un cuerpo que no se siente a gusto con el mundo” (Ahmed, 2018, p. 42), esto
puede verse fácilmente reejado en la obra, ya que es exactamente lo que le
ocurre a Orlando al despertarse un día y descubrirse mujer: “solo entonces,
decimos, comprendió sobresaltada las responsabilidades y privilegios de
su condición. Pero ese sobresalto no era el que hubiéramos podido prever”
(Woolf, 2009, p. 135).
Podemos observar, a lo largo de toda la novela, cómo aquellos conceptos
que Orlando poseía sobre las mujeres y la sociedad en la que vivía se vieron
afectados por su transformación. En ese momento es capaz de ver y reexionar
sobre los roles y la relaciones de poder que ejercen los géneros. Orlando,
tras subir a un barco rumbo a Inglaterra, habla con un Marinero y reexiona
sobre su nueva posición al escucharlo: “¿tendré entonces que respetar la
opinión del sexo contrario, por monstruosa que me parezca?” (Woolf, 2009,
p. 137). Entonce, recordó la posición que tenía cuando era hombre y lo que
él mismo esperaba de las mujeres: “exigía que las mujeres fueran obedientes
y castas, que parecieran perfumadas y exquisitamente ataviadas” (Woolf,
2009, p. 138), y en ese momento fue consciente de lo equivocado que estaba.
Añade, “porque las mujeres, a juzgar por mi corta experiencia, no somos
naturalmente obedientes y castas, ni nacemos perfumadas y exquisitamente
ataviadas” (Woolf, 2009, p. 138). Orlando se vuelve entonces consciente de
aquello que le era impuesto por el hombre, algo que le resultaba imposible
de ver antes, debido a lo naturalizado que tenía algunas cuestiones desde su
mirada masculina.
La uidez del género
El punto más destacable de la novela y que al mismo tiempo supone un gran
cambio es cuando Orlando atraviesa una transformación que deriva en un
cambio de sexo. Si bien, Orlando un día es varón y al día siguiente mujer , su
identidad de género no está demarcada de manera tan tajante. Se trata de un
suceso que repercute en el personaje principal y que arroja luz sobre un debate
en torno a la identidad sexual. Esto quiere decir que, si bien se experimenta
un cambio biológico en su cuerpo, este no es acompañado por una variación
en su mentalidad, es decir, interiormente Orlando sigue siendo la misma
persona, mantiene sus gustos y valores. Sin embargo, con el desarrollo de la
historia podemos observar cómo se cuestiona su propia visión del mundo:
“Orlando se había transformado en una mujer, inútil negarlo. Pero, en todo lo
demás, Orlando era el mismo. El cambio de sexo modica su porvenir, no su
identidad” (Woolf, 2009, p. 121).
Sofía Salto 81