¿Qué hacer cuando la vida cotidiana se vuelve insostenible?:
una reseña de Los divagantes, de Guadalupe Nettel
2023, 168 págs., Anagrama
Constanza Molina
Estudiante de Letras Modernas, Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
comolina@mi.unc.edu.ar
En el presente texto, nos proponemos hacer una breve reseña del nuevo libro
de cuentos de Guadalupe Nettel, titulado Los divagantes (2023). Se realizará
primero una breve introducción en torno de la producción literaria de la
autora y ciertos tópicos recurrentes que se abordan a lo largo de toda su
obra, para luego centrarnos en las particularidades del libro reseñado.
Guadalupe Nettel (Ciudad de xico, 1973) ha escrito novelas como
El huésped (2006), El cuerpo en que nací (2011), Después del invierno1 (2014) y
La hija única (2020). Por su parte, entre su producción cuentística podemos
mencionar a Pétalos y otras historias incómodas (2008), El matrimonio de los
peces rojos (2013) y, ahora, Los divagantes (2023). A pesar de que los personajes
y los escenarios que la autora va construyendo a lo largo de su producción
literaria no son homogéneos ni se repiten, sí consideramos que existen ciertas
recurrencias, ciertas zonas de contacto que recorren todos sus escritos.
Uno de estos tópicos recurrentes es el de los cuerpos incómodos, es
decir, cuerpos que interpelan por distintas razones a la concepción que
tenemos de normalidad. A su vez, otro interrogante que aparece una y otra vez
a lo largo de los relatos de Nettel es el de las prescripciones que la sociedad
impone sobre dichos cuerpos. Las historias y personajes que nos ofrece la
1 Ganadora del Premio Herralde de Novela en 2014.
Nota al margen
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Vol. I Nº 2 | julio-diciembre 2023
Reseñas
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autora ponen en tela de juicio distintas instituciones, tales como la familia, el
matrimonio, la maternidad, entre muchas otras. Por último, esos personajes
que nos presenta la autora son casi siempre personas que provienen de o
circulan por los márgenes: outsiders. Entonces, nos encontramos a lo largo
de la narrativa de Nettel con distintos personajes marginales que, por estar
ocupando un lugar en el espacio, por reclamarlo, cuestionan distintas normas
y condicionamientos establecidos. Los divagantes, por supuesto, no es la
excepción.
La obra reseñada está compuesta de ocho cuentos que, de una u
otra manera, nos presentan (como se explica en su contratapa) personajes
divagantes. El título se explica en uno de los relatos que es, además, el que le
da el nombre al libro. En él, padre e hija, de vida bastante itinerante, se topan
en una expedición en barco con un ave. El padre le explica a esa hija narradora
que el albatros perdido” o “albatros divagantees un ave que, a causa del
excesivo esfuerzo que hace por la falta de viento, termina enloqueciendo,
desorientado y en lugares muy alejados de su hábitat natural. Así, tras esta
explicación, entendemos que esa desorientación, esa locura, esa lejanía
respecto del lugar de origen y el hábitat natural son el hilo conductor que
irá relacionando estos diferentes relatos y personajes a lo largo de la lectura.
Y, por qué no decirlo, que irá relacionando también a la totalidad de la obra
literaria de Nettel. Consideramos que, con esta explicación, la autora —de
alguna manera— viene a darle nombre a aquellos personajes cuyas vidas iba
relatando desde sus primeras obras: los divagantes.
En cuanto al aspecto formal de este libro, podemos mencionar que la
prosa de la autora a lo largo de estos ocho relatos permanece, al igual que
en el resto de su obra, sencilla, concisa y sin ornamento excesivo. Nettel no
recurre a extensas descripciones de lugares, de personajes ni de sus mundos
internos para narrar una determinada escena o situación. Y a pesar de ello
—o justamente como su consecuencia— logra, con el uso del lenguaje, una
potencia demoledora. Como la narradora de “Jugar con fuego” que, así sin
más, arma que “tener hijos es siempre estar esperando a alguien” (Nettel,
2023, p. 45) y describe a su hijo adolescente como “un ser a medio camino
entre el niño que había sido y el adulto que iba a ser” (p. 50). O el protagonista
de “La puerta rosada, que dene la aversión que siente hacia su esposa y el ya
longevo matrimonio en el que se encuentra como un “resentimiento que me
produjo durante décadas no ser dueño de mi destino” (p. 67).
