MARTA SAGADÍN Y SU LEGADO FEMINISTA

EN EL MOVIMIENTO DE MUJERES CÓRDOBA

 

MARTA SAGADÍN AND HER FEMINIST LEGACY

IN THE MOVIMIENTO DE MUJERES CÓRDOBA


Activistas Movimiento de Mujeres Córdoba*

 

 

 

Premio José María Aricó al Compromiso Social y Político 2019 | Homenaje a  Marta Sagadín - Facultad de Filosofía y Humanidades | Universidad Nacional  de Córdoba

Fotografía: Bibiana Fulchieri

 

 

Resumen 

Homenaje a Marta Sagadín, militante feminista cordobesa.

 

Palabras clave: feminismos - Córdoba - militancia - biblioteca feminista

 

 

Abstract

Tribute to Marta Sagadin, feminist activist from Córdoba.

Keywords: Feminisms - Córdoba - Activism - Feminist Library

 

 

 

Lo que hoy conocemos como movimiento feminista en la Argentina, en su histórica pluralidad y contemporánea masividad, se sostiene sobre una genealogía situada de luchas colectivas y recorridos personales. En cada ciudad y en cada pueblo hay una historia específica de grupas,[1] colectivas y personas singulares que le han puesto diaria y constantemente el cuerpo y el corazón  a las actividades y a los desafíos en las reuniones plenarias, en las discusiones callejeras, en los encuentros con otros movimientos sociales con los que se articulan y fortalecen las reivindicaciones de siempre y también, las nuevas creaciones y expresiones del presente.

En Córdoba, los activismos feministas emergieron de la mano del activismo social, partidario y sindical. Fueron “mujeres políticas”, cansadas de ver subestimada e invisibilizada su participación en las instituciones representativas, quienes comenzaron a reivindicar su identidad “femenina” -no siempre feminista- y a promover la transformación de las prácticas políticas convencionales. Sin embargo, esta “doble militancia” fue abriendo paso a un reconocimiento cada vez más explícito de las fuentes cruzadas de opresión y del potencial del horizonte emancipatorio de los feminismos. En este proceso de toma de consciencia personal y política siempre con otrxs, entre los espacios que más albergaron la militancia feminista se destacan las instituciones de educación popular y de defensa de derechos sociales, algunos partidos políticos de izquierda y espacios puntuales en la Universidad Nacional de Córdoba, creados y sostenidos también por mujeres valientes.

A lo largo de esta genealogía, el Movimiento de Mujeres Córdoba (MMC) destaca en nuestra ciudad por ser precisamente una de las más potentes instancias de articulación de activismos múltiples y heterogéneos que logró, desde diversas iniciativas, incidir en la agenda pública, política, social y cultural no sólo cordobesa sino argentina. Y es la persona y vida política de Marta Sagadín, reconocida referente del MMC, quien mejor resume sus mayores hazañas, desafíos y logros. La historia personal de Marta, sus compromisos y recorridos políticos, nos permiten reconocer las distintas instancias por las que las demandas feministas en nuestra ciudad fueron gestándose en articulación con otras luchas populares.

Marta nació un 27 de julio de 1938 en la ciudad de Córdoba. En 1958 contrajo matrimonio con Oscar, trabajador de la empresa automotriz Kaiser, con quien tuvieron tres hijxs. Lejos de configurarse como una ama de casa convencional, Marta se comprometió en una vida activa militante, apasionada, política y social. Y en ese modo de vida, tal como siempre lo indicó, fue fundamental el apoyo incondicional de su compañero. En sus palabras:

 

Era militante del partido comunista desde los primeros años de la década de 1960. Exactamente desde 1961 cuando hacía dos años que me había casado. En esa militancia, siempre me acompañó y me bancó mi marido. Me bancó en el sentido literal, en lo económico, en lo político, en lo doméstico hacia adentro de la familia y en lo público, en la militancia diaria. Compartió y vivió los avatares de la lucha (MMC, 2006: 45).

 

Marta inició su militancia política en el Partido Comunista en 1961. El marxismo “fue el primer gran descubrimiento de su vida” y, en particular, se apasionó con las lecturas de Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin (MMC, 2006: 45). Los espacios barriales y educativos fueron sus ámbitos de acción y compromiso, no sólo elegidos sino vividos con gran lucidez y cariño. Durante la gesta del Cordobazo participó activamente en la organización de la resistencia porque decía que la angustia de la espera siempre es más alentadora en compañía. Fue en ese proceso que descubrió que había compañeros varones que golpeaban a sus parejas mujeres y que sus prácticas violentas estaban normalizadas, incluso para quienes las sufrían. Así, estos asuntos graves e inaceptables, se resolvían (o no) puertas adentro del hogar bajo la creencia de que esas violencias desaparecerían con el socialismo y que -paradójicamente- era contrarrevolucionario evidenciarlas y discutirlas como asuntos relevantes y atendibles en y para el partido.

