Análisis de las olas por COVID-19 en la provincia de Córdoba, Argentina, 2020-2022

Resumen

n Córdoba, la pandemia por COVID-19 presentó diferentes estadios en la ocurrencia de casos, denominados olas, las cuales tuvieron características diferenciales. El objetivo fue analizar el comportamiento de indicadores de incidencia, mortalidad, letalidad y cobertura de vacunación por COVID-19 en cada ola de infección por SARS-CoV-2 en la provincia de Córdoba, periodo 2020-2022.

Estudio observacional ecológico, se utilizaron datos actualizados a la semana epidemiológica 22 del 2022 (04/06/2022), provenientes del Sistema Nacional de Vigilancia de Salud del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino, el cual se sustenta por la notificación de los servicios de salud. Se definió el comienzo y fin de cada ola al período comprendido en las semanas con +/- 80% de variación de casos respecto de la semana epidemiológica con el pico de casos. Se utilizaron las proyecciones de población del INDEC correspondientes a cada ola (2020:3760450; 2021: 3798261 y 2022: 3835738). 

El periodo comprendido por la primera fue desde el 23/08/2020 al 12/12/2020, la segunda 21/03/2021 al 21/08/2021 y la tercera 19/12/2021 al 29/01/2022. Los casos confirmados y fallecidos en la primera ola fueron 113508 y 2354, en la segunda 335866 y 3787, y en la tercera 401563 y 736. La letalidad fue de 2,07%; 1,13% y 0,18% y la incidencia de 3018,47%000, 8842,63%000 y 10468,99%000. La mortalidad registró valores de 62,60%000; 99,70%000 y 19,19%000, respectivamente. En la primera ola aún no se disponía de vacunas contra SARS-CoV-2; en el inicio de la segunda ola la cobertura de primeras dosis fue del 6,87%, y en la tercera ola el 89,5% de la población se encontraba vacunada con primera dosis y el 78,6% con dos dosis. La media de edad, tanto en los casos confirmados como en los fallecidos fue menor en la segunda ola, y el porcentaje de casos en mayores de 65 años fue mayor en la primera.

En conclusión, la primera ola registró mayor letalidad y la tercera mayor incidencia pero menor letalidad y mortalidad, lo cual podría deberse tanto al incremento progresivo en la cobertura de vacunación como a la mayor contagiosidad y menor letalidad de las nuevas variantes de SARS-CoV-2 circulantes.