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Dossier: Política y religión en territorios de la Monarquía Hispánica (siglos XVI-XVIII)
Introducción
Coordinadoras:
Griselda Tarragó* y Miriam Moriconi**
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Cuadernos de Historia. Serie economía y sociedad, N° 20, 2018, pp. 91-102.
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Modernidades en diálogo atlántico y al ras del suelo
Los trabajos reunidos en este Dossier expresan la voluntad de dar visibilidad a los resultados de la formación de recursos que realizamos en las carreras de grado de la Licenciatura en Historia en las universidades nacionales de Córdoba (UNC) y Rosario (UNR), como docentes investigadoras de Historia Moderna. Además de la coincidencia en unos espacios curriculares e investigativos comunes, las coordinadoras compartimos una visión general acerca del carácter multiforme del mundo moderno[1] y una concepción particular de la Monarquía Hispánica. Esta última abreva en los desarrollos historiográficos más recientes acerca de la tradición jurídica católica, la cultura jurisdiccional y el carácter policéntrico. Durante las últimas décadas, en este espacio historiográfico se fueron acumulando investigaciones que, incluso desde diferentes vertientes –algunas con mayor énfasis en el jurisdiccionalismo,[2] otras en el policentrismo[3]–, socavaron el presupuesto de las barreras políticas nacionales erigidas por la historiografía decimonónica tan impropias para el conocimiento de estas sociedades. La solidez científica de estos enfoques ha sido refrendada en estudios sobre territorialización, confesionalización, religiosidades, prácticas de gobierno, construcción de identidades, intercambios y mediaciones, circulación de personas, objetos, ideas y culturas políticas.[4] Si utilizando el concepto de Dipesh Chakrabarty se pudo afirmar que estos abordajes fueron, paulatinamente, provincializando la Europa Moderna;[5] evocando la propuesta de Bénat-Tachot, Gruzinski & Jeanne se podrían refrendar los procesos de americanización.[6]
Esta historiografía nos sitúa en un mundo de fronteras móviles, manifiestas transversalidades, redes, resistencias, transgresiones, desobediencias y permanentes negociaciones que, abordadas desde estrategias microanalíticas, cuestionan los presupuestos de entidades políticas fijas, de una dominación estable y de la existencia de centros y periferias. Los juegos de escala[7] han favorecido, además de una comprensión global de la primera mundialización,[8] a la restitución de múltiples agencias cuya visibilización ha tenido beneficios colaterales. Abordados en diálogo atlántico y al ras suelo,[9] élites locales, criollas, bajo clero, agencias indígenas y personas esclavizadas comienzan a tener presencia en un análisis histórico que opera como corrosivo del paradigma eurocentrado de la Modernidad desde otros ángulos que los propuestos en los estudios subalternos influidos por las teorías postorientalista, postcolonial o postoccidental.[10]
En línea con este posicionamiento historiográfico, no sólo hemos desarrollado nuestras respectivas investigaciones, sino que, en tanto formadoras de futuros investigadores e investigadoras, hemos procurado no clausurar la formación inicial en la investigación de Historia Moderna restringiendo a estudiantes, graduados y graduadas a la exclusiva condición de la consulta de los archivos europeos. Por el contrario, hemos alentado a quienes se inician en la práctica investigativa a reparar en los archivos locales como significativos reservorios de documentos que pueden explorarse en estas líneas teórico-metodológicas con las que concebimos a la Modernidad en general y a la Monarquía Hispánica en particular.
En esta oportunidad, el eje problemático que organizó la selección de los artículos hizo foco en la cuestión espacial y territorial en los siglos XVI-XVIII, privilegiando aquellas investigaciones que contemplaron las inflexiones de las tramas de vínculos y la religión en las agencias analizadas. Se trata de investigaciones situadas que ofrecen materias y materiales al campo de reflexión sobre las modernidades europeas y americanas, difícilmente escindibles, desde distintas aproximaciones metodológicas, pero bajo el denominador común del interés por las agencias en el entramado imperial y la dominación colonial. Cabe advertir, sin embargo, sobre los diferentes niveles de formación, inserción institucional o recorridos de los autores y autoras.
