La imagen como método en la pregunta por lo “latinoamericano”. Algunos bocetos y dispersiones a partir de la poética de Emma Villazón

Resumen

Este trabajo explora las posibilidades e implicancias de una crítica barroca puesta en marcha a partir de la poética de Emma Villazón y la película El gran movimiento de Kiro Russo (2021). El barroco como dispositivo “inacabado” permite trazar puentes con las posibilidades del ensayo como forma. Si la imagen lezamiana se desenvuelve como método, esto implica dar lugar al discurrir de la anacronía y de la contingencia, y a lo heterogéneo y fragmentario como núcleo vital de las obras. La noción sarduyana de un arte  hipertélico, que se sale de sus límites, complejiza el debate en torno a la relación entre imagen, escritura y la frontera (ficticia) que las delimita a ambas. Al mismo tiempo, la descentralización barroca, de la mano de nociones como lo latinoamericano (Rodríguez Freire, 2020), la propuesta archifililógica de Raúl Antelo (2013), el barroco como supervivencia crítica y máquina de lectura (Díaz 2015, 2021) y el desarrollo de la sociología de la imagen de Silvia Rivera Cusicanqui (2015) y su enfoque ch’ixi (2010), permiten repensar categorías propias de la ensayística lezamiana como la de “sincretismo” o indiátide, o profundizar el debate sobre las nociones de frontera o Estado-nación. Esto se hace especialmente posible en tanto el barroco resurge sintomático a lo largo de distintos momentos del arte “latinoamericano” como síntoma o malestar de la modernidad. La pregunta por el método y sus implicancias políticas nos conducen a intentar seguir —en lugar de frenar o delimitar— la progresión asociativa de la imagen en las obras. De esta forma, la figura del aparapita de Jaime Saenz o expresiones del barroco andino aparecen a lo largo del trabajo como supervivencias y formas de insurrección o contraconquista.