“INSTITUCIÓN Y CULTURA(S)”
COMENTARIOS FINALES SOBRE EL
TALLER INTERDISCIPLINARIO
Antonio Gómez Nashiki1
Recibir la invitación para asistir como comentarista al Taller interdisciplinario: Culturas institucionales, grupales, disciplinarias e innovación, convocado por las doctoras Lidia Fernández y Monique Landesman, significó un reto importante, desde luego algo muy emotivo y también agradecible.
Conocía desde hace algunos años parte de la producción de ambas investigadoras: libros, artículos de investigación, así como varios de los aportes que han hecho al campo del análisis institucional. Lo novedoso en esta ocasión era compartir un espacio dedicado a la reflexión sobre las investigaciones en curso
Vale la pena decir que muchos de los aprendizajes generados en este tipo de reuniones están, sin duda, en el encuentro cara a cara con los autores, lo que permite
De los trabajos expuestos
Los textos que se presentaron abordaron con distinto énfasis enfoques y objetos de indagación, logrando dar una visión de conjunto de cómo entender a la institución, a partir de diferentes disciplinas y metodologías de trabajo. Estas líneas pretenden, por una parte, recuperar algunas ideas producto de la exposición hecha por los autores, y por otra, exponer algunas inquietudes que podrían sugerir vertientes de análisis. Son varios los temas que se generaron a partir de las exposiciones, sin embargo, por su coincidencia y reiteración es importante reflexionar en torno a algunos de ellos, por ejemplo, los conceptos de: generación, conformación identitaria, cambio e innovación, por citar algunos, bajo la idea de que se trata de preocupaciones que, desde distintos ángulos, fueron abordadas por los autores y le dieron un giro particular, de acuerdo con el objeto de investigación que privilegiaban. Más que un comentario, lo que aquí se expresa son ideas que surgieron de la exposición, y tienen como finalidad contribuir al debate que plantean en relación con la institución. Los trabajos que se presentaron en dos días fueron los siguientes:
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Si alguna interrogante plantea el trabajo de Landesman, Hickman y Parra es hasta dónde es posible delimitar una línea
El concepto de filiación es un eje muy importante que permite establecer nexos entre la institución y los sujetos, y viceversa. Por otra parte, es oportuno reflexionar en torno a la filiación que se establece, ya sea con el líder y su personalidad o con la disciplina, es decir, analizar el vínculo con el personaje o con el proyecto, y la calidad de ese vínculo en las distintas coyunturas de la historia institucional. Si bien se reconstruyen a lo largo del texto y a detalle muchas de las escenas institucionales, quedan planteadas interrogantes en torno a: ¿cómo era el debate de la disciplina a nivel internacional y nacional?, ¿cuáles eran las principales propuestas, escuelas y referentes de la psicología en México en ese momento?
La aparición del conductismo como una corriente predominante de la psicología en esos años invita de alguna manera a reflexionar sobre el estado de cosas que se generó en torno al estatus de la disciplina y su desarrollo en nuestro país, incluso, valdría la pena conocer bajo qué maestros y teóricos se formó uno de los principales personajes de este recuento institucional; el trabajo nos lleva a preguntar sobre la formación intelectual de este psicólogo y de cómo logra articular una propuesta visionaria
Otra idea que surge es que, una vez que el líder emigra, qué sedimentación queda de sus acciones e ideas, es decir, qué es lo que permanece del proyecto original y cuándo se decide terminar con esta propuesta curricular. Es más, qué actitud registran los profesores al cambiar el proyecto: ¿se adaptaron fácilmente?, ¿mostraron resistencia?, ¿tuvieron una actitud de crítica permanente?, ¿hubo quien trató de continuar con la propuesta?; en otras palabras, se trata de analizar el proceso de quiebre y la diáspora institucional.
