INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

Integración regional, conocimiento y redes universitarias

Paula Hunziker (UNC)

Julia Smola (UNGS)

Sebastián Torres (UNC)

Resumen

El presente trabajo propone un análisis de la constitución de redes universitarias como una forma de internacionalización e integración regional universitaria distinta y alternativa a las políticas de transnacionalización de la Educación Superior impulsadas durante la década del noventa. La serie de notas que presentamos está enmarcada en las reflexiones de Boaventura de Souza Santos (2007) y se refieren a una experiencia puntual de red interuniversitaria que hemos desarrollado entre los años 2008 y 2013 entre la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP) Brasil. Especialmente nos interesa pensar cómo se ha dado, en este caso específico, la articulación entre un Programa que se viene promoviendo desde hace algunos años desde la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación de la Nación, y su puesta en práctica por medio de agentes universitarios específicos; en esta oportunidad grupos de investigación y de trabajo de diferentes universidades: dos nacionales y una brasilera. En primer lugar, realizamos una contextualización breve del marco general en que creemos debe inscribirse la “novedad” de estos programas. En segundo lugar, ofrecemos un análisis del modo en que se ha constituido nuestra red. En este horizonte, señalamos lo que aparece como algunos de los desafíos a partir de esta experiencia que creemos pueden aportar insumos que nos han llevado a pensar el actual proyecto sobre “Universidad, inclusión social e integración regional y cultural”.

Palabras claves: Redes interuniversitarias – internacionalización de la educación – inclusión social.

Abstract

This paper proposes to analyze the constitution of university networks as an alternative form of internationalization and regional integration of universities that differs from the transnationalization policies for higher education promoted during the years 1990. The notes that we present here are framed in the thought of Boaventura de Souza Santos (2007) and refer to a specific experience of university network that we have developed between 2008 and 2013 between the National University of General Sarmiento (UNGS), the National University of Córdoba (UNC) and the State University of Campinas (UNICAMP), Brazil. We are interested in thinking, through this specific case, the articulation between a program that has been promoted in recent years from the Secretary of University Policies (SPU) of the Ministry of National Education and its implementation through specific university agents, such as, graduate and post graduates students, researchers and professors from research groups in different universities, two national and one Brazilian. First, we provide a brief contextualization of the general framework in which we propose to think the novelty of these programs. Secondly, we offer an analysis of how our network has been established. And finally, we note what appears to be some of the challenges that provided us inputs for the development of our current project: "University, social inclusion and regional integration."

Keywords: UniversityNetworks, internationalisation of education, social inclusion.

Resumo

O presente trabalho propõe uma análise da constituição de redes universitárias como uma forma de internacionalização e integração regional universitária distinta e alternativa das políticas de transnacionalização da educação superior que tomou impulso durante a década de noventa. A série de notas que apresentamos está demarcada pelas reflexões de Boaventura de Souza Santos (2007) e se

203

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

refere a uma experiência pontual de rede interuniversitária que desenvolvemos entre 2008 e 2013, entre a Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), a Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e a Universidade Estadual de

Campinas (UNICAMP/Brasil). Interessa-nos especialmente pensar como se deu, neste caso específico, a articulação entre um Programa que vem sido promovido há alguns anos pela Secretaria de Políticas Universitárias (SPO) do Ministério da Educação da Nação e que colocou em prática por meio de agentes universitários específicos, nesta oportunidade, grupos de investigação e de trabalho de diferentes universidades, duas nacionais e uma brasileira. Em primeiro lugar, realizamos uma contextualização breve do marco geral no qual cremos dever se inscrever a "novidade" destes programas. Em segundo lugar, oferecemos uma análise do modo em que se constituiu nossa rede. Neste horizonte, assinalamos, a partir desta experiência, o que parece como alguns dos desafios que cremos poder aportar insumos que nos levaram a pensar o atual projeto sobre "Universidade, inclusão social e integração regional e cultural".

Palavras chaves: internacionalização- integração regional universitária- inclusão social.

Presentación

Sin otra pretensión que ofrecer algunas notas para el debate, el presente trabajo se propone reflexionar sobre las potencialidades de la constitución de “redes universitarias” a partir de la experiencia que hemos tenido desde 2008 entre la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) y la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), Brasil. Especialmente nos interesa pensar cómo se ha dado, en este caso específico, la articulación entre un Programa que se viene promoviendo desde hace algunos años desde la Secretaría de Políticas

Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación de la Nación, y su puesta en práctica por medio de agentes universitarios específicos, en esta oportunidad, grupos de investigación y de trabajo de diferentes universidades: dos nacionales y una brasilera.

