Hacia nuevas relaciones entre humanos y animales: una aproximación sociológica a los discursos y significados de cinco activistas veganos por la liberación animal en la ciudad de Iquique, Chile

Towards New Relationships Between Humans and Animals: A Sociological Approach to the Discourses and Meanings of Five Vegan Activists for Animal Liberation in the City of Iquique, Chile

Víctor M. Rodríguez Cáceres

https://orcid.org/0009-0009-7240-4606

Universidad Arturo Prat, Chile

vm.rodriguez.caceres@gmail.com

Fecha de envío: 15 de agosto de 2023. Fecha de dictamen: 8 de abril de 2024. Fecha de aceptación: 22 de abril de 2024.

Resumen

La siguiente investigación aborda los fenómenos del veganismo y el activismo por la liberación animal, entendiendo a ambos como formas de resistencia y oposición al especismo y la dominación que ejerce el ser humano hacia los otros animales. Corresponde a un trabajo que se aproxima desde la sociología a lo que académicamente se ha denominado como la cuestión animal. Al respecto, lo que se buscó fue profundizar en los discursos y significados que emanan de la experiencia cotidiana de los activistas veganos, y de sus experiencias en tanto activistas por la liberación animal. Sobre lo metodológico, se deben mencionar el carácter exploratorio de la investigación y su diseño fenomenológico-interpretativo. La muestra corresponde a cinco sujetos activistas veganos aspirantes a la liberación animal residentes en la ciudad de Iquique, Chile. La recolección de datos fue a través de entrevistas semiestructuradas, mientras que el análisis se realizó mediante teoría fundamentada. La principal conclusión de la investigación fue que los discursos y significados de los activistas veganos son heterogéneos. Sin embargo, y pese a eso, se pueden encontrar algunos discursos y significados comunes; por ejemplo, sobre la imposibilidad de abandonar el veganismo o respecto del veganismo como motor de la liberación animal.

Abstract

The following research addresses the phenomena of veganism and activism for animal liberation, understanding both as forms of resistance and opposition to speciesism and the domination that humans exercise towards other animals. This work takes what is academically known as the “animal question” approach. In this regard, we sought to delve deeper into the discourses and meanings that emanate from the daily experience of vegan activists, and from their experiences as activists for animal liberation. Regarding the methodological aspect, the exploratory nature of the research and its phenomenological-interpretive design should be mentioned. The sample corresponds to five vegan activist subjects aspiring to animal liberation and residing in the City of Iquique, Chile. Data collection was carried out through semi-structured interviews, while the analysis was done through grounded theory. The main conclusion of the research was that the discourses and meanings of vegan activists are heterogeneous. However, and despite this, some common discourses and meanings can be found, for example, about the impossibility of abandoning veganism or regarding veganism as an engine of animal liberation.

Palabras clave: discursos; significados; activismo; veganismo; especismo.

Keywords: discourses; meanings; activism; veganism; speciesism.

Acercamiento a la temática y aportes de las ciencias sociales al estudio de la cuestión animal

Pese a que se pueden encontrar documentos de considerable antigüedad acerca de nuestra relación con los demás animales, el interés académico por la temática aquí tratada ha tenido un explosivo crecimiento a partir de dos hechos concretos en la década de 1970. El primero es la formulación del concepto especismo por parte del psicólogo Richard Ryder, a propósito de la experimentación con animales, y el segundo, la publicación del libro Liberación animal, de Peter Singer, en 1975, quien se toma del concepto de especismo para reformularlo y postular una nueva ética para nuestro trato con los demás animales. Es a partir de aquí que, hasta al menos 2010, se publicaron más de mil trabajos académicos, desde distintas teorías éticas, sobre la consideración moral de los animales no-humanos (Dorado, 2010).

Los esfuerzos de esta investigación van dirigidos a aportar a un inminente acercamiento, ya en proceso, entre las ciencias sociales y la cuestión animal. En ese sentido, este trabajo permite demostrar que las investigaciones sobre veganismo no se limitan únicamente a la sociología de los alimentos o a la sociología del consumo, sino que contienen los suficientes elementos ético-políticos para entenderse como una postura crítica del presente, que al mismo tiempo re/mueve y pone en perspectiva aquellos cimientos históricos que han permitido que la relación entre el ser humano y el resto de animales sea una relación basada en jerarquías, violencias y dominación. Por lo mismo, esta investigación busca dar a entender que conceptos como explotación, dominación, discriminación, entre otros, no solo son aplicables a contextos humanos y a fenómenos sociales que ocurren entre humanos, sino que también permiten darle un giro al quehacer sociológico señalando la puerta de entrada a toda una nueva línea de investigación.

Con respecto al giro del quehacer sociológico recién mencionado, es urgente ser enfático en señalar que este giro es hacia una sociología no-antropocéntrica[1]. En ese sentido, el concepto de antropocentrismo, extraído de la sociología ambiental y otras disciplinas, permite hacer una lectura crítica no solo de las formas y relaciones que el humano ha establecido con la naturaleza y entidades no-humanas, sino que también permite una lectura crítica de la propia sociología y de cómo esta se ha estructurado en función de entender al humano y a lo-humano como medida de todas las cosas, al mismo tiempo que entiende a lo humano como estándar de definición para todo aquello que no-es-humano. Si bien existen corrientes dentro de la sociología con tintes críticos[2], todas ellas se ocupan de cuestiones puramente humanas. Incluso aquellas que tienen como objetivo redireccionar la relación humano-naturaleza siguen respondiendo a cuestiones puramente antropocéntricas, entendiendo que lo que está en juego con fenómenos como el cambio climático, la extinción de algunas especies, las zonas de sacrificio, etc., es la estabilidad de la humanidad tal y como la conocemos.

Se propone desde esta investigación que ninguna de estas corrientes realmente ha logrado superar las lógicas antropocéntricas propias de la disciplina y que, por lo mismo, se vuelve urgente replantear cuestiones elementales de cara a su futuro. ¿Es la sociología una ciencia exclusivamente humana?, ¿se continuará ignorando que conceptos como sociedad, lenguaje, amistad y muerte también tienen que ver con la vida animal y que no solo corresponde a las ciencias naturales dar cuenta de esto?, ¿se puede hacer sociología si continuamos ignorando que el ser humano es un animal también? Se dejan abiertas todas estas preguntas para todo aquel que esté interesado en esta cuestión. Por supuesto, ninguna de ellas tiene una única respuesta, pero puede entenderse que todas parten desde un origen común.

