Córdoba, enero de 2024

Editorial. Presentación del dossier Nº 32:

Estado y sociedad en el África actual. Dinámicas transformadoras y protagonistas emergentes

En este dossier, presentamos una propuesta de diez artículos que intenta ser un aporte en ciertos y determinados planteos que, desde las ciencias sociales y humanas, se vienen haciendo desde hace un tiempo acerca de redescribir y redefinir el concepto de Estado; la relación que este tiene con sus propios ciudadanos y con los ciudadanos de otros estados (es decir con la sociedad civil nacional y con la global); y la legitimidad del Estado en la aplicación del uso de la violencia, tanto interna como externa, poniendo así en tensión el régimen de soberanía y el régimen de intervención, entre otros temas. Es decir, se cuestiona cuáles son los elementos que determinan qué estados son considerados soberanos y por ello no son susceptibles de intervención, y cómo se mensura cuáles son las pautas intervencionistas que se consideran legítimas en el ámbito internacional.

Este tipo de debates se incrementaron hacia finales del siglo pasado y cobraron fuerza en este, dando lugar a una amplia serie de literatura crítica que describe, ilustra y teoriza sobre nuevas nomenclaturas (estados fallidos, frágiles, etc.), sobre la normativa internacional —en particular la relacionada con derechos humanos, de género, racialización, etc.—, y sobre el derecho que tienen los estados de declarar la guerra o firmar la paz, si hay guerras justas o injustas. Varias de estas discusiones se proyectaron sobre el escenario africano.

Es por ello que presentamos, en primer lugar, el artículo de Albert Roca, “Un fantasma recorre África: es el Estado Moderno, Tensiones y esperanzas periféricas”, que cuestiona los criterios con los que se evalúa las democracias africanas contrastando ciertas visiones y conceptualizaciones, muchas veces optimistas, sobre los estados legados por la colonización con una realidad que cuenta con la existencia de un tejido social que los hace específicos. Roca propone estudiar los estados africanos como una suerte de “experimentos” necesarios para garantizar su diversidad social, alejándose de aquellas concepciones que definen al estado-nación sobre el principio del individuo como base de su soberanía.

El segundo trabajo, “Los retos financieros de las transformaciones estructurales en África en el período pos-Covid 19: una oportunidad para repensar la resiliencia financiera del continente”, de Mama Hamimida, analiza las dificultades financieras de los países africanos durante la crisis sanitaria vivida recientemente. La autora sostiene que el financiamiento orientado a transformaciones estructurales sufrió una reorientación objetivada en el aumento de los gastos sanitarios y las erogaciones orientadas al apoyo prestado a hogares y empresas durante el periodo de confinamiento. Hamimida no solo se propone hacer un esbozo de las principales causas de la falta de financiación en África, que dificultan la continuación de las transformaciones estructurales y la consecución del nivel de crecimiento deseado, sino que destaca las oportunidades de desarrollo y una mejor integración a la economía global que surgieron de esta crisis, implicando necesariamente la implementación de sistemas de financiación innovadores y resilientes.

Desde otra óptica, pero en el marco de la crisis sanitaria, Anselmo Otávio y Elga Lessa de Almeida, en un artículo de carácter ensayístico, “Respuestas africanas a retos africanos: reflexiones sobre Estado, desarrollo y pandemia en África”, demuestran que, además de la solidaridad y la integración africanas como medios para resolver los desafíos africanos, las acciones propuestas para mitigar la propagación del Covid-19 en el continente reflejan, en cierta medida, el distanciamiento del Estado africano del neoliberalismo. Para ello, en principio, discuten acerca de las principales características de la relación entre Estado y desarrollo económico en el continente durante el período de la Guerra Fría, para luego adentrarse en el análisis del avance del neoliberalismo y sus impactos en la relación con el binomio mencionado, y finalizan con un análisis singular de cómo actuaron los países africanos en la lucha contra la pandemia de Covid-19.

En “El estudio de los líderes en las políticas exteriores de África: notas metodológicas y evidencia empírica”, Eduardo Carreño Lara nos brinda una revisión exhaustiva y crítica de una literatura especializada acerca de la importancia de los líderes africanos en la política exterior de sus países. En ella se evidencia la intrascendencia en África de los marcos teóricos tradicionales del análisis de política exterior. El autor sostiene que, en los países africanos, la unidad decisoria final no está institucionalizada, por lo cual la visión de mundo de los líderes se transforma en prácticamente la única referencia para la fijación de la estrategia internacional y el interés nacional.

En “Un enfoque continental de la prevención de conflictos: un análisis de las iniciativas de «diplomacia preventiva» en África”, Jerónimo Delgado Caicedo y Sophie Lizarazu Catalá critican la posición en la que el imaginario global ha colocado a África desde los años 1960, es decir desde el momento de su descolonización, como un lugar de conflictos armados, inestabilidad política y pobreza. Sin embargo, durante las últimas décadas el continente ha atravesado un importante proceso de estabilización, democratización y pacificación, en el que han participado numerosos actores internacionales, continentales y regionales. Los autores se detienen en su investigación, particularmente, en la puesta en marcha de la diplomacia preventiva a nivel continental, analizando algunos de los casos más relevantes. En tal sentido, esta propuesta destaca los esfuerzos para prevenir los conflictos en África, a nivel estatal y desde las organizaciones regionales. Asimismo, nos invita a observar la manera en que África se ha convertido en un punto de referencia en las iniciativas internacionales de diplomacia preventiva, al tiempo que admite las carencias y dificultades a las que todavía se enfrenta la arquitectura de construcción de la paz en el continente.