En primer lugar, realizamos una contextualización breve del marco general en que creemos debe inscribirse la “novedad” de estos programas, dentro de las políticas públicas que promueven la internacionalización de la educación superior en el marco de la integración regional, y sus desafíos respecto de una etapa anterior, marcada por la “transnacionalización” neoliberal del conocimiento como mercancía global. En segundo lugar, realizamos un análisis del modo en que se ha constituido nuestra red, que además tiene la particularidad de estar vinculada con aquellas esferas denominadas “Ciencias Humanas y Sociales”, “Ciencias

política” y “Filosofía Política” y “Humanidades”. En este horizonte, señalamos lo que aparece como algunos de los desafíos a partir de esta experiencia que creemos pueden aportar algunos insumos respecto de cómo estamos pensando el actual proyecto sobre “Universidad, inclusión social e integración regional y cultural”1.

La Educación Superior universitaria y las tensiones de la “internacionalización”

En el ya clásico libro La Universidad en el S. XXI de Boaventura de Souza Santos (2007) se plantean algunas de las cuestiones de fondo

1 En este nuevo proyecto hemos ampliado la red que ahora integra también a la Universidad de Sao Paulo/Brasil y a la Universidad Nacional del Pilar/Paraguay. Esta nueva red se ha propuesto pensar a la Universidad como actor en los procesos de inclusión social y en los procesos de integración regional –tanto económica como cultural. El mismo se desarrolla durante 2014 y 2015.

204

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

que subyacen en la actual discusión sobre la necesidad y las modalidades que ha de adoptar la “internacionalización” de la Educación Superior universitaria. Hay dos factores tendencialmente opuestos que han definido los dilemas de la universidad en el contexto de la “globalización”. Si bien provocan efectos totalmente inversos, ambos procesos han puesto en jaque la “legitimidad” social del conocimiento universitario.

Por una parte, enfrentamos el

movimiento fuertemente privatista y privatizante, representado por el neoliberalismo, que se convirtió en hegemónico durante los años noventa. En el marco de un análisis exhaustivo y claro de los cambios ocurridos en las universidades, –principalmente en las públicas– en el contexto de las estrategias educativas neoliberales impulsadas desde organismos internacionales y nacionales en las dos décadas pasadas, el autor muestra de manera descarnada el desplazamiento desde un ethos público hacia otro más corporativo y privatizante que se perfiló por las demandas de mercantilización de sus actividades académicas vis a vis la expansión de la “industria” educativa, la introducción de una racionalidad empresarial para evaluar su desempeño y la promoción de universidades privadas. Si bien cabe señalar que las universidades públicas fueron en gran medida, durante los noventa, lugares de resistencia a las políticas neoliberales, hoy puede constatarse que no se pudo evitar que la racionalidad empresarial y mercantil la socave al legitimar y utilizar en su interior los discursos sobre criterios de calidad, competitividad y eficiencia en su evaluación y acreditación. Todo esto en circunstancias de fomento y proliferación de universidades privadas, de precarización de la situación de sus docentes con la reducción del presupuesto universitario y de difusión de la idea de que la Educación Superior es un “…bien de consumo y no un

derecho…” (De Souza Santos, 2007, p. 8). Esta lógica, no solo alcanzó a la evaluación y acreditación sino a sus posgrados que virtualmente se convirtieron en bienes comerciales con el cobro de altos aranceles. Es precisamente en el marco de estos procesos en que empieza a sonar con fuerza la demanda de “internacionalización” de la Educación Superior universitaria, lo que en este contexto equivale a su transnacionalización como mercado universitario. Además, el autor nos ofrece una lectura crítica de las ideas clave que son usadas como argumentos “progresistas” para llevar a cabo estos cambios: la “sociedad del conocimiento” y “de la información” que reclama una “modernización” de la Universidad. Especialmente en las universidades la- tinoamericanas, estos imperativos fueron vehiculizados por las políticas del Banco Mundial, sujetas a créditos, programas especiales, etcétera, que estuvieron en el centro de la escena. Sus recomendaciones más generalizadas se referían a la autonomía, la democracia y la gratuidad que caracterizaron la etapa anterior y que, según “sus expertos”, limitan la posibilidad de una modernización de la institución. Proponían organizar el trabajo académico basándose en la evaluación por “eficiencia” (con indicadores cuantitativos) y promover una investigación cada vez más dependiente de agencias, con objetivos prioritarios que fragmentan los espacios universitarios y los vinculan a las grandes corporaciones. Como lo demuestra De Sousa Santos, el ahogo presupuestario fue el mecanismo decisivo para alcanzar tales cambios sin demasiadas resistencias: autoridades, profesores e investigadores salieron a buscar recursos al mercado y en muchos casos a arancelar estudios de grado o posgrado.