Es en este sentido que vale la pena mencionar la forma como se implantan nuevas propuestas curriculares en las instituciones de educación superior del país, es decir, el proceso de cambio que siguen, más allá de una gestión de índole administrativa de planes y programas de estudio. En otras palabras, un debate epistémico de los fundamentos y de los presupuestos
A lo largo del recuento institucional cruzan distintas generaciones que coinciden en eventos centrales de la institución. El concepto de generación
2Profesores e investigadores de la FES IZTACALA de la UNAM, México.
E – mail: segall@unam.mx, monique.segall@gmail.com, hortensiahickman@gmail.com, parram@unam.mx
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En el trabajo de Liliana Vanella una gran cantidad de profesores desfilan a lo largo de la institución universitaria; es un interesante recuento de las estrategias de sobrevivencia y adaptación de intelectuales universitarios. Si bien algunos profesores llegaron como intelectuales consolidados, la serie de acontecimientos que afrontan permiten identificar procesos, negociaciones, acuerdos y formas de interacción novedosas para ellos en un contexto extraño en el que les toca participar.
El seguimiento histórico, académico y político de las distintas dinámicas en los sujetos nos permite ubicar acciones, actitudes y retos que son abordados desde diferentes posicionamientos y perfiles individuales, por lo que se puede hablar de distintas dinámicas que se entrelazan a partir de diferentes coyunturas que les toca afrontar como miembros de la institución, por ejemplo, el caso de la llegada de los europeos, el cambio de la política educativa o las distintas rupturas con el gobierno, y que constituyen la conformación de su identidad y quehacer cotidiano.
El concepto de migración, eje de la reflexión del texto, encierra un importante movimiento cultural en la universidad con diversas vertientes y secuelas, tanto para los protagonistas como para quienes les toca recibir y afrontar ese cambio en la concepción, principios y formas de hacer academia. Las constantes negociaciones que se establecen entre los de “afuera” con los de “dentro”, los fundadores institucionales versus los nuevos, desatan una intensa redefinición del estatus de lo que es el trabajo docente propiamente. Sin embargo, vale la pena señalar que la investigación recupera una dimensión clave del recuento histórico: lo académico, que es algo reconocido y valorado de los sujetos y que precede a la llegada de “los europeos” a Tucumán, situación que les reconoce un estatus como: intelectuales formados, portadores de nuevas tradiciones, ideologías y temas a desarrollar en un nuevo contexto.
En lo que se refiere al concepto de generación
La repetición de crisis históricas en un periodo corto puede multiplicar las acciones y el protagonismo de la generación política actuante que coincide con otra en una época determinada. A los individuos entrevistados de esta investigación se los margina, se los castiga, sin embargo, se crecen al castigo, en una suerte de resiliencia, pues se recomponen de la situación, porque si se van de la universidad sufren un vaciamiento que no logran resolver y se convierte en un malestar que buscan sanar a partir del regreso a casa, a la institución universitaria, al lugar que les dio corporeidad intelectual y anímica.
3Liliana Vanella es Profesora en Historia de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, profesora e investigadora por concurso en la Escuela de Ciencias de la Educación y el Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Coordina el Área Educación del Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon.
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Un aspecto interesante a destacar en este relato es que hay individuos que se van de la institución, otros regresan, pero existen algunos casos que permanecen, y son los sujetos que cruzan las distintas crisis, lo que es muy relevante, porque son los que anudan la trama de la historia y establecen puentes entre las generaciones, y que podría servir como una vertiente a considerar y desarrollar como una nueva línea de investigación.
El trabajo de Marcela Ickowicz retoma cuestionamientos torales de la docencia: ¿desde dónde, cómo y por qué se llega a ser académico?, en el contexto de una coyuntura
Desde luego que la situación de los académicos bajo los regímenes militares no estuvo exenta de problemas como se señala en la investigación, pues en uno de los casos un profesor fue expulsado por el gobierno militar por largo tiempo, para después regresar, lo que muestra una capacidad de sobreponerse a la adversidad con tal de reincorporarse a la institución años más tarde, situación que varios académicos han experimentado en distintas partes del continente; una especie de resiliencia de los sujetos que valdría la pena seguir con algunas trayectorias en coyunturas específicas.
