el amor, caer y levantarse honras, crecer fortunas como rodar cabezas”
(Demitrópulos, 1981, p. 9).
Francisco presenta la historia de Ginga, pero, al nal, esta será una
excusa para presentar su propia historia y, con ella, la de las/os racializadas/
os y derrotadas/os por los portugueses: “¿qué le diría el joven sacerdote
que desembarcó en África por primera vez hace ochenta años al viejo,
inmensamente viejo que soy –o estoy– hoy, mientras escribo estas líneas?
Creo que no se reconocería en mí” (Agualusa, 2014, p. 164). La novela de
Agualusa presenta a las minorías étnicas como héroes vencidos, pero héroes.
Son representados así porque enfrentan a los portugueses hasta el nal y
nunca muestran sumisión ante ellos; este no-sometimiento es una crítica al
discurso colonial donde la superioridad europea implica la sumisión de los
demás. La lucha de los angoleños contra los portugueses está representada
también como una unión intercultural. Además de los nativos de Angola,
participan indígenas brasileños: “entre los soldados se distinguía un batallón
de doscientos ochenta arqueros y mosqueteros indios, de la nación tapuia,
capitaneados por un cierto Simão Janduí, que había estudiado en los Países
Bajos” (Agualusa, 2014 p. 140). El texto busca romper estereotipos, ya que
Simão Janduí, un indígena, estudió en los Países Bajos y habla neerlandés.
Finalmente, también participaron en la lucha los amencos (igualmente
interesados en colonizar Angola y Brasil), piratas dirigidos por Ali Murato y
Cornélio Jol, Rafael, Abdullah el Moro e incluso un escocés llamado James
Henderson.
En ambas novelas es posible leer la interracialidad tanto del lado de
los protagonistas como del de los antagonistas. En La Reina Ginga, Francisco
entabla amistad con diversos subalternos: Domingo Vaz, traductor angoleño
de la reina Ginga; Rafael, que es judío; Abdullah o Cipriano el Mouro, que es
musulmán; Lobo, que es gitano y, debido a la lucha contra los portugueses,
se relaciona con Simão Janduí, líder indígena. Del lado de los antagonistas no
todos son portugueses, ya que hay miembros de grupos minoritarios que los
apoyan, como es el caso de Filipe Camarão, que es indígena y Henrique Dias,
que es negro. En Río de las congojas, Blas entabla amistad con el esclavo Antonio
Cabrera. Sin embargo, en la novela de Demitrópulos, las/os subalternas/os
no siempre establecen una alianza o una simpatía entre ellos: Maria Muratore
rechaza a Blas y él rechaza a Isabel Descalzo. A su vez, quienes traicionan a
los mestizos son otros mestizos. Empero, en estos contactos entre culturas,
las minorías (a diferencia de los europeos) se muestran más cordiales con los
diferentes. En Río de las congojas, Ana, una española que llega a la colonia,
queda embarazada y es abandonada por el padre de su hija; por ser madre
María Cintia Gerez
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