El doctor Martín Gentinetta ofrece su contribución como investigador y docente en la cátedra de Historia Moderna de la Universidad Nacional de Córdoba y como co-director del Proyecto de Investigación Por una Historia Moderna de América: Córdoba del Tucumán y el Río de la Plata en la monarquía hispánica. Formas de poder, territorialidad, prácticas socio-económicas y político-culturales (1700-1810), dirigido por Tarragó y acreditado ante la Secyt y radicado en Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CIFFyH) “Maria Saleme de Burnichon”, Universidad Nacional de Córdoba (2016-2017). La licenciada Irene Rodríguez, con un largo trayecto en las investigaciones sobre las redes de relaciones de familias santafesinas, lo hace como doctoranda bajo la dirección de la Dra. Tarragó e investigadora de su Proyecto. Se suma también la licenciada Clara Gutiérrez quien se desempeña como adscripta en la cátedra de Historia Moderna y como doctoranda en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
De la carrera de Historia de la UNR, participan Emilce Valenzuela y Cecilia Verino, graduadas como Profesoras en los años 2015 y 2017, respectivamente, y Samir Nasif, quienes son auxiliares en la cátedra de Historia de Europa III y participan en el Proyecto Hacer política en el espacio-tiempo de la Modernidad. Transgresiones y desobediencias en los siglos XVII-XVIII, HUM 574, Secyt -UNR, Dir. Miriam Moriconi. Si bien los tres trabajos han recibido el estímulo, la orientación y aportes de distinta naturaleza de parte de la Titular de cátedra y directora del Proyecto mencionado, sólo el trabajo de la primera se realiza bajo su efectiva dirección, como parte de la tesis de licenciatura que se encuentra en curso desde el año 2017.
En virtud de un tentativo orden cronológico, abre este Dossier el artículo de Samir Nassif quien, aquilatando los conocimientos a los que ha accedido en su cursado de las materias de historia moderna europea y americana, analiza un proceso inquisitorial. La causa fue incoada en el Tribunal limeño: una sede judicial del Santo Oficio que el autor comprende en la misma clave con la que ha estudiado a la Monarquía Hispánica. Con los recursos conceptuales de una bibliografía que lo conecta con las nociones de configuración policentrada, polisinodial, jurisdiccionalista y confesional, indaga un expediente cuya densidad histórica favorece la comprensión de un modo de funcionamiento de la Inquisición, del gobierno de la Monarquía y de un pasado en los que algunos de los resortes de las creencias y las religiosidades parecen no tener clausura. Así, el caso analizado, que transcurre entre 1626 y 1639, desborda ampliamente la experiencia personal del procesado y la de sus coetáneos. El caso de Francisco Maldonado da Silva –delatado ¿ingenuamente? por su propia hermana por su condición judía– se proyecta en las políticas de la memoria del presente. Es precisamente ese mojón en la memoria que representan el monolito de Hualpén (Chile) y la creación literaria que lo erigen como mártir de la religión hebraica el que obra como disparador para la revisión historiográfica, la relectura de los documentos y la propuesta analítica de este artículo.
Martín Gentinetta analiza las transformaciones que tuvo la Armada del Mar del Sur desde su constitución y hasta las reformas de “nueva planta” aplicadas a mediados de la década de 1710, consideradas estas últimas un punto de llegada antes que un intento de crear una nueva fuerza del mar en el virreinato peruano. El recorrido propuesto se focaliza en el contexto de las primeras reformas implementadas por Felipe V y en la participación dentro de la Armada de oficiales de origen norteño (mayormente guipuzcoanos y vizcaínos) que fueron parte de la nueva elite de la que se rodeó el primer Borbón. Es un trabajo rico e importante en cuanto transita una cronología que cabalga entre fines del siglo XVII y las primeras medidas del monarca que inauguró el gobierno de esta Casa dinástica en el trono español. El autor se involucra con un espacio y una territorialidad de difícil aprehensión como es la del “Mar del Sur” donde es posible observar agencias múltiples desde la decisión regia, los cuerpos políticos y militares limeños, los grupos de comerciantes, holandeses o piratas.