La figura de cátedra si bien se presenta como espacio privilegiado de organización, formación y producción de la docencia, permite, de acuerdo con el texto, centrarnos en tres aspectos relevantes. Primero: es un espacio de autonomía y diferenciación, a partir de la constitución de un trabajo académico de formación, tanto del titular como de los aspirantes a formar parte del proyecto, y en paralelo, la legitimación del titular de la cátedra que opera como un visionario del grupo. Segundo, un momento de integración y consolidación de temas de investigación entre los integrantes; es la búsqueda de afinidades personales que se traducen en obras colectivas especializadas como es el caso de la fundación del Grupo G; una suerte de identidades individuales y colectivas que confluyen en este proyecto académico. Tercero, de defensa y lucha para que la cátedra y sus integrantes permanezcan, quizá la mejor evidencia es la Revista especializada que editan y la producción derivada en temas legales, en especial la historia social del delito, el bandolerismo, entre otros, favorecidos por una coyuntura afortunada al recibir miles de expedientes para su resguardo y estudio por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Neuquén. La cátedra es un lugar de identidad adquirida, lograda, conseguida y que permanece en la institución consolidando al grupo de profesores viejos y jóvenes.
Un punto central del trabajo es que muestra con claridad cómo en las instituciones educativas la legitimidad se logra tanto por la productividad generada, así como por la difusión de sus actividades; estrategias que combinadas muestran una gran eficacia para lograr el afianzamiento del grupo. El trabajo muestra que si bien es importante generar conocimiento novedoso, también lo es compartirlo y hacerlo llegar a distintos públicos mediante eventos y reuniones de distinta índole.
Los acuerdos interinstitucionales logrados, la conformación de redes y la presencia del grupo en distintos foros, programas radiales, exposiciones itinerantes, publicación en diferentes diarios y revistas son parte de un plan bien pensado como espacio de formación y consolidación, cuya finalidad fue que las actividades académicas salieran de los muros universitarios y se conocieran más; una acción emprendida por un espíritu de grupo que rompe con la tradicional forma de difundir exclusivamente el conocimiento para un círculo especializado y que ha limitado en muchos aspectos que los investigadores se vinculen con diferentes círculos y espacios de la sociedad.
4Profesora de la UNComahue. E- mail: mgickowicz@hotmail.com
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Sin embargo, valdría la pena preguntar, tomando en consideración las características de la conformación del grupo, así como sus formas de hacer y concebir el oficio académico y de investigación, los espacios de innovación a su interior que se pudieran gestar, tanto en los temas como por parte de los sujetos, pues podrían caer en la tradición y la censura, porque ocurre que, en ocasiones, cuando los grupos en su interior mantienen una fuerte estructura y son dominados por un grupo reducido, los espacios para la innovación se ven cuestionados severamente, tal vez sería una posibilidad al seguir la trayectoria de los jóvenes del Grupo G y el tipo de producción que generan actualmente.
El trabajo de Lidia Fernández es un recuento detallado del funcionamiento de dos cátedras que operan como un poderoso espacio de formación y de reflexión que, frente a retos novedosos como es el caso del ingreso irrestricto y gratuito de la matrícula universitaria, responden desde su sentido de conservación grupal, afrontando diversos procesos de adaptación ante las nuevas condiciones institucionales.
El cambio en la matrícula trajo consigo una serie de modificaciones de distinta índole en la Universidad de Buenos Aires; cambios y nuevos retos que se vivieron de diferente manera por parte de los integrantes de la institución. En el caso de las cátedras que se analizan, se caracterizan por contar con una estructura académica y administrativa funcional en términos de la organización del trabajo y la delegación de funciones, además de una investidura identificable y legítima de la autoridad que las representa.