“Migrantes y políticas de contención: el caso de Libia al acabar del régimen de Gadafi”, de Antonio Morone, analiza el estatus adquirido por Libia como uno de los lugares privilegiados dentro de los flujos migratorios procedentes no solo de los países subsaharianos y árabes, sino de algunos asiáticos; siendo además no solo un lugar de tránsito sino que muchas personas migrantes deciden quedarse en el país. Morone sostiene, entonces, que todos estos cambios han sido el producto de las modificaciones que sufrió la relación entre Europa y Libia, y más precisamente entre Italia y Libia, en los últimos 30 años. Su corolario fue que el gobierno libio debió “maniobrar” entre dos alternativas opuestas: las políticas propias del gobierno de Gadafi, orientadas a la apertura del país en búsqueda de mano de obra barata del África subsahariana y los países árabes: y las políticas de contención migratoria aplicadas por Italia. El artículo analiza las génesis de estas políticas de contención y sus efectos a corto y mediano plazo, tanto para el gobierno libio como para las personas migrantes en lo económico y social.

Pablo Blanco, en “Migraciones en África. El caso de África Occidental y de por qué no existe una «invasión» a Europa”, cuestiona las dinámicas migratorias que se llevan adelante en África Occidental a partir del interrogante que se desprende de los discursos dominantes respecto de la supuesta invasión de migrantes africanos a Europa. Blanco argumenta que la realidad nos demuestra que no existe tal invasión en términos cuantitativos absolutos, pero, sin embargo, se profundiza un discurso de carácter racista y xenófobo que nos habla de “crisis migratoria” para alertar sobre una presunta invasión de africanos al continente europeo. A través de su trabajo de campo en Senegal, Malí, Burkina Faso y Níger, reflexiona sobre las migraciones subsaharianas en dirección a Europa en búsqueda de deconstruir un discurso falsificado y hasta el momento de carácter hegemónico.

En “La dimensión climática en los conflictos sudaneses: desafío para la estabilidad de Darfur”, Luis Haroldo Pereira dos Santos Junior y Guilherme Ziebell de Oliveira reflexionan acerca de las disputas regionales, tanto en el sur como en Darfur, que ha tenido que enfrentar Sudan desde su independencia. Estas tensiones se han visto exacerbadas por el cambio climático, que causa desertificación, hambrunas y desplazamientos internos de personas. Es en este marco que se preguntan cuáles son las implicaciones del cambio climático para el panorama de seguridad de Sudán, particularmente en Darfur, complejizando así las visiones tradicionales de seguridad.

 “Relaciones políticas entre Mozambique y Sudáfrica, 1975-1992: divergencias político-ideológicas, agresiones militares y desestabilización”, de Jacqueline A. Haffner y Domingos Bihale, estudia los efectos en la interacción económico-comercial bilateral entre Mozambique y Sudáfrica. Para ello, los autores intentan responder unos interrogantes: ¿cómo evolucionaron las relaciones políticas entre Mozambique y Sudáfrica durante el período comprendido entre 1975 y 1992?, ¿cómo se ha reflejado la evolución de tales relaciones en la interacción económica y comercial? A partir de aquí, se proponen demostrar que Sudáfrica, en su relación con Mozambique, entre 1975 y 1992, siempre buscó defender su interés nacional (durante el apartheid), recurriendo a la agresión militar directa e indirecta para la desestabilización política y económica, con el objetivo de mantener a Mozambique en una posición dependiente y como fuente de mano de obra barata para las empresas mineras. Por el contrario, Mozambique emprendió un camino de negociación pacifista, consciente de su incapacidad militar y económica para hacer frente a Sudáfrica, pero dispuesto a reducir su dependencia con la potencia meridional.

Finalmente, Ana Victoria Mazza, en “Violence: comoditización corporal y resistencia en la novela de Festus Iyayi”, nos introduce a través de la literatura en una crítica social de la Nigeria de la segunda mitad del siglo XX. Esta novela, publicada en 1979, nos adentra, desde el materialismo histórico, en la violencia ejercida por la pobreza y la desigualdad extrema observada en la ciudad nigeriana de Benín. Desde la perspectiva de la ecocrítica urbana, examina instancias de cosificación corporal y, específicamente, de comoditización de energía y materia humanas entendidas como recursos naturales. La autora propone que Iyayi no solo critica esta comoditización, al presentarla como una consecuencia del proyecto capitalista, sino que también la cuestiona mediante actos de cuidado resistente, que devuelven a los cuerpos cosificados su calidad de sujeto. Estos actos de cuidado constituyen una forma de refutar la separación artificial de naturaleza y sociedad, contenida en el dualismo de cuerpo y mente, que históricamente ha justificado la explotación y expropiación capitalista (neo)colonial.

Con estas aproximaciones a la problemática planteada en la convocatoria, pretendemos contribuir a la deconstrucción de miradas estereotipadas, unicausales, ponderando reflexiones teórico-analíticas y metodológicas disruptivas que promuevan abordajes críticos sobre la situación en el África actual.

Diego Buffa y María José Becerra