[FE DE ERRATAS]1 “[Me] llama desde el futuro para devenir.
[Me] llama desde el futuro para volver”. Aportes de la
terolingüística para seguir con el problema
Camila Arce Torre2
Estudiante de Letras Modernas,
Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
camila.arce.torre@mi.unc.edu.ar
Resumen: en el siguiente artículo indagaremos acerca de la propuesta de
las terociencias, entendiéndolas como una puesta en práctica de la gura
SF que postula Donna Haraway en su libro Seguir con el problema, generar
parentesco en el Chthuluceno (2019), como un aporte clave para el cruce
posible entre las ciencias exactas y las humanidades. Partimos del diagnóstico
de que vivimos en una tierra dañada y debemos generar prácticas que nos
permitan seguir con el problema. Con este objetivo acudiremos al cuento “La
autora de la semillas de acacia y otros extractos de la Revista de la asociación
de Terolingüística” de Úrsula K. Le Guin y leeremos cómo hace uso de la
disciplina de la terolingüística la lósofa Vinciane Despret en Autobiografía
de un pulpo y otros relatos de anticipación (2022), a n de profundizar en las
potencialidades de la SF en tanto narración especulativa que pone en tensión
las prácticas cientícas modernas. En estos textos encontramos dislocado el
lugar que ocupan los animales y la naturaleza, ya que dejan de ser vistos como
objetos pasivos y adquieren el estatuto de autores de prácticas artísticas
simpoiéticas, ayudándonos a pensar otros mundos y otros futuros posibles
desde las barrosidades del Chthuluceno.
Palabras clave: Úrsula K. Le Guin, SF, terolingüística, cción teórica, seguir
con el problema.
“It Calls [Me] from the Future to Become. It Calls [Me] from the Future to
Come Back”. Contributions of Therolinguistics to Continue with the Problem
Abstract: We will investigate the proposal of therosciences, understanding
them as an implementation of the SF gure that Donna Haraway postulates
in her book Staying with the Trouble, Making Kin in the Chthulucene (2019),
as a key contribution to the possible crossover between the natural sciences
and the humanities. We start from the diagnosis that we live on a damaged
earth and that we must generate practices that allow us to keep staying with
the trouble. With this objective we will read the story “The Author of the
1 Fe de erratas: por pedido de la autora se publica nuevamente el artículo con una pequeña modicación.
Puede encontrarse la versión anterior en el siguiente enlace: https: // revistas.unc.edu.ar/index.php/
notalmargen/article/view/44778
2 Con aval de la Dra. Franca Maccioni, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
La literatura y las cosas
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Nota al margen
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Vol. II Nº 4 | julio-diciembre 2024
Acacia Seeds and Other Extracts from the Magazine of the Association of
Terolinguistics” by Úrsula K. Le Guin and we will read how the philosopher
Vinciane Despret uses the discipline of therolinguistics in Autobiography of
an octopus and other stories of anticipation (2022), in order to delve deeper
into the potential of SF as a speculative narrative that puts modern scientic
practices in tension. In these texts we nd the place occupied by animals
and nature dislocated, since they are no longer seen as passive objects, but
instead they acquire the status of authors of sympoietic artistic practices,
helping us to think about other worlds and other possible futures from the
Chthulucene.
Keywords: Úrsula K. Le Guin, SF, therolinguistics, theoretical ction, staying
with the trouble
En este trabajo indagaremos acerca de la propuesta de las terociencias, noción
que se desprende y engloba a la terolingüística, disciplina que fue acuñada por
primera vez en el cuento “La autora de las semillas de acacia y otros extractos
de la Revista de la asociación de Terolingüística” de Úrsula K. Le Guin (1987). Lo
haremos a partir de las repercusiones que tuvo luego en Autobiografía de un
pulpo y otros relatos de anticipación de Vinciane Despret (2022). Para entender
la relación que se puede establecer entre ambas autoras, haremos uso de lo
que Donna Haraway llama las prácticas SF en su libro Seguir con el problema,
generar parentesco en el Chthuluceno (2019). Partiremos del supuesto de que
tanto Le Guin como Despret ponen en práctica la gura SF y de que la misma
Haraway se apoya en la lectura de ambas como un ejemplo de lo que implican
las prácticas de ciencia cción, fabulación especulativa, guras de cuerdas,
feminismo especulativo y hechos cientícos para seguir con el problema.