La llegada de un mayor número de alumnos provocó en la institución una serie de consecuencias no deseadas, signadas por la incertidumbre institucional y, desde luego, de los integrantes de las respectivas cátedras. El sentimiento de riesgo, rechazo y de una actitud defensiva queda de manifiesto ante la negativa del inminente cambio. Si bien existen manifestaciones de alarma y mecanismos que niegan la innovación, lo que precede a estas acciones es que son descartadas aun antes de funcionar plenamente, en el marco de un profundo desconcierto entre los integrantes. En términos de la gestión, esta adquiere un dramatismo mayor, pues es vista como un proyecto ajeno y extraño que atenta contra la institución y en contra de ellos. Lo revelador del texto es la forma en que las respectivas cátedras afrontan lo inevitable, los mecanismos de resistencia mostrados, hasta llegar a un convencimiento progresivo impuesto por la realidad.
Ante la cantidad de evidencias descritas como la disminución de la capacidad creativa, el aumento de la repetición, la fatiga, mayores niveles de conflicto y la puesta en marcha de un sistema de negación y
El análisis de los casos citados invita a conocer más sobre la forma en que los integrantes de la cátedra, desde sus respectivas posiciones, afrontó el conflicto, es decir, cómo fue la situación lideral que se vivió ante la masificación de la universidad, y sobre todo, la posición de los titulares y del prestigio que gozaban, así como las
5Directora de esta investigación Programación científica
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habilidades, conocimientos, destrezas y capacidades que tuvieron que emplear para resolver la situación, y que, además, por el contexto en que se da, se considera como una solución para el conjunto de las cátedras. Lo importante a destacar es la solidaridad de la solución como algo subjetivo y objetivo a la vez y que se manifiesta con claridad en los distintos testimonios registrados.
Por último, una pregunta atingente sería conocer con mayor detalle la postura y la forma de actuar por parte de las cátedras ante el proceso de cambio seguido, y que quizá de manera esquemática podemos resumir de la siguiente manera: las que siguieron un cambio aparente, dado de manera superficial pero que mantiene la estructura del sistema intacto; las que adoptaron un cambio real, que implica trastocar la estructura interna del sistema y con ello una modificación en los propósitos y finalidades de la institución, y por último, aquellas que optaron por permanecer sin cambios en su quehacer como una postura explícita.
El trabajo de Pérez toma como eje a los profesores de posgrado y la educación a distancia, temas sobre los que se ha investigado sistemáticamente poco en relación con otros niveles educativos. El texto es una visión de conjunto de la situación de la profesión académica en América Latina, signada entre otras cosas, por: el bajo nivel de inversión, deficiencias en los sistemas de selección, desarrollo, promoción y régimen salarial del personal de las instituciones de educación superior. En síntesis
En lo que se refiere a los académicos del posgrado la situación no es muy diferente en los diferentes países de Centro y Latinoamérica, derivado de la escasa inversión de los procesos de formación que se registran y que se refleja en un escaso impacto en la docencia y la investigación. Sin embargo, es necesario anotar un aspecto más, y es la precaria investigación que hay en este nivel educativo y que se anota como un aspecto a atender en América Latina. Si bien el posgrado es el espacio de formación de investigadores y de recursos humanos especializados, las condiciones de escaso apoyo en que opera no logran traducirse en un factor de cambio influyente, y quizá valdría la pena señalar que si bien el posgrado ha crecido de manera importante, poco es el desarrollo que ha logrado.
En algunos países el académico de posgrado ha tenido que enfrentarse a procesos de reestructuración de una nueva identidad, que no acaba de construirse del todo, y que se aprecia en el cambio institucional de funciones y tareas que no solo ha implicado una redefinición del quehacer docente, sino que también lo ha obligado a reorganizar las representaciones que tiene de sí mismo y de los grupos a los que pertenece y, desde luego, las representaciones de los otros y de sus grupos; el profesor no encuentra sus referentes ni tampoco identificación con los investigadores ni con los gestores.