No obstante las políticas tendientes a la mercantilización y deslegitimación de la Universidad, Santos destaca otro movimiento

205

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

que ilumina el pasaje contradictorio e interesante que se produce desde una sociedad civil activa, que cuestiona la legitimidad de la universidad pública, pero en un sentido opuesto. La idea del autor es que asistimos a una mutación de largo alcance sobre las relaciones entre conocimiento y sociedad en la que el conocimiento universitario –o sea el conocimiento científico producido en las universidades o instituciones separadas de las universidades pero que comparten el mismo ethos universitario– también ha sido puesto en jaque. Si bien la comercialización del conocimiento científico es el lado más visible de este proceso, ésta es una respuesta específica en el marco de transformaciones en curso que tienen un sentido contradictorio y cuyas implicaciones son múltiples, e inclusive, de naturaleza epistemológica: “[el conocimiento universitario] fue a lo largo del siglo XX un conocimiento predominantemente disciplinar, cuya autonomía impuso un proceso de producción relativamente descontextualizado con relación a las necesidades del mundo cotidiano de las sociedades. Según la lógica de este proceso, son los investigadores quienes determinan los problemas científicos que deben resolverse, definen las relevancias y establecen las metodologías y los ritmos de investigación.

Es un conocimiento homogéneo y organizativamente jerárquico en la medida en que los agentes que participan en su producción comparten los mismos objetivos de producción de conocimiento, tienen la misma formación, la misma cultura científica y lo hacen según jerarquías organizacionales bien definidas. Es un conocimiento presente en la distinción entre investigación científica y desarrollo tecnológico y la autonomía del investigador se traduce en una cierta irresponsabilidad social frente a los resultados de la aplicación del conocimiento. En la lógica de este proceso de producción de conocimiento universitario la distinción entre conocimiento científico y otros conocimientos

es absoluta, tal como lo es la relación entre ciencia y sociedad. La Universidad produce conocimiento que la sociedad aplica o no, por más que sea socialmente relevante, es indiferente o irrelevante para el conocimiento producido”. (De Sousa Santos, 2007, p. 43)

A lo largo de la última década se dieron alteraciones que desestabilizaron este modelo de conocimiento y condujeron al surgimiento de otro modelo:“…Llamo a esta transición como el paso del conocimiento universitario hacia el conocimiento pluriuniversitario. Al contrario del conocimiento universitario descrito en el párrafo anterior, el conocimiento pluriuniversitario es un conocimiento contextual en la medida en que el principio organizador de su producción es la aplicación que se le puede dar. Como esa aplicación ocurre extramuros, la iniciativa de la formulación de los problemas que se pretender resolver y la determinación de los criterios de relevancia de estos son el resultado de un acuerdo entre investigadores y usuarios. Es un conocimiento transdisciplinar que por su propia contextualización obliga a un diálogo o confrontación con otros tipos de conocimiento, lo que lo convierte internamente en más heterogéneo y más adecuado para ser producido en sistemas abiertos menos perennes y de organización menos rígida y jerárquica. Todas las distinciones en las que se apoya el conocimiento universitario son cuestionadas por el conocimiento pluriuniversitario y en el fondo es la propia relación entre ciencia y sociedad la que está cuestionada. La sociedad deja de ser un objeto de las interpelaciones de la ciencia, para ser ella misma sujeto de interpelaciones a la ciencia”. (Opus cit, p. 44)

Así, en este modelo teórico, la Universidad pública aparece enfrentada a exigencias contrapuestas, pero con un efecto

convergente que desestabiliza su institucionalidad actual. Esta contraposición,

206

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

entre una presión hiperprivada y una presión hiperpública, no solamente ha llevado a desestabilizar la institucionalidad de la Universidad, sino que ha creado también una profunda fractura en la identidad social y cultural de ésta, una fractura traducida en desorientación especialmente respecto de la necesaria redefinición del concepto de

“autonomía universitaria” y “libertad académica”que se traduce muchas veces en aquella “balcanización” que señala Aronskind (2013) en su texto “Una universidad para América Latina”.