Los relatos que nos presenta Nettel en Los divagantes son diversos y
disímiles. En “La impronta, nos enfrentamos al misterio de un tío proscrito
de la familia y una sobrina narradora que, tras un inesperado reencuentro, no
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parece poder alejarse de él. Nos encontramos también con el enfrentamiento
de deseos entre un huérfano que imagina lo que sería tener una familia y un
hijo que parecería ser feliz únicamente lejos de su madre en “La cofradía de
los huérfanos”. Recorren estas páginas también dos hombres insatisfechos
con su vida conyugal: el de “La puerta rosada”, que no soporta más la vida al
lado de una mujer controladora y lo soluciona de una manera casi fantástica, y
el de “La vida en otro lugar”, cuya insatisfacción no tiene tanto que ver con su
mujer, sino con la envidia que le produce el reencuentro con un ex compañero
de teatro y su familia. “Un bosque bajo la tierraes la historia familiar de gente
que, en palabras de la narradora, vive en películas diferentes (Nettel, 2023)
y aun así logra unirse para intentar salvar lo único que parece sostenerlos
como familia: la araucaria del abuelo. “Los divagantes”, relato que le da el
título al volumen, instala el interrogante por los orígenes y el hábitat natural:
¿es realmente nuestro hogar ese lugar del que provenimos? ¿Se puede alguna
vez superar el desarraigo? El relato se centra en la historia de la narradora y
su familia, mexicanos que llevan una vida itinerante por el trabajo del padre
hasta que, nalmente, terminan retornando a México. Y, a su vez, recorre las
historias de distintos inmigrantes latinoamericanos que, por las dictaduras
instaladas en sus respectivos países, fueron a parar a México. Uno de ellos,
el uruguayo Camilo, será quien en gran parte instale estos interrogantes en
torno del desarraigo y el hogar en la mente de la narradora: Camilo, el ave
divagante.
Cabe destacar, además, que incluso nos encontramos con dos cuentos
incluidos en el volumen (“Jugar con fuegoy “El sopor”) en los que la pandemia
del COVID-19 y el aislamiento que derivó de ella aparecen explícitamente
relatados: “Jugar con fuegoes el relato de una de las tantas familias que,
durante aquella época que hoy nos parece igual de lejana y cercana, al acecho
constante, tuvieron que verse obligadas a una extrema convivencia a la que
no estaban acostumbradas. “El sopor”, por su parte, es el relato de un mundo
—casi podríamos decir— apocalíptico, en el cual aquel virus al que nunca se
le otorga un nombre no ha logrado ser combatido y la nueva normalidad a
la que nos enfrentamos durante el 2020 y una parte del 2021 pasan a ser
simplemente la norma, la normalidad.
A pesar de sus diferencias, las historias de los protagonistas de estos
relatos tienen algo en común: están, en palabras de la propia Nettel, signadas
por cierta “nostalgia por la libertad perdida” (Europa Press, 2023). Estos son,
de alguna manera, relatos de vidas ordinarias que están intentando atravesar
la existencia, superar el hastío y el cansancio de la vida rutinaria, de la familia,
de las relaciones amorosas, del mundo en el que habitan; que rechazan, por
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distintas razones y de distintas maneras, los diferentes imperativos vinculares
que recorren, principalmente, los lazos familiares. Los ocho relatos están,
además, no solo atravesados por la nostalgia sino también por la insatisfacción,
por la incomodidad para con la propia vida, por la melancolía. Con Los
divagantes, Guadalupe Nettel vuelve a instalar la pregunta por los vínculos
familiares: ¿cuánto de ellos es realmente necesario? ¿Cuánto le debemos a
nuestros hijos y a nuestros padres y madres? ¿Qué hacer cuando la vida que
estamos viviendo se vuelve insostenible?
La obra de Nettel, además, nos ayuda a retomar la idea de que literatura
y vida no son dos espacios aislados que nada tienen que ver el uno con el otro.
Las preocupaciones de los protagonistas de estos ocho relatos derivan de
nuestro presente y condensan, de distintas maneras, los interrogantes que
se nos presentan a diario. No como un reejo ni como una representación,
sino más bien como un nuevo espacio de diálogo al que podemos recurrir
para intentar comprender un poco más nuestra propia vida. La cción, como
decía la escritora cordobesa María Teresa Andruetto (2009), es como aquel
espacio al cual recurrimos para saber algo más acerca de nosotros mismos.
Referencias
Andruetto, M. T. (2009). Hacia una literatura sin adjetivos. Comunicarte.
Europa Press (18 de septiembre de 2023). Guadalupe Nettel publica
‘Los divagantes’. La Jornada. https: // www.jornada.com.mx/
noticia/2023/09/18/cultura/guadalupe-nettel-publica-los-
divagantes-5117
Nettel, G. (2023) Los divagantes. Anagrama.
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