Las terociencias, puestas en juego como práctica SF en el ámbito de la
narración especulativa y de anticipación, serán leídas desde la categoría de
cción teórica (Milone et al., 2021)3. Dicha noción nos habilitará la exibilidad
metodológica necesaria para indagar en la potencialidad de la literatura
y la cción, con el n de pensar la teoría y poder comprender los rasgos
característicos de las propuestas de Haraway y Despret para repensar sus
propias prácticas cientícas desde lugares poco habituales: la imaginación
teórica, la (in)especicidad disciplinar y la importancia de la narrativa
3 El concepto de cción teórica fue trabajado en el marco del seminario El despertar de la imaginación
en la teoría: cciones teóricas para la literatura y las artes contemporáneas, dictado en el año 2023 por
la cátedra de Hermenéutica de la Escuela de Letras, FFyH, UNC. Para consultas dirigirse a Imaginar,
hacer. Ficciones y fricciones teórico-críticas de la literatura y las artes contemporáneas. Milone, G.;
Maccioni, F. & Santucci, S. (Comp). Colecciones del CIFFyH, FFyH, UNC. 2021, publicación realizada
por el equipo de investigación cuyo proyecto (2018-2022) se denominó “Perspectivas materialistas: un
abordaje crítico de escrituras contemporáneas”.
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leguiniana para realizarlo.
Un gran sector de la comunidad cientíca coincide en denominar
Antropoceno4 a la era geológica actual, aludiendo al impacto global e irreversible
que ha tenido la actividad humana sobre los ecosistemas terrestres. Si bien
hay posiciones que dieren sobre cuál sería el comienzo preciso de esta era,
es posible relacionarlo directamente con el advenimiento de la modernidad y
con las actividades industriales a gran escala. Todo este proceso ha tenido su
correlato en las diversas dimensiones de la actividad humana, no únicamente
la industrial o productiva, sino también, por ejemplo, en la esfera del discurso
cientíco, que ha legitimado los modelos productivos que sostenemos hasta
la actualidad, colocando a la naturaleza y al resto de los seres como recursos,
como stock disponible para la explotación y el benecio del Hombre5.
El sintagma seguir con el problema es la alternativa harawayana a las
dos respuestas más frecuentes que identica la autora frente a los horrores
del Antropoceno y el Capitaloceno (Haraway, 2019, p. 84)6. La primera se
asienta en “la fe cómica en las soluciones tecnológicas, ya sean seculares
o religiosas” (Haraway, 2019, p. 22); la segunda es una respuesta más
destructiva y desesperanzadora: ya no es posible hacer nada para revertir las
consecuencias ecológicas, ambientales y sociales del impacto del Ántropos7
en los ecosistemas. En las propias palabras de la autora, para esta respuesta,
no tiene sentido tener una conanza activa recíproca en trabajar y jugar por
un mundo renaciente” (Haraway, 2019, p. 22). Frente a estas dos respuestas,
Haraway (2019) propone al Chthuluceno, un “espaciotiempo para aprender a
seguir con el problema de vivir y morir con respons-habilidad en una tierra
dañada” (p. 20):
Concretamente, a diferencia del Antropoceno o el Capitaloceno, el
Chthuluceno está hecho a partir de historias y prácticas multiespecies
en curso de devenir-con, en tiempos que permanecen en riesgo,
tiempos precarios en los que el mundo no está terminado y el cielo
4 Concepto acuñado por Paul Crutzen y Eugene Stoermer en los años 2000.
5 Hacemos uso de la palabra “Hombrecon mayúsculas a n de establecer una diferencia entre el sujeto
cartesiano moderno y el hombre como sustantivo común que denomina a la especie humana.
6 Capitaloceno haría mención, en este caso, no únicamente a la actividad del hombre, sino más
bien al sistema productivo: el capitalismo y sus repercusiones irreversibles a nivel global sobre los
ecosistemas terrestres. Jason Moore es quien lo utiliza por primera vez en un seminario dictado
en el 2009. Para mayor profundización se recomienda leer el capítulo 2, “Pensamiento tentacular.
Antropoceno, Capitaloceno y Chthuluceno, de Seguir con el problema… de Donna Haraway (2019) y
dirigirse especícamente a la nota al pie nº 55.
7 Dirigirse a la nota 50 del capítulo 2, “Pensamiento tentacular. Antropoceno, Capitaloceno y
Chthuluceno, de Seguir con el problema… de Donna Haraway (2019).
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no ha caído, todavía Estamos en riesgo mutuo. Contrariamente a los
dramas dominantes en el discurso del Antropoceno y el Capitaloceno,
los seres humanos no son los únicos actores importantes en el
Chthuluceno, con todo el resto de seres capaces de reaccionar. El
orden ha sido retejido: los seres humanos son de y están con la tierra, y
los poderes bióticos y abióticos de esta tierra son la historia principal.
(Haraway, 2019, p. 95)
Seguir con el problema en el Chthuluceno, signica, entonces, discutir
con los discursos cientícos modernos, con el sistema productivo capitalista
y con la idea del Hombre como el centro y único agente de la destrucción
y del cambio. Para ello, Haraway recurre a las nociones de simbiogénesis y
simpoiesis, retomando una línea de la biología y de las teorías de la evolución
de la que Lynn Margulis es una de las mayores voceras; se arma en el
concepto de la simbiogénesis para denominar la vida como algo complejo,
dinámico y que necesariamente está dado a partir de las relaciones con otrxs8.
