CIUDADES FRONTERIZAS Y EL TRÁNSITO DE MIGRANTES. INTEGRACIÓN AL CONTEXTO SOCIO-URBANO DE MEXICALI, MÉXICO

Berenice Vizcarra

Universidad Autónoma de Baja California

https://orcid.org/0000-0002-5984-0755

luz.vizcarra@uabc.edu.mx

Resumen

La ciudad de Mexicali, México, ha sido una de las escalas finales de las caravanas migrantes –registradas desde 2018–, receptáculo de migrantes deportados desde EUA y lugar de espera del programa ‘Remain in Mexico’, características que la convierten en un espacio de transición. Al mismo tiempo, esta capital fronteriza con el estado de California cuenta con importantes problemas asociados con el déficit en equipamiento e infraestructura, las cuales se reflejan en la baja calidad de los espacios públicos y el estado precario de los espacios de acogida. 

El objetivo de la presente investigación es conocer y reflexionar acerca de la concepción y percepción de esta ciudad fronteriza desde la perspectiva de la población en tránsito, mediante la recopilación de información a partir de recorridos de observación, con el fin de identificar las manifestaciones de integración y valoración del contexto tanto urbano como social, atendiendo el supuesto de que los migrantes, deportados y desplazados habitan de manera distinta a los habitantes asentados en las ciudades a las que arriban y procurando responder cómo es que lo hacen.  

 

Palabras clave: Migración, Frontera, Habitabilidad

 

 

 

Fecha recepción: 07 de julio de 2022

BORDER CITIES AND THE TRANSIT OF MIGRANTS. INTEGRATION INTO THE SOCIO-URBAN CONTEXT OF MEXICALI, MEXICO

 

 

Abstract

The city of Mexicali, Mexico, has been one of the final stops of the migrant caravans –registered since 2018–, a receptacle for migrants deported from the US and a waiting place for the 'Remain in Mexico' program, characteristics that make it a space of transition. At the same time, this border capital with the state of California has important problems associated with the deficit in equipment and infrastructure, which are reflected in the low quality of public spaces and the precarious state of reception spaces.

The objective of this research project is to know and reflect on the conception and perception of this border city from the perspective of the population in transit, through the collection of information from observation tours, in order to identify the manifestations of integration and appreciation of the urban and social context, taking into account the assumption that migrants, deportees and displaced people live differently from the inhabitants settled in the cities they arrive in and trying to answer how they do so.

 

 

Keywords: Migration, Border, Habitability

 

 

 

Fecha aceptación: 24 de noviembre de 2022


 

Introducción: cómo habitan las personas en tránsito

El siguiente escrito forma parte del proyecto de investigación titulado “Multiculturalidad, habitabilidad y equipamiento en la frontera norte de México”, cuyo objetivo general es identificar los aspectos urbano-arquitectónicos del fenómeno migratorio, al reconocer las características de la forma urbana con respecto a la emergente multiculturalidad, tomando como caso de estudio a la ciudad fronteriza de Mexicali, capital de Baja California.

A lo largo del mencionado proyecto, se ha tenido la oportunidad de sustentar los primeros supuestos planteados, al mismo tiempo que se han presentado nuevas interrogantes por responder; y es que el tema de la crisis migratoria es fluctuante y está en constante actualización, de manera que, originalmente, el interés sobre el tema comenzó con la llegada intermitente de la comunidad haitiana a Baja California a partir de 2016, pero avanzó con las movilizaciones centroamericanas en caravanas constantes desde 2018, y posiblemente trasmute con el arribo de los refugiados ucranianos a la región en 2022.     

Así, mientras que otras etapas del proyecto han tenido como alcances el interpretar las condiciones en que se da la crisis migratoria en la actualidad, el analizar la eficiencia del equipamiento destinado a la población migrante o el proponer estrategias de planeación urbana sostenible enfocadas en la recepción de población en tránsito (Vizcarra y Peimbert, 2021; Vizcarra, 2021); el presente artículo tiene la finalidad de conocer la concepción y percepción de esta ciudad fronteriza desde la perspectiva de migrantes, deportados y desplazados, con el fin de identificar las manifestaciones de valoración e integración del contexto socio-urbano y responder cómo es que habitan la ciudad estas personas en tránsito.

Para lograr el cometido, será necesario comenzar por establecer los parámetros de lo que se consideran las manifestaciones de integración y valoración; además de precisar los conceptos de concepción y percepción, mediante un acercamiento a la teorización de los imaginarios urbanos y a la teoría de las redes migratorias. Como parte de la metodología de corte cualitativo, se ha comenzado con una codificación apriorística, la cual será contrastada con la información recabada (ver Tabla 1).

Tabla 1: Temas de interés para la investigación

Supuesto / Objetivo

La población en tránsito concibe, percibe y habita las ciudades de acogida bajo concepciones distintas, en tanto que éstas no están preparadas para su recepción.

SEGMENTO

CATEGORÍA

CÓDIGO

SUBCÓDIGOS

1. Imaginarios urbanos desde la multiculturalidad

Concepción

Identificación del contexto urbano

Noción, orientación, forma y escala urbana.

Sentido de seguridad

Violencia y robos. Estigma e indiferencia.

Percepción

Movilidad y conectividad

Desplazamientos intraurbanos y distancias relativas.

Aspectos ambientales

Climático, contaminación, ruido, etc.

2. Experiencias sociales en el espacio multicultural

Integración

Interacción social

Socialización, asistencia social, vecindad.

Prácticas socioespaciales

Delimitación y apropiación de espacios. 

Valoración

Reconocimiento del contexto urbano

Apreciación de los espacios y concepción integral de la ciudad.

Modos de vida

Apropiación de costumbres y generación de elementos identitarios. Empleo y modo de sustento.

 

Puesto que el objetivo planteado consta de dos segmentos, en principio se ha procurado conocer las ideas, opiniones y juicios sobre la ciudad que se forman en el pensamiento de los recién llegados (concepción), a partir de la captación y la aprehensión de información por medio de los sentidos, aunado a los conocimientos previos de la localidad (percepción); de manera que se han definido elementos concretos, como la noción del contexto urbano o los desplazamientos intraurbanos; al igual que elementos subjetivos, como la sensación de seguridad y la adaptación al medio ambiente. Posteriormente, los datos recopilados del primer segmento han sido interpretados de manera que fue posible analizar las experiencias sociales en el espacio multicultural a partir de las dinámicas de interacción social entre migrantes y nativos, así como las transformaciones en los espacios y las prácticas culturales (integración); además de identificar los nuevos modos de vida y grado de apreciación del contexto urbano (valoración).   

Si bien no es interés de este estudio adentrarse en una discusión teórica, cabe señalar que la crisis migratoria ha derivado en un sinnúmero de posturas y reflexiones que inciden en las prácticas sociales y la concepción de lo urbano. Algunas de las principales posturas teóricas se vinculan –de manera contrastante entre sí– con las políticas de seguridad y soberanía nacional, la gestión de los derechos humanos, el desarrollo económico, el derecho a la ciudad, entre otros. Para los fines de este proyecto, los datos recabados serán revisados considerando dos vertientes.