Emilce Valenzuela investiga cómo se llevó a cabo la ejecución de la expulsión de los jesuitas en territorio santafesino. Desde esta ubicación del espacio rioplatense procede extremando el recorte temporal a los años que van desde 1767 a 1771 para operar incisivamente en un corpus documental que remite a un espacio preciso pero que ata cabos entre una y otra orilla del Atlántico. Lo significativo de este análisis situado es que, implícitamente, desgarra las entelequias de la élite colonial y de la élite criolla. Desde una pequeña localización del complejo territorial del Monarquía, muestra que ni una ni otra eran homogéneas y que una decisión real –aún por fuera de los planes regios– podía fomentar y/o consolidar grupos intraélite cuyos intereses colisionaban generando conflictos que afectaban tanto al gobierno local como a la dinámica regional dentro de la política imperial. Su entrada a un tema de impacto global como fue la expulsión de la Compañía de Jesús en clave local y por la vía microanalítica de seguimiento de los vínculos y acciones de uno los ejecutores de la Pragmática de Carlos III para el extrañamiento, como fue el teniente de gobernador Joaquín Maciel, devuelve la imagen de un espacio de acerba lucha de intereses, muy propicio para profundizar las indagaciones más generales acerca de los modos de funcionamiento de la Monarquía.
El artículo de Cecilia Verino resulta del Seminario de Historia Regional a cargo de la Dra. Sandra Fernández. En esta materia curricular de la carrera de Historia, los y las estudiantes se inician en la práctica de la investigación y la escritura académica debiendo escoger, prioritariamente, alguna localización santafesina o, más excepcionalmente, argentina. El plus de su trabajo reside, precisamente, en haber conseguido ajustar a estos parámetros su predilección por temas medievales y su especial interés en lo que concierne a la cosmovisión cristiana de la muerte. El artículo plasma un camino intermedio pero posible para cumplir con las exigencias curriculares, sortear la falta de experticia en paleografía medieval y acercarse a su tema de investigación a través de fuentes primarias. En esta primera aproximación documental a las señales de aquel imaginario y su proyección en las prácticas funerarias en la ciudad de Santa Fe de la Veracruz durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX.
El artículo de Clara Gutiérrez presenta unos primeros avances de su investigación doctoral sobre el gobernador del Tucumán Gerónimo de Matorras (1769-1775), sus vínculos políticos, comerciales, de paisanaje y de parentesco desde su Laredo (Cantabria) natal hasta la toma del cargo y la forma en que los mismos incidieron en su puesta en acción de ese cargo político de relevancia. Se propone hacerlo desde un enfoque que, trascendiendo la mirada local de la Gobernación, permita comprender esa gestión y esa trayectoria como emergente de unas dinámicas políticas y sociales a escala monárquica. Comienza a explorar algunas cuestiones vinculadas a la nueva territorialidad sur-andina que se manifiesta cada vez más claramente orientada hacia el Atlántico y, en particular, hacia Buenos Aires.
El aporte de Irene Rodríguez se enuncia en una primera parte como recorrido por los trabajos realizados individual y colectivamente por la autora, en su extensa trayectoria de investigación sobre la élite santafesina del XVIII. El seguimiento de algunas de las familias principales le ha permitido reconstruir la densa trama de relaciones que constituyó uno de los pilares sobre los cuales estos grupos privilegiados construyeron su dominio material y simbólico. Por otra parte, el trabajo introduce unas pesquisas más recientes, donde la autora destaca la constante reconfiguración de estas redes y el modo en que trascendían las fronteras locales, alcanzando un vasto espacio que se expandió hacia el ámbito virreinal y cortesano. La reconstrucción de las alianzas matrimoniales y de parentesco le ha permitido observar las formas particulares de construcción política que hicieron posible el reacomodamiento de estos grupos de poder a los profundos cambios de finales del siglo XVIII en la región.