Y no se trata únicamente de entender estas interrelaciones como formas de
benecio mutuo entre las especies —que sería la noción más extendida de
simbiosis—, por el contrario:
La gama de nombres necesarios para designar los heterogéneos
patrones en red y los procesos de disyuntivas y ventajas situadas y
dinámicas para los simbiontes/holobiontes recién comienza a salir a
la supercie, a medida que los biólogos se deshacen de los dictados del
individualismo posesivo y los juegos de suma cero como modelos de
explicación. (Haraway, 2019, p. 101)
De este modo, Haraway comprende la simpoiesis —basándose en
estas teorías biológicas9— como un modo de devenir-con, de pensar-con
8 En la versión de este artículo anteriormente publicada, en lugar de “otrxs” aparecía “otras personas”.
Sentimos la necesidad de cambiarlo porque la insistencia de Haraway en estas teorías biológicas sobre
la vida y la evolución —y no otras— radica en el intento de desantropocentrar la metodología desde la
cual construimos el conocimiento cientíco y teórico, yendo a las concepciones fundamentales desde
las que nos posicionamos. En este sentido, la palabra “otrxs”, ambigua y poco denida como parece,
habilita a pensar la vida como un proceso de interrelaciones entre múltiples seres —vivos y no vivos—
y cientos de microorganismos asociados o, al menos, a no clausurarla única y exclusivamente a la
interrelacionalidad humana.
9 Nos referimos a las que versan sobre los sistemas generativos complejos, de las cuales Margulis (1986)
es pensadora.
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y de generar-con otros humanos estrategias para seguir con el problema
en una tierra dañada, para congurar mundos de manera conjunta, en
compañía” (Haraway, 2019, p. 99). Y, en este sentido, se vuelven importantes
las preguntas: con quiénes pensamos, qué mundos y qué futuros son posibles.
En términos de la autora, “importa qué pensamientos piensan pensamientos.
Importa qué conocimientos conocen conocimientos. Importa qué relaciones
relacionan relaciones. Importa qué mundos mundializan mundos. Importa
qué historias cuentan historias” (Haraway, 2019, pp. 65-66). En este marco, las
prácticas SF —que engloban, como dijimos anteriormente, a la ciencia cción,
a la cción especulativa, a la ciencia fantástica, al feminismo especulativo, a
las guras de cuerdas y a los hechos cientícos— se vuelven prácticas que
nos permiten pensar y seguir con el problema en el Chthuluceno, en tanto
generan parentescos raros e impensados para los discursos humanistas y
cartesianos que colocan al humano —al Hombre— en el centro de la Historia,
de las prácticas productivas y, también, como el único apto para generar
conocimiento y realizar arte. Las prácticas SF son, para Haraway, maneras
arriesgadas de juegos para contar y congurar historias, entendiendo que
“los seres asociados ontológicamente heterogéneos devienen lo que son y
quienes son en una conguración del mundo semiótico-material relacional.
Naturalezas, culturas, sujetos y objetos no preexisten a sus conguraciones
entrelazadas del mundo” (2019, p. 36). Es así como el modo de las guras de
cuerdas, ese juego que implica el entrelazamiento de hilos con los dedos de las
manos, de enredos y desenredos, se convierte en una manera de entender lo
político, lo social y el resto de las prácticas SF: las narraciones especulativas,
el feminismo especulativo, la ciencia cción. Para narrar historias que sigan
con el problema, debemos entrelazarnos, generar parentescos con otros
seres más allá de los humanos, ir hacia adelante, retroceder, dar y recibir con
respons-habilidad: devenir-con. Y este entrelazamiento debemos trasladarlo,
también, a las prácticas cientícas para propiciar que los límites entre las
humanidades y las ciencias físicas y biológicas no sean tan taxativos. Para
ello, para pensar entre disciplinas, es posible recuperar las potencialidades
de la cción y de las narraciones especulativas. Crear desde el barro, desde
el humus del Chthuluceno, desde las “humusidades” (Haraway, 2019, p. 62).