Por un lado, Izcara y Andrade (2020) mencionan que la teoría de redes migratorias[1], la cual pondera los roles sociales y las relaciones interpersonales sobre los factores económicos, concede la explicación primaria de la inmigración en Estados Unidos; y concluyen que los desplazamientos de centroamericanos por el territorio mexicano, son autónomos, espontáneos y autoperpetrados, en contraste con las movilizaciones motivadas por la demanda de mano obrera del siglo pasado; en otras palabras, quien migró primero por motivos laborales recibe a quienes migran después por intereses personales, facilitando la movilización en cada ocasión.

Por otro lado, las movilizaciones masivas aportan y –al mismo tiempo– consumen los imaginarios urbanos[2]; es decir “los procesos de construcción social de lo urbano [que] se sustentan en el entramado de sentidos que la sociedad ha construido a lo largo de su historia” (Vera, 2019, p. 21); imágenes sobre la actualidad que guían las acciones individuales y colectivas, y que resulta relevante para la investigación, puesto que “es a partir de ellos que [se] determina, en cada momento, qué tiene o no valor”. (Vera, 2019, p. 21)

Es también un presupuesto para el planteamiento del fenómeno el que, tanto la infraestructura económica como la superestructura jurídica-política, disponen los parámetros de la dinámica migratoria, es decir que mientras uno lo fomenta, el siguiente lo criminaliza; de manera que

A pesar de los beneficios que acarrea la llegada de inmigrantes para los países de más elevada renta per cápita, desde la década de los noventa los países de destino de los flujos migratorios comenzaron a implementar políticas cada vez más restrictivas. La llegada de inmigrantes, lejos de ser contemplada como una oportunidad de desarrollo económico, es vista (…) como una invasión que trastoca su identidad cultural y amenaza la seguridad de sus fronteras. (Izcara y Andrade, 2020, p.27)    

Por todo lo hasta ahora dicho, el que las dinámicas migratorias muten de acuerdo con los propios cambios sociales, políticos y ambientales de la actualidad, lo que deriva en rasgos antes no vistos, hace relevante su constante estudio; particularmente, el conocer cómo habitan las ciudades la población en tránsito.               

 

Planteamiento del problema: Mexicali, ciudad cálida e inhóspita

La diversidad del fenómeno migratorio obliga a diferenciar a las personas en movilidad a partir de sus motivaciones, a decir de los discursos políticos y legales. Por un lado, se presentan las migraciones voluntarias, aquellas relacionadas con la buscada de mejores oportunidades económicas, laborales y de educación, independientemente de si éstas se procuran de manera legal, ilegal o indocumentada. Por el otro lado, se encuentran las migraciones forzadas, derivadas de la violencia sistemática, el crimen organizado o la persecución política (Reed, Ludwig, and Braslow, 2016 en Estévez, 2022), y que, dependiendo de sus características, los implicados pueden ser categorizados como refugiados, apatrios, desplazados internos o solicitantes de asilo político, entre otros.

Sumado a lo anterior, se presenta también las migraciones por deportación, repatriación o expulsión por parte del país receptor; lo que muchas de las veces no significan el final del recorrido, sino simplemente una parte de este. Es por lo que, fuera de estas clasificaciones burocráticas y dentro de la vida cotidiana, para una persona migrante las motivaciones se entremezclan y complejizan, pudiendo ser al mismo tiempo desplazados, repatriados y migrantes voluntarios que, con estas experiencias acumuladas, conceptualizan la vida urbana de manera distinta.

La ciudad fronteriza de Mexicali, Baja California, es un receptáculo de población en tránsito derivado de su vecindad con el estado de California; ya sean movilizaciones voluntarias a través de las caravanas provenientes desde Centroamérica, connacionales repatriados desde los Estados Unidos de América (EUA) o bien, solicitantes de asilo en espera de la resolución de su caso en territorio mexicano.

Sobre la población en tránsito a partir de caravanas, “la CNDH cuenta con la información de que casi 10,000 personas recorrieron el territorio mexicano en su ruta hacia los Estados Unidos de América” (CNDH, 2018, p.3), en las primeras movilizaciones registradas a partir de 2018; de los cuales, las publicaciones periódicas refieren al menos mil de ellos arribando a la ciudad de Mexicali en noviembre del mismo año (Bauluz, 2018; Vargas, 2018), y grupos subsecuentes en los meses posteriores (Arellano, 2019; De León, 2021).

Se sabe que el fenómeno de las caravanas surge de la desvinculación con la tradicional red de tráfico de migrantes lo que las hace distintivas (Izcara y Andrade, 2020), en tanto que la relación entre pollero/coyote y mojado/ilegal implica altos costos y riesgos. El carácter masivo de las caravanas las lleva a prescindir de un intermediario y rompe con las intenciones de invisibilidad e ilegalidad mediante la solicitud de asilo, creando nuevos modos de migración.

En cuanto a los connacionales repatriados, el documento “Nueva política migratoria del Gobierno de México 2018-2024”, registra que un número absoluto de 1,266,939 migrantes mexicanos de retorno desde EUA entre 2005 y 2015 (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, 2020), equivalente a 17% más de la población total actual del municipio de Mexicali (INEGI, 2020).

Quien fuera el director de Atención al Migrante en Baja California en 2019, Gustavo Magallanes Cortés, fue citado en un reportaje donde se aseguraba que alrededor de 5,000 centroamericanos fueron devueltos a través de las garitas de Baja California hasta junio de ese año; de los cuales 2,000 se refugiaron en albergues ubicados en Mexicali (Gallego, 2019). Mientras que en otras publicaciones citan a Luis Javier Alforri Franco, subsecretario de Asuntos Migratorios, precisando que el total de repatriados en esta entidad fueron 66,170 connacionales durante 2019 y 32,010 más en 2020 (Uniradio Informa, 2021).

Hasta el tercer trimestre del 2021, el Instituto Nacional de Migración cálculo 181,064 repatriados de EUA, de los cuales el 51% ingresó por Baja California (Gobierno de México, 2021); dato que los medios interpretaron como un aumento en las deportaciones durante el primer año de gobierno Joe Biden, en comparación con las 140,214 deportaciones adjudicadas al gobierno de Donald Trump, tan solo en el año 2019 (Redacción ADN40, 2021).

Acerca de los migrantes refugiados, en 2019 México ocupó el cuarto puesto en nuevas solicitudes de asilo en el continente con 70,400 registros, solo debajo de EUA, Perú y Brasil (ACNUR, 2020). En tanto, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, delegado federal único del estado de Baja California, estimó entre 8,000 y 9,000 solicitantes de asilo político en la entidad a mediados de 2021, derivado del Programa de Protección al Migrante, conocido como “Remain in Mexico / Quédate en México” por sus fines explícitos (Garibay, 2021).