Conectando historias e historiografías
Aunque desde el trabajo cotidiano con los documentos, estos enfoques estuvieron siempre presentes y se había comprendido hace tiempo que por esas redes sociales circulaban recursos de todo tipo y que esa intensa circulación producía a su vez la configuración de la Monarquía,[11] las aproximaciones metodológicas específicas contribuyen a insertar esas reflexiones en un campo consolidado que se va enriqueciendo con nuevos aportes o relecturas. Hace ya unos años decíamos:
El problema de la circulación de personas, recursos, información al interior de unas redes reconfiguradas permanentemente, trasunta lo dicho hasta aquí ya que éstas establecían una geografía vincular que ordenaba e impulsaba los desplazamientos en un espacio representado con unos límites difusos y en algún sentido, inconmensurables o ajenos a la inmensidad de las distancias: la cartografía de la gracia no conocía de estas cuestiones pero constituía la argamasa con la que se modelaba la territorialidad de la monarquía compuesta[12]
Es así que se ha alcanzado a considerar a una monarquía con altos grados de negociación e intercomunicación entre sus distintas sedes, a otorgar un papel preferencial a sus élites como mediadores, así como a recuperar vínculos entre comunidades lejanas y sus relaciones mutuas. Una historia atlántica implica esencialmente la operación de conectar América con Europa y las dinámicas locales. De este modo, se ha planteado la necesidad de estudiar los imperios desde otra perspectiva, con esferas de gobierno con un alto grado de autonomía y una corte que actúa como pivote fundamental de la circulación de élites y poder. Pero también, enfocando la investigación hacia las tensiones entre los intereses particulares y las necesidades de esas élites locales de reformularse a sí mismas para insertarse en el complejo mecanismo de esa particular trama gubernativa. Un desafío trascendente que implica la práctica de una historia “transnacional” como perspectiva analítica,[13] punto de mira que actualmente se replica en diferentes autores.[14]
La idea de un “giro global” en la ciencia histórica no sólo se reduce a la expansión geográfica de sus intereses,[15] que ya relevaran aproximaciones más apegadas al estructuralismo de Fernand Braudel o Annales. Si el primero pudo ser una guía en ese camino, advirtiendo la conectividad que imbuía al conjunto de los espacios que componían el mundo moderno y en la segunda apareció por primera vez la propuesta de “histoire connectée”, ello no fue suficiente para opacar la fuerte mirada europeizante acerca de la expansión atlántica y los “descubrimientos”.[16]
De acuerdo a lo expresado por Romain Bertrand “No hay otras escaleras que las que nos prestan los actores mismos”, en el sentido de “conexiones establecidas, habitadas, pensadas por los actores”. La “historia conectada” procede a la manera de la etnografía histórica de las “situaciones de contacto”, en la que se hace necesario una estricta “simetría documental” que contemple ambas orillas.[17] Resulta perentorio entonces realizar “conexiones históricas” que admitan recuperar la unidad de un mundo que sólo fue separado por una historiografía eurocentrista y que ocultó la circulación de saberes y recursos de diferente tipo. Europa no fue la única que relató su pasado, sino también destacados historiadores persas, turcos e indios que miraban y estudiaban a Europa. Es necesario entonces la configuración de una historiografía menos egoísta[18] en “un mundo que desborda por todos lados”.[19]
Una de las cuestiones fundamentales en este tipo de análisis histórico es no perder de vista estos procesos inscritos en una clave global. De este modo, se puede avanzar en la reconstitución tanto de las conectividades como de los pasados no europeos, dentro de unas dinámicas altamente permeables de los mundos y en un movimiento que expande experiencias y conocimientos.
Es una tarea al mismo tiempo fascinante y desafiante, donde aparecen distancias y proximidades inéditas,[20] asombrosas para nuestras ciber-condicionadas miradas. Ello nos obliga a un ejercicio constante de perpetuos cambios de escala y de vuelo geo-centrado a través de los cuales se pueda enlazar el lugar de dónde venía aquella lejana gente, donde se fijaron y la esfera donde se movieron.
