícitamente y define quienes pueden decir qué cosas en una sociedad. Y además de quién puede decir algo, estpa quien puede escuchar algo en determinado momento. En relación al destinador o enunciador siempre hay un destinatario, es decir, la palabra circula socialmente a través de alguien y por decisión de ese alguien (comprendido como persona o institución)

Angenot sostiene: “La relación destinador/destinatario/objeto es aún más desigual: los locos, los enfermos, las mujeres, los niños, los plebeyos y los salvaje son raramente los destinatarios y nunca los destinadores de los discursos canónicos que disertan a su costa” (2012:78). Esto quiere decir que la hegemonía funciona como censura y autocensura: dice quién puede hablar, de qué y cómo (2012: 66). La función más importante es legitimar los discursos sociales, hacer públicos ciertos gustos u opiniones. De esta manera se legitiman prácticas y maneras de ver.

En este caso pensamos cómo en la traducción, se vuelve autorizada la palabra de Pulgarcito, un niño débil y anormal, que no tiene la palabra en el texto original pero que al modificar la doxa y la episteme sobre la que se asienta. Benjamin sostiene:

La traducción es ante todo una forma. Para comprenderla de este modo es preciso volver al original, ya que en él está contenida su ley, así como la posibilidad de su traducción. El problema de la traducibilidad de una obra tiene una doble significación. Puede significar en primer término que entre el conjunto de sus lectores la obra encuentre un traductor adecuado. Y puede significar también —con mayor propiedad— que la obra, en su esencia, consiente una traducción y, por consiguiente, la exige, de acuerdo con la significación de su forma. (1923: 129)

De esta forma comprendemos como se involucra la teoría de Angenot para entender una nueva forma de mundo, Pulgarcito rompe con la doxa y modifica una orden del mundo, y e esa traducción, la obra sigue viva. Benjamin sostiene: “la traducción se alumbra en la eterna supervivencía de las obras” (5)

  1. Noción de comunidad

Tanto Navone como Darton sostienen que las desigualdades en el Antiguo Régimen francés eran una constante de la vida cotidiana. En el texto de Lechermeier y Dautremer, el ogro, el señor del condado, su hija Cremencia y la madrastra son los únicos que comen y que manejan dinero. “Además, es la única que siempre tiene merienda pero que nunca comparte nada” (2010: 39). La compañera del colegio nunca quiere ofrecer una ayuda al resto y también hace comentarios que marcan su lugar en la escala social cuando dic: “Los campesinos son como los sarracenos; mejor cuantos menos” (2010:39). En este caso es evidente que Pulgarcito y su familia son oprimidos por un grupo que encarna el poder y que tiene acceso a la comida en un lugar de extrema pobreza. El comentario de Cremencia y la necesidad de los padres de hacer desaparecer a sus hijos tienen que ver con la necesidad de eliminar a aquellos diferentes, pobres que necesitan alimentarse.

Hay un cambio fundamental en el final de ambos cuentos, si bien en el texto de Perrault, Pulgarcito también logra vencer al ogro, las botas de siete leguas le permiten conseguir cargos y bienes por hacerle encargos al rey. Según Navone una de las formas de alcanzar ascenso social era hacer encargos a la clase alta y de este modo escalar en la pirámide social. Pero el texto traducido de Dautremer ofrece un final diferente, Pulgarcito y sus hermanos hacen un rodeo y asaltan el castillo para quedarse con las grandes arcadas llenas de comida del ogro. Además sostienen que declaran el final de la Gran Escasez “insistiendo bien en el carácter histórico de esta fecha” (2010:182). Por lo tanto marcan un quiebre en la historia y en su vida cotidiana.

Es interesante pensar de qué manera se traduce el final del texto de Dautremer para pensar y explicar porqué los niños toman la casa del ogro, la simpleza con la que explica la revolución conforma al interlocutor:

Bernabé ha dicho que era como en las revueltas de campesino, que nosotros no habíamos robado, y que no teníamos nada que lamentar.

-¿Entonces lo hemos tomado prestado?-ha preguntado Besarión.

-No, hemos recuperado lo que es propiedad del pueblo-ha explicado Bernabé

-¿Y qué es el pueblo?-ha soltado Besarión y, por una vez, debo decir que ha sido una pregunta inteligente.

Hemos pensado la respuesta, y hemos decidido que el pueblo era todo el mundo menos los que nos habían dejado desfallecer de hambre durante la carencia: Barrabás Barbak, la Zurrapa, el señor del Condado y su hija Cremencia. (2011:178)

Entonces establecen democráticamente quien puede ser “pueblo” y que toma lo que le pertenece después de tanto tiempo de opresión. Los niños también excluyen a la madrastra y de esta forma se cierra el círculo, consiguen la comida y se liberan de la opresión en los dos ámbitos el hogar y en el pueblo. Pero temen a su madrastra porque implica la pena de su padre, de todos modos ella misma se encarga de resolver este problema cuando cae al río. Esto de muestra el temor de los niños hacia esta figura que aunque no sobrepasa el horror del ogro, impone el terror de los niños.