En relación con estos datos sobre Baja California, si bien la conocida ciudad de Tijuana, suele ser el lugar con mayor afluencia migratoria en la región, donde el 49% de la población total nació fuera de esta entidad (INEGI, 2020), ante la saturación de albergues en esa localidad, se suelen reubicar a los migrantes en los albergues y centros de atención de Mexicali (Ibarra, 2018), ubicado a 170 km de la primera.

Con todo lo dicho hasta el momento, vale la pena señalar que no es interés de esta investigación discutir las políticas migratorias mexicanas, sino conocer la capacidad con la que cuentan las ciudades fronterizas para la continua, constante e inminente recepción de personas en tránsito. Resulta puntualmente preocupante el hecho de que la ciudad de Mexicali –cuya relevancia como espacio de recepción acaba de ser mencionada– registre rezagos y déficits en la cobertura de áreas verdes, espacios públicos y transporte público para los 1,049,792 habitantes en el municipio (INEGI, 2020), ya no digamos la población flotante; lo que para una persona en tránsito representaría una suma de dificultades en cuanto a conectividad urbana, movilidad intraurbana, esparcimiento y resiliencia, además de las necesidades legales, psicológicas y médicas que de por sí requieren.

Datos puntuales sobre espacios de dispersión y recreación los presentan organismos como el observatorio ciudadano “¿Cómo vamos, Mexicali?”, que para el año 2020 registró una tasa del 50.34 en espacios recreativos, 38.93 en espacios deportivos y tan solo 9.13 en espacios culturales por cada 100,000 habitantes; al mismo tiempo que calcula el 1.23% de superficie del área urbana habilitada como área verde y 2.85m2 de superficie de área verde por habitante. (Gobierno de Mexicali, 2020).

Vale la pena enfatizar que los espacios de esparcimiento seguros resultan vitales para la integración de las personas en tránsito en un entorno social sano, debido a que la mayoría han sufrido casos de abuso, violencia, intimidación, extorciones y maltrato por parte de asociaciones delictivas, traficantes de migrantes, otros integrantes de las caravanas o las propias autoridades, llegando a ser sistemática (Izcara y Andrade, 2020).

Los procesos de violencia contra los migrantes centroamericanos en tránsito por México eran ya frecuentes desde la década de los ochenta. Entonces quienes violentaban a los migrantes eran funcionarios públicos. Pero no es hasta mediados de la primera década del siglo XXI cuando estos procesos se intensifican debido a la colusión entre funcionarios públicos y grupos delictivos. (Izcara y Andrade, 2020, p. 135)

Los trabajadores sociales de la asociación HIAS, con sede en Mexicali, revelaron para este proyecto de investigación que al entrevistar a los migrantes en situación de vulnerabilidad –a quienes nombran “personas de interés”– los hechos violentos no solo se presentan durante el tránsito migratorio en sí; en ocasiones es la propia violencia por parte del crimen organizado en sus países de origen lo que fuerza su movilización, en primera instancia (particularmente en aquellos países centroamericanos conocidos como el Triángulo del Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador); al mismo tiempo que las personas repatriadas han atestiguado la violencia institucional por parte de los agentes de migración (Trabajador social de HIAS México, comunicación personal, 27 noviembre de 2020).

En cuanto a la deficiencia en el sistema de transporte y conectividad en la mancha urbana de Mexicali, existen estudios al respecto donde se revela que “por el seccionamiento de rutas, más del 25% de los usuarios del transporte tienen que realizar desplazamientos innecesarios, ya que para llegar a su destino utilizan de 2 a 3 rutas” (Peralta, 2016, p. 98),  donde “el tiempo de viaje que el usuario invierte en transportarse de su origen a su destino en el 53% de las rutas es de 26 minutos” (Peralta, 2016, p. 101), y cuyo costo representa el 7.26% del salario mínimo por viaje (Gobierno de Mexicali, 2020). Además:

Existe poca infraestructura no motorizada, el 62% de la longitud en corredores urbanos la condición de la vía pública para la movilidad peatonal es mala; escasas ciclovías, existen kilómetros de banquetas con distintas calidades para caminar, así mismo existen banquetas obstruidas por el comercio, falta de señalamiento de protección al peatón o al ciclista en cruces o intersecciones, la intermodalidad ciclista-transporte público prácticamente no existe, también se presenta la obstrucción de las banquetas por parte de automóviles. (Peralta, 2016, p. 23)

En cuanto a la conectividad entre albergues, centros de atención y demás equipamiento dirigido a la población en tránsito, se ha encontrado que, de las 25 instituciones identificadas hasta octubre de 2021 en la ciudad (ver Figura 1), el 24% se ubica en el polígono del Centro Histórico, otro 28% se localiza a un radio –accesible peatonalmente– de 2km de la misma zona, lo que significa que el 48% requiere de al menos un viaje en trasporte público para aproximarse entre ellos. Al mismo tiempo, tan solo la mitad de los lugares mencionados cuenta con una ruta de transporte público (autobuses o taxis) que los comunique directamente con el resto de la ciudad; todo lo anterior sin considerar los traslados a espacios laborales, educativos o de esparcimiento. Todo esto lleva a preguntarse, las ciudades medias en la frontera norte de México ¿se encuentran capacitadas para recibir movimientos migratorios masivos?

Figura 1. Distribución de albergues y centros de atención en la mancha urbana de Mexicali, México. Fuente: elaboración propia, 2021.

 

Si bien Mexicali es considerada históricamente como una ciudad de oportunidades para los migrantes, cálida con la recepción de compatriotas, orgullosa de su comunidad china y donde el 32% de la población censada procede de entidades o países distintos (INEGI, 2020); se presenta por lo general de manera inhóspita para aquellos que no cuenten con un automóvil y alojamiento propio.

Marco metodológico: el tránsito de las personas migrantes

Para la obtención y análisis de datos en esta fase del proyecto, se optó por el empleo de tres métodos de investigación de corte cualitativo: análisis documental, recorridos de observación y conversaciones informales.

El análisis documental proporcionó información confiable, concreta y actualizada, al ser un método de interpretación sistematizado. De manera puntual se recurrió a la hemerografía digital, recurso que aprovecha el registro de acontecimientos relevantes, al momento. Este análisis de artículos periodísticos llevó a la revisión de 54 reportajes publicados bajo la modalidad en línea por más de 20 medios de comunicación locales y nacionales, fechados desde 2018 hasta los primeros meses de 2021 (ver Tabla 2).

