“Las montañas van a estar”: la creación artística con lo natural,
una invitación al trabajo con otros en Olvidarse del paisaje, de
Guillermo Mena
2023, 109 págs., Bosquemadura E-DITORIAL
Guadalupe Garione
Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
guadalupegarione@mi.unc.edu.ar
“Dibujar un cielo gigante frente a un montón de gente/puede sentirse como
un error de principio a n/y aun así sostenerlo(Mena, 2023, p. 59). Al leer
por primera vez Olvidarse del paisaje, de Guillermo Mena, esta frase me llamó
poderosamente la atención. En ella, se concentran muchos aspectos del libro
que me resultan claves a la hora de pensar en él.
Siguiendo la linealidad de la frase, me interesa enfocarme, en primer
lugar, en la palabra “dibujar”. Para comprender su importancia, debemos
tener en cuenta la estructura del libro. En Olvidarse del paisaje, se alternan
dibujos realizados con carbonilla, fotografías de algunas instalaciones y una
serie de poemas: escritos del artista en los que se comparten impresiones,
sentimientos y sentidos en torno a una relación con lo natural. Ambas formas
de expresión se organizan en cinco partes, a las cuales las anteceden palabras
de Adriana Musitano, directora de la E-DITORIAL Bosquemadura, en un
prólogo y las precede un ensayo de Gabriela Milone. A este último le sigue un
apartado nal sobre la producción del artista donde se recuperan opiniones
Nota al margen
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Vol. II Nº 3 | enero-junio 2024
Reseñas
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de diferentes críticos y autores.
Ante esto, vemos cómo palabras e imágenes dialogan ya desde la manera
en que el libro se organiza, compartiendo ambas un lugar primordial en este.
Rescataba antes la palabra “dibujar” porque son las imágenes realizadas por
Guillermo, quizás, un punto de partida para pensar lo poético; aquello con lo
que las palabras se tensionan, dialogan, se vinculan. Al observarlas, uno puede
preguntarse si lo escrito explica aquello que se está viendo; quien observa lo
dibujado por el artista puede buscar en los poemas una explicación o viceversa.
Sin embargo, no se traza, entre ambas formas de expresión, una línea directa,
absoluta. Aquello que se dice y aquello que se dibuja se abre y estalla en
múltiples aristas haciendo imposible una simplicación en la interpretación
y es este uno de los triunfos de Olvidarse del paisaje: las relaciones entre las
propuestas son diversas y están en constante crecimiento.
En relación con esto, volviendo a la frase con la que inicié este texto,
es interesante recuperar que aquello que se propone dibujar es “un cielo
gigante”. Tanto a partir de los títulos de las obras como de la palabra poética
que las acompañan podemos identicar una constante, que es el trabajo con
lo natural: se lo observa y se lo dibuja. Y no solo eso, también se dibuja con lo
natural, se lo vuelve materia para crear.
En su texto, Adriana Musitano explica que, para realizar sus obras,
Guillermo recoge ramas caídas, las quema y con eso hace carbón: “en Los
Cóndores, Córdoba, fue algo muy concreto: recoger las ramas en el pueblo
y luego hacer carbón” (Musitano, 2023, p. 4). Hay, hoy en día, múltiples
teorías y lecturas sobre el trabajo, la conjunción, entre lo humano y lo no
humano; es muy movilizante leer y observar un trabajo que piensa y pone
en funcionamiento esto de una manera tan particular. El artista, desde la
práctica que hace a los dibujos y desde aquella que hace a la escritura, se
pregunta por ello; dibuja no solo el cielo, sino también la montaña, la nube, la
tormenta, desde una materia que vuelve constantemente al bosque. Así, no
dejo de cuestionarme quién dibuja: ¿es Guillermo?, ¿es el bosque?, ¿son los
dos? ¿Qué posibilidades, no solo analíticas, sino especícamente artísticas
implica una práctica que se abre a este tipo de sensibilidades, que reconoce
su relación con la materia con la que trabaja?
En este sentido, nalmente, volvamos a la cita: dibujar un cielo gigante
frente a un montón de gente/puede sentirse como un error de principio a
n/y aun así sostenerlo” (Mena, 2023, p. 59). Elegí este fragmento, entre otras
cosas, por su línea nal, por la idea de enfrentarse a algo que puede sentirse
erróneo, que puede atemorizar y de todos modos hacerlo. Un trabajo con las
peculiaridades que tiene el de Guillermo implica siempre un riesgo emocional
Guadalupe Garione
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y sensible tanto en el momento de realizarlo como en el de mostrarle a otros,
a la comunidad artística o solo a una persona —a ese “montón de gente”—,
aquello que se ha creado en conjunto con el bosque. Y es en la idea de “aun
así sostenerlo” donde se encuentra la maravilla de esta propuesta. Atraviesa
al libro, desde mi lectura, una latente esperanza, una fe en que en el acto
artístico hay algo que se debe defender.
En cierto momento, Guillermo arma que “lo que es para siempre
calma” y que “las montañas van a estar” (Mena, 2023, p. 12). Hay en Olvidarse
del paisaje una promesa de esperanza, de conanza en ese trabajo con otros,
con el bosque y con la carbonilla que se transmite a quien lee el texto, a
quien observa las imágenes. La obra se vuelve no solo una toma de posición
por parte del artista al pensar su rol —quien dibuja y escribe sobre y con lo
natural, para otras personas—, sino también una invitación a pensar el libro
y por qué no también al mundo, al bosque y al paisaje como una posibilidad
de un trabajo en conjunto. Y aunque eso se sienta como un error, aun así,
sostenerlo.
Referencias
Mena, G. (2023). Olvidarse del paisaje. Bosquemadura, E-DITORIAL DE ARTE.
Musitano, A. (2023). “Tomar la palabra, el papel, las pantallas”, en Mena, G.
Olvidarse del paisaje. Bosquemadura, E-DITORIAL DE ARTE.
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