Los resultados de la investigación presentada muestran que, progresivamente, los académicos del posgrado han tenido que enfrentarse a condiciones novedosas de contratación, más parciales, precarias y flexibles que no en todos los casos favorecen su pertenencia, identificación, compromiso institucional y un desarrollo académico pleno. Por otro lado, sus funciones se han diversificado de manera importante, en el marco de un sistema que presiona de manera permanente y somete todas sus funciones a evaluaciones ante distintas instancias.
El otro eje del texto, la educación a distancia, se presenta como una alternativa interesante a considerar, aunque las condiciones de las que se parten son incipientes, por lo que se muestra la urgente necesidad de
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establecer un análisis sociocultural que ayude a una relectura de las interacciones entre lo local, lo nacional, lo político y lo académico, lo público y lo privado como parte de procesos de comunicación, interacción y de conformación de la propia comunidad académica, tomando como eje esta modalidad educativa.
La ausencia en materia de investigación y desarrollo de la profesión académica en el posgrado es un llamado urgente a replantear las políticas seguidas hasta el momento y a explorar nuevas alternativas con programas específicos para la formación de profesores con énfasis en la educación a distancia. Pero lo relevante del planteamiento que hace el documento es que no solo se trata de un asunto estrictamente de recursos económicos, lo que se señala es más de fondo, pues establece como una prioridad la reorganización del posgrado en su conjunto con fines y metas específicas, centradas en la investigación y en la formación de docentes, ubicando a la educación a distancia en un lugar privilegiado, con la finalidad de que se convierta en una herramienta importante del docente y del proceso de
Notas finales
El conjunto de trabajos presentados en el Seminario son una interesante propuesta de análisis, que abarca diferentes contextos, tiempos, sujetos y situaciones, en donde queda de manifiesto que si bien la institución tiene una poderosa influencia sobre los individuos, esta no es determinante. Por esta razón, podemos ver en las diferentes investigaciones, por una parte, la prescripción que hace la institución educativa, por ejemplo: un cambio curricular (Landesman, Hickman y Parra), el incremento repentino de la matrícula (Fernández), la llegada de profesores extranjeros a la institución (Vanella), la organización del trabajo académico (Ickowicz); y por otra, cómo los individuos adoptan, perciben y modifican las normas de acuerdo a sus intereses.
Son varios los puntos de interés abordados por los talleristas, pero hay algunos que aluden a una reflexión más profunda en relación con la complejidad que guarda el espacio institucional. Por ejemplo, a través de la lectura de las investigaciones queda claro que las instituciones son espacios no necesariamente armónicos, arenas en donde se registran conflictos y contradicciones entre los sujetos involucrados en ellas.
Las funciones establecidas y organizadas al interior de la institución no siempre operan en un nivel de complementariedad, apoyo recíproco, sino que las funciones oficiales y secundarias pueden estar en conflicto, contrarrestando y oponiendo resistencia a las normas o acciones emprendidas o establecidas por otras instituciones.7 Por esta razón, es que podemos identificar con distinto énfasis que toda institución tiene una finalidad oficial o principal, es decir, la función que explica su existencia,8 la cual es definida a partir de una ideología y las estructuras de relevancia dominantes en la sociedad.
En el caso que nos ocupa la función primordial de la institución es la educación de los individuos. Dicha función, a su vez, define el carácter específico de la institución, esto es, su organización, las reglas que la rigen, los roles que juegan sus integrantes, las acciones que realiza, al tiempo que condiciona tanto la ubicación de la institución dentro del conjunto de instituciones vigentes en la sociedad, como los alcances de las acciones por ella desarrolladas. Por esta razón, cada institución constituye una forma social que, siendo visible o no, tiene una finalidad principal y es portadora de una ideología particular, de una historia y de una lógica de evolución propias, poseyendo también sus propios sistemas de valores, normas, así como formas de organización, control, ritos, procedimientos y, eventualmente, un sustrato material para el desarrollo de sus funciones. En ello intervienen los agentes humanos encargados de su operación para determinar las características que asume el funcionamiento interno de la institución.
7Véase Lidia Fernández, Instituciones educativas. Dinámicas institucionales en situaciones críticas, Buenos Aires, Paidós, pp.53 y ss.