Tabla 2: Análisis hemerográfico digital

Fuente

Titulares

Periodo

Impacto

La Voz (14)

Fenómenos urbanos relacionados con la crisis migratoria (16)

2018 (3)

Local (4)

El Imparcial (10)

La Jornada (3)

Noticieros Televisa (3)

Políticas migratorias (15)

2019 (4)

Regional (4)

El Universal (3)

Arribo de migrantes a la región (12)

2020 (15)

Nacional (11)

Pregonero de B.C. (3)

Otros (11)

2021(32)

Internacional (4)

Milenio (2)

 

 

 

Otros (16)

Total 54 reportajes

Total 23 medios de comunicación

 

También se ha recurrido tanto a bases de datos como a informes oficiales y otras publicaciones de autor, para la aportación de datos numéricos y posturas políticas que describan el dimensionamiento de la crisis migratoria. Sin embargo, para complementar la información no registrada se requirió de los relatos vivenciales de quienes atestiguaron los acontecimientos por medio de conversaciones informales. Este método de recopilación de información es común en las áreas de la antropología y ciencias sociales, pero se retoma en este proyecto con intereses urbanos pues, al entender a la crisis migratoria como parte de los sucesos sociales de la historia actual, se ha considerado que “el sentido de la vida social se expresa particularmente a través de discursos que emergen constantemente en la vida diaria, de manera informal por comentarios, anécdotas, términos de trato y conversaciones”. (Guber, 2001, p. 30) De esta manera, en la primavera del 2022 se realizaron una serie de recorridos en campo, con la intención de provocar encuentros con la población en tránsito, y compilar sus experiencias y perspectivas de la ciudad. Este ejercicio involucró también el uso de la observación participante, técnica implícita en la práctica de la investigación cualitativa, que requiere del contacto directo con el grupo, espacio y proceso a estudiar.

El primer recorrido (R1) se llevó a cabo el miércoles 6 de abril, alrededor de las 12:00 horas, en el polígono del Centro Histórico de Mexicali. Para el segundo recorrido (R2) se decidió visitar los albergues para migrantes, el día 20 de abril del 2022 a las 13:00 horas. El tercer recorrido (R3) se celebró el 27 de abril del 2022, igualmente a las 13:00 horas, en las inmediaciones de la Estación del Ferrocarril, en la intersección entre calle de la Industria y Héroes Ferrocarrileros en la Colonia Industrial.

En total se realizaron 12 conversaciones espontáneas (ver tabla 3), dentro de estos tres puntos clave de la ciudad, todas ellas consentidas para su registro en audio grabaciones digitales. En su totalidad de sexo masculino, en un rango que oscila entre la mayoría de edad legal y lo considerado como adulto mayor; originarios todos ellos de países de habla hispana, pero donde la mayoría cuenta con un bagaje cultural que pudiera asociarse a lo chicano o mexicoamericano. 

 

Tabla 3: Conversaciones informales. Datos de los informantes.

No.

Informante

Edad

Procedencia

Estatus migratorio

Permanencia en Mexicali

R1

1

Gerardo

60

Honduras / USA

Deportado (con intenciones de reingresar a EUA)

3 semanas

2

Israel

20

Honduras

Movilización voluntaria

1 día

3

Néstor

45

El Salvador

Deportado (con intenciones de reingresar a EUA)

N/E*

4

Elder

28

Honduras

N/E*

N/E*

5

Ismael

36

Honduras

N/E*

N/E*

R2

6

Erick

22

Jalisco

Solicitud de asilo político

2 meses

7

Nicolás

31

El Salvador / USA

Deportado (sin intenciones de reingresar a EUA)

2 años

8

Rigoberto

N/E*

Chiapas

Deportado (sin intenciones de reingresar a EUA)

2 años

9

Leonardo

N/E*

Chiapas

Deportado (sin intenciones de reingresar a EUA)

1 años

10

Héctor

37

Jalisco / USA

Deportado (sin intenciones de reingresar a EUA)

3 meses

R3

11

Armando

37

Ecuador / USA

Deportado (con intenciones de reingresar a EUA)

1 día

12

Giovanni

30

Honduras / USA

Deportado (con intenciones N/E*)

6 meses

*No especificó (N/E)

 

Entre los informantes, predominan aquellos que han sido deportados y entre los relatos sobresalen aquellos de quienes contaban con una larga estadía en EUA antes de su deportación. Dejando atrás casa, familia, amigos, trabajo, una vida entera, ahora se encuentran en Mexicali, a la espera de lo que vendrá. A continuación, parte de sus historias y el cómo habitan la ciudad bajo sus nuevas condiciones.

 

Resultados y discusión: valoración e integración en el contexto socio-urbano

Atendiendo el marco metodológico, se empleará la redacción descriptiva para exponer los resultados etnográficos de los recorridos de observación, lo cual derivará en la discusión de los hallazgos con los ejes teóricos: redes migratorias e imaginarios urbanos.

Así, como punto inicial para la realización de recorridos de observación se seleccionó al Centro Histórico de la ciudad de Mexicali por ser el espacio urbano conocido por concentrar una gran cantidad de personas en tránsito migratorio, entre otras cosas, por ubicarse aquí el Puerto Fronterizo “Mexicali 1” con diversos accesos tanto peatonales como vehiculares, el Instituto Nacional de Migración sobre avenida Cristóbal Colon Poniente y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (U.S. Inmigration and Customs Enforcement-ICE) del lado norteamericano.

A diferencia del ciudadano que regresa de Estados Unidos de manera legal, la población que ha sido deportada ingresa a México a través de un puente peatonal que culmina directamente en la calle, sobre una acera que no rebasa el metro de anchura, sin plazas, parques, áreas sombreadas o puntos de reunión visibles (ver Figura 2), por lo que el recién llegado se ve en la necesidad de deambular.

Figura 2. Vista desde la puerta de acceso hacia la ciudad. Fuente: colección personal, 2022.

 

Fue así como se dio el encuentro con Gerardo de 60 años sobre el bulevar Adolfo López Mateos esquina con calle México. En una conversación corta Gerardo comentó que esa mañana recorría el Centro Histórico para pasar el día, ya que por el momento no había sido requerido para ningún trabajo informal en las cercanías del albergue en que se hospedaba, como había solido hacerlo en sus tres semanas de estadía en la ciudad.

Manzanas más adelante, sobre la calle México, fue posible vislumbrar a tres o cuatro grupos de personas constituidos por entre cuatro y siete hombres con el mismo aspecto: gorra en la cabeza, mochila en mano, zapatos deportivos y gestos cansados; todos ellos dispersos sobre el césped, descansando a la sombra de los árboles del Parque Constitución, espacio público también nombrado Plaza del Mariachi por situarse aquí estos grupos musicales en espera de su contratación, cuyas características remiten a las alamedas de las ciudades coloniales por su quiosco central –recientemente convertida en caseta de policía– y por sus amplios andadores dentro de un perímetro aproximado de 500 metros.

Hubo un acercamiento con uno de los grupos, posiblemente el más numeroso, pero solamente Israel de 20 años, Néstor de 45, Elder de 28 e Ismael de 36 años estuvieron dispuestos a platicar; el resto seguían atentos la conversación, gesticulando, mascullando y asentando cuando se sentían identificados con las declaraciones hechas por sus compañeros a lo largo de los 20 minutos de entrevista. Mientras que Néstor (comunicación personal, 6 de abril de 2022) ya había ingresado a EUA en ocasiones anteriores e intentado reingresar por diversos medios (por ejemplo: la vía legal alegando invalidez debido a su pierna derecha lacerada), Israel (comunicación personal, 6 de abril de 2022) había salido por primera vez de su natal Honduras apenas un mes antes y, sin conocer a nadie, llevaba en Mexicali apenas un día. El grupo acababa de conocerse, y fue esta plaza en el centro el punto de encuentro y descanso antes de continuar con la travesía.