En esa dinámica de intensa conectividad de los agentes cumplió una tarea fundamental la circulación de información, especialmente a través de las cartas. Los intercambios epistolares revelan “cómo los hombres y mujeres intentan afrontar los desplazamientos y las rupturas que engendran las distancias, la precariedad y lentitud de los transportes y el veneno del olvido”.[21] Así, un tipo de documentación que muchas veces fue tachado de secundario, pasa a ocupar un sitio privilegiado: una carta es un pequeño universo que nos presenta desafíos hermenéuticos importantes, pero de una gran riqueza oculta muchas veces bajo el manto de una mirada integradora. Familia, afectos, salud, pedidos personales, pero también reparto de cargos, recomendaciones y colocaciones políticas, todo puede combinarse en una sola epístola. Hilvanar y armar el rompecabezas que esconden estos documentos suele ser una tarea agobiante, pero los pequeños-grandes tesoros expuestos redimen a investigadoras e investigadores de cualquier queja metodológica.[22]
Por último, los trabajos aquí reunidos también constituyen una prueba de las posibilidades que ofrece el acceso a fuentes documentales en línea, los sitios como PARES, BNE, IRARGI y otros portales, que dejan sin efectos las viejas excusas en cuanto a la posibilidad metodológica de una paridad documental.
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* Universidad Nacional de Córdoba E mail: griseldatarrago@hotmail.com
** Universidad Nacional de Rosario. E.mail: miriammoriconi@hotmail.com
[1] Hunt, 2014.
[2] Hespanha, 1989 y 1993; Clavero, 1998. Además de los principales referentes que citamos, remitimos igualmente al Grupo HICOES (Historia Cultural e Institucional del Constitucionalismo en España y América). Sus producciones dialogan con las de otros representantes de esta corriente en Portugal, Francia e Italia y, además, informan sobre otras posiciones del campo historiográfico sobre el mismo tema.
[3] Cardim et al, 2012.
[4] Una expresión de este desarrollo es el balance y la proyección que a principios de siglo se ofrecía en Barriera, 2002.
[5] Chakrabarty, 2009.
[6] Bénat-Tachot, Gruzinski & Jeanne, 2012.
[7] Gribaudi, 1996; Revel, 1996.
[8] Cooper, 2001; Duqui & Minard, 2007: 8.
[9] Revel, 1989.
[10] La brecha con estos planteos viene trazada principalmente por las metodologías y el enfoque disciplinar que privilegian la filosofía y la literatura. Igualmente pueden discernirse entre las influencias de la vertiente postcolonial –Dipesh Chakrabarty, Ranajid Guha, Hommi Baba–, la postorientalista –Edward W. Said– gestadas en la problemática colonial del siglo XIX y el posoccidentalismo –Enrique Dussel, Walter Mignolo, Aníbal Quijano– y sus abordajes de las relaciones coloniales en Iberoamérica desde el siglo XV.
[11] Tarragó, 2010b; Moriconi, 2011.
[12] Tarragó, 2010b: 2-3.
[13] Yun Casalilla, 2009: 11-35.
[14] Baylin, 2005.
[15] Conrad, 2017.
[16] Bertrand, 2015.
[17] Bertrand, 2015.
[18] “My own argument here is of a piece with earlier essays and writings, where I have argued that the history of modernity is itself global and conjunctural, not a history in which Europe alone first produces and then exports modernity to the world at large”, Subrahmanyam, 1997: 735-762; Subrahmanyam, 2005: 26-57.
[19] Gruzinski, 2010.
[20] Gruzinski, 2010: 83.
[21] Gruzinski, 2010: 83.
[22] Guerrero Elecalde, 2012; Caula, 2014; Tarragó, 2003; Imízcoz Beunza, 2003: 165-216; Imízcoz Beunza & Guerrero Elecalde, 2004; Guerrero Elecalde & Tarragó, 2012: 253-270; Tarragó, 2010a; y Dalla Corte, 2000.