Redes universitarias, sociedad civil y Estado: ¿Qué significa hoy fortalecer las redes universitarias?

La relación de estas tendencias contradictorias con la “globalización”, como realidad económica y cultural, supone que las estrategias universitarias para hacerles frente, más allá de un “autonomismo defensivo” –que se desentiende de las funciones sociales de la Universidad y que no puede oponer resistencia a las tendencias que en nombre de la autonomía, defienden su abandono por parte del Estado a las fuerzas del mercado– deberían poder articular de manera novedosa una “autonomía para” (Tatián, 2013, p. 23). En este marco, y en el horizonte de nuestra pregunta por el sentido de la constitución de “redes universitarias”, el planteamiento del autor es interesante. Por una parte, al definir el propio horizonte como una reforma democrática y emancipatoria de la Universidad, en el contexto de un proceso de “internacionalización” que puede adquirir diferentes rostros. En ese sentido, la apuesta es clara: la “autonomía para”, que el Estado Nacional debe promover y garantizar, es una libertad para la construcción de una relación alternativa con la globalización que se asienta en una Universidad abierta al espacio social de la sociedad civil –que interpela a la sociedad en

su “capacidad democrática” de inclusión de sujetos y de temas– por medio de una dinámica de “cooperación” interuniversitaria nacional e internacional, sensible a su exterioridad social. Es precisamente de esta forma, asentada sobre una solidaridad inter y extra universitaria, y apoyada en políticas públicas que se orientan en pos de esa reforma que puede anteponerse otro modelo al ofrecido por la internacionalización de la enseñanza universitaria ofrecida por la lógica neoliberal.

Especialmente debe destacarse del análisis que el autor realiza sobre la polarización

entre globalizaciones contrapuestas, la configuración de “relaciones internacionales” que fomenten e intensifiquen las formas de cooperación transnacional que ya existen, multiplicándolas en el marco de acuerdos bilaterales o multilaterales y que sigan principios de beneficio mutuo por fuera del marco de regímenes comerciales. En este sentido, la globalización alternativa en el área de la Universidad debe buscar sinergias regionales porque en esta escala la densificación de las redes hace más fácil y más eficaz la lucha contra la globalización neoliberal de la Universidad. Se generan cursos de grado y posgrado en red, circulación fácil y estimulada de profesores, estudiantes, libros e informaciones, bibliotecas online, centros transnacionales de investigación sobre temas de interés específico para la región, sistemas de bolsas de estudio y líneas de financiamiento de investigación destinadas a estudiantes y profesores interesados en estudiar o investigar en cualquier país de la región, etc. Este espacio regional debe articularse con el Mercosur y en general con América Latina.

Un último aspecto a destacar, y que nos parece fundamental, es aquél ligado a la relación entre proyecto nacional, Estado y Universidad. El ataque neoliberal tuvo por objetivo primordial al Estado nacional y específicamente

207

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

a las políticas económicas y sociales dentro de las cuales la educación fue un blanco importante. Es por esto que ahora resulta esencial y necesario pensar juntos la consolidación de un proyecto nacional y de una Universidad pública, que pueda anteponer políticas activas ante la globalización neoliberal. Ello no supone, por supuesto, un nacionalismo defensivo, sino un “…cosmopolitismo crítico en un contexto de globalización neoliberal agresiva y excluyente…” (De Souza Santos, 2007, p. 54). Así, el nuevo contexto global exige una total reinvención del proyecto nacional sin el cual no podrá haber reinvención de la universidad. La participación democrática de la Universidad pública en esta reinvención debe formar parte de una estrategia de supervivencia de las universidades y de los Estados nacionales de Latinoamérica. En este horizonte, las apreciaciones de De Souza son fundamentales para medir el tipo de participación que puede aportar la Universidad en este proceso, último baluarte de una hegemonía ya no recuperable en el seno de sociedades complejas, pero sí un valor diferencial respecto de su legitimación política y social: “…La universidad en el siglo XXI será seguramente menos hegemónica, pero no menos necesaria de lo que fue en siglos anteriores. Su especificidad en cuanto bien público reside en ser la institución que liga el presente con el mediano y el largo plazo por los conocimientos y por la formación que produce y por el espacio público privilegiado para la discusión abierta y crítica que constituye. Por estas dos razones es un bien público sin aliados fuertes. A muchos no les interesa el largo plazo y otros tienen poder suficiente para poner bajo sospecha a quien se atreve a sospechar de ellos criticando sus intereses…” (Op. Cit., p. 93-94).