Para el segundo recorrido se decidió visitar directamente las instalaciones de los albergues para migrantes ubicados en el casco histórico de Mexicali; particularmente la institución Hotel del Migrante, ubicado a tan solo 200 metros de la garita internacional, así como la estancia Hijo Pródigo A.C., localizado en el barrio habitacional Pueblo Nuevo, contiguo al Centro Histórico de la ciudad. Ambas instituciones se encuentran bajo la administración de asociaciones civiles, lo que las caracteriza por la carencia de servicios y condiciones inhabitables.

El primer refugio es un amplio edificio de unos 40 metros de frente y 20 metros de profundo, cuyo segundo nivel es empleado como albergue, mientras que el primer nivel cuenta con funciones mixtas, como bares y merenderos. A la sombra de la arcada típica de las construcciones de esa zona de la ciudad, solo Erick de 22 años se detuvo unos minutos a conversar sobre su experiencia, el resto de los hospedados se encontraban resguardados en las habitaciones, en busca de trabajos informales o bien vagando por las calles de alrededor, según comentó una de las encargadas del lugar, mientras preparaba la merienda con plátanos y rebanadas de sandía para los huéspedes, pues cuando se le cuestionó por qué los migrantes no se encontraban descansando en el pórtico del edificio, como solían hacer años antes, ella respondió:

Es que hubo un tiempo que la policía venía y se los estaba llevando y, por ejemplo, muchos de ellos pues no traen nada y lo poquito que traen, la verdad, se los quitaron […] lo que nosotros empezamos a hacer es [decirles] ‘no se queden aquí afuera, quédense adentro; y si van a salir traten de esta en una ubicación donde no los molesten’ […] el pretexto era la identificación, los paraban porque no tenían ningún tipo de documento. (Mujer encargada del Hotel del Migrante, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

No pasó lo mismo en el segundo refugio, donde un grupo oscilante de entre cuatro y siete personas bebían cerveza en lata en el pórtico de este lugar, un antiguo cinema de tres niveles, con alrededor de 15 metros de fachada y una profundidad de casi 50 metros, ahora mal adaptado como refugio. Ahí, Nicolás de 31 años lideró la conversación, mientras que Rigoberto, Leonardo y Héctor complementaban las respuestas con sus propias experiencias. A diferencia del grupo que descansaba en el parque durante el primer recorrido, este segundo grupo no tenía la intención reingresar a Estados Unido en un futuro próximo.

Para el tercer y último recorrido se optó por rondar las cercanías de los patios de maniobras del tren, por ser este otro de los accesos principales a la ciudad y, posiblemente, el medio de transporte más socorrido por las personas en tránsito por “no tener costo”[3] a diferencia de los autobuses y otros transportes, según lo que ellos mismos nos comentaron. Si bien las instalaciones de Ferromex aparentaban no tener mayor movimiento, en la intersección con la acera de enfrente, más de 15 personas se aglomeraron al notar que alguien se aproximaba, pues es este un punto de encuentro para el trabajo informal, una cuchilla donde convergen almacenes de uso comercial y hasta 12 carretas de tacos de cabeza de res o borrego. Así, tan rápido como se acercaron, igual de rápido se alejaron cuando descubrieron que no había intenciones de ofrecer ningún empleo informal, sino solamente de conversar.

Fueron Armando de 37 años y Giovanni de 30 años quienes se prestaron a una conversación; el primero, tal vez por desconocimiento de las dinámicas en tal punto de encuentro, pues en todo el tiempo de interacción fue posible presenciar cómo el resto de los ahí reunidos se fueron dispersando y obteniendo trabajo, particularmente por empleadores que se acercaban en vehículos con materiales de construcción solicitando obreros para diversas labores. El segundo, tan solo por acompañar al primero, en un intento de instruir al recién llegado, puesto que Armando tenía menos de doce horas de haber arribado a Mexicali, mientras que Giovanni contaba con la experiencia de 6 meses en la ciudad.

A pesar de la diversidad de relatos y experiencias por parte de estos informantes espontáneos, ha sido posible organizar la información recabada en doce temas de conversación que, a su vez, se dividen en dos grandes secciones, a) acerca de la ciudad de Mexicali y b) experiencia migratoria. Al mismo tiempo, la interacción interpersonal durante las entrevistas, posibilitaron destacar los códigos cuya manifestación solo puede ser recopilada por medio de un trabajo de observación (ver Tabla 4).

Tabla 4: Conversaciones informales. Codificación.

Categoría

No.

Temas de conversación

A)      Acerca de la ciudad de Mexicali

R1

R2

R3

Total informantes que abordaron el tema

Percepción

1

Percepción general de la ciudad de Mexicali

5/5

3/5

2/2

10

2

Movilidad intraurbana en la ciudad de Mexicali

1/5

2/5

1/2

5

Concepción

3

Sentido de seguridad en la ciudad de Mexicali

2/5

3/5

-

5

4

Concepción (previo al arribo) sobre la ciudad

2/5

-

2/2

4

Valoración

5

Actividades (modos de vida) en la ciudad de Mexicali

2/5

4/5

2/2

8

6

Reconocimiento del contexto urbano

3/5

3/5

1/2

7

Integración

7

Interacción social en la ciudad de Mexicali

2/5

1/5

1/2

4

B)      Experiencia migratoria

R1

R2

R3

Total informantes que abordaron el tema

Valoración

8

Experiencias y expectativas sobre Estados Unidos

2/5

3/5

2/2

7

Concepción

9

Proceso de deportación

3/5

2/5

1/2

6

10

Tránsito por el país

2/5

-

2/2

4

Integración

11

Motivos de deportación / migración

2/5

2/5

1/2

5

12

Caravanas migrantes 

2/5

-

-

2

Categoría

No.

Temas destacados en el recorrido de observación

R1

R2

R3

Total de recorridos donde se presentan

Integración

1

Prácticas socio-espaciales (emplazamientos)

X

X

X

3

2

Interacción social (comportamientos)

-

X

X

2

Valoración

3

Modos de vida (actividades)

-

X

X

2

Concepción

4

Identificación del contexto urbano (desplazamientos)

X

-

-

1

5

Sentido de seguridad (manifestaciones)

X

X

X

3

 

Siguiendo este orden, ha sido posible analizar los temas de conversación a partir de su relación con los códigos y categorías previamente establecidos de modo que, los siete temas correspondientes a la sección A resultan inherentes a la mayoría de los códigos, al estar asociados propiamente a las preguntas detonadoras de las conversaciones –por ejemplo: sentido de seguridad, interacción social y movilidad–. Cabe mencionar que los datos referenciados al código de “prácticas socio-espaciales”, dentro de la categoría “integración”, se retoman del ejercicio de observación en campo, y no de las fuentes orales.