Pulgarcito que encarna el saber y el poder para poder escribir, ya que es el mismo el que narra y detalla su historia escribe: “Permiso de incautación general para devolverle al pueblo lo que es suyo y poner fin a la Gran Escasez” (2010:180). Ahora se borran las líneas que dividían los que tenían hambre y los que podían comer. Son iguales y eliminan la jerarquía porque se encargan de dejar muy en claro que el castillo es de todos.

Nos preguntamos entonces de qué manera pervive una nueva forma de establecer igualdad entre todos. La noción de pueblo o comunidad que persiste en el libro da una idea de una nueva sociedad donde se comparten valores diferentes. Según la concepción de Angenot podemos decir que se trata de personajes disidentes que buscan romper con la hegemonía. Al final del texto lo logran y retoman una nueva forma de vida, ahora se ríen de cuando han mordido los bancos de la escuela, vuelven a la escuela y retoman las buenas cosas de su antigua vida. Pero ahora con la panza llena y con un propósito deshacerse del hambre para siempre y de esta forma no volver a sufrir la opresión.

De esta manera encontramos que se puede establecer un diálogo entre los textos, ya que hay historias, mitos y leyendas universales que trabajan con el poder del pueblo y la liberación de la opresión de parte de sus tiranos. La historia se repite una y otra vez, alguien que a simple vista no tiene talentos o las armas suficientes para acceder a la “normalidad” de la sociedad, es decir, un antihéroe se convierte en el salvador del pueblo. En esto tomamos la historia de David, Robin Hood, Guillermo Tell y las antiheroías como Juana de Arco. Circula la pregunta ¿Qué contiene el cuento que lo vuelve “traducible” una y otra vez?

Pulgarcito escribe: “Estamos hartos de estar abandonados. Nos encantaría que nos encontraran” (2010: 126). Es decir, la condición que les imponen los padres al dejarlos abandonados en el bosque, puede ser revertida por el adulto pero después ellos asumen la posición de terminar con su desgracia y se hacen cargo de la situación.

Cuando al fin logran liberarse del tirano, su padre les pide perdón y se arrepiente de todo lo ocurrido. Entonces las relaciones entre niños y adultos son conflictivas y se invierten los roles, ya que el adulto es el encargado de velar por la seguridad de los más chicos. Una frase del discurso social que suele circular es: Los niños son el futuro. Aquí la base de la premisa se rompe ya que no hay una mirada hacia un porvenir, ya que los más pequeños son los que más sufren al momento de sobrellevar la vida diaria. La pregunta es: ¿Cómo hacemos extensivo a la actualidad ese programa actancial? ¿Cómo se ve reflejada en nuestra sociedad el sufrimiento de Pulgarcito y sus hermanos?

Otro de los puntos a tener en cuenta es la decisión de mantenerse como comunidad al momento de tomar las decisiones más importantes. Por eso es que deciden atacar el castillo del ogro por “unanimidad” (2010:175). En ningún momento se pierde la necesidad de una base común, de una unidad como pueblo que necesita recomponerse y armarse de valor para liberarse del orden establecido. Si bien estructuran el asalto al castillo según los títulos nobiliarios: “Por orden del Parlamento provisional compuesto por los donceles Pulgarcito, Besarión, Bernabé, Beltrán, Blas, Basilio y Baltásar” (2010:180)

Benjamin sostiene:

Pues mientras que la relación del presente con el pasado es puramente temporal, la de lo que ha sido con el ahora es dialéctica: de naturaleza figurativa, no temporal. Sólo las imágenes dialécticas son imágenes auténticamente históricas, esto es, no arcaica. La imagen leída, o sea, la imagen en el ahora de la cognoscibilidad, lleva en el más alto grado la marca del momento crítico y peligroso que subyace a toda lectura. (Notas 465 N 3, 1)

A partir de los dichos de Benjamin podemos inferir que esa relación dialéctica entre pasado y presente se actualiza a partir de la lectura, de una práctica de traducción cultura. Si bien antes hablábamos de la traducción en sentido de reescritura de una obra a otra, ahora pensamos en cómo es leída esa obra y qué procesos se actualizan en esos nuevos sentidos. Retomamos la pregunta sobre los niños en situación de indigencia y cómo resolvemos esa carencia como adultos encargados de esa decisión.