Políticas estatales respecto de la Universidad argentina en la última década: internacionalización con integración regional. El desafío de la inclusión.

Quisiéramos retomar esta relación con el tiempo de la deliberación y la crítica. Ante el inmediatismo de diferente tono relacionado con las demandas de la decisión política estatal y del mercado, la Universidad debe esforzarse por anteponer la posibilidad de una mirada de largo plazo, paciente y atenta, en el caso de la implementación de programas para la creación y el fortalecimiento de redes universitarias, que vienen llevándose adelante de manera sostenida en la última década en la Argentina.

Quisiéramos retomar en esta clave, con cierta dosis de optimismo, aquél gran desafío señalado por Eduardo Rinesi respecto del impuso promovido desde varios Estados latinoamericanos por una internacionalización de la Educación Superior en el marco de un proyecto de integración regional: “(…) el impulso hacia la integración regional (…) promovido sobre todo desde la cima de los aparatos de nuestros Estados, tiene ahora el desafío de hacerse carne en una sociedades y en unas instituciones que, a diferencia de lo que ocurría en otros tiempos, reconocen una amplia legitimidad a los habitantes de esa cumbres institucionales del poder político estatal, pero que, si quieren acompañarlos en este empeño integracionista, deberán incorporar en sus propias agendas esa preocupación y esa perspectiva que anima hoy a sus gobernantes” (Rinesi, 2013, p. 17).

Siguiendo a De Souza podemos pensar que un número importante de obstáculos a la puesta en marcha de una dinámica universitaria, que se orienta a la integración regional, está dada por el impacto que las políticas neoliberales han tenido sobre sistemas

208

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

universitarios ya atravesados por diferencias y desigualdades a nivel regional y nacional que profundizan lógicas de dependencia respecto de algunas universidades nacionales de excelencia y respecto de los grandes centros académicos de los países del cuadrante noroccidental del mundo. Además, cabe señalarse que si bien se advierte un gran impulso de las agencias estatales con capacidad para operar en las universidades a partir de determinados programas (se pueden analizar diferentes ejemplos en el libro Ahora es cuando, 2013), la profundidad de los procesos instalados en los últimos treinta años en la Argentina, requiere una evaluación detenida del involucramiento de los actores universitarios y de las modalidades que el mismo ha adoptado en el caso de las diferentes universidades argentinas.

Especialmente queremos considerar el caso de la Red de intercambio creada en 2008 a partir de la adjudicación de financiamientos de los Proyectos de Fortalecimiento de Redes Interuniversitarias III, IV y V sobre “Lecturas contemporáneas de la filosofía política moderna” que involucran la actividad sostenida y articulada de tres grupos de investigación correspondientes a las Universidades Nacionales de General Sarmiento, de Córdoba y la UNICAMP de Brasil. Cabe aclarar que se trata de notas liminares, para una evaluación más pormenorizada, que se basan en algunas herramientas metodológicas que nos permitan contrastar nuestras hipótesis.

De modo sintético, según nuestro recorrido en la organización y la ejecución de estos tres proyectos sucesivos, la experiencia ejemplifica y nos permite pensar en los modos de articulación concretos entre determinados agentes universitarios (con realidades muy variables) y los mismos Programas Nacionales (en este caso promocionados por la SPU), en términos de la experiencia previa de la

interacción, los proyectos formulados, los actores involucrados y las dinámicas efectivamente establecidas que se traducen ellos.

Sobre la “experiencia previa”, esta articulación muestra la efectividad de montar los proyectos sobre vínculos ya existentes, que son fundamentales a la hora de la planificación y la perduración de las “redes”. Por supuesto, esta efectividad no supone un conocimiento de todos los actores entre sí sino entre algunos de ellos; para nuestro caso, es la UNGS quien establece el contacto entre los grupos de Campinas y de la UNC. A su vez, cada uno de estos grupos mantiene relaciones de distinto tipo con la UNGS, que se convierte en sede de la Red. Estos antecedentes que suponen sobre todo la movilidad de docentes investigadores jóvenes por medio de Jornadas anuales (las Jornadas de Filosofía Política en la UNC y las de Filosofía en la UNGS) de realización permanente, generan una cierta tradición de discusión incipiente sobre la que se monta el trabajo en red.