Excepcionalidad humana, veganismo y especismo: algunos conceptos en la relación humano-animal[3]

Reconocer a un igual en la mirada del esclavo es el primer paso de la conciencia abolicionista y emancipadora 

(Riechmann, 2005: 22)

Ya señalaban Catton y Dunlap, ambos sociólogos del medioambiente, que toda la ciencia se ha edificado sobre los cimientos de un paradigma al que llamaron “Paradigma de la excepcionalidad humana” (Aledo y Domínguez, 2001). Esta idea básicamente señala que, pese a que el ser humano es parte de la naturaleza, se ha levantado por sobre ella, asumiéndose como un ser único entre todas las criaturas. Las ciencias sociales en general, como la sociología en particular, no escapan de este paradigma, sino que contribuyen constantemente a fortalecerlo.

Escapar de este paradigma, desde la sociología, contiene un reto y un desafío a la disciplina misma y a su desarrollo histórico, pues implica aceptar que la investigación y la teoría sociológica no tienen que ver exclusivamente con el ser humano puesto que la realidad social no se compone únicamente de ellos.  Desde que el hombre existe, se ha relacionado con la naturaleza y sus habitantes, y —retomando la vieja separación entre naturaleza y sociedad—, debemos hacer el esfuerzo sociológico de contestar cuál es el lugar que ocupan los animales en las sociedades contemporáneas y cuál es el lugar que ocupamos los humanos en una naturaleza cada vez menos natural. La consecuencia inmediata de esto es volver cada vez más difusa la ya difícil distinción entre humanos y animales (Neira, 2017), y el resultado de todo esto, en suma, es no solo el reconocimiento de la existencia de una otredad animal, sino también el reconocimiento del cada vez más presente cuestionamiento ético respecto de nuestra relación con esa otredad.

Veganismo definido y nueva relación entre el ser humano y los otros animales. La relación general que el ser humano ha establecido con la otredad animal ha sido una relación jerárquica donde el hombre se posiciona a sí mismo en el punto más elevado de esta jerarquía, quedando el resto de los animales por debajo. En términos materiales, esta jerarquía permite que se utilice al resto de los animales en favor de la satisfacción de los intereses humanos, lo que da como resultado, entre otras cosas, la explotación animal. Se puede entender este concepto como la forma material en la que se impone esta jerarquía, una de las consecuencias del especismo y la dominación animal. Así, el resto de los animales queda a merced del consumo humano, siendo utilizados sus cuerpos, sus vidas y sus libertades para los más diversos propósitos.

El número de animales utilizado para producir alimentos es abrumador. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los seres humanos matan anualmente más de 57 mil millones de animales para producir comida. Esta cifra no incluye el número de peces y demás animales acuáticos que consumimos. Este número se estima que sea como mínimo otro billón (Francione y Charlton, 2014).

El término vegan fue acuñado en 1944 por quienes fundaron la Vegan Society. Donald Watson lo pensó a partir de las tres primeras y últimas dos letras de la palabra vegetarian. Con esto esperaba diferenciarlo del concepto que únicamente describía un tipo de dieta que no necesariamente se relacionaba con el compromiso de eludir todas las formas de violencia contra los animales (Aboglio, 2009). Así, el concepto quedaría definido por primera vez como “[…] El objeto de la Sociedad será poner fin a la explotación de los animales por parte del hombre; y la palabra veganismo significará la doctrina en que el hombre debe vivir sin explotar a los animales” (Cross, 1951)[4]. A esta definición se han ido sumando con el pasar del tiempo las de muchos autores que se han incorporado a la discusión desde las más distintas teorías éticas. Revisaremos algunas de ellas a continuación. Por ejemplo, Ana María Aboglio (2009: 70) lo define de la siguiente manera:

“El veganismo es una actitud de respeto hacia toda la vida animal no humana sintiente que implica un modo de vida donde se evita voluntariamente su uso, su consumo o la participación en actividades derivadas de su esclavitud, explotación y muerte”.

También podemos encontrar una definición que puede resultar complementaria a la recién revisada, ya que señala, en esta ocasión, la idea de los intereses animales, que no había sido tomada en cuenta en la definición anterior. Al respecto, se debe ser consciente de que no todos los autores que hablan de veganismo lo hacen desde la misma postura ideológica. Bob Torres (2014: 224), en particular, lo hace desde una perspectiva anarquista, vinculando permanentemente ambas ideas en sus escritos y aspirando tanto a la liberación humana como animal:

“Al desafiar este baño de sangre, el veganismo refleja la idea de que los animales tienen intereses y vidas al margen de los asuntos humanos, y respeta esos intereses y esas vidas al evitar en todo lo posible los productos animales”.

¿Especismo como discriminación arbitraria? El concepto de veganismo puesto a debate. La constante reflexión en torno a lo que se ha denominado como la “cuestión animal”, en conjunto con el permanente cuestionamiento a las ideas que permiten estructurar el contenido que gira alrededor de la relación humano-resto de los animales, ha permitido que se desarrollen nuevas formas de definir la idea de veganismo, principalmente a partir del cuestionamiento de su definición original. De esta manera, la crítica a lo que se ha entendido por veganismo permite la formulación de nuevas definiciones que pretenden ampliar o superar lo propuesto con anterioridad.

Para entrar en contexto, se debe señalar que el concepto de especismo fue formulado 20 años más tarde que el de veganismo por el psicólogo británico Richard D. Ryder. Aunque Ryder no define directamente qué es el especismo, indica que será entendido como “una discriminación que establece una aguda diferencia entre la moral aplicada a los humanos y los animales” (Leyton, 2010: 14). Fue formulado en directa analogía al racismo, al sexismo y al clasismo, ya que Ryder entendía que había miles de especies que sufrían dolor, miedo, estrés, al igual que nosotros, y que no existía un concepto para referirse a este fenómeno. Si bien esta definición no es la más compleja respecto del concepto de especismo, es importante enfatizar que es la definición original y, por lo tanto, su importancia recae en su valor histórico. Al respecto, Peter Singer fue quien popularizó el concepto de especismo, al incluirlo en el quinto capítulo de su famoso libro definiéndolo como “un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otra” (Horta, 2011: 67).

Podemos encontrar que al entender el especismo simplemente como una “forma de discriminación” con base en la especie, la idea de veganismo que se desprende en oposición “queda a menudo estancado en el rechazo del consumo de productos de origen animal o de la participación en cualquier acción que involucre la discriminación de seres sintientes tan solo por no pertenecer a la especie humana” (Ávila, 2016: 64). Dicho de otra manera, aquellas formulaciones de veganismo que, a partir del rechazo al consumo de productos de origen animal y de prácticas en las que se utilicen animales no-humanos, pretendan acabar con el especismo, al mismo tiempo que convertir el mundo en una utopía vegana, son lo que Iván Darío Ávila ha definido como un “veganismo moderno-colonial”. Las claves que este autor nos entrega también nos permiten repensar la idea de “especismo”, pasando de su formulación original —discriminación con base en la especie— a la idea de especismo como “un complejo orden tecno-bio-físico-social”.