En los ’70, impulsada por combatir esas injusticias y violaciones de derechos fundamentales de sus compañeras dentro y fuera del partido, se integró a la Unión de Mujeres Argentinas (UMA)[2] y llegó a ser Secretaria de la delegación en Córdoba, la cual tenía un protagonismo muy importante en la lucha por las reivindicaciones de las mujeres, principalmente de las trabajadoras. A fines de 1974, Marta fue encarcelada junto a otras compañeras y liberada en 1975. En ese contexto, doloroso y preocupante, Marta decide dejar su militancia en la UMA pero continuar en las filas partidarias. La dictadura la obligó a sucesivas mudanzas que sumaron, a su vida personal y familiar, muchas incertidumbres y temores.

En los ‘80 escuchó por primera vez las frases y categorías “lo personal es político”, “patriarcado”, “reproducción de roles”, “estereotipos”, “asimetría de poder”, “democracia en la plaza y en la casa”, y comenzó a hacerlas suyas en sus haceres y luchas militantes. Transitó la Multisectorial de la Mujer,[3] y en los ’90, el feminismo y su participación en la izquierda la llevaron a seguir buscando, junto a otras mujeres, respuestas que generaron nuevos interrogantes en el ir siendo de la revolución feminista. En ese recorrido entró a formar parte activa y creadora de lo que comenzó a denominarse por entonces como “Movimiento de Mujeres Córdoba” (MMC).[4]

Recuperando el legado iniciado en 1986 por la Comisión Encuentro de Mujeres Córdoba que dio lugar al II Encuentro Nacional de Mujeres en Argentina, el MMC logró reconstruir (luego de la última dictadura que atravesó nuestro país), un espacio que permitió el encuentro de diferentes organizaciones feministas y de mujeres, de diversas pertenencias políticas, sindicales, organizaciones de base, de derechos humanos, organizaciones barriales, estudiantiles e indígenas que venían articulándose en los Encuentros Nacionales de Mujeres celebrados desde 1986.[5]

En este marco efervescente de activismos de mujeres y feministas cordobesas, argentinas y latinoamericanas es cuando, junto a compañeras que convergieron en el MMC, se convocó a la realización del 1º Encuentro Feminista de Argentina realizado en el año 2000 en la localidad cordobesa de Río Ceballos. En palabras de Marta:

En 1999 junto a un grupo de feministas cordobesas viajé al 8vo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que se realizó en República Dominicana. Era la primera vez que participaba en este tipo de encuentros. Fue algo impactante encontrarme con más de 1000 mujeres de todo el continente. […] Posturas y proyectos que nos interpelaban a las feministas argentinas y de allí surgió nuestra necesidad de realizar un Encuentro Feminista [en Argentina] que se concretó en Río Ceballos en abril de 2000 (MMC, 2006: 56).

El Encuentro Feminista de Río Ceballos fue un momento político feminista funtamental en la vida de Marta y de tantas otras compañeras y fue antesala de la creación, en 2001, del grupo Huellas Feministas, cocreado por activistas feministas también parte del MMC, siendo Marta integrante y creadora.

Nuevos aires, conocer a compañeras de quienes había leído documentos, compartir debates y convivir unos días juntas, fueron reforzando cuestiones sobre las que me venía cuestionando y alentaron una militancia feminista más intensa y más explícita. Ya a todas voces decía y sentía ser feminista. […] Al año siguiente participé junto a otras feministas de Córdoba en la constitución del grupo Huellas Feministas. […] Nos convocaba la idea de algún tipo de coordinación de las feministas cordobesas. Coincidíamos en la necesidad de una transformación integral de la sociedad capitalista y patriarcal representada en el modelo neoliberal imperante (MMC, 2006: 57).

