y de generar-con otros humanos estrategias para seguir con el problema
en una tierra dañada, para “congurar mundos de manera conjunta, en
compañía” (Haraway, 2019, p. 99). Y, en este sentido, se vuelven importantes
las preguntas: con quiénes pensamos, qué mundos y qué futuros son posibles.
En términos de la autora, “importa qué pensamientos piensan pensamientos.
Importa qué conocimientos conocen conocimientos. Importa qué relaciones
relacionan relaciones. Importa qué mundos mundializan mundos. Importa
qué historias cuentan historias” (Haraway, 2019, pp. 65-66). En este marco, las
prácticas SF —que engloban, como dijimos anteriormente, a la ciencia cción,
a la cción especulativa, a la ciencia fantástica, al feminismo especulativo, a
las guras de cuerdas y a los hechos cientícos— se vuelven prácticas que
nos permiten pensar y seguir con el problema en el Chthuluceno, en tanto
generan parentescos raros e impensados para los discursos humanistas y
cartesianos que colocan al humano —al Hombre— en el centro de la Historia,
de las prácticas productivas y, también, como el único apto para generar
conocimiento y realizar arte. Las prácticas SF son, para Haraway, maneras
arriesgadas de juegos para contar y congurar historias, entendiendo que
“los seres asociados ontológicamente heterogéneos devienen lo que son y
quienes son en una conguración del mundo semiótico-material relacional.
Naturalezas, culturas, sujetos y objetos no preexisten a sus conguraciones
entrelazadas del mundo” (2019, p. 36). Es así como el modo de las guras de
cuerdas, ese juego que implica el entrelazamiento de hilos con los dedos de las
manos, de enredos y desenredos, se convierte en una manera de entender lo
político, lo social y el resto de las prácticas SF: las narraciones especulativas,
el feminismo especulativo, la ciencia cción. Para narrar historias que sigan
con el problema, debemos entrelazarnos, generar parentescos con otros
seres más allá de los humanos, ir hacia adelante, retroceder, dar y recibir con
respons-habilidad: devenir-con. Y este entrelazamiento debemos trasladarlo,
también, a las prácticas cientícas para propiciar que los límites entre las
humanidades y las ciencias físicas y biológicas no sean tan taxativos. Para
ello, para pensar entre disciplinas, es posible recuperar las potencialidades
de la cción y de las narraciones especulativas. Crear desde el barro, desde
el humus del Chthuluceno, desde las “humusidades” (Haraway, 2019, p. 62).
Ficción teórica o cómo imaginar la investigación
La noción de cción teórica (Milone et al., 2021) es traída como una categoría
crítica desde la cual se piensa un “modo de producción de saber que insiste
en ponderar la imaginación y la invención” (Milone et al., 2021, p. 20) con la
Camila Arce Torre
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