Podría asegurarse que el conjunto de técnicas, saberes, cuerpos y espacios que constituyen dispositivos como las granjas, sean ecológicas o industriales, configura activamente un orden tecno-bio-físico-social que continuamente re/produce la dominación animal. Este orden, al que podríamos denominar “especismo antropocéntrico”, también está conformado por otros dispositivos, como los zoológicos, los bioterios, los circos, etc. (Ávila, 2019).

Ávila advierte que si el veganismo es “un conjunto de prácticas vitales alternativas y opuestas al especismo”, entonces el veganismo moderno-colonial no está a la altura de los desafíos. Por ello propone la idea de “los veganismos” (en plural), las “prácticas heterogéneas y contextualizadas orientadas a la creación de formas-de-vida no especistas”. Con formas-de-vida, el autor señala que no se debe relacionar de manera directa esta idea con la de “estilo de vida”, sino que serían la “implosión de lo humano”, una respuesta a la máquina especista, una respuesta o respuestas “sustentables, pacientemente elaboradas basadas en el cuidado y el apoyo mutuo” (Ávila, 2016: 65).

Finalmente, no se debe olvidar que el veganismo, sobre todo aquel veganismo que se ha denominado “veganismo abolicionista”[5], no solamente es una postura ética y práctica individual, sino que aspira a ser universal, es decir, a que todos seamos veganos. En ese sentido, se aspira a una “ciudadanía vegana”, una ciudadanía consciente de la instrumentalización de los animales y de la violencia estructural que se ejerce en ellos (Cantarutti, 2019).

De aquí se puede desprender la reflexión de que el veganismo no se agota en el individuo, sino que, a partir del activismo y la difusión, se transforma en movimiento social. Es decir, pueden encontrarse en la realidad material no solo sujetos veganos, sino también organizaciones/colectivos o grupos que, mediante propuestas que no encajan con lo actualmente establecido, buscan hacerse un espacio en la lucha por el establecimiento de un nuevo orden social que incluya moralmente a los demás animales, reconozca sus intereses y les otorgue derechos en forma de protección de aquellos intereses.

Sobre el abordaje metodológico a los discursos y significados. Un acercamiento sociológico a cinco activistas veganos por la liberación animal

El objetivo general de esta investigación fue identificar e interpretar los discursos y significados sobre el activismo y la experiencia del veganismo que los sujetos activistas veganos asignan a su postura como formas de resistencia al especismo y la dominación animal.

Los objetivos específicos fueron (1) identificar cinco sujetos activistas veganos en la ciudad de Iquique y generar un vínculo con ellos, (2) conocer las formas en que se ve alterada la vida cotidiana de estos sujetos a través de las prácticas de veganismo, (3) identificar los discursos y significados de las propuestas teórico-políticas sobre veganismo y liberación animal y (4) analizar los aspectos en los que los espacios de activismo y formación sobre veganismo y liberación animal impactan en la vida de los sujetos activistas veganos.

Por su parte, el enfoque epistemológico que la guio fue el enfoque fenomenológico. El diseño también fue fenomenológico, pues se asumió que los significados y discursos surgen cuando el sujeto se expresa. Esta elección permitió valorizar aquello que surgía en el relato de cada sujeto seleccionado. Así, y para reforzar lo señalado, se debe ser enfático en que el propósito y el anhelo de esta investigación fue resaltar el discurso individual, valorizar la experiencia de vida, destacar las subjetividades y todo aquello que se encuentra más allá de lo cuantificable (Fuster, 2019). Además, se debe destacar el hecho de que la investigación no tuvo la intención de generalizar los resultados obtenidos. Los discursos y significados que aquí aparezcan solo representarán las subjetividades de cada uno de los sujetos entrevistados, y nada más que eso.

La investigación cualitativa es sobre el qué y no sobre quién. Por ello, a la hora de escoger a los participantes, se tuvo en cuenta su experiencia, no variables demográficas o sociales, eran participantes de una experiencia y por este motivo se los seleccionó (de la Cuesta Benjumea, 2015).

Además, esta investigación tuvo como unidad de análisis a aquellos sujetos que cumplían con el hecho de ser activistas veganos a partir de una crítica y un rechazo al especismo y la dominación animal, y que, por lo mismo, aspiran a largo plazo a la liberación animal, todo esto en la ciudad de Iquique, Chile. El objeto del estudio fue —y así se trabajó en esta investigación— “aquello que queremos saber” (Henríquez y Barriga, 2003: s-p). En este caso, lo que quisimos conocer fueron los discursos y significados que los activistas veganos les asignan a sus propias experiencias como aspirantes a la liberación animal.

Para acceder a los discursos y significados que los activistas veganos de la ciudad de Iquique otorgan a su propuesta, se ha optado por recoger datos a través de entrevistas. Estas entrevistas fueron de carácter semiestructurado, pues se asumió que en el transcurso de la conversación saldrían temas, significados o conceptos que podrían ser relevantes (Díaz-Bravo, Torruco-García, Martínez-Hernández y Varela-Ruiz, 2013).

La entrevista tuvo un total de 32 preguntas, de las cuales 30 fueron respecto de la cuestión animal, y las dos últimas respecto del cuestionario mismo (cómo se sintieron con la entrevista, o si les hubiese gustado agregar algo más). Se organizaron en tres dimensiones: “vida cotidiana y prácticas de veganismo”, “discursos y significados” y “espacios de activismo y formación”. De esta manera, se buscó acceder a (1) los elementos más prácticos y materiales relacionados al veganismo, (2) el conocimiento respecto de los principios personales y colectivos de los sujetos veganos y (3) sus experiencias relacionadas con el activismo y la difusión del veganismo.

El muestreo utilizado corresponde a un muestreo de tipo no probabilístico, intencional y seleccionado por conveniencia. Como es de esperar, al tratarse de una investigación de tipo cualitativa y exploratoria, la muestra no está seleccionada para representar una población ni menos aún para generalizar los datos obtenidos una vez concluido el proceso de investigación (Salamanca Castro y Martín-Crespo Blanco, 2007).

La muestra responde, más bien, a la abundancia de contenido que se espera obtener de los entrevistados y a la extensión de la conversación (Martínez-Salgado, 2012), dada la experiencia individual de cada uno de ellos en lo que respecta a sus prácticas de veganismo y su experiencia en el activismo por la liberación animal. De esta manera, fueron seleccionados cinco sujetos que cumplían con los requisitos necesarios, es decir, ser activistas veganos, aspirar a la liberación animal y desarrollar sus vidas en la ciudad de Iquique, Chile.