Por su parte, la sección B no se relaciona de manera explícita con los códigos previstos, ya que se procuró no especular ni requerir de expectativas, precisamente para que fuera la experiencia personal de los informantes el elemento subjetivo que aportara credibilidad a la interrogante: cómo habitan las personas en tránsito. Entonces, estos cinco temas de conversación pueden estar, o no, vinculados a una o más categorías, dependiendo de las vivencias de quien migra.

Aun con ello, para fines prácticos se ha asociado cada uno de estos temas con un código en particular, de acuerdo en cómo inciden uno sobre otro y viceversa; teniendo que el brutal “proceso de deportación” modifica la capacidad de concebir el “sentido de seguridad”; que el largo y penoso “tránsito por el país” crea una noción sobre la “identificación el contexto urbano”, al mismo tiempo que “los motivos de deportación/migración” repercuten en las formas de “interacción social”; mientras que la movilización a través de “caravanas migrantes” genera nuevas “prácticas socio-espaciales” y, finalmente, las “experiencias y expectativas sobre Estados Unidos”, terminan por ser parte de las decisiones que toman las personas en tránsito sobre su estadía en Mexicali y, por tanto, en sus “modos de vida”.

Respecto a lo anterior, una de las líneas teóricas que sigue este texto, recuerda que: “al trabajar desde los imaginarios urbanos es necesario articular un análisis de las condiciones materiales de lo simbólico y, al mismo tiempo, las condiciones simbólicas de las materializaciones en la ciudad.” (Vera, 2019, p.16) Ejemplo de ello, es el uso recurrente de la palabra “abajo” para referirse a los países latinoamericanos, dentro de las conversaciones con migrantes en Mexicali. Dicho término, no solo involucra una localización geográfica en el espacio –donde Estados Unidos se encuentra al norte y Honduras, El Salvador o Guatemala en el sur–; también tiene una connotación de estratificación, al considerar la permanencia en EUA como una mejora en su calidad de vida y estatus con respecto a otros compatriotas.

 Finalmente, a partir de los resultados obtenidos mediante el trabajo de observación, fue posible comprender la definición de los emplazamientos en la ciudad, con relación a las propias prácticas socio-espaciales de las personas en tránsito. Además de complementar algunos de los códigos afines a las categorías de concepción, integración y valoración, al observar con atención los desplazamientos, comportamientos y actividades realizadas por los informantes y sus compañeros migrantes, respectivamente.

Si bien cada relato fue distinto, sabemos que tres cuartos de los entrevistados han pasado por un proceso de deportación o repatriación y que, de esos nueve migrantes, al menos cinco evidenciaron que contaban con una vida de varios años en EUA. En las conversaciones, los informantes mencionaron a los familiares que los esperaban del otro lado, de los trabajos que realizaban antes de ser detenidos y de cómo no tienen raíces ni razones para permanecer en sus países de origen. Aquí sus voces: “Esa vez cruce y me regresaron para abajo. En esa época no tenía familia allá. Hoy sí tengo familia.” (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022) “Yo me fui a los 15 [años]. Tengo familia yo allí [en EUA] y la verdad yo no he podido comunicarme con ellos.” (Armando, comunicación personal, 27 de abril de 2022) “Tengo una hija del otro lado. Nomás que me deportaron pa’ Honduras y ahora me regresé porque no puedo vivir en Honduras. No tengo dinero, no tengo casa, no tengo nada. Vengo a ver qué hago acá.” (Gerardo, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Los testimonios confirman la teoría de redes migratorias (Izcara y Andrade, 2020), además de enmarcar la relevancia de los vínculos familiares como parte de las motivaciones para migrar pues, a sabiendas de la violencia, discriminación y extorciones que puedan sufrir durante la larga travesía, las personas que deciden migrar se exponen a tan arriesgada práctica, más allá de la búsqueda de un bienestar económico.

De los casos mencionados, destaca el de Héctor, quien insistió en conceder la entrevista en un inglés mal conjugado, a pesar de llevar 10 años en México y decir que no tiene intenciones próximas para reingresar a EUA, al preguntarle ¿cuál es tu siguiente plan? ¿quieres regresar?

Me? Al norte no pues, ya fui y pues la verdad, like… aquí está más mejor, like… yo vengo de Guadalajara, estaba viviendo en Guadalajara y me vine aquí [a Mexicali] para tratar de regresar de nuevo [a EUA] y like… for what, I should stay, like… mejor me hubiera quedado allá [en Guadalajara]. (Héctor, comunicación personal, 20 de abril de 2022)  

Lo que no se mencionó en ninguno de los relatos fueron los motivos de deportación que, por los años de permanencia en EUA, es de suponerse que fue debido a una detención por infracciones menores que se salió de control al no contar con la documentación legal de estadía. Tampoco se profundizó en el proceso de deportación mismo, a pesar de haberse sugerido el tema durante las conversaciones. Solamente se puede deducir que es un evento penoso, por declaraciones como la de Gerardo, quien nos compartió lo siguiente:

Es un problema estar preso allá del otro lado. Cuando lo agarran la migración es un problema, sí porque uno espera como 45 días preso, para que lo deporten, para llegar a su país y cuando llega al país allá no le ayudan en nada. Está muy duro así. (Gerardo, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Además, hace referencia a la violencia sistemática de la securitización de la frontera al decir que “hasta aquí [México] los están tratando bien pero cuando los deportan para allá [desde EUA], ahí van amarrados. Van esposados pues. Con cadenas y todo.” (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022). Y agrega al relato información sobre los conflictos que involucran la deportación por distintos puertos fronterizos, así como los peligros que corren al transitar por el país:

A veces nos tiran para los otros estados, allá. Si lo agarran aquí, a veces lo van a tirar a uno a las otras fronteras de allá abajo [Centroamérica]. Los agarran en Tijuana y los vienen a tirar a ésta y así. No los tiran a la misma frontera. (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Este camino es ‘desesperable’ (sic) porque en este camino le peligra la vida a uno, le roban lo que trae, el teléfono, dinero. Todo. Al final el que viene llegando aquí, viene llegando sin cinco. Te ves aguantando necesidad y hambre. Y abajo […] lo matan allá abajo. (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Esto detalla lo sugerido al inicio del texto, y es que debido a la violencia que experimentan durante el trayecto, al llegar a una nueva ciudad suelen procurar tranquilidad y seguridad, generalmente a partir de espacios públicos acondicionados y céntricos -cercanos a las rutas de movilización y/o cruces fronterizos-; en particular Mexicali parecen cubrirse parcialmente estas necesidades, como se plantea en los testimonios descritos adelante.

Algunos migrantes que procuran el reingreso, ya habían transitado por Mexicali en ocasiones anteriores. Quienes nos visitan por primera vez visualizaron la ciudad a partir de los mapas que cargaban en su mochila. Gerardo confundió inconscientemente a Mexicali con Calexico, ciudad vecina en California, de manera que es fácil relacionar a las ciudades fronterizas de México con las de EUA.