Ficción teórica o cómo imaginar la investigación
La noción de cción teórica (Milone et al., 2021) es traída como una categoría
crítica desde la cual se piensa un “modo de producción de saber que insiste
en ponderar la imaginación y la invención” (Milone et al., 2021, p. 20) con la
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intención de pensar modos otros de realizar teoría, de relacionarnos con las
escrituras y con el saber:
Abrir un uso libre de la potencia común (de la cción), vale decir, abrir
el juego con ese común poiético que es el lenguaje y hacerlo ignorando
la separación que imponen los campos disciplinares. Profanar será
también, entonces, liberar la inscripción de una práctica (la cción,
por caso) de una esfera determinada (la Literatura), disponerla para un
nuevo uso: usar su potencia para imaginar teorías “que imiten la forma
de la que se han emancipado. (Agamben, 2009, como se citó en Milone
et al., 2021, p. 112)
Este movimiento crítico nos permite pensar la potencialidad que
pueden tener las narraciones de anticipación que analizaremos en la escritura
de Le Guin y de Despret, desde las cuales podemos pensar en el diálogo y el
cruce interdisciplinar que nos habilita la gura SF postulada por Haraway
y la teorización sobre la narración en forma de bolsa que nos propone Le
Guin, tanto desde su narrativa como desde su producción ensayística. Estas
narraciones pensadas desde la gura de SF —en tanto modo de acercar las
prácticas cientícas y los hechos cientícos a las narraciones especulativas—
y la cción teórica como un corrimiento del lugar de la literatura para el cruce
interdisciplinario entre cción y teoría, en tanto método de investigación, nos
permiten otro modo de pensar en el tiempo presente. Un tiempo presente
atravesado por la catástrofe y la falta de proyección futura, que precisa la
búsqueda de alternativas potenciadas desde el cruce entre la imaginación
y la teoría. Úrsula K. Le Guin, con su prolíca obra de ciencia cción,
constantemente pone en tensión los límites de lo posible, expande esos
horizontes que parecen obturados en nuestra época y nos invita a imaginar
otros modos de relacionarnos con la naturaleza, con el trabajo, con la política,
con la producción artística y con la producción teórica de conocimiento.
Las terociencias
La terolingüística, como precursora de las terociencias en general, se vuelve
relevante para seguir pensando-con. Se trata de una apuesta teórico-ccional
que desbalancea los discursos cientícos y biológicos que se han ocupado
Camila Arce Torre 125
tenazmente, desde el siglo XVIII en adelante, de legitimar los modelos de
producción capitalistas y occidentales y de jerarquizar la gura del Hombre
como modelo epistémico y político. “Desde el imperialista siglo XVIII, las
ciencias biológicas han sido especialmente poderosas fermentando nociones
sobre todos los habitantes mortales de la tierra” (Haraway, 2019, pp. 59-
60). Es importante destacar, entonces, que la primera vez que fue acuñado
el término “terolingüísticano haya sido desde el discurso cientíco, sino
literario, de la pluma de Úrsula K. Le Guin, una escritora de ciencia cción
estadounidense. Y es relevante, también, que una cientíca y lósofa belga
como Vinciane Despret haga uso de esta noción para poner en jaque los
límites de una disciplina cientíca —la etología— a partir de la práctica SF
de escritura de relatos de anticipación10, que aparecen en Autobiografía de
un pulpo. Como bien escribe María Ptqk en el prólogo de Autobiografía de un
pulpo (2022):
La SF (Science Fiction) es más que un género literario. Es un método
para emanciparse y desobedecer, para pasar al otro lado del espejo,
donde se cierra la puerta a la epistemología clásica y se perlan las
sombras de otros sistemas de conocimiento, otras culturas del saber.
(p. 19)
El término “terolingüística” —del cual luego desprendemos el de
“terociencias”, “teroarquitectura”, entre otros— trae su prejo ther- del griego,
que signica animal salvaje. De este modo, estas disciplinas cientícas-
fantásticas-especulativas ponen su centro de atención en el comportamiento
lingüístico, artístico, arquitectónico, etc. de los animales. La apuesta
inaugurada por Le Guin va un paso más allá, en tanto no apunta únicamente
a estudiar el comportamiento animal, sino también, por ejemplo, a realizar
traducciones de los escritos animales. Es decir, se parte de la base de que en
el caso de “La autora de las semillas de acacia…” las hormigas pueden escribir,
como de hecho lo hacen, y de que existe, por lo tanto, la narración-hormiga;
es la ciencia humana —la terolingüística— la que debe encontrar el método
adecuado para poder realizar una traducción y posterior interpretación
de esos escritos. Con esta apuesta, entonces, y entendiendo las prácticas
cientícas, artísticas, narrativas, entre otras, de un modo simpoiético, los
otros seres no humanos —en este caso los animales salvajes—, ya no ocupan
10 Utilizamos “relatos de anticipación” porque respetamos la decisión editorial de denominarlos de
este modo.
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el lugar de objeto a ser estudiado de manera pasiva. Los animales salvajes
tienen lenguaje, posibilidad de narración, de crear historia, de realizar
prácticas artísticas y es, en todo caso, la ciencia humana la que debe revisar
su método para poder acercarse a estas producciones y a estos escritos y
no al revés. Entiéndase, no forzar a que su objeto de estudio se adecúe a
los marcos teórico-metodológicos establecidos por las prácticas cientícas y
elaborados desde una perspectiva humanista.