Finalmente, la teoría fundamentada fue la elección para el análisis de datos. En este método, “el investigador se encuentra inmerso en el campo de estudio y sus observaciones abocan al dato, considerando tanto su interpretación como la de los otros sujetos implicados, con la finalidad de fortalecer la comprensión del fenómeno social investigado” (Bonilla-García y López-Suárez, 2016: 305).

Resultados: algunos datos obtenidos y una breve discusión teórica sobre la cuestión animal

Por cuestiones lógicas de extensión, los datos que se exhibirán en este apartado corresponden solo a un fragmento de la totalidad de la información recolectada y pretenden únicamente servir como aproximación a algunos de los datos más interesantes y enriquecedores que se obtuvieron a través de las entrevistas. Los datos seleccionados se expondrán en forma de citas y se acompañarán de una discusión entre lo señalado por los entrevistados y aquello presente en el marco teórico propio de la cuestión animal. Se le sumará la interpretación del investigador, con el objetivo de encontrar acuerdos, semejanzas y diferencias entre todas estas fuentes de información.

Sobre el “Significado de veganismo” a partir de la entrevista n° 2, dimensión “discursos y significados”. Al consultarle por el significado de veganismo, el entrevistado 2 separa el veganismo en dos cuestiones puntuales. En primer lugar, señala al veganismo como un “principio moral”. De aquí se desprende la idea de veganismo como un reconocimiento del valor moral que poseen los animales, un reconocimiento de su valor inherente, y como una relación respetuosa con los animales no-humanos. Al mismo tiempo, se considera al veganismo como “un paso inicial”, en este caso, sería un paso inicial en nuestra relación con la otredad animal. En segundo lugar, vendría lo que el entrevistado señala como “educación vegana”, es decir la difusión de las ideas de veganismo a partir del activismo educacional.

“Mira, yo ahora he llegado a la conclusión de que el veganismo, para mí, es una práctica... más que una práctica, es un principio moral, y desde ahí, desde reconocerlo como un principio, baja todo a la práctica, entonces, para mí el veganismo es algo que es un deber moral, que básicamente todos deberíamos asumir”. (Entrevistado n° 2, hombre, 34 años.)

El entrevistado 2 se posiciona firmemente de manera ideológica, es decir, está ubicado conscientemente en un enfoque dentro de los tantos que existen respecto de la cuestión animal. Esto queda al descubierto con los conceptos de “principio moral” y “deber moral” (utilizados como sinónimos). Estos conceptos han sido utilizados por Gary L. Francione, quien ha planteado el “enfoque abolicionista de los derechos animales”, realizando una crítica a lo que ha denominado como el “enfoque bienestarista”, y que, a través de estas ideas, ha logrado cambiar las líneas de acción de diversas agrupaciones sobre liberación animal alrededor del mundo. El concepto de “principio moral” vendría significando una obligación a asumir por todos aquellos que aceptan que no se debe imponer sufrimiento si no hay necesidad de aquello.

La idea sigue siendo la misma: para quien sea que sí tiene una opción —y eso incluye prácticamente a todos los que están leyendo esto ahora— la elección de imponer sufrimiento en la ausencia de necesidad viola lo que afirmamos que es el principio moral que todos nosotros aceptamos (Francione y Charlton, 2013).

Francione (2007) también trabaja el concepto de “educación vegana”, utilizado por el entrevistado 2, lo que permite dar cuenta de una coherencia en el discurso respecto del enfoque desde el que se posiciona. Para Francione, la educación vegana es la prioridad de quienes asumen el veganismo, y esta sería la capacidad de los veganos de “contagiar”, de promover y difundir las ideas del enfoque abolicionista y del veganismo propiamente tal. Así, Francione sostiene que la obligación principal de los defensores de los animales es involucrarse en una educación vegana creativa y no violenta.

Acerca de la “Participación en agrupaciones” a partir de la entrevista n° 3, dimensión “espacios de activismo y formación”. Al consultarle al informante clave sobre su participación en organizaciones que aspiran a la liberación animal, separa su respuesta en diferentes cuestiones. El entrevistado hace énfasis en su activismo independiente, señalando que este tipo de activismo es una forma de activismo más libre que aquel ligado a organizaciones. Le permite “orbitar en varias organizaciones” y no estar enclaustrado en solo una. Con respecto a sus motivos para no participar en organizaciones, destaca principalmente una falta de tiempo y de interés personal en pertenecer a agrupaciones. Marca un desinterés general por participar en agrupaciones en favor de su activismo independiente.

“Por un lado, por temas de tiempo, se me ha hecho complicado poder participar de forma constante. Y, por otro lado, yo me siento como más libre poder hacerlo de manera independiente, y de esa forma poder orbitar en varias organizaciones, pero no pertenecer en sí a esas organizaciones, porque en sí, a mí me mueve el tema del veganismo, como que no me atrae el tema de pertenecer como tal a una organización, sino de cumplir el fin al cual aspira el veganismo”. (Entrevistado n° 3, hombre, 27 años.)

El entrevistado 3 parece tener un conocimiento bastante sólido respecto de la definición original de veganismo, aquella formulada en la década de 1950. Esto puede apreciarse cuando el entrevistado manifiesta que “busca cumplir el fin al cual aspira el veganismo”. Esto, sumado a otros relatos donde menciona al veganismo como contrario a la explotación animal, y a los animales como único foco del veganismo, da a entender que su aspiración última no solo es abolicionista, sino que, está basada en la definición original de veganismo, o al menos en una que se desprende de ella. Si bien esto no fue consultado explícitamente en la entrevista y, por lo tanto, no puede saberse con certeza, las coincidencias son notorias. En 1951, Leslie Cross señalaba —recordemos— que “el objeto de la Sociedad será poner fin a la explotación de los animales por parte del hombre; y la palabra veganismo significará la doctrina en que el hombre debe vivir sin explotar a los animales”.

Lo que menciona el entrevistado puede agruparse en dos grandes cuestiones. De una parte, una preferencia notoria por el activismo de tipo independiente, que le permite moverse entre distintas agrupaciones sin pertenecer a ninguna de ellas; y de otra, una crítica general al activismo organizacional, ya que estas contienen un vacío reflexivo en su interior que posibilita que la mayoría de las organizaciones sean de tipo bienestarista.

La posición bienestarista se sustenta en el utilitarismo filosófico, pues el utilitarismo hace énfasis en la capacidad de sufrir, por lo tanto el bienestarismo como forma de relacionarnos con los otros animales y como línea de acción de distintas organizaciones y activistas está centrado mayoritariamente en el bienestar animal y la disminución de su sufrimiento en sus condiciones de explotación. Es decir, a la luz del utilitarismo, el bienestarismo busca regular las formas de explotación animal para que estas condiciones permitan una explotación con el menor sufrimiento posible. Los bienestaristas están, entonces, menos preocupados por la liberación animal que por el sufrimiento, y todos sus esfuerzos irán en esa dirección.