Yo sí había llegado. Unos 10 años que vine aquí. Me deportaron para abajo y ya estoy aquí de vuelta. Ahorita está diferente porque está más aseado aquí. En ese tiempo había [pausa] se quedaban a dormir aquí todos los bolitos, borrachitos. (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Con casos como el de Elder y su grupo de compañeros, se confirmó que existe una conceptualización previa de las ciudades fronterizas de Baja California, la cual está basada en la idea de que la ruta oeste es la más segura para transitar, en comparación con la ruta del Pacífico:

Sí aparece el estado de Mexicali [en el mapa]. En las casas de migrantes cuando venimos de abajo, allí nos dicen que agarremos por aquí porque está más tranquilo que la otra frontera [al este de México]. Hasta el momento hemos sentido que sí está más tranquilo. (Elder, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

La seguridad personal es un tema que procuran en todo momento: en las rutas de viaje, en la gente con quien conviven, en los lugares donde descansan; de aquí la urgencia de contemplar espacios que faciliten la resiliencia, tema para investigaciones futuras. Con respecto a los trayectos y la convivencia colectiva, si bien las formas de desplazarse se han diversificado, en el marco del nuevo siglo, el tráfico de personas que involucra a los llamados polleros/coyotes continúa activo ya que, al cuestionarles si han participado en las movilizaciones a través de las caravanas, el grupo de migrantes en el Parque del Mariachi comentó:

Vienen peleando con la migra desde aquí, desde México. Las autoridades. Si vienen matados de tanto caminar. Ahí vienen, vienen peleando, por pasar. Ahorita dicen que va a venir una caravana del estado de Chiapas, pero no sé cuándo iba a trepar. No creo que trepe aquí. No trepa. Las desarman abajo. (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Viene gente de más o menos. Viene delinquiendo y cosas así. Y mientras que se esté viniendo así, no pasa. A veces se mete gente que es delincuente en las caravanas. A mí es que me han contado. Yo nunca he viajado con esas caravanas. (Elder, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Sobre la seguridad en las ciudades fronterizas, Ismael, Erick y Héctor, comentaron acerca de los barrios en las periferias urbanas, la dinámica en los albergues y la percepción que tienen de ellos los habitantes locales, respectivamente y de acuerdo con sus propias experiencias:

Porque no se puede andar en los barrios. Sí, tienes que establecerte en un solo lugar porque si sabes que estás bien aquí, aquí manténganse, porque no sabe en otros barrios como está. Por eso uno cuando llega se establece en un solo lugar. (Ismael, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

Sí, está bien, está tranquilo y pues no hay mucho ambiente que digamos, así que la gente ande haciendo maldades y cosas de eso; pero para vivir aquí no está bien porque es un ambiente muy peligroso y aparte de que no estás con tu seguridad muy a gusto aquí pues, no te sientes a gusto con tus cosas y pues no está bien vivir aquí. Por días sí porque le sirve a uno como experiencia. (Erick, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

Recodemos que Ismael solo se encontraba de paso, descansando en un parque en el Centro Histórico con sus compañeros, mientras que Erick se hospeda en un albergue temporal donde los usuarios llegaban a ser acosados por las autoridades; a diferencia de Héctor, que llevaba tres meses en la estancia Hijo Pródigo A.C., ubicado en un barrio popular, lo que confirma que los modos de habitar serán definidos a partir de las prácticas y las representaciones asociadas a imaginarios específicos:

No, aquí no hay peligro. Para nada. Por la misma razón de que aquí es un lugar para migrantes; que la gente que está viviendo aquí son migrantes también, so… es igual. Yo sé que sí pasan robos […] pero la verdad no, no permitimos esas cosas. (Héctor, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

Es así como la percepción general de Mexicali resultó ser buena, tanto en la conceptualización de la vida urbana como en las interacciones sociales. Ismael y Rigoberto coinciden al decir que: “se sorprende uno porque son ciudades grandes. Se sorprende al conocer.” (Ismael, comunicación personal, 6 de abril de 2022) “No se diga todo, pero sí, más o menos sí la conozco [la ciudad]. Porque Mexicali también es grande, no la conozco todo, por eso te digo, más o menos.” (Rigoberto, comunicación personal, 20 de abril de 2022). Esto a pesar del contraste entre una ciudad fronteriza y los Centros Históricos de las ciudades coloniales a lo largo de Latinoamérica: “La curiosidad que yo tenía de conocer un templo, así un parque o algo, verdad, pero no, […] no tiene plaza, no tiene juegos [refiriéndose a los parques], así como en otros países, no tiene nada de eso.” (Erick, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

Desde una percepción generalizada, Néstor (comunicación personal, 6 de abril de 2022) menciona que “aquí la gente mexicana lo ayuda mucho a uno, con ropa, comida, zapatos todo, algunos hasta nos dan un lugar en donde dormir, es de gran ayuda”; mientras que Erick, comparte lo que ha observado en las semanas que ha vivido en Mexicali:

La verdad sí, es muy buena la gente, te ayuda mucho la gente […] apoyan mucho a la gente con ropa, con comida, con lo que puedan ellos también nos apoyan; o si ven a unos que andan así, caminando en las calles, en veces yo miro que llegan y les dan dinero o les hablan ‘muchacho, ven ¿ya comiste?’ ‘no, pues no’, y les dan comida. (Erick, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

Para Armando, su breve experiencia en esta ciudad se resume con este relato: “Entonces llegué apenas hoy, de hecho, me dijeron ‘aquí hay trabajo’, entonces hice la limpieza de ahí de los taquitos y me gané un taco ahí.” (Armando, comunicación personal, 27 de abril de 2022). Y continúa diciendo:

La verdad mis respetos para la gente de aquí, nos han traído unas tortas, agua, más agua. Bien, bien, bien. No tengo que quejarme de acá. De aquí de México no tengo nada que hablar porque me trataron muy bien. Más que en mi país, porque aquí no discriminan a nadie. (Armando, comunicación personal, 27 de abril de 2022)

Sobre esto último, Nicolás dice: “Es que hay mucho dinero aquí en Mexicali. Hay dólares, yo no trabajo, pero dinero hay. Andan barriendo banquetas por 10 pesos, así es la vida aquí.” (Nicolás, comunicación personal, 20 de abril de 2022) Aun con ello, nuestro informante no tiene intenciones de trabajar: “Yo era técnico, yo sé arreglar ‘refris’ [aire acondicionado], pero aquí no tengo la herramienta. Allá [en EUA] me daban la troca [camioneta], la herramienta y todo, aquí no.” (Nicolás, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

Es aquí donde debemos hacer una importante distinción acerca de los informantes y diferenciar entre aquellos que tienen intenciones de ingresar o reingresar a EUA y aquellos que han decidido quedarse en México o, específicamente, en Mexicali. Ya lo decía Héctor al argumentar porqué su permanencia de este lado de la frontera, en contraste con Néstor quien estaba decidido a cruzar:

Aquí tienen las mismas oportunidades que allá, same thing, bro… es que la gente tiene esa mentalidad de muchos años que la gente piensa que allá es el sueño americano, bro. Yo lo digo porque yo he vivido toda mi vida en Estados Unidos y apenas llevo 10 años viviendo en México y ya, like… no sé, like… aquí hay, here´s good, like… y la gente nomás no quiere aprovechar, tiene mucho orgullo, hay un chingo de programas de gobierno que apoyan y no es que no se los den, es que nadie va a ir a registrarse el papel, that´s what it is. (Héctor, comunicación personal, 20 de abril de 2022)  

Aquí hay mucho trabajo, nosotros nos podríamos quedar aquí, pero es que piden muchos requisitos de papeles. Si no tenemos los papeles, no nos dan trabajo y si nos dan trabajo nos pagan bien poquito. Sí, ese es el problema. Aquí en México hay trabajo para nosotros, para todo mundo de Centroamérica, es un país muy grande, pero ese es el problema. (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022) 

Para los migrantes, deportados y desplazados, Mexicali es una escala más en su recorrido o bien, un lugar de obligada permanencia; en cualquiera de los dos casos, se concibe a la ciudad como un espacio de pausa y nada más, tal y como lo menciona Néstor: “Sí, aquí venimos a descansar. Sí, a descansar de pasada vamos.” (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022)

 

Conclusiones: Mexicali, ciudad a la expectativa

Ya sea por un día, como Armando, o dos años como Rigoberto; ya sea que hayan llegado aquí por movilización voluntaria, como Israel, o a través de la deportación como Gerardo; ya sea que tengan urgencia por regresar a EUA para estar con sus familiares, como el caso de Néstor, o que prefieran permanecer en México como Héctor; Mexicali es concebido y percibido como un lugar en dónde estar mientras acontece algo diferente, sin que la duración de su estancia incida en la valorización o la extensión de lazos con la vida urbana. Es Nicolás quien mejor expresa la situación de estadía indefinida en la ciudad: “Dos años [viviendo en Mexicali] y perdido, tomando, nomás. Todos los días igual, tomando y tomando y valiendo madre. Lo que es pues, la verdad. Es lo que quieres ¿no? La verdad.” (Nicolás, comunicación personal, 20 de abril de 2022)

Entonces, al presentar la pregunta ¿cómo habitan los migrantes? Surgen tres tipos de respuestas, mismas que concuerdan con los espacios de la ciudad que frecuentan. Primero, las personas en tránsito y de reciente arribo, dicen: “Aquí descansamos, descansamos unos días para pasarnos al otro lado” (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022). Ya que no tienen la necesidad de explorar la ciudad, el perfil mencionado pasa su tiempo recuperando energías, sin alejarse de las áreas conocidas, como el Centro Histórico o los espacios de asistencia:

A los albergues vamos porque, aunque no durmamos bien, pero estamos seguros de que nada nos pasa. Estamos encerrados, pues. Y si nos quedamos aquí; a la orilla de la calle, lo huevean o le pasa otra cosa más grave a uno. Mejor nos vamos a quedar a los albergues (Néstor, comunicación personal, 6 de abril de 2022).

No puedo quejarme de aquí, verdad. Si no puedo irme hoy me puedo ir mañana, […] aquí estamos firmes para agarrar unas monedas e irme a Tijuana, y de Tijuana pues irme a […] donde apoyan a los migrantes a comunicarme con la familia y poder viajar. (Armando, comunicación personal, 27 de abril de 2022)

Por su parte, los migrantes que están de paso por un lapso breve, menciona: “Ahorita empecé a caminar porque siempre me la llevó allá, por la Casa Betania, la casa del migrante, buscando trabajo todos los días, pero hoy no busqué trabajo, hoy me vine a caminar y aquí está bien bonito.” (Gerardo, comunicación personal, 6 de abril de 2022) Este perfil se encuentra en zonas dispersas de la ciudad en busca de trabajo, con el fin de adquirir los ingresos necesarios para completar su cometido e instalarse en EUA.

Las personas que se reconocen como migrantes pero que llevan más de 6 meses en la ciudad, declaran: “Es un estado donde uno está parking, parqueado ¿no? Esperando si cruzas o te regresas a otro estado a trabajar más abajo […] pues no, estar aquí nomás ahorita un tiempo, en lo que pues ya me aliviano y agarro trabajo.” (Giovanni, comunicación personal, 27 de abril de 2022) Ellos ya no tienen prisa, por lo cual se instalan en los barrios céntricos de la ciudad, mediando entre los primeros dos modos de vida mencionados: la búsqueda de trabajo informal y el descanso.   

Particularmente, la urbe parece propiciar estas opciones a través de espacios como albergues y estancias para atención al migrante que, si bien la mayoría de ellos carecen de muchos servicios, siempre serán una opción para el viajero. Además de los puntos de encuentro laboral, como la intersección al final de las vías del ferrocarril, el propio Centro Histórico o, incluso, los alrededores de los mismos refugios.

Entre los lugares recorridos, destaca el Parque del Mariachi, espacio público que cuenta con características ideales para el descanso por ser el área verde más amplia del Centro Histórico, contar con bancas, áreas sombreadas, seguridad pública y encontrarse muy cerca de la Garita Internacional. A decir de los propios migrantes, es este un punto de encuentro con los polleros/coyotes, por tanto, un referente en la ciudad.   

Entonces, se puede concluir que existen condiciones favorables dentro del contexto urbano de la ciudad de Mexicali que facilitan los distintos modos de estadía y habitabilidad de las personas en tránsito, a pesar del presupuesto con el que se partió, el cual subrayaba que aspectos tales como la movilidad intraurbana y los sistemas de transporte, la oferta del sistema de equipamiento urbano y, en particular, la disposición y el diseño de los espacios públicos, no son adecuados para la recepción de flujos migratorios tan importantes, así como no lo son para las condiciones climáticas que imperan en esta región fronteriza. Pareciera que, las penurias personales están por encima de las incomodidades urbanas, puesto que las trayectorias individuales y colectivas se encuentran cargadas de aspectos mucho más drásticos y determinantes en su vida cotidiana.

Aun con ello, la crisis migratoria requiere que ciudades fronterizas como Mexicali, cuenten con más puntos de encuentro y resguardo como el mencionado; equipamiento que facilite la orientación, que garantice la seguridad y que brinde bienestar a las personas en tránsito. Si bien las autoridades en los distintos órdenes de gobierno cuentan con programas afines a estos propósitos, lo cierto es que muchas de las veces responden a la contención de las movilizaciones y no necesariamente a la habitabilidad de quien migra. Por lo anterior, sería recomendable que la contemplación de estos espacios incluya los diversos modos de habitar de quien es migrante, deportado o desplazado.

 

 

 

 

 

Bibliografía

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[1] Concepto de Maseey, D., Alarcón, R., Durand, J., y González, H. (1990). Return to Aztlan. The Social Process of International Migration from Western Mexico. Los Ángeles: University of California Press.

[2] Concepto de Silva, A. (1992). Imaginarios urbanos. Bogotá: Arango Editores. 

[3] El ferrocarril es de carga y los migrantes se “trepan” en este.