Con respecto a esto además en esa traducción ingresan otras particularidades a tener en cuenta que se relaciona con la problemática de los lectores y las lecturas. Nos referimos a la disputa sobre a quienes pertenece el texto, si a los lectores adultos o los niños. Un cuento donde el ogro se come a sus hijas es un cuento para niños, es una pregunta que resuena en el fondo de las conceptualizaciones de la literatura infantil

Siguiendo a Maria Teresa Andruetto:

Los libros que leemos son manifestaciones estéticas acerca de unos otros ficcionales representativos de quienes antes fueron o están ahora, o podrían estar alguna vez, una forma de memoria hecha carne en el imaginario, en las voces que creímos olvidadas, perdidas o imposibles, son traídas para ayudarnos a vernos y reconstruirnos. (2014: 111)

Así, nos constituimos en esa trama de relaciones y lecturas entre los viejos significados en la construcción cultural de una identidad propia pero que nos acerca a una “universalización” de la ficción, un lugar propio que es parte constitutiva de la memoria de todos y construye la lectura, nos construye como lectores en un mundo que pervive y proyecta desde esos cuentos clásicos que siguen latentes. El lector se descubre en la maraña de nociones que ya conoce pero que aparecen revisadas en guiños que nos otorgan las imágenes y la contextualización social.

Conclusiones

Según lo expuesto hasta aquí podemos decir que el texto Pulgarcito escrito por Lechermeier y dibujado por Dautremer, es un texto “traducido” siguiendo la línea teórica de Benjamin, quien sostiene que una obra de arte siempre presenta una traducción cultural. Esa adaptación se realiza en la modificación de aquellos elementos que se adaptan al contexto cultural y por lo tanto resultan “legibles” y aceptables en un determinado contexto histórico y social. Una adaptación que tiene que ver con la permanencia de un texto muy antiguo.

En este caso, el texto original es un cuento clásico por lo tanto, el texto asume connotaciones diferentes ya que “traduce” el original hasta una modernidad. Pensando esto vemos que también es diferente el contexto histórico, político y social por lo tanto las representaciones y las lecturas son otras. El formato de libro álbum también permite pensar una reconstrucción de un texto otro, de una interacción con la imagen en este diálogo. Los sentidos cambian, se modifican ya que debemos tener en cuenta que muchos historiadores toman los cuentos clásicos como documentos históricos, entonces, nos preguntamos de qué manera se “traducen” los textos, especialmente los cuentos clásicos que permanecen vigentes en estas resignificaciones. Las imágenes permiten otra lectura, una reconstrucción que tiene que ver más con la destinación de ese texto, un niño que vive hipermediatizado y que puedo enfrentarse a diferentes tipos de imágenes y de recorridos de lectura diferentes. En este sentido, podemos pensar que el formato que tiene el libro resignifica la historia ya que Pulgarcito es un disidente en todos los aspectos, es un niño que logra romper el consenso vigente ya que toma la palabra en la narración.

Además es importante pensar en la noción de normalidad y anormalidad según la definición de Foucault para comprender qué elementos y mecanismos son los necesarios para permitir el funcionamiento de algunos parámetros que permiten estar dentro de la doxa y otros fuera. La pregunta es: ¿quiénes son el grupo de los disidentes en este sentido? Pulgarcito se ubica en el plano de los diferentes, aquel que no llega a asumir los estereotipos de lo normal.

El concepto de hegemonía y disidencia de Angenot permiten conceptualizar un orden de mundo, tanto en el texto de Perrault como en el texto dibujado por Dautremer. Una dimensión que tiene que ver con la noción de cultura e identidad que propone María Teresa Adruetto para revisar una nueva mirada de contemplar la ficción, una nueva revisión de los cuentos clásicos que están presentes en la constitución de nosotros mismos.

Bibliografía

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SELVA PEREIRA, Tatiana Antonia. Algunos apuntes sobre la traducción cultural. Transfer‖ V: 1 (mayo 2010), pp. 1-11. ISSN: 1886-5542 (2)



[1] Debemos considerar que existe una disputa en la autoría del texto, en este caso parte de la recopilación también. Según Marc Soriano (1968) en sus inicios se lo atribuyó al hijo de Charles Perrault pero debido a su popularidad y la necesidad de un autor prestigioso comenzó a publicarse con la autoría que conocemos en la actualidad. De todos modos, en este artículo no nos detendremos en esta particularidad.

[2] Si bien es una frase atribuida a Gabriela Mistral, hay una disputa originada por la existencia de la frase en un libro de Julio Enrique Ávila que data de 1946.

[3] El herbario de las hadas de Benjamin Lacombe , Princesas olvidadas o desconocidas de Rebecca Dautremer.

[4] Nos referimos al artículo “El libro álbum: definición y peculiaridades” disponible en http://sincronia.cucsh.udg.mx/orozcofall09.htm :

[5] “Al abandonar a sus hijos en el bosque, los padres de Pulgarcito trataban de resolver el problema que muchas veces abrumaba a los campesinos en los siglos XVII y XVIII: la sobrevivencia en una época de de desastre demográfico” (1986:38)