Bolsa transportadora de relatos de anticipación
En el caso de Úrsula K. Le Guin es importante detenerse un momento en
su teoría de la cción como bolsa, porque es el fundamento de lo que luego
Haraway va a reconocer en la escritura leguiniana como una práctica SF que
permite comprender, también, el surgimiento de la terolingüística. Le Guin
sostiene que, al contrario de las narraciones con forma de punta de echa,
—que son las narraciones del Hombre y sus aventuras de caza, conquista,
guerra y supremacía sobre la naturaleza, animales y recursos—, a la cción
narrativa, la narrativa especulativa y la ciencia cción es mejor entenderlas
como bolsa: la forma del primer dispositivo cultural que permitió a los seres
humanos recolectar y guardar sus semillas: el recipiente. La cción con forma
de bolsa no es una cción que rehuye al conicto, todo lo contrario; pero no
se trata de eso únicamente, sino de poder contar otras historias, las historias
de aquellos que se quedan en la casa, recolectando la avena, las semillas y que
tejen redes en esta realidad extraña:
Diría incluso que la forma natural, propia o justa de la novela debería
ser la de un saco, una bolsa. Un libro contiene palabras. Las palabras
contienen cosas. Llevan sentidos. Una novela es un botiquín, contiene
cosas que se relacionan de un modo particular y poderoso entre sí y
con nosotros. (Le Guin, 2020, p. 12)
Es en la forma cóncava del recipiente recolector, en la bolsa de red o
en el útero donde pueden germinar estas historias que historizan, piensan y
mundializan mundos interrelacionados, chthulucénicos, que van y vienen y
que no necesariamente tienen un n por el n mismo. En la narración con
forma de bolsa se encuentra el barro de los monstruos chthónicos11 que
11 Los chthónicos son seres de la tierra, antiguos y de última hora a la vez. Los imagino repletos de
tentáculos, antenas, dedos, cuerdas, colas de lagarto, patas de araña y cabellos muy desenmarañados.
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habitan en el humus, que crean artísticamente de manera simpoiética. De
este modo, la propuesta leguiniana de la cción como bolsa transportadora
se vuelve una propuesta narrativa ccional del devenir-con y del pensar
con otros seres. Una propuesta política para seguir con el problema y para
interrogarnos sobre nuestro presente, entendiendo la ciencia cción —o
el género de la narración especulativa— más como un género realista, que
describe una realidad por demás extraña:
La ciencia cción bien entendida, como toda cción seria, aun cuando
sea divertida, es un modo de intentar describir lo que de hecho sucede,
lo que las personas efectivamente hacen y sienten, cómo se vinculan
con todo lo demás en este vasto saco, este vientre del universo, este
útero de cosas que serán y tumba de cosas que han sido, esta historia
sin n. (Le Guin, 2020, p. 15)
Una hormiga rebelde, una autobiografía de un pulpo
“(No deseo) pulsar las antenas. (No quiero) golpear. (Quiero) verter sobre
semillas secas la dulzura de (mi) alma. Podrán encontrarlas cuando (yo haya)
muerto. ¡Palpa esta seca madera! (¡Soy yo quien) habla! (¡Yo estoy) aquí!” (Le
Guin, 1987, p. 1). Así comienza la traducción de las treinta y dos semillas de
acacia infecundas encontradas junto al cadáver de una hormiga, que estaba
en contra del régimen12, al nal de un largo y estrecho túnel de una colonia
de hormigas. La traducción de este manuscrito forma parte de algunos
extractos de “La Revista de la Asociación de Terolingüística” (Le Guin, 1987)
donde, además de realizar la traducción de estas semillas, hay otros extractos
donde algunos terolingüistas se preguntan sobre el fenómeno del lenguaje,
las prácticas artísticas, el lenguaje de las plantas y el futuro de su disciplina. En
esta revista vemos plasmada la posibilidad de una literatura de los Pingüinos,
del idioma Delfín e, incluso, la especulación acerca de un lenguaje de las
plantas o de las rocas. “¿Qué es el lenguaje?” se pregunta el Presidente de la
Sociedad de Terolingüistas:
Los chthónicos retozan en un humus multibichos, pero no quieren tener nada que ver con el Homo
que mira al cielo. Los chthónicos son monstruos en el mejor sentido: demuestran y performan la
signicatividad material de los bichos y procesos de la tierra. (Haraway, 2019, p. 20)
12 Esto lo podemos inferir de las interpretaciones que realizan quienes se dedican a la terolingüística
a partir de la comparación que realizan con el estudio del comportamiento de las hormigas, sus
costumbres sociales y políticas e incluso el léxico ya identicado anteriormente (Le Guin, 1987).
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Esta pregunta, capital para la ciencia terolingüística, ha sido respondida
—aunque heurísticamente— por la propia existencia de esta ciencia.
El lenguaje es comunicación: ese es el axioma en el cual se basan
nuestras teorías e investigaciones, y del que proceden todos nuestros
descubrimientos; y estos mismos descubrimientos ratican la validez
de tal axioma. (Le Guin, 1987, p. 8)
El lenguaje es comunicación, sí, pero ¿qué sucede con el lenguaje
vegetal?: “¿qué ocurriría si el arte no fuera comunicativo? ¿O qué si ciertas
formas de producción artística lo fueran y otras no?” (Le Guin, 1987, p. 8).
