Ansiedades y creencias en la construcción de un problema
sobre la LIJ y las representaciones de género
Martina Paillalef
Estudiante de Letras Modernas, Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
paillalefmvp@gmail.com
Directora: Dra. María Florencia Ortiz
1
Resumen: En el presente escrito, me enfoco principalmente en narrar el
proceso de construcción del problema de investigación y la selección del
marco teórico de mi Trabajo Final de Licenciatura en Letras Modernas. En
mi paso por el Profesorado en Letras Modernas emergió un interés por la
Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), la problematización de textos literarios
didácticos y cierta constante en el devenir del género, esto es, la tensión entre
lo didáctico y lo estético. Asimismo, las discusiones en la carrera en torno a las
representaciones e identidades de género me motivaron a realizar un cruce
entre LIJ y género. En este breve escrito, maniesto algunas ansiedades y
creencias que tuve en torno a la denición del problema de investigación,
con el n de compartir el proceso y animar a otrxs que estén vivenciando una
experiencia similar.
Palabras clave: problema de investigación, literatura infantil y juvenil,
representaciones de género, función didáctica.
Durante bastante tiempo me sentí desorientada e insegura en cuanto a qué
abordar en el trabajo nal de la carrera. Creía que debía plantear una idea
sumamente original” y sentía que no sabía nada. Tenía cierta seguridad de
que quería abordar un problema vinculado con la Literatura Infantil y Juvenil
(LIJ), pero no sabía exactamente qué. El Profesorado en Letras Modernas, y en
especial, la materia Enseñanza de la Literatura, me abrieron a un mundo de
preguntas en torno a la LIJ. Me interesó en particular la problematización de
textos literarios que eran didácticos, es decir, que buscan enseñar contenidos
1
Doctora en Semiótica. Profesora Adjunta de dedicación Semi Exclusiva en la cátedra Enseñanza de la
literatura, Profesorado en Letras Modernas, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional
de Córdoba, Argentina.
orencia.ortiz@unc.edu.ar
Nota al margen
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Vol. I Nº 1 | enero-junio
Kátharsis
198
predeterminados, instrumentalizar la literatura y así subordinar lo estético a
lo formativo.
En pandemia, realicé el seminario “Ficciones de género: Literatura,
afectos y Política” dictado por la profesora Patricia Rotger, lo que me acercó
preguntas sobre las representaciones e identidades de género. A partir de
ese momento, contemplé la posibilidad de realizar un cruce entre la LIJ
y el género. Compré algunos libros infantiles y observé la recurrencia del
personaje de la princesa en la literatura infantil. Me quedé maravillada con los
libros La bella Griselda (2010), de Isol y La durmiente (2019), de María Teresa
Andruetto e Itsvansch; observé que los textos parecían cuestionar la gura
de la princesa pasiva que espera que un príncipe la salve, y que nalmente se
casa y es madre. Asimismo, me pareció que eran libros que no infantilizan y
que exigen un lector atentx a las múltiples signicaciones.
Me contacté con la profesora Florencia Ortiz, le conté mis ideas y aceptó
dirigir mi investigación. Me dijo que había muchos trabajos académicos que
abordaban la gura de la princesa, así que me aboqué a realizar una primera
aproximación del estado de la cuestión. Encontré que efectivamente hay
muchas investigaciones que analizan nuevas feminidades en la LIJ de estas
últimas décadas. Me sentí agobiada porque pensé: ¿ahora qué hago?, ¿qué
puedo plantear de diferente a lo que hay?
Me desesperé porque pensé que no se me iba a ocurrir nada. Me
tranquilizó lo que me manifestó Florencia: “no tenés que descubrir la pólvora.
Entonces, respiré y decidí seguir observando libros infantiles con princesas
protagonistas, ensayé ideas y, luego de dar vueltas y vueltas, vislumbré que
ciertos textos literarios infantiles, que decían seguir una perspectiva de
género, no me gustaban para las infancias. Esta primera impresión, quizás poco
o nada teórica, fue un pie para indagar. Me parecía que los textos buscaban
enseñar contenidos sobre las representaciones de género y las identidades,
desde un lugar didáctico y adultocéntrico: “yo soy el adultx y te voy a explicar
cómo es el mundo. Así es que contemplé la posibilidad de compararlos con
otros, como los de Isol y de Andruetto e Itsvansch, que parecían alejarse de
ese didactismo.
Volví a contactarme con Florencia que me manifestó que ahí había el
germen de un problema, y que necesitaba alguna teoría sobre el discurso
literario que me permitiera enunciar un problema y una hipótesis de lectura.
Me harté de pensar y buscar teorías hasta que tomé consciencia de que,
en varios momentos de la carrera, abordamos la teoría de Bajtín. Sentí que
sus aportes podían ayudarme. Por un lado, Bajtín me permitió pensar a la
LIJ como un género discursivo, es decir, un tipo relativamente estable de
Martina Paillalef
199
enunciados, elaborados en el contexto de la actividad humana, y que se
conguran a través de un tema, un estilo verbal y una composición (Bajtín,
1982, p. 248). El personaje de la princesa es un elemento recurrente de la LIJ
y la tensión entre lo didáctico y lo estético es una constante en el devenir
del género. De ese modo, consideré que esto formaba parte de la memoria
genérica de la LIJ y lo didáctico era un estilo, en términos bajtinianos, que
si bien ha sufrido cambios en la historia (por ejemplo, los valores a enseñar
han mutado según los contextos sociohistóricos), ciertos rasgos tenían cierta
estabilidad y podían ser identicados.
Ahora bien, me encontraba con el desafío de cómo pensar teóricamente
lo didáctico en la LIJ y estaba convencida de que tenía que encontrar el
concepto que mágicamente me iba a ayudar. Pude darme cuenta de que, en
vez de esperar la magia, podía recurrir a textos que había estudiado en la
carrera. En Enseñanza de la Literatura, leímos a distintas autoras como Díaz
Rönner, Montes, Andruetto, Bajour y Carranza quienes teorizan sobre la
literatura infantil y lo formativo. Estos aportes me resultaron claves, pues sus
lecturas y los diálogos en la materia fueron los que me motivaron a plantear la
problemática. En los escritos de algunas de estas pensadoras, como Andruetto
(2009) y Carranza (2006), pude ver que se mencionaba con frecuencia al
lósofo Jorge Larrosa y sus ideas con respecto a la lectura literaria. Leí su
libro La experiencia de la lectura: estudios sobre literatura y formación (2003),
y encontré una mirada que me pareció muy potente para pensar la literatura
en la infancia y cierta “pedagogía dogmática” de ciertas formas de abordar
este arte.
En las conversaciones con Florencia, pude reexionar acerca de cómo
este didactismo se encontraba relacionado con ciertas representaciones de la
infancia. Asimismo, Bajtín me permitía pensar cómo cada género discursivo
postula cierta concepción acerca de los destinatarixs. Entonces, me encontré
con el desafío de buscar teorías y autores que hablen sobre la infancia. Tiempo
atrás, llegó a mis manos el libro El recreo de la infancia (2007) del sociólogo
Eduardo Bustelo que plantea cierta noción hegemónica de la infancia que
impera en la modernidad y que me ayudó a entender ese adultocentrismo
presente en ciertos textos de la LIJ. A su vez, mi directora me acercó “El
enigma de la infancia” (1997), de Jorge Larrosa, y encontré ciertas resonancias
entre su forma de pensar la infancia y los planteos de Bustelo: los dos se corren
de la concepción de la infancia como mera continuidad de la adultez. Las
similitudes entre las propuestas de lxs autorxs me habilitaron a plantearlos
como herramientas potentes para leer teóricamente el corpus.
Estos saberes sumados a los que me proporcionaban las teorías de
Martina Paillalef
200
género (como la performatividad del género de Judith Butler), me permitieron
construir y delinear un problema de investigación, esto es, las continuidades
y rupturas de la función didáctica en textos literarios contemporáneos que
tienen como protagonista la princesa. Luego de las ansiedades y creencias,
puedo decir que me siento contenta, porque pude construir un problema que
me entusiasma investigar.
Referencias
Andruetto M. T. e Istvansch. (2019). La durmiente. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: Santillana.
Andruetto, M. T. (2009). Hacia una literatura sin adjetivos. Córdoba:
Comunicarte.
Bajtín, M. (1982). Estética de la creación verbal. Trad. Tatiana Bubnova. 10ª Ed.
Madrid: Siglo XXI Editores.
Bustelo, E. (2007). El recreo de la infancia.Argumentos para otro comienzo.
Buenos Aires: Siglo XXI
Carranza, M. (2006). La literatura al servicio de los valores, o cómo conjurar
el peligro de la literatura. Revista virtual Imaginaria. N°181, 24 de mayo
de 2006.
Isol. (2010). La bella Griselda. México: FCE.
Larrosa, J. (2000). Pedagogía profana: estudios sobre lenguaje, subjetividad,
formación. Buenos Aires: Noveduc Libros.
Larrosa, J. (2003). La experiencia de la lectura: estudios sobre literatura y
formación. xico: Fondo de Cultura Económica.
Martina Paillalef
201