Un puñado de cosas que permanecen

Autores/as

  • Diego Tatián

Resumen

Esta breve intervención va a procurar apenas considerar una frase, muy conocida, que puede encontrarse en el discurso que Deodoro Roca leyó durante el Primer Congreso Nacional de Estudiantes que sesionó la última semana de julio de 1918 en el Teatro Rivera Indarte. La frase dice: “Ir a nuestras universidades a vivir, no a pasar por ellas”.

Ese Congreso estudiantil, dicho sea al pasar, tuvo una significación fundamental. Luego de días de intensas discusiones entre representantes de las federaciones estudiantiles que habían llegado a Córdoba desde todas las universidades entonces existentes, se elabora un pliego con un conjunto de reivindicaciones, entre las cuales derogar el pago de las materias aprobadas; organizar campañas de alfabetización y de salud pública; abrir escuelas nocturnas para los trabajadores; establecer que el sistema universitario y la enseñanza libre deben ser estatales; afirmar la autonomía económica, científica y administrativa [es una de las pocas veces que la palabra “autonomía” aparece en los documentos reformistas]; construir mil escuelas; implementar un impuesto a la propiedad para financiar los estudios superiores. Tras largas discusiones, finalmente, no incluyen la gratuidad en el pliego

 

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Publicado

2018-10-23