EN HOMENAJE AL DR. GUILLERMO BEATO

Habiendo concluido la edición de este número se produjo el fallecimiento del Dr. Guillermo Beato, quien fuera miembro del Consejo Asesor de la Serie Economía y Sociedad de Cuadernos de Historia y director de algunos de los investigadores del Área de Historia del CIFFyH.

El Dr Beato residía en la Ciudad de México desde el año 1975 cuando debió exiliarse por razones político-ideológicas y abandonar sus cátedras de Historia de América II e Historia Moderna en la Facultad de Filosofía y Humanidades. En México fue investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia y se dedicó, desde esa función, al estudio de la problemática de la formación de la burguesía en diversas regiones de aquel país.

En 1984, una vez que la Universidad Nacional de Córdoba decidió la reincorporación de los docentes e investigadores expulsados durante la década del setenta, se reencontró con sus funciones y a pesar de las distancias y de los afectos que lo ataban a la Ciudad de México, no dudó en retomar con entusiasmo sus cátedras y desde ellas promover uno de sus más caros objetivos como era la formación de investigadores y docentes desde los últimos años de la carrera de grado.

Fiel a sus convicciones, indujo a un grupo de alumnos de la carrera de Licenciatura en Historia a persistir en el trabajo grupal de búsqueda de fuentes, a elaborar por escrito los resultados de investigaciones para exponerlos en eventos académicos y a someterse también a las críticas de otros investigadores como método de formación y crecimiento intelectual. Gracias a su empeño, varios de esos estudiantes, entre los cuales me incluyo, persistimos hasta la actualidad en la tarea no siempre fácil pero sí gratificante de escudriñar en el pasado. Personalmente, las enseñanzas del Dr Beato me dejaron cosas más importantes que la metodología de la historia, aprendí por ejemplo a enfrentar los problemas específicos de la disciplina con humor y con pasión y así enfrentar a la vida. Aprendí también que la solidaridad, la honestidad y el compromiso trascienden en mucho el quehacer profesional y que si no se practican en la Universidad, difícilmente se puedan practicar en la vida cotidiana y que en ese sentido la Historia o cualquier otra ciencia no son una excusa para aislarnos en nuestros ¨laboratorios¨ sino muy por el contrario deben ser la excusa para insistir y resistir por una sociedad más justa.

Laura Valdemarca

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