Respecto del proyecto, cabe destacar su carácter explícitamente interdisciplinario (ya que la red articula grupos de Filosofía y de Estudios Políticos), y su concentración en el fenómeno de las “lecturas” (recordamos que durante los tres años de su funcionamiento se orientó por el tema: Lecturas contemporáneas de la Filosofía moderna) como lugar de enunciación del grupo. Sobre las lecturas del proyecto, por otra parte, y como puede observarse en los Programas de las diferentes jornadas realizadas así como en las dos publicaciones conjuntas, cabe destacar que contemplan una amplitud que permite aproximaciones más exegéticas y otras más interesadas en pensar conceptos que permitan otra lectura de algunos fenómenos históricos

fundamentales en nuestras latitudes:

209

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

movimientos sociales, transición democrática, republicanismo, afirmación de derechos. También cabe destacar que incluso en el caso de las aproximaciones exegéticas, se trató en general de situar los conceptos y teorías filosóficas contemporáneas en el marco de los propios fenómenos que se busca pensar con ellos: totalitarismos, estado de bienestar, neoliberalismo, procesos de democratización, dictaduras. Este movimiento ha sido enormemente fructífero en términos de la configuración de un espacio común de reflexión que ha ido dibujando preguntas comunes en el marco de realidades diferentes pero convergentes, especialmente en su diferencia respecto de lecturas de la Filosofía y de la Ciencia Política realizadas fuera de la región. Especialmente en el caso de los grupos de filosofía de la UNC y de la UNICAMP, en el horizonte de una formación de grado fuertemente ligada a tradiciones europeas, este ejercicio ha sido muy fructífero en pos de generar un pensamiento situado pero no aislado, que no reduzca la posibilidad de pensar la realidad latinoamericana a una cátedra específica o disciplina, ni al estudio de un

corpus de pensamiento nacional y latinoamericano (sin desmerecer por supuesto su importancia).

Respecto de los actores específicos que han llevado adelante este proceso destacamos especialmente la participación estudiantil en todos los proyectos llevados adelante hasta la fecha: en la elaboración de los proyectos, en las diferentes instancias de su ejecución, y en sus

diferentes actividades (intercambios, elaboración de jornadas, grupos de discusión, publicaciones). Aquí cabe destacar los mayores logros pero también los mayores desafíos a futuro. En el caso del grupo de la UNC, un grupo de investigación en Filosofía Política, el desarrollo de la investigación de modo previo a la elaboración de la red contenía un rasgo

organizativo novedoso: si bien la UNC es una de las universidades más antiguas de la región, con dinámicas institucionales de investigación muy arraigadas, sólo en los últimos años se identifica la posibilidad de una articulación más estrecha entre formación de grado y formación en investigación, que da cuenta de la necesidad fortalecer el vínculo entre la formación personal en la carrera de grado y el ingreso temprano a algún grupo de investigación. Por ello, uno de los objetivos prioritarios de todo el intercambio realizado, para el grupo de Córdoba, ha sido la incorporación de estudiantes en actividades de investigación que impacten en la calidad de su formación de grado. El grupo conformado por los miembros de la UNGS fue prioritariamente de docentes-investigadores, al comienzo y luego

se fueron incorporando sucesivamente diferentes alumnos en los diferentes intercambios. Respecto de esta dinámica hay que destacar especialmente que la UNGS es una Universidad relativamente nueva, con fuerte base territorial, con una población estudiantil que es mayoritariamente primera generación en el nivel superior y que trabaja. Los estudiantes avanzados en las carreras realizan sus primeros pasos en la investigación para sus tesinas de licenciatura a través de la vinculación con los

proyectos de investigación de los investigadores-docentes. Respecto del grupo de la UNICAMP la situación también fue diferente puesto que está compuesto principalmente de investigadores de posgrado (maestría y doctorado) bajo la dirección de una investigadora docente que fue también coordinadora de la red. Por lo tanto, fueron siempre los alumnos de posgrado quienes participaron de las actividades.

Este marco diverso ha potenciado el fundamental acceso de los estudiantes a realidades estudiantiles muy diversas. Además, si reconocemos que una de las herencias no resueltas de un sistema universitario