En este relato sigue habiendo una lectura donde los vegetales no tienen un
estatuto activo de producción lingüística ni artística, pero, sin embargo, en
el caso de que un arte no comunicativo vegetal existiera, la terolingüística no
debería ser esclava de sus propios axiomas, tal como lo escribe el Director.
Deben ser revisados y reformulados los principios rectores de la disciplina y
las técnicas para realizar la correcta traducción de la literatura-vegetal. Esto
queda demostrado con “el fracaso —un fracaso noble, sin embargo— de los
esfuerzos del Dr. Srivas, de Calcuta, al emplear la lmación en cámara rápida
a n de registrar un léxico del Girasol” (Le Guin, 1987, p. 9). Incluso, volviendo
a la traducción de lenguajes animales, podemos pensar en lo que implicó
no haber considerado correctamente que los pingüinos son pájaros y que
“vuelan en el agua” (Le Guin, 1987, p. 5). Lo que podemos ver plasmado en este
relato es un cuestionamiento cabal sobre la disciplina terolingüística —o de
la prácticas cientícas en general, si extendemos nuestro análisis— a partir
de una reexión sobre las prácticas que las constituyen. La especulación es
constitutiva, también, de la reexión sobre sus prácticas y, por eso, quienes
analizan la situación desde la terolingüística se permiten pensar que, a futuro,
la disciplina habrá cambiado tanto que resultará absurda la metodología
utilizada en sus principios:
Con el paso del tiempo nuestra actitud será igualmente irrisoria. “¿Te
das cuenta, le dirá el tolingüísta al crítico de estética, “de que ni
siquiera eran capaces de leer el Berenjena?”. Y se reirán de nuestra
ignorancia al tiempo que toman sus mochilas y emprenden una
caminata para leer la recientemente descifrada lírica de los líquenes
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de la cara norte del pico Pikes. (Le Guin, 1987, p. 10)
La posibilidad de la especulación está dada, a nuestro parecer, por
los mismos principios por los cuales es posible pensar en la existencia de
disciplinas como la terolingüística, la teroarquitectura o la geolingüística:
porque en ningún momento se pone en cuestión que los animales tienen la
facultad de lenguaje y que pueden comunicarse. El foco no está puesto en
la novedad que implicaría la capacidad de los animales para comunicarse,
para narrar o para escribir, más bien, el foco está puesto en el régimen
de atención necesario por parte de la ciencia para lograr conocer más del
lenguaje de los animales y lograr inmiscuirse en ello. La práctica cientíca de
la terolingüística es llevada a cabo y atravesada por el cuerpo y la experiencia
de entender a los animales como seres que se encuentran al mismo nivel que
los seres humanos. Y la curiosidad cientíca que promueve su investigación
está motorizada justamente por este supuesto.
El modelo cartesiano que ubica al hombre en un puesto de mayor
jerarquía en relación al resto de los seres vivos se apoya, principalmente,
en la capacidad de raciocinio de los seres humanos, que puede ser
exteriorizada por su facultad de lenguaje, dado que pensamiento y lenguaje
están estrechamente vinculados entre sí. Entonces, si partimos de esta
base para comprender cabalmente lo que implica la posibilidad —aunque
sea especulativa— de una disciplina cientíca que se dedique al estudio del
comportamiento animal y, en particular, al estudio del lenguaje animal —
entendiéndolo como comunicación, en una primera instancia, pero no como
un simple modelo de comunicación animal— tendremos la pauta sobre en
qué lugar de la jerarquía ontológica están siendo ubicados los animales —y
por extensión, la naturaleza, abarcando seres vivos y seres no vivos en su
totalidad— en relación al hombre. Es decir, en el relato analizado existe una
apertura a esos otros seres más allá de lo humano y no está puesta en duda
la posibilidad de una comunicación animal, de una historia animal, de un arte
animal. Además, la escena de la hormiga muerta al lado de las semillas de
acacia con sus escritos encima es una clara muestra de que los asuntos de
vida-muerte necesariamente precisan de relaciones interespecie y de que la
escritura o la práctica artística también está atravesada por la materia y se
trata del devenir-con. Como señala Haraway (2019) en su capítulo dedicado
a Le Guin:
Ellas —nosotros— estamos aquí para vivir y morir con, no solo para
pensar y escribir con. Aunque para eso también estamos aquí, para
Camila Arce Torre
130
sembrar mundos con, para escribir en exudaciones de hormigas sobre
semillas de acacias, con tal de mantener la continuidad de las historias.
Igual que el relato de la bolsa de Le Guin. (p. 193)
Es importante, en primer lugar, la relación entre la hormiga y las
semillas que eligió para escribir. En segundo lugar, la lectura terolingüista de
quienes encuentran ese manuscrito y el horizonte simpoiético que se habilita
a partir de lo que la hormiga tiene para decirnos. Esto último sobre la base,
también, de las reexiones disciplinares que este tipo de escritura animal-
vegetal dispara y la potencialidad teórica que esta especulación narrativa nos
habilita.