“Así, de la mano fundamentalmente de Jeremy Bentham […], comenzó a aflorar una incipiente preocupación por el sufrimiento aportado a los animales no humanos en su explotación. Bentham, en correspondencia con su incipiente desarrollo de la teoría utilitarista, hará hincapié en la relevancia moral de la capacidad de sufrir. Por este motivo, y al mismo tiempo que promovía la abolición de la esclavitud humana, Bentham reclama medidas que ahorren el «sufrimiento innecesario» del uso de animales no humanos como recursos. Este contempló la igualdad entre animales no humanos y humanos en el sufrimiento”. (Villamor, 2021: 217)

El entrevistado 3 señala no estar interesado en participar en organizaciones, y que además tiene escaso tiempo para aquello, pero que, de participar en alguna organización, esta tendría que ser de corte abolicionista.

“[…] yo participaría, pero tendría que ver bien el tema, porque de momento yo no tengo conocimiento de alguna organización a nivel regional que aplique este enfoque abolicionista del veganismo, la mayoría de las organizaciones y las que estuvieron anteriormente aquí en Iquique, tenían enfoque bienestarista”. (Entrevistado n° 3, hombre, 27 años.)

La superación del bienestarismo, es decir, la superación de la creencia de que solo el sufrimiento es lo relevante en nuestra relación con los animales no-humanos, es lo que se ha denominado como “abolicionismo”. El abolicionismo aspira a la abolición de la explotación animal y no solo a una disminución del sufrimiento de los animales en condiciones de explotación. Para la postura abolicionista, impulsada por Gary Francione, lo fundamental es abolir el estatus de propiedad al que son sometidos los animales, y para que esto ocurra deben existir previamente las condiciones que lo permitan, pues el estatus de propiedad es una cuestión jurídica que responde a la visión instrumental general que se tiene de los animales no-humanos. Para revertir aquello, no basta con modificaciones jurídicas, sino que se necesita un cambio completo del paradigma de la dominación animal y que esto repercuta jurídicamente.

Dentro de las perspectivas filosóficas animales, el abolicionismo animal pareciera erigirse como la postura más libertaria elucubrada hasta nuestros días, en cuanto aboga por la supresión de toda forma de explotación animal e incluso por la inserción de algunos de estos individuos en la comunidad moral antrópica (Plaza, 2020).

Respecto del “Inicio en el veganismo”, a partir de la Entrevista n° 4, dimensión “vida cotidiana y prácticas de veganismo”. Los primeros acercamientos a las ideas de liberación animal por parte de la entrevistada 4 pueden agruparse en tres momentos que ocurrieron a la par. En una primera instancia, se señala un interés particular en los animales, principalmente en aquellos con los que ella tenía cercanía, en este caso, perros y gatos con los que podía interactuar en su vida cotidiana. La segunda instancia se da a partir de su relación de amistad con una persona perteneciente a su colegio, aproximadamente a los 12 años, que ya era vegana, y a partir de una conversación, se generan sus primeros acercamientos a las ideas de liberación animal. Finalmente, una vez asumido el veganismo, lo evalúa como un proceso fácil, en el que no tuvo la necesidad de transitar primero por el vegetarianismo. Los cambios en su vida cotidiana ocurrieron velozmente y no recuerda esta etapa como un momento difícil.

“[…] un día, un amigo, cuando tenía como doce años —él era vegano ya—, me dice, «oye, a ti te encantan los animales, pero existen los veganos», y yo «¿quiénes son los veganos?». Y me empezó a hablar sobre el veganismo, y ahí como que dije «sí, tiene razón, y desde ahora no consumo más lácteos, ni más mariscos, ni más carne, ni nada»”. (Entrevistada n° 4, mujer, 31 años.)

Es poco lo que se puede señalar con respecto a la cercanía que la entrevistada 4 tenía hacia los animales y el interés particular que tenía hacia ellos, pues no profundiza mucho en aquello. Tampoco sobre lo sencillo que le resultó asumir el veganismo. Sin embargo, sí se puede decir bastante sobre lo que se presenta como “segundo momento”. Allí, la entrevistada relata que su proceso de inicio en el veganismo ocurrió a través de una amistad que ya era vegana y que le presentó estas ideas. Si bien es poca la bibliografía que se puede encontrar que relacione el veganismo con los vínculos de amistad, sí se puede encontrar bibliografía que relacione los vínculos de amistad con el inicio de la vida política de las personas, principalmente en su juventud, asociada, por ejemplo, a los procesos de socialización que viven las personas. El proceso de socialización, en la sociología, refiere a la capacidad de adaptación de las personas a los contextos sociales (Alvarado, Ospina-Alvarado y García, 2012). Así, el proceso de socialización aparece como un concepto interesante para dar cuenta y explicar el vínculo existente entre la amistad y los primeros acercamientos a posturas ético-políticas por parte de los entrevistados.

La socialización, generalmente, es entendida como un proceso a través del cual se incorporan valores políticos, normas, principios, pautas de comportamiento, asociados a la cultura y a la participación política, dentro del contexto al que pertenecen, entendido este último como un espacio donde las personas son más afines a determinado grupo social, clasista, humano o de otra índole (Concepción, 2018).

Del concepto de “proceso de socialización” se desprende el de “socialización política”, que permite particularizar sobre los valores políticos adquiridos en los procesos de socialización. En ese sentido, la “socialización política” es un trozo del proceso de socialización general por el cual “el sujeto hace parte y participa en la creación de constructos sociales, culturales y políticos de una comunidad, grupo de pertenencia u organización social y política” (Acosta-Huerfia, 2020: 216). Podríamos, entonces, considerar que tanto la entrevistada 4 como otros tres entrevistados iniciaron su socialización política, en particular, aquella ligada a las ideas de veganismo y liberación animal, a través de un vínculo de amistad o con compañeros del colegio. Esto es interesante porque si consideramos la amistad como un vínculo desinteresado, y sobre todo aquella amistad que ocurre en la primera juventud, podemos percatarnos del impacto que tiene en la historia de vida de los sujetos, además de dar cuenta de que cuestiones tan profundas que motivan a los sujetos a ser quienes son en la actualidad surgen, o pueden surgir, perfectamente, en la vida cotidiana. “La socialización política puede ser definida de manera general como un conjunto de actitudes, creencias, conocimiento político, modelos de comportamiento y tendencias comportamentales de los sujetos que influyen en el sistema político” (Alvarado et al., 2012: 249).