8Véase R. Lourau, M. Bernard, et al., “Las intervenciones institucionales”, en Análisis institucional y socioanálisis, México, Nueva Imagen, 1987, p. 13.
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Desde luego que las instituciones se identifican por una función que cumplir, pero colateralmente cumplen otro tipo de tareas, en la medida en que su campo no es algo aislado, con existencia propia y única, o separada de otros sectores sociales. Por ello, ninguna institución es puramente económica, política, ideológica o educativa, sino que es una conjugación de todas ellas. De esta forma, en las ponencias podemos ver que las instituciones universitarias se desarrollan actividades políticas, culturales, sociales y, en ocasiones, diferentes a las establecidas en la norma institucional.
Por otra parte, queda muy bien expuesto el carácter permanente que guardan las instituciones educativas, pero que de ninguna manera significa inmovilidad o estatismo. Por el contrario, al ser producto de la actividad humana se encuentran en continuo movimiento, ya sea para mantener su conservación o para intentar su transformación; movimientos que son generados por la dinámica de la vida colectiva,9 y que determina el carácter temporal y espacialmente relativo de las instituciones, tal y como lo señala Lapassade:
Si los hombres sufren las instituciones, por otra parte las fundan y las mantienen gracias a un consenso que no es únicamente pasividad frente a lo instituido, sino actividad instituyente, la cual puede servir para volver a cuestionar a las instituciones.10
Un aporte más y que está presente en todos los trabajos se refiere a cómo, a través de las instituciones, por su mediación y por la aprehensión que el sujeto realiza de ellas, este se incorpora a la vida social y se mantiene como miembro integrante de la misma, aprendiendo de ellas los patrones de conducta y relaciones interpersonales y sociales que norman tanto su actuación en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelve en su vida cotidiana, es decir, otorgan e imponen signos de identidad que el individuo aprende11 y devuelve a la institución.
Por último, está la conformación de la identidad lograda y generada en el espacio institucional, a veces incierta (como bien se señala en el trabajo de Pérez) o colectivamente sostenida (Ickowicz), pues, es a través de las instituciones que no solo se produce un orden social, sino que se reproduce,12 ya sea en términos de conservación o transformación, constituyendo el sustrato en que se apoya el orden, la dirección y estabilidad, lo mismo que el eventual cambio de la sociedad.
Sin duda que el conocimiento novedoso generado acerca de las maneras y mecanismos por los cuales los individuos perciben, elaboran, hacen suyas o no las normas, y las traducen en comportamientos específicos, logrando con ello dar cuenta de la complejidad de la vida cotidiana en las instituciones educativas, es uno de los principales resultados de los investigadores reunidos en este evento.
Los objetos de investigación, metodologías y enfoques reunidos, posibilitan una mayor comprensión de los diversos procesos que se registran cotidianamente; de igual forma, abren nuevas vertientes de indagación a desarrollar para profundizar en las distintas historias, novelas y tramas que se entrelazan en el ámbito institucional, pues más allá de los temas y de los lugares en que se realizó cada investigación, lo que llama poderosamente la atención es la convergencia y afinidades teóricas utilizadas, reflejada en el uso de los conceptos, el cuidado de su tratamiento, el rigor metodológico y, principalmente, en la filosofía seguida por los autores: una preocupación por entender a la institución, y hacer de ella un objeto de investigación rico y con muchas posibilidades de análisis.
9Véase Bernard, G. Michel, “Las condiciones del grupo de acción”, en R. Lourau, M. Bernard, et al., Análisis institucional y socioanálisis, México, Nueva Imagen, 1987, pp.
10G. Lapassade, El análisis institucional, Madrid, Campo Abierto, 1980, p. 91.
11G. Frigeiro, M. Poggi, y G. Tiramonti, “La cultura institucional escolar”, en Las instituciones educativas, 1980, p. 35.
12Berguer y Luckmann, La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 1982, p. 85.
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