En Autobiografía de un pulpo y otros relatos de anticipación de
Vinciane Despret (2022) nos encontramos con tres relatos que tratan sobre
las indagaciones terocientícas, donde la especulación narrativa de la SF
es puesta en función de repensar las prácticas de la etología de un modo
experimental, tanto desde el lugar de los cientícos como de los animales
estudiados. Nos encontramos con un ensayo que se entreteje con las tramas
de investigaciones cientícas reales y prácticas ccionales que nutren esos
interrogantes que la ciencia tradicional ha dejado sin responder. En el primer
relato nos hallamos con las consecuencias que sufren los investigadores de la
lingüística arácnida: la presencia de acúfenos incesantes que vuelven viable
la posibilidad de que quienes estudian estos fenómenos se hayan vuelto locos
debido al excesivo compromiso con sus estudios. Sin embargo, luego de una
tenaz insistencia en asegurar que no se trata del fenómeno de los acúfenos ni
de la locura, logran llegar a la siguiente conclusión:
Las arañas tomaron la muy sabia decisión de ocupar los intersticios de
la visión y la audición, de poblar con sus propias historias un mundo en
el que hablar hace vibrar y hace responder: son cantantes silenciosas
de un canto comunicado por una gran diversidad de sustratos. (Despret,
2022, p. 44)
En este relato se sostiene que la irrupción humana, con sus prácticas
cientícas, llevaron a las arañas a la trágica decisión de romper con el silencio
para hacer saber que el ruido humano producido por el avance tecnológico
las está aturdiendo. “Mis queridos y queridas colegas: hemos de rendirnos a
Camila Arce Torre 131
la evidencia: esos pretendidos acúfenos son una señal clara que nos envían
las arañas. Y debemos escucharla” (Despret, 2022, p. 44). A las arañas les gusta
la música y por lo tanto se vuelve necesario repensar las prácticas cientícas
de investigación en interrelación con las prácticas artísticas si se quieren los
resultados deseados: “los cientícos y cientícas habrán de dirigirse a ellas
como artistas, o más exactamente como artistas que se dirigen a artistas”
(Despret, 2022, p. 45). Gracias a ellas y a su lenguaje de las vibraciones, de lo
que nos pueden enseñar a partir de sus prácticas lingüísticas y de la apertura
de las prácticas cientícas a los otros seres no humanos, en este relato se
concluye que quizás sea posible comenzar a establecer conexiones más
profundas con la tierra y el cosmos, a partir del estudio de estas vibraciones
realizadas por las arañas y, en extensión, por toda la materia. Se le da un valor
estético-teórico a lo que esa novedad implica en el ámbito de las terociencias.
En lo que respecta al segundo relato, nos plantea —de un modo
especulativo— la posibilidad de leer semióticamente los muros realizados
con materia fecal de los wómbats. En este caso, también se vieron implicados
quienes se dedican a la teroarquitectura y la conclusión a la que se llega
es que las construcciones de estos muros alrededor de las madrigueras de
los wómbats responden a un impulso artístico-creador por parte de estos
animales y que pueden ser entendidos como parte de una “cosmopolítica
fecal”:
Cada muro, por consiguiente, sería el eslabón de una red cuya extensión
apenas somos capaces de imaginar ... se trataría de un compost
teleológico hecho de semillas, hongos, raíces, hierbas y cortezas; la
transustanciación más terrestre y más inmanente que la teleología
haya podido inventar. A las redes de las incontables galerías de los
wómbats les correspondería, en la supercie, una red igual de densa,
igual de inmanente, de potencias orgánicas vinculadas al cosmos.
(Despret, 2022, p. 80)
El último relato, el de la autobiografía de un pulpo, comienza con el
hallazgo de un manuscrito por parte de una comunidad de pescadores en
las calas de Cassis, en Italia. Ante la imposibilidad de realizar una traducción
certera, luego de lograr determinar que se trataba del escrito de un pulpo,
la Asociación de Terolingüística Clásica decide ponerse en contacto con
Camila Arce Torre
132
la comunidad napolitana de los ulises. En las comunidades de los ulises —
existe otra en Japón— se educa a ciertos infantes para que sean capaces de
establecer una relación simbionte con los pulpos que habitan en la zona, a
partir de una educación especíca y una investigación muy tenaz realizada
por generaciones para lograr el vínculo tan especial que sostienen con los
pulpos. Cuando la terolingüista enviada por la Asociación para realizar la
traducción llega, se encuentra con una comunidad de personas que han
perfeccionado el arte de cultivar sus relaciones con los pulpos —aun en
ausencia de estos animales— a partir de la transmisión generacional de
prácticas y costumbres; han generado, incluso, una lengua especíca para
lograr una mayor comprensión del pensamiento y de las emociones de los
pulpos. Esta lingüista es acompañada por un Ulises de no más de quince
años que la guía para que ella entienda su forma de vida. Recién cuando
el Ulises que la acompaña considera que la investigadora ha comprendido
cabalmente cuál es la relación entre simbiontes, a pesar de la ausencia de
los pulpos, comienzan con el trabajo de la traducción. Se encuentran con
una autobiografía que trasluce enojo, violencia y una falta desgarradora de
esperanza. Esta autobiografía tiene correlato con los pulpos que, luego de
unos meses desde que la lingüista ha llegado a la comunidad, retornan a las
costas napolitanas, pero mostrando una actitud poco receptiva con el ser
humano. ¿Qué tienen para decir los pulpos sobre el impacto humano en los
océanos?: “ninguna cháchara cromática, ninguna conversación, nada más
que una rabia indescriptible” (Despret, 2022, p. 124). ¿Qué nos puede iluminar
esta experiencia SF sobre nuestras prácticas cientícas, sobre el modo con el
que nos acercamos a nuestros “objetos” de estudio?
