Feminismos bajo ataque: ¿Backlash o mala praxis?

Resumen

En la coyuntura argentina actual y tras el desolador resultado electoral –cuyos efectos devastadores están siendo el pan de cada día en términos de violencias multiplicadas y brutales–, hay discursos sociales que circulan y funcionan con fuerza, tanto aglutinante como (des)articuladora, interpelando a los feminismos y a las disidencias en lo que vienen provocando, en lo que aparentemente no tuvieron en cuenta, en aquello que quedó entre los pendientes y abiertos sin resolver, o incluso, en lo que están obstaculizando. Existen, en ese marco, posiciones que, contrarias a entender los ataques a los feminismos como un backlash -esto es, como un reacción adversa por parte de los sectores conservadores que históricamente se le oponen, un contragolpe a sus logros de transformación- tienden a impugnar las agendas feministas y sexodisidentes por radicales, decontextualizadas y/o “piantavotos”. Otras lecturas señalan problemas en las prioridades: se reconoce la centralidad de la legalización del aborto, en algunos casos también del lenguaje inclusivo, pero también se señala que, en este contexto, hay otras prioridades sociales y económicas; en términos coloquiales, lo prioritario es “parar la olla, no hablar con la e”. En este contexto, donde se cuestionan abiertamente las banderas de igualdad y justicia social, ¿qué luchas y principios pensás que debemos priorizar para fortalecer la acción colectiva y crear un presente feminista?, ¿Qué tipo de libertad estamos construyendo? Y, en concreto, ¿dirías que en este contexto es necesario descentrar el protagonismo que ha adquirido la discusión sobre lenguaje inclusivo o, en realidad, privilegiar una demanda como ésa representa hoy una expresión ineludible de resistencia?