En el MMC, con Marta como una de las actoras siempre presentes en cuerpo, acciones e ideas, se trabajó fuertemente de manera colectiva y articulada en instancias de creación e incidencia pública, guiadas por la necesidad de colocar en las calles, en las plazas, en las universidades, en las escuelas y en los barrios, las demandas de mujeres, logrando promover debates políticos, críticos y reflexivos sobre la opresión y las desigualdades históricas de las mujeres. Es desde el MMC que se empiezan a instalar en la agenda pública y en la del movimiento de mujeres local, las fechas clave impulsadas por los feminismos globales, latinoamericanos y argentinos para la visibilización de nuestras luchas, debates y demandas. Específicamente en relación a la agenda pública local, el Movimiento también promovió la creación y modificación de legislaciones provinciales. En este sentido, cabe mencionar que la Comisión Interhospitalaria e Intersectorial en Salud Sexual y Reproductiva primero, y luego con el MMC, se instaló la posibilidad del debate político, crítico y reflexivo sobre la realidad de las mujeres en el acceso a los derechos sexuales y no reproductivos. Ambos espacios impulsaron la derogación de un artículo de la ley n° 6222 de 1978, nacida en dictadura y conocida como “ley Rezzónico”, la cual prohibía el acceso a los métodos anticonceptivos, logrando una nueva ley a inicios de 1996, así como el veto a los artículos que no permitían poner en marcha una política pública que facilitara el acceso a estos derechos.[6] Asimismo, otra acción central política y jurídica del MMC en este intenso período, fue la sanción de la Ley provincial nº 9283 –Ley de Violencia Familiar–, el 1º de marzo de 2006, la cual fue el producto final de una serie de debates que se originaron con la presentación ante la legislatura provincial el 25 de noviembre de 2004 del “Anteproyecto de ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres en el ámbito familiar y las relaciones interpersonales,” elaborado por el MMC.

En el año 2006, luego de dos años de recopilación, entrevistas, reuniones, debates y tareas infinitas de producción y edición, el MMC publicó, bajo el impulso y compromiso activo de Marta, el libro Mujeres desde el Cordobazo: hasta nuestros días, donde se presentan entrevistas a mujeres quienes, en Córdoba desde 1969, participaron en las luchas, las resistencias, los procesos sociales y políticos que tuvieron lugar en la provincia y a nivel nacional.  El libro se completa con poemas escritos por mujeres militantes, imágenes y consignas empleadas por el MMC. La participación de Marta en este libro no sólo se materializó como uno de los testimonios publicados, sino que fue una de las principales responsables en la selección de las entrevistadas y en la definición de los ejes que guiaron a las entrevistas. Parte del proceso de producción se realizó en la propia casa particular de Marta y su compañero Oscar, hogar que era un espacio habitual para los encuentros de militancia.

Su hogar terminó siendo, de hecho, la sede de una de las organizaciones que llegaría a ser uno de los emblemas del activismo de Marta, uno de sus sueños cumplidos, como solía decir: la Biblioteca Juana Manuela Gorriti, una biblioteca popular especializada en feminismos y géneros, como una forma de activismo y de servicio con las mujeres y con la comunidad barrial y cordobesa.

[…] a partir de 1998 empieza a dar vueltas en mi cabeza una iniciativa referida a qué hacer con una cantidad importante de libros, documentos, revistas referidos a la temática de la mujer y acumulados durante años. Esto tiene eco en mi compañero y también amigas y algunas feministas que se suman al proyecto de crear una biblioteca especializada en la perspectiva de género y el feminismo (MMC, 2006: 55-56).

Efectivamente la Biblioteca Juana Manuela será una de las organizaciones emblema del MMC así como una de las principales impulsoras de la Red de Bibliotecas con Perspectiva de Géneros de Córdoba, desarrollada a partir de 2016 y vigente hasta nuestros días. En el año 2016, Marta junto a otras compañeras, impulsó desde su experiencia y el camino transitado desde la Biblioteca Juana Manuela Gorriti, la creación de La Red de Bibliotecas convocando a otras bibliotecas populares, ambulantes, centros de documentación a construir un espacio de trabajo con el objetivo de visibilizar las temáticas, los debates y las legislaciones en materia de géneros y feminismos, sumando la diversidad de estas instituciones culturales socio comunitarias. La Red se gestó también motivada por el hecho de que, en su mayoría, los libros sobre géneros se perdían entre muchos otros, quitando su potencia impulsora de reflexiones y transformaciones. Así, Marta trajo su invitación y su deseo de que en todas las bibliotecas de los barrios se genere y se pueda acceder a una sección de materiales sobre géneros, donde se trabaje y se cuestione en consonancia con los procesos de debate, de reconocimiento, ampliación y ejercicio acerca de la inclusión de los derechos que garanticen la igualdad, relacionadas con la diversidad sexual y de géneros. La Red asumió el desafío de construir y poner en circulación un Catálogo Colectivo virtual entrelazado, visibilizando las colecciones, haciéndolas accesibles a usuarixs interesadxs, y creando nuevas formas de catalogar y de nombrar, marcando un camino y poniendo en tensión aquellas modalidades técnicas atravesadas por la lógica patriarcal en la disciplina bibliotecológica. La Red, además, se configuró como un espacio de debate, de formación, de experiencias pedagógicas como el proyecto de “La Valija Viajera” que, de manera itinerante y con recursos bibliográficos en diferentes soportes, todavía sigue circulando mensualmente en espacios comunitarios como una invitación a la reflexión y a los diálogos compartidos. Marta sembró una experiencia entre bibliotecas que posibilitó entretejer una red sólida que piensa y sostiene espacios culturales que son posibilitadores de transformaciones democráticas y solidarias desde una perspectiva de derechos.