En relación con los “Primeros acercamientos”, a partir de la Entrevista n° 1, dimensión “vida cotidiana y prácticas de veganismo”. La entrevistada señala haber tenido sus primeros acercamientos a la edad de 13 o 14 años. Comenta que tuvo una juventud cercana a ideas y espacios de formación política, principalmente aquellas de tipo “libertario” y cercanas al anarquismo. De a poco, señala, se empieza a dar cuenta de una relación existente entre estas ideas de tipo anarquista y las ideas de liberación animal.

“Mis primeros acercamientos al veganismo, a las ideas de liberación animal comienzan por mis acercamientos, desde muy pequeña, al anarquismo. He sido un poco más de la mitad de mi vida cercana a las ideas de anarquismo, de lo libertario... de lo libertario desde el origen de su concepto, y bueno, en ese sentido, comienzo a frecuentar tokatas, espacios de formación anarquista, donde se tocan este tipo de temas, donde se habla de la liberación animal, porque claro, el anarquismo igual, de cierta forma busca la liberación de los humanos, y claro, se cuestionaba también respecto a la liberación de otras especies. Ese es mi primer acercamiento de donde conozco el concepto de «liberación animal»”. (Entrevistada n° 1, mujer, 30 años.)

La relación entre anarquismo y liberación animal no es nueva. Ya argumentaba Bob Torres que tanto la izquierda política como las posturas anarquistas debían empezar a incluir entre las distintas luchas emancipatorias la cuestión de la liberación animal. De hecho, el camino que Bob Torres recorrió suena similar a lo señalado por la informante clave:

“Fue una elección que tomé no solo por mi deseo de erradicar el sufrimiento del que era testigo, sino también por mi deseo de vivir una vida coherente con el anarquismo social. A pesar de que probablemente haya tantos anarquismos como anarquistas, yo baso mi anarquismo social en el deseo de libertad, de luchar contra las jerarquías, la dominación y la opresión”. (Torres, 2014: 23)

Así también, dentro del movimiento anarquista, puede considerarse que el veganismo es aceptado como forma de lucha, permitiéndonos entender que el relato del informante clave no corresponde a un caso único e individual, sino que responde a una constante dentro del anarquismo. Así lo indican Poma y Gravante (2016: 453), quienes, en un análisis del movimiento anarcopunk, resaltan que “[…] prácticas como el vegetarianismo y el veganismo siguen siendo actuales y vinculadas con una reelaboración «radical y de lucha» de la liberación animal y del ecologismo, es decir, elecciones éticas son transformadas en prácticas de reivindicación política”.

Finalmente, es importante resaltar el hecho de que el anarquismo, así como es el caso de la informante 1, permite una entrada ética-política al veganismo y no lo limita o estanca a un simple proceso o elección de consumo. Esto es sumamente relevante teniendo en cuenta que gran parte de los veganos limitan el veganismo a una forma de alimentación o un mero estilo de vida (Díaz, 2012).

Cierre analítico: discursos y significados de cinco activistas veganos por la liberación animal

Para ir finalizando, se debe señalar que es imposible agrupar todo lo señalado por los entrevistados en un único discurso o discurso homogéneo, lo mismo que ocurre con los significados a los que ellos otorgan distintas importancias dependiendo de sus subjetividades. Esto es no solo esperable, sino que enriquecedor, pues resaltar el discurso individual, valorizar la experiencia de vida y destacar las subjetividades era una de las aspiraciones de esta investigación, y da cuenta de que el enfoque fenomenológico dio los resultados esperados.

El cierre del análisis se expondrá en dos apartados que aspiran a englobar la totalidad de los datos obtenidos y que permiten estructurar esta sección de una manera más ordenada. Los apartados se separarán, por un lado, en los discursos y significados formulados a partir de la experiencia de militancia y activismo por la liberación animal; y por otro lado, en los discursos y significados formulados a partir de la experiencia práctica y cotidiana a la que se enfrentan permanentemente quienes aspiran a la liberación animal a partir del veganismo.

Discursos y significados acerca del activismo vegano como forma de resistencia al especismo y la dominación animal. Los discursos que emanan de los entrevistados respecto de sus experiencias en el activismo por el veganismo y la liberación animal se pueden clasificar, en general, como heterogéneos. Esto porque no todos los entrevistados han tenido gran experiencia en el activismo, y otros, por el contrario, señalaron tener vasta experiencia en aquello, a lo largo de los años en que han sido veganos. La entrevistada 1, por ejemplo, afirma haber tenido muy poca experiencia participando en activismo por el veganismo y la liberación animal; sin embargo y pese a eso, considera que este movimiento se encuentra debilitado tras la pandemia, y las agrupaciones y activistas que se dedicaban a difundir las ideas de veganismo, aparte de encontrarse en un estado apagado, únicamente realizan un activismo basado en la difusión de la alimentación vegana, quitándole contenido ético y político a la cuestión del veganismo, y acercándolo más a una simple manera de alimentarse. Esto es un discurso común de los entrevistados, ya que todos están de acuerdo en que existe una falta de formación política general al interior del movimiento por la liberación animal, así como también se comparte la crítica al hecho de orientar el activismo por el veganismo hacia cuestiones solamente relacionadas al consumo y la alimentación, que ya señalaba la entrevistada 1.

“En tema regional, yo diría que estamos al debe. Hay poca organización, pocas personas que puedan apoyar este movimiento. No se cuenta mucho con la solidez en información. Algunos veganos con los que yo he compartido no tienen claro bien en qué se basa el veganismo, piensan que es solo una dieta, que es un tema por salud, medioambiente, y ahí como que se va deformando igual un poco el movimiento, el foco que tiene el veganismo”. (Entrevistado n° 3, hombre, 27 años.)

Algo curioso ocurre entre los entrevistados 1 y 3, ya que ambos son los únicos de toda la muestra que mantienen un discurso reivindicador de la “acción directa” como recurso válido dentro del activismo por la liberación animal y, al mismo tiempo, un discurso reivindicador de posturas ligadas al anarquismo. En ese sentido, el veganismo significa combate, resistencia y oposición a las prácticas de explotación animal, y no solo una práctica de modificación alimentaria. En ambos casos, sus primeros acercamientos a las ideas de veganismo y liberación animal ocurrieron a través de amistades veganas que también eran cercanas al anarquismo, permitiendo que tanto la entrevistada 1 como el entrevistado 3 mantengan un discurso similar a lo largo de la aplicación del instrumento, principalmente en cuestiones respecto del activismo, además de una crítica sostenida a las industrias de explotación animal.