210

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

extremadamente meritocrático desde sus orígenes y tecnocratizado en los noventa es una cultura individualista de la promoción personal en base al desarrollo de conocimientos hiperespecializados con escasa responsabilidad social, cabe destacar que las diferentes actividades realizadas en la red han generado dinámicas de interacción regional con lógicas cooperativas, que dieron lugar a otras redes informales entre los propios estudiantes. Un aspecto que debemos asumir como desafío, y que ha sido uno de los ejes para la presentación del actual proyecto de investigación regional que estamos tratando de pensar, es la diversidad en las trayectorias sociales de los alumnos, que genera diferencias relevantes en términos de las posibilidades de la “internacionalización” de los estudiantes mismos. En el caso de la UNGS, el grupo de investigación ha encontrado dificultades para lograr la permanencia de los alumnos en la red (por una serie de razones que van desde cuestiones estrictamente materiales, dado que muchos trabajan, a cuestiones simbólicas que habrá que analizar) lo que ha repercutido también en las dinámicas estudiantiles. Por supuesto, la necesidad de una incorporación efectiva de los estudiantes provenientes de los sectores tradicionalmente excluidos, también nos exige repensar los modos en que la propia Universidad genera mecanismos excluyentes que deben ser modificados, especialmente para asegurar la “internacionalización” con inclusión social. Esto no sólo incluye las modalidades que deberían adoptar los intercambios sino también las relaciones entre estudiantes con trayectorias muy desiguales respecto a su “proveniencia social” pero también en términos de “habitus”. En el caso de la UNC, y especialmente en disciplinas históricamente ligadas a la formación de las élites, como la Filosofía y las Humanidades, el problema es el de la “invisibilización” de la desigualdad. Si bien en los últimos años se ha ampliado la matrícula y

también las bases sociales de nuestra población universitaria, gracias a la presencia de una serie de Programas sucesivos articulados con políticas nacionales (FINES, PROGRESAR, diversos programas de Becas, etc.), la institución universitaria tiene dificultades para pensar la “inclusión” en aquello que define una parte central y determinante de la formación personal de los estudiantes de las Humanidades: la investigación. Ello explica que también en el ámbito de los intercambios internacionales, ligados en general a la estancia en grupos de investigación o cursado de materias-seminarios, se reproduzcan y se profundicen las desigualdades iniciales. Por ello, resulta fundamental la consolidación de una red de estudiantes comprometidos con el aprendizaje de los rudimentos de una investigación colectiva, fundada en principios de cooperación y de inclusión social. Si entendemos que estamos formando a los futuros docentes que habitarán nuestras universidades se trata de un aspecto fundamental para pensar en transformar ciertos “automatismos institucionales” de la cultura académica, para hacer visible el problema de la inclusión social a nivel de la configuración de los espacios curriculares, de investigación, de extensión, y también de cooperación.

Como último punto en lo relativo a los intercambios estudiantiles es importante destacar la transformación que las misiones entre países latinoamericanos ha tenido en una población académica que, si tiene el hábito de realizar estancias de investigación en el extranjero, se inclina (por elección y por disponibilidad de recursos) hacia universidades europeas y norteamericanas. Este hecho tuvo diversas consecuencias sobre el trabajo de la red que muchas veces debió modificar los destinatarios de las misiones a causa de que los estudiantes que debían realizar los viajes habían conseguido becas para viajar a otras

211

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

universidades y por ello nuevos estudiantes debían ser convocados. Finalmente, la experiencia resultó altamente beneficiosa para aquellos estudiantes argentinos y brasileros que realizaron misiones en la región para lo que existen pocas becas o promoción académica. En este sentido, fue una conclusión importante de nuestro trabajo: la inclusión de los estudiantes y la integración de la región también debería pensarse a través de mecanismos para promover más eficazmente los intercambios formativos entre nuestros países.

Por último cabe destacar una cuestión más bien técnica pero que impacta de manera decisiva en la posibilidad de articular inclusión con internacionalización, especialmente en el caso de los estudiantes de grado, pero que también vale para los investigadores docentes: esto es, la acreditación de las actividades realizadas durante los intercambios. En el caso de los estudiantes, dado que los tiempos establecidos para los intercambios y la movilidad estudiantil no han excedido el mes de duración, es difícil que se pueda “acreditar” actividades de “cursado” en las universidades de destino en las que los seminarios son frecuentemente cuatrimestrales (sólo a nivel de posgrado es posible pensar en cursos breves).

En relación con la movilidad de docentes-investigadores, resulta más sencillo acreditar el dictado de cursos breves o de estadías de investigación, lo que es más complejo es acreditar la actividad misma del proyecto como actividad de Ciencia y Técnica. Esto se debe a que los proyectos de cooperación (como la red inicial entre la UNC, la UNGS y la UNICAMP) o incluso los proyectos de investigación (como el que desarrollamos actualmente) no son considerados proyectos evaluados por el sistema de Ciencia y Tecnología nacional, por lo tanto, toda

acreditación de actividades queda, en algún sentido, como extra-curricular.

Lo mismo ocurre con los resultados de las redes de cooperación o de investigación. En los proyectos que hemos desarrollado logramos publicar resultados parciales en forma de libro y de número especial de la revista brasilera Dois Pontos. Así, logramos llevar adelante dos publicaciones de gran calidad que plasmaron el tenor de nuestras discusiones, pero que tienen poco valor curricular para el sistema de evaluación de la investigación puesto que son

considerados “endogámicos”, es decir, pertenecientes a las universidades de los investigadores-docentes, y “nacionales” o

“regionales”, recibiendo las mejores valoraciones las publicaciones internacionales.

Un último aspecto a destacar es aquél vinculado con la “institucionalización de la red”. Si bien podemos afirmar que la misma está consolidada en términos de la perdurabilidad y el afianzamiento de vínculos académicos cooperativos entre los tres grupos de investigación, es fundamental avanzar en su aseguramiento por medio de acuerdos bilaterales y políticas en que las universidades comprometan financiamiento. En este marco, si bien los “acuerdos” sin trabajo efectivo de red son “vacíos”, un trabajo de red que no logre articularse en términos de algunos acuerdos que expresen un compromiso real de las universidades hace depender demasiado el éxito de la cooperación en el trabajo de los grupos involucrados, que pueden generar también lógicas endogámicas que van en contra de todos los objetivos de su conformación.

Es posible considerar, aunque merece mayor reflexión, que la dificultad que hemos experimentado hasta hoy para formalizar acuerdos a pesar de los esfuerzos y voluntades de los directores y coordinadoras de la red,

212

INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 2

Año 2014

responde a los sistemas altamente burocratizados de las universidades para la firma de acuerdos bilaterales, que terminan siendo una forma de aislamiento institucional.

Conclusiones

Como hemos intentado mostrar a lo largo de estas notas, las redes interuniversitarias

pueden constituir experiencias de internacionalización de la Educación Superior,

alternativas a los modelos de

transnacionalización que implican la mercantilización de la educación y de la universidad. Estas tendencias, como sostiene De Souza Santos, lejos de contribuir a la integración regional replican y profundizan las diferencias entre nuestros países y aquellos considerados desarrollados lo que genera un sistema de intercambios desde nuestros países hacia aquellos a través de financiamientos e incentivos tanto materiales como simbólicos.

Las redes, decíamos, representan tendencias contrarias que ponen en valor los vínculos entre las instituciones regionales (crean

institutos interuniversitarios y grupos de investigación, cursos de grado y posgrado, jornadas, congresos y publicaciones conjuntas) y presentan un estímulo para que jóvenes investigadores realicen acciones de movilidad en la región (viajes de estudios, estancias de

investigación, realización de cursos, presentación en jornadas, etc.). Por otro lado, pueden canalizar esfuerzos por pensar los problemas de la región y asumir los desafíos de la inclusión social y la democratización de la Universidad. Se enfrentan en estos esfuerzos a prácticas, valores y costumbres que han sedimentado en la academia durante las últimas décadas y que atraviesan tanto a las instituciones como a los agentes (investigadores, docentes y estudiantes) que llevan adelante estos proyectos.

En esta clave, hemos intentado plasmar en estas notas tanto las potencialidades como las tensiones que atravesaron nuestra experiencia en la constitución de la red entre equipos de investigación y que dieron como resultado la proyección de un nuevo proyecto que amplía la red a otras universidades de la región y que dedica sus esfuerzos a pensar el rol de la

Universidad en los procesos de democratización, integración cultural e inclusión social. Esperamos aportar tanto a nivel de las prácticas como de las reflexiones nuevas formas de internacionalización, regionalización e inclusión a través de nuestras universidades.

Bibliografía

ARONSKIND, R. (2013). Una universidad para América Latina. En Eduardo Rinesi (coordinador), Ahora es cuándo. Internacionalización e integración universitaria en América Latina, (pp. 33-50). Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento.

DE SOUZA SANTOS, B. (2007), La Universidad en el S. XXI, S/d editorial.

RINESI, E. (2013). Prólogo. En Eduardo Rinesi

(coordinador), Ahora es cuándo. Internacionalización e integración universitaria en América Latina, (pp. 9-20). Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento.

TATIÁN, D. (2013). Notas liminares para una

universidad abierta. En Eduardo Rinesi

(coordinador), Ahora es cuándo. Internacionalización e integración universitaria en América Latina, (pp. 21-31). Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento.

213