Históricamente, feminismos y militancias se han vinculado de diversas maneras. Y no han estado alejados de las tensiones propias del intentar transformar sociedades injustas, jerárquicas, desiguales, sexistas, racistas, clasistas, y de crear y sostener proyectos culturales alternativos en el accionar político y en la vida personal y relacional. Muchos de los movimientos revolucionarios y emancipatorios a lo largo del último siglo no plantearon del todo, o ignoraron en parte, la necesidad de democratizar las relaciones humanas en la biosfera. Por eso “lo personal es político” sigue siendo un horizonte feminista vivo y plural que se realiza en cada reconocimiento, en cada análisis y en las prácticas políticas singulares, afectivas y colectivas.

Marta Sagadín, mujer de barrio, austera y metódica, feminista y de convicciones fuertes y tenaces, vivió toda su vida en este horizonte vital, a partir de identificaciones políticas que fueron articulándose. Ella fue y seguirá siendo parte de esa generación de mujeres valiosas y valientes de las que muchxs aprendimos y con las que discutimos, creamos, peleamos, reímos, lloramos.

Marta fue y seguirá siendo una referente indiscutible de ese espacio de sueños en concreto, con los pies en la tierra y de creaciones colectivas que llevó el nombre de Movimiento de Mujeres Córdoba y cuyas huellas no sólo podemos rastrear en el pasado, las caminamos en el presente y también, como todo sueño, nos orientan hacia el futuro.

 

Recibido: 1 de agosto de 2021

 

Aceptado: 1 de septiembre de 2021

 





 

Referencias Bibliográficas 

 

Movimiento de Mujeres Córdoba (MMC) (2006). Mujeres desde el Cordobazo hasta nuestros días. MMC.

 

 

 


 


 



* Han colaborado en la redacción de este homenaje Valentina Macchietto, Alejandra Dominguez, Javier López, Maite Rodigou, Romina Lerussi, Natalia Martínez Prado, Marian Gottero. Algunos datos biográficos y testimoniales han sido tomados del libro Mujeres desde el Cordobazo hasta nuestros días (2006). producido colectivamente por el Movimiento de Mujeres Córdoba (MMC) en la imprenta de Diana Esper (imprenta fundamental para la vida política feminista del MMC).

[1] Los feminismos argentinos utilizan el neologismo “grupa” para designar a un grupo compuesto por mujeres feministas.

[2] La Unión de Mujeres Argentina (UMA) fue creada en 1947.

[3] La Multisectorial de la Mujer surge en diciembre de 1983.

[4] El MMC fue un espacio político que se configuró a lo largo los 90 y reunió por más de dos décadas a numerosas y diversas instituciones, grupos, espacios, colectivas y activistas, que promovieron y sostuvieron reivindicaciones populares y múltiples acciones por la defensa y ampliación de los derechos humanos de las mujeres. En un trabajo coordinado de articulación de sus diferencias -no ajeno a acaloradas discusiones y tensiones- desde el MMC se logró colocar en los espacios públicos, sobre todo de la ciudad de Córdoba, las demandas históricas de las organizaciones feministas y de mujeres.

[5] Desde el MMC, en articulación con otras organizaciones de mujeres y feministas, se convocó en 2006 a conformar la Comisión Organizadora del XXII Encuentro Nacional de Mujeres celebrado en Córdoba en el año 2007. Vale decir que los Encuentros surgieron como Nacionales y de Mujeres; ya suman 34 ediciones anuales y, producto de los debates, hoy se denominan Plurinacionales y de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries.

[6] Hubo que esperar hasta el 2003 para la aprobación de la Ley Nacional nº 25673 que creó el Programa Nacional en Salud Sexual y Procreación Responsable.