“Después vendría siendo la acción directa, o sea, netamente liberación animal. Algunas personas lo encuentran así como muy extremo, pero yo encuentro que si no obtienes los resultados que quieres, ya se tiene que ir un poco más lejos, que viene siendo la acción directa, liberar a los animales, abrir las jaulas, boicotear a todas estas industrias”. (Entrevistado n 3, hombre, 27 años.)

En general, se puede señalar que los discursos en común con respecto al activismo vegano por la liberación animal que se pueden extraer de la muestra son, básicamente, dos. En primer lugar, podemos encontrar que existe un acuerdo por parte de los entrevistados acerca de que el activismo por el veganismo y la liberación animal, en líneas generales, se encuentra apagado, debilitado y con falta de gente y compromiso. Se advierte aquí que fue la pandemia la que debilitó aún más el movimiento, pero los relatos apuntan a que ya se encontraba en una situación delicada previo a la crisis sanitaria.

La otra conclusión que se puede obtener, a partir de los relatos de cada entrevistado, es que existe un discurso común respecto de la fragilidad de las agrupaciones que se levantan para difundir el veganismo y la liberación animal. Esto ocurre, principalmente, por la falta de formación de los propios miembros de las agrupaciones y la falta de autocrítica al interior de las organizaciones, sumado a una excesiva energía por realizar un activismo presencial de difusión de ideas que no todos tienen igual de claras. Estas cuestiones han sido motor de desmotivaciones por parte de algunos de los entrevistados, que señalan estar desilusionados del activismo vegano por la falta de compromiso y profundización que en él existen.

“Acá en Iquique yo siento que está muerto. No hay nada. No hay motivación, no hay nada. De hecho, personalmente, yo perdí mucho la motivación igual, porque siempre tratamos como de estar en grupos, de participar, y siempre nos encontrábamos con lo mismo: con muchas contradicciones en los participantes, en el foco de la agrupación, nada se cuestiona, no se discute nada. Yo me empecé como a decepcionar de la gente, en general”. (Entrevistado n° 5, hombre, 33 años.)

Estas dos conclusiones, en suma, se potencian entre ellas. La falta de formación política al interior de las organizaciones, la falta de autocrítica dentro de las organizaciones y de los propios activistas, y el poco interés en discutir sobre las contradicciones existentes en las formas de activismo y difusión son parte de los motivos principales que, en mayor o menor medida, explican la permanente fragilidad e intermitencia en la que viven las organizaciones por el veganismo y la liberación animal, haciendo que tengan una expectativa de vida muy poco duradera y, por lo mismo, una imposibilidad de proyección a largo plazo.

Discursos y significados acerca de la experiencia de veganismo como forma de resistencia al especismo y la dominación animal. Con respecto a la experiencia del veganismo, a las prácticas de veganismo y al impacto en la vida cotidiana como consecuencia de una decisión ética, los discursos y significados que surgen de la aplicación del instrumento de recolección de datos se pueden categorizar, al igual que los anteriores, como discursos y significados heterogéneos. Estos discursos y significados acerca de la experiencia del veganismo como forma de resistencia al especismo y la dominación animal se pueden clasificar en tres que, así como tienen sus diferencias, tienen también sus semejanzas.

Con respecto a los inicios en el veganismo de cada uno de los sujetos participantes de la investigación, algunos de ellos relataron que sus primeros acercamientos a las ideas de liberación animal y, en realidad, su primer cuestionamiento moral respecto de la explotación animal ocurrió cuando presenciaron, en distintos momentos de sus vidas, el sacrificio de animales explotados para el consumo de sus cuerpos.

“Pero cuando sí hago el cambio, que es este segundo momento, es cuando con mi antigua pareja tengo que presenciar que llevan un cordero muerto para consumo en el 18 de setiembre, y verlo ahí me ocasionó... yo creo que un trauma, quizás. Porque claro, uno sabe del sufrimiento que se genera sobre los animales, el maltrato que existe sobre ellos, el abuso, pero verlo fue, para mí, impactante”. (Entrevistada n° 1, mujer, 30 años.)

Los dos entrevistados que relataron esta experiencia coinciden en que si bien no iniciaron en ese momento su veganismo, por distintos motivos, la idea de que había algo que estaba mal en su relación con los otros animales permaneció. Ambos coinciden en que es a través de una amistad que ya era vegana que se transmite la idea política de la liberación animal, y ambos toman decisiones diferentes con respecto a esto. Mientras que el entrevistado 5 asumió el veganismo desde su juventud, la entrevistada 1 —que pasó por procesos similares— lo hizo desde su adultez. En ese sentido, los entrevistados 1 y 5 se parecen en los procesos que enfrentaron, pero se distancian en los momentos en que enfrentaron estos procesos. Mientras que la entrevistada 1 primero conoce las ideas de liberación animal y luego presencia el sacrificio de animales, en el entrevistado 5 ocurre justo al revés. En ambos casos el resultado es similar, sujetos con un discurso sólido respecto de la necesidad de establecer una nueva relación con la otredad animal a partir de la justicia y el deber. Para ambos, presenciar el sacrificio de animales tiene un significado de quiebre o ruptura en sus formas de entender el mundo, y significa un antes y un después en su relación con los otros animales. Cabe destacar aquí que la amistad, como transmisor de ideas políticas tiene un significado relevante. Cuatro de cinco entrevistados señalaron haber iniciado su proceso de veganismo y sus primeros acercamientos a las ideas de liberación animal a partir de una conversación con amistades que ya eran veganas.

“Y ya fue en la adolescencia, a los 13-14 años, cuando me empecé como a…, o sea, empezó un grupo de amigos, un grupo del colegio, que empezaron a hacer actividades, a mostrar videos y cosas así, y a mí, la primera vez me chocó un poco, porque la verdad es como que igual te remueve un poco con tu normalidad”. (Entrevistado n° 5, hombre, 33 años.)

Finalmente, el último punto a rescatar de este apartado tiene que ver con los problemas que cada uno de los entrevistados tuvo en sus relaciones más íntimas a la hora de asumir el veganismo y los cambios prácticos que este conlleva. Si bien no todos señalaron haber tenido problemas con sus relaciones más cercanas, sí existieron algunos ejemplos de problemas con familiares cercanos o incluso con la pareja de alguno de los entrevistados. En ese sentido, el veganismo significa un desafío a las creencias de quienes rodean al sujeto vegano y, por lo tanto, quien es vegano también se expone al rechazo de sus creencias y prácticas a la hora de verse obligado a compartir con sus otros cercanos. El entrevistado 5, por ejemplo, relató que existió un problema bastante tenso entre él y un familiar por la ausencia de productos de origen animal en una comida familiar, con discusiones de por medio y un mal rato en general. En ese sentido, el veganismo significa también estar permanentemente validándose y revalidándose frente a un otro que no es vegano y que, por lo mismo, desafía permanentemente aquello que considera extraño o novedoso. El veganismo, entonces, aparece como una lógica rupturista tanto para quien lo asume y difunde como para quien lo presencia.