10. Lentos y agitados los tiempos de espera. Cortos y agitados los
tiempos de existencia. La impaciencia nos gana.
11. Hablar sin luz es violencia. Hablar sin tinta es violencia. La lengua de
los sin-cuerpo está cargada de venenos. El pulpo sin luz es ptochópodo
para el pulpo. (Despret, 2022, p. 125)
La autobiografía encontrada, de la cual hemos transcrito unos versos,
en realidad es una “simbiografía”, debido a que ha sido escrita por un mismo
pulpo pero que, sin embargo, no tiene un dominio centralizado por sobre
sus tentáculos. Y esta simbiografía, luego de su “correcta” traducción, queda
evidenciada como un registro para el futuro, para la posibilidad de seguir en
Camila Arce Torre 133
la memoria de los que vendrán —“¡Acuérdate!/¡Recuérdame!” (Despret, 2022,
p. 125)— ante la certeza de que no le será posible retornar a él mismo como
pulpo en esta tierra dañada.
En los tres relatos nos encontramos con situaciones donde, para que
las prácticas cientícas tengan éxito, no solo deben partir del supuesto de
que los animales estudiados pueden comunicarse y de que esa comunicación
tiene un valor para los seres humanos, sino que también deben partir de
que se trata de sujetos dotados del sentido de la creación artística. En los
tres relatos, la creación artística-animal está puesta en función de distintas
situaciones o intenciones, pero el común denominador es que, por medio de
estas narraciones especulativas, está puesta en cuestión la práctica cientíca,
haciendo un llamado de atención sobre los modos de registro y las preguntas
que nos guían durante las investigaciones.
Conclusión
Con este breve desarrollo por los tres relatos de anticipación de Vincianne
Despret, el relato de Úrsula K. Le Guin y los conceptos teóricos de Donna
Haraway, hemos podido indagar acerca de las potencialidades de las
terociencias. Disciplinas cientícas del orden de lo que podríamos llamar la
cción teórica (Milone et al., 2021), nos habilitan a la especulación, porque
en sus principios rectores no hay un n teleológico ya determinado, no se
presupone una Historia del Hombre que debe ser contada, no se asumen
ni se da por sentada la pasividad de los animales, de la naturaleza ni de la
materia para sostener sus prácticas. Todo lo contrario. Las mueve la certeza
de que, si cambiamos nuestros regímenes de atención, si ajustamos la mirada
y anamos la escucha, vamos a poder hacernos eco de un murmullo que
siempre ha estado ahí, pero del que no hemos querido formar parte.
La práctica curiosa de Despret, llamada así por Haraway, está fundada en
una amabilidad y una innita curiosidad que le permite la apertura necesaria
para pensar con otros seres humanos y no humanos, siempre bajo el precepto
de que hay algo interesante por descubrir y que, por eso mismo, vale la pena
hacerlo. Por otro lado, la escritura en forma de bolsa de Le Guin nos permite
recolectar otras visiones, otras narraciones y voces que históricamente no
han tenido la oportunidad de ser escuchadas. Ambas escritoras, desde sus
prácticas SF, nos invitan a generar parentescos raros para meter los pies en
el barro, crear guras de cuerdas, imaginar futuros que se desprendan de
este presente dañado, pero no totalmente acabado, y seguir con el problema
desde ámbitos disciplinares (in)especícos.
Camila Arce Torre
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Referencias
Despret, V. (2022). Autobiografía de un pulpo y otros relatos de anticipación.
Consonni.
Haraway, D. (2019). Seguir con el problema. Generar parentesco en el
Chthuluceno. Consonni.
Milone, G.; Maccioni, F. y Santucci, S. (Eds). (2021). Imaginar-hacer. Ficciones
teóricas para las literaturas y las artes contemporáneas. Universidad
Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades.
Le Guin, U. K. (2020). La teoría de la cción como bolsa transportadora.
Cuadernos materialistas, 5.
Le Guin, U. K. (1987). La autora de las semillas de acacia y otros extractos de
la Revista de la Asociación de Terolingüística. En U. K. Le Guin, La rosa
de los vientos. Edhasa.
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