Reflexiones finales y mirada hacia el futuro. El veganismo como punto de partida de una nueva relación humano-animal

No existe un único discurso o significado acerca del activismo y la experiencia del veganismo, entendidas ambas como formas de resistencia al especismo y la dominación animal. Así, se puede concluir que existen discursos y significados heterogéneos, y los motivos de que esto ocurra son variados. Se deben mencionar las subjetividades políticas de cada sujeto involucrado, sumado a sus experiencias personales y distintos procesos que los llevaron a acercarse a las ideas de veganismo y liberación animal. También que no todas las personas entrevistadas llevan el mismo tiempo siendo veganas. Si bien esto parece no ser una variable determinante, pues todos los entrevistados parecían mostrar similares niveles de interés, compromiso y conocimiento respecto de lo que se estaba hablando durante las entrevistas, al menos nos permite entender que quienes más tiempo llevan en el veganismo son quienes mayores dificultades enfrentaron en sus inicios, principalmente con cuestiones relacionadas a las prácticas, como también distintas dificultades para conseguir y consumir productos que no fueran de origen animal. Todo esto, en suma, permite la configuración no solo de distintos veganismos, sino también de distintas identidades veganas, con distintas dimensiones éticas, políticas o sociales (Infante, 2022).

Aun así, se debe destacar que sí existen cuestiones en común y que cumplen con las características para ser catalogadas como discursos y significados. Por ejemplo, y aunque todos lo expresan de distinta forma, para todos los entrevistados, el veganismo significa una forma de combatir y resistir a la explotación animal. En ese sentido, todos dan cuenta de la existencia de un fenómeno problemático al que oponerse: la relación entre el ser humano y el resto de los animales no solo es una relación a secas, sino que es una relación violenta y de dominación. El veganismo significa, entonces, resistencia y combate, pero también se formula un discurso común de este como el motor de la liberación animal, y una manera distinta de relacionarse con la otredad animal a partir de lógicas no instrumentales sino de respeto y libertad.

Encontramos un discurso común en todos los entrevistados cuando estos señalan que, si bien en la práctica el veganismo es una cuestión individual, colectivamente hablando el veganismo se encuentra actualmente muy debilitado por distintos factores. Varios de ellos dieron cuenta de la complejidad de rearmar el movimiento por la liberación animal después de la pandemia, principalmente porque los temas de interés habían volcado hacia cuestiones de tipo antropocéntricas y habían abandonado el interés por la superación del especismo y la discriminación de especie. Existen diferencias entre los entrevistados en este punto, porque algunos señalan que el activismo por la liberación animal ya venía debilitado mucho antes de la pandemia, y otros relatan que, desde su punto de vista, previo a la crisis sanitaria, el interés por la cuestión animal había experimentado un auge importante, reflejado esto en la cantidad de activistas y grupos establecidos que trabajaban la temática y que desaparecieron durante el tiempo de confinamiento.

Otro discurso en común que se puede encontrar en los entrevistados es que, para ellos, el veganismo es una cuestión de por vida, que no han pensado en abandonarlo y que, por el contrario, no solo no lo abandonarán, sino que cada vez que existe la posibilidad de apoyar el movimiento por la liberación animal a través del veganismo lo hacen. En ese sentido, coinciden en que existen varios elementos en común en aquellas personas que abandonan el veganismo. Principalmente se habla de una falta de compromiso general por la cuestión animal, pero quienes profundizan más también señalan una falta de formación política tanto individual como al interior de las propias agrupaciones. Esta falta de formación política da como resultado agrupaciones débiles, poco conscientes del problema al que dicen enfrentarse y, por lo tanto, con una proyección de vida sumamente corta[6]. Coinciden los entrevistados en que existe una relación directa entre el conocimiento del problema del especismo y la dominación animal con el compromiso por la causa, y que quienes abandonan o retroceden en el veganismo normalmente es porque manejan una porción muy pequeña de conocimiento respecto de las cuestiones que fundamentan el veganismo.

En ese sentido, el activismo por la liberación animal ha significado para los entrevistados una experiencia de dos caras. Por un lado, para algunos de ellos el activismo ha significado una experiencia decepcionante, desalentadora y desmotivadora, principalmente por la falta de logros, de metas al interior de las organizaciones y por el poco compromiso del resto de activistas. Por otro lado, y con una perspectiva diferente, señalan otros entrevistados que si bien las experiencias han sido variadas lo importante es que todas esas experiencias sobre el activismo por la liberación animal han entregado, en suma, una capacidad mayor para observar el problema al que el veganismo se enfrenta.

Estos podrían ser considerados como parte de los discursos y significados sobre el activismo y la experiencia del veganismo como formas de resistencia al especismo y la dominación animal hallados en esta investigación. Una fotografía a lo que pensaban cinco sujetos activistas veganos aspirantes a la liberación animal, en la ciudad de Iquique, Región de Tarapacá, Chile.

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[1]Notas

 En un artículo dedicado completamente a discutir la idea de “familias multiespecie”, junto a la socióloga Natalia Corayl, profundizamos en el desafiante pero enriquecedor escenario que abre a las ciencias sociales el giro hacia una sociología no-antropocéntrica (Rodríguez Cáceres y Corayl Villalobos, 2024).

[2] Con “corrientes críticas”, me refiero a perspectivas feministas, marxistas, a los estudios críticos sobre la raza, sobre discapacidades o sobre otredades. Esta idea se encuentra mejor desarrollada en Ponce León (2020).

[3] Aunque el ser humano pertenece a la categoría “animal”, y lo correcto sería señalar “humanos y animales no-humanos”, por motivos de excesiva reiteración y formato de la redacción, en algunos puntos del relato las categorías “humano” y “animal” se presentarán por separado.  

[4] “The object of the Society shall be to end the exploitation of animals by man; and the word veganism shall mean the doctrine that man should live without exploiting animals”.

[5] Por lo general, y al interior del movimiento animalista, el abolicionismo aparece como una postura contraria y crítica del bienestarismo. Mientras el abolicionismo busca la liberación animal y se posiciona en contra de toda opresión animal, el bienestarismo se posiciona principalmente en contra del maltrato animal, sin cuestionar necesariamente las estructuras que permiten la existencia de esta violencia hacia los otros animales (Cantarutti, 2019).

[6] Sobre esto, Franco Cantarutti (2019) señala que cuando el movimiento animalista se reduce a una escala individual y se desconocen las causas estructurales de violencia a las que se enfrentan los movimientos animalistas, se puede caer en una “